La actual y creciente demanda de alimentos ha causado que los sistemas tanto agrícolas como pecuarios se intensifiquen, esto ha exigido que los cultivos se vuelvan más eficientes, intensivos y sustentables. En el caso del maíz forrajero, se requieren los más altos estándares para mejorar su calidad nutricional, favorecer al ganado y la producción de carne y lácteos.
La generación de forrajes óptimos depende en gran medida tanto de la selección de la semilla adecuada para cultivar, como el proceso de ensilaje, el cual consiste en conservar los forrajes mediante fermentación para mantenerlos en un estado semejante al que poseen cuando están frescos. Estos factores son fundamentales y determinan su valor nutricional. Hay cuatro factores esenciales que deben contemplarse:
Energía: un buen maíz para ensilaje va definido por su alto contenido energético y proporciona energía a partir de dos fuentes: el rastrojo, compuesto principalmente por fibra y una energía digestible de entre 40-80%; y la mazorca, compuesta por almidón y con una energía digestible casi al 100%.
Almidón: es la fuente principal de energía del maíz y procede exclusivamente del grano. Durante el ensilado sus niveles deben ser de 27-35% y, a partir de eso, se definen la raciones para el ganado.
Composición de fibra: la pared de las células de las plantas están formadas por componentes como hemicelulosa, celulosa y lignina, juntas conforman la fibra mediante la cual los rumiantes, como las vacas, obtienen energía adicional.
Digestibilidad de las paredes celulares: solo una parte de la fibra logra ser digerida por el ganado, por eso es importante medir la proporción que puede ser asimilada. Generalmente esto se mide en laboratorio y el valor ideal debe rondar entre 50-60%.
Todas estas características, cuando son vigiladas rigurosamente, se traducen en un mayor éxito y rentabilidad de la producción tanto agrícola como ganadera y, por ende, impacta al crecimiento económico.
Organizaciones como Semillas Ceres cuentan con rigurosos procesos de investigación y mejoramiento para ofrecer insumos que permiten cumplir con las exigencias nutricionales de los establos. Junto con prácticas sustentablescomo la Agricultura de Conservación —que permite reducir costos de producción sin afectar los rendimientos—, los insumos de calidad contribuyen a mejorar significativamente los sistemas de producción.
Fuente:
Jiménez, M. C., Bourrillón, A. R., & WingChing-Jones, R. (2009). Valor nutricional del ensilaje de maíz cultivado en asocio con vigna (Vigna radiata). Agronomía costarricense: Revista de ciencias agrícolas, 33(1), 133-146.
Para los productores de Calakmul, Campeche, las semillas nativas, o criollas, están en estrecha relación con sus creencias y costumbres. Muchos de ellos, pertenecientes a comunidades mayas, valoran la existencia de estas semillas más allá de la producción. Desafortunadamente, Calakmul carece de un sistema de resguardo y reproducción de semillas nativas que les permita a los agricultores disponer de semilla de calidad, en los volúmenes requeridos y en los tiempos oportunos para la siembra.
Y es que, a pesar de que en Calakmul existe una gran diversidad de semillas nativas de maíz, frijol, calabaza y chile, los diferentes diagnósticos y estudios revelan que las familias tienen dificultades para disponer de ellas. Las consiguen, dicen, “donde pueden y como pueden”, ya sean prestadas o compradas, no importando la variedad y la calidad. Consecuentemente, esto reduce la productividad e implica riesgo de pérdida, degeneración y contaminación de las variedades.
Las casas o bancos de semillas representan una oportunidad para el rescate de la diversidad genética de las semillas nativas, así como para la preservación de los conocimientos y saberes locales, costumbres, gastronomía y otros valores sociales que son importantes para la identidad cultural de los productores de la región.
En este sentido, durante noviembre y diciembre de 2021, en una acción impulsada por Fondo para la Paz IAP en la que colabora el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), se impartieron talleres que forman parte del acompañamiento para la planificación y puesta en marcha de dos casas de semillas en Calakmul —una en la zona sur y otra en la zona norte del municipio—.
En los talleres participaron productores de diferentes comunidades que han asumido el rol de promotores guía de la iniciativa, así como otros productores interesados en formar parte del proyecto para el establecimiento de las casas de semillas. Por esta razón, la capacitación abarcó aspectos como funciones, procesos administrativos y técnicos para la conservación de la diversidad genética de las semillas nativas —desde la colecta hasta el manejo de los lotes de semilla recolectada—.
Cabe mencionar que a través de un proyecto financiado por Groundswell e implementado por Fondo para la paz IAP, se ha logrado conseguir el equipo básico para la puesta en marcha de los bancos de semillas y, a través del CIMMYT, los productores se están formando para iniciar sus colectas, registrar y acondicionar las colecciones de semillas y establecer parcelas de regeneración. También el CIMMYT ha contribuido a la conformación de las colecciones mediante donaciones de semillas de leguminosas tradicionales y cultivos alternativos.
Con miras hacia el ciclo agrícola primavera-verano 2022, las casas de semillas tienen la tarea de organizar actividades de intercambio y difusión de las semillas nativas durante los meses de abril y mayo. De igual forma, deberán consensar con los socios los volúmenes a guardar para determinar la disponibilidad de semilla que las casas podrán prestar en dicho ciclo.
Los esfuerzos para establecer casas o bancos de semillas no solo buscan conservar la diversidad genética existente, también implican valiosas experiencias de organización y esfuerzo colectivo para asegurar la disponibilidad de semilla en cantidad y calidad, mejorar las variedades, desarrollar capacidades en manejo poscosecha, enfoques agroecológicos y otras innovaciones que le permiten a los productores incrementar sus rendimientos y, consecuentemente, mejorar la seguridad alimentaria de sus familias.
El pasado 5 de noviembre la sede global del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en Texcoco, Estado de México, recibió la visita del diputado Serapio Vargas Ramírez, Presidente de la Comisión de Asuntos Agropecuarios del Congreso de Sinaloa, y del ingeniero Jesús Vega Acuña, asesor y político sinaloense con una amplia experiencia en asuntos agropecuarios.
El objetivo de la visita fue conocer las diversas prácticas y acciones que desarrolla el CIMMYT, susceptibles de impulsarse o replicarse en Sinaloa a fin de acelerar la transición de ese estado hacia una Agricultura Sustentable, partiendo además de una visión de suma de esfuerzos para potenciar el trabajo que ambas partes desarrollan ya en la entidad.
De acuerdo con el diputado Serapio Vargas, en Sinaloa hay interés para desarrollar políticas públicas que impulsen el desarrollo de los productores, en particular de los pequeños productores de las zonas de temporal. Por otro lado, también hay interés, manifestó el diputado, de impulsar la producción sustentable de maíz amarillo y de hacer simbiosis con instituciones como el CIMMYT para crear y consolidar una productora estatal de semillas.
El CIMMYT, a través de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México, ha impulsado el desarrollo de una red de semilleros y de nuevas variedades de semillas de alto rendimiento y con capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático, las cuales comercializan más de 70 pequeñas y medianas empresas semilleras que participan en la iniciativa que se desarrolla junto con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS) y otras organizaciones.
En Sinaloa se cuenta ya un laboratorio de genética que podría contribuir al propósito de formar una semillera estatal que ofrezca y garantice semillas con el mismo nivel de competencia y productividad que las ofertadas por las grandes semilleras, comentó el diputado Vargas, quien se reunió con científicos del Banco de Germoplasma que alberga el CIMMYT, donde más del 80% de la colección que se tiene resguardada corresponde a maíz nativo. De Sinaloa, en particular, la colección es de alrededor de 300 accesiones —lotes de semillas que se recogieron en un lugar determinado y en un momento específico—, siendo muchas de estas de razas puras.
Por su parte, la maestra Tania Casaya, gerente del Hub Valles Altos del CIMMYT, comentó que a través de la red de semilleros de MasAgro-Cultivos para México se impulsan también mejores prácticas agrícolas pues los buenos resultados no se obtienen solamente de semillas mejoradas, sino también de prácticas adecuadas y sustentables, comentó, añadiendo que el CIMMYT está en la mejor disposición de colaborar en el desarrollo de acciones que favorezcan a los productores mexicanos y de contar con alianzas y colaboraciones de todos los sectores para mantener la investigación, impulsar el recambio varietal de semillas y otros temas pendientes para consolidar una industria semillera nacional.
Finalmente, el diputado Serapio Vargas y el ingeniero Jesús Vega coincidieron en la importancia de promover mejores prácticas agrícolas que permitan a la vez conservar los recursos naturales y mitigar los efectos del cambio climático. En ese sentido, manifestaron su interés por continuar y mantener la vinculación con el CIMMYT a fin de impulsar la Agricultura Sustentable en Sinaloa.
El director general del CIMMYT, Bram Govaerts (izquierda), presenta durante la ceremonia de premiación de la AMSAC en Playa del Carmen, Quintana Roo, México. (Foto: Ricardo Curiel/CIMMYT)
La Asociación Mexicana de Semilleros, A.C. (AMSAC) otorgó al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) su premio anual César Garza por el trabajo de MasAgro (Cultivos para México), un proyecto que desarrolla y difunde maíz de alto rendimiento y resistente al clima, así como prácticas agrícolas mejoradas en México. MasAgro es operado por el CIMMYT y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) de México.
«Seleccionamos unánimemente al CIMMYT por haber establecido una red efectiva e inclusiva de unos 100 sitios de prueba mexicanos para generar y difundir semillas híbridas adaptadas a las diversas agroecologías del país», dijo José Luis Gastelum Careaga, presidente del consejo directivo de AMSAC, un grupo de más de 70 empresas semilleras.
La ceremonia de entrega tuvo lugar en Playa del Carmen, Quintano Roo, México, el 4 de noviembre de 2021.
La investigación de mejoramiento del CIMMYT está detrás del desarrollo de 70 nuevos híbridos de maíz liberados en México por decenas de empresas semilleras de pequeña y mediana escala, lo que ha ayudado a duplicar los rendimientos de maíz de los agricultores que los adoptan, según Bram Govaerts, director general del CIMMYT y líder del trabajo del Centro en MasAgro.
«El reconocimiento de AMSAC llega en un momento crucial, en el que el apoyo público a la mejora de los cultivos, los sistemas de semillas y el desarrollo de capacidades son más urgentes que nunca ante el cambio climático y el aumento de la inseguridad alimentaria relacionada con las pandemias», dijo Govaerts. «Aprovecharemos este prestigioso premio y nuestra sólida asociación con los miembros de la AMSAC para avanzar hacia una versión mejorada y más extendida del enfoque integrado de MasAgro para transformar los sistemas de cultivo de cereales de México.”
Impulsando las asociaciones público-privadas
El director general del CIMMYT, Bram Govaerts (derecha), recibe el premio César Garza otorgado al proyecto MasAgro (Cultivos para México). (Foto: Ricardo Curiel/CIMMYT)
Aprovechando la capacitación y las líneas de mejoramiento del CIMMYT, los productores de semillas mexicanos que trabajan con MasAgro han aumentado sus ventas de semillas de maíz en un 33% —o un 4,6% anual— durante el período 2011-20, dijo Govaerts.
Esto y el reciente premio ilustran el éxito del CIMMYT a la hora de compartir el maíz mejorado a través de potentes asociaciones de décadas con entidades públicas y privadas. Las pequeñas y medianas empresas de semillas se han beneficiado del acceso a las líneas de mejora del CIMMYT, del apoyo técnico, de la formación en modelos de negocio y de la participación del Centro en los esfuerzos por fomentar mercados de semillas competitivos, según un libro recientemente publicado que documenta 50 años de investigación sobre el maíz del CIMMYT y del Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA). Ambos centros son miembros del CGIAR, la mayor red mundial de innovación agrícola.
«El aumento del número y de la cuota de mercado de las empresas [de pequeña y mediana escala] de semillas de maíz en México y en el África subsahariana en los últimos años está fuertemente vinculado a la disponibilidad de híbridos estables y tolerantes al estrés procedentes de los programas del CGIAR», afirma el resumen ejecutivo del libro. «La producción anual … de más de 130.000 toneladas de semillas de híbridos tolerantes al estrés derivados del CGIAR en África por parte de [las empresas de pequeña y mediana escala] … ha abordado una importante brecha en los mercados de semillas que las empresas multinacionales no están cubriendo.”
En 2015, más de un tercio de la superficie del África subsahariana se sembró con nuevas variedades e híbridos derivados de la investigación en mejoramiento del CIMMYT y el IITA, y la adopción se ha acelerado desde entonces, generando de 0.66 a 1.05 mil millones de dólares cada año en beneficios económicos, según un estudio de 2021.
Como parte de las asociaciones del CIMMYT con grandes empresas multinacionales de semillas, el Centro ha obtenido licencias libres de derechos para utilizar tecnología propia e híbridos de maíz en zonas específicas de África, centrándose en los pequeños agricultores. Estas asociaciones, así como acuerdos similares con institutos públicos de investigación avanzados, han fomentado una aplicación más amplia para el maíz tropical de herramientas como la selección genómica, el software de bases de datos y los dobles haploides.
En Asia, basándose en colaboraciones que se remontan a la década de 1960, el CIMMYT lanzó en 2010 un consorcio de mejora del maíz en el que participan 25 empresas de semillas, en su mayoría pequeñas y medianas. A cambio de una modesta cuota anual para financiar la gestión del consorcio, los miembros tienen acceso a líneas endógamas y donantes de rasgos del CIMMYT de generación temprana y avanzada, así como a servicios de apoyo para el desarrollo de híbridos. Este modelo se ha copiado posteriormente en México y en África oriental y meridional (17 empresas).
«La ciencia y el apoyo del CIMMYT a los sistemas agrícolas de maíz y trigo abarcan más de seis décadas y han tenido un impacto impresionante y bien documentado en la mejora de las cosechas y la seguridad alimentaria de quienes cultivan y consumen estos cultivos básicos a nivel mundial», dijo Govaerts. «En nombre del Centro, me gustaría reconocer y agradecer a quienes financian nuestro trabajo, y especialmente a los cientos de socios cualificados y comprometidos sin los cuales nuestros esfuerzos no serían posibles.”
Calkiní, Camp.- El pasado 22 de octubre se realizó el recorrido “Propagación de semilla de cultivos alternativos” en diversas localidades de Campeche. La actividad forma parte de las acciones para fortalecer las competencias de los técnicos de la región Peninsular en el marco del proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
El recorrido, que formó parte de un curso organizado por el Hub Península de Yucatán y la Unidad de Capacitación del CIMMYT centrado en el desarrollo competencias para la propagación de semilla de cultivos alternativos, tuvo como objetivo observar, precisamente, diversas parcelas ―a cargo de Eugenio Telles, coordinador técnico del Hub Península de Yucatán― donde se han implementado ensayos de cultivos alternativos y multiplicación de sus semillas.
En Calkiní, donde inició el recorrido, se observó la producción de cultivos alternativos mediante la asociación y el intercalado. Los resultados en estas parcelas dan muestra del beneficio potencial que la diversificación de cultivos representa para los productores. El chícharo gandul ―o lenteja de milpa― intercalado con maíz, por ejemplo, contribuye a reducir la presencia de malezas.
En Calkiní también se observó el trabajo de producción de frijol Jamapa para semilla como alternativa para los productores y se visitó una parcela donde se implementa una interesante estrategia de producción de semilla en bordos, es decir, ¡bordos productivos! Un ejemplo es el uso de canavalia, la cual puede contribuir con servicios ecosistémicos como la cobertura de suelo, la regulación de fauna benéfica y la fijación de nitrógeno atmosférico con apoyo de microorganismos.
Cabe mencionar que, durante esta primera parte del recorrido en la localidad de Becal, municipio de Calkiní, participaron de manera activa estudiantes de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez García (UBBJ) de ese municipio. Los estudiantes explicaron el trabajo de aprendizaje y promoción de la Agricultura Sustentable que han hecho en colaboración con el CIMMYT, destacando su participación durante el ciclo primavera-verano 2021 en varias actividades del ensayo, como la siembra, la toma de datos y la cosecha; reforzando así sus conocimientos teóricos.
La segunda parada del recorrido fue a unos 116 km de Becal, en Uayamón, municipio de Campeche. Allí, el productor Marcial Ortega Trujillo les mostró a los técnicos cómo con Agricultura Sustentable ha “podido observar cómo el suelo va cambiando” ―te invitamos a leer Cultivos multipropósito, que abunda en la experiencia de don Marcial y de los investigadores del CIMMYT que han trabajado en la validación de innovaciones para este proyecto―.En el ensayo que se tiene con don Marcial, de hecho, se pueden apreciar los beneficios del Manejo Agroecológico de Plagas ―estrategia implementada bajo la supervisión del doctor Martín Jerezano Orduña―, el uso de microorganismos, la asociación y el intercalado de cultivos alternativos, y los bordos productivos.
El paso por Uayamón finalizó con la visita a las parcelas donde se regeneran y multiplican variedades nativas de maíz obtenidas a través de la alianza con el grupo de productores Maíz Criollo Kantunil ―en el caso de maíces palomeros― y otros productores locales, como el señor Marino Cruz Cruz, quien proporcionó una variedad de maíz morado intenso.
La tercera y última parada del recorrido estuvo a 48 km hacia el sur, en la localidad de Hool, municipio de Campeche. Allí se observó el trabajo de la asesora técnica Thelma Ucan quien, como parte del curso de Propagación de Semilla de Cultivos Alternativos, multiplica semillas mediante una estrategia centrada en maíz sembrado junto con cuatro variedades de frijol mucuna, cada una de ellas separadas por bordos para propiciar la llegada de insectos benéficos y para separar o contener las plantas de cada variedad de mucuna.
Otro aspecto relevante de este trabajo es que también aborda los siguientes retos: combatir una alta incidencia de malezas o arvenses ―para evitar así el uso excesivo de agroquímicos―, mejorar el suelo compactado y demostrar que un manejo adecuado antes de cualquier siembra es fundamental para obtener semilla de calidad, pero, sobre todo, contribuir para que otros productores se sensibilicen sobre lo perjudicial de las quemas agrícolas y de los beneficios amplios de la Agricultura Sustentable.
Playa del Carmen, Q. Roo.– La Asociación Mexicana de Semilleros (AMSAC) entregó el Premio César Garza 2021 a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en la primera jornada de su convención anual que reúne a representantes de más de 70 compañías semilleras mexicanas e internacionales.
El prestigiado reconocimiento busca recompensar y estimular los esfuerzos dirigidos a incrementar la producción y adopción de semillas mejoradas de alta calidad en México.
El proyecto MasAgro se hizo acreedor a la edición 2021 del Premio César Garza, “por establecer un innovador, eficaz y plural sistema de redes de innovación que cada año suma alrededor de 100 sitios de evaluación distribuidos en todo el territorio nacional, desde donde se han generado y diseminado 70 nuevas semillas de maíz híbrido para diferentes agro-ecologías de México”, señaló José Luis Gastelum Careaga, presidente del Consejo Directivo de la AMSAC.
De acuerdo con el CIMMYT, los híbridos y variedades élite de maíz de MasAgro han demostrado al menos duplicar los promedios actuales de rendimiento de maíz en condiciones de temporal y, en 2020, se sembraron en más de 1 millón de hectáreas en México.
“MasAgro no es un proyecto del CIMMYT”, comentó Bram Govaerts, director general del CIMMYT, al recibir el Premio. “Es un proyecto de los productores de grano y de semilla, de la sociedad civil organizada, de las instituciones públicas de investigación y educación superior, de la industria, del Gobierno mexicano representado por la SADER pero, sobre todo, del pueblo de México”, agregó el representante del organismo internacional con sede en Texcoco, Estado de México.
La capacitación para la producción y comercialización de semilla mejorada de alta calidad ha permitido a las empresas productoras de semillas de maíz nacionales que participan en MasAgro incrementar sus ventas 33% en 2020, respecto a 2011, lo que se traduce en una tasa de crecimiento anual de 4.6%
A su vez, el proyecto MasAgro impulsa el codesarrollo de mejores prácticas y tecnologías agrícolas con base en agricultura de conservación para elevar la productividad de los sistemas de maíz, hacer un uso óptimo de los insumos productivos y conservar los recursos naturales del campo mexicano.
Govaerts advierte que la semilla mejorada y de alta calidad sólo hace la mitad del trabajo: “La otra mitad la hacen los productores que trabajan el campo, quienes resguardan el conocimiento tradicional y, al mismo tiempo, asumen el reto de innovar para mejorar sus sistemas productivos y sus condiciones de vida en forma sostenible”.
En MasAgro participan más de 300 mil productores, particularmente pequeños y medianos agricultores de maíz, trigo y cultivos asociados que producen alimentos en más de 1 millón de hectáreas.
El directivo del CIMMYT aprovechó el reconocimiento para hacer un llamado a continuar los esfuerzos de investigación, desarrollo, capacitación y extensión de MasAgro para atender la urgente necesidad de asegurar la capacidad de adaptación al cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria del pueblo de México.
Acerca del CIMMYT
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es el líder mundial en investigación de maíz, trigo y sistemas agrícolas asociados financiada con fondos públicos. Con sede cerca de la Ciudad de México, el CIMMYT trabaja con cientos de socios en todo el mundo en desarrollo para aumentar de manera sostenible la productividad de los sistemas de cultivo de maíz y trigo, mejorando así la seguridad alimentaria global y reduciendo la pobreza. El CIMMYT es miembro del Sistema CGIAR y dirige los Programas de Investigación del CGIAR sobre Maíz y Trigo y la Plataforma de Excelencia en Mejoramiento. El Centro cuenta con el apoyo de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otros organismos públicos y privados.
Hojas de trigo con síntomas de estrés térmico. (Foto: CIMMYT) Para más información, véase CIMMYT’s Wheat Doctor: http://wheatdoctor.cimmyt.org/index.php?option=com_content&task=view&id=84&Itemid=43&lang=en. Créditos: CIMMYT.
La pandemia del COVID-19 ha puesto de manifiesto las enormes desigualdades en materia de seguridad alimentaria. Pero nos espera una crisis aún mayor y más preocupante: la escasez mundial de alimentos provocada por el cambio climático.
Nadie sabe cuándo ni con qué intensidad se producirá, pero cada año nos acercamos más con récords de temperatura, la propagación de plagas y la aparición de enfermedades en los cultivos. Ya estamos viendo el comienzo de esta futura crisis. Las subidas de los precios de los alimentos inducidas por el clima han provocado la agitación política en Oriente Medio, mientras que los desastres relacionados con el clima se han relacionado con la migración masiva de personas en el sur de Asia.
Todas las empresas de semillas y los centros de investigación de cultivos de todo el mundo están preocupados por la carrera para obtener cultivos más resistentes que satisfagan la demanda de una población cada vez más numerosa a medida que las circunstancias se vuelven más difíciles. Pero la verdad es que se trata de una carrera de relevos, y sin embargo el campo de la investigación de cultivos está corriendo carreras de 100 metros en diferentes lugares y en diferentes momentos.
Por cada avance científico, otros ámbitos de la investigación sobre cultivos carecen de recursos y de tecnología, y las asimetrías en la inversión en investigación crean islas de conocimiento dispares y desconectadas. Estas asimetrías en la investigación frenan la mejora de los cultivos en conjunto, contribuyendo a la pérdida de cosechas inducida por el clima y a la agitación política que se produce cuando los alimentos básicos escasean.
Si bien es habitual que los científicos especializados en cultivos compartan ideas y colaboren con la industria, es mucho menos habitual que las grandes empresas de semillas cooperen entre sí.
Para que los sectores público y privado tengan alguna posibilidad de superar el cambio climático, la industria debe pasar a invertir en investigación y desarrollo mutuamente beneficiosos para poner en común los recursos y aprovechar cada ganancia, en interés del conjunto.
En un primer paso sin precedentes que revela hasta qué punto el sector se siente presionado por la ingente tarea que tiene por delante, algunos de los principales actores y competidores de la industria de los cultivos —incluyendo Syngenta, BASF, Corteva y KWS— compartieron recientemente sus puntos de vista sobre las lagunas existentes en la ciencia de los cultivos.
Las deficiencias identificadas que impiden a la industria de los cultivos hacer frente a la inminente crisis alimentaria tienen tres características en común. Todas ellas están poco representadas en la literatura científica, son susceptibles de impulsar la productividad en una amplia gama de cultivos y entornos y, lo que es más importante, la investigación es lo suficientemente fundamental como para ser «precompetitiva», o valiosa, sin poner en peligro los resultados empresariales individuales.
Por ejemplo, aunque los científicos han avanzado en la mejora del potencial de procesos cruciales en el desarrollo de los cultivos, como la fotosíntesis, hay que colmar otras lagunas de conocimiento para que esto se traduzca en una mejora del rendimiento, especialmente en entornos inestables.
Esta investigación es fundamental para garantizar cosechas fiables en toda una serie de cultivos, y puede llevarse a cabo sin infringir la propiedad intelectual o la tecnología patentada de ninguna empresa.
Sin embargo, el acceso a la financiación de la investigación puede ser sorprendentemente difícil. Los presupuestos públicos de investigación se reducen, sus fondos corren el riesgo de ser reapropiados y la colaboración no es la norma del sector.
Los nuevos modelos de financiación, como las asociaciones público-privadas, pueden abordar colectivamente las lagunas de conocimiento para evitar posibles catástrofes para la sociedad en general.
Este enfoque ya ha demostrado ser fructífero. El consorcio público-privado «Crops of the Future Collaborative» reúne a los competidores para financiar conjuntamente la investigación de las características que necesitan los cultivos para adaptarse a un futuro cambiante.
La industria igualó la inversión inicial de 10 millones de dólares de la Fundación para la Investigación Agroalimentaria para trabajar en un maíz que sobrevive en condiciones de sequía y en verduras de hoja verde resistentes a las plagas.
La realización conjunta de esta investigación mejora drásticamente la eficiencia de los cultivos y el conjunto de herramientas tecnológicas a disposición de los mejoradores y otros científicos especializados en cultivos, dirigiéndose hacia un futuro con seguridad alimentaria.
Aumentar el suministro mundial de alimentos a través de la investigación y el desarrollo es el planteamiento más factible y seguro para evitar una crisis alimentaria mundial, y conlleva una rentabilidad históricamente alta de la inversión. Además, los científicos pueden aprovechar una infraestructura global de investigadores de los sectores público y privado, organizaciones internacionales y los millones de agricultores de todo el mundo que han colaborado voluntariamente durante el último medio siglo para proporcionar alimentos suficientes para todos.
La falta de colaboración acabará dando lugar a sistemas alimentarios insostenibles, lo que no sólo deja obsoletas a las empresas de semillas, sino que amenaza un requisito previo de la civilización: la seguridad alimentaria.
El sector privado tiene los conocimientos y los recursos para redefinir la carrera. En lugar de competir entre sí, la industria de los cultivos debe unir fuerzas para competir en cambio con el cambio climático. Y es una competencia que sólo podemos ganar si todos los actores trabajan juntos.
Matthew Reynolds es un científico distinguido del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo. Jeffrey L. Rosichan es director de la Fundación para la Investigación Agroalimentaria. Leon Broers es miembro del consejo de administración de KWS SAAT SE & Co. KGaA.
La disponibilidad de semillas es fundamental para garantizar alimentos a la población mexicana. Por eso es importante consolidar una industria semillera nacional, sólida y justa. Lamentablemente, los esfuerzos en mejoramiento de semillas para lograr la seguridad alimentaria y para consolidar una industria semillera nacional —puede leer Semillas para la autosuficiencia—, son socavados por la venta oportunista de semillas de mala calidad o “piratas”.
Las semillas mejoradas son producto de muchos años de investigación, son tratadas para protegerlas de plagas y enfermedades y, habitualmente, se pintan para que las personas las identifiquen. Las semillas “pirata” son todas aquellas que no cumplen con los estándares de sanidad, inocuidad y calidad, así como los elementos de identificación del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS).
Lamentablemente, existen defraudadores que utilizan envases o costales usados de semillas mejoradas para rellenarlos con semillas “pirata” —incluso las pintan para que realmente parezcan semillas mejoradas— y así engañan a los productores, afectándolos, ya que los riesgos de sembrar con semillas de mala calidad y no certificadas son bajos rendimientos, disminución en la cantidad de la cosecha, mala calidad del producto, generación de plagas y contaminación del suelo.
Para evitar problemas con estas semillas y prevenir que los productores pierdan su inversión, el SNICS recomienda comprar las semillas en lugares formalmente establecidos o con proveedores confiables —las semillas “pirata” suelen ser ofertadas a bajos precios por personas ambulantes—. Para este propósito, se puede consultar el directorio de proveedores de semillas certificadas del SNICS.
Finalmente, es sumamente importante que al momento de comprar se revise que el sello del empaque no esté alterado o dañado y que la etiqueta tenga las características básicas que indican su autenticidad, tales como el escudo nacional, la marca de agua, la marca registrada del SNICS, la leyenda que indica categoría del producto y la que señala la garantía, los símbolos y palabras de advertencia, el año de emisión (serie) y número de folio, entre otras.
Para más información, el SNICS pone a disposición el número (55) 38711000, extensiones 47010 y 47016, o a través de su página de internet: www.gob.mx/snics
Con información de la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios (ASERCA)
Sinaloa.- Un investigador agrícola es un experto que se encarga de buscar alternativas para diversas problemáticas en la agricultura, pero su trabajo no se limita a investigar formas de mejorar el crecimiento de los cultivos, también busca soluciones a los problemas ambientales y sociales del campo, cada vez más complejos.
La importancia de invertir en investigación agrícola se vuelve clara cuando se observa que, en menos de 10 años, el planeta habrá llegado a un momento crítico en lo que respecta a su capacidad de sostener la vida como la conocemos. Con una población creciente y tierras de cultivo cada vez más agotadas y reducidas, el momento de invertir en ciencia aplicada al campo es precisamente ahora.
La agricultura a nivel global acumula décadas de infra inversión, al tiempo que tiene que hacer frente al reto mayúsculo de alimentar más y mejor a la creciente población mundial con limitaciones notables. Pese a estas limitaciones y a no ocupar un espacio mediático destacado, la agricultura constituye una de las tendencias de inversión más claras y sólidas a largo plazo. Se trata de un sector estratégico, pero altamente fragmentado y con un gran margen para su capitalización y profesionalización en muchas áreas.
Para México, por ejemplo, el campo es una pieza fundamental en el engranaje de su economía y la alimentación de sus habitantes: actualmente el país se coloca entre las naciones que más productos de su campo exportan (entre los productos nacionales con mayor demanda en el mercado estadounidense, por ejemplo, se encuentran las frutas, con una participación en las ventas de 24%; hortalizas, 23 %; y bebidas con grado etílico y vinagres, 23%), consolidándose un comercio internacional con saldo a favor. De hecho, el sector ha posicionado al país como el octavo exportador mundial, con un superávit comercial durante 2020 (justo en medio de la crisis sanitaria y económica global) de 8 mil 824 millones de dólares, el más alto en 25 años.
De los 127.8 millones de personas que habitan la república, un total de 9.3 millones generan y transforman bienes agropecuarios (de estos, 5.4 millones de personas de diversos niveles educativos y socioeconómicos se desempeñan directamente en actividades agrícolas). El esfuerzo de estas personas le permitió a México ubicarse el año pasado en el doceavo lugar en producción mundial de alimentos y onceavo en producción mundial de cultivos.
A la par de estas cifras, es importante considerar que el 75% de la población en situación de pobreza es rural. Se estima que las personas en situación de pobreza de las áreas rurales destinan más de la mitad de sus ingresos a conseguir alimentos básicos, que generalmente son producidos por ellos mismos, aunque muchas veces no consiguen la cantidad suficiente de nutrientes y calorías.
En este contexto, la inversión en agricultura y desarrollo rural se devela como un factor clave para la reducción de la pobreza y el hambre. Es fundamental acercar el conocimiento científico a los agricultores de cualquier escala, a los técnicos que los asesoran y a las instancias desde donde se formulan las políticas públicas. Producir más con menos recursos, y hacerlo de forma sustentable, es actualmente un reto de toda la sociedad.
El equipo de Semillas Ceres, por ejemplo, produce semillas de variedades con características mejoradas para combatir enfermedades y condiciones de cultivo adversas. Sin embargo, la calidad de estas semillas depende fundamentalmente de los métodos de producción que se utilicen en campo, así como el cumplimiento de normas que garanticen la calidad. Por eso es fundamental difundir el conocimiento derivado de la investigación agrícola.
Expoceres, en este sentido, es uno de los principales espacios en el país, y a nivel internacional, donde además de los agronegocios se promueve la transferencia de conocimiento y la tecnología agrícola. Se trata de hacer de la innovación, la investigación y la digitalización el eje de las soluciones a las complejas problemáticas del campo.
En la llamada era digital, las nuevas tecnologías se convierten en una gran oportunidad, especialmente para los agricultores jóvenes, pero también plantean serias dificultades de acceso a estas tecnologías digitales para muchos otros productores agrícolas. Por eso es importante no dejar a nadie atrás en la edad digital.
En conjunto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas instituciones, Expoceres y otras iniciativas que impulsamos buscan asegurar que el agricultor tenga acceso a las tecnologías más adecuadas, la información para tomar las mejores decisiones en el momento adecuado y conozca las soluciones que dan fortaleza a su inversión. Solo mediante la ciencia y la colaboración será posible superar los retos actuales y futuros.
Mazorcas de maíz del conjunto de líneas de maíz del CIMMYT. (Foto: CIMMYT)
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) se complace en anunciar el lanzamiento de un conjunto de 12 nuevas líneas de maíz del CIMMYT (CML en inglés). Estas líneas fueron desarrolladas en varias zonas de mejoramiento del Programa Global de Maíz del CIMMYT por un equipo multidisciplinario de científicos en África subsahariana y Asia. Las líneas están adaptadas a los entornos de producción de maíz tropical a los que se dirigen el CIMMYT y las instituciones asociadas.
El CIMMYT busca desarrollar líneas endogámicas de maíz mejoradas en diferentes perfiles de producto, con un rendimiento superior y tolerancia a múltiples estreses para mejorar la productividad del maíz para los pequeños agricultores. Estas líneas se lanzan tras una evaluación intensiva de combinaciones híbridas bajo diversos estreses abióticos y bióticos, además de en condiciones óptimas. También se evalúa minuciosamente la idoneidad como progenitoras de semillas o de polen.
Para aumentar la utilización de las líneas en los programas de mejoramiento de maíz de las instituciones asociadas, se ha probado el comportamiento heterótico de todas las líneas nuevas y se han asignado a grupos heteróticos específicos del CIMMYT: A y B. Como una nueva práctica, la asignación del grupo heterótico se incluye en el nombre de cada línea, después del número de línea, por ejemplo, CML604A o CML605B.
El lanzamiento de una línea de maíz del CIMMYT no garantiza una alta capacidad de combinación o un rendimiento per se en todos los entornos. Es decir, indica que la línea es prometedora o útil como progenitora para el mejoramiento de pedigrí o como progenitora potencial de combinaciones híbridas para megaambientes específicos. La descripción de las líneas incluye la clasificación del grupo heterótico, junto con información sobre sus puntos fuertes específicos, y su capacidad de combinación con algunas de las líneas nuevas o líneas del CIMMYT ampliamente utilizadas.
Plantas del nuevo conjunto de líneas de maíz del CIMMYT. (Foto: CIMMYT)
Para más detalles sobre las líneas lanzadas, póngase en contacto con B.M. Prasanna, Director del Programa Global de Maíz, CIMMYT, y del Programa de Investigación de Maíz del CGIAR (MAIZE).