Publicado en Nature Scientific Reports, un nuevo estudio describe un método innovador para evaluar el alcance y el impacto del conocimiento y las asociaciones creadas como parte del trabajo de las organizaciones de investigación para el desarrollo.
Utiliza la minería de textos y el análisis de las redes sociales y los hipervínculos para extraer conclusiones de las fuentes digitales disponibles públicamente, incluidos los repositorios institucionales, las bases de datos científicas y las redes sociales.
«El método puede descubrir narrativas, dinámicas y relaciones que quedan ocultas en los análisis bibliométricos tradicionales», afirma Tek Sapkota, especialista en sistemas de cultivo y cambio climático del Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT) y coautor del estudio, en el que también participaron la Universidad de Coimbra (Portugal) y la Universidad de Molise (Italia).
«Casi el 90% de la investigación del CIMMYT está relacionada con el cambio climático y su impacto en los sistemas alimentarios, y viceversa, por lo que la evaluamos para ilustrar nuestro nuevo marco analítico basado en la web. Este novedoso enfoque puede ayudar a las organizaciones de investigación para el desarrollo a aprovechar los datos en línea y medir su impacto».
Foto de portada: Red de menciones en Twitter de la cuenta oficial del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (@CIMMYT). (Foto: Nature Scientific Reports)
Irene Lerma, directora general de Grupo SAFINSA. (Foto: CIMMYT)
Irene Lerma, directora general de Grupo SAFINSA. (Foto: CIMMYT)
“Queremos conservar suelos fértiles para el futuro, para nuestros hijos”, dice con énfasis Irene Lerma Chin y aclara que no solo es el futuro lo que le debe preocupar a la sociedad, sino también el presente: “Si queremos seguir viviendo, tener una vida sana, definitivamente necesitamos cultivar con prácticas sustentables, no podemos seguir trabajando con agricultura convencional. Esto es indispensable”.
Irene es la directora general del Grupo SAFINSA, un grupo de empresas con diferentes giros basados en agricultura: “tenemos una parafinanciera, damos créditos de avío —para financiar necesidades de capital de trabajo— a productores, les compramos el grano, hacemos la comercialización, tenemos un fondo de aseguramiento agrícola y sembramos, también somos agricultores”.
La organización cuenta con más de ocho años de operación y, desde su creación, se ha involucrado en diferentes actividades para mejorar el medioambiente y la calidad de vida de los productores: “cuando empezó SAFINSA siempre esa fue la idea, trabajar con agricultura sustentable y responsabilidad social. Y así nos acercamos al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ya hace como seis o siete años. Desde entonces hemos estado trabajando con ellos de la mano en diferentes actividades”, comenta Irene.
Para SAFINSA una agricultura con responsabilidad es aquella en la que el productor puede cultivar a un menor costo, con buenos rendimientos, mejores ingresos y menor impacto ambiental, pero también donde se producen alimentos más sanos para la sociedad. Por esta razón “la colaboración con Grupo Bimbo ha sido un apoyo enorme”, comenta Irene sobre el proyecto de abastecimiento responsable que impulsa el Grupo Bimbo con el soporte científico del CIMMYT.
El CIMMYT ha compartido “nuevas tecnologías a nuestros técnicos de campo y ellos las han implementado junto con todos los productores que traemos dentro de nuestra base”, comenta la representante de SAFINSA, agregando que sumado al conocimiento “la comercialización para nosotros es importante. Y por eso la participación de Grupo Bimbo en esto le da seguridad a todo el esquema que queremos tener como agricultores”.
Un ejemplo de cómo las prácticas de agricultura sustentable y la vinculación a mercados pueden generar grandes oportunidades es el cultivo de ajonjolí que, en el caso de los productores del Valle del Carrizo y las zonas donde opera SAFINSA, se propuso como una opción para evitar el monocultivo de cereales.
“Ahora el ajonjolí es cultivado con todas las prácticas sustentables. Desde ahí ya valoramos cómo va a llegar a la mesa de los consumidores. Eso es lo más importante y realzo la labor de Grupo Bimbo que vieron la oportunidad y nos dijeron «mira, aquí podemos tener una planta (para procesar el ajonjolí), una industria», que hoy es la primera que hay en todo Sinaloa. Eso motivó también a los productores a hacer rotación de cultivos, a sembrar ajonjolí. Además, promovemos que no se queme la soca y sobre eso siembran el ajonjolí”.
Con mejores prácticas agrícolas y empresas que valoran la producción sustentable las oportunidades se multiplican: “Como productores estamos contentos porque nos están dando la oportunidad de una comercialización segura en su momento. Además, los productores van a reducir costos, van a tener una mejor producción y los recursos naturales se van a cuidar. Eso es de lo más importante que llevan estos esquemas de trabajo para ellos”, finaliza Irene.
En la India, casi una sexta parte de las reservas de agua subterránea está sobreexplotada y casi una quinta parte se encuentra en estado crítico o semicrítico. Para un país que depende en gran medida de las aguas subterráneas para beber y regar, estas estadísticas son casi una sentencia de muerte.
Sin embargo, la crisis del agua en la India no es única en la región. El crecimiento de la población, unido a la creciente urbanización e industrialización, ha hecho que el sur de Asia, una de las zonas más regadas del planeta, sea muy vulnerable al estrés hídrico. Además, como los efectos del cambio climático se dejan sentir cada vez más en esos países, la producción agrícola, incluso al nivel actual, puede no ser sostenible.
En este contexto, garantizar que los recursos hídricos se utilicen de forma eficiente y sostenible es fundamental para satisfacer la creciente demanda mundial. En las últimas décadas, los sistemas tradicionales de riego han dado paso a sistemas de riego por goteo más eficientes que suministran la cantidad adecuada de agua y nutrientes a la zona de las raíces de las plantas. Pero a medida que la escasez de mano de obra agrícola se agrava, la inversión en sistemas de riego automatizados —que prometen un aumento de las tasas de producción y de la calidad del producto— será la única forma de garantizar la sostenibilidad de los sistemas de producción agrícola en todo el mundo.
Un nuevo artículo con coautoria de un equipo de investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y del Instituto Thapar de Ingeniería y Tecnología sintetiza la información disponible relacionada con la automatización de los sistemas de riego por goteo y explora los recientes avances en la ciencia de las redes de sensores inalámbricos (WSN), el internet de las cosas (IoT) y otras tecnologías de comunicación que aumentan la capacidad de producción al tiempo que reducen los costes.
«Agrupar ambos elementos —el riego por goteo y la automatización— en la aplicación del agua puede suponer un gran ahorro en el riego e impulsar la eficiencia hídrica, especialmente en sistemas de alto consumo de agua y basados en cereales como las llanuras indogangéticas», explica M.L. Jat, científico principal del CIMMYT y uno de los autores del estudio.
Invertir en datos y en la juventud
Las tecnologías de riego inteligente, incluidos los sensores y el IoT, permiten a los agricultores tomar decisiones informadas para mejorar la calidad y la cantidad de sus cultivos, proporcionándoles datos específicos del lugar sobre factores como la humedad del suelo, el estado de los nutrientes, la presión de las malas hierbas o la acidez del suelo.
Sin embargo, esta información sigue limitada a determinados tipos de suelo y cultivos. «Para mejorar los sistemas de riego por goteo en otros lugares, especialmente en las regiones con «estrés hídrico», necesitamos datos adicionales sobre los antecedentes agrícolas en esas zonas», señaló Jat. «Esa es la única forma en que podemos adaptar eficazmente las innovaciones a cada escenario, ya que una talla única no sirve para todos».
También es esencial poner estos datos a disposición de los agricultores y hacerlos legibles. En este sentido, los jóvenes pueden convertirse en muy buenos aliados, ya que suelen tener más conocimientos tecnológicos y están acostumbrados a trabajar con grandes volúmenes de información. «No sólo están más capacitados para integrar los datos agrícolas en la toma de decisiones, sino que también pueden ayudar a los agricultores más veteranos a adoptar y confiar en los sistemas de riego inteligentes», concluye Jat.
Plataforma de investigación a largo plazo en Karnal, India, por H.S. Jat, científico principal del ICAR-CSSRI. (Foto: ICAR-CSSRI y CIMMYT)
Incentivos contra subvenciones
Con la creciente escasez de agua en todo el mundo, aprovechar al máximo cada gota se convierte en una prioridad urgente. Pero en los países en los que los sistemas de riego por goteo están muy subvencionados, los agricultores pueden tener dificultades para ver esta urgencia. La India, por ejemplo, subvenciona el coste de la energía para bombear el agua para la agricultura, lo que anima a los pequeños agricultores a extraer más de lo que necesitan.
¿Cómo podemos incentivar a los agricultores de estos países para que adopten tecnologías de uso eficiente del agua?
Según Jat, utilizar la «tarjeta científica» puede funcionar con los pequeños agricultores que, tras haber cultivado durante décadas, no cambian de opinión automáticamente. «Estas personas pueden ser reacias a aceptar incentivos para mecanismos de eficiencia hídrica al principio, pero seguramente se interesarán por enfoques más científicos», explicó Jat, subrayando que «el énfasis debe ponerse en la ciencia, no en la tecnología».
El diseño de modelos empresariales rentables también puede incentivar a los productores a adoptar mecanismos más eficientes. Los agricultores que han disfrutado de subvenciones para el riego durante décadas pueden no ver ningún beneficio en probar nuevas tecnologías, pero ¿qué pasa si se les da la oportunidad de convertirse en campeones o embajadores de estas innovaciones agrícolas? «Eso aporta una perspectiva totalmente nueva», afirma Jat.
Además de incentivar a los agricultores, los buenos modelos de negocio también pueden llamar la atención de las grandes empresas, que aportarían inversiones para impulsar la investigación y la innovación en el riego por goteo. «Cada vez más empresas se interesan por la agricultura inteligente y la agricultura de bajas emisiones, y sus aportaciones pueden ayudar a conceptualizar el futuro de este campo», comentó.
Los miembros del equipo de MARPLE, Dave Hodson y Diane Saunders (segundo y tercera desde la izquierda) después de recibir el premio de Impacto Internacional. Con ellos está Malcolm Skingle, director de Cooperación Académica en GlaxoSmithKline (primero desde la izquierda) y Melanie Welham, presidenta ejecutiva del BBSRC. (Foto: BBSRC)
El equipo de investigación que está detrás del kit de diagnóstico Laboratorio de Fitopatología Portátil y en Tiempo Real (MARPLE por sus siglas en inglés) ganó la categoría de Impacto Internacional de los Premios al Innovador del Año 2019, patrocinados por el Consejo de Investigación de Biotecnología y Ciencias Biológicas (BBSRC por sus siglas en inglés) del Reino Unido.
El equipo — Diane Saunders del Centro John Innes (JIC por sus siglas en inglés), Dave Hodson del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y Tadessa Daba del Instituto Etíope de Investigación Agrícola (EIAR por sus siglas en inglés) — recibió el premio en un evento en el Museo de Ciencias de Londres el 15 de mayo de 2019. Entre la audiencia se encontraban destacadas figuras del mundo de la inversión, la industria, el gobierno, la beneficencia y el mundo académico, incluido el Ministro de Estado de Universidades, Ciencia, Investigación e Innovación del Reino Unido, Chris Skidmore.
Los premios al Innovador del Año del BBSRC, en su undécimo año, reconocen y apoyan a las personas o equipos que han tomado descubrimientos en biociencia y los han convertido en impacto. Al reflejar el alcance de la investigación que apoya el BBSRC, se otorgan cuatro categorías de impacto: comercial, social, internacional y carrera temprana. Daba, Hodson y Saunders se encontraban entre un grupo selecto de 12 finalistas que compiten por los cuatro prestigiosos premios. Además del reconocimiento internacional, recibieron 10 000 libras (13 000 dólares aproximadamente).
«Me alegra que este trabajo haya sido reconocido», dijo Hodson. “La roya del trigo es una amenaza mundial para la agricultura y para los medios de vida de los agricultores en países en vías de desarrollo como Etiopía. MARPLE pone a disposición diagnósticos rápidos y de vanguardia en manos de los que están en mejores condiciones para responder: los investigadores en el terreno, el gobierno local y los agricultores».
Diagnóstico en el terreno
El kit de diagnóstico MARPLE es el primer sistema operativo en el mundo que utiliza tecnología de secuencia de nanoporos para el diagnóstico y control rápido de patógenos fúngicos complejos en el campo.
En su trabajo inicial en Etiopía, el kit de diagnóstico del tamaño de una maleta posicionó al país — uno de los principales productores de trigo de la región — como líder mundial en diagnóstico y pronóstico de patógenos. Generando resultados dentro de las 48 horas posteriores al muestreo de campo, el kit representa una revolución en el diagnóstico de enfermedades vegetales. Su uso tendrá implicaciones de gran alcance en cuanto a cómo se identifican y rastrean las amenazas para la salud vegetal en el futuro.
MARPLE está diseñado para funcionar en un sitio de campo sin electricidad constante y con las temperaturas variables del campo.
«Esto significa que realmente podemos llevar el laboratorio al campo», explicó Saunders. «Sin embargo, tal vez lo más importante es que los laboratorios pequeños y con menos recursos pueden conducir su propia investigación sin tener que depender de una gran cantidad de laboratorios grandes, financiados y con experiencia sofisticada en diferentes países».
En una entrevista reciente con JIC, la directora de EIAR, Tadessa Daba, dijo: «Queremos que este proyecto se utilice en el terreno, para mostrar a los agricultores y a la nación que esta tecnología funciona».
El equipo de MARPLE usa el kit de diagnóstico en Etiopía. (Foto: JIC)
El desarrollo del kit de diagnóstico MARPLE fue financiado por el Consejo de Investigación de Biotecnología y Ciencias Biológicas (BBSRC) y la Plataforma del CGIAR para Macrodatos en Agricultura en el Desafío de Inspiración en Agricultura. El BBSRC también otorga apoyo continuo al Centro John Innes y al proyecto Delivering Genetic Gain in Wheat, liderado por la Universidad de Cornell y financiado por el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID) y la Fundación Bill y Melinda Gates.