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El CIMMYT y su trabajo en México en tiempos de una pandemia global

México ha estado siempre presente para el CIMMYT.

No solo es el punto de origen del maíz –uno de los cultivos principales del CIMMYT– sino que también inspiró el establecimiento de su sede que ha servido como la matriz del instituto desde su creación en 1966.

La investigación de mejoramiento de cultivos del CIMMYT comienza con su banco de germoplasma, un notable catálogo vivo de diversidad genética que comprende más de 28,000 colecciones de semillas únicas de maíz y más de 150,000 de trigo. El banco de germoplasma se estableció en la sede del CIMMYT en 1986 y, hasta la fecha, es la colección de maíz y trigo más grande y diversa del mundo. De manera precisa, cada año, más de 1,500 envíos de semillas de maíz y trigo salen de México para llegar a 800 receptores en más de 100 países.

De una forma u otra, el maíz y el trigo del mundo tienen un vínculo con México: ya sea a través de pruebas de resistencia a plagas en las estaciones experimentales de Agua Fría o Tlaltizapán, o de ensayos de trigo resistentes al calor en los campos tórridos de Obregón. Los diversos ecosistemas del país que permitieron el mejoramiento alternado de Norman Borlaug en la década de 1940 siguen siendo fundamentales para el trabajo actual de los investigadores para desarrollar cultivos innovadores y sistemas agrícolas sustentables en todo el mundo.

Field worker bagging maize ears at CIMMYT’s Agua Fría experimental station. (Photo: CIMMYT/Alfonso Cortés)
Un trabajador de campo empacando mazorcas de maíz en la estación experimental de Agua Fría del CIMMYT. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)

El CIMMYT ha estado trabajando mano a mano con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México (SADER) en MasAgro, un proyecto que promueve la producción sustentable de maíz y trigo en México.

En la siguiente conversación, Martin Kropff, Director General del CIMMYT, y Bram Govaerts, Representante del CIMMYT para las Américas y Director del Programa de Desarrollo Estratégico, exploran temas como la seguridad alimentaria y la agricultura de México, mientras que el COVID-19 interrumpe el statu quo de la nación.

¿La pandemia del COVID-19 ha expuesto vulnerabilidades en la seguridad alimentaria mexicana?

Kropff: Aunque México produce muchos alimentos –de hecho, actualmente ocupa el puesto 11 en la producción de alimentos a nivel mundial– todavía importa alimentos de otros países, particularmente alimentos básicos como el maíz, el trigo y el arroz de los EE. UU. La pandemia actual plantea una amenaza para el comercio abierto y México también podría verse afectado por las restricciones comerciales que imponen otros países para proteger a su gente y a los mercados internos de la escasez de alimentos.

Govaerts: Al mismo tiempo, la pandemia está reduciendo las actividades económicas en todas partes a niveles mínimos. Esto representa una amenaza para la producción de alimentos dado que los agricultores y trabajadores agrícolas en México, y la mayor parte del hemisferio norte, están a punto de comenzar la temporada de cultivo de primavera/verano. Los campos de México deben estar preparados para la siembra y los agricultores necesitan seguridad, ya que corren riesgos invirtiendo hoy para una cosecha que llegará dentro de varios meses.

¿Cómo está ayudando el CIMMYT a reducir estas vulnerabilidades?

Govaerts: El CIMMYT está trabajando con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México (SADER) y el sector privado y social para abordar estas amenazas.

Kropff: De hecho, vemos que México ya está respondiendo a un llamado a la acción dirigido a líderes mundiales respaldado por el CIMMYT, el cual se publicó en el sitio web de la Coalición para la Alimentación y Uso del Suelo (FOLU, en inglés). Este llamado a la acción insta a los países a implementar tres medidas clave para evitar una crisis alimentaria mundial que podría aumentar la cantidad de personas que padecen hambre crónica en millones: mantener el flujo de alimentos en todo el mundo; escalar el apoyo a los más vulnerables; e invertir en sistemas alimentarios sustentables y resilientes.

Seed collection during the harvest at CIMMYT’s experimental station located in Cuidad Obregón, Sonora. (Photo: CIMMYT/Peter Lowe)
Recolección de semillas durante la cosecha en la estación experimental del CIMMYT ubicada en Ciudad Obregón, Sonora. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)

¿Cuál es el papel de la colaboración del CIMMYT con los organismos del gobierno mexicano en este proceso?

Govaerts: En los campos hay potencial para responder y evitar que la crisis de salud de hoy se convierta en la crisis alimentaria de mañana. El CIMMYT está trabajando con la SADER y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) para contribuir a un suministro estable de granos básicos cultivados de manera sustentable en México, ofreciendo asesoramiento técnico a los más de 300,000 agricultores que participan en MasAgro, el proyecto de colaboración bilateral del CIMMYT con México para la producción sustentable de maíz y trigo.

Actualmente, los técnicos y agentes de extensión de MasAgro están trabajando con pequeños agricultores en el centro y sur del país para preparar los suelos para la siembra, asesorándolos sobre densidades de siembra óptimas y el uso de variedades mejoradas de alto rendimiento, manejo agroecológico de plagas, fertilización, riego, entre otras actividades que son esenciales para comenzar el ciclo de producción de cultivos a tiempo.

México y el CIMMYT también están trabajando con el sector agroalimentario para desarrollar las capacidades de los agricultores para aumentar la producción de granos de manera sustentable y vender el excedente a las empresas agroalimentarias locales y multinacionales que operan en México. Esto forma parte de planes nacionales más amplios llamados Maíz para México y Trigo para México.

Kropff: Estos planes están bastante alineados con el llamado a los gobiernos para que trabajen con el sector filantrópico y privado con el objetivo de fortalecer y ampliar los programas de alimentos específicos al vincularlos con alimentos que promueven la salud y la producción sustentable. Actualmente, trabajamos con Nestlé, Kellogg, Grupo Bimbo y la Fundación Walmart, entre otros, para crear una demanda en el mercado por agricultura sustentable a favor de los pequeños agricultores. A esto lo llamamos abastecimiento sustentable.

¿Cómo podemos fortalecer a México como un país de actividades de diseño e investigación agrícola?

Kropff: El CIMMYT ha sido fundamental para la formulación de políticas públicas en México y se ha posicionado como uno de los socios más confiables del país en los últimos 10 años.

Govaerts: Exactamente, y los números hablan por sí mismos. Como resultado de la cooperación con más de 150 colaboradores del sector público, privado y social, MasAgro ha tenido un impacto positivo en la vida de más de 300 mil agricultores que han adoptado agricultura de conservación, semillas mejoradas y tecnologías agrícolas sustentables en más de 1 millón de hectáreas en todo México.

Kropff: Sería estupendo que México siguiera invirtiendo en proyectos de desarrollo integrado como MasAgro y ampliara las prácticas y tecnologías agrícolas sustentables con enfoques innovadores, como el abastecimiento local responsable, el cual mencioné anteriormente, mientras promueve la réplica y adaptación del modelo MasAgro en otros países.

The Rodríguez family, milpa farmers, in Cristóbal Colón, Campeche. (Photo: CIMMYT/Peter Lowe)
La familia Rodríguez, agricultores de milpa, en Cristóbal Colón, Campeche. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)

¿Cómo podemos fortalecer el acceso de los agricultores a mejores cultivos y técnicas agrícolas?

Kropff: Es imprescindible que el CIMMYT mejore las oportunidades económicas de los agricultores. Esto no puede hacerse sin ingredientes esenciales como el acceso a los mercados, el desarrollo de capacidades, la tecnología y los insumos como semillas y fertilizantes. Y lo más importante, los mejores cultivos y las tecnologías agrícolas no valen nada sin la aceptación y la confianza de los sistemas nacionales de investigación agrícola.

Govaerts: Esto es el núcleo de lo que hacemos junto con los productores de maíz en México en MasAgro. El CIMMYT desarrolla híbridos de maíz con tecnologías convencionales no transgénicas y mejora las semillas de maíces nativos en proyectos de colaboración con agricultores. Posteriormente, esta semilla mejorada de maíz se prueba en colaboración con el sector local de semillas que, a su vez, comercializa los materiales mejor adaptados a las regiones de cultivo de México. Estas compañías de semillas son pequeñas y medianas empresas que generan desarrollo económico en el centro y sur del país.

Kropff: Del mismo modo, en un proyecto que comenzó en 2019 en África oriental y meridional, llegamos a los agricultores en Malawi, y pronto en Ruanda y Tanzania, con nuestras semillas mejoradas a través de pequeñas compañías de semillas que desempeñan el papel clave de ‘conectores’ en los complejos y complicados mercados que a menudo son ignorados por las grandes compañías de semillas. Después, los investigadores del CIMMYT realizan ensayos de variedades y realizan un seguimiento de las ganancias genéticas en los campos de los agricultores y comparten los hallazgos con la comunidad agrícola en general.

¿Qué cambios podemos esperar en la gestión de la cadena de suministro de alimentos de la nación después del COVID-19?

Kropff: Todas las crisis traen consigo desafíos y oportunidades. Creo que México podría aprovechar esta oportunidad para hacer que sus cadenas de suministro y valor sean más integradas, resilientes y flexibles.

Govaerts: México puede convertirse en el líder de la innovación que integra conocimiento tradicional y científico.

¿Qué papel quiere jugar el CIMMYT en el futuro?

Kropff: Veo que el CIMMYT trabaja aún más cerca de las comunidades agrícolas, pero especialmente a lo largo de toda la cadena de valor con ciencia y datos para mejorar la toma de decisiones.

Govaerts: El CIMMYT puede ser un catalizador de programas integrados. Queremos seguir descubriendo y ayudando a implementar nuevas soluciones para los pobres que padecen  inseguridad alimentaria en el mundo y trabajar para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Kropff: Tenemos mucho trabajo por hacer.

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La calidad de los alimentos, fundamental para reducir riesgos sanitarios

Sinaloa.- De acuerdo con las cifras emitidas por las autoridades sanitarias en México, siete de cada 10 muertes por COVID-19 en el país corresponden a personas que padecían diabetes, hipertensión u obesidad. Estos datos han puesto a la nutrición y a los hábitos alimenticios de los mexicanos en el centro de atención de medios y especialistas.

A medida que la pandemia y sus efectos secundarios evolucionan, el tema de la alimentación cobra cada vez más importancia, ya no solo en lo que respecta a la capacidad del sistema agroalimentario de garantizar el abasto de alimentos en los próximos meses, sino también en la ponderación de dietas más sanas y nutritivas.

Benjamín López, analista de agronegocios del Hub Pacífico Norte —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, explica que “es muy importante producir los alimentos para las mesas de los hogares, pero ya no solo debemos hablar de cantidad, sino también de calidad”.

Refiriéndose al proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, que impulsan la Compañía Kellogg y el CIMMYT en diversos puntos del país, comenta: “con proyectos como este, que fomentan la Agricultura Sustentable, los consumidores reciben productos más nutritivos, libres de agroquímicos de uso restringido y —además— con el valor agregado de que en su producción se usó solo la cantidad de agua necesaria y los suelos no fueron degradados.

Este proyecto de la Compañía Kellogg y el CIMMYT tiene la finalidad de cubrir los requerimientos de maíz amarillo de la empresa con producción local —hecho relevante en el contexto de la emergencia sanitaria actual, que ha subrayado la necesidad de que los países cuenten con diversas fuentes de abasto para contribuir a la seguridad alimentaria nacional—, haciendo énfasis en la calidad de la producción y el desarrollo de modelos de negocio redituables para todos.

Con respecto al valor nutricional, el maíz amarillo —además de contener las vitaminas y los minerales que todas las variedades de maíz aportan en general— contiene diversos carotenoides provitamínicos-A (como el beta-caroteno, antioxidante que reduce el riesgo de cáncer), los cuales aportan beneficios adicionales a la salud.

A medida que las sociedades se encaminan a una fase de recuperación, se hace énfasis en que los productores, la agroindustria y los consumidores fomenten la Agricultura Sustentable como una actividad fundamental para disponer de las dietas adecuadas que se requieren para minimizar los riesgos sanitarios, como los que hoy expone el COVID-19.

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La planeación estratégica de Frijol para México, una prioridad del país

Ciudad de México.- Más de 200 personas participaron este 5 de mayo en el ‘Taller Virtual de Escenarios 2030: Frijol para México’, un encuentro de los sectores público, privado y de investigación; la academia; y —claro está— los productores, en el cual se discutieron objetivos, metas y acciones necesarias para lograr un futuro deseable para este cultivo. Este taller tuvo como propósito complementar y dar seguimiento al primer encuentro sostenido en diciembre de 2019 en la sede del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) en Ciudad de México.

Ese encuentro contó con un presídium virtual integrado por el doctor Miguel García Winder, subsecretario de Agricultura de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER); el doctor Luis Ángel Rodríguez del Bosque, director general del INIFAP; y el doctor Bram Govaerts, director global del Programa de Desarrollo Estratégico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

El taller que forma parte del proceso de planeación estratégica para definir el futuro del cultivo hacia el año 2030, se basó en tres preguntas que guían este ejercicio participativo: ¿dónde estamos?, ¿hacia dónde vamos? y ¿cómo lograr un futuro mejor si el escenario hacia el año 2030 no es deseable? Y en él se presentaron los resultados de las proyecciones de los diferentes escenarios hacia el año 2030 en la producción de frijol —considerando los efectos del cambio climático—, así como los aportes de expertos de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh); el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); la Alianza Bioversity International-CIAT; el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA); y el CIMMYT. Algunas de las acciones propuestas en discusiones previas fueron validadas mediante una votación en línea, mostrando resultados en tiempo real de los cuatro motores de cambio preliminares: Adopción de semilla mejorada y biofortificada, Cambio climático, Extensionismo y redes de innovación y Vinculación de productores al mercado.

Este encuentro virtual forma parte del compromiso asumido por los actores del agro mexicano que —conscientes de la fragilidad de los sistemas agroalimentarios que alimentan al mundo hoy— han decidido responder con acciones estratégicas al llamado de 60 líderes de compañías multinacionales, fundaciones, universidades, centros de investigación, organismos internacionales y agencias de desarrollo, para evitar que la pandemia de COVID-19 detone una crisis alimentaria y humanitaria global, mediante la publicación A call to action for world leaders en el portal de la Coalición para la Alimentación y Uso del Suelo (9 de abril de 2020).

Este compromiso de país fue reiterado por el subsecretario García Winder en su intervención al exhortar a trabajar en equipo “para rescatar el frijol, un cultivo muy importante para la cultura y alimentación en México”. Esto aprovechando que “Frijol para México se desarrolla tomando como ejemplo Maíz para México, que es un plan estratégico altamente innovador, del que ya hemos cosechado aprendizajes y que ya produce resultados”. “Frijol para México busca ser un programa de alianzas con una visión sistémica desde la producción hasta el consumo”, dijo García Winder en el marco de este encuentro virtual que forma parte de las acciones del Gobierno “para sembrar una buena semilla, que germine y se vuelva sustentable con la acción de todos”.

El doctor Luis Ángel Rodríguez mencionó: “en el INIFAP estamos atentos al seguimiento de Frijol para México, reconociendo que vamos un poco atrás de la experiencia de Maíz para México, que lleva más tiempo, y que —a pesar de la pandemia— estamos avanzando”.

Por su parte, el doctor Bram Govaerts enfatizó que “este es un ejercicio multiactor en el cual la base son los productores, que son también el centro de este esfuerzo incluyente en el que el objetivo es el bien de México, su gente y sus productores”.

En los próximos meses habrá talleres regionales para complementar con discusiones más a fondo lo votado en este taller virtual, en el que con la participación de 130 votantes se encontró, por ejemplo, que para todos los motores de cambio los objetivos son adecuados, pero pueden ser modificados y detallados. La meta es presentar el plan estratégico Frijol para México en 2020.

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La SADER, el INIFAP y el CIMMYT comienzan una nueva etapa para apoyar al sector agroalimentario

Para articular capacidades dentro de Cultivos para México que permitan al sector superar la situación actual y la futura, el secretario Víctor Villalobos convocó a fortalecer la coordinación entre el INIFAP y el CIMMYT, instituciones que colaboran estrechamente para desarrollar investigación agrícola.

Durante la reunión (a distancia) del Consejo Directivo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el doctor Víctor Villalobos Arámbula, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) —quien presidió de forma honoraria la reunión—, señaló que la crisis global por COVID-19 ha puesto en el centro de atención a la salud, la economía y —particularmente— la producción y disponibilidad de alimentos. Resaltó que, a pesar de la situación, la dependencia a su cargo está buscando los medios y las alianzas para garantizar la operación del programa MasAgro —de la SADER y el CIMMYT—, al que consideró fundamental para atender a las comunidades más vulnerables del país.

“El aumento de los rendimientos en los estados donde está actuando la colaboración de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el CIMMYT y sus colaboradores es muy importante, particularmente para la agricultura familiar y de autoconsumo. Un incremento de los rendimientos, producto de la investigación y la transferencia de conocimientos, permite ver cómo la estrategia está impactando en aspectos fundamentales como la conservación de los recursos naturales y la calidad de vida de las comunidades rurales”, mencionó el secretario.

También enfatizó que la secretaría que representa; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); y el CIMMYT comienzan “una nueva etapa para juntos desarrollar esquemas productivos que tengan un importante impacto en México y el resto del mundo”. La sinergia entre estas instituciones permitirá articular conocimientos y capacidades “para aterrizarlos en un país diverso y heterogéneo que requiere una particular atención a sus sistemas y modelos de producción para poder incrementar sus rendimientos e ingresos y también mantener sus costumbres”, enfatizó Villalobos.

Al respecto, el doctor Bram Govaerts —director global del Programa de Desarrollo Estratégico y representante regional para las Américas del CIMMYT— mencionó que Milpa Sustentable en la Península de Yucatán es una inspiración y un ejemplo de cómo, junto con las productoras y los productores, se puede conjugar el conocimiento tradicional y el científico en favor de las comunidades. Y presentó a los asistentes (virtuales) los resultados más recientes de los trabajos del CIMMYT en México, enfatizando que estos se han logrado trabajando de forma conjunta con el INIFAP y diversos centros de investigación y universidades del país que han sumado sus conocimientos en favor de la sociedad mexicana.

A través de MasAgro, se caracterizaron 42,000 muestras de maíz —incluyendo 24,000 de maíces nativos—, generando más de 50 billones de datos que, además de alimentar el Atlas Molecular de Maíz, son útiles para encontrar variedades resistentes a calor, sequía y enfermedades; realizar mejoramiento participativo con productoras y productores (a la fecha se han realizado 168 ensayos y viveros de maíz nativo); y desarrollar nuevos híbridos mexicanos que impulsen una industria semillera nacional (se han desarrollado 112 híbridos de maíz y se ha apoyado a 70 semilleras nacionales, 50% de las cuales surgieron a partir de asociaciones de productores).

El doctor Govaerts mencionó además que el CIMMYT mantiene su compromiso con la sociedad mexicana ante la situación actual y a futuro: a través de MasAgro se han identificado las zonas de alta y muy alta marginación que pueden ser vulnerables —desde el punto de vista agroalimentario— ante el COVID-19; se sigue trabajando para conectar a los pequeños productores con nuevos modelos de mercado bajo el esquema de Maíz para México; y se mantiene el compromiso de elaborar durante este sexenio el Atlas Molecular de Trigo, un bien público internacional de México para el mundo.

Durante su intervención, el doctor Luis Ángel Rodríguez del Bosque —titular del INIFAP— enfatizó que la larga trayectoria de colaboración con el CIMMYT se reforzará en esta nueva etapa (a través de la investigación colaborativa, estas instituciones identificaron el año pasado 24 líneas de alto potencial para el mercado nacional de trigo). Y, finalmente, el doctor José Cacho —del Consejo Nacional Agropecuario (CNA)— pidió a todos los asistentes impulsar el plan Maíz Para México, liderado por la SADER: “va a transformar el destino de los productores de maíz en México. Es un proyecto único en la historia. Con la participación del CIMMYT y el INIFAP, se podrá integrar a los productores a la cadena de valor de manera real y a largo plazo”.

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Buscan maíz nativo que brinde seguridad alimentaria en la Sierra Tarahumara

La producción de maíz nativo de temporal es la principal actividad agrícola de más del 80% de las familias de Guachochi, Chihuahua. Sin embargo, el rendimiento por hectárea es bajo (alrededor de 639 kilogramos, en promedio) y muchas veces no es suficiente para cubrir las necesidades alimenticias y nutrimentales de las familias de la zona, situación que les obliga a comprar maíz durante la temporada de julio a septiembre —aproximadamente—, incrementado su gasto.

Entre los factores que causan el bajo rendimiento se encuentran diversas prácticas agrícolas convencionales que no favorecen la producción de maíz, como el exceso de laboreo en la preparación del terreno, el uso de fertilizantes inapropiados (y también su uso inadecuado), el nulo control de plagas, el monocultivo, la ausencia de prácticas de poscosecha adecuadas y la remoción del rastrojo.

Cabe mencionar que, muchas veces, el tipo de grano que las familias de Guachochi tienen que comprar para su consumo es de uso pecuario, que —si bien no goza de mucha aceptación— es lo que hay disponible en las tiendas comunitarias (los maíces nativos que las familias prefieren suelen encarecerse).

Para identificar variedades de maíz nativo que permitan a las familias de esta región tener mayor seguridad alimentaria, recientemente se evaluaron seis en el marco del programa MasAgro, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

La evaluación se desarrolló en la localidad Laguna de Aboreachi, en el municipio de Guachochi, enfocándose principalmente en evaluar el rendimiento de cada variedad bajo las mismas condiciones de manejo; fecha y densidad de siembra —con la intención de hacer una mejor distribución de la semilla, se utilizó una sembradora de tiro animal para Agricultura de Conservación—; fertilización; manejo cultural de malezas; y cosecha, que —igual que el desgrane— se hizo de forma manual.

Las variedades evaluadas fueron ‘Maíz Cristalino Palomero’, ‘Maíz Amarillo Bola’, ‘Maíz Amarillo Pepitillo’, ‘Maíz Cristalino Bola’, ‘Maíz Blanco Blando’ y ‘Maíz Azul Blando’ (materiales que fueron donados por varios productores que cooperan con el programa en diversas localidades de la región).

Las variedades con mayor rendimiento fueron ‘Maíz Azul Blando’, ‘Maíz Blanco Blando’ y ‘Maíz Cristalino Palomero’ (2.7, 2.4 y 2.1 toneladas por hectárea [t/ha], respectivamente). En contraste, las que tuvieron menor rendimiento fueron ‘Maíz Cristalino Bola’, ‘Maíz Amarillo Bola’ y ‘Maíz Amarillo Pepitillo’ (2.0, 1.9 y 1.7 t/ha, respectivamente). El rendimiento promedio que se obtuvo de todos los materiales fue de 2.1 t/ha.

Gracias a esta evaluación, es posible identificar varios de los principales factores que influyen en el rendimiento de las variedades de maíz nativo en la región, como el potencial genético de las semillas, los factores ambientales y nutricionales y las prácticas a las que son sometidos los cultivos. Se espera que con la ayuda de los productores y los colaboradores de la zona se puedan desarrollar nuevas investigaciones para ofrecer a las familias de Guachochi información confiable que les permita tomar las mejores decisiones en torno a su sistema de producción.

Por: Hub Pacífico Norte-CIMMYT.

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Opciones para garantizar la seguridad alimentaria

Guachochi, Chih.- En medio de la actual emergencia sanitaria por el COVID 19, las sociedades —particularmente las de países en desarrollo— buscan opciones para garantizar la seguridad alimentaria de los sectores de la población que son más vulnerables ante prolongados periodos de distanciamiento social y de pausa en diversas actividades económicas. Por lo anterior, adquiere relevancia contar con sistemas agroalimentarios productivos, robustos y resilientes que favorezcan precisamente a los sectores más vulnerables.

En días pasados, a través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se realizó el taller ‘Uso de Tecnologías Herméticas para Conservación de Granos’ en la cabecera municipal de Guachochi, Chihuahua, a fin de dar a conocer los procedimientos de almacenamiento y el uso de los diferentes dispositivos y tecnologías herméticas poscosecha.

Dispositivos como los silos metálicos herméticos o las bolsas plásticas con cierre (zip) son opciones viables para el almacenamiento de granos por largos periodos en las comunidades donde plagas —como la palomilla de los cereales (Sitotroga cerealella)—, diversos roedores (ratas, ratones y ardillas) y pájaros reducen las cosechas.

Las soluciones herméticas poscosecha evitan la entrada de aire y humedad, reduciendo la incidencia de plagas y hongos, evitando el deterioro de los granos y minimizando el uso de plaguicidas potencialmente dañinos para la salud humana.

Durante el taller también se dieron a conocer otras opciones (más económicas y de fácil disponibilidad) que —debidamente manejadas— permiten obtener buenos resultados, como los bidones plásticos (de diferentes capacidades) o las garrafas de reúso. Lo fundamental de estas opciones es asegurar el principio de hermeticidad (ausencia de oxígeno) y el adecuado secado del grano antes de su almacenamiento.

Entre las condiciones que se deben tomar en cuenta para almacenar granos por largos periodos de tiempo, se encuentran la humedad del grano (que debe ser menor de 14%), la temperatura y la limpieza previa del grano (para no almacenar de mala calidad). Por este motivo, durante el taller también se presentaron los diferentes métodos caseros (como el método del sol y el método de la sal) para determinar la humedad del grano, que es el factor más importante para no tener pérdidas posteriores.

El correcto almacenamiento de granos evita pérdidas significativas, las cuales —considerando los precios en la zona— pueden ser de hasta $1,800 por tonelada. Esto es destacable, ya que la producción en la zona de Guachochi apenas es suficiente para el autoconsumo familiar, y es más relevante aún si se considera que a través de estos aprendizajes, las familias de la zona tienen más elementos para ser resilientes en tiempos como los actuales.

En este video te compartimos más información sobre el método del sol y el método de la sal. Y recuerda, #ConservaTuCosecha

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La ­capacitación, clave para el desarrollo del campo en Guanajuato

Guanajuato.- El programa MasAgro Guanajuato —de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) de Guanajuato y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— capacitó en 2019 a 2,823 productores en temas de sustentabilidad agrícola con el propósito de fomentar la adopción de innovaciones que permitan mejorar los sistemas de producción en el campo guanajuatense.

Las capacitaciones que se realizaron durante 2019 implicaron 161 eventos para productores, 11 para técnicos de MasAgro Guanajuato (con la finalidad de mantener un equipo siempre actualizado) y 15 para actores clave vinculados al programa.

Para MasAgro Guanajuato el desarrollo de capacidades es fundamental para lograr que sean los productores quienes impulsen la Agricultura Sustentable en el estado. Actualmente, se promueven entre los productores guanajuatenses dos estrategias para mejorar los sistemas de producción tanto en riego como en temporal; estas son Reto Rastrojo y Cosechando Agua.

La primera tiene como eje fundamental a la Agricultura de Conservación (sistema basado en la mínima labranza, la cobertura del suelo con rastrojo y la diversificación de cultivos). Y busca el bienestar del productor a través del incremento en la utilidad económica, la reducción de las horas de trabajo y el uso racional de los recursos naturales. Los productores que siguen la estrategia tienen el reto de reducir 60% las horas hombre de trabajo, 60% la emisión de CO₂ al ambiente (por consumo de diésel), 30% el consumo de agua y 20% los costos de producción. Con Agricultura de Conservación, es posible.

Por su parte, Cosechando Agua surgió alineada a Reto Rastrojo, pero su particularidad es que está enfocada a la conservación del suelo y el mejor aprovechamiento del agua de lluvia en las zonas de temporal de Guanajuato. Debido a que la agricultura de temporal depende de la lluvia presente en el ciclo primavera-verano, las condiciones del suelo y otros factores, es fundamental realizar una adecuada planeación del ciclo, aplicar técnicas para la conservación del suelo e implementar procesos de acondicionamiento que permitan el suplemento de humedad y nutrientes. Esa es la importancia de Cosechando Agua.

MasAgro Guanajuato busca la adaptación, adopción y difusión de prácticas agronómicas y tecnologías que respondan a los retos de las condiciones agroclimáticas actuales y a los requerimientos de la agroindustria. Por eso impulsa la capacitación en temas relacionados con la Agricultura de Conservación, sistema que contribuye a revertir la degradación de la tierra, protege el medioambiente y responde a los crecientes desafíos del cambio climático.

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El desarrollo humano en el campo

Boca del Río, Ver.- En el marco del XLI Encuentro Nacional Educampo, de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural A.C., Gisela Noble ―directora de la Fundación Walmart de México y Centroamérica― y Víctor López ―gerente de Alianzas para Acceso a Mercados del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)― compartieron con productores de Veracruz las experiencias de ambas organizaciones en la formación y desarrollo de sistemas agroalimentarios sustentables, resilientes y pertinentes.

Para Educampo, el aumento de la productividad agrícola no puede estar desvinculado del desarrollo humano. Por esto, promueve programas como Educampo Granos, con el cual se acompaña a productores para que fortalezcan sus competencias, adopten tecnologías adecuadas y sustentables y se organicen y mejoren sus habilidades de comercialización.

En ese sentido, los representantes de la Fundación Walmart y del CIMMYT expusieron con base en sus experiencias cómo apoyar al desarrollo de pequeños productores a través de procesos de asociatividad y vinculación comercial. La Fundación Walmart México abordó el tema de la innovación en el ecosistema de la comercialización, cubriendo aspectos de acceso a finanzas y contracción de la cadena de intermediarios; desde el CIMMYT se expuso el tema de desarrollo de sistemas agroalimentarios sustentables en México y el mundo con especiales referencias a procesos de intensificación sustentable y de vinculación con mercados.

Actualmente, la Walmart Foundation y el CIMMYT impulsan el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche; con él se promueven prácticas de Agricultura Sustentable para que los productores diversifiquen sus cultivos y, consecuentemente, sus ingresos. Además de contribuir a la seguridad alimentaria de las familias productoras, el proyecto tiene un importante componente orientado a la vinculación a mercados, así como elementos de trazabilidad, diversificación productiva o reducción de pérdidas poscosecha.

Las tres organizaciones comparten la visión de que el desarrollo de capacidades es clave para mejorar las condiciones de vida en el ámbito rural. Por lo anterior, para Educampo, la Fundación Walmart y el CIMMYT son aliados estratégicos del sector empresarial y de investigación, respectivamente.

En el encuentro estuvieron presentes Eduardo Cadena Cerón, titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpa); Salvador Fernández Rivera, encargado del despacho de la Subsecretaría de Desarrollo Rural de la SADER; y consejeros de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, A.C. (Educampo).

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Los jóvenes que están cambiando el campo en México y América Latina

Córdoba, Colombia.- Adaptación al cambio climático, identificación de agentes patógenos, modelos de negocio incluyentes y desarrollo de nuevos mercados para la comercialización de maíces nativos son algunos de los temas de los proyectos ganadores de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina, otorgados por el Sistema CGIAR para promover la participación de mujeres y hombres jóvenes en los sistemas agroalimentarios basados en el maíz.

Los premios reconocen las contribuciones de jóvenes menores de 35 años que están innovando los sistemas agroalimentarios de maíz, ya sea a través de la investigación, la implementación o desarrollo de sistemas sustentables o el escalamiento de estrategias pertinentes a su contexto biocultural. En su tercera edición, los premios se entregaron por primera vez en América Latina (en el marco de la XXIII Reunión Latinoamericana del Maíz y el IV Congreso de Semillas, celebrados en Montería, Colombia), pues previamente se realizaron en África (Zambia) y en Asia (India).

En la categoría Agricultor, el ganador fue Eduardo Cruz Rojo (ingeniero en Logística, de 26 años, originario de Hidalgo, México), quien ha implementado y difundido la Agricultura de Conservación y la metodología de trabajo del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— como vía para ayudar a los productores a alcanzar mejores rendimientos (Eduardo ha logrado que los productores con quienes trabaja dejen de hacer quemas agrícolas, mejoren la calidad de sus suelos, disminuyan 20% el costo de producción y alcancen un rendimiento promedio de 14 toneladas por hectárea).

En la categoría Investigador, los ganadores fueron: Yésica Daniela Chazarreta (estudiante doctoral en Genética, de Argentina), por su estudio sobre genotipos para grano o silaje; Lucio Reinoso (maestro en Ciencias Agrarias, de Argentina), quien investiga la adaptación del maíz en el norte de la Patagonia —y desarrolló una sembradora ad hoc para esa región—; Omar Garcilazo Rahme (estudiante de posgrado en Manejo Sostenible de Agroecosistemas, de México), por su investigación sobre la producción de huitlacoche (U. maydis); y Viviana López Ramírez (estudiante doctoral en Ciencias Biológicas, de Colombia), por su evaluación de bacteriosis en un germoplasma diverso de maíz en el sur de Córdoba, Argentina.

Y en el caso de la categoría Agentes de Cambio, los ganadores fueron: Carlos Barragán García (ingeniero en Agroecología, de México), quien a través de MasAgro trabaja para que los pequeños productores de Oaxaca se adapten al cambio climático —en el caso de esta entidad, se pronostica que habrá una reducción de 8% en las lluvias y un incremento de 2 oC en la temperatura—; y José Esteban Sotelo Mariche (ingeniero agrónomo, de México), quien ha fomentado la producción, el acopio y la comercialización de maíz nativo en ese mismo estado.

Durante la exposición de su proyecto, Carlos Barragán comentó que los productores con los que trabaja cultivan mayoritariamente maíz criollo, por lo cual el elemento cultural ha sido clave para generar estrategias que permitan hacer resilientes los sistemas productivos de la región. Tomando como referencia estudios del CIMMYT, por ejemplo, han logrado obtener tortillas hechas con maíces nativos —ricas en antioxidantes y fibra—, cuya demanda ha crecido notablemente. También, gracias a la diversificación de cultivos, han logrado incrementar la participación de la mujer y darle un papel más decisivo.

Por su parte, José Sotelo contó con la experiencia de la Integradora Agroempresarial del Río Verde (compuesta por 80 productoras y productores indígenas y afromexicanos), la cual —gracias al trabajo conjunto con organizaciones como la SADER, el CIMMYT, la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), universidades locales y la Walmart Foundation— ha tenido diversos logros, entre ellos, incursionar exitosamente en el mercado gourmet de Estados Unidos con productos hechos con maíces nativos de las variedades olotillo y tuxpeño (con Agricultura de Conservación y tecnologías transferidas por el CIMMYT y sus colaboradores, esta cooperativa actualmente tiene siembras de 100 hectáreas por ciclo y ventas mayores a las 1,000 toneladas).

Durante su intervención, todos los ganadores de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina, así como los ponentes que participaron antes y después de ellos en la XXIII Reunión Latinoamericana del Maíz y el IV Congreso de Semillas, dejaron ver cómo ―aunque las motivaciones pueden ser diversas― el común denominador que los reunió fue la esperanza de los jóvenes participantes (que ven en el campo un motor de desarrollo y ya no más una fuente de desigualdades y pobreza) y la apuesta por la ciencia como agente de cambio. En este sentido, los asistentes hicieron un reconocimiento al doctor Luis Narro, científico consultor del CIMMYT en Colombia, por su trabajo en maíz en Latinoamérica.

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La SAGARPA y el CIMMYT impulsan el acompañamiento técnico a beneficiarios de PROAGRO Productivo

Productores de menos de cinco hectáreas reciben asesoramiento técnico en temas de sistemas de producción sustentable.
Por: SAGARPA.
6 de noviembre de 2017.

Ciudad de México.- Como resultado del acuerdo entre la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), a partir de julio de este año pequeños productores inscritos a PROAGRO Productivo en diferentes entidades del país reciben asistencia técnica para adoptar nuevas formas de producción y comercialización.

Lo anterior fue informado por la Subsecretaría de Agricultura de la dependencia federal, misma que señaló que productores de menos de cinco hectáreas reciben asesoramiento técnico en temas como sistemas de producción sustentable, Agricultura de Conservación, fertilización integral, variedades de semillas de maíz, tecnologías de poscosecha, diversificación y acceso de nuevos mercados, entre otras tecnologías.

De esta forma, los productores de más de 19,300 predios de producción de maíz, frijol y sus cultivos asociados, reciben asistencia técnica de 380 especialistas del CIMMYT en los estados de Campeche, Chiapas, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán.

La finalidad del programa, precisó la Subsecretaría, es vincular la asistencia técnica con el subsidio de PROAGRO Productivo para impulsar el desarrollo de capacidades de pequeños productores con predios menores a cinco hectáreas, aprovechar mejor las innovaciones tecnológicas que ofrece el organismo internacional, coadyuvar a la seguridad alimentaria y contribuir a lograr una agricultura sustentable.

Subrayó que esta nueva visión responde a la prioridad del Gobierno de la República de impulsar y fortalecer la productividad y competitividad de los pequeños productores, un sector clave en el país que tiene la capacidad para mejorar su eficiencia y bienestar, a través de la operación de sistemas de producción más rentables y sustentables.

En este proceso, aseguró que la asistencia técnica se estructura con base en un diagnóstico del sistema productivo del pequeño productor, en el cual se describe la brecha tecnológica existente y las causas que impiden una mayor productividad.

A partir de ello, se elabora el plan integral de acompañamiento técnico de acuerdo a la circunstancia de cada predio y productor, y se abordan las mejoras necesarias en el sistema de producción según las regiones agroecológicas y los sistemas de siembra de la región.

Cabe destacar que PROAGRO Productivo incentiva la producción de los 10 principales cultivos y cuenta, para este año, con un presupuesto de 8,614 millones de pesos.

El Padrón Nacional de PROAGRO Productivo, principal componente de la SAGARPA por su cobertura, asciende a una población objetivo de más de 2,173,000 productores, con 3,354,000 predios y 11,980,000 hectáreas de producción agrícola.