Categorías
Comunicados de prensa

Presentan CANAMI y CIMMYT alianza para impulsar la producción sostenible de maíz en México

De izquierda a derecha: Esteban Jaramillo Reyes, director general CANAMI; Oscar Mendoza Flores, secretario de CANAMI; Marcela Martínez Pichardo, presidenta de CANAMI; Bram Govaerts, director general del CIMMYT y Daniela Vega Lira, jefa de personal del CIMMYT. (Foto: CIMMYT)

Con el objetivo de generar una mayor producción de maíz amarillo y blanco en el sur-sureste de México e incrementar el rendimiento de la región que, actualmente, es bajo en comparación con otras entidades como Sinaloa, donde se producen 11 toneladas por hectárea en promedio, la Cámara Nacional del Maíz Industrializado (CANAMI) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz Y Trigo (CIMMYT) suscribieron un convenio marco de cooperación interinstitucional. Ambas organizaciones colaboraran en la planeación, programación, ejecución, seguimiento y evaluación de los proyectos estratégicos acordados para el sector agroalimentario.

“En México necesitamos 18 millones de toneladas de maíz amarillo adicionales a la producción actual de 27 millones de toneladas, para cubrir las necesidades que requiere el país hoy en día de 45”, enfatizó Marcela Martínez Pichardo, presidenta de la CANAMI, tras señalar que el convenio con el CIMMYT contempla tener mayor injerencia en el sur-sureste del territorio mexicano, donde existe un enorme potencial de crecimiento, acompañado de la capacitación a los productores para impulsar la evolución agrícola en la región.

El acuerdo tiene la intención de consolidar la colaboración de ambas instituciones, conjuntando recursos y acciones para incrementar, paulatinamente, la producción de dicho grano en tres, cinco y diez años, en los ciclos primavera-verano y otoño-invierno, para aprovechar todo el potencial que se tiene, sobre todo con la disponibilidad de agua en la región donde el promedio de rendimiento es de 2.1 toneladas por hectárea. Se busca también propiciar la inversión en plataformas logísticas e industriales, acciones que impulsa y respalda el Gobierno Federal.

“El reto es grande, pero trabajamos en un ambicioso programa para ampliar la capacidad de producción de semilla, con paquetes tecnológicos adecuados, así como sistemas para incrementar la capacidad de almacenaje. Sin embargo, es necesario impulsar temas de infraestructura adecuada para almacenar y trasladar el grano con mayor facilidad, además de que los productores cuenten con una impecable capacitación”, agregó Martínez.

El compromiso en los convenios específicos de colaboración es; por parte de la CANAMI, realizar las aportaciones financieras para el desarrollo de proyectos de investigación conjuntos; en tanto que, por parte del CIMMYT, será contribuir con la metodología y el soporte técnico y científico necesario para la ejecución de las actividades de investigación sobre el desarrollo de semillas, cadenas de valor y sistemas de producción sustentables.

“Entre las acciones que recomendamos emprender de inmediato para mitigar los efectos de la crisis alimentaria provocada por la inflación, los precios altos de los combustibles e insumos agrícolas, el conflicto y el cambio climático, destaca incrementar la productividad en regiones donde aún no se alcanza el potencial de producción de granos básicos a través de la difusión de buenas prácticas y tecnologías innovadoras con base en agricultura de conservación”, señaló Bram Govaerts, director general del CIMMYT.

Bram Govaerts, director general del CIMMYT y Marcela Martínez Pichardo, presidenta de CANAMI. (Foto: CIMMYT)

Para superar los desafíos del sistema agroalimentario en los ámbitos global, hemisférico, regional y nacional, la innovación en el sector de la agroindustria es un factor indispensable, ya que es una herramienta fundamental para mejorar la productividad, la eficiencia y el impacto social, económico y ambiental en el sector y, en ese sentido, será un gran aliado el CIMMYT para CANAMI.

Actualmente, México enfrenta escasez de maíz amarillo, ya que alrededor de 73.2% de la oferta nacional se cubre con importaciones y, para este año, podrían alcanzar 18 millones de toneladas, nivel similar al de 2021, de acuerdo con datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

Factores como la emergencia sanitaria y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania afectan la producción y disponibilidad de maíz en todo el mundo y podrían tener repercusiones considerables en el acceso de productos de canasta básica y de uso diario para las familias mexicanas. Otro punto a considerar es la entrada en vigor del Decreto que prohíbe la utilización del maíz genéticamente modificado a partir de enero de 2024 y que, sin duda, traerá consigo cambios significativos para la industria que utiliza dicho grano como materia prima en la elaboración de sus productos.

La escasez puede tener repercusiones en el mercado interno y afectar a más de 60 sectores industriales que dependen de este indispensable grano, siendo los sectores de alimentos y bebidas, farmacéutico, nutrición animal y cuidado personal, los más expuestos, por lo que se considerara de suma importancia seguir alianzas públicas y privadas para no llegar a tener altas afectaciones.


Para más información, contactar con el equipo de Comunicación:

Ricardo Curiel, Gerente de Comunicación, CIMMYT. r.curiel@cgiar.org, +52 5558042004 ext. 1144

Sobre la Cámara Nacional de Maíz Industrializado (CANAMI)

Afiliamos a empresas semilleras hasta las que transforman el maíz para obtener productos intermedios o insumos industriales, como son harina de maíz nixtamalizado y los derivados del almidón, o que producen alimentos, entre estos figuran: cereales para desayuno o frituras, botanas y muy diversos alimentos tradicionales mexicanos, en particular tortillas.

Sobre el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es una organización internacional enfocada en la investigación y capacitación agrícola sin fines de lucro que empodera a los agricultores a través de la ciencia y la innovación para nutrir al mundo en medio de una crisis climática. Aplicando ciencia de alta calidad y alianzas sólidas, el CIMMYT trabaja para lograr un mundo con personas más sanas y prósperas, libres de crisis alimentarias mundiales y con sistemas agroalimentarios más resilientes. La investigación del CIMMYT aporta una mayor productividad y mejores ganancias a los agricultores, mitiga los efectos de la crisis climática y reduce el impacto ambiental de la agricultura.

El CIMMYT es miembro del CGIAR, una alianza mundial de investigación para un futuro con seguridad alimentaria dedicada a reducir la pobreza, mejorar la seguridad alimentaria y nutricional y mejorar los recursos naturales.

Categorías
Reportajes

Agricultura regenerativa para la salud del suelo

El sur de Asia fue el epicentro de la Revolución Verde, una era histórica de innovación agrícola que alimentó a miles de millones de personas al borde de la hambruna.

Sin embargo, a pesar de los indiscutibles efectos positivos de la Revolución Verde de la década de 1960 en materia de nutrición y desarrollo, la era de la innovación también condujo al uso generalizado de prácticas agrícolas —como el monocultivo, la eliminación y la quema de los residuos de las cosechas, y el uso excesivo de fertilizantes sintéticos— que tienen un efecto nocivo en el suelo y causan daños ecológicos fuera de él. El bombeo excesivo de agua de riego durante décadas ha secado el principal acuífero de la región.

Los problemas del sur de Asia ilustran los costes medioambientales de la producción intensiva de alimentos para alimentar a nuestro densamente poblado planeta. Actualmente, mil millones de hectáreas de tierra en todo el mundo sufren de suelos degradados.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) trabaja con dos de los cultivos de cereales más cultivados y consumidos del mundo. Para cultivar una cantidad suficiente de estos alimentos básicos para alimentar al mundo, se necesita una segunda Revolución Verde: una que evite los errores del pasado, regenere las tierras degradadas y reactive la biodiversidad en las zonas agrícolas.

M.L. Jat, científico principal del CIMMYT, lleva 20 años estudiando y promoviendo prácticas agrícolas sostenibles para los sistemas de cultivo basados en el maíz y el trigo. En la siguiente entrevista, Jat nos habla de la agricultura regenerativa: prácticas integradas de agricultura y pastoreo destinadas a reconstruir la materia orgánica del suelo y restaurar la biodiversidad de los suelos degradados.

P: ¿Qué componentes o prácticas principales forman parte de la agricultura regenerativa?

R: La agricultura regenerativa es un sistema integral de cultivo que aprovecha el poder de la biología del suelo para reconstruir la materia orgánica del suelo, diversificar los sistemas de cultivo y mejorar la retención de agua y la absorción de nutrientes. El agotamiento de la biodiversidad, la degradación de la salud del suelo, el calentamiento y el clima más seco en las zonas agrícolas han hecho necesario un cambio en la agricultura de «degeneración a regeneración».

Estas prácticas abordan los retos de la seguridad alimentaria y nutricional al tiempo que protegen los recursos naturales y reducen la huella medioambiental de la agricultura, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. El CIMMYT lleva años trabajando en la investigación y promoción de la agricultura de conservación, que contribuye a los objetivos de la agricultura regenerativa, y que ya se practica en más de 200 millones de hectáreas en todo el mundo —el 15% de todas las tierras de cultivo— y se está expandiendo a un ritmo de 10.5 millones de hectáreas al año.

P: ¿Qué papel pueden desempeñar los principales cultivos alimentarios (maíz, arroz y trigo) en los sistemas de agricultura regenerativa?

R: La agricultura regenerativa es «neutral en cuanto a cultivos», es decir, es aplicable a casi todos los cultivos y sistemas agrícolas. Los cultivos de arroz, trigo y maíz del mundo tienen una enorme huella física y ecológica en la tierra y los recursos naturales, pero desempeñan un papel fundamental en la seguridad alimentaria y nutricional. Teniendo en cuenta que el cambio climático antropogénico ha reducido la productividad total de los factores agrícolas a nivel mundial en aproximadamente un 21% en las últimas seis décadas, la aplicación de enfoques de agricultura regenerativa a estos sistemas representa una contribución trascendental hacia la agricultura sostenible bajo riesgos climáticos crecientes.

P: ¿Qué elementos o enfoques de la agricultura regenerativa son aplicables en la India y cómo pueden aplicarse?

R: Las prácticas regenerativas para los sistemas de maíz y trigo en la India incluyen la no labranza, el reciclaje de residuos de cultivos, los cultivos intercalados de legumbres y los cultivos de cobertura, la diversificación de cultivos, la gestión integrada de nutrientes y la gestión precisa del agua.

El área potencial de adopción de la agricultura regenerativa en la India cubre al menos 50 millones de hectáreas a través de una diversidad de sistemas de cultivo y agroecologías —incluyendo tierras agrícolas de regadío, de secano y áridas— y puede ser abordada a través de una adecuada focalización, inversiones, mejora de conocimientos y capacidades, y políticas de habilitación.

En la región del granero de las llanuras indogangéticas, la agricultura regenerativa puede ayudar a resolver los mencionados problemas de segunda generación de la Revolución Verde, además de contribuir a la Misión de Salud del Suelo del gobierno indio y a sus compromisos de la COP26.

P: Para poner en marcha la agricultura regenerativa en el sur de Asia, ¿quién va a participar?

R: La adaptación y aplicación de la cartera de prácticas de la agricultura regenerativa requerirá la participación de todas las partes interesadas relacionadas con la agricultura. La aplicación de estos principios depende del lugar y de la situación, por lo que los investigadores, los agentes de extensión, los actores de la cadena de valor, los filántropos, los ecologistas, las ONG, los agricultores y los planificadores de políticas tienen un papel que desempeñar en la vía del impacto.

El CIMMYT, el Instituto Borlaug para el Sur de Asia (BISA), los programas y organismos públicos y privados, y los propios agricultores han estado desarrollando, perfeccionando y ampliando las prácticas de agricultura regenerativa basadas en la agricultura de conservación durante unas tres décadas en el Sur de Asia. El CIMMYT y el BISA seguirán desempeñando un papel fundamental en la integración de la agricultura regenerativa en los planes de desarrollo locales, nacionales y regionales mediante el desarrollo de políticas y capacidades con base científica.

P: Los agricultores constituyen una fuerte fuerza económica y política en la India. ¿Cómo se les puede incorporar a la práctica de la agricultura regenerativa, que podría ser más costosa y con más conocimientos que sus prácticas actuales?

R: Tenemos que buscar negocios «inusuales» y aprovechar las oportunidades potenciales de la agricultura regenerativa para secuestrar el carbono del suelo y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Las prácticas de agricultura regenerativa pueden ofrecer a los agricultores ingresos adicionales y, sin duda, crear un «factor de atracción» para su adopción, algo que ya ha comenzado y que constituirá un sólido argumento comercial. Por ejemplo, los modelos empresariales innovadores ofrecen a los agricultores la oportunidad de comerciar con los servicios de los ecosistemas y los créditos de carbono mediante la reutilización de las subvenciones y el desarrollo de mercados de carbono para los sectores privados. El CIMMYT, junto con el Consejo Indio de Investigación Agrícola y socios privados como Grow Indigo, ya están ayudando a poner en marcha un marco para adquirir créditos de carbono a través de la agricultura regenerativa en la India.

Para más información sobre la aplicación de la agricultura regenerativa en las tierras de cultivo de la India, véase «Regenerative Agriculture for Soil Health, Food and Environmental Security: Proceedings and Recommendations«.

Foto de portada: Campos marrones y verdes. (Foto: Elizabeth Lies/Unsplash)