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Cómo obtener mayores rendimientos y disminuir el impacto ambiental desde la agricultura

José Manuel Gómez Custodio es un productor de maíz del ejido Pedro Cornelio Colorado, en el municipio de Huimanguillo, Tabasco. Cultiva maíz desde hace más de 15 años, pero comenta que antes de conocer las propuestas del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) sobre Agricultura Sustentable, realizaba las actividades en sus tierras de acuerdo con su experiencia al observar las prácticas convencionales que predominan en la región.

A través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT—, recibió capacitación por parte de especialistas del CIMMYT; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); y el despacho Seicader. Y se dio cuenta de que podía mejorar muchas actividades de su sistema de producción. Así, hace apenas un par de años empezó a trabajar con el enfoque de la Agricultura de Conservación, y comenta que ha logrado incrementar 30% sus rendimientos.

José Manuel cuenta con una superficie de cultivo de 2.5 hectáreas. Las malezas eran uno de sus problemas principales, por lo cual realizaba hasta tres aplicaciones de herbicidas. Con la intención de solucionar este problema, y gracias al acompañamiento técnico que ha recibido a través de MasAgro, comenzó a hacer cambios innovadores en su sistema de producción: inició conservando el rastrojo de la cosecha anterior para dejarlo sobre la superficie de siembra y después sembró frijol para hacer rotación de cultivos, ya que anteriormente sembraba maíz.

Las malezas prosperan en suelos en monocultivo y en los que quedan descubiertos. Por eso, el rastrojo sobre la superficie contribuye a que las semillas de maleza no lleguen al suelo (perdiendo así su viabilidad de germinar) y la rotación de cultivos ayuda a romper los ciclos de malezas y plagas. Además, estas prácticas —que constituyen dos de los principios de la Agricultura de Conservación— permiten hacer más productivas las parcelas y, consecuentemente, incrementan las posibilidades de ingreso de los productores.

Para José Manuel Gómez, los beneficios de la Agricultura de Conservación son visibles. Con la asistencia que le han brindado los colaboradores del CIMMYT y especialistas como el doctor Fernando Bahena, no sólo ha disminudo significativamente la aplicación de herbicidas e incrementado sus rendimientos, sino que está contribuyendo al cuidado del medioambiente y a la recuperación de la calidad productiva de los suelos de Tabasco. Por todo esto, José Manuel no duda en invitar a otros productores a acercarse a las actividades de difusión y capacitación que promueve el programa MasAgro.

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Comenzaron la XXIII Reunión Latinoamericana del Maíz y el IV Congreso de Semilla

Durante su primer día de actividades en Montería, Colombia, la XXIII Reunión Latinoamericana del Maíz y el IV Congreso de Semillas contaron con más de 200 participantes y la asistencia de delegados y representantes de los sectores agrícola, científico, académico y tecnológico provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, México, Perú y Estados Unidos. En el acto inaugural, Deyanira Barrero —gerente general del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA)— y Jorge E. Bedoya —presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC)— destacaron la importancia de contar con semillas y estrategias que permitan asegurar la calidad y el futuro del sector agroalimentario colombiano y latinoamericano.

Por su parte, Jorge Mario Díaz, director ejecutivo de AGROSAVIA, destacó el valor de alianzas que trascienden fronteras en beneficio de Colombia y América Latina, como la que existe con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Sobre esto, Leonardo Ariza, gerente general de Acosemillas, se refirió a la necesidad urgente de sumar esfuerzos para hacer de talla mundial al campo colombiano, objetivo con el cual reiteraron su compromiso Henry Vanegas, gerente general de Fenalce, y Luis Narro, científico líder del CIMMYT en Colombia, quienes enfatizaron el valor del trabajo en equipo y la importancia de la articulación de fortalezas.

Posteriormente, se expuso el plan estratégico Maíz para Colombia (MpCol), que se enfoca en el desarrollo sustentable, resiliente y rentable del maíz y fue presentado oficialmente en julio pasado. “Maíz para Colombia puede ser una buena vía para caminar hacia la transformación del sistema agroalimentario de este grano en un país donde es de vital importancia para la alimentación de su población y la dinamización de su industria”, indicó Roberto Rendón, investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) —de México—, quien presentó el plan (compuesto por cinco motores de cambio y 15 acciones tácticas), resaltando el papel de las redes de innovación. Según Rendón, el plan “es ante todo un llamado a la acción para juntarnos a trabajar y actuar”.

La agenda académica dio paso a las ponencias de especialistas internacionales. Destacó la de Jorge Mario Díaz, quien habló sobre el sistema nacional de semillas de Colombia y los sistemas locales de producción de semillas con pequeños y medianos productores colombianos. Por su parte, Meike Andersson, especialista en desarrollo de cultivos de HarvestPlus, señaló a la biofortificación como estrategia clave para las cadenas de valor de los cultivos. En el caso del maíz, se destacó que junto con el CIMMYT y socios de Colombia se acaba de lanzar en agosto pasado un híbrido de maíz blanco biofortificado con miras a reducir la deficiencia en zinc que afecta a los colombianos.

Durante su intervención, Kai Sonder, jefe de la Unidad de Sistemas de Información Geográfica del CIMMYT, habló sobre los cambios en la producción de maíz en Latinoamérica como consecuencia de la variabilidad climática. Se refirió a esto desde los efectos posibles en la calidad del maíz debido al estrés por calor en áreas tropicales y subtropicales, la disminución de lluvias o la presencia más intensa de estas, la incidencia más severa y frecuente de enfermedades y plagas (como el complejo de la mancha de asfalto y las aflatoxinas), la posible reducción de rendimientos ante un incremento de temperaturas y la expansión de áreas de producción hacia las latitudes altas.

Ante estos efectos que podrían constituir un reto para los sistemas agroalimentarios, Sonder resaltó la importancia de tomar medidas para la adaptación al cambio climático, como el uso de nuevas semillas más tolerantes a sequía, calor e inundaciones; explorar la diversidad del maíz guardada en el Banco de Germoplasma del CIMMYT; practicar Agricultura Sostenible Adaptada al Clima (ASAC); y desarrollar una planeación a largo plazo de sistemas de cultivo y programas de mejoramiento.

El programa de la XXIII Reunión Latinoamericana del Maíz y el IV Congreso de Semillas contempla más conferencias y actividades, entre ellas, la entrega de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina, durante la cual siete jóvenes menores de 35 años serán galardonados por su trabajo innovador en favor del futuro de los sistemas agroalimentarios de maíz de la región.

A través de nuestras redes sociales (@accimmyt en Facebook y Twitter) y las de los organizadores de la reunión, o con el hashtag #MaízySemillas, podrás ver fotos, videos y otras publicaciones para seguir de cerca los detalles de este importante foro regional.

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¿Cómo se está adaptando Veracruz al cambio climático?

Diversos escenarios sobre los efectos del cambio climático en el Golfo de México indican que en esa región las precipitaciones tenderán a bajar, pero —al mismo tiempo— se espera que los ciclones tropicales aumenten su intensidad (Semarnat-INE, 2009). Aunque estos escenarios están proyectados para dentro de algunas décadas, las lluvias fuera de ciclo ya son una realidad cotidiana en Veracruz (estado con gran parte de su territorio distribuido en la zona costera del Golfo de México), afectando significativamente a los productores agrícolas de esa entidad.

Con el objetivo de promover entre los productores del estado prácticas que les permitan enfrentar los efectos del cambio climático, el Hub Pacífico Sur —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y CESUR fomentan diversas actividades de difusión y capacitación en temas de Agricultura Sustentable. Una de estas actividades fue el evento demostrativo ‘Innovaciones tecnológicas para la adaptación al cambio climático en la agricultura’, realizado en el ejido Lázaro Cárdenas, municipio de Tierra Blanca, Veracruz.

Durante el desarrollo de la actividad fueron expuestos los principios de la Agricultura de Conservación (mínima labranza, mantenimiento del rastrojo como cobertura del suelo y rotación de cultivos) y prácticas asociadas que —en conjunto— permiten desarrollar una agricultura productiva, rentable y sustentable, la cual es particularmente útil en contextos de gran variabilidad climática, como el actual. La Agricultura de Conservación permite incrementar los rendimientos, disminuir los costos de producción y conservar suelos y agua.

Por ser alternativas pertinentes y económicamente accesibles para mejorar los cultivos de la región, los asistentes se interesaron en el uso de feromonas para el manejo del gusano cogollero (plaga de alto impacto en la región) y la elaboración de abonos orgánicos (bioles). También se mostraron semillas de diferentes especies —como calabaza, girasol, cacahuate y chícharo— y se habló de los beneficios de su uso, para diversificar los cultivos y sembrarlas en asociación o en relevo del maíz.

La actividad reunió a más de 150 productores y técnicos de diferentes localidades. Entre ellos habían participantes de MasAgro —programa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT— y sembradores, facilitadores y técnicos de Sembrando Vida, programa del Gobierno federal. Este tipo de cooperaciones fortalecen las acciones de los diversos actores que operan en la zona y articulan esfuerzos para lograr una agricultura resiliente ante los efectos del cambio climático.

Por: Integración y Desarrollo CESUR SC.

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La rotación de cultivos, clave para lograr parcelas más rentables

En el municipio de la Barca, Jalisco, el predominio del monocultivo en la superficie agrícola de temporal es notorio. De acuerdo con estadísticas recientes, de un total de 154,758 hectáreas sembradas durante 2018, 90% de la superficie correspondió a maíz; 8.8%, a sorgo; y sólo 1.2%, a cultivos alternativos como garbanzo, frijol, tomate verde y cebolla (SIAP, 2019). El problema del monocultivo es que a largo plazo propicia la pérdida de biodiversidad y de fertilidad del suelo; una mayor susceptibilidad de los cultivos a plagas, enfermedades y malezas; y —como consecuencia— un consumo mayor de agroquímicos, con efectos negativos en la salud y el ambiente.

Por lo anterior, en la plataforma de investigación Ocotlán —en la que colaboran Xochicentli y el Hub Bajío, del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se realizan estudios sobre rotación de cultivos. La importancia de estos estudios radica en que la diversificación de las especies cultivadas aporta múltiples beneficios a los productores: mejora el balance de nutrientes, la materia orgánica en los suelos y el aprovechamiento del agua; tiene un efecto regulador sobre las poblaciones de plagas, malezas y enfermedades; y, además, diversifica los ingresos y brinda mayores oportunidades para acceder a mercados.

Durante el ciclo otoño-invierno 2018-19 se realizó rotación de avena con maíz (el maíz fue el cultivo precedente). Con el uso de biofertilizantes se obtuvieron rendimientos de entre 25.3 y 31.6 t/ha de avena en verde. Estos resultados estuvieron por encima de los reportados para el municipio de la Barca por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) en 2018.

La inclusión de la avena en la rotación fue por su aptitud forrajera y porque permite tener una cosecha adelantada con respecto al trigo. Además de su aprovechamiento para la alimentación animal, la avena aporta a la calidad del suelo, pues sus raíces penetran las capas más profundas, dejando una estructura porosa que permite que el agua se infiltre en el suelo y quede disponible para cultivos futuros. Este es un ejemplo de los diversos beneficios de rotar cultivos.

Debido a que las leguminosas y las oleaginosas —de las cuales se obtiene aceite— son buenas opciones para la rotación de cultivos, actualmente en la plataforma de Ocotlán se evalúa el cultivo de girasol para rotaciones en condiciones de temporal, pues ofrece ventajas como un ciclo de cultivo corto, una buena respuesta a condiciones de lluvias limitadas y una mayor tolerancia a la sequía (en comparación con los cultivos básicos).

Otros de los beneficios del girasol es que su semilla tiene un alto contenido de aceite (entre 35 y 45%) y posee una calidad nutricional alta, por lo que es muy apreciada por la industria aceitera. Con la pasta sobrante de la extracción pueden elaborarse concentrados para la alimentación animal y las cabezas sin semillas son una fuente rica en proteínas y pueden usarse molidas para aves o ganado. Y en verde se puede ensilar para forraje. A pesar de esto, la producción nacional sigue siendo pequeña.

Rotar cultivos ofrece varios beneficios. Además de los expuestos, ayuda a regular plagas y malezas; beneficia la fertilidad del suelo; y —en la parte económica— minimiza los riesgos de mercado, ya que al tener diferentes cultivos los productores no están limitados por el precio de un solo producto.

Esta nota es parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable. La campaña contempla diversos eventos demostrativos y recorridos en campo para mostrar las prácticas e innovaciones sustentables que promueven el Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. ¡Súmate!

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Algunas razones para mecanizar el campo con sembradoras de tiro animal

Productores de la localidad de San Miguel Tlanichico, en Oaxaca, se capacitaron en el uso y la calibración de la sembradora-fertilizadora de tiro animal Impletex. La actividad fue desarrollada por el Hub Pacífico Sur —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y algunos de sus colaboradores en el estado de Oaxaca. El objetivo fue brindar a los productores alternativas viables y accesibles para mecanizar sus procesos productivos y permitirles así obtener mejores rendimientos de una manera sustentable.

Las sembradoras-fertilizadoras de tiro animal constituyen una opción viable para los pequeños productores de la región. Con los implementos mecánicos adecuados, los burros, bueyes, caballos y otros animales de tracción permiten hacer una siembra más precisa; maniobrar con mayor facilidad en terrenos de ladera, donde los tractores de dos o cuatro ruedas muchas veces no pueden acceder; y reducir el tiempo de trabajo, en comparación con la siembra manual.

Así, en el marco del programa MasAgro —que impulsan la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT— se sembró maíz criollo belatobe (llamado así por su color rojo, parecido al del gusano de maguey del mismo nombre) con la sembradora-fertilizadora de tiro animal Impletex. Durante la actividad, realizada en la parcela del señor Jacobo Tanislado Benítez, también se brindó capacitación para la calibración de la maquinaria, con el objetivo de que los productores desarrollen sus capacidades y puedan adaptar la maquinaria a los diferentes tipos de semillas que se cultivan en la comunidad.

Primero se hizo el trazo de surcos con ayuda de un caballo, luego se calibró la sembradora-fertilizadora y se explicó el uso y funcionamiento de los diferentes implementos que tiene (platos dosificadores, contenedor o tolva de fertilizante, etcétera). Después, conforme se iba sembrando, se hizo la revisión de los surcos para verificar aspectos como la distancia y la profundidad a la que se estaba distribuyendo la semilla en el suelo, ya que uno de los beneficios de estos mecanismos es la optimización de los insumos agrícolas.

De manera adicional, el Hub Pacífico Sur y sus colaboradores en Oaxaca visitaron algunas parcelas donde anteriormente se había adoptado el uso de sembradoras-fertilizadoras de tiro animal. Los participantes confirmaron que estas herramientas, por un lado, hacen más eficaces las actividades de siembra y fertilización y, por otro, permiten usar más eficientemente los recursos. De hecho, además del proceso de siembra, es durante la germinación cuando los productores pueden observar la eficiencia de las herramientas (se refleja en una mejor distribución de las plantas, por ejemplo), las cuales constituyen opciones de #MecanizaciónInteligente adecuadas y accesibles que el CIMMYT acerca a los productores de pequeña escala para que optimicen sus sistemas de producción.

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Los Guardianes de las Semillas del Sur de Yucatán

  • La historia del colectivo Guardianes de las Semillas del Sur de Yucatán y de Misioneros A.C. es un ejemplo de la importancia de las comunidades originarias en el resguardo de la diversidad biológica de los sistemas agroalimentarios.
  • Las prácticas sustentables que esta organización civil ha impulsado entre los productores que trabajan con ella son una muestra de cómo la innovación fortalece a la tradición.
Por: Divulgación-CIMMYT y Misioneros A.C.
Agosto de 2019.

Chacsinkín, Yuc.- El rescate de las semillas nativas y la preservación de los saberes locales asociados al ciclo y las prácticas agrícolas son la base de las acciones que el colectivo Guardianes de las Semillas del Sur de Yucatán realiza para lograr la seguridad alimentaria de las comunidades de la Península de Yucatán. El colectivo está conformado por mujeres y hombres mayas que trabajan la milpa y que, en representación de sus comunidades, se han comprometido a conservar el legado biocultural de este sistema de producción agrícola que sustenta su dieta y su cosmovisión.

Actualmente, gracias al esfuerzo de este colectivo se han logrado rescatar y reintroducir numerosas variedades de maíces criollos y de semillas de otras especies asociadas al sistema milpa que, por causa de diversos fenómenos naturales y sociales —como huracanes, sequías y desplazamientos de la población, entre otros—, se habían dejado de sembrar y estaban en peligro de perderse definitivamente. Esta misión por salvaguardar la diversidad biológica y cultural asociada a la milpa maya tiene una motivación y una historia.

El paso del huracán Isidoro por la Península de Yucatán en 2002 fue devastador. La pérdida de las cosechas para disponer de alimentos en lo inmediato y la pérdida de las semillas para sembrar en el futuro pusieron en riesgo la seguridad alimentaria de la población. Por ello, el huracán se convirtió en el catalizador para que las comunidades se organizaran e implementaran medidas para asegurar la resiliencia de sus cultivos y la disponibilidad de alimentos ante este tipo de fenómenos naturales.

De acuerdo con Misioneros A.C. (MAC) —asociación civil que tiene más de 24 años de trabajo con familias y grupos de productores de la zona sur de Yucatán, con los que inició con actividades sobre hortalizas, parcelas, solares y apiarios, entre otros—, antes del huracán ya existían diagnósticos sobre la disminución en las variedades de semillas, de manera que el fenómeno meteorológico —al hacer más visible esa realidad— sólo aceleró un proceso de trabajo comunitario para proteger la diversidad genética del maíz nativo.

En 2003, un año después del impacto del huracán Isidoro, MAC organizó la primera feria de intercambio de semillas. Ese fue el inicio de una serie de esfuerzos que derivaron en la conformación del colectivo Guardianes de las Semillas del Sur de Yucatán —Káa nán iinájóob, en maya—, el cual representa la voluntad de las comunidades de trabajar en conjunto para preservar los conocimientos agrícolas tradicionales y resguardar las semillas nativas, a través de su intercambio y consecuente diseminación. Las ferias de intercambio de semillas ideadas por MAC se convirtieron entonces en una de las acciones distintivas del colectivo.

A 17 años de su primera edición en el municipio de Chacsinkín, las ferias de semillas se han replicado con éxito en otros municipios y en otros estados de la Península de Yucatán, convirtiéndose en un espacio de confluencia y convivencia para los productores de la región. Estos, además de intercambiar semillas de maíz y cultivos asociados —como calabazas, frijoles, ibes, chiles, tomates y otras especies—, también comparten conocimientos y experiencias sobre la milpa (ich kool, en maya), que para ellos forma parte de esa conexión con sus orígenes, que describe el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas.

El colectivo busca aumentar la disponibilidad de semillas a través de la recuperación, la conservación y el mejoramiento de las variedades que cultivan. No es una tarea sencilla; como colectivo deciden qué variedad y en qué comunidad se trabajará. Dan seguimiento a lo largo del ciclo agrícola para llegar a las ferias de semillas a intercambiar y vender sus productos de la milpa. Hoy, gracias a este esfuerzo, se han logrado identificar, conservar y diseminar semillas de hasta 22 variedades criollas de maíz.

Las semillas locales, además de tener un valor cultural —ya que son la herencia del pueblo maya—, tienen un valor científico de interés global. En ellas puede haber pistas importantes para entender los complejos mecanismos biológicos que hacen que una variedad vegetal sea o no resistente a los efectos del cambio climático, como las olas de calor, las sequías prolongadas o las lluvias torrenciales o fuera de ciclo. En este sentido, MAC y los Guardianes de las Semillas del Sur de Yucatán han apoyado e impulsado procesos de formación de promotores especializados en la conservación de germoplasma y la construcción de bancos de semillas locales, manejados por las propias comunidades.

Actualmente, el colectivo y MAC impulsan —junto con aliados— diversas e innovadoras acciones para fortalecer la milpa maya, ya que los productores de la región con los que trabajan enfrentan amenazas a su territorio y nuevos retos en la producción, como las plagas de follajes y de almacén, pero también otros que combaten desde hace años, como las quemas agrícolas sin control. El Manejo Agroecológico de Plagas, las soluciones herméticas poscosecha, el mejoramiento participativo de semillas y otras prácticas sustentables derivadas de la Agricultura de Conservación son algunas de las innovaciones que han implementado para fortalecer la tradición de la milpa.

Gracias a la visión y el compromiso de ambos, recientemente casi medio centenar de productores de la región que trabajan el sistema milpa se han capacitado en la elaboración y el uso de biofertilizantes y en Manejo Agroecológico de Plagas. Con estas innovaciones, los Guardianes de las Semillas del Sur de Yucatán consolidan un proceso de transición agroecológica.

La seguridad alimentaria de las comunidades y la preservación de la riqueza biológica y la cosmovisión maya relacionada con la milpa constituyen la misión del colectivo. Para este, la herencia y la tradición se fortalecen con la innovación, y por eso es ejemplo de cómo —a través del diálogo entre el conocimiento ancestral, de productores de diversas regiones, y el conocimiento científico— es posible fortalecer las capacidades de las comunidades para que tomen mejores decisiones en favor de su legado cultural y su bienestar.

Fotografía: Misioneros A. C.

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El CIMMYT, presente en la Agroalimentaria Zacatecas para lograr sistemas integrales y prosperidad

La estrategia de innovación de los sistemas agroalimentarios del CIMMYT se implementa en Zacatecas con suelos mejorados, mecanización inteligente y girasol y sorgo para rotar cultivos y generar ingresos.
Por: Edith Flores Romo, formadora MasAgro en Zacatecas.
26 de agosto de 2019.

Zacatecas, Zac.- El Gobierno del estado convocó a la segunda edición de la Agroalimentaria Zacatecas 2019 Food Show, evento con el que se fortalece el potencial de los negocios agropecuarios del país y se fomenta el conocimiento y el comercio entre los diferentes actores de las cadenas productivas. Participaron cerca de 250 expositores, productores agropecuarios y empresas de las cadenas agroalimentarias de todo el país; además, se contó con la presencia de conferencistas de más de 10 países diferentes.

En este importante evento el doctor Bram Govaerts, director del Programa de Desarrollo Estratégico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), ofreció la conferencia magistral Desde Semillas para la Paz hacia Sistemas Integrales para la Prosperidad ante estudiantes, productores, empresarios, investigadores y funcionarios públicos y representantes de instituciones públicas y privadas.

La conferencia planteó interrogantes en torno al impacto de la agricultura en el planeta: ¿qué tan estables son nuestros sistemas alimentarios?, ¿cuánto crecimiento más pueden ofrecer sin colapsar?, ¿aumentamos los ingresos de los productores si incrementamos el rendimiento? Con estas preguntas se abre la visión para identificar los retos que enfrenta el estado de Zacatecas, el país y el mundo. Este panorama expone la urgente necesidad de cambiar de enfoque: de productos básicos a sistemas agroalimentarios.

La estrategia que el CIMMYT impulsa en México y el mundo tiene como metas producir más con menos, aumentar el valor agregado de la producción de grano e incrementar la resiliencia de los sistemas productivos, para aumentar la eficiencia y efectividad mediante procesos incluyentes y no lineales y hacer frente a cinco retos fundamentales que existen también en el estado: altos costos de producción; monocultivo de frijol y maíz sembrado con labranza excesiva, que reduce la presencia de materia orgánica; suelos semiáridos y ácidos; escasez y manejo ineficiente del agua; y libre pastoreo.

El doctor Bram expuso que la innovación y la ciencia pueden dar soluciones para remediar los suelos ácidos en el estado, como la aplicación de cal agrícola y cal dolomítica en diversos módulos demostrativos que fueron instalados por el CIMMYT y sus colaboradores en parcelas de productores en Zacatecas (en La Lobera, Palo Alto, Teúl y Atolinga) desde 2014, empezando con 2 hectáreas y tres productores. Se beneficiaron 986 hectáreas en el ciclo primavera–verano (PV) 2018, con la participación de 159 productores. Antes de utilizar los mejoradores de suelos, los productores aplicaban 500 kilos de fertilizante; hoy sólo usan 350 kilos o menos. En 2014 el rendimiento en grano de maíz fue de 2 t/ha; en cambio, en el ciclo PV 2018 fue de 8 t/ha.

Govaerts mencionó también que en Guadalupe y Sombrerete, dos municipios donde existen puntos de maquinaria hecha a medida, el CIMMYT ha desarrollado en equipo con herreros del Taller Brasa dos máquinas para siembra de tres cuerpos, con nueve líneas de frijol y maíz, que llevan 1,200 horas trabajadas en los ciclos PV 2018 y PV 2019.

Una innovación tecnológica que también se ha difundido es la rotación de cultivos. El girasol y el sorgo forrajero son cultivos rentables tanto ambiental como económicamente para los productores de la región, ya que son una excelente alternativa comercial al frijol, aportan materia orgánica al suelo, reducen la erosión causada por el viento y requieren mano de obra mínima para su producción. Govaerts enfatizó la importancia de la participación de 237 productores que cultivan 42 áreas de impacto con girasol (aproximadamente 3,000 hectáreas), cuyo rendimiento es de 1,050 kg/ha, con un costo de $7,250/ha, generando una ganancia para el productor de $3,740/ha.

Hacer frente a estos retos es posible con una estrategia en la que participen el sector público y privado y pequeños, medianos y grandes productores trabajando estrechamente con investigadores que difundan la ciencia para promover el desarrollo y la vinculación a mercados, además de la adopción de prácticas sustentables como la Agricultura de Conservación, la reconversión a maíz híbrido de comercializadoras locales, el Manejo Agroecológico de Plagas, la mecanización inteligente y la diversificación de cultivos. Estas son un conjunto de acciones para lograr la seguridad nacional, la conservación del ambiente y la buena nutrición de la población.

“Trabajemos para lograr que el campo sea el primer motor de desarrollo de los pueblos y vencer el hambre y la pobreza mediante sistemas de innovación agroalimentaria desde lo local”, enfatizó el doctor Govaerts durante su conferencia, y convocó a la suma de esfuerzos.

En el marco de las actividades, Govaerts sostuvo varias reuniones de trabajo, con Grupo Agrocime, la red de formadores del Hub Intermedio Grano Pequeño, técnicos certificados en Agricultura Sustentable del CIMMYT, productores de frijol orgánico de diversas localidades del estado, el Sistema Producto Maíz de Aguascalientes, representantes de la Subsecretaría de Suelo y Agua —de la Secretaría del Campo de Zacatecas (Secampo)— y representantes de la SADER en Zacatecas. En cada reunión se reiteró el compromiso para colaborar con el proyecto MasAgro e impulsar la estrategia que el CIMMYT ha desarrollado a lo largo de su historia, en beneficio de miles de productores y de sus familias.

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Un nuevo maíz blanco, más nutritivo, llega a la zona cafetalera colombiana

La colaboración entre el CIMMYT, HarvestPlus y diversos aliados en Colombia permitió que se liberara un nuevo híbrido de maíz blanco biofortificado para Colombia.
Por: Andrea Carvajal, CIMMYT.
22 de agosto de 2019.

Pereira, Colombia.- Mejorar la nutrición de los colombianos es el objetivo de SGBIOH2, primer híbrido de maíz blanco biofortificado para Colombia —producto del esfuerzo entre la iniciativa mundial HarvestPlus y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con apoyo de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) y Semillas Guerrero Asociados (SGA Semillas), en colaboración con programas nacionales de investigación—, que fue liberado hoy en la Estación Experimental La Catalina, en Pereira, Risaralda, con la participación de cerca de 200 caficultores provenientes de departamentos del eje cafetero.

Este nuevo híbrido aprovecha la diversidad del Banco de Germoplasma del CIMMYT, que está en México, y el trabajo de HarvestPlus y sus socios en Colombia, que se dedican a desarrollar cultivos biofortificados que son mejorados de manera convencional a través de cruces, evaluación y selección en campo para lograr variedades más nutritivas y competitivas. “El SGBIOH2 posee alto contenido de zinc, 28% más que los maíces regulares; cuenta con un potencial de rendimiento superior a 10 t/ha en la zona cafetalera colombiana; es tolerante a enfermedades como la mancha gris; y presenta grano cristalino (duro), requerido por la industria nacional”, enfatiza Luis Narro, consultor científico del CIMMYT en Colombia.

Este primer híbrido de maíz forma parte del plan de trabajo mundial de HarvestPlus, iniciativa global dedicada a mejorar la nutrición y la salud pública con el desarrollo de cultivos biofortificados que hay en América Latina y el Caribe desde 2012. Marilia Nutti, directora regional de HarvestPlus para Latinoamérica y el Caribe, comentó que “las arepas elaboradas con este nuevo híbrido pueden ser consideradas buena fuente de zinc, pues el consumo diario de una arepa de maíz biofortificado aportaría hasta dos veces más zinc que las que son elaboradas con un maíz comercial”. Y realizó una invitación a visitar la página www.biofortificados.com para conocer más acerca de todos los cultivos biofortificados que hay en Colombia.

Las características de este híbrido contribuyen a combatir el hambre oculta —condición caracterizada por la deficiencia de vitaminas y minerales esenciales en un cuerpo aparentemente normal o incluso con sobrepeso—, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a más de 2,000 millones de personas, causando efectos graves en la salud y en muchos casos ocasionando la muerte. Es decir, hoy en día las personas consumen alimentos que sacian el hambre, pero que no aportan los micronutrientes necesarios para el funcionamiento adecuado del organismo en diferentes etapas de la vida, sobre todo en aquellas que requieren un mayor aporte nutricional, como el embarazo, la lactancia, la primera infancia, la edad escolar y la adolescencia.

En Colombia un análisis del Instituto Nacional de Salud (INS) a las más recientes Encuestas Nacionales de Situación Nutricional (ENSIN 2010 y 2015) reveló que al menos uno de cada cuatro niños presenta este tipo de malnutrición, con deficiencia de hierro (anemia) en 24.7%, de vitamina A en 27.3% y de zinc en 36%, en niños de seis meses a cinco años.

Transformar esta realidad constituye el segundo de los cinco motores de cambio identificados en Maíz para Colombia (MpCol), plan estratégico que fue presentado el pasado 15 de julio en la Agroexpo 2019. Este motor de seguridad nutricional busca alcanzar un consumo nacional humano de 50% de maíz blanco biofortificado con alto contenido de zinc para el año 2030. Lograrlo hace prioritario contar con una alianza entre los sectores público y privado y la sociedad civil, para aumentar la demanda de maíz nutritivo y productivo en Colombia.

De ahí la importancia de la reunión de trabajo a la que se convocaron cerca de 30 representantes de entidades y organizaciones comprometidas con la nutrición de los colombianos e interesadas en poner en marcha este plan. “Maíz para Colombia es un plan táctico que está construido para pasar de la preocupación a poner manos a la obra, para en equipo asegurar que en Colombia los maiceros puedan aumentar sus ingresos y los consumidores gocen de alimentos sanos y nutritivos”, puntualizó Bram Govaerts, director del Programa de Desarrollo Estratégico y representante regional del CIMMYT para las Américas.

 

Un nuevo maíz blanco amigo de los cafeteros

En Colombia más de 540,000 familias se dedican a la producción de café, y contribuir a asegurar su sostenibilidad económica es parte de las principales misiones de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).

“Contar con este híbrido es de especial importancia para los caficultores, pues además de adaptarse a la zona cafetera colombiana (entre los 1,000 y los 1,600 metros de altitud), presenta un alto potencial de rendimiento de hasta 10 t/ha, es resistente a enfermedades como la cercóspora y —lo más importante— es una oportunidad real para generar mayores ingresos para los caficultores. Pueden producirse hasta dos cosechas de maíz antes de la primera cosecha de café en los lotes renovados por siembra o zoca convencional. Además, es muy importante recordar que son dos cultivos independientes en su manejo”, comenta Hernando Duque, gerente técnico de la FNC.

Hacer llegar esta semilla a las manos de los caficultores es una labor que será realizada en equipo con la empresa colombiana Semillas Guerrero Asociados (SGA Semillas), que comercializará bolsas de 60,000, 6,000 y 3,000 semillas.

En 2006 el híbrido de maíz blanco FNC3056 fue liberado como resultado del convenio entre la FNC, el CIMMYT y la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce), y fue una muestra inicial de las posibilidades de la alianza entre maíz y café.

 

Acerca de:

Federación Nacional de Cafeteros

Creada en 1927, la FNC representa a más de 540,000 familias cafeteras en Colombia y su misión es velar por su bienestar. Brinda a los productores bienes y servicios públicos, como investigación y desarrollo, asistencia técnica y comercialización de valor agregado, que han dado al café colombiano una gran ventaja competitiva en la industria global.
Su proceso de investigación lo realiza el Centro Nacional de Investigaciones de Café (Cenicafé), creado en 1938. Sus investigaciones tienen como soporte las variedades resistentes a enfermedades y mejor adaptadas climáticamente, el diseño de mejores prácticas agrícolas y tecnologías que permiten obtener gran calidad, respetando el medioambiente.

CIMMYT

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo es el organismo líder a nivel mundial en investigación de maíz y trigo y otros sistemas de producción. Sus actividades son financiadas con fondos públicos. Tiene su sede cerca de la Ciudad de México, y desde ahí coordina sus actividades con cientos de colaboradores en países del mundo en desarrollo, destinadas a incrementar la productividad de los sistemas de producción de maíz y trigo, mejorando así la seguridad alimentaria global y reduciendo la pobreza. El CIMMYT es miembro del Sistema CGIAR y coordina sus Programas de Investigación MAÍZ y TRIGO, así como su Plataforma de Excelencia en Mejoramiento. Para sus actividades, el CIMMYT recibe fondos de Gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otras instituciones de los sectores público y privado.

HarvestPlus

HarvestPlus mejora la nutrición y la salud pública mediante el desarrollo y la promoción de cultivos básicos biofortificados ricos en vitaminas y minerales, y proporciona liderazgo mundial en la generación de tecnología y evidencia científica de la biofortificación. HarvestPlus forma parte del Programa de Investigación del CGIAR en Agricultura para la Nutrición y la Salud (A4NH). El CGIAR es una asociación mundial para la investigación en agricultura para un futuro con seguridad alimentaria. El trabajo de investigación se lleva a cabo en 15 centros en colaboración con cientos de organizaciones. HarvestPlus se encuentra ubicado en el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés) y colabora con múltiples centros CGIAR, entre ellos el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT).

La labor de HarvestPlus es posible gracias a las generosas donaciones de la Fundación Bill y Melinda Gates, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), la Comisión Europea y el Programa de Investigación del CGIAR en Agricultura para la Nutrición y la Salud (A4NH). HarvestPlus también recibe apoyo de la fundación John D. y Catherine T. MacArthur.

Biofortificados.com

Plataforma en la que diversas instituciones públicas y privadas, ONG, asociaciones de productores, cooperativas y entidades gubernamentales trabajan por lograr una mejor nutrición en Colombia a través de la siembra, cosecha y promoción de los cultivos y alimentos biofortificados, sumándose al esfuerzo global para derrotar el hambre oculta.

Su centro de información se encuentra en www.biofortificados.com, un portal web que reúne toda la información acerca de los cultivos biofortificados en Colombia y que se convierte en un punto de encuentro entre los consumidores, la industria, las organizaciones y los productores.

 

Más información

Sandra Marín
Coordinadora de Divulgación y Transferencia
Centro Nacional de Investigaciones de Café (Cenicafé)
Sandra.Marin@cafedecolombia.com

Christian Zapata
Analista de Comunicaciones en Latinoamérica y el Caribe
c.zapata@cgiar.org

Bram Govaerts
Director del Programa de Desarrollo Estratégico y representante regional para las Américas del CIMMYT
b.govaerts@cgiar.org

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Jornadas para minimizar el impacto del cambio climático

Ante las proyecciones del crecimiento poblacional y la reducción de la producción agrícola por efectos del cambio climático, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —a través del Hub Pacífico y el Hub Golfo Centro— realizó en Oaxaca y Veracruz las Jornadas para Minimizar el Impacto del Cambio Climático, una serie de acciones de promoción y difusión de prácticas agrícolas sustentables derivadas de la Agricultura de Conservación. Las jornadas se realizaron en el marco del programa MasAgro, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT, en colaboración con diversas instituciones y organizaciones de ambos estados.

Se estima que en 2030 la temperatura del planeta podría incrementar 2 °C, situación que haría inhabitables muchas regiones del mundo, pues quedarían cubiertas por el mar o se volverían desiertos. Este aumento de la temperatura global es causado, principalmente, por las emisiones de gases de efecto invernadero. La agricultura, que contribuye con 24% de estas emisiones y ocasiona la pérdida de suelos de manera más acelerada que de forma natural, es una de las actividades más afectadas por el cambio climático.

En México el pronóstico para el año 2050 de los efectos por las aceleradas variaciones climatológicas es una reducción de la producción agrícola de hasta 57%; en Oaxaca este impacto puede llegar a ser de 14% para las áreas de temporal y de 11% para las de riego, mientras que para Veracruz se estima en una reducción de 30% para las áreas de temporal y 7.5% para las de riego. Esto significa que la producción agroalimenticia no sería suficiente para satisfacer las necesidades de la población mexicana, que pasaría —de acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo)— de 125.3 a 148.2 millones de habitantes.

Ante este panorama, el Hub Pacífico y el Hub Golfo Centro —del CIMMYT— organizaron las Jornadas para Minimizar el Impacto del Cambio Climático. Su estrategia es ofrecer directamente a los productores, a través del diálogo y el intercambio de conocimientos, un menú de prácticas sustentables cuya implementación les permitirá —a mediano plazo— tener sistemas productivos resilientes y rentables ante las nuevas condiciones climáticas. Entre las prácticas promovidas se encuentran la fertilidad fraccionada; el Manejo Agroecológico de Plagas; el uso de semillas adecuadas —nativas, mejoradas e híbridas—; la rotación de cultivos; el aprovechamiento del rastrojo, en lugar de quemarlo; y el uso de abonos verdes, entre otras.

El menú de innovaciones agrícolas ofrecido durante las jornadas se deriva de la Agricultura de Conservación, un sistema que se ha adaptado a diferentes condiciones agroecológicas y se ha probado en muchas plataformas de investigación a lo largo del país. Algunas de estas plataformas, de hecho, fueron la sede de las jornadas realizadas en los municipios de Santo Domingo Yanhuitlán, San Miguel Tlacamama, Tamazulapam del Espíritu Santo, San Francisco Lachigoló y San Juan Cotzocón, en Oaxaca; y Tierra Blanca, Tihuatlán y San Andrés Tuxtla, en Veracruz.

En total, a las jornadas asistieron cerca de 750 personas —entre productores, técnicos, estudiantes, docentes, investigadores y funcionarios de los Gobiernos locales—, que además de mostrar interés particular en los temas de acondicionamiento de suelo reflexionaron sobre la importancia de realizar, desde la agricultura, acciones que —aunque parecen pequeñas— impactan positivamente a todo el planeta y la humanidad.

Las Jornadas para Minimizar el Impacto del Cambio Climático son una inicativa del Hub Pacífico y el Hub Golfo Centro —del CIMMYT—, y su realización contó con el apoyo de organizaciones como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); el Centro de Aprendizaje en Tecnologías Apropiadas (CATA); el Centro Regional Universitario Sur (CRUS), de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh); la Unión de Productores Agrícolas y Pecuarios de Cotzocón (UPAPC); FPP; IBI; Pueblo del Tigre; Unión de Ejidos; LOZANO; Ricino Mex; TAAC; Citricultores Tihuatecos; Odeco; Gente Sustentable; e Integración y Desarrollo CESUR, en coordinación con la SADER.

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Acelera MasAgro transición hacia una agricultura más incluyente, productiva y sostenible

Durante la presentación de los resultados MasAgro y su alineación con el Plan Nacional de Desarrollo, el titular de la SADER —Víctor Villalobos— reconoció a este programa por apoyar la nueva visión de la dependencia a su cargo, al estar orientado a elevar los rendimientos de los pequeños productores a través de prácticas sustentables.

Por: Comunicaciones corporativas-CIMMYT.

18 de julio de 2019.


Texcoco, Edo. Méx.- El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, reconoció al programa MasAgro por combinar el conocimiento tradicional con el producto de la investigación agrícola más avanzada para generar una dinámica de cocreación que facilita el diálogo nacional y acelera la transición hacia una agricultura más incluyente, conforme al Plan Nacional de Desarrollo y la estrategia de autosuficiencia alimentaria y rescate del campo del Gobierno de México.

Así lo afirmó durante el informe de resultados de MasAgro en las instalaciones del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), organismo internacional para la investigación y el desarrollo agrícola con sede en México que coordina las actividades del programa en el que participan productores, técnicos, investigadores, empresarios, industria, autoridades y representantes de la sociedad civil de todo el país.

“MasAgro reúne a todos los eslabones de las cadenas de valor en México con un propósito en común”, aseguró Martin Kropff, director general del CIMMYT, para “hacer que los sistemas de producción de granos básicos de México sean más productivos y sustentables, mejorar la calidad de vida de los productores y fortalecer la soberanía alimentaria de los mexicanos”.

La presentación de los principales resultados de MasAgro corrió a cargo de Bram Govaerts, director del Programa de Desarrollo Estratégico y representante regional para las Américas del organismo internacional. Destacó el Atlas Molecular del Maíz, que México presentó al mundo en la Decimotercera Conferencia de las Partes (COP 13) del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) —celebrada en México en 2016—, al que describió como “un verdadero bien público internacional que da acceso a usuarios de todo el mundo a los datos que facilitan el uso y aprovechamiento de la biodiversidad del maíz”.

Govaerts destacó, además, que MasAgro protege y conserva la biodiversidad del maíz nativo mexicano mediante el desarrollo de decenas de ensayos de manejo agronómico y mejoramiento participativo en los que productores de comunidades marginadas de Estado de México, Michoacán y Oaxaca participan activamente en la selección y el mejoramiento de los maíces que desean cultivar.

En México, la caracterización de la diversidad genética del maíz ha dado origen a más de 60 nuevas variedades de alto rendimiento y con capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático que comercializan más de 70 pequeñas y medianas empresas semilleras que participan en MasAgro.

“El proceso de desarrollo de nuevas semillas de maíz de alto potencial de rendimiento para condiciones adversas es indispensable para sustituir los materiales que han quedado obsoletos por los efectos del cambio climático, y para que el Programa Nacional de Fertilizantes pueda entregar resultados aún más contundentes al presidente Andrés Manuel López Obrador”, explicó el secretario Villalobos.

MasAgro también ha entregado nuevas líneas de trigo al Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), organismo que ha liberado 18 nuevas variedades de este grano en los últimos tres años, de las cuales los productores colaboradores del programa han obtenido 250 toneladas de semilla para sembrar en 2019 y contribuir a la estrategia de autosuficiencia alimentaria y rescate del campo.

El presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Bosco de la Vega Valladolid, informó —a su vez— que varios miembros de la asociación de productores Nueva Visión para el Desarrollo Agroalimentario de México (Vida) participan en MasAgro. “MasAgro también está alineado a la Visión 2030 del CNA, que promueve políticas públicas e intervenciones sociales viables, medibles y de alto impacto para impulsar el crecimiento del sector agroalimentario”, puntualizó.

El CIMMYT informó que en 2019 MasAgro ya cuenta con 43 plataformas de investigación, 92 módulos demostrativos establecidos con productores innovadores y más de 3,000 áreas de extensión donde se producen maíz, trigo y cultivos asociados con prácticas intensivas sustentables. Además, el programa ha organizado 184 eventos de capacitación —en los que han participado más 1,700 asistentes— y ofrecido entrenamiento a 249 técnicos para brindar asesoría a los productores y aprovechar mejor los estímulos que ofrece el Programa Producción para el Bienestar en todo el país.

 

MasAgro es el resultado del esfuerzo de mujeres y hombres que conforman una amplia red de innovación. Conócelos.

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