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Mohan Kohli, antiguo científico del CIMMYT especializado en trigo, recibe la Orden Nacional del Mérito de Paraguay

El ministro de Asuntos Exteriores de Paraguay, Embajador Julio César Arriola, concedió recientemente a Man Mohan Kohli, genetista de trigo jubilado del CIMMYT, la condecoración «Comendador» de la Orden Nacional del Mérito del país, destacando la «…excepcional contribución del científico a la agricultura y la economía paraguayas».

Dedicado especialista de campo, el 2 de agosto de 2023 el genetista de trigo jubilado del CIMMYT Man Mohan Kohli fue reconocido como «Comendador» de la Orden Nacional del Mérito de Paraguay. En su discurso de aceptación, Kohli citó los beneficios de las asociaciones público-privadas para beneficiar a los agricultores y catalizar las cadenas de valor de los cereales alimentarios. (Foto: CIMMYT)

Originario de la India, donde cursó estudios que incluyeron un doctorado en genética del trigo, Kohli trabajó en el CIMMYT entre 1971 y 2004 en temas como los cruces de trigo de primavera con trigo de invierno, la resistencia del trigo a la roya y otras enfermedades, y la mejora y promoción del triticale, un híbrido de trigo con centeno.

En 1978 fue asignado a un programa regional del CIMMYT sobre mejora, desarrollo y formación en trigo en colaboración con los países del Cono Sur de Sudamérica, que incluía facilitar el ensayo e intercambio regional de líneas de mejora de trigo y datos de selección.

Desde 2004, Kohli es consultor activo a tiempo parcial del programa nacional de trigo de Paraguay y del Grupo Bioceres en Argentina.

«La financiación para la investigación del trigo del CIMMYT en Paraguay terminó en 1993», dijo Kohli. «En 2003 iniciamos de nuevo la cooperación directa a través de una empresa mixta que incluye al Ministerio de Agricultura y Ganadería, la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas y el CIMMYT.»

«En 2003, Paraguay producía unas 320,000 toneladas de trigo al año e importaba más de 200,000 toneladas. Ahora, la producción anual ronda el millón de toneladas y el país exporta casi un tercio».

Kohli afirmó que la iniciativa conjunta había promovido variedades de trigo y métodos de cultivo de mayor rendimiento, había reducido los costes de los productos agroquímicos y había ayudado a formar asociaciones de agricultores y molineros, es decir, el ciclo completo del trigo, desde la siembra hasta la comercialización.

Los paraguayos consumen una media de más de 85 kilos de trigo al año en forma de pasta, pan y otros productos de panadería.

La carrera de Kohli le ha llevado a trabajar con luminarias de la ciencia como M.S. Swaminathan, Glenn Anderson, Joe Rupert, Cal Qualset, Warren Kronstad, Frank Zillinsky y Sanjaya Rajaram, entre otros.

«Conocí al científico del CIMMYT y a la postre Premio Nobel de la Paz, el Dr. Norman E. Borlaug, en 1967», dijo Kohli. «Seguíamos viéndonos cada año en sus visitas a la India y, cuando estaba a punto de terminar mi doctorado en 1970, me invitó a unirme al equipo del CIMMYT».

«Ha sido un privilegio y un honor haber trabajado junto a muchos colegas dedicados en el CIMMYT y los programas nacionales que han contribuido significativamente a la creación de capacidades de investigación y la seguridad alimentaria mundial en los últimos 50 años. Este premio está dedicado a todos ellos y a los agricultores que han sido la principal fuente de inspiración de nuestro trabajo».

Para más información en español, consulte:

Paraguay le otorga la Orden Nacional del Mérito a Mohan Kohli, respetada figura del sector agrario

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La FAO lanza Un País, un Producto Prioritario en América Latina y el Caribe

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) impulsa la Iniciativa Global Un País, un Producto Prioritario (UPUP)– OCOP, por sus siglas en inglés- la cual consiste en el Desarrollo de Productos Agrícolas Especiales creada por CIMMYT.

Lee la historia completa aquí.

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CGIAR y la empresa pública brasileña Embrapa estrechan vínculos para fortalecer su contribución a la reforma de los sistemas agroalimentarios

Brasilia/Lima, 7 de julio de 2023. Esta semana, al final de una visita de una delegación del CGIAR encabezada por el Director Regional para América Latina y el Caribe, Joaquín Lozano, a la sede de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) en Brasilia, ambas instituciones acordaron fortalecer sus vínculos para ampliar la colaboración en favor de la reforma de los sistemas agroalimentarios a través de la investigación, la tecnología y la innovación.

CGIAR y Embrapa destacaron la amplia gama de posibles sinergias y metas compartidas entre ambas instituciones y se comprometieron a establecer un mecanismo interinstitucional de colaboración estratégica, el cual se definirá y formalizará en los próximos meses.

Embrapa es una empresa pública establecida por el gobierno federal de Brasil en 1973. Tiene un impresionante historial de logros en materia de investigación agrícola e iniciativas de cooperación Sur-Sur y triangular. La visita tuvo lugar en un momento muy oportuno, solo unos meses después del inicio de nuevo gobierno de Lula y unas semanas después del nombramiento de la nueva presidenta de Embrapa, Silvia Massruhá.

La presidenta de Embrapa, Silvia Massruhá, y el Director Regional para América Latina y el Caribe del CGIAR, Joaquín Lozano. ©CGIAR

“Ella es la primera mujer que encabeza esta institución emblemática, además de ser una investigadora altamente experimentada, lo cual facilitó mucho el diálogo con ella y sus equipos. La unión de nuestras capacidades y talentos institucionales impulsará en gran medida la muy necesaria reforma de los sistemas agroalimentarios, especialmente en América Latina y el Caribe”, dijo el Director Regional para América Latina y el Caribe del CGIAR, Joaquín Lozano.

El mecanismo interinstitucional CGIAR-Embrapa les permitirá a ambas instituciones fortalecer su colaboración en áreas prioritarias comunes, algunas de las cuales ya se identificaron en la reunión: el mejoramiento del trigo tropical, la criopreservación, los bancos de germoplasma, la innovación digital, los sistemas de producción, los modelados y el análisis de datos – con la gran ambición de crear métricas e indicadores estándares – los paisajes multifuncionales y la inocuidad de los alimentos.

Ambas instituciones aclararon que esta lista no es exhaustiva y que, con el tiempo, se podrían profundizar o ampliar estas áreas de colaboración.

Las delegaciones del CGIAR y Embrapa mantuvieron fructíferos debates durante la visita. ©CGIAR

Las delegaciones del CGIAR y de Embrapa resaltaron la importancia de la cooperación Sur-Sur y triangular dentro y fuera de América Latina y el Caribe, especialmente con África. En este sentido, el CGIAR propuso aprovechar su mecanismo de Capacidades Compartidas para el Desarrollo (Capacity Sharing for Development, o Capsha).

Otra área potencial de colaboración se refiere al monitoreo y la previsión de indicadores clave de las tendencias que afectan los sistemas agroalimentarios a nivel regional y global. Con respecto a ello, el CGIAR presentó la iniciativa Visión [Foresight Initiative], una de sus iniciativas temáticas globales actuales, e invitó a la Embrapa a hacer parte de ella.

La red de investigación agropecuaria global también ofreció apoyo técnico y científico para la presidencia del G20, que Brasil ostentará en el año 2024 y para la COP 30, que el país albergará en 2025.

Embrapa y el CGIAR han sido instituciones clave en el campo de la investigación e innovación agropecuarias desde los años 1970. Durante estas décadas, ha habido acuerdos bilaterales o puntuales entre Embrapa y algunos centros del CGIAR. En 2011 se firmó un memorando de entendimiento con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT, ahora parte de la Alianza Bioversity International-CIAT), el cual se ha renovado hasta 2027. También se han realizado algunos proyectos de colaboración entre Embrapa y el Centro Internacional de la Papa (CIP) en cuestiones relativas al camote, la certificación y los bancos de semillas, el desarrollo de programas informáticos, la preservación de recursos genéticos y la gestión ambiental en la cuenca del Amazonas.

“Ahora, Embrapa y CGIAR desean ampliar su colaboración y darle un carácter más integral y sistémico. Este ha sido el motivo de la visita, la cual ha abierto nuevas posibilidades de asociación entre nuestras instituciones”, dijo Lozano.

El acuerdo previsto facilitará una cooperación más intensa entre Embrapa y los centros de investigación del CGIAR, especialmente aquellos cuyo trabajo se enfoca más en América Latina.

Los miembros de ambas delegaciones exploraron juntos las instalaciones de Embrapa. ©CGIAR

La delegación del CGIAR incluyó precisamente a representantes de los tres centros del CGIAR con sede en la región: Vania Azevedo, quien dirige el Programa Biodiversidad para el Futuro y el banco de germoplasma del CIP; Wendy Francesconi, Científica Sénior en Servicios Ecosistémicos e Impactos Ambientales en la Alianza Bioversity—CIAT; y Diego Pequeno, Científico Asociado en el Programa de Modelado de Sistemas de Cultivo de Trigo en el CIMMYT. Participó también Hector Zevallos, Asesor del Director Regional para América Latina y el Caribe del CGIAR.

La delegación de Embrapa fue encabezada por su presidenta, Silvia Massruhá y estuvo conformada por Clênio Nailto Pillon, Director de Investigación e Innovación; Maria Cleria Valadares Inglis, Directora General de Recursos Genéticos y Biotecnologí; Jorge Lemainski, Director General de Embrapa Trigo; Cristina Maria Monteiro Machado, Gerente General para Proyectos de Investigación, Desarrollo e Innovación; Sabrina Castilho Duarte, Gerente General para Cooperación en Investigación, Desarrollo e Innovación; Pedro Machado, Investigador de Embrapa Arroz y Frijol y representante de Brasil ante el Consejo del Sistema del CGIAR; Sibelle de Andrade Silva, Asesora de la Presidenta; Roselis Simonetti, represente del Director de Negocios Estragéticos; Maria Jose Amstalden Sampaio, del Departamento de Políticas Globales; y el Jefe Adjunto de Relaciones Internacionales de  Embrapa, Paulo Roberto Galerani.

“El CGIAR agradece a Embrapa y a la presidenta Massruhá su hospitalidad, la agenda sumamente productiva y los resultados alentadores de este crucial encuentro,” concluyó Joaquín Lozano.

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Quintana Roo y el CIMMYT firman convenio que fortalecerá el sector agrícola

Representantes del Gobierno de Quintana Roo y del CIMMYT durante la firma del convenio de colaboración para impulsar una agricultura sustentable en el estado. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Representantes del Gobierno de Quintana Roo y del CIMMYT durante la firma del convenio de colaboración para impulsar una agricultura sustentable en el estado. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Este 7 de junio el Gobierno de Quintana Roo y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) firmaron un acuerdo de colaboración con la finalidad de mejorar la productividad agrícola y fortalecer la conservación de los maíces nativos para el autoconsumo de las comunidades del estado, así como para la preservación y vitalización del sistema agrícola milenario de la milpa maya.

En Quintana Roo, 74 % de las unidades productivas agrícolas usa semillas de maíz nativo o criollo (SIAP, 2021), siendo el mayor porcentaje de los estados que integran la Península de Yucatán. Esto reafirma que en el estado el maíz nativo es parte fundamental de la identidad de las comunidades mayas y es fuente principal de autoconsumo para las familias que producen a pequeña escala.

No obstante, en el estado también prevalecen diversas problemáticas que amenazan la seguridad alimentaria de estas comunidades, tales como los altos costos de insumos y servicios agrícolas, dificultades para comercializar las cosechas, así como alta susceptibilidad a fenómenos meteorológicos derivados del cambio climático que, con frecuencia, hacen que la disponibilidad de semillas nativas sea escasa.

“Considerando la importancia del maíz y de la población maya presentes en el estado, las actividades contempladas en esta colaboración abarcan fundamentalmente el mejoramiento de la productividad y la conservación de los maíces nativos, así como la vinculación con el sector privado para mejorar la comercialización de la producción”, mencionó Artemio Santos, jefe de la oficina de la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, durante su intervención.

La colaboración, que busca fortalecer la seguridad alimentaria de la población rural del estado impulsando la agricultura sustentable y la conservación y valoración de la biodiversidad de los maíces nativos, contempla el establecimiento y manejo de casas de semillas comunitarias, parcelas de multiplicación de semilla de maíz criollo y cultivos asociados, así como el establecimiento de parcelas para evaluar y transmitir innovaciones enfocadas en la productividad de los maíces nativos.

Con respecto a la vinculación a mercados y organización de grupos de productores, se contempla impulsar la asociatividad de grupos de productores y la comercialización de excedentes de producción de maíz criollo y cultivos asociados a fin de generar ingresos económicos adicionales para las familias de productores que se vinculan con mercados locales y regionales y comercializan parte de sus cosechas.

Para lograr que tanto la preservación de la biodiversidad y la vinculación con el sector privado derive en beneficios para las comunidades, “se contempla un importante componente de capacitación dirigida a productores. Esto es, el desarrollo de capacidades agronómicas, organizativas y comerciales que le permita a los agricultores continuar mejorando sus sistemas de producción y su calidad de vida y, adicionalmente, contribuir al cuidado del medioambiente debido a que al mejorar la productividad agrícola también es posible reducir la ampliación de la frontera agrícola”, señaló Jelle Van Loon, representante del CIMMYT en América Latina.

Las actividades contempladas en el acuerdo de colaboración se desarrollarán en la zona Maya y la zona Sur, que son zonas de importancia agrícola en el estado, específicamente en los municipios de José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Othón P. Blanco.

Cabe mencionar que la colaboración entre el Gobierno de Quintana Roo y el CIMMYT también contempla la evaluación de maíces biofortificados con miras a contribuir al mejoramiento de la nutrición de la población rural, por lo que se establecerán vitrinas para evaluar y transmitir diferentes materiales biofortificados, entre ellos maíces QPM.

Los maíces QPM (Alta Calidad Proteica, en inglés) son producto de la investigación colaborativa conducida por el CIMMYT en conjunto con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Se trata de maíces biofortificados por métodos naturales (no transgénicos) y representan uno de los logros científicos más relevantes de la historia moderna de la humanidad y una aportación de México al mundo por el que la doctora Evangelina Villegas, investigadora del CIMMYT, ganó el Premio Mundial de la Alimentación en el año 2000.

Esta colaboración del CIMMYT en Quintana Roo se suma a la visión del Gobierno del estado de empoderar a las familias más vulnerables de la región, particularmente en lo referente a la seguridad alimentaria y temas de género. En este sentido, el trabajo conjunto entre el Gobierno del estado y el centro de investigación contribuye a potenciar los esfuerzos de la Agencia para la Seguridad Alimentaria, el Instituto para Economía Social y el Programa Mujer es Poder, iniciativas de la administración estatal que son coincidentes con la misión global del CIMMYT para mejorar los medios de vida de los productores.

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Diversificación de cultivos en el Bajío mexicano

Maíz y vice en sistema diversificado en el Bajío mexicano. (Foto: Hub Bajío-CIMMYT)
Maíz y vice en sistema diversificado en el Bajío mexicano. (Foto: Hub Bajío-CIMMYT)

Generalmente los sistemas intensivos de producción tienen como característica el uso de monocultivos en grandes extensiones y redes comerciales muy específicas, por lo que uno de los retos más importantes para estos sistemas es lograr la diversificación de cultivos, particularmente para lograr y conservar la salud de los suelos a la vez que mantener o incrementar la rentabilidad.  

En la plataforma de investigación de Pénjamo, el equipo técnico del Hub Bajío del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) aborda esta problemática desde 2019 y ha desarrollado estrategias de diversificación con base en cultivos de servicio. 

Un cultivo de servicio es aquel cuya función es dejar un beneficio para un cultivo principal, para un cultivo primario. También son conocidos como cultivos de cobertura porque brindan una cobertura vegetal al suelo.

“Actualmente estamos validando tres líneas de investigación: el uso de herramientas como los cultivos de servicio, la agricultura de conservación, y el uso de enmiendas orgánicas para el incremento de la productividad”, señala Paul García Meza, del Hub Bajío del CIMMYT. 

En un ensayo reciente, “se utilizaron seis especies de plantas (incluyendo vicia), para conocer la adaptabilidad al sistema de producción tanto en maíz como en trigo. Para el caso de maíz se estableció al voleo mientras que para trigo fue interlineado. Ambos cultivos principales se establecieron bajo dos sistemas: agricultura de conservación y agricultura convencional”, precisa Paul. 

“Uno de los principales beneficios que hemos generado en la plataforma de investigación de Pénjamo ha sido la identificación de factores agronómicos limitantes para el incremento de los  rendimientos, uno de estos está referido a la implementación de agricultura de conservación para trigo y maíz, por lo que nos hemos enfocado en que este sistema se implemente correctamente”. 

Por su parte, la estrategia de diversificación con base en el enfoque de cultivos de servicio para sistemas intensivos de producción es económica y agronómicamente viable, señala Paúl, quien detalla que la técnica de interlineado en cultivo trigo ofrece la posibilidad de incrementar el rendimiento en el maíz, mientras que la técnica de relevo en maíz ofrece la posibilidad de incrementar el rendimiento en trigo.  

Por lo anterior, enfatiza Paul, “las plataformas de investigación son importantes porque pueden ayudar a identificar las principales problemáticas que limitan el incremento de la productividad de los cultivos en la región. Aquí hemos identificado que el uso de agricultura de conservación, fertilidad integral y cultivos de servicio puede ser una herramienta para incrementar los rendimientos”. 

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, AgribaSustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes. 

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Migración, cambio climático y sistemas agroalimentarios

Participantes del InnovaHub Occidente de Guatemala durante los talleres de capacitación impartidos por el CIMMYT. (Foto: Hub Chiapas-CIMMYT)
Participantes del InnovaHub Occidente de Guatemala durante los talleres de capacitación impartidos por el CIMMYT. (Foto: Hub Chiapas-CIMMYT)

La migración en México y América Latina es un fenómeno complejo y sus causas son múltiples. Las llamadas caravanas o éxodo centroamericano son solo una expresión, una suerte de llamada de auxilio que nace de múltiples crisis, incluyendo la  climática, donde la recurrencia de huracanes, inundaciones, sequías y otros fenómenos —como los efectos de la pandemia— han agudizado la inseguridad alimentaria y el desplazamiento en la región. 

En el sector agroalimentario, la migración sugiere una respuesta a la falta de oportunidades en el campo y ha conducido a una escasez de mano de obra en el sector, aumentado los costos de producción. 

Históricamente la migración en la región ha estado asociada a la agricultura y actualmente los sistemas agroalimentarios y la migración tienden diversos vínculos socioeconómicos entre los países, como el caso de los trabajadores agrícolas guatemaltecos que cada día se trasladan a la región del Soconusco, en Chiapas, México; o la presencia de jornaleros haitianos en las plantaciones en República Dominicana. 

Los riesgos climáticos, sin embargo, inciden en este tipo de dinámicas: sobre la migración internacional hondureña, por ejemplo, puede observarse cómo el huracán Mitch, en 1998 —y la crisis social, económica y ambiental que originó—, constituyó el punto de inflexión que situó a Honduras como un país preponderantemente expulsor de migrantes. 

Si a la incertidumbre climática se le suman los efectos de la pandemia, entonces el panorama de la región se complica aún más: se estima que en el momento más álgido de la pandemia, por ejemplo, más del 40 % de hogares en Guatemala, Honduras y República Dominicana declaró haberse quedado sin comida debido a la falta de ingresos.

Como consecuencia de la pandemia, en 2020 la prevalencia de la inseguridad alimentaria se incrementó a 42 % en Belice, Costa Rica, El Salvador, República Dominicana, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, afectando a 19 millones de personas, y a 62 millones si se agrega México y Haití. 

Hacia 2022 el panorama de la seguridad alimentaria en la región no era muy alentador y países como Guatemala, Honduras y El Salvador registraron que entre el 40% y 50% de su población en se encontraba en inseguridad alimentaria acentuada, afectando alrededor de 14 millones de personas. Aún más grave, se estima que actualmente más del 25% de la población en Guatemala y Honduras enfrenta una situación de crisis o emergencia alimentaria, esto es 7,2 millones de personas. 

Para complicar el panorama, el aumento de las cotizaciones internacionales de la energía y los alimentos básicos afectó notablemente a los países de la región, particularmente a  los más dependientes de las importaciones de granos básicos para su consumo. Además, países como Costa Rica, Guatemala, Belice, República Dominicana y Honduras, que son más intensivos en el uso de fertilizantes que el promedio de países de América Latina y el Caribe, y del mundo, han tenido un impacto considerable en sus campos. 

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es una institución de investigación científica sin fines de lucro que por casi seis décadas ha desarrollado diversas líneas de investigación y proyectos para garantizar la seguridad alimentaria en la región y el mundo, propone abordar la compleja situación migratoria en Centroamérica mediante: 

Con experiencias positivas en México, donde se ha logrado impactar positivamente en más de 300 mil agricultores en más de un millón de hectáreas con prácticas agrícolas sustentables, el CIMMYT trabaja actualmente para difundir esos aprendizajes y esa metodología con la colaboración de diversas organizaciones y actores locales en la región. 

En Guatemala y Honduras, por ejemplo, recientemente se han instalado cuatro InnovaHubs —dos en cada país— con la intención adaptar y difundir las innovaciones agrícolas que se han identificado como las más pertinentes para cada lugar, pero al mismo tiempo aportando una metodología útil y práctica para gestionar el conocimiento y articular los esfuerzos de los distintas organizaciones. 

Lo anterior forma parte de AgriLAC Resiliente —iniciativa del CGIAR, consorcio de centros de investigación internacionales del cual forma parte el CIMMYT—, que busca transformar los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe, aumentando la resiliencia, los servicios ecosistémicos y la competitividad de estos sistemas de la región.

Para miles de centroamericanos que buscan una vida digna más allá de las fronteras nacionales, dotar de resiliencia a sus campos de cultivo significa sentar las bases de una mirada diferente al interior de sus propias naciones, donde la seguridad alimentaria y la agricultura sustentable contribuyen a crear una nueva oportunidad para mejorar sus condiciones de vida sin abandonar sus comunidades. 

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Identificar las mejores prácticas agrícolas, una tarea esencial de la ciencia aplicada al campo

Maíz establecido con agricultura de conservación. (Foto: CIMMYT)
Maíz establecido con agricultura de conservación. (Foto: CIMMYT)

“Las plataformas de investigación tienen una gran importancia debido a que ahí probamos todos los estudios científicos generados por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores, transformándolos en un menú tecnológico amplio, flexible y adecuado para los agricultores de cada zona”, menciona Raúl Olvera García, investigador del Instituto Tecnológico Superior de Huichapan (ITSH).

Raúl es responsable de la plataforma de investigación Huichapan, en Hidalgo, México, donde colaboran el ITSH y el CIMMYT para “evaluar la producción de maíz nativo e híbrido bajo sistemas de cultivo basados en agricultura de conservación en comparación con la agricultura convencional. Esto, a fin de recomendar los sistemas más adecuados a los productores del área; es decir, detectar sistemas de producción más resilientes que pueden contribuir a incrementar los rendimientos y a mejorar la salud del suelo ante los efectos del cambio climático”, comenta Raúl. 

Entre las principales innovaciones que se estudian y promueven en la plataforma están la agricultura de conservación, la fertilización integral, la rotación de cultivos, cultivos alternativos y la evaluación de algunas variedades mejoradas. 

Así, en el ciclo primavera-verano 2022 se evaluaron los rendimientos de maíz grano de siete tratamientos, cinco de ellos basados en agricultura de conservación —con maíz nativo e híbrido y dos niveles de rastrojo dejado sobre el suelo (50 y 100 %)— y dos tratamientos testigo bajo labranza convencional —sin rastrojo—. Cabe señalar que la comparación se realizó a partir del año dos de agricultura de conservación a fin de tener un ciclo previo de rastrojo dejado sobre el suelo, así como un ciclo de rotación de cultivo. 

El mayor rendimiento observado se obtuvo con siembra directa de maíz híbrido en rotación con triticale y ebo establecidos bajo labranza mínima e incorporando el 50% de rastrojo de maíz, por lo que es una buena alternativa para producir grano y forraje manteniendo rendimientos sostenibles”, señala Raúl quien, además, recomienda implementar este sistema haciendo roturación vertical del suelo. 

“Las evaluaciones que realizamos en las plataformas de investigación son importantes porque los sistemas de producción y las variedades se comportan de manera diferente en diferentes regiones”, puntualiza Raúl, para quien “el beneficio que se ha generado a través de las investigaciones realizadas en la plataforma es que por medio de ellas se evalúan todos los conocimientos generados en el CIMMYT y son transmitidos a los productores de la zona”. 

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, AgribaSustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

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La situación de la mujer en los sistemas agroalimentarios

Para proporcionar una visión general completa de las mujeres y las cuestiones de género en la agricultura, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó recientemente «La condición de la mujer en los sistemas agroalimentarios«, que proporciona ejemplos convincentes de políticas y programas con una revisión de lo que ha funcionado. y recomendaciones específicas. El informe concluye que aumentar el empoderamiento de las mujeres es esencial para su bienestar y tiene un impacto positivo en la producción agrícola, la seguridad alimentaria, las dietas y la nutrición infantil.

A pesar de la importancia de los sistemas agroalimentarios para los medios de subsistencia de las mujeres y el bienestar de sus familias, los roles de las mujeres están marginados y es probable que sus condiciones de trabajo sean peores que las de los hombres: irregulares, informales, a tiempo parcial, poco calificadas, intensivas en mano de obra y, por lo tanto, vulnerables. .

El Centro Internacional para el Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) reconoce la urgente necesidad de medidas de igualdad de género en los sistemas agroalimentarios y ha iniciado muchos proyectos específicos para abordarla. Además, el CIMMYT se compromete a introducir un componente de género en todas sus investigaciones, programas e intervenciones.

“Es un reconocimiento de que la equidad de género y social siempre ha sido un componente crítico de la sostenibilidad de cualquier iniciativa, independientemente del cultivo y el área geográfica afectada”, dijo Bram Govaerts, Director General del CIMMYT. “El CIMMYT ahora tiene más intención de abordar los problemas de igualdad de género y reconocemos que los mismos métodos antiguos podrían no ser los más efectivos”.

FAO: la recopilación de datos de alta calidad es fundamental para monitorear, evaluar y acelerar el progreso en la igualdad de género en los sistemas agroalimentarios

En el pasado, muchas iniciativas se han basado en encuestas para recopilar datos de agricultores, productores, consumidores y otras partes interesadas. Sin embargo, en las sociedades rurales tradicionales, la recopilación de datos basada en encuestas podría no ser la mejor manera de evaluar la agencia de las mujeres, ya que las restricciones culturales profundamente arraigadas podrían no permitirles hablar abiertamente sobre temas delicados, como su relación con el cónyuge.

Como parte del proyecto AGG, en Bihar, India, los investigadores del CIMMYT desarrollaron un enfoque innovador de narración de historias para la recopilación de datos: usando viñetas, los agricultores reciben historias cortas para relacionarlas con sus circunstancias del hogar. Las historias también son más fáciles de recordar y ayudan a construir una conexión con los personajes rápidamente.

Este método de narración desacreditó algunas ideas arraigadas sobre el papel de la mujer en la agricultura en esta zona de la India, creando una visión más matizada de cómo y por qué las mujeres se dedican a la agricultura. Este método conducirá a datos cualitativos más ricos, que pueden mejorar el desarrollo y la sostenibilidad de las intervenciones de género.

FAO: Los programas de protección social han aumentado el empleo de las mujeres y mejorado la resiliencia de las mujeres.

La asociación del CIMMYT con la Iniciativa CSISA apoya específicamente a las agricultoras al mejorar su acceso y exposición a innovaciones tecnológicas modernas y mejoradas, conocimientos y habilidades empresariales. CSISA trabaja en sinergia con los esfuerzos regionales y nacionales, colaborando con socios del sector público y privado.

FAO: las intervenciones deben estar diseñadas para cerrar las desigualdades de género y empoderar a las mujeres.

Si bien el CIMMYT ha producido muchas variedades mejoradas de maíz, los investigadores del CIMMYT descubrieron que estas nuevas variedades pueden no satisfacer las necesidades de las mujeres y los agricultores más pobres. Necesitamos explorar enfoques novedosos para evaluar la demanda de semillas por parte de los agricultores, considerando nuevas preguntas en lugar de continuar buscando diferencias en las preferencias basadas en el género.

Un primer paso en esa dirección es determinar cómo difiere la demanda de semilla de maíz entre los agricultores según sus necesidades, prioridades y limitaciones de recursos. El género es una parte importante de esa ecuación, pero los investigadores del CIMMYT también abogan por otras consideraciones, como la forma en que el maíz encaja en la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de los hogares, la dinámica de toma de decisiones en torno a la producción de maíz y la accesibilidad de las semillas.

Esfuerzos internos en el CIMMYT

Si bien el informe de la FAO se centra en las mujeres en el sistema agroalimentario, el CIMMYT también ha emprendido varias iniciativas internas para garantizar una cartera más diversa de investigadores y cultivar un sentido más sólido de inclusión en el CIMMYT y en la comunidad científica en general.

En el CIMMYT, entre el 20 y el 25 por ciento del personal en la carrera de ciencias (carreras que involucran trabajo de campo, laboratorio, datos y socioeconómico) son mujeres. En 2022, Alison Bentley, directora del Programa Global de Trigo del CIMMYT, y Nele Verhulst, agrónoma de sistemas de cultivo, iniciaron Mujeres en la Ciencia de los Cultivos en el CIMMYT. El grupo tiene como objetivo conectar y construir una red de mujeres en la carrera científica y se compromete a lograr un entorno más inclusivo en el CIMMYT y dentro del CGIAR.

El CIMMYT también está ayudando a desarrollar la próxima generación de mujeres científicas a través de los premios anuales Jeanie Borlaug Laube Women in Triticum, que reconocen la excelencia científica y el potencial de liderazgo. Hasta la fecha, más de 60 mujeres científicas han recibido capacitación en liderazgo y oportunidades de desarrollo profesional destinadas a apoyarlas a medida que se unen a la comunidad de académicas que luchan contra el hambre en todo el mundo.

Foto de cubierta: Mujeres clasificando semillas de maíz en el almacén de Mgom’mera Seed Company en Lilongwe, Malawi. (Foto: CIMMYT/Kipenz Films)

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El valor de los datos en la construcción de un futuro sostenible

Captura de datos agrónomicos en la plataforma e-agrology. (Foto: CIMMYT)
Captura de datos agrónomicos en la plataforma e-agrology. (Foto: CIMMYT)

Recientemente la noticia sobre cómo la inteligencia artificial (IA) permitiría detectar el cáncer hasta cinco años antes de su aparición sorprendió a la opinión pública. No obstante, noticias como esta, que parecen surgidas de la ciencia ficción, están siendo cada vez más comunes, poniendo de relieve que los datos marcan el nuevo ritmo de los procesos sociales, desde el aprendizaje sobre el funcionamiento de las redes neuronales, hasta la optimización de los recursos en las cadenas agroalimentarias.

“La revolución de los datos ha logrado profundas transformaciones. Sin embargo, esta revolución todavía está lejos de la población y es poco inmersiva”, señala un grupo de investigadores de las Naciones Unidas, la University College London, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y otras instituciones. 

No obstante su estado actual, “podemos argumentar que la IA es lo suficientemente madura como para abordar el desafío del desarrollo sostenible”, sostienen los investigadores: “Se ha demostrado que los datos y la IA actúan como catalizadores y facilitadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), no solo para medir sus objetivos e indicadores, sino que también son las mejores herramientas para hacer frente a las emergencias”. 

Aunque todavía hay datos escasos para abordar todos los ODS y sus objetivos e indicadores, los investigadores consideran que es necesario impulsar una gobernanza a múltiples escalas, lo que “implica pensar en organizaciones y lugares como parte de sistemas complejos donde interactúan entre sí dando lugar a acciones colectivas”. 

“La colaboración y la coordinación deben ser el terreno de la gobernanza, siempre impulsadas por los sistemas de IA y datos. Estas plataformas necesitan introducir elementos más disruptivos basados en la innovación organizativa y tecnológica”, señala el estudio Gobernanza multiescala y datos para el desarrollo sostenible, en donde los investigadores abordan el futuro de la gobernanza digital y su importante papel en el logro de los ODS. Te invitamos a leerlo completo:

Pastor-Escuredo, D., Gardeazabal, A., Koo, J., Imai, A., & Treleaven, P. (2022). Multi-scale governance and data for sustainable development. Frontiers in big Data5.

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Cultivos de valor para diversificar el campo

Primeros frutos de una higuera joven. (Foto: Gloria Euroza/CIMMYT)
Primeros frutos de una higuera joven. (Foto: Gloria Euroza/CIMMYT)

El cambio climático, los efectos de la pandemia y la reciente crisis de fertilizantes están perjudicando la capacidad productiva de las naciones. Por esto, es apremiante impulsar un cambio integral en los sistemas agroalimentarios para así garantizar la producción y suministro sustentable de alimentos. Ante esto, conceptos como la agricultura de conservación y sus prácticas asociadas, cada día cobran mayor relevancia a nivel mundial.

En México el cambio ha sido lento y hasta 2021, de un poco más de tres millones y medio de unidades de producción agrícola a cielo abierto, menos del 20 % optaron por prácticas de agricultura de conservación a pesar de que brinda un alto impacto potencial en la sustentabilidad. Ejemplo de ello son los altos rendimientos obtenidos en cultivos de maíz sembrados con este sistema en distintos valles de México, los cuales rondan las 18 toneladas por hectárea y que van acompañados de ahorros de hasta 30 % en términos de costos.

A pesar de que cultivos básicos como el maíz o el trigo representan un ingreso seguro para el productor —aunque limitado, debido a los altos costos de producción y la alta volatilidad del mercado de granos—, en distintas zonas del país se ha optado por el cultivo de berries—zarzamora, arándano, frambuesa, fresa—, las cuales  ofrecen un alto margen de ganancia al ser sumamente buscadas en el mercado internacional para su uso en la industria alimenticia, farmacéutica o cosmética, posicionándoles en los primeros lugares de exportación.

Ejemplo de lo anterior es que en la última década en Jalisco, que es el mayor estado productor de berries, la superficie destinada a la siembra de maíz disminuyó un 6,5 %, es decir, pasó de 7,7 millones a 7,2 millones de hectáreas; en cambio, la destinada a frutillas se triplicó, pasando de una superficie prácticamente nula a inicios de los 2000, a 17 mil hectáreas en 2011 y a 55 mil hectáreas al cierre de 2021; es decir, tan solo en diez años aumentó 69 %. 

Además, datos del Banco de México muestran que tan solo en 2021, el país desembolsó más de cinco mil millones de dólares para importar maíz amarillo y poder cubrir el déficit de producción y la demanda nacional —esto es el mayor monto de la historia—. En cambio, en el primer trimestre de 2022, las berries se convirtieron en el primer producto agroalimentario con mayor registro de ingresos por su venta al extranjero, generando mil 385 millones de dólares —22,5 % más que en 2021— y desplazando a productos que estaban en los primeros lugares de exportación, como el aguacate y la cerveza.

Sin embargo, los beneficios económicos no son los únicos que se deben considerar al comercializar nuevos productos, ya que una adecuada y viable reconversión de cultivos depende de la zona geográfica, el medioambiente local o las condiciones y requerimientos fitosanitario para reducir el riesgo de que plagas y enfermedades se vuelvan inmunes o resistentes a insumos para su control. 

Por ejemplo, en el Valle del Yaqui, una de las principales zonas agrícolas del país con más de 250 mil hectáreas cultivables y donde se siembra y producen más de un millón y medio de toneladas anuales de trigo, desde 2017 a la fecha, los agricultores han apostado al cultivo de productos frutícolas innovadores como el mango Calypso y el aguacate Hass, del cual se han reconvertido un poco más de 355 hectáreas. 

Si bien iniciar muchos de estos cultivos puede implicar una inversión mayor, es importante que el productor conozca y esté seguro de que lo que va a sembrar será viable tanto desde el punto de vista agronómico como económico en la zona en la que desarrolla su negocio. Por ello, no debe centrarse en un solo cultivo, la recomendación es diversificar, de modo que es posible conseguir rentabilidad tanto con cultivos básicos mediante la mecanización adecuada e incorporación de agricultura de conservación, como al apostar a varios tipos nuevos de cultivo.

En Sinaloa, ante las condiciones climáticas de la región, nuevas alternativas de alto valor han comenzado a despuntar, una de ellas es el espárrago, que ha demostrado ser buena

oportunidad de negocio. También está el higo, establecido desde 2018, principalmente en la zona norte del estado, reconocida internacionalmente como zona libre de moscas de la fruta, lo que permite su comercialización sin ninguna restricción hacia el extranjero, principalmente Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.

Actualmente, también se contempla al agave ya que no requiere grandes inversiones y puede establecerse de manera natural en zonas con poca humedad, por lo que se adapta a las zonas de temporal en las que se produce principalmente sorgo, cacahuate, ajonjolí y, al ser resistente a la sequía, ofrece una mejor alternativa económica por su gran demanda en el mercado nacional e internacional.

Hoy por hoy la agricultura ofrece un abanico de opciones que, si bien no reemplazarán a los básicos, sí representan una opción para mitigar los riesgos dadas las adversidades presentes en la agricultura.