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Diversificar cultivos: dietas variadas y más ingresos

San Felipe Jalapa de Díaz, Oax.- La diversificación de cultivos contribuye a alcanzar la autosuficiencia alimentaria al mismo tiempo que incrementa la rentabilidad de la actividad agrícola. Esta práctica sustentable es uno de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación y, entre otros beneficios, permite romper ciclos biológicos de plagas y enfermedades, propicia la presencia de insectos benéficos en las parcelas y, al facilitar el control natural de las plagas, permite disminuir el uso de agroquímicos.

El municipio de San Felipe Jalapa de Díaz, Oaxaca, está dentro de la Mazateca Baja del estado de Oaxaca. Allí, cerca del 95% de los productores cultivan maíz para autoconsumo, de manera que solo una pequeña porción de la producción (cuando hay excedentes) se comercializa en los mercados locales.

Para que los productores de San Felipe Jalapa de Díaz puedan comercializar otros productos y dispongan así de algunos ingresos adicionales en apoyo a la economía de sus familias, se está fomentando la diversificación de cultivos a través del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) junto con sus colaboradores.

En el actual ciclo agrícola se han establecido parcelas con cultivos intercalados (cultivos simultáneos en la misma parcela) y en relevo (cultivos en secuencia, es decir, uno después de otro): maíz-cacahuate, maíz-chícharo gandul de ciclo corto y ciclo largo, maíz-soya en rotación (maíz en primavera-verano y soya en otoño-invierno), maíz-ajonjolí (rotación), maíz-amaranto (rotación), maíz- frijol mungo, etc.

La finalidad de estas combinaciones es que los productores observen el comportamiento de cada cultivo y puedan incorporarlos (según sus necesidades y preferencias) de manera cotidiana a su sistema de producción, no solo para diversificar sus ingresos sino también para aprovechar los beneficios que cultivos como las leguminosas le aportan al suelo (como la fijación de nitrógeno y el aporte de materia orgánica, por ejemplo) y la restauración de la diversidad funcional para el manejo agroecológico de las plagas.

Además, la diversificación de cultivos –independientemente de la posibilidad de comercialización y generación de ingresos– permite diversificar las fuentes de alimentación e incorporar nuevos alimentos nutritivos a la dieta de las familias productoras.

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¿Asociatividad?, ¿para qué?

Magdalena Peñasco, Oax.- Los pequeños productores agrícolas de Oaxaca enfrentan diversos retos para acceder a mercados. Para algunos, incluso, esa idea no les ha cruzado por la mente debido a que su producción está dedicada al autoconsumo (en ocasiones con dificultades). Las mermas en la cosecha ―sobre todo durante el almacenamiento―, y la fragmentación y dispersión de sus terrenos de cultivo son otros factores que limitan su acceso al mercado y a servicios financieros.

Además, en cada comunidad la situación es diferente. En algunas localidades las formas de organización tradicional son propicias para impulsar la asociatividad, pero en otras es necesario trabajar desde los cimientos del tejido social (además de la promoción de las prácticas sustentables en sus parcelas para que puedan tener ahorros en sus costos de producción, cultivos diversificados, etcétera).

Cuando los pequeños productores se organizan pueden crear, fortalecer o formalizar sus asociaciones u organizaciones para facilitarse los procesos de compras, inhibir el intermediarismo, reforzar acciones de poscosecha, disminuir las pérdidas, darle valor agregado a su producción y ―en general― ayudar a mejorar la economía de sus familias.

Como parte del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ ―que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)― se promueven talleres de asociatividad en el medio rural.

En la localidad Ignacio Zaragoza, municipio de Magdalena Peñasco, Oaxaca, por ejemplo, se realizó un primer encuentro con un grupo semi organizado de productores de maíz, frijol y jitomate (productores indígenas de la región Mixteca). El encuentro fue organizado por la Sociedad Ñuu Kuiñi Pueblo de Tigre SPR de RI ―colaborador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Oaxaca― y el Hub Pacífico Sur del CIMMYT.

Al final del encuentro y las dinámicas de trabajo en equipo desarrolladas, los miembros del grupo manifestaron que ante las circunstancias actuales es importante organizarse para obtener los beneficios de apoyarse entre todos. Para lograr esto ―concluyeron― se debe aprender a tomar decisiones en conjunto.

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Tequio fortalece la cadena de valor del maíz en Oaxaca

Santo Domingo Nuxaá, Oax.- El tequio es una expresión de solidaridad, una forma de organización comunitaria encaminada a la realización de obras de beneficio común (mantenimiento y construcción de caminos, clínicas, escuelas, introducción de servicios, etcétera) que deriva de acuerdos internos de los pueblos y las comunidades indígenas.

El tequio ha sido fundamental para la obra pública de muchas comunidades, pero pocas veces se ha canalizado para mejorar formalmente la competitividad de las cadenas de valor agrícolas. No obstante, productores de la Mixteca oaxaqueña están dando un paso para llevar al tequio a otro nivel.

Como parte del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ ―que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)― pequeños productores de granos básicos (para autoconsumo) de las localidades El Oro y Ojo de Agua, del municipio de Santo Domingo Nuxaá, Oaxaca, están participando en talleres de asociatividad para considerar nuevas funciones en su organización tradicional.

Con su participación en estos talleres los productores buscan conformar organizaciones de trabajo sólidas que les permitan mejorar sus actividades productivas, tales como las compras consolidadas (como una sola unidad productiva) y la recuperación de las formas de organización comunitaria como el tequio y la mano vuelta (un trabajo colectivo en la milpa basado en la reciprocidad) para la siembra y otras labores del ciclo agrícola y ―en su momento― realizar ventas consolidadas.

A finales de febrero 70 productores de El Oro se reunieron en la agencia municipal de su localidad para participar en el taller “Proceso para la formación y funcionamiento de estructuras organizativas”, impartido por el equipo de la asociación civil General Gabino Lozano San Miguel ―colaborador del CIMMYT en Oaxaca― y con la participación de autoridades municipales y agrarias de Santo Domingo Nuxaá con las que se están uniendo esfuerzos para lograr que los apoyos sean más integrales y mejor capitalizados.

Por su parte, en Ojo de Agua se desarrolló el taller “Asociatividad como estrategia para mejorar la competitividad de las cadenas de valor”, en el cual participaron 66 productores. Al igual que en El Oro, se identificó que la mayoría de los agricultores producen en pequeñas parcelas con mano de obra familiar, pero con potencial para canalizar las estructuras organizativas comunitarias hacia nuevas dinámicas de integración y asociatividad, sobre todo para abaratar costos de producción.

Cabe mencionar que en ambos talleres se contó con la participación de jóvenes de los programas Producción para el Bienestar ―que impulsa el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) en Oaxaca― y Jóvenes Construyendo el Futuro ―del Gobierno federal― con la finalidad de fomentar el relevo generacional en el campo oaxaqueño.

En conjunto, asesores técnicos, productores y becarios identificaron los principales eslabones de la cadena de valor, los posibles aliados para la adquisición de insumos y compradores potenciales de productos o subproductos agropecuarios. Con estas acciones, los productores de la Mixteca oaxaqueña están potenciando los alcances de sus estructuras organizativas ancestrales.

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Totomoxtle con calidad de exportación

Veracruz.- Para las poblaciones o las familias que viven de lo que producen, lograr la sustentabilidad para el autoconsumo no es una meta más, pues implica la necesidad de desarrollar capacidades y oportunidades productivas. Para los productores totonacos y huastecos del norte de Veracruz, la hoja de maíz —o totomoxtle— es un subproducto del maíz que les proporciona ingresos económicos debido a la importancia que tiene en el mercado nacional y al interés que ha adquirido en el internacional (productores de esta región han logrado exportar a ciudades como Houston, San Diego o Chicago).

En algunos casos, es la hoja —y no el grano— la fuente principal de ingreso para los productores: en la zona, la retribución económica del grano oscila entre $3,000 y $3,500 por hectárea, mientras que el recurso obtenido por la hoja de maíz (si se consigue una producción de calidad) puede alcanzar los $9,500.

Para apoyar a estas comunidades (de los municipios de Tihuatlán, Álamo, Tuxpan y Papantla) a fin de que produzcan maíz de calidad —tanto para el autoconsumo como para la obtención de derivados con potencial económico— y conserven sus recursos naturales, la cooperativa Citricultores Tihuatecos Asociados y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) colaboran en la zona mediante una plataforma de investigación.

En esta se estudian, validan y promueven prácticas agronómicas que favorecen una mayor producción y calidad de maíz, como la diversificación de cultivos, el movimiento mínimo de suelo, la incorporación del rastrojo del ciclo anterior al suelo (para conservar humedad), el Manejo Agroecológico de Plagas y la fertilización fraccionada.

Cabe destacar que a través de la plataforma se brinda capacitación a los productores en la implementación de las prácticas antes mencionadas. Estas, además, les han permitido mitigar los efectos del cambio climático que año con año se presentan en la región en forma de lluvias erráticas, periodos de sequía más prolongados, etcétera (motivos adicionales por los que es muy importante para ellos lograr una producción de calidad, pues de ello depende la obtención de ingresos adicionales para sus familias).

Para los productores totonacos y huastecos de la región, implementar prácticas de Agricultura Sustentable ha sido una experiencia satisfactoria y ha contribuido a generar conciencia en la comunidad sobre la importancia de este tipo de prácticas para hacer de la agricultura de autoconsumo una alternativa económica.

Así, con la colaboración de la cooperativa Citricultores Tihuatecos Asociados y el CIMMYT, la agricultura de autoconsumo en la zona norte del estado de Veracruz está encontrando alternativas y también oportunidades productivas que fortalecen el desarrollo social y económico de una región donde el cultivo del maíz no es solo eso, sino que también reúne historia e identidad que, además, se comparten con el mundo.

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Para todo mal, milpa y maguey-mezcal

Mediante el proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ —que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, el pasado 7 de febrero se realizó un taller de asociatividad para pequeños productores de milpa asociada con maguey “espadín” en Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca.

Con la colaboración de la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) y el CIMMYT, el taller abordó temas enfocados al fortalecimiento de la organización entre productores y al análisis de la cadena de valor del maguey-mezcal que ―por las condiciones climáticas de esa zona― se desarrolla favorablemente y es la fuente de ingreso de la mayoría de los habitantes, tanto de los productores de maguey asociado con milpa como de los que transforman el producto en mezcal y lo destinan para venta en el mercado local (comúnmente llamados palenqueros).

En la fase diagnóstica del taller se identificó que es común que los productores de milpa asociada con maguey trabajen de manera independiente. Parte del desinterés por la organización se debe a malas experiencias previas que han generado falta de confianza en el trabajo en conjunto. No obstante, también se identificaron casos de productores que gracias al trabajo en equipo han establecido viveros de maguey y se han organizado para elaborar abonos orgánicos, cultivar hongos, gestionar apoyos con instituciones y asistir a ferias de mezcal o giras de intercambio.

Durante el taller se explicó cómo una adecuada asociatividad ofrece ventajas a los pequeños productores con poca superficie de siembra, quienes ―debido a esto y a la lejanía de sus ubicaciones― muchas veces tienen dificultades para adquirir insumos, obtener asesoría técnica, acceder a créditos y programas y —sobre todo— comercializar el mezcal (se hace de manera aislada y en mercados locales debido a que son producciones de baja escala y no se ha aprovechado el potencial del cultivo).

Con respecto al análisis de la cadena de valor del maguey-mezcal, se identificó que la mayoría de los participantes se encuentra en el primer eslabón de la cadena (la producción), y pocos, en los dos restantes (transformación y comercialización). De hecho, se identificó que en la zona existen alrededor de nueve destiladoras artesanales de mezcal, pero dentro del grupo de productores solo tres se dedican a la transformación.

Finalmente, el taller se enfocó en las áreas de mejora para los productores de maguey, como incrementar la densidad de población de plantas; mejorar la nutrición del cultivo; controlar plagas y enfermedades; reducir el ciclo de producción; y —especialmente— diversificar cultivos, incluso con otras especies de maguey (en varias zonas mezcaleras es común que se cultiven pocas variedades y, en ocasiones, hay una tendencia al monocultivo; considerando los diversos tipos de suelos presentes en la región y la escasez de lluvia, el maguey puede ser intercalado con algunas leguminosas, como las lentejas).

Para las condiciones de Santa María Tlahuitoltepec (municipio ubicado en la Sierra Mixe), donde predominan los terrenos con pendientes pronunciadas, el maguey-mezcal puede cultivarse en curvas a nivel para formar una barrera viva y evitar que el suelo se erosione. La asociación con maíz o frijol permite que las parcelas sean productivas mientras madura el maguey (su ciclo es de 10 años y, normalmente, la asociación con otras especies se debe establecer hasta el sexto año). Por lo anterior, expresamos —como dice el refrán— “para todo mal, mezcal”, y para que el maguey sea mejor, con milpa la asociación.

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Frijol de Puruándiro: del autoconsumo a la búsqueda de mercados

El municipio de Puruándiro se localiza al norte de Michoacán, en la región Bajío. Con una superficie de 12,975 hectáreas destinadas a la producción agrícola —que equivalen a cerca de 18% de la superficie del municipio—, la agricultura es una de las actividades fundamentales del lugar. El maíz se cultiva principalmente bajo riego, con un rendimiento de 8.8 toneladas por hectárea (t/ha), mientras que en temporal es de 3.5 t/ha (SIAP, 2020). Sin embargo, predomina el monocultivo de maíz y sorgo, hecho que tiene repercusiones en el ecosistema y la producción agrícola.

Las productoras y los productores de la zona manifiestan que hay pocas opciones de cultivos que sean rentables y tengan un mercado disponible. Algunos siembran frijol (principalmente los tipos pintos), pero lo hacen a baja escala y lo destinan principalmente al autoconsumo.

Para ofrecer a los productores opciones de producción con cultivos alternativos, en el marco de la vinculación con el Ayuntamiento de Puruándiro el equipo técnico del Hub Bajío —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, con el apoyo del INIFAP, estableció en el ciclo primavera-verano 2019 una vitrina de frijol con diversas variedades.

La variedad a establecer generalmente se determina según el mercado. Aunque en la región se venden principalmente pintos, flor de mayo y flor de junio, existe una ventana de oportunidad para comercializar frijol negro en el mercado del centro y sur del país. Por esta razón, la vitrina incluyó variedades de todos estos tipos de frijol.

En la parcela donde se estableció la vitrina se emplearon herramientas de Manejo Agroecológico de Plagas (como las trampas amarillas con pegamento para monitoreo y captura de insectos plaga). No obstante, no fueron las plagas las que limitaron el rendimiento del cultivo, sino algunos momentos de poca disponibilidad de agua (la variedad ‘Negro Otomí’, además, presentó alta incidencia de mosaico común del frijol).

Cada variedad presentó características sobresalientes que favorecen su adaptación y rendimiento. En cuanto a la producción, el mayor rendimiento se obtuvo con las variedades ‘Pinto Saltillo’ y ‘San Rafael’, con 2.5 y 2.4 t/ha, respectivamente. La variedad ‘Flor de Mayo Eugenia’ destacó por su rendimiento de 2.2 t/ha. Por su parte, ‘Flor de Junio León’ obtuvo 2 t/ha, mientras que ‘San Blas’, de tipo negro, obtuvo 2.1 t/ha.

En seguimiento a estas acciones, la Dirección de Desarrollo Rural del Ayuntamiento de Puruándiro adquirió semilla de las variedades sobresalientes (‘Pinto Saltillo’, ‘San Rafael’, ‘Flor de Junio León’ y ‘Flor de Mayo Eugenia’) para establecer parcelas comerciales durante el ciclo primavera-verano 2020.

Figura 1. Rendimiento y utilidad neta de 12 variedades de frijol en Puruándiro, Michoacán.
Figura 1. Rendimiento y utilidad neta de 12 variedades de frijol en Puruándiro, Michoacán.

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Experiencia Milpa, un recuento de logros y nuevos desafíos para Milpa Sustentable en la Península de Yucatán

Ver, oler, caminar y sentir la milpa —aunque sea por breves instantes— es una experiencia que vale la pena vivir. Ayuda a comprender el valor de ese sistema milenario y la importancia de preservar su riqueza biocultural. Experiencia Milpa fue un recorrido que hizo posible esta interacción. En él participaron miembros del Consejo de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM); productores; familias; colaboradores; y el equipo del Hub Península de Yucatán, del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

El recorrido se realizó en la parcela (módulo demostrativo) de don José del Carmen Chi, productor beneficiario del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán. El objetivo fue dar a conocer de manera didáctica y resumida los principales impactos y aprendizajes que este proyecto ha generado gracias a la inversión de la FHMM y Fomento Social Banamex (FSB) y al trabajo de toda la red de innovación que —en este caso— estuvo representada por el doctor José Castillo, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán, colaboradora fundamental del Hub Península de Yucatán.

El recorrido buscó crear una experiencia a través de la cual los participantes pudieran conocer qué es la milpa, tanto la trabajada de manera convencional con el sistema de roza, tumba y quema como la que usa las innovaciones agrícolas sustentables que se han promovido, adaptado y adoptado de manera secuencial conforme el ciclo agrícola avanza.

Para tal efecto, se establecieron cinco estaciones dentro de la parcela para mostrar la milpa convencional; las innovaciones de arreglo de siembra; la Agricultura de Conservación; la fertilidad integral; el Manejo Integrado de Malezas; el Manejo Agroecológico de Plagas; el resguardo de semillas nativas; el manejo poscosecha; el mejoramiento participativo; la vinculación de los productores a mercados; y las estrategias de desarrollo de capacidades, inclusión social y fortalecimiento de la red de innovación que se han implementado y han evolucionado durante el avance del proyecto.

Fue de la voz de los productores y sus familias, protagonistas del evento, que Milpa Sustentable en la Península de Yucatán fue descrito como un proyecto integral y de suma importancia por sus logros y su impacto. El programa ha beneficiado de manera directa a más de 2,000 productores con innovaciones tecnológicas en sus sistemas de producción, impactando de forma positiva en sus familias y en los actores que conforman la red de innovación regional (que abarca desde estudiantes e investigadores hasta consumidores y Gobiernos locales).

Una característica importante de este proyecto es que no solo contribuye a la seguridad alimentaria de la población rural, sino que trabaja fuertemente por conservar el medioambiente a través de sus actividades. Este año fue reconocido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como una de las soluciones locales más destacadas e innovadoras para hacer frente al cambio climático y fomentar el desarrollo sustentable de las comunidades rurales y los grupos indígenas.

Por otra parte, los consejeros de la FHMM hablaron sobre el impacto positivo que se ha generado (tanto a nivel agronómico como de desarrollo humano) como consecuencia de abordar de forma integral sistemas complejos como la milpa. Asimismo, se resaltó la importancia de dar seguimiento y apoyo a iniciativas como Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, que son medibles y trazables, para mantener sistemas de producción dentro de la línea de la sustentabilidad.

A partir de Experiencia Milpa, los participantes reflexionaron sobre cómo la milpa, su estudio, su protección y su fortalecimiento contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas. Los participantes concluyeron que aún quedan desafíos; sin embargo, se tienen las herramientas, la metodología y la motivación de los actores involucrados (desde los productores hasta los donantes). Lo anterior se suma a los procesos de mejora continua y el trabajo colaborativo que han enmarcado a este proyecto, los cuales —por supuesto— serán fundamentales para dar continuidad al mantenimiento de la milpa como estilo de vida y como sistema de producción sostenible.

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El CIMMYT, presente en la Agroalimentaria Zacatecas para lograr sistemas integrales y prosperidad

La estrategia de innovación de los sistemas agroalimentarios del CIMMYT se implementa en Zacatecas con suelos mejorados, mecanización inteligente y girasol y sorgo para rotar cultivos y generar ingresos.
Por: Edith Flores Romo, formadora MasAgro en Zacatecas.
26 de agosto de 2019.

Zacatecas, Zac.- El Gobierno del estado convocó a la segunda edición de la Agroalimentaria Zacatecas 2019 Food Show, evento con el que se fortalece el potencial de los negocios agropecuarios del país y se fomenta el conocimiento y el comercio entre los diferentes actores de las cadenas productivas. Participaron cerca de 250 expositores, productores agropecuarios y empresas de las cadenas agroalimentarias de todo el país; además, se contó con la presencia de conferencistas de más de 10 países diferentes.

En este importante evento el doctor Bram Govaerts, director del Programa de Desarrollo Estratégico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), ofreció la conferencia magistral Desde Semillas para la Paz hacia Sistemas Integrales para la Prosperidad ante estudiantes, productores, empresarios, investigadores y funcionarios públicos y representantes de instituciones públicas y privadas.

La conferencia planteó interrogantes en torno al impacto de la agricultura en el planeta: ¿qué tan estables son nuestros sistemas alimentarios?, ¿cuánto crecimiento más pueden ofrecer sin colapsar?, ¿aumentamos los ingresos de los productores si incrementamos el rendimiento? Con estas preguntas se abre la visión para identificar los retos que enfrenta el estado de Zacatecas, el país y el mundo. Este panorama expone la urgente necesidad de cambiar de enfoque: de productos básicos a sistemas agroalimentarios.

La estrategia que el CIMMYT impulsa en México y el mundo tiene como metas producir más con menos, aumentar el valor agregado de la producción de grano e incrementar la resiliencia de los sistemas productivos, para aumentar la eficiencia y efectividad mediante procesos incluyentes y no lineales y hacer frente a cinco retos fundamentales que existen también en el estado: altos costos de producción; monocultivo de frijol y maíz sembrado con labranza excesiva, que reduce la presencia de materia orgánica; suelos semiáridos y ácidos; escasez y manejo ineficiente del agua; y libre pastoreo.

El doctor Bram expuso que la innovación y la ciencia pueden dar soluciones para remediar los suelos ácidos en el estado, como la aplicación de cal agrícola y cal dolomítica en diversos módulos demostrativos que fueron instalados por el CIMMYT y sus colaboradores en parcelas de productores en Zacatecas (en La Lobera, Palo Alto, Teúl y Atolinga) desde 2014, empezando con 2 hectáreas y tres productores. Se beneficiaron 986 hectáreas en el ciclo primavera–verano (PV) 2018, con la participación de 159 productores. Antes de utilizar los mejoradores de suelos, los productores aplicaban 500 kilos de fertilizante; hoy sólo usan 350 kilos o menos. En 2014 el rendimiento en grano de maíz fue de 2 t/ha; en cambio, en el ciclo PV 2018 fue de 8 t/ha.

Govaerts mencionó también que en Guadalupe y Sombrerete, dos municipios donde existen puntos de maquinaria hecha a medida, el CIMMYT ha desarrollado en equipo con herreros del Taller Brasa dos máquinas para siembra de tres cuerpos, con nueve líneas de frijol y maíz, que llevan 1,200 horas trabajadas en los ciclos PV 2018 y PV 2019.

Una innovación tecnológica que también se ha difundido es la rotación de cultivos. El girasol y el sorgo forrajero son cultivos rentables tanto ambiental como económicamente para los productores de la región, ya que son una excelente alternativa comercial al frijol, aportan materia orgánica al suelo, reducen la erosión causada por el viento y requieren mano de obra mínima para su producción. Govaerts enfatizó la importancia de la participación de 237 productores que cultivan 42 áreas de impacto con girasol (aproximadamente 3,000 hectáreas), cuyo rendimiento es de 1,050 kg/ha, con un costo de $7,250/ha, generando una ganancia para el productor de $3,740/ha.

Hacer frente a estos retos es posible con una estrategia en la que participen el sector público y privado y pequeños, medianos y grandes productores trabajando estrechamente con investigadores que difundan la ciencia para promover el desarrollo y la vinculación a mercados, además de la adopción de prácticas sustentables como la Agricultura de Conservación, la reconversión a maíz híbrido de comercializadoras locales, el Manejo Agroecológico de Plagas, la mecanización inteligente y la diversificación de cultivos. Estas son un conjunto de acciones para lograr la seguridad nacional, la conservación del ambiente y la buena nutrición de la población.

“Trabajemos para lograr que el campo sea el primer motor de desarrollo de los pueblos y vencer el hambre y la pobreza mediante sistemas de innovación agroalimentaria desde lo local”, enfatizó el doctor Govaerts durante su conferencia, y convocó a la suma de esfuerzos.

En el marco de las actividades, Govaerts sostuvo varias reuniones de trabajo, con Grupo Agrocime, la red de formadores del Hub Intermedio Grano Pequeño, técnicos certificados en Agricultura Sustentable del CIMMYT, productores de frijol orgánico de diversas localidades del estado, el Sistema Producto Maíz de Aguascalientes, representantes de la Subsecretaría de Suelo y Agua —de la Secretaría del Campo de Zacatecas (Secampo)— y representantes de la SADER en Zacatecas. En cada reunión se reiteró el compromiso para colaborar con el proyecto MasAgro e impulsar la estrategia que el CIMMYT ha desarrollado a lo largo de su historia, en beneficio de miles de productores y de sus familias.

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Información e innovación para fortalecer las organizaciones agrícolas, desde el almacenamiento hasta la comercialización

El proyecto representa una oportunidad para fortalecer las organizaciones agrícolas y generar un mayor beneficio para los socios y los actores vinculados a la cadena de valor, principalmente en la comercialización.
Por: Hugo Castellano, Divulgación CIMMYT.

Tepexco, Pue.– Para lograr el bienestar de los productores mexicanos, es necesario realizar acciones orientadas a fortalecer sus capacidades, para brindar herramientas que les permitan hacer frente a los retos del sector agroalimentario. Estas acciones las realizan el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quienes impulsan el proyecto Almacenamiento de Granos y Servicios de Información para la Competitividad Agrícola.

Este proyecto favorece el desarrollo de capacidades en pequeños productores, para que logren el diseño y la implementación de modelos de negocio que les permitan instalar, operar y gestionar centros de acopio. Esto representa un valor agregado para la producción maíz, con prácticas poscosecha que aseguran la conservación de la calidad en los granos almacenados y mejores precios de venta.

Amado Lozano Morales es colaborador del CIMMYT en el proyecto, y su labor se desarrolla con dos organizaciones de productores: Rancho Viejo de Tepexco SPR, ubicada en el municipio de Tepexco Puebla y la Asociación Agrícola Local de Productores de Hortalizas del Municipio de Pánuco A.C., ubicada Reventadero, Pánuco, Veracruz. “Encontramos que los agricultores se preocupan mucho por la producción de grano y un poco menos por el aspecto de la comercialización, las organizaciones involucradas en estos proyectos, han dado ese paso, involucrarse en la comercialización para generar mayores ingresos. El programa que desarrolla el CIMMYT —junto con la SADER, el Banco Mundial, el IICA y la FAO— busca fortalecer a los productores en un esquema que los ayude a desarrollar capacidades para mejorar sus procesos durante la etapa comercial. El proyecto representa una oportunidad para fortalecer las organizaciones agrícolas y generar un mayor beneficio para los socios y los actores vinculados a la cadena de valor, principalmente en la comercialización”, destaca el asesor técnico.

Gracias al acompañamiento técnico recibido a lo largo de cuatro meses, las organizaciones detectaron algunas deficiencias en infraestructura —de orden organizativo, comercial y legal—, por lo cual integraron acciones para diseñar e implementar un plan de negocios para convertir estas deficiencias en oportunidades.

“La organización ubicada en Puebla, Rancho Viejo de Tepexco SPR de RI enfrenta un gran problema: no hay un centro de acopio en la región. Mientras que la organización de Veracruz (Asociación Agrícola Local de Productores de Hortalizas Chiles Cebolla y Tomate, Granos Básicos Sorgo, Frijol y Maíz, y Oleaginosas Soya, Algodón del Municipio de Pánuco Estado de Veracruz A.C.), sí cuenta con infraestructura para comercializar, pero la infraestructura y equipo presenta algunas deficiencias para el proceso de almacenamiento del grano demeritando la calidad del mismo y generando pérdidas”, explica Lozano.

La venta de la producción a granel plantea un problema para muchas de las  organizaciones de productores, pues se encuentran en la misma situación que la de Puebla, que no cuenta con un centro de acopio en la localidad, lo que representa incremento de gastos en fletes. En ese sentido, la implementación de un modelo de negocios innovador, como el que se ha logrado a través del acompañamiento del proyecto, permite una reducción de costos e, incluso, el acceso a nuevos mercados que generan una mejora económica integral, tanto para los socios como para los productores que están en la región. Y, sobre todo, impulsa el valor de las prácticas sustentables para la conservación de granos, como las innovaciones poscosecha que el CIMMYT promueve.

En el caso concreto de Veracruz, gracias a la vinculación de los miembros de la organización con el proyecto, han logrado mejorar las deficiencias existentes en su infraestructura para evitar pérdidas durante el almacenamiento de granos con prácticas sustentables. Esto deriva en mejorar los canales de comercialización, ya que, al conservar la calidad del grano, se incrementa su valor.

Conocer las demandas del mercado es otro aspecto valioso para productores, socios y organizaciones, pues logran una visión integral de la producción agrícola. Un buen almacenamiento mejora los procesos de comercialización y el precio, porque se cuida la calidad del producto cosechado.

En los casos de Rancho Viejo de Tepexco SPR de RI y Asociación Agrícola de Pánuco A.C., Lozano Morales comenta que hay una disposición abierta al cambio por parte de las organizaciones, porque esto representa una mejora en las instalaciones y en los canales para poder comercializar. Con una labor ordenada se pueden detonar mejoras integrales de productividad y mercantilización que generan un impacto positivo económico en productores, socios y otros actores vinculados a la comercialización.

Es un esquema de vinculación a mercados, una oportunidad de hacer sinergia con la ciencia, el conocimiento y la información para lograr beneficios concretos que impacten a todos los actores involucrados y para conseguir el fortalecimiento de los productores y de la economía de sus familias, lo que se proyecta también en el desarrollo de sus comunidades.

Lozano Morales no es sólo un colaborador con experiencia, sino un profesional motivado que busca contribuir al desarrollo de productores y organizaciones en el campo mexicano para lograr beneficios integrales. Su historia y la de las organizaciones que han trabajado con él dentro del proyecto Almacenamiento de Granos y Servicios de Información para la Competitividad Agrícola inspiran a otros a trabajar en conjunto y beneficiar a los productores, mejorando sus capacidades comerciales integrales. Así se crea un círculo virtuoso de esfuerzos, ciencia, innovación y labor permanente.

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Alimentos sanos y granos sustentables: los productores y las organizaciones hacen posible la innovación de los sistemas agroalimentarios

El CIMMYT estuvo en la exposición de conocimiento de #Expoceres2019, que fue la vigésima sexta edición de este evento que convoca a los actores vinculados al sector agropecuario en Sinaloa. La inauguración fue encabezada por Guillermo Elizondo Collard, presidente del Grupo Ceres; Quirino Ordaz Coppel, gobernador de Sinaloa; Ramón Osuna Quevedo, coordinador de Operación Territorial en Sinaloa, y Patricio Robles Luque, delegado de la SADER en Sinaloa —ambos en representación del titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural—; Julie Borlaug, presidenta de la Fundación Borlaug; Bram Govaerts, director global de Innovación Estratégica del CIMMYT; y distinguidas personalidades del sector agroalimentario en la entidad.

En su intervención, el gobernador Ordaz destacó la importancia que tiene Expoceres para el estado y la necesidad que existe de incorporar prácticas agrícolas sustentables a la agricultura sinaloense para adaptarla a las nuevas realidades del mercado y enfrentar con decisión e inteligencia los retos que nos plantean los escenarios nacional e internacional.

“Los productores deben ser vistos como empresarios del campo, y para ello necesitan obtener información de los mercados y los precios regionales, hacer análisis de suelos y cambiar a la Agricultura de Conservación”, enfatizó el gobernador.

Durante el primer día de actividades, el evento contó con la participación especial de Julie Borlaug, presidenta de la Fundación Borlaug, y el doctor Sanjaya Rajaram, Premio Mundial de la Alimentación, quienes impartieron ponencias para transmitir el mensaje de la Agricultura Sustentable y de la estrategia de innovación de los sistemas agroalimentarios del CIMMYT para México, además de compartir con productores la visión y el legado que nos dejó el doctor Norman Borlaug para poder responder a los retos del sector agroalimentario con ciencia e innovación.

El doctor Bram Govaerts, director global de Innovación Estratégica y representante regional para las Américas del CIMMYT, impartió la ponencia ‘Desde semillas para la paz hacia sistemas integrales para la prosperidad’, donde hizo un enfático llamado a asumir los retos del escenario agroalimentario y presentó los resultados obtenidos por la labor del CIMMYT en Sinaloa, destacando especialmente la tarea de los agricultores.

“Los grandes héroes de estos resultados son los productores; son ustedes los que han hecho esta diferencia. Productores que innovan y comparten con otros el impacto de las innovaciones para multiplicar su beneficio. Es nuestra responsabilidad como investigadores asegurar que el agricultor tenga la información para tomar las mejores decisiones en el momento adecuado y conozca las soluciones que dan fortaleza a su inversión. Para generar sistemas agroalimentarios resilientes, estables y sustentablemente productivos, se necesita la participación del productor, pero también de estudiantes, jóvenes innovadores y el sector público y privado, para acompañar al productor y que este tome las mejores decisiones”, señaló.

Durante su ponencia, habló sobre algunos resultados de la estrategia del CIMMYT, implementada en el estado de Sinaloa: “Aplicamos Agricultura de Conservación, reconvertimos a maíz amarillo e impulsamos la tecnificación del riego y la fertilización integral, con la cual logramos reducir el consumo de nitrógeno hasta 52% y los costos de producción de entre $1,500 y $5,600 por hectárea. Impulsamos el Manejo Agroecológico de Plagas, consiguiendo una reducción de 88% en el uso de insecticidas. Logramos ahorro de combustible y menos emisiones de gases de efecto invernadero. Estos resultados no serían posibles sin la colaboración del productor y las organizaciones que, trabajando hombro a hombro con el CIMMYT, permiten la innovación de los sistemas agroalimentarios en Sinaloa”.

Explicó que además de sistemas de manejo poscosecha, Manejo Agroecológico de Plagas y otras prácticas sustentables como la fertilización integral y la tecnificación del riego, es necesario consolidar modelos de abastecimiento responsable “para que los productores tengan un mercado” que compre su producción. “Estoy convencido de que si el consumidor demanda alimentos sanos, granos sustentables y una agricultura para la nutrición y la conservación del medioambiente, nosotros tenemos que generar trazabilidad para que él sea quien impulse el valor de una producción sustentable. Tenemos una trazabilidad en la que estamos trabajando y el compromiso de las compañías para comprar el grano producido en México de manera sustentable”, señaló Govaerts.

Dijo que necesitamos sistemas agroalimentarios enfocados a la nutrición y a impulsar el ingreso del productor y el bienestar para todo el entorno social. También habló de los proyectos de abastecimiento responsable que el CIMMYT desarrolla en colaboración con actores de la industria agroalimentaria, como Kellogg Company y Grupo Bimbo, con quienes se ha impulsado un modelo de vinculación a mercados para productores que reconoce el valor de la producción sustentable.

En el marco de las ponencias impartidas por las personalidades que representan al CIMMYT, se entregaron reconocimientos para actores que hacen posible la innovación de los sistemas agroalimentarios en Sinaloa. Sergio Márquez Quiroz, de la sección especializada de Agricultura Sustentable del Club de Agricultura de Conservación de la AARFS, recibió un reconocimiento por su valiosa contribución como asesor y responsable técnico de la plataforma de investigación de la AARFS, que beneficia a 35 productores, impactando en un área mayor de 1,500 hectáreas con prácticas sustentables que promueven la innovación de los sistemas agroalimentarios de Sinaloa. Marte Vega Román, presidente de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur (AARFS), recibió un reconocimiento para la Asociación por su valiosa contribución a la innovación de los sistemas agroalimentarios con prácticas sustentables.

El Club de Agricultores de Conservación de la Región del Évora fue reconocido por su valiosa contribución a la difusión de prácticas sustentables y de la Agricultura de Conservación. Su labor impacta positivamente en aproximadamente 18,000 hectáreas de la región del Évora y promueve la conservación de los suelos, la adaptación de maquinaria para siembra y fertilización en AC y la innovación y sustentabilidad de los sistemas agroalimentarios del estado.

Jorge Lugo Gaxiola recibió un reconocimiento por su contribución a la difusión de la Agricultura de Conservación y de prácticas sustentables que promueven la innovación de los sistemas agroalimentarios en Sinaloa.

Necesitamos impulsar acciones para responder a los retos del sector agroalimentario y del cambio climático hacia el 2030. Hoy tenemos que escuchar la crisis y ser capaces de brindar soluciones y realizar acciones que nos permitan, en conjunto, construir la paz para el mundo con sistemas agroalimentarios innovadores.

 

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