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#ChiapasNoQuema suma voluntades

Chiapas.- El tiempo de recuperación de los suelos siniestrados por el fuego es muy variable. Hay praderas que recuperan su estructura (aunque no toda su funcionalidad) de una temporada a otra, pero los ecosistemas más complejos, como bosques y selvas, pueden tardar periodos superiores a 500 años en recuperar su equilibrio original (FAO, 2015). Hay efectos —como la reducción de la capacidad de absorción y retención de agua— que se mantienen por años, lo cual dificulta la recuperación del suelo y aumenta significativamente el riesgo de erosión.

En promedio, Chiapas tiene 6,600 incendios cada año. Por lo anterior, es considerada una de las entidades con mayor incidencia en ese rubro (en 2015, 2018 y 2019 Chiapas fue la entidad con más incendios en todo el país) y —en consecuencia— una de las que más contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero y que más cobertura arbórea pierde a causa de los incendios.

El 22 de enero pasado, a través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se lanzó la campaña #ChiapasNoQuema, impulsada de forma conjunta por el Hub Chiapas —del CIMMYT—; The Nature Conservancy (TNC); Rainforest Alliance; la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn) de Chiapas; y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP Chiapas).

El objetivo de la campaña es la reducción de las quemas mediante la prevención y el ofrecimiento a los productores de alternativas como la Agricultura de Conservación, que es un sistema de producción sustentable que aprovecha el rastrojo (residuos agrícolas que son objeto de las quemas) para usarlo como cobertura del suelo. Además de mejorar la estructura y calidad del suelo —y retener humedad—, el aprovechamiento del rastrojo permite a los productores tener ahorros significativos en sus costos de producción.

La quema de residuos, además de contribuir a la liberación de gases de efecto invernadero, tiene un efecto negativo sobre los rendimientos de los cultivos (en la figura 1 se muestran los resultados de una evaluación de la quema en comparación con el rastrojo como cobertura). En cambio, la Agricultura de Conservación permite incrementar los rendimientos, y sus efectos se potencializan con la implementación de otros sistemas integrados, como el Manejo Agroecológico de Plagas y la Milpa Intercalada con Árboles Frutales (particularmente útil para suelos con pendientes, como gran parte de los de Chiapas).

A poco más de un mes del inicio de la campaña #ChiapasNoQuema, se han sumado nuevos e importantes actores, como los Ayuntamientos de Villaflores, Villa Corzo, Venustiano Carranza y Tuxtla Gutiérrez; técnicos independientes; la Secretaría de Protección Civil; y la Secretaría de Economía del estado. Con estas vinculaciones, en 17 municipios de Chiapas se ha capacitado en temas referentes a la campaña a más de 1,100 personas, de las cuales más de 70% son productores.

Cabe mencionar que en los eventos de capacitación se presentan las ventajas de las siembras con rastrojo y su manejo, con el objetivo de que los productores eviten las quemas agrícolas y sean conscientes de que #ElRastrojoVale más como cobertura del suelo.

Si quieres saber más sobre esta campaña, obtener consejos para el manejo de los rastrojos y conocer los lugares de próximas capacitaciones, síguenos en redes sociales o búscanos con el hashtag #ChiapasNoQuema.

Figura 1. Efecto de la no quema sobre el rendimiento del cultivo de maíz, Ocosingo, Chiapas. Ciclo primavera-verano 2019.
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Conocer los suelos es la clave para nutrirlos

En el estado de Zacatecas, resultado de su amplio territorio y variedad de climas ―donde la precipitación media anual varía desde menos de 200 milímetros en el norte hasta más de 700 milímetros en la región de los cañones―, hay una gran diversidad de suelos, los cuales presentan importantes variaciones de pendiente, profundidad, textura, salinidad, etcétera. También el tipo de erosión que sufren es diverso, y mientras la erosión eólica predomina en las grandes planicies del estado, el sobrepastoreo y las prácticas agrícolas inadecuadas afectan parte del territorio (Semarnat, 2015). Por esto, es urgente establecer medidas preventivas y correctivas de conservación de suelos para asegurar que la población mexicana tenga acceso a los alimentos que necesita.

Para promover en la entidad prácticas sustentables que permitan preservar ese recurso y establecer medidas adecuadas y pertinentes para recuperar su fertilidad y calidad, en el marco del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se impartió el curso Interpretación de Análisis de Suelos.

Este curso se llevó a cabo en instalaciones de la Secretaría del Campo (Secampo) de Zacatecas —mediante la vinculación con la Subsecretaría para la Conservación de Suelos y Agua, presidida por el ingeniero José Rodríguez— y fue impartido por el doctor Prometeo Sánchez ―investigador y académico del Colegio de Postgraduados (Colpos)―, quien enfatizó la importancia de realizar análisis de suelo para establecer los mecanismos de remediación más adecuados según el tipo y proceso de degradación. “Conocer nuestros suelos es la clave para nutrirlos de manera equilibrada y oportuna. Los suelos pueden ser iguales por su origen pero diferentes por su manejo”, señaló el investigador.

Con esta articulación de esfuerzos que impulsa el CIMMYT a través de MasAgro, se capacitó a poco más de 50 agrónomos, entre ellos técnicos de la SADER y Secampo y actores clave de la agroindustria, los cuales coincidieron en que es urgente desarrollar medidas preventivas y correctivas de conservación de suelos para asegurar la disponibilidad de alimentos y la preservación de los recursos naturales durante su producción en el campo.

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¿Cómo afecta la compactación del suelo a la agricultura?

Se estima que cerca de 64% de los suelos de México están degradados (FAO, 2015). La degradación física —que es la pérdida en la calidad de la estructura del suelo que afecta la germinación y el desarrollo de las raíces de las plantas— predomina en cerca de 10.8 millones de hectáreas (aproximadamente 6% de la superficie nacional). En esta superficie, la compactación es el tipo específico de degradación predominante (alrededor de 70%) (Semarnat, 2015).

La compactación facilita las pérdidas de producción, ya que reduce la oxigenación del suelo; la infiltración de agua; la actividad microbiana y de lombrices; y el crecimiento de las raíces, lo cual deriva —con frecuencia— en un menor tamaño de la planta y un aumento en su marchitez y delgadez.

Los suelos compactados son un problema que afecta tanto a los productores como a las comunidades, pues además incide negativamente en la dinámica socioeconómica local, como ha ocurrido con algunos productores de cebada en San Luis Potosí.

Recientemente, el ingeniero Luis Adrián Olmos, analista de agronegocios del Grupo Modelo en aquella entidad, invitó a técnicos de MasAgro —programa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— a visitar la parcela del señor Mateo Conde, uno de los productores con los que colabora, para establecer un módulo agronómico de cebada, cuya productividad se ha visto afectada debido a la compactación del suelo.

Con el fin de ofrecer soluciones adecuadas a esta problemática, el equipo de MasAgro realizó un análisis de suelo para conocer la dureza específica y así definir cuáles son las prácticas más pertinentes para preparar la parcela. Para esto, se hicieron pruebas con el penetrómetro (instrumento que mide la dureza del suelo) y se observó que en la parcela había marcadas diferencias de dureza, ocasionadas por el paso de camiones que van por agua al pozo.

Después de analizar los datos obtenidos, se confirmó que el suelo de la parcela del señor Mateo es poco favorable para el crecimiento de las plantas cultivadas, por lo que en lo sucesivo se trabajará para determinar cuáles son las prácticas más adecuadas para mejorar su calidad y estructura.

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Los beneficios del frijol mucuna

Con el paso del tiempo, el manejo convencional de los cultivos (quemas agrícolas, monocultivo, constante movimiento del suelo, etc.) genera impactos negativos en la fertilidad de los suelos, erosionándolos y volviéndolos cada vez menos productivos (este efecto es particularmente notorio en zonas de lomeríos y laderas). Sin embargo, hay diversas prácticas que ayudan a revertir esta situación; entre ellas está el establecimiento de cultivos de cobertura.

El frijol mucuna (Mucuna pruriens) —también llamado frijol terciopelo (por sus vainas con vellosidad) o frijol nescafé (porque sus semillas tostadas se usan como sustituto de café)— es un cultivo de cobertura que, en rotación o de relevo con el maíz, funciona como un abono verde, debido a la cantidad de follaje que produce. Estas grandes cantidades de biomasa contribuyen a mejorar el suelo, evitar la erosión hídrica, conservar la humedad e impedir la emergencia de malezas.

Gracias a que es una leguminosa, tiene la capacidad de capturar el nitrógeno (elemento esencial para el crecimiento de las plantas) del aire y fijarlo al suelo gracias a las bacterias Rhizobium que se desarrollan en sus raíces. Sus vainas, follaje y semillas se usan en algunos casos para la alimentación animal, mientras que el consumo humano es mucho menos frecuente (no solo porque su cocción toma mucho tiempo, sino porque contiene sustancias que pueden ser tóxicas, como la L-dopa, precursora de la dopamina).

Se trata de una planta que se adapta bien a las regiones tropicales; por eso, productores del municipio de San Felipe Jalapa de Díaz, en Oaxaca, han comenzado a realizar siembras de relevo con esta leguminosa —estableciendo el cultivo cuando el maíz ya se encuentra doblado y listo para cortarse—, obteniendo buenos resultados.

Para los productores de este municipio el cultivo del frijol mucuna es una forma natural de mejorar la fertilidad de sus suelos, y representa además una alternativa para disminuir la inversión realizada en fertilizantes (sobre todo porque la producción en esta zona es de dos ciclos agrícolas). Su apuesta por esta leguminosa, de hecho, se ha comenzado a replicar en parcelas de municipios vecinos.

Es importante mencionar que la sola implementación del cultivo de mucuna no basta para mejorar la calidad y fertilidad del suelo. Para que esta leguminosa haga su trabajo, se deben realizar además otras prácticas sustentables a nivel de parcela, tales como la mínima labranza, la rotación de cultivos, la cobertura del suelo o el Manejo Agroecológico de Plagas.

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Una historia de rastrojo, ganado y Agricultura de Conservación

Osval Melendrez Soto es un ganadero y productor de temporal del Valle de Culiacán, Sinaloa. Por la cantidad de lluvias que se presentan en su zona, no alcanza a producir granos; solo cosecha forrajes. Por esto, la ganadería es la actividad económica principal de Osval, quien ha incrementado su rentabilidad gracias a la Agricultura de Conservación.

Para él, la Agricultura de Conservación en temporal no tenía sentido, pero cuando —por la necesidad de reducir sus costos de producción— buscó la forma de disminuir los pasos de maquinaria, decidió probar ese sistema, ya que uno de los principios de la Agrícultura de Conservación es la labranza mínima.

Debido a que la maquinaria convencional no está diseñada para cortar el rastrojo y mantenerlo como cobertura del suelo, Osval adaptó unos discos cortadores a la sembradora que ya tenía. “Esta es una máquina sencilla pero eficiente, hecha en los talleres de Costa Rica, Sinaloa. Está adaptada por técnicos mexicanos”, comentó.

Ahora este productor ya no utiliza rastras o arados, ni gasta en la preparación del suelo. De hecho, hace un mejor manejo de la maleza y ha optimizado el uso de la semilla. “Hemos tenido asesoría para hacer cero labranza, y aquí pueden observar cómo estamos aprovechando el rastrojo del año pasado”, señaló.

El rastrojo —paja o soca, como también son llamados los residuos agrícolas— es una excelente cobertura del suelo, pues aumenta su humedad . Al degradarse, contribuye a incrementar la materia orgánica del suelo y, por lo tanto, mejora su estructura y calidad.

Por muchos años, explica Osval, ha alternado la agricultura con la ganadería; por eso suele establecer pastos perennes o sorgo de doble propósito al iniciar las lluvias. Previo a la siembra, lo único que hace en su parcela es mantener bajo control la presencia de malezas. Así “no tenemos ningún problema en el desarrollo del cultivo. La mínima labranza nos ha ayudado a bajar el costo de nuestra producción, y esta máquina no le pide nada a ninguna otra con equipos de doble rastreo”, mencionó.

Osval Melendrez Soto concluye un largo día de siembra, esperando que el temporal sea benévolo y suficiente para que el forraje crezca y alimente al hato ganadero, actividad que desde hace muchos años realiza y en la cual —con ayuda de la Agricultura de Conservación— ha logrado incrementar su rentabilidad.

La Agricultura de Conservación es un sistema de producción sustentable que se puede adaptar a muy diversos contextos de producción, brindando buenos resultados tanto en sistema de riego como de temporal. En conjunto con otras prácticas sustentables asociadas o derivadas, forma parte de la Agricultura Sustentable y climáticamente inteligente que se promueve a través del movimiento #AgriculturaConCiencia. ¡Súmate!

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Publicaciones recientes: Una mejor comprensión de los cambios en los sistemas agrícolas para proponer soluciones adaptadas

A farmers group stands for a photograph at a demonstration plot of drought-tolerant (DT) maize in the village of Lobu Koromo, in Ethiopia’s Hawassa Zuria district. (Photo: P. Lowe/CIMMYT)
Un grupo de agricultores posa para una fotografía en una parcela de demostración de maíz tolerante a la sequía (DT) en el pueblo de Lobu Koromo, en el distrito Hawassa Zuria de Etiopía. (Foto: P. Lowe/CIMMYT)

Los sistemas agrícolas son objetivos móviles. La investigación y el desarrollo agrícola deben comprender de dónde provienen y dónde ofrecerán soluciones adaptadas. Este es uno de los objetivos principales de las Trayectorias y Trade-offs para la Intensificación de los Sistemas a base de Cereales (ATTIC en inglés), un proyecto financiado por el Programa de Investigación de Maíz del CGIAR (MAIZE) e implementado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el grupo de Ecología del Sistema Agrícola en la Universidad de Wageningen.

Un estudio reciente dirigido por Yodit Kebede —quien obtuvo su doctorado el año pasado bajo el proyecto ATTIC— examinó los impulsores que afectan a los pequeños agricultores en el sur de Etiopía, las respuestas de los agricultores a estos cambios y las consecuencias para los paisajes agrícolas.

Como en muchas partes del mundo en desarrollo, las pequeñas granjas en el sur de Etiopía se han vuelto más pequeñas. El aumento de la población y la expansión urbana han sido los impulsores principales de este cambio. La población ha aumentado más del 3% anual en Etiopía, el segundo país más poblado de África. Las áreas de pastoreo y los bosques se convirtieron en tierras de cultivo, lo que acentuó la disponibilidad de alimento para el ganado y leña.

Los agricultores respondieron a estos cambios a través de tres trayectorias amplias: diversificación —cultivo mixto e intercalado, especialmente para las granjas más pequeñas— especialización —a menudo en cultivos de alto valor, pero no alimenticios— y consolidación —mantenimiento o aumento del área agrícola. Cada una de estas trayectorias tiene sus propias necesidades específicas de I+D, aunque las granjas que siguen una trayectoria de consolidación a menudo se ven favorecidas por los programas de I+D. Las mismas tres trayectorias se pueden identificar en muchas áreas rurales donde la transformación rural aún no ha tenido lugar, en África y en otras partes del mundo en desarrollo.

La pérdida de pastizales y bosques produjo un paisaje más susceptible a la erosión y la pérdida de fertilidad del suelo. Sin embargo, todos los resultados de estos cambios en el paisaje pueden no ser negativos. Otro estudio realizado por los mismos autores en el área demostró que un paisaje agrícola cada vez más fragmentado puede conducir a un mayor control de plagas por parte de los enemigos naturales.

Si bien el objetivo es mitigar los resultados negativos de los cambios en el paisaje, por ejemplo, la degradación de la tierra, las políticas deben tener cuidado de no reducir involuntariamente algunos de los resultados positivos de estos cambios, como, por ejemplo, un mayor control de plagas. Como conclusión en el estudio, «se necesita una mejor comprensión de las interconexiones y compensaciones entre los servicios de los ecosistemas y las escalas espaciales a las que se generan, utilizan e interactúan los servicios para informar con éxito las futuras políticas de uso de la tierra».

Lea el estudio completo

Otras publicaciones recientes del CIMMYT:

  1. Estimation of hydrochemical unsaturated soil parameters using a multivariational objective analysis. 2019. Lemoubou, E.L., Kamdem, H.T.T., Bogning, J.R., Tonnang, H. En: Transport in Porous Media v. 127, no. 3, p. 605-630.
  2. Analyses of African common bean (Phaseolus vulgaris L.) germplasm using a SNP fingerprinting platform : diversity, quality control and molecular breeding. 2019. Raatz, B., Mukankusi, C., Lobaton, J.D., Male, A., Chisale, V., Amsalu, B., Fourie, D., Mukamuhirwa, F., Muimui, K., Mutari, B., Nchimbi-Msolla, S., Nkalubo, S., Tumsa, K., Chirwa, R., Maredia, M.K., He, Chunlin En: Genetic Resources and Crop Evolution v.66, no. 3, p. 707-722.
  3. Deep blade loosening increases root growth, organic carbon, aeration, drainage, lateral infiltration and productivity. 2019. Hamilton, G.J., Bakker, D., Akbar, G., Hassan, I., Hussain, Z., McHugh, A., Raine, S.R. En: Geoderma v. 345, p. 72-92.
  4. Maize crop nutrient input requirements for food security in sub-Saharan Africa. 2019. Berge, H.F.M. ten., Hijbeek, R., Loon, M.P. van., Rurinda, J., Fantaye, K. T., Shamie Zingore, Craufurd, P., Heerwaarden, J., Brentrup, F., Schröder, J.J., Boogaard, H., Groot, H.L.E. de., Ittersum, M.K. van. En: Global Food Security v. 23 p. 9-21.
  5. Primary hexaploid synthetics : novel sources of wheat disease resistance. 2019. Shamanin, V., Shepelev, S.S., Pozherukova, V.E., Gultyaeva, E.I., Kolomiets, T., Pakholkova, E.V., Morgounov, A.I. In: Crop Protection v. 121, p. 7-10.
  6. Understanding the factors influencing fall armyworm (Spodoptera frugiperda J.E. Smith) damage in African smallholder maize fields and quantifying its impact on yield. A case study in Eastern Zimbabwe. 2019. Baudron, F., Zaman-Allah, M., Chaipa, I., Chari, N., Chinwada, P. En: Crop Protection v. 120 p. 141-150.
  7. Predicting dark respiration rates of wheat leaves from hyperspectral reflectance. 2019. Coast, O., Shahen Shah, Ivakov, A., Oorbessy Gaju, Wilson, P.B., Posch, B.C., Bryant, C.J., Negrini, A.C.A., Evans, J.R., Condon, A.G., Silva‐Pérez, V., Reynolds, M.P. Pogson, B.J., Millar A.H., Furbank, R.T., Atkin, O.K. En: Plant, Cell and Environment v. 42, no. 7, p. 2133-2150.
  8. Morphological and physiological responses of Guazuma ulmifolia Lam. to different pruning dates. 2019. Ortega-Vargas, E., Burgueño, J., Avila-Resendiz, C., Campbell, W.B., Jarillo-Rodriguez, J., Lopez-Ortiz, S. En: Agroforestry Systems v. 93 no. 2 p. 461-470.
  9. Stripe rust resistance in wild wheat Aegilops tauschii Coss.: genetic structure and inheritance in synthetic allohexaploid Triticum wheat lines. 2019. Kishii, M., Huerta-Espino, J., Hisashi Tsujimoto, Yoshihiro Matsuoka. En: Genetic Resources and Crop Evolution v. 66, no. 4, p.  909-920.
  10. Comparative assessment of food-fodder traits in a wide range of wheat germplasm for diverse biophysical target domains in South Asia. 2019. Blummel, M., Updahyay, S.R., Gautam, N.R., Barma, N.C.D., Abdul Hakim, M., Hussain, M., Muhammad Yaqub Mujahid, Chatrath, R., Sohu, V.S., Gurvinder Singh Mavi, Vinod Kumar Mishra, Kalappanavar, I.K., Vaishali Rudra Naik, Suma S. Biradar., Prasad, S.V.S., Singh, R.P., Joshi, A.K. En: Field Crops Research v. 236, p. 68-74.
  11. Comment on ‘De Roo et. al. (2019). On-farm trials for development impact? The organization of research and the scaling of agricultural technologies. 2019. Wall, P.C., Thierfelder, C., Nyagumbo, I., Rusinamhodzi, L., Mupangwa, W. En: Experimental Agriculture v. 55 no. 2 p. 185-194.
  12. High-throughput phenotyping enabled genetic dissection of crop lodging in wheat. 2019. Singh, D., Xu Wang, Kumar, U., Liangliang Gao, Muhammad Noor, Imtiaz, M., Singh, R.P., Poland, J.A. En: Frontiers in Plant Science v. 10 art. 394.
  13. Differential response from nitrogen sources with and without residue management under conservation agriculture on crop yields, water-use and economics in maize-based rotations. 2019. Jat, S.L., Parihar, C.M., Singh, A.K., Hari S. Nayak, Meena, B.R., Kumar, B., Parihar M.D., Jat, M.L. En: Field Crops Research v. 236, p. 96-110.
  14. Drip irrigation and nitrogen management for improving crop yields, nitrogen use efficiency and water productivity of maize-wheat system on permanent beds in north-west India. 2019. Sandhu, O.S., Gupta, R.K., Thind, H.S., Jat, M.L., Sidhu, H.S., Singh, Y. En: Agricultural Water Management v. 219 p. 19-26.
  15. Impact of tillage and crop establishment methods on crop yields, profitability and soil physical properties in rice–wheat system of Indo‐gangetic plains of India. Kumar, V., Gathala, M.K., Saharawat, Y.S., Parihar, C.M., Rajeev Kumar, Kumar, R., Jat, M.L., Jat, A.S., Mahala, D.M., Kumar, L., Hari S. Nayak, Parihar M.D., Vikas Rai, Jewlia, H.R., Bhola R. Kuri En: Soil Use and Management v. 35, no. 2, p. 303-313.
  16. Increasing profitability, yields and yield stability through sustainable crop establishment practices in the rice-wheat systems of Nepal. 2019. Devkota, M., Devkota, K.P., Acharya, S., McDonald, A. En: Agricultural Systems v. 173, p. 414-423.
  17. Identification of donors for low-nitrogen stress with maize lethal necrosis (MLN) tolerance for maize breeding in sub-Saharan Africa. 2019. Das, B., Atlin, G.N., Olsen, M., Burgueño, J., Amsal Tesfaye Tarekegne, Babu, R., Ndou, E., Mashingaidze, K., Lieketso Moremoholo |Ligeyo, D., Matemba-Mutasa, R., Zaman-Allah, M., San Vicente, F.M., Prasanna, B.M., Cairns, J.E. En: Euphytica v. 215, no. 4, art. 80.
  18. On-farm trials as ‘infection points’? A response to Wall et al. 2019. Andersson, J.A., Krupnik, T.J., De Roo, N. En: Experimental Agriculture v. 55, no. 2 p. 195-199.
  19. Doing development-oriented agronomy: Rethinking methods, concepts and direction. 2019. Andersson, J.A., Giller, K.Ehttps://repository.cimmyt.org/handle/10883/20154. En: Experimental Agriculture v. 55, no. 2, p. 157-162.
  20. Scale-appropriate mechanization impacts on productivity among smallholders : Evidence from rice systems in the mid-hills of Nepal. 2019. Paudel, G.P., Dilli Bahadur KC, Rahut, D.B., Justice, S., McDonald, A. En: Land Use Policy v. 85, p. 104-113.
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Científicos proponen un sistema confiable y de bajo costo para medir el carbono orgánico del suelo

A multi-crop, multi-use zero-tillage seeder at work on a conservation agriculture trial plot, left, at CIMMYT's headquarters in Texcoco, Mexico. The residues retained on the soil surface and the permanent raised beds are in clear contrast with the conventional plot on the right. (Photo: CIMMYT)
Una sembradora de labranza cero de cultivos y usos múltiples trabaja en una parcela de prueba de agricultura de conservación en la sede del CIMMYT en Texcoco, México. (Foto: CIMMYT)

Una nueva investigación realizada por un equipo internacional de científicos, incluido el director del Programa de Desarrollo Estratégico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Bram Govaerts, describe un sistema de contabilidad propuesto para el carbono orgánico en los suelos, el cual podría alentar a los agricultores a adoptar mejores prácticas de gestión de la tierra y aumentar los niveles de carbono orgánico del suelo.

Reportado este mes en la revista Carbon Management, el estudio destaca cómo aumentar el carbono orgánico del suelo (COS) generaría resiliencia y fertilidad agrícola y reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, debemos ser capaces de medirlo.

El suelo es un gran depósito de carbono — de hecho, los suelos contienen una de las mayores reservas de carbono orgánico del planeta. Con una gestión adecuada de la tierra, los suelos tienen el potencial de almacenar aún más. Los niveles mejorados de COS también se han relacionado con una mejor calidad del suelo, menor susceptibilidad a la erosión y mayores rendimientos agrícolas y estabilidad del rendimiento, especialmente bajo sequía. Esto los convierte en un elemento importante en la mitigación del cambio climático y la resiliencia agrícola.

Los responsables políticos y los grupos ambientalistas están cada vez más interesados en la salud del suelo y sus efectos en el cambio climático. La iniciativa 4 por 1000, lanzada durante la COP 21 en París en 2015, argumenta que una tasa de crecimiento anual de 0.4% en las reservas de carbono del suelo reduciría significativamente las concentraciones de CO2 relacionadas con la actividad humana en la atmósfera. La evaluación más reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en inglés) destaca la captura de carbono como una de las opciones, junto con la reducción masiva de combustibles fósiles, para mantener el calentamiento por debajo de los 2 grados centígrados, de acuerdo con el Acuerdo de París.

El aumento del contenido de carbono orgánico en los suelos también tiene otra función muy importante: la nutrición de los cultivos. El año pasado, investigadores del CIMMYT y Nature Conservancy descubrieron que el trigo cultivado en suelos ricos en materia orgánica tenía nutrientes más esenciales como el zinc y las proteínas.

Sin embargo, el aumento de los niveles de carbono orgánico en el suelo puede ser costoso a corto plazo, por lo que los agricultores deben ver mejoras en el rendimiento de sus suelos como resultado de sus esfuerzos.

La cuantificación de carbono en el suelo

Aquí es donde entra en juego un sistema global de información del suelo. Mediante la integración de modelos empíricos, redes de medición y monitoreo, sensores remotos y gestión de datos de crowdsourcing, las reservas de COS pueden evaluarse de manera eficiente y confiable. Los agricultores y los responsables políticos tendrían una idea clara de cuánto está aumentando el carbono orgánico del suelo y a qué velocidad.

El sistema global de información del suelo funcionaría al reunir diferentes fuentes de información existente para proporcionar una cuenta completa de las reservas de carbono orgánico del suelo en todo el mundo.

Como el contenido de COS puede variar con el tiempo, un componente importante del sistema implicaría el uso de redes de monitoreo en ubicaciones precisas que luego se pueden volver a muestrear de manera regular. Con esta información, se usarían modelos empíricos para predecir los cambios en el COS con base en los resultados ya observados de los experimentos de laboratorio y de campo, y para predecir los impactos de diferentes condiciones del suelo y el clima. Los datos de teledetección pueden proporcionar información sobre la cobertura del suelo, las especies de cultivos y las prácticas de manejo del suelo a un costo muy bajo, para complementar y verificar los datos de la actividad de manejo reportados por los usuarios de las tierras.

El equipo internacional de científicos señaló que una mayor coordinación y transparencia entre científicos, especialistas en teledetección y administradores de tierras es esencial para el éxito de un sistema global de información del suelo.

Incentivar la retención de carbono entre los gestores de tierras no es una tarea fácil. Los autores sostienen que los enfoques existentes, como la compensación directa a los agricultores por la eliminación y el almacenamiento de CO2, los subsidios gubernamentales como la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea y la opción de obtener un precio superior por la producción de productos agrícolas sostenibles, necesitan un sistema confiable de contabilidad de carbono para asegurar su éxito. Un sistema global de información del suelo podría ser la clave.

Lea el artículo completo:

«Cuantificación de carbono para el manejo del suelo agrícola: del estado actual hacia un sistema de información global del suelo» en Carbon Management, DOI: 10.1080/17583004.2019.1633231

Este estudio fue posible gracias al apoyo brindado por la Fundación TomKat. El NASA Harvest Consortium (www.nasaharvest.org), un programa multidisciplinario que brinda poder a las decisiones agrícolas informadas mediante el uso de observaciones de la Tierra, brindó apoyo adicional.

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Cultivo de rábano Bartender como alternativa para el año de rotación en AC en Oaxaca

La Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL SC) realiza prácticas tecnológicas MasAgro en coordinación con los productores de esta comunidad, así como trabajos con Agricultura de Conservación (AC) en parcelas dedicadas a la milpa. El diagnóstico previo a los trabajos con AC mostró que uno de los principales y mayores costos de producción es la preparación del terreno, ya que realizan dos o hasta tres pasos de yunta. Además, las parcelas de la comunidad se encuentran en la sierra Sur del estado de Oaxaca con pendientes mayores de 30%, lo que impacta en la erosión de suelos. Por tanto, se busca la implementación de alternativas que roturen el suelo de manera interna, sin recurrir a la labranza convencional para mejorar la infiltración. Fue así como se probó el rábano variedad Bartender, que se caracteriza por ser de raíz larga, cilíndrica y de follaje vigoroso, y que fue sembrado de manera intercalada con el maíz.

Ventajas que se pueden tener con el cultivo de rábano Bartender:

• Disminuir las actividades de remoción de suelos.
• Disminuir la pérdida de suelo por erosión hídrica.
• Complementar la alimentación de los productores con el rábano.
• Aprovechar el barbecho (2 a 3 años) con descansos mejorados (con el rábano Bartender).
• Mejorar la infiltración.
• Cubrir el principio de rotación de cultivo.

Como antecedente, en el ciclo 2015 se realizó la siembra de rábano Bartender en algunas áreas de extensión de la comunidad de Santa María Ozolotepec con la finalidad de probar la adaptación de esta especie, y se llegó a lo siguiente:

• El rábano mostró adaptabilidad al clima templado.
• Se incorporó a la dieta de los productores.
• El follaje alcanzó los 30 cm y la raíz 25 cm.
• Es sencillo colectar la semilla.
• Se comenzó con descansos mejorados.
• El ciclo dura aproximadamente 40 días.

El resultado fue la satisfacción de los productores, además de que esta actividad es relativamente fácil de realizar y pueden disponer de los rábanos para su alimentación. Con estas acciones se busca la implementación de nuevas alternativas de cultivo para los productores de la Sierra Sur del estado de Oaxaca.

 

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Don Anselmo, productor colaborador, comparte su experiencia después de tres años del establecimento de la AC en la región mazateca

“Con la AC ahorro dinero al no remover la tierra”.
Por: Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas SC.
14 de noviembre de 2017.

San Nicolás, Santa María Teopoxco, Oax.- El suelo donde se inició la plataforma de investigación está en una ladera típica de la región mazateca, tiene una pendiente mayor de 28%, es baja en fertilidad y con reacción fuertemente ácida. Año con año, los pobladores de San Nicolás roturan el suelo después de la cosecha, con la finalidad de mantener la mayor cantidad posible de humedad residual, producto de las lluvias del ciclo anterior, para sembrar su milpa en los meses de febrero y marzo. La humedad residual mantiene la milpa hasta el inicio de las lluvias, aproximadamente en el mes de mayo, cuando las plantas demandan mayor cantidad de agua. Sin embargo, debido a la sedentarización de la milpa en las pequeñas unidades de producción, se presentan varios problemas, como la erosión hídrica del suelo, por efecto de la roturación; poca protección del suelo y daños por el impacto de lluvia durante las primeras etapas de crecimiento de la planta; altos costos de producción; y bajos rendimientos de maíz.

El trabajo con la plataforma experimental lleva un periodo de tres años (2015-2017), en el que el tercer ciclo agrícola corresponde al año de descanso y rotación de cultivo, que es uno de los principios de la AC. En el primer año se realizó la enmienda con cal dolomita y el establecimiento de los tratamientos de fertilización, durante el segundo ciclo se continuó sólo con el establecimiento de los tratamientos. En el tercer ciclo se estableció frijol ayocote (Phaseolus dumosus) de guía, tutoreado como se acostumbra en la región, y descanso (sólo barbecho), de acuerdo con la indicación de los tratamientos.

El 14 de noviembre, en la visita al productor colaborador para acordar la cosecha del frijol, el ingeniero Fernando García Ávila, técnico de la AMDSL SC, le preguntó lo siguiente al señor Anselmo: “¿Qué piensa sobre los trabajos que se han hecho en su parcela MIAF? ¿Ha observado resultados positivos? ¿Quiere seguir colaborando con este tipo de trabajos?”.

A lo que el señor Anselmo respondió: “Pienso que son buenos porque estamos aprendiendo nuevas formas de cultivar la tierra, como el mínimo movimiento del suelo, su importancia de que ya no se lave, la aplicación de otros fertilizantes, control de plagas y curvas a nivel con árboles de aguacate. Pero algo en que sí estoy convencido es que el preparar el suelo con la yunta de toros o, peor aún, con el azadón genera mucho gasto y se pierde gran cantidad de suelo por la erosión que provoca la lluvia. Así que, con la mínima remoción de la tierra (sólo en la siembra) me ahorro ese dinero por no removerla y, a tres años de este trabajo, puedo observar que la tierra está blandita y tiene cobertura. Por lo tanto, yo espero que este próximo ciclo, después del descanso, se dé más cosecha que en comparación con los dos primeros años, además que próximamente haré la cosecha de mis aguacates”.

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Reporte independiente concluye que MasAgro está listo para salvar las selvas tropicales mayas de la deforestación

MasAgro introdujo la Agricultura de Conservación (AC) para mejorar la fertilidad del suelo y la disponibilidad de agua en los campos.
Divulgación CIMMYT.
16 de noviembre de 2017.

Texcoco, Edo. de México.- De acuerdo con un reporte independiente comisionado por la Alianza México REDD+ y The Nature Conservancy (TNC), detener la deforestación en la península de Yucatán —al incrementar los rendimientos del maíz y mantener la frontera agrícola a raya— es uno de los logros de MasAgro, dentro de la visión del Gobierno de México, coordinado por el CIMMYT y apoyado por cientos de colaboradores.

Hace poco más de un año, el CIMMYT empezó a colaborar con la organización Pronatura Península de Yucatán en la implementación de la estrategia de intensificación sustentable de MasAgro en Hopelchén, una pequeña comunidad en Campeche donde productores indígenas y menonitas cultivan maíz con base en prácticas agrícolas tradicionales. Décadas de labrar los campos para producir el mismo cultivo todos los años y de aplicar agroquímicos para controlar plagas en las parcelas tecnificadas más grandes, han degradado los suelos de Hopelchén. Como resultado, los productores son proclives a convertir áreas adicionales de selva tropical en campos de cultivo para lidiar con el decreciente rendimiento de los cultivos.

MasAgro introdujo la Agricultura de Conservación (AC) para mejorar la fertilidad del suelo y la disponibilidad de agua en los campos de los primeros cinco productores participantes. “A menos de un año de desarrollar el proyecto, un momento clave fue cuando los productores vieron los beneficios del sistema de Agricultura de Conservación después de dos meses de sequía. Los productores que no llevaron a cabo esas prácticas obtuvieron mazorcas más pequeñas, mientras que los que practicaron conservación lograron mazorcas más desarrolladas”, señalan las conclusiones del estudio de caso de MasAgro presentado en el reporte “Experiencias de desarrollo rural sostenible y conservación de la biodiversidad en la península de Yucatán”.

Cincuenta productores más, de comunidades aledañas, están entusiasmados por participar en MasAgro, dijo el gerente de Agricultura Sustentable de Pronatura, Carlos Cecilio Zi Dzib. “MasAgro ha sido muy exitoso en la península”, señaló Bram Govaerts, representante regional del CIMMYT para América Latina. “En el transcurso del segundo año de implementación, MasAgro ha establecido una plataforma de investigación y 20 módulos demostrativos en campos de productores, y ofrecido entrenamiento a 150 productores que han asistido a 14 eventos organizados en colaboración con TNC y el INIFAP (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias)”, añadió.

“Este trabajo es un esfuerzo para documentar experiencias de algunas iniciativas y proyectos rurales sustentables que contribuyen a reducir la deforestación en la región, y que así hacen su contribución a la conservación y manejo sustentable de la selva maya en la península de Yucatán”, explican los autores del reporte, Carolina Cepeda y Ariel Amoroso.