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Técnicos certificados en Agricultura Sustentable contribuyen al desarrollo del campo en la Península de Yucatán

Egresados del curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable de la Península de Yucatán. (Foto: Hub Península de Yucatán/CIMMYT)
Egresados del curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable de la Península de Yucatán. (Foto: Hub Península de Yucatán/CIMMYT)

El pasado 2 de abril en la ciudad de Mérida, Yucatán, se entregaron certificados a los egresados de la segunda generación de Técnicos Certificados en Agricultura Sustentable del Hub Península Yucatán del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), como parte del proceso formativo que promueven la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el citado organismo internacional.

Provenientes de los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, los técnicos egresados también participaron en un conversatorio para intercambiar experiencias sobre sus trabajos actuales y cómo han impactado en ellos los conocimientos que adquirieron durante su proceso de certificación. En este sentido, compartieron los retos a los que se han enfrentado como agentes de cambio, sus contribuciones personales así como sus proyectos actuales y futuros. 

La aplicación de los conocimientos y experiencia es una actividad fundamental del proceso formativo de los técnicos certificados en Agricultura Sustentable, un programa de vanguardia y de alta exigencia profesional que en el marco de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México —que impulsa la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT—busca desarrollar y fortalecer sistemas de producción sustentables y resilientes en beneficio de los productores de las diferentes regiones del país.

Actualmente algunos de los egresados están directamente vinculados y colaboran con el Hub Península de Yucatán del CIMMYT, el cual busca fortalecer y sumar más colaboraciones que contribuyan tanto a los objetivos de los diferentes actores y proyectos que impulsa, como a su estrategia para  incrementar y estabilizar la productividad mediante el uso eficiente de recursos —genéticos, humanos, económicos, naturales y culturales—, fortalecer la resiliencia de los sistemas de producción de maíz y cultivos asociados y contribuir a la seguridad alimentaria a través de la gestión del conocimiento y la integración de innovaciones, el fortalecimiento de la red de actores y el desarrollo de capacidades de las comunidades rurales de la región.

En la entrega de certificados estuvo presente el equipo técnico del Hub Península de Yucatán que participó en la planeación y ejecución del programa de capacitación: Suelen Torres Mota, coordinadora de Capacitación y responsable del seguimiento de los egresados; Carolina Santiago Valenti, asistente administrativa; Eugenio Telles Mejía, coordinador técnico del Hub —quien también es técnico certificado en Agricultura Sustentable y compartió sus experiencias al respecto—; y Eduardo Tovar López, gerente del Hub.

El evento, cargado de emotividad —uno de los egresados, por ejemplo, recitó poesía dedicándola a sus compañeros y a su coordinadora—, dio cuenta de la importante labor que los técnicos certificados realizan en campo, así como de su compromiso por seguirse formando y de la relevancia de seguir vinculados y trabajando con la amplia red de innovación del CIMMYT y con el grupo de técnicos certificados en Agricultura Sustentable egresados a nivel nacional. 

Agradecemos la colaboración de todos los investigadores y expertos que contribuyeron como facilitadores del curso, así como a los tutores por su valioso asesoramiento práctico, seguimiento y evaluación de los participantes en todo el proceso formativo: Martín Jerezano Orduña, Milton Carlos Tolosa Poot, Jorge Luis Ucán Chí y German Felipe Galera Albornoz.

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Nuevos técnicos certificados en Agricultura Sustentable en el norte del país

El pasado 31 de marzo se graduaron 12 nuevos técnicos certificados en Agricultura Sustentable en el norte del país. Procedentes de Chihuahua, Baja California y Sonora, estos profesionistas fueron formados en el marco de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México —que impulsa la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— para implementar y difundir sistemas de producción sustentables mediante estrategias innovadoras con productores. 

“Estamos viviendo tiempos complicados con muchos retos para la agricultura, incluyendo el cambio climático y los precios extremamente altos de los insumos. Es un momento crítico donde es primordial transitar a una Agricultura Sustentable. Por esto, los productores necesitan técnicos capacitados que los asesoren acertadamente en esta transición. Los técnicos que se están graduando hoy escucharon este llamado y decidieron capacitarse para atender esta necesidad”, comentó Víctor Manuel Apocada Sotelo, uno de los egresados, durante la ceremonia. 

Los egresados de la generación 2020-2021 del curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable se suman a otros 449 profesionistas que en el país se han formado a través esta estrategia de capacitación —desarrollada desde 2009— la cual brinda conocimiento y experiencia para dar asesoría de alto nivel en tecnologías sustentables. Para el caso de Sonora, este egreso hace que el estado cuente ahora con un total de 45 técnicos certificados.

El curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable en el norte del país es un esfuerzo de muchas organizaciones que han apoyado la iniciativa. Investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), por ejemplo, dieron una parte muy importante de las capacitaciones y también se contó con el apoyo del Patronato para la Investigación y Experimentación Agrícola del Estado de Sonora (PIEAES).

Este programa formativo de vanguardia —que actualmente se está replicando en Sinaloa—contempla una rigurosa selección —en esta generación, por ejemplo, se registraron más de 60 aspirantes— y normalmente dura un año, aunque la pandemia extendió este periodo para la generación saliente. 

Con sesiones prácticas en campo en las que los participantes involucran a los productores, los nuevos técnicos certificados en Agricultura Sustentable en el norte del país forman parte de una estrategia más amplia que se enfoca en contribuir a la resolución de tres importantes retos en el país: seguridad alimentaria, pobreza y cambio climático.

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Del campo a la mesa: en busca de una producción cada vez más sustentable

Ciudad de México.- El cambio climático es un tema que cada vez resuena más en nuestras mentes y que genera más focos rojos entre organismos nacionales e internacionales. Hoy nos encontramos frente a un momento decisivo para contrarrestarlo y, aunque para algunos incluso no se considera como un problema real, una de las soluciones más cercanas se encuentra en nuestra mesa, en lo que comemos y en la forma en la que consumimos. 

Se estima que el 22 % del total de emisiones de gases de efecto invernadero proviene del sector de la alimentación —mismo que representa alrededor del 30 % del consumo total de energía en el mundo y uno de los mayores responsables de las extracciones de agua—, así que producir y consumir cualquier alimento no solo tiene un impacto en la salud de quien lo consume, sino también en la del planeta.

Sin embargo, dejar de producir alimentos no es la solución; por el contrario, es necesario producir cada vez más porque no solo la población sigue creciendo en todo el mundo, sino porque los suelos cada vez están más degradados y las áreas productivas disminuyen debido a esto y a la expansión urbana. Se estima que, si la población mundial continúa creciendo como hasta ahora, en menos de 30 años se necesitarían los recursos de tres planetas para mantener los hábitos de consumo y estilo de vida actual.

Hoy, en el Día Nacional del Maíz, es importante recordar que este grano es el principal cultivo de México y del mundo. Anualmente consumimos más de mil millones de toneladas cada año, por lo que su producción sustentable es clave para sumar esfuerzos en el camino de la mitigación del cambio climático, el hambre y la pobreza.

“En Kellogg somos conscientes de las problemáticas que enfrentamos; por lo que, como empresa socialmente responsable dedicada a producir cereales nutritivos y saludables para las familias mexicanas, sabemos que es importante cuidar hasta el más mínimo detalle en la producción de nuestros alimentos desde el campo hasta la mesa, para que nuestra cadena de valor se mantenga en las mejores condiciones” aseguró Víctor Marroquín presidente y director de Kellogg México.

Por esta razón, Kellogg brinda acompañamiento técnico a través del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), para apoyar a productores de maíz amarillo en las regiones de Sinaloa y Guanajuato, donde hasta el cierre del ciclo primavera-verano 2020, sumaron 6,812 hectáreas impactadas con prácticas sustentables, con la participación de 388 productoras y productores. Durante todo el ciclo de siembra, se les asesora en cuanto a la adquisición y precio de las semillas, maquinaria, manejo de suelo, fertilización y otras capacitaciones impartidas por expertos; como la técnica de mínima labranza.

Contar con una ruta de abastecimiento responsable es cada vez más primordial, pues también ayuda a evitar el desperdicio de alimentos. Gracias al programa en conjunto con CIMMYT “Apoyo al Abastecimiento Responsable en México”, Kellogg genera un entorno propicio para la producción y comercialización de maíz amarillo, para contribuir al desarrollo del campo mexicano con prácticas de producción sustentables, aumentando la rentabilidad de su actividad. 

“Nuestro compromiso por llevar Mejores Días a las familias mexicanas es constante, pero tenemos fechas importantes cada año para refrendar el compromiso, una de ellas es el Día Nacional del Maíz. Además, nuestra cadena de valor tiene un sinfín de eslabones, cada uno nos ayuda a fortalecer la misión de la compañía, que ha crecido a lo largo de 115 años con el apoyo de nuestros colaboradores, productores y la gran Familia Kellogg, quienes mantenemos y seguiremos manteniendo el firme el legado de nuestro fundador W.K. Kellogg” finalizó Marroquín.

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Acerca de Kellogg Company: En Kellogg Company (NYSE: K), nuestra visión es un mundo bueno y justo en el que las personas no solo sean alimentadas sino realizadas. Estamos creando mejores días y un lugar en la mesa para todos a través de nuestras marcas de alimentos de confianza. Nuestras queridas marcas incluyen Pringles®, Cheez-It®, Special K®, Kellogg’s Frosted Flakes®, Pop-Tarts®, Kellogg’s Corn Flakes®, Rice Krispies®, Eggo®, Mini-Wheats®, Kashi®, RXBAR®, MorningStar Farms®, entre otras. Las ventas netas en 2020 fueron de aproximadamente $ 13.8 mil millones, compuestas principalmente por bocadillos y alimentos preparados como cereales, alimentos congelados y fideos. Como parte de nuestra plataforma de propósitos de Kellogg’s® Mejores Días, estamos ayudando a terminar con el hambre y estamos comprometidos a crear Mejores Días para 3 mil millones de personas para fines de 2030. Visite www.KelloggCompany.com o www.OpenforBreakfast.com  

Para más información visita: https://www.hablandoconkelloggs.com/es_MX/home.html

FB: KelloggsLatinoamerica / TW: @KelloggsLATAM / IG: kelloggslatam_

Contacto de prensa:

Isa Flores | Porter Novelli Tel: + 55 5010 3324 | isa.flores@porternovelli.com

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Sin oxígeno, no hay plagas

El manejo poscosecha de granos incluye prácticas de control de plagas, acondicionamiento y almacenamiento. Convencionalmente, el almacenamiento se hace con bolsas de plástico, costales de polietileno y botellas de PET, a los cuales ―una vez llenos de grano― se les suelen aplicar insecticidas como el fosfuro de aluminio o Graneril, un producto económico y efectivo que ―sin embargo― contamina los granos y causa efectos a largo plazo en la salud de los consumidores.

Si hay un almacenamiento inapropiado (mal secado, enfermedades o sobrepoblación de insectos), las pérdidas de la semilla o el grano se aceleran. Las pérdidas poscosecha anuales de maíz, trigo y frijol en México se estiman entre 5 y 25%, pudiendo llegar a ser de hasta de 40% ―e incluso más― para algunas regiones. En la Mixteca Alta de Oaxaca, por ejemplo, las pérdidas poscosecha oscilan entre 40 y 60%, aunque hay casos en los que diferentes plagas de almacén han hecho que se pierda hasta la totalidad de las cosechas.

Para ofrecer alternativas a esta problemática, Fondo para la Paz (FPP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) desarrollan capacidades en comunidades rurales vulnerables de la Mixteca Alta de Oaxaca para que, a través de las tecnologías herméticas, minimicen la pérdida de granos durante el almacenamiento (el silo metálico hermético, la bolsa plástica hermética o las lonas flexibles son ejemplos de estas tecnologías que son altamente eficientes, siempre y cuando se utilicen adecuadamente).

En el marco del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ ―impulsado por Walmart Foundation y el CIMMYT―, en esa región de Oaxaca se han desarrollado diversos ensayos para evaluar distintas tecnologías de almacenamiento poscosecha. Asimismo, en los municipios de San Antonino Monte Verde y Villa de Chilapa de Díaz se ha capacitado a 350 productoras y productores en diversos temas de manejo poscosecha.

 

La importancia de los ensayos en distintos contextos

De los diferentes ensayos, destaca un análisis de almacenamiento de granos de alverja (Pisum sativum) ―una leguminosa resistente a la incidencia de plagas― que puso de relieve la importancia de las tecnologías herméticas con relación al tiempo y los propósitos del almacenamiento. Los resultados del ensayo mostraron que el peso del grano al inicio y final del periodo de almacenamiento (tres meses) usando costales de polietileno (forma convencional) y silos metálicos herméticos (innovación) fue similar.

Lejos de significar que las tecnologías herméticas no son útiles o necesarias, el ensayo acentuó su importancia en función del tiempo y el tipo de grano que se desee poner a resguardo: a diferencia del maíz, los productores locales cultivan la alverja en bajos volúmenes ―principalmente porque es para autoconsumo―, por lo que el periodo de almacenamiento es mucho menor (de tres a seis meses) en comparación con el que se estima para la comercialización de los granos de maíz (de ocho a nueve meses), cultivo para el que las tecnologías herméticas poscosecha ofrecen amplias ventajas al reducir las pérdidas hasta en 40%.

Cabe mencionar que en el ensayo realizado en costales se pudo encontrar una larva de polilla que ―aunque supone un daño minúsculo para este caso particular― podría llegar a desencadenar afectaciones mayores si se tratara de otro grano o de un periodo de almacenamiento más prolongado, de manera que asegurar la hermeticidad del almacenamiento es primordial.

Este tipo de ensayos permite ofrecer a los productores el contexto para que tomen las mejores decisiones con base en sus necesidades, expectativas y posibilidades, ya que para muchas familias de la Mixteca Alta de Oaxaca un silo metálico hermético ―cuyo precio es de aproximadamente $2,000― representa un gasto considerable, pero también amplias posibilidades para el almacenamiento y la comercialización de sus excedentes.

Por: Fondo Para la Paz (FPP).

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México responde al llamado de líderes globales para asegurar la disponibilidad de alimentos

El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, destacó que el Gobierno de México ya desarrolla varias acciones recomendadas por líderes globales para garantizar la producción y el abasto de alimentos en el país.

Como resultado, México está preparado para mantener la producción y el abasto de alimentos básicos y el empleo en el medio rural durante y después de la pandemia, expresó el funcionario federal.

El secretario Villalobos Arámbula señaló que, para garantizar el abasto de alimentos, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ofrecen asesoría técnica para la preparación de terrenos, la siembra, la fertilización y el Manejo Agroecológico de Plagas —entre otras actividades de Agricultura Sustentable— a más de 300,000 productores de maíz, trigo y cultivos asociados que participan en el programa MasAgro para comenzar el ciclo agrícola primavera–verano 2020.

Del mismo modo —abundó— la SADER, el CIMMYT y el sector privado colaboran en esquemas de compra local responsable para abastecer a la industria agroalimentaria nacional de granos básicos cultivados con prácticas sustentables.

 

Llamado de personalidades globales a evitar que acciones contras el COVID-19 afecten la producción alimentaria

En una carta publicada el 9 de abril pasado, 60 personalidades de reconocido prestigio internacional hicieron un llamado a los Gobiernos de todo el mundo para evitar que las acciones de combate y mitigación de la pandemia de COVID-19 produzcan una crisis alimentaria y humanitaria que podría incrementar sustancialmente el número de personas que padecen hambre.

De acuerdo con quienes suscribieron este llamado a la acción, el cierre de fronteras y la reducción de la actividad económica a mínimos históricos son algunas de las medidas de mitigación que representan un reto para las cadenas de producción y distribución de alimentos en todo el mundo.

Entre los firmantes hay representantes de organismos internacionales —como la Organización Mundial de Agricultores, la Confederación Internacional de Sindicatos de Comercio y la Fundación de la Organización de las Naciones Unidas—; cuadros directivos de empresas multinacionales; y académicos e investigadores de las mejores universidades y los centros de investigación del mundo, entre ellos el CIMMYT.

Para prevenir el colapso de los sistemas productivos y de las cadenas de suministro y distribución de alimentos, los firmantes hacen un llamado a emprender tres acciones clave:

  1. Mantener la oferta de alimentos
  2. Multiplicar el apoyo para los más vulnerables
  3. Invertir en sistemas alimentarios sostenibles y resilientes

México atiende, efectivamente, la recomendación de convocar a los sectores privado y social para expandir los programas de alimentación y de protección para la población más vulnerable, vinculándolos a los alimentos que promueven la salud humana y la producción sostenible.

En respuesta a la línea de acción que pide a los países invertir en sistemas alimentarios más sostenibles y resilientes, MasAgro ofrece a los productores tecnologías herméticas para el almacenamiento poscosecha, que hacen más flexible la cadena de suministro de granos básicos y evitan la pérdida de alimentos por cualquier disrupción en los canales de distribución.

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Buscan maíz nativo que brinde seguridad alimentaria en la Sierra Tarahumara

La producción de maíz nativo de temporal es la principal actividad agrícola de más del 80% de las familias de Guachochi, Chihuahua. Sin embargo, el rendimiento por hectárea es bajo (alrededor de 639 kilogramos, en promedio) y muchas veces no es suficiente para cubrir las necesidades alimenticias y nutrimentales de las familias de la zona, situación que les obliga a comprar maíz durante la temporada de julio a septiembre —aproximadamente—, incrementado su gasto.

Entre los factores que causan el bajo rendimiento se encuentran diversas prácticas agrícolas convencionales que no favorecen la producción de maíz, como el exceso de laboreo en la preparación del terreno, el uso de fertilizantes inapropiados (y también su uso inadecuado), el nulo control de plagas, el monocultivo, la ausencia de prácticas de poscosecha adecuadas y la remoción del rastrojo.

Cabe mencionar que, muchas veces, el tipo de grano que las familias de Guachochi tienen que comprar para su consumo es de uso pecuario, que —si bien no goza de mucha aceptación— es lo que hay disponible en las tiendas comunitarias (los maíces nativos que las familias prefieren suelen encarecerse).

Para identificar variedades de maíz nativo que permitan a las familias de esta región tener mayor seguridad alimentaria, recientemente se evaluaron seis en el marco del programa MasAgro, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

La evaluación se desarrolló en la localidad Laguna de Aboreachi, en el municipio de Guachochi, enfocándose principalmente en evaluar el rendimiento de cada variedad bajo las mismas condiciones de manejo; fecha y densidad de siembra —con la intención de hacer una mejor distribución de la semilla, se utilizó una sembradora de tiro animal para Agricultura de Conservación—; fertilización; manejo cultural de malezas; y cosecha, que —igual que el desgrane— se hizo de forma manual.

Las variedades evaluadas fueron ‘Maíz Cristalino Palomero’, ‘Maíz Amarillo Bola’, ‘Maíz Amarillo Pepitillo’, ‘Maíz Cristalino Bola’, ‘Maíz Blanco Blando’ y ‘Maíz Azul Blando’ (materiales que fueron donados por varios productores que cooperan con el programa en diversas localidades de la región).

Las variedades con mayor rendimiento fueron ‘Maíz Azul Blando’, ‘Maíz Blanco Blando’ y ‘Maíz Cristalino Palomero’ (2.7, 2.4 y 2.1 toneladas por hectárea [t/ha], respectivamente). En contraste, las que tuvieron menor rendimiento fueron ‘Maíz Cristalino Bola’, ‘Maíz Amarillo Bola’ y ‘Maíz Amarillo Pepitillo’ (2.0, 1.9 y 1.7 t/ha, respectivamente). El rendimiento promedio que se obtuvo de todos los materiales fue de 2.1 t/ha.

Gracias a esta evaluación, es posible identificar varios de los principales factores que influyen en el rendimiento de las variedades de maíz nativo en la región, como el potencial genético de las semillas, los factores ambientales y nutricionales y las prácticas a las que son sometidos los cultivos. Se espera que con la ayuda de los productores y los colaboradores de la zona se puedan desarrollar nuevas investigaciones para ofrecer a las familias de Guachochi información confiable que les permita tomar las mejores decisiones en torno a su sistema de producción.

Por: Hub Pacífico Norte-CIMMYT.

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Y después de la cosecha, ¿qué?

Se calcula que un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo termina pudriéndose en los contenedores de los consumidores y minoristas o se estropea por las malas prácticas de transporte y cosecha. En México se estima que las pérdidas poscosecha pueden ascender a 40%.

A través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se promueven tecnologías herméticas poscosecha como una solución eficiente y accesible para almacenar granos básicos, minimizar el uso de productos químicos durante el almacenamiento y reducir la afectación por plagas de almacén (como insectos, hongos y roedores).

En el norte de Oaxaca, por ejemplo, la organización Productores Agrícolas y Pecuarios de la Mazateca Baja —que colabora con el CIMMYT— promueve la instalación de módulos poscosecha. Estos consisten en el almacenamiento simultáneo de granos en silos metálicos herméticos y en costales de polipropileno, y en abrir ambos tratamientos después de tres meses para contrastar los resultados.

Por la ausencia de oxígeno, los silos metálicos herméticos cortan el ciclo de vida de las plagas, mientras que los costales —que son la práctica convencional local— no lo hacen, por lo que requieren la aplicación de productos químicos potencialmente nocivos para la salud humana (como las pastillas o tabletas de fosfuro de aluminio).

Agua de Tierra —del municipio de San Felipe Jalapa de Díaz, Oaxaca— es una de las comunidades donde se han instalado módulos poscosecha. Ahí se reunió, luego de tres meses, el grupo de productores que fue testigo de la instalación del módulo Los Canales para hacer el levantamiento correspondiente, en el cual obtuvieron los siguientes resultados:

  • Del total de grano almacenado en silos metálicos herméticos se logró conservar 98%.
  • Del grano almacenado de forma convencional (en costal de polipropileno) solo se logró conservar 57%.
  • En ambos casos, la mayor parte de los daños fue ocasionada por gorgojos (que en el caso de los silos metálicos herméticos murieron por falta de oxígeno).

Cabe mencionar que estos resultados corresponden al segundo ciclo de evaluación en el módulo Los Canales, y los porcentajes han sido similares, por lo que ahora es importante extender el uso de esta tecnología a un mayor número de productores para contribuir a que estas comunidades logren su seguridad alimentaria (en este municipio 90% de ellos produce para autoconsumo).

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La ciencia, el campo y los jóvenes

Bajo el lema “Por la vida submarina y los ecosistemas terrestres sostenibles”, el Primer Congreso Regional Centro de Investigación Agropecuaria y Ciencias del Mar —realizado en San Andrés Calpan, Puebla— convocó a productores y a la comunidad académica de 50 planteles de Estado de México, Hidalgo, Morelos, Tlaxcala y Puebla, pertenecientes a la Unidad de Educación Media Superior Tecnológica Agropecuaria y Ciencias del Mar.

De acuerdo con las autoridades de la Subsecretaría de Educación Media Superior que organizaron el congreso, este tuvo la finalidad de generar en los jóvenes interés por la investigación científica, al considerarla una vía para recomponer el tejido social. Por esta razón, fueron convocadas diversas instituciones relacionadas con la biotecnología, la producción de alimentos, los recursos naturales y los sistemas de producción agrícola y pecuaria.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) participó con una conferencia sobre tecnologías para la reducción de las pérdidas poscosecha. El tema fue de interés para los asistentes, pues se calcula que cada año un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo termina pudriéndose en los contenedores de los consumidores y minoristas o se estropea debido a las malas prácticas de transporte y cosecha.

El ingeniero Isaac Ramírez Castillo, colaborador del CIMMYT, presentó el contexto y las problemáticas de las unidades de producción, así como las alternativas para conservar la calidad y cantidad del grano. También mostró opciones de manejo agronómico con base en Agricultura de Conservación, las cuales fortalecen la seguridad alimentaria de los pequeños productores.

En México se estima que las pérdidas poscosecha pueden alcanzar 40% de la producción. Por esta razón, la participación del CIMMYT en congresos académicos como el de Puebla es importante, pues con una matrícula de más de 200,000 alumnos y con más de 13,000 profesores en todo el país, la Unidad de Educación Media Superior Tecnológica Agropecuaria y Ciencias del Mar no solo forma a potenciales nuevos agrónomos, sino que además atiende directamente a un importante núcleo de productores.

La participación de la Unidad de Poscosecha del CIMMYT, en este sentido, fue oportuna para transmitir el mensaje de la existencia de innovaciones que pueden contribuir a que las comunidades logren su seguridad alimentaria, particularmente en estas fechas que —para muchas regiones— ya son #TiempoDePoscosecha.

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Larga vida al huitlacoche

El huitlacoche es un hongo parásito del maíz que es altamente valorado en la gastronomía nacional. Lamentablemente, este hongo sólo se obtiene de manera silvestre o natural cuando las lluvias son abundantes. La cantidad que se puede cosechar de esta manera es mínima, de entre 2 y 4 kg/ha, por lo que su precio en los mercados locales suele ser atractivo para los productores que lo cosechan.

Tener huitlacoche en cantidades suficientes para complementar la alimentación de las familias que lo producen —o bien, para comercializarlo— se vuelve entonces una tarea difícil si sólo se espera a que el hongo aparezca de forma natural. Existe, sin embargo, otra manera de fomentar su producción. Se trata de una metodología con la que se induce la infección del hongo: la producción de huitlacoche por inoculación. Esta metodología fue el tema central del taller que el Hub Valles Altos —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— impartió a productores del muncipio de Xiutetelco, en Puebla.

La inoculación —es decir, la transmisión de una enfermedad por medios artificiales— del hongo que produce el huitlacoche (Ustilago maydis) es una técnica sencilla y segura que les permite a los agricultores incrementar la producción de la también llamada “trufa mexicana”. Como parte del procedimiento, los productores inyectan las mazorcas tiernas, o jilotes, con las esporas del hongo, a fin de infectarlas. Después, el hongo deforma los granos de maíz y les da el color y sabor que lo caracterizan.

El taller, impartido en una sesión teórico-práctica, es una de las acciones que desde el año pasado el Hub Valles Altos ha impulsado junto con colaboradores para fomentar la producción del huitlacoche. El Colegio de Postgraduados, campus Puebla, es la instancia que produce el inóculo (sustancia que contiene las esporas del hongo), y también ha realizado diferentes ensayos con maíces híbridos y nativos.

Además de aprender sobre los cuidados durante la inoculación, la etapa adecuada para inducir la infección y las dosis que se deben usar por jilote, los productores realizaron una práctica directamente en la parcela de Crescenciano Hilario Méndez, en la localidad de Barrio Chiquito, Xiutetelco. Esto llamó la atención de algunos familiares de los productores, los cuales se unieron a la práctica.

Precisamente, la producción inducida de huitlacoche es una actividad que, según los productores, involucra y beneficia a sus familias. Además, les ofrece la posibilidad de producir un alimento tradicional rico en proteínas, fibra y carbohidratos (bajo en grasas) y, por supuesto, de tener una fuente de ingresos adicional. A través del conocimiento científico y las innovaciones agrícolas derivadas de este, la tradición gastronómica y la seguridad alimentaria se fortalecen.

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Anuncian pacto por una Agricultura Sustentable y rentable

Por: Comunicaciones Corporativas CIMMYT
4 de marzo de 2019.

Ciudad de México.– La asociación Nueva Visión para el Desarrollo Agroalimentario de México (VIDA) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) se comprometieron hoy a trabajar por la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y el desarrollo económico de los sistemas de producción de maíz y trigo en México. El acuerdo celebrado entre ambas organizaciones busca sumar acciones y recursos para desarrollar actividades que incrementen la sustentabilidad, productividad y competitividad de los actores de las cadenas de valor del maíz y del trigo en México, particularmente de los productores.

“Nuestro objetivo es impulsar el proyecto ‘La nueva visión de la agricultura en México’ para aprovechar las oportunidades que ofrece el sector, generar sinergias y optimizar el uso de los recursos disponibles”, señaló José Ernesto Cacho Ribero, copresidente de VIDA.

De acuerdo con la asociación, que cuenta con el respaldo del Foro Económico Mundial, esta nueva visión busca preservar los recursos naturales y ofrecer oportunidades a los sectores más vulnerables de la población mediante proyectos de fomento, sin fines de lucro, en los que participan organismos públicos y privados.

“VIDA reconoce los buenos resultados que ha dado el CIMMYT con iniciativas como el programa MasAgro, que desarrolla y promueve la adopción de tecnologías y prácticas agrícolas sostenibles que han aumentado la producción de maíz y trigo”, agregó Cacho Ribero.

Para Bram Govaerts, director global de Innovación Estratégica y representante regional de las Américas del CIMMYT, la alianza con la asociación contribuirá a construir un futuro de producción suficiente, rentable y sustentable de maíz y trigo para los mexicanos. “El CIMMYT contribuirá con su capacidad técnica y científica para desarrollar actividades de investigación, fomentar la integración de las cadenas productivas y generar sistemas de maíz y trigo más sustentables”, aseguró el representante del organismo internacional con sede en Texcoco, Estado de México.

“El trabajo conjunto del CIMMYT y su grupo de colaboradores locales e internacionales ha fomentado modelos de asociación y la cooperación entre grupos de productores que han conseguido duplicar su productividad en forma sostenible”, aseguró Govaerts. VIDA y el CIMMYT esperan que un número creciente de productores, técnicos, autoridades, investigadores, empresarios y actores de las cadenas de valor del maíz y trigo en México se sumen al nuevo acuerdo de colaboración, que tendrá una vigencia de seis años.

Adicionalmente, los colaboradores buscarán abrir nuevos mercados nacionales de alto valor agregado para los productores de maíz y trigo e incrementar la compra local de grano producido con prácticas sustentables.

 


 

Acerca de VIDA

Constituida en 2011, VIDA cuenta con la participación de más de 40 empresas y partes interesadas que colaboran con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México con la intención de complementar las prioridades del sector agrícola mexicano. Se enfoca en cuatro grupos de productos básicos (granos, oleaginosas, frutas, vegetales, cacao y café), además de un grupo de trabajo de información y datos.

Acerca del CIMMYT

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo es el líder mundial en investigación de maíz, trigo y sistemas agrícolas asociados financiada con fondos públicos. Con sede cerca de la Ciudad de México, el CIMMYT trabaja con cientos de socios en todo el mundo en desarrollo para aumentar de manera sostenible la productividad de los sistemas de cultivo de maíz y trigo, mejorando así la seguridad alimentaria global y reduciendo la pobreza. El CIMMYT es miembro del Sistema CGIAR y dirige los Programas de Investigación del CGIAR Maíz y Trigo y la Plataforma de Excelencia en Mejoramiento. El Centro cuenta con el apoyo de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otros organismos públicos y privados.

Contacto para prensa:

 

Ricardo Curiel

Gerente de Comunicación para México y América Latina

Tel. 52 (55) 5804 7544

e-mail: r.curiel@cgiar.org