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Asamblea General de la UN implementa el 2015 como el Año Internacional de los Suelos

2 de diciembre de 2014.


La Asamblea General de las Naciones Unidas, durante en el 68º periodo de sesiones, declaró el 2015 como el Año Internacional del Suelo (AIS), planteamiento que pretende ser una plataforma para dar a conocer la importancia de los suelos, para la seguridad alimentaria y para las funciones esenciales del ecosistema.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha sido encargada de implementar el Año Internacional de los Suelos 2015 (AIS) en el marco de la Alianza Mundial por el Suelo, en colaboración con los gobiernos y la Secretaría de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD).

La comunidad científica de los suelos a nivel mundial se ha comprometido a promover la gestión sostenible de nuestros silenciosos aliados, los suelos, y a concientizar a la opinión pública al respecto. En consecuencia, varios países organizarán un acto especial el 5 de diciembre de 2014 para conmemorar el Día Mundial del Suelo y el Año Internacional de los Suelos.

Los objetivos específicos del Año Internacional de los Suelos 2015 son:

• Conseguir la plena concienciación de la sociedad civil y los responsables de la toma de decisiones sobre la profunda importancia del suelo para la vida humana.

• Educar al público sobre el papel crucial que desempeña el suelo en la seguridad alimentaria, la adaptación y la mitigación del cambio climático y de la pobreza, los servicios ecosistémicos esenciales y el desarrollo sostenible.

• Apoyar políticas y acciones eficaces para el manejo sostenible y la protección de los recursos del suelo.

• Promover inversiones en actividades de manejo sostenible de la tierra para desarrollar y mantener suelos saludables para los diferentes usuarios de la tierra y los grupos de población.

• Fortalecer iniciativas en relación con el proceso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la agenda post-2015.

• Promover una mejora rápida de la capacidad para la recopilación de información sobre el suelo y la supervisión a todos los niveles (mundial, regional y nacional).

Los suelos son la base de la alimentación, del forraje, del combustible y de la producción de fibra, pero sobre todo, son indispensables para mantener el equilibrio de los ecosistemas y el bienestar humano.

Éstos, a su vez, juegan un papel clave en el suministro de agua limpia y la resistencia a inundaciones y sequías, además de que son el contenedor más grande de carbón, lo que permite mantener los efectos negativos de este gas en el ambiente. El mantenimiento o la mejora de los recursos mundiales de suelos es esencial para que los requerimientos de comida, agua y seguridad energética se cumplan.

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Cinco pasos que podrían resolver el dilema alimentario del mundo

9 de septiembre de 2014.

Con información: René Dávila.


México es centro mundial de origen y domesticación de plantas cultivadas, como el frijol, dijo José Sarukhán Kermez, Coordinador Nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), al inaugurar el Foro “El futuro de la comida” organizado por National Geographic, comentó que el diálogo empieza aquí, donde expuso la interrogante ¿cómo vamos a dar de comer a 9 mil millones de personas en el 2050?, si a nivel mundial se “tira un tercio de la comida”.

Durante el evento celebrado el pasado viernes 29 de agosto, reconoció que la problemática mundial por la conservación de la sustentabilidad del planeta, se complica, porque nos hemos convertido en consumidores indiscriminados de alimentos, por lo que lo más importante, es mantener la “Seguridad Alimentaria” manteniendo la “Soberanía Alimentaria”.

En los últimos 50 años, nuestra demanda de recursos naturales se ha duplicado. Si continuamos usando recursos y generando desechos al ritmo actual, para 2030 necesitaremos el equivalente a dos planetas. Sin embargo, sólo tenemos uno.

30% de los alimentos se pierden en manos del agricultor y otro 30% en la cadena de valor. La urbanización está haciendo que la mano de obra sea cada vez más escasa. Cada segundo perdemos un área de tierra cultivable casi del tamaño de un campo de fútbol. La agricultura ya está utilizando el 70% de las extracciones globales de agua dulce.

¿Cómo puede el mundo duplicar la disponibilidad de alimentos mientras reducimos al mismo tiempo el daño ambiental causado por la agricultura?

Cinco pasos que podrían resolver el dilema alimentario del mundo.

Paso uno: Congelar el aumento de tierra dedicada a la agricultura

Durante la mayor parte de la historia, donde quiera que necesitáramos producir más comida simplemente talábamos bosques o arábamos pastizales para hacer más granjas. Actualmente se ha talado una extensión casi del tamaño de Sudamérica para dedicarla al cultivo. Para criar ganado hemos utilizado incluso más tierra, una extensión de aproximadamente el tamaño de África. La presencia de la agricultura ha causado la pérdida de ecosistemas completos en todo el mundo, incluidas las praderas de América del Norte y la selva atlántica de Brasil, y se siguen talando selvas tropicales a un ritmo alarmante. Pero ya no podemos permitirnos aumentar la producción de alimento mediante la expansión agrícola. Cambiar selva tropical por tierra de labranza es una de las cosas más destructivas que le hacemos al medio ambiente.

Paso dos: Cultivar más en las granjas que ya tenemos

A partir de los años sesenta del siglo XX, la revolución verde incrementó la producción en Asia y América Latina empleando mejores variedades de cultivos y más fertilizantes, irrigación y máquinas, pero con importantes costos ambientales. El mundo puede ahora fijar su atención en aumentar el rendimiento de las tierras de labranza menos productivas, especialmente en África, América Latina y el este de Europa, donde existen “disparidades de rendimiento” entre los niveles de producción actual y los que se pueden lograr con prácticas agrícolas sustentables. Utilizando sistemas agrícolas de precisión y alta tecnología, así como enfoques prestados de la agricultura orgánica, podríamos aumentar varias veces el rendimiento de estos lugares.

Paso tres: Uso más eficiente de recursos

La agricultura comercial ha empezado a hacer enormes progresos, encontrando procesos innovadores dirigidos a mejorar la aplicación de fertilizantes y pesticidas mediante el uso de tractores computarizados, equipados con sensores avanzados y GPS. Muchos agricultores aplican mezclas personalizadas de fertilizantes adaptadas a las condiciones exactas de sus suelos, lo que ayuda a minimizar la escorrentía de sustancias industriales en las vías fluviales cercanas. Se puede reducir en gran medida el uso de agua y químicos, incorporando cultivos de cobertura, mantillos y composta para mejorar la calidad del suelo, conservar agua y aumentar los nutrientes. Muchos agricultores se han vuelto más inteligentes respecto al agua y han reemplazado sistemas de irrigación ineficientes con métodos más precisos, como el riego por goteo.

Paso cuatro: Cambiar dietas

En la actualidad, solo 55 % de las calorías cultivadas alimentan directamente a la gente; el resto se las come el ganado (aproximadamente 36 %) o se convierten en biocombustibles y productos industriales (alrededor de 9 %). Aunque muchos de nosotros consumimos carne, productos lácteos y huevos de animales criados en corrales de engorda, solo una fracción de las calorías de los alimentos dados al ganado va a dar a la carne y la leche que consumimos. De cada 100 calorías del grano con el que alimentamos a los animales, solo obtenemos unas 40 nuevas calorías de la leche, 22 calorías de los huevos, 12 del pollo, 10 del cerdo o tres de la carne de res. Encontrar maneras más eficientes de producir carne y cambiar a dietas con menor cantidad de esta, incluso solo cambiar de res alimentada con granos a carnes como pollo, cerdo o res alimentada con forraje, podría dejar cantidades sustanciales de alimento disponibles en todo el mundo.

Paso cinco: Reducir el desperdicio

Un estimado de 25 % de las calorías del mundo y hasta 50 % del peso total de los alimentos se pierde o desperdicia antes de que pueda ser consumido. En los países ricos, la mayoría de ese desperdicio ocurre en los hogares, restaurantes o supermercados. En los países pobres, los alimentos a menudo se pierden entre el agricultor y el mercado a causa de almacenamiento y transporte poco confiables. Los consumidores del mundo desarrollado podrían reducir el desperdicio tomando medidas sencillas, como servir porciones más pequeñas, comer sobras y animar a cafeterías, restaurantes y supermercados a desarrollar medidas de reducción de desperdicios. De todas las opciones para incrementar la disponibilidad de alimentos, solucionar el tema del desperdicio sería una de las más efectivas. Si se suman estos cinco pasos, se podría más que duplicar el suministro de alimentos y eliminar drásticamente el impacto ambiental de la agricultura en todo el mundo.

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Impulsan en Tlaxcala nuevas tecnologías para producción de granos

12 de agosto de 2014


El Gobierno del Estado, encabezado por Mariano González Zarur, a través de la Secretaría de Fomento Agropecuario, Sefoa; el Proyecto Estratégico de Seguridad Alimentaria, PESA; y en coordinación con la estrategia de Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional, MasAgro, impulsan el programa Mil por Mil para la adopción de nuevas tecnologías que incrementen la producción de granos en Tlaxcala.

Este programa cuenta con un recurso de apoyo e inversión de tres millones de pesos por parte de la administración estatal, que se refleja en los programas que impulsan Sefoa y MasAgro, para la capacitación pobladores en el uso de nuevas tecnologías, con la finalidad de proteger alimentariamente a las familias participantes en el Proyecto Estratégico para la Seguridad Alimentaria, PESA, promoviendo la adquisición de granos básicos de la alimentación.

Asimismo, con el propósito de generar una mayor producción de granos como maíz, frijol, amaranto, haba y alberjón, se han creado parcelas de producción que son operadas por pobladores de las comunidades en que se encuentran, generando también espacios de trabajo para la población. Al momento, se tiene un total de 299 parcelas productivas, ubicadas en 14 ayuntamientos de los 60 que componen la entidad.

Estas parcelas tienen elementos técnicos que generan las condiciones ambientales adecuadas para incrementar la producción de granos y semillas, en este sentido es cuando interviene el proyecto MasAgro, liderado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, CIMMYT, lo que responde a la alianza de trabajo que la institución y la Sefoa tienen en materias de innovación y producción.

En este sentido, se ha promocionado la participación de ocho técnicos especializados para la capacitación de los productores, además de acompañarlos en el proceso de la adopción de las nuevas tecnologías, así como de los paquetes tecnológicos que se han implementado en cada módulo y cada parcela, en relación y atención a las necesidades particulares de cada una de ellas.

Es por ello, que se sigue impulsando la activación y desarrollo del programa Mil por mil, ya que este ha promovido y logrado mayor producción de granos, lo que se traduce en una modalidad de desarrollo íntegro para todos los participantes, no sólo en la producción de granos, también en el cuidado de animales de traspatio y la adquisición de conocimientos para cuidado de las parcelas y resguardo de las mismas.

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MasAgro realiza estudios de género en el hub Pacífico Sur

29 de julio de 2014.


Del 10 al 15 de junio de 2014 se llevó a cabo en la comunidad de Arroyo Encino, municipio de San Juan Cotzoco en el estado de Oaxaca un estudio de genero que fue organizado por la doctora Lone Badstue, Responsable Internacional del Trabajo de Investigación del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el equipo técnico del hub Pacífico Sur.

En un primer plano se hizo contacto con autoridades para explicar el objetivo del estudio y posteriormente el estudio de campo en donde se realizaron seis talleres participativos en donde participaron hombres y mujeres, así como actores claves de la comunidad con la finalidad de conocer el grado de participación en las principales actividades agropecuarias, sociales, culturales y económicas que son detonantes para el desarrollo de las comunidades.

Otro de los objetivos de dicho estudios es salvar la brecha del género en pro de aumentar la producción en los campo de los agricultores, como una manera de contribuir a la seguridad alimentaria, al crecimiento económico y al bienestar social.

CIMMYT ha buscado promover la actividad la participación de la mujer en la ciencia, en el sector del desarrollo, en las cadenas de valor y en la mecanización de la agricultura. Motivo por el cual procura la integración del género en la etapa de diseño de los proyectos y en la implementación de estos. Actualmente se aprobó la estrategia de integración de género, y en 2014 y 2015 todos los programas de investigación del CGIAR.

Fotografía: Dagoberto Flores del departamento de socioeconomía del CIMMYT platicando con autoridades del municipio para explicar objetivos del estudio