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Plataformas de investigación favorecen el desarrollo comunitario

Cosecha de frutos de durazno establecidos en sistema de milpa intercalada con árboles frutales, 24 de Junio de 2022. (Foto: Plataforma Larráinzar)
Cosecha de frutos de durazno establecidos en sistema de milpa intercalada con árboles frutales, 24 de Junio de 2022. (Foto: Plataforma Larráinzar)

Larráinzar es un municipio del estado mexicano de Chiapas cuyo paisaje y riqueza cultural lo hacen destacar. Geográficamente se ubica en la región de Los Altos. Allí, el clima es templado húmedo con abundantes lluvias en verano: la precipitación promedio, de hecho, es de 1 200 milímetros (mm) anuales —el promedio nacional en 2020 fue de 722 mm—.

En Larráinzar los principales cultivos son el maíz, el frijol y la calabaza bajo el régimen de temporal. Mayoritariamente, los sistemas productivos son para el autoconsumo y ya que una gran parte de las parcelas está en laderas, la erosión del suelo a causa de las  lluvias es un fenómeno frecuente, lo que se agrava por la prevalencia de prácticas agrícolas inadecuadas. 

Para generar alternativas sustentables al manejo convencional el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y productores locales instalaron en 2018 la plataforma de investigación Larráinzar, donde se evalúan los sistemas de agricultura de conservación y milpa intercalada con árboles frutales —sistema MIAF, donde los árboles actúan como barreras vivas para evitar el arrastre de suelo— a fin de identificar las mejores prácticas para incrementar la productividad e ingresos económicos de los agricultores de pequeñas unidades de producción de autoconsumo.

En el ciclo primavera-verano 2022, por ejemplo, se instalaron diversos ensayos para evaluar densidades de siembra, arreglo topológico, ajustes a la nutrición  de acuerdo a un análisis de suelo, la microrotación en franjas de doble hilera, entre otros aspectos. 

“En la plataforma estamos practicando con los componentes básicos de la agricultura de conservación: manejo de rastrojo como cobertura, el mínimo movimiento de suelo y la diversificación de cultivos incluyendo el sistema MIAF que en 2022 demostró un muy buen potencial y en lo que va de 2023 ya vamos empezando a cosechar, en este caso frutales, específicamente duraznos que casi nadie lo practica en la región”, comenta Mateo Pérez Santiz, encargado de la plataforma.

Esta plataforma es como una escuela para los productores de la zona. Nos permite extender las innovaciones y, a través de ellas, la plataforma ha generado impactos en cuanto a rendimientos y productividad de espacios pequeños. Aquí se ha demostrado que con las prácticas convencionales que hace el productor es mucho mas costoso cultivar que con agricultura de conservación, sistema que deja más rendimientos”, enfatiza Mateo.

La plataforma de Larráinzar cumple una función muy importante para los productores locales que poseen pequeñas superficies, pues para ellos resulta indispensable “saber cómo aprovechar esos espacios con la diversificación de cultivos, ya que los sistemas diversificados contribuyen a incrementar la productividad y la rentabilidad, además garantizan la seguridad alimentaria y el ingreso económico para los productores de autoconsumo”. 

Como ejemplo de los beneficios de las prácticas mencionadas y del papel social de la plataforma, Mateo refiere que en ese espacio también se hacen giras de intercambio de experiencias donde “invitamos a personas y diversas organizaciones. Recientemente un representante de una organización no gubernamental impulsó un proyecto, haciendo énfasis en el sistema MIAF en durazno y otros árboles frutales para crear un proyecto orientado a mujeres y maíz”.

Así, “se estableció un convenio que involucró también a una institución enfocada a la igualdad de género y a la Secretaría de Agricultura de Chiapas. Se logró la unión de cinco organizaciones y se les entrego a 500 mujeres jefas de familia árboles frutales para 1 200 metros cuadrados para cada familia como una etapa inicial.  Este ha sido uno de los logros recientes de la plataforma como espacio para divulgar y extender sistemas de producción sustentables y rentables”, finaliza Mateo.  

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, AgribaSustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

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Investigación colaborativa brinda opciones a agricultores de Iguala

Cultivo de crotalaria en sistema diversificado. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Cultivo de crotalaria en sistema diversificado. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Para los agricultores de Iguala, en Guerrero, México, la rentabilidad es un tema importante a la hora de adoptar prácticas sustentables. Por esta razón, en la plataforma de investigación de Iguala se ha estado evaluando, desde hace cinco años, el efecto de los tipos de labranza y el manejo de rastrojo en el rendimiento y rentabilidad del maíz de temporal en rotación con crotalaria y soya.

En la plataforma de investigación de Iguala, ubicada en un campo experimental del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y pecuarias (INIFAP), colaboran tanto investigadores de este instituto como del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Juntos, en el ciclo primavera-verano 2022 establecieron siete tratamientos (cinco con maíz y dos con soya) a partir de los cuales evaluaron prácticas de agricultura de conservación y prácticas convencionales de la zona. 

Si bien no se observaron diferencias estadísticamente significativas para grano de maíz y soya, sí se observó que dos tratamientos mostraron los rendimientos más altos (7.87 y 7.74 toneladas por hectárea, respectivamente). Estos fueron la rotación de maíz con soya, y el tratamiento donde se integraron todos los componentes de la agricultura de conservación, así como siembra de crotalaria en el ciclo otoño-invierno. Por su parte, la práctica convencional de los productores locales fue la que obtuvo el menor rendimiento de grano de maíz. 

Con respecto a la rentabilidad se obtuvieron mejores resultados con las propuestas de agricultura de conservación, sistema de producción que confirma ser “una alternativa viable y sustentable en el cultivo de maíz y soya”, señala Roció Toledo Aguilar, investigadora del INIFAP.

Sobre el impacto de la plataforma de investigación , la investigadora comenta que además de la rentabilidad hay otros como “la capacitación de técnicos y productores, la restauración los suelos degradados, la ampliación del menú de cultivos, destacando los forrajeros porque se trata de una zona ganadera. A partir de estos, los productores pueden equilibrar la alimentación del ganado”.

La relevancia de la plataforma, como yo lo percibo, es que es un espacio donde se pueden obtener resultados y estos pueden ser difundidos a productores y productoras para que los sistemas agroalimentarios sean más resilientes, puedan conservar el suelo y puedan seguir contribuyendo a la alimentación de la sociedad”, concluye Rocío Toledo. 

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Planear para optimizar el nuevo ciclo agrícola

Productor participante en proyecto de abastecimiento responsable de trigo en el norte de México, implementando agricultura de conservación. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)
Productor participante en proyecto de abastecimiento responsable de trigo en el norte de México, implementando agricultura de conservación. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)

La planeación estratégica es fundamental para el buen desempeño de cualquier empresa y en el sector agrícola no es la excepción. Al producir un cultivo, la mayor rentabilidad se obtiene incrementando ingresos y reduciendo costos, por lo que el productor debe enfocarse en lo que puede controlar, de acuerdo con los recursos disponibles, lo que reducirá la posibilidad de pérdidas derivadas de imprevistos, por lo tanto, hay que iniciar a planear la próxima siembra desde que se comienza a cosechar un cultivo.

Entre las recomendaciones que puede implementar el productor para optimizar costos y hacer más eficientes los recursos se encuentra el aprovechamiento del rastrojo. Usarlo para cubrir, nutrir y mejorar el suelo permitirá incrementar la materia orgánica, facilitar el manejo del riego y regular la temperatura, pero sobre todo ahorrar en fertilizantes nitrogenados.

En parcelas de productores de maíz vinculados a Grupo Ceres —organización que colabora con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para la promoción de prácticas sustentables en el norte de México— se han registrado ahorros de hasta 78 kilos de nitrógeno o su equivalente a 169 kilos de urea que, bajo el panorama actual, esa cantidad de fertilizante equivale a un ahorro efectivo de aproximadamente tres mil quinientos pesos (3 500 MXN).  

Otras recomendaciones son el adecuado análisis de suelo —este hará posible determinar los elementos de corrección que tendrán que aplicarse— y la inversión en semillas de mayor calidad. Y ya que la elección del híbrido a sembrar no es una decisión fácil de tomar, se deben considerar híbridos adaptables a cada región, resultados de parcelas demostrativas en las que se mide el rendimiento, semillas sanas y estables que permitan obtener una buena calidad de cosecha, así como una mayor eficiencia en el uso del fertilizante. 

Por supuesto, no hay que dejar de lado la asesoría de los expertos, ya que prevenirse y generar una estrategia de siembra será fundamental para alcanzar el éxito. Invitamos a los productores a que recurran a los expertos de Semillas Ceres y el CIMMYT, quienes los asesorarán adecuadamente para una producción rentable y sustentable.

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Una alianza basada en la innovación

Bienvenida al Taller Intercambio de experiencias entre productores de AGRIBA Sustentable. (Foto: Amador Aguillón/CIMMYT)
Bienvenida al Taller Intercambio de experiencias entre productores de AGRIBA Sustentable. (Foto: Amador Aguillón/CIMMYT)

En el marco del proyecto AGRIBA Sustentable, impulsado por PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el pasado 28 de julio se desarrolló un taller de intercambio de experiencias entre productores que participan en dicho proyecto. 

AGRIBA Sustentable promueve un conjunto de buenas prácticas y tecnologías agrícolas entre las que se encuentran la agricultura de conservación, el manejo agroecológico de plagas, entre otras que les ha permitido a los productores participantes tener ahorros en sus costos de producción y un uso más eficiente de los recursos (particularmente suelo y agua). 

El menú tecnológico promovido por Agriba Sustentable está integrado por prácticas o tecnologías que previamente ya han sido validadas en plataformas de investigación y módulos de innovación que forman parte de una amplia red impulsada por el CIMMYT en alianza con diversos colaboradores.

“A través de los hubs o nodos de innovación, y en alianza con colaboradores de las regiones, el CIMMYT promueve la implementación de sistemas agrícolas integrales a partir de un menú tecnológico que busca mitigar o eliminar los efectos negativos de las prácticas inadecuadas para mejorar la rentabilidad de los cultivos”, mencionó José Guadalupe Flores, coordinador de Hubs del CIMMYT durante la apertura del taller, realizado en el Módulo de Riego Valle de Santiago. 

Durante su intervención, José Ramírez Arredondo, presidente del módulo de riego en mención, resaltó la importancia de la colaboración entre la agroindustria, los centros de investigación científica como el CIMMYT, y los productores de la región.

“Tuvimos buenos resultados para ser el primer ciclo”, “la maquinaria facilitada y la asesoría para la siembra sobre rastrojo nos ayudó mucho”, “me he dado cuenta de que —la agricultura de conservación— es un buen sistema para cuidar mi suelo”, fueron algunas de las expresiones de los productores participantes quienes, provenientes de diversos municipios de Guanajuato y Michoacán, compartieron sus experiencias con el proyecto a través de un panel. 

Mediante alianzas como esta se busca impulsar la investigación, el desarrollo, la validación, la transferencia y la difusión de tecnologías y prácticas agrícolas innovadoras que promuevan mejoras en los eslabones de la cadena agroalimentaria. 

“El interés inicial de un proyecto de agricultura sustentable para trigo se platicó con Grupo Trimex,  proveedor de harina de trigo de PepsiCo en el país. Esta sinergia a través de Agriba Sustentable tiene como objetivo aumentar el número de agricultores que adoptan prácticas de agricultura de conservación en los campos de cultivo en hilera de la región de El Bajío”, mencionó Amador Aguillón, coordinador técnico del Hub Bajío del CIMMYT. 

Durante su intervención, los representantes de Grupo Trimex agradecieron “a cada uno de los presentes por ser parte de nuestra cadena de suministro. Lo que buscamos con Agriba es pedirles la oportunidad de apoyarlos para disminuir sus costos de producción, para que la agricultura siga siendo negocio para ustedes, las tierras tengan salud y así esta actividad siga siendo viable para las futuras generaciones.” 

Este intercambio de experiencias permitió escuchar las inquietudes y necesidades de los productores participantes quienes, mediante esta iniciativa conjunta, han adoptado prácticas que han sido validadas y han demostrado mejorar de la productividad en la región puesto que cuentan con un respaldo basado en los resultados obtenidos por el Hub Bajío del CIMMYT y la red de innovación que impulsa para brindar soluciones a las problemáticas o áreas de oportunidad de los productores. 

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No quemar da vida a los suelos

Ariel Espinoza, de la empresa Granera del Noroeste, mostrando el rastrojo que emplean como cobertura del suelo. Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT
Ariel Espinoza, de la empresa Granera del Noroeste, mostrando el rastrojo que emplean como cobertura del suelo. Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT

En el municipio de Huatabampo, en el estado mexicano de Sonora, la colaboración entre Granera del Noroeste y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ha hecho posible el establecimiento de una plataforma de investigación que se está perfilando como un espacio clave para que los agricultores de la zona mejoren su rentabilidad de forma sustentable. 

“Empezamos hace cuatro años en esta plataforma de investigación. De la mano del CIMMYT estamos haciendo agricultura de conservación, la cual facilita la siembra en seco. Este sistema nos brinda un ahorro considerable: tres rastreos, un cinceleo y entre 70 y 80 litros de diésel por hectárea que no consumimos. Así estamos siendo empáticos con el medioambiente, igualmente con el uso de maquinaria, evitamos desgastes; optimizamos el recurso humano y lógicamente tenemos un ahorro económico importante”, menciona Ariel Espinoza, de Granera del Noroeste. 

La empresa comercializa granos y brinda servicios de almacenaje y logística; también cultiva, brinda asesoría en agricultura sustentable y produce biofertilizantes. “Estamos comprometidos con el medioambiente y lógicamente con nuestro entorno inmediato que es el Valle del Mayo. Nosotros apostamos por este modelo de agricultura porque el planeta nos lo está exigiendo. Tenemos que ser responsables con nuestro entorno y ver qué le vamos a heredar a las futuras generaciones”, comenta Ariel. 

Desde hace aproximadamente 12 años la empresa inició con prácticas de agricultura sustentable, pero fue hace cuatro que Granera del Noroeste, representada por Jesús Atanasio Capaceta, su director general, que inició colaboración con el CIMMYT para establecer la plataforma de investigación. Ahí se validan y promueven prácticas de agricultura de conservación, se han liberado insectos benéficos para el control biológico y otras prácticas que les permiten a los productores reducir costos y hacer un uso más eficiente del sistema de riego de agua. 

“Aquí nada más se dieron dos riegos de auxilio —a diferencia del sistema convencional en el que se requieren más riegos—. Igualmente hicimos uso de tecnologías como el sensor GreenSeeker® para optimizar la fertilización nitrogenada y metimos las aplicaciones con drones para no pisar la siembra y así evitar el uso de los tractores y reducir el consumo de diésel”, comenta Ariel. 

Para la organización y su concepto de granja integral la agricultura de conservación ha sido clave: “Hemos tenido mejores resultados, el hecho de tener esta soca como cobertura del suelo, por ejemplo, pues ya ahí se tiene materia para abonar el suelo que a la postre va a generar más beneficios. Nosotros hemos obtenido ya excelentes resultados, por eso invitamos a los productores a que se sumen y que vean que la rentabilidad sí va de la mano de la sustentabilidad”. 

“Nosotros invitamos a todos los productores a que eviten todo lo posible la quema de la soca. Para empezar, se provoca una fuerte contaminación del aire. Es mejor tenerla como cobertura en tu parcela porque te mantiene humedad; esto es vida en la tierra, entonces no la quemen, aprovéchenla porque es materia orgánica que con las lluvias se va a descomponer, integrándose a los suelos que van a quedar más blandos”, finaliza Ariel. 

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Con prácticas sustentables aumentan la rentabilidad del trigo en El Bajío

“Logramos un ahorro muy grande que me beneficia en la parte económica”, comenta uno de los productores de trigo que participan en el proyecto Agriba Sustentable, una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Que los productores reconozcan los beneficios de las prácticas sustentables enfocadas al aumento de la rentabilidad a través de la alta productividad, pero cuidando el medioambiente, es fundamental para que más productores conozcan y adopten prácticas de Agricultura de Conservación, sistema que se promueve en el marco del proyecto. 

Un punto clave de este sistema de producción es dejar el rastrojo como cobertura del suelo. Esto disminuye de manera muy significativa la emergencia de malezas (y, consecuentemente, la aplicación de herbicidas), el impacto ecológico por el uso de agroquímicos, así como el costo por la adquisición de estos, dando como resultado un efecto en cadena que beneficia al suelo, al ambiente, al productor y, por ende, a los consumidores (además de mejoran la productividad del suelo, a través de aumento de materia orgánica, conservación de agua y mejora la estructura). 

El proyecto contempla el muestreo de suelos y la posterior interpretación de los análisis de suelo a fin de desarrollar una estrategia de fertilidad integral con las fuentes y dosis de fertilizante adecuadas, aplicadas de la forma más adecuada y en el momento más oportuno.

A través de este proyecto, por ejemplo, se fomenta la fertilización enterrada que, en trigo, permite alcanzar hasta un 70% en la eficiencia de aplicación de fertilizantes nitrogenados. Lo anterior es importante porque cultivos como el trigo solo absorben entre 30 y 40% del fertilizante nitrogenado cuando se aplica de manera convencional. El resto se pierde, ocasionando pérdidas económicas y contaminación ambiental. 

Por lo anterior, enterrar el fertilizante con la ayuda de discos cortadores es una de las prácticas que más ha llamado la atención de los productores. Genaro Celedón, uno de ellos, comentó al observar el funcionamiento de los discos cortadores de rastrojo: “yo pensaba que los discos podrían dañar el trigo, pero los discos no le hicieron nada cuando se fertilizó de manera enterrada”. 

Por supuesto, aún hay mucho por hacer: “debido al reciente aumento de los fertilizantes varios productores de la zona optaron por disminuir el número de hectáreas a sembrar en este ciclo y en algunos casos, de plano mejor no sembraron¨ comenta como el productor Luis Cerón. 

Lo anterior pone de relieve la pertinencia del proyecto y cómo este está rompiendo paradigmas del sistema de producción convencional, posicionándose en las comunidades de Cárdenas, La Tinaja y Los Lobos, en Salamanca, Guanajuato, como una opción para que los productores de trigo de la zona incrementen su rentabilidad.

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La importancia de los acuíferos y su gestión sustentable

Los acuíferos son formaciones subterráneas naturales que absorben y almacenan el agua de lluvia. De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), alrededor del 70% del agua que se utiliza en las ciudades y el agua de riego que se usa en un poco más de la tercera parte de la superficie agrícola del país proviene de acuíferos. 

Aguas Firmes es uno de los proyectos más relevantes que actualmente se desarrollan en México para la preservación y manejo del agua de los acuíferos. Es impulsado por Grupo Modelo, la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas organizaciones públicas y privadas que están uniendo esfuerzos para mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo.

Los de Calera y Apan son dos de los acuíferos más sobreexplotados en el país (de los 653 existentes, se considera que 105 están sobreexplotados). Así que mejorar la sustentabilidad del agua proveniente de estos acuíferos no es una tarea menor. De hecho, es una tarea colosal y por ello el proyecto Aguas Firmes contempla entre sus pilares la Agricultura Sustentable. 

La agricultura es importante para la recarga de acuíferos no solo porque gran parte de las extracciones de estas reservas de agua es para riego agrícola, sino por el tema del suelo: los acuíferos se alimentan con el agua de lluvia, pero esta no pasa directamente a los acuíferos, lo hace a partir del suelo que permite su infiltración. Lamentablemente, años de prácticas inadecuadas han hecho que gran parte de los suelos agrícolas del país disminuyan drásticamente su capacidad de infiltrar agua.  

La promoción de la Agricultura Sustentable es clave entonces para optimizar el consumo de agua y para mejorar la capacidad de infiltración de los suelos. En el caso de Calera, Zacatecas, los retos son grandes porque las prácticas convencionales que prevalecen no solo afectan la salud del suelo, sino que muchas veces disminuyen la rentabilidad de los cultivos. 

En Calera una parte considerable de la superficie agrícola se siembra con hortalizas. El manejo que prevalece, en general, es uno donde “subsolean, barbechan o voltean y luego rastrean, pasan destorrenadores varias veces y prácticamente mullen el suelo, lo pulverizan completamente al pasar rotavatores (máquinas que pulverizan el suelo), así forman camas mullidas y sin terrones prácticamente. Después todavía pasan una máquina marcadora. Esto además es mucha mano de obra. En cultivos como el ajo o el chile son entre 100 y 120 jornales por hectárea por ciclo”, comenta Julio César González, colaborador del CIMMYT para el proyecto. 

En contraste con este exceso de movimientos que destruye la estructura del suelo (y que en el caso de las hortalizas ha contribuido a que crezcan los problemas de sanidad vegetal), Aguas Firmes promueve la mínima labranza (uno de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación) para recuperar dicha estructura, pero esto también contribuye a mejorar la rentabilidad.

Los productores locales traen unos costos de producción promedio de unos $26,000 por hectárea de maíz, con rendimiento promedio de entre ocho y nueve toneladas. Esto con labranza convencional. El año pasado, con la Agricultura de Conservación que estamos fomentando, tuvimos un costo de producción de $17,000 y un rendimiento de nueve toneladas; es decir, una rentabilidad mayor que de forma convencional. Por esto y por optimizar el consumo de agua es que migrar hacia Agricultura de Conservación es lo que nos llevaría por mucho a cumplir los objetivos del proyecto”, señala Julio César. 

Migrar hacia sistemas de producción agrícola más eficientes está permitiendo avanzar en el largo camino para la gestión sustentable de acuíferos. Una de las ventajas que ofrece el proyecto es que las soluciones que propone no son recetas universales, sino una gama amplia de prácticas sustentables que se pueden adaptar a las más diversas condiciones. 

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Agriba Sustentable en El Bajío

El incremento de los costos de los insumos agrícolas en los recientes periodos ha conducido a muchos agricultores a buscar alternativas que hagan más eficiente sus prácticas agrícolas y les permitan lograr una alta productividad, pero también cada vez son más los productores que buscan lograr una producción sustentable.

La Agricultura de Conservación es un sistema de producción sustentable —donde al menos el 30% del rastrojo de la cosecha anterior queda disperso en forma de cobertura sobre la superficie del suelo para que en el siguiente ciclo la siembra se realice sobre el rastrojo— que favorece las propiedades biológicas del suelo y contribuye a que aumente la tolerancia de los cultivos a la incidencia de plagas y enfermedades.

El proyecto Agriba Sustentable es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que nace con el propósito de impactar positivamente y de manera directa a los productores de trigo del Bajío mexicano, particularmente en los estados de Guanajuato y Michoacán.

La adopción de prácticas y tecnologías sustentables propuestas por el CIMMYT —con la Agricultura de Conservación como pilar— permite que los productores disminuyan de manera considerable la erosión sus suelos, al tiempo que favorecen la biodiversidad y la fertilidad de este. Esto es importante porque la regeneración del suelo es el componente principal y el punto de partida que detona un efecto en cadena cuyo resultado final se traduce en mayor rendimiento de grano, pero con menor costo de producción en comparación con las prácticas agrícolas convencionales. 

Los productores que ya trabajan bajo este sistema de producción enfatizan que, si bien para ellos uno de los aspectos más importante es el ahorro en costos de producción, las prácticas realizadas a través de la capacitación y el acompañamiento técnico que reciben a través del proyecto les están permitiendo lograr un mayor rendimiento y una mayor rentabilidad, pero también les está mostrando que a través de estas innovaciones ellos están contribuyendo con cuidado del medioambiente, por ejemplo, al reducir el uso de maquinaria y combustible agrícola.

El proyecto Agriba Sustentable va más allá de realizar solo un laboreo mínimo del suelo. Contempla un gran número de prácticas y tecnologías que se pueden adecuar al sistema particular de cada parcela y cada productor. El uso de microorganismos benéficos como modo de acción y prevención efectiva contra organismos fitopatógenos es un ejemplo. 

En beneficio a los productores de El Bajío, Agriba Sustentable busca escalar de manera progresiva a más territorio y productores para que adopten las tecnologías propuestas para sus parcelas y así encaminar a los productores hacia una más alta rentabilidad sin perder de vista la sustentabilidad y el cuidado del suelo agrícola.

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Los beneficios de eliminar las aplicaciones de nitrógeno durante la presiembra

“El nitrógeno es un nutriente muy dinámico en el suelo. En muchos sistemas de producción en México se aplica en forma de urea, una fuente de nitrógeno amoniacal que al entrar en contacto con el suelo, agua y materia orgánica inicia procesos de nitrificación (las plantas absorben mejor el nitrógeno cuando está en forma de nitrato), pero los nitratos también suelen perderse con el agua debido a la lixiviación y escorrentía. El nitrógeno no se queda solo como nitrato, después pasa a un proceso de desnitrificación, donde toma forma gaseosa como óxido nitroso, uno de los gases relacionados con la destrucción de la capa de ozono y uno de los que más contribuyen al cambio climático”, refiere María Elena Cárdenas, del Hub Pacífico Norte del CIMMYT. 

En México el 71% del fertilizante nitrogenado se aplica en los cultivos de maíz, trigo y caña de azúcar. La eficiencia de uso de nitrógeno en cereales a nivel mundial se estima en 33% y, en el país, varios trabajos de investigación en cereales en las zonas intensivas bajo riego reportan valores de eficiencia similarmente bajos (31% para el Valle del Yaqui). 

El nitrógeno que no es absorbido por los cultivos se volatiliza (se estima que en México las pérdidas promedio de nitrógeno por volatilización son de 18%), lixivia (proceso por el cual los nutrientes y minerales son arrastrados por el agua) o percola (pérdida de agua hacia las capas de la tierra). En conjunto, se estima que cerca de la mitad del nitrógeno aplicado termina perdiéndose hacia el ambiente causando importantes problemas de contaminación del agua y aire. 

Se ha documentado incluso que las aguas enriquecidas con nitrógeno que escurren de las parcelas de las zonas productivas de Baja California Sinaloa y Sonora desembocan en el Golfo de California, causando grandes floraciones de algas, relacionadas a su vez con zonas de hipoxia (falta de oxígeno) y pérdida de biodiversidad marítima. 

Además, la fertilización tiende a ser el principal costo de producción en los cereales y la fertilización nitrogenada en México representa alrededor del 40% de los costos de producción. En años recientes el costo del nitrógeno se ha elevado significativamente (para 2021 casi se ha duplicado con respecto a 2017), afectando la rentabilidad del cultivo de trigo. Esto significa que los fertilizantes nitrogenados son de los insumos más caro y que se manejan de manera poco eficiente. 

Si se incrementa la eficiencia de uso de nitrógeno se pueden reducir los costos de producción y de esta manera incrementar la rentabilidad del cultivo para reducir el impacto ambiental. Para lograr este propósito, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores en la región promueven diversas prácticas y tecnologías derivadas de la investigación científica, entre estas la identificación del momento y la dosis correcta de fertilización nitrogenada, así como la selección de las fuentes de nitrógeno correctas y el lugar de aplicación correcto.

Actualmente el manejo convencional del nitrógeno, para muchos productores del Valle del Yaqui, implica aplicar 55% de la dosis regularmente usada (alrededor de 275 kgN/ha en promedio) durante la presiembra (20 días antes de la siembra), pero gracias a diversos estudios hoy se sabe que las aplicaciones durante la presiembra son muy ineficientes y, de hecho, 30% de lo aplicado en presiembra ya se habrá perdido para el momento de la siembra. 

“Con base en el estudio de la curva de absorción de nitrógeno a través del desarrollo del cultivo de trigo se está proponiendo a los productores cambiar los momentos de aplicación del fertilizante. Esto es, 30% en la siembra, 55% durante el primer riego de auxilio que es cuando se requiere que la planta tenga más el fertilizante para expresar su máximo potencial de rendimiento y 15% cerca de la floración”, comenta la especialista. 

“Eliminar aplicaciones de nitrógeno durante la presiembra contribuye a hacer un uso más eficiente del fertilizante y se ha documentado su efectividad en ensayos con diferentes dosis de nitrógeno (de los 75 a los 300 kgN/ha) en campos de agricultores del Valle del Yaqui. Al eliminar las aplicaciones durante la presiembra no se afectan los rendimientos y la eficiencia del nitrógeno llega a ser de hasta 50% con dosis bajas, a diferencia de las dosis más altas donde la eficiencia del fertilizante es a penas del 30% (ya que el cultivo absorbe lo que necesita y lo demás se pierde). El cambio de los momentos de aplicación del nitrógeno no afectó el rendimiento del trigo y, en cambio, evitar las aplicaciones de presiembra sí favoreció el porcentaje de proteína del grano y por lo tanto constituye una práctica simple y eficiente que los productores pueden implementar”, enfatiza María Elena Cárdenas. 

Con información de María Elena Cárdenas.

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Maíz amarillo, productividad y sustentabilidad

No podemos volver el tiempo atrás, ese es uno de los hechos que tenemos presentes a la hora de hablar sobre el impacto del ser humano en el ecosistema. Hoy es sumamente relevante hacer conciencia de nuestros actos para erradicar todos aquellos que dañan el medioambiente y crear mejores prácticas para ser cada vez más sustentables y éticos con el entorno.

Kellogg es consciente de que, para ello, es necesario mirar hacia afuera y sumar fuerzas con otras organizaciones que forman parte de su cadena de valor; tal es el caso del Centro Internacional para el Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con quienes, a través del proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, la compañía contribuye a que los agricultores produzcan maíz amarillo sustentable en Sinaloa, Guanajuato y Querétaro.

“Tenemos que cuidar el medioambiente y hacer que la agricultura sustentable sea la solución al cambio climático mientras aumenta los rendimientos e ingresos de los productores, pues entre todos podemos construir una cadena de valor en sintonía con el medioambiente. Para el CIMMYT es un orgullo impulsar proyectos como éste, trabajando en los sistemas de trazabilidad para que el producto, desde el campo hasta la mesa, cuente con la información para que el consumidor pueda tomar decisiones adecuadas. Por un lado, tenemos el esfuerzo de agricultores que producen más y mejor y, por otro, compañías interesadas en producir sustentablemente para satisfacer mejor las necesidades del consumidor”, dijo el doctor Bram Govaerts, director de operaciones, director general adjunto de Investigación, y director de Desarrollo Estratégico del CIMMYT.

Este proyecto ha logrado implicar a casi 400 productores, la mayor parte de los cuales han implementado prácticas de Agricultura Sustentable en una superficie de más de 6 mil hectáreas, lo equivalente a 10 Bosques de Chapultepec en la Ciudad de México.

La agricultura es responsable del 24% de los gases de efecto invernadero que favorecen el cambio climático y de alrededor del 70% de las extracciones de agua de los ríos, lagos y acuíferos; por ello, Apoyo al Abastecimiento Responsable en México consiste en promover una agricultura diferente a la convencional: la Agricultura de Conservación, que ha logrado notables avances en la mitigación y, sobre todo, adaptación a la crisis ambiental por la que atraviesa el planeta.

Uno de los logros más destacables con este programa ha sido el uso eficiente de agua: los productores participantes han incrementado un 10% la eficiencia en el consumo de agua requerido para la producción de una tonelada de maíz. 

En Sinaloa, principal región de abasto para Kellogg, se realizó un óptimo manejo de agroquímicos en el 100% de las parcelas; esto significa que se han usado productos idóneos tanto en el tratamiento de semillas, como en el manejo de plagas y malezas, además de incorporar técnicas como el Manejo Agroecológico de Plagas. 

También se ha logrado reducir en un 23% la emisión de CO2 a la atmósfera como consecuencia del empleo de menos combustible para la producción en comparación con prácticas convencionales. Esto ha sido posible gracias a la Agricultura de Conservación, pues al hacer mínimo movimiento del suelo, no solo hay ahorros significativos en los costos de producción, sino que también se favorece la estructura y calidad del suelo.

“A lo largo de la historia de Kellogg, el compromiso con el medioambiente siempre ha estado presente; en 1906 empezamos a fabricar nuestras cajas de cereales con contenido reciclado y desde entonces, nuestro camino ha sido seguir innovando y buscando oportunidades dentro y fuera de la compañía para impulsar acciones en favor del medio ambiente. Es así como también buscamos introducir envases más eficientes en cuanto a recursos que incluyan más contenido reciclado, que sean más reciclables y/o reduzcan las proporciones de alimentos a paquetes; gracias a ello, hoy continuamos avanzando para lograr el objetivo de Kellogg de trabajar hacia envases 100 % reutilizables, reciclables o compostables para finales de 2025 y llegar también a las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible impuestos por la ONU para 2030”, comentó Víctor Marroquín, presidente y director de Kellogg México.

Todas las acciones que Kellogg lleva a cabo dentro y fuera de la compañía también forman parte de su compromiso global para crear Mejores Días para 3 mil millones de personas en todo el mundo, abordando los problemas interrelacionados con la seguridad alimentaria, la resiliencia climática y el bienestar.

 

Acerca de Kellogg Company:

En Kellogg Company (NYSE: K) nuestra visión es un mundo bueno y justo en el que las personas no solo sean alimentadas sino realizadas. Estamos creando mejores días y un lugar en la mesa para todos a través de nuestras marcas de alimentos de confianza. Nuestras queridas marcas incluyen Pringles®, Cheez-It®, Special K®, Kellogg’s Frosted Flakes®, Pop-Tarts®, Kellogg’s Corn Flakes®, Rice Krispies®, Eggo®, Mini-Wheats®, Kashi®, RXBAR®, MorningStar Farms®, entre otras. Las ventas netas en 2020 fueron de aproximadamente $13.8 mil millones, compuestas principalmente por bocadillos y alimentos preparados como cereales, alimentos congelados y fideos. Como parte de nuestra plataforma de propósitos de Kellogg’s® Mejores Días, estamos ayudando a terminar con el hambre y estamos comprometidos a crear Mejores Días para 3 mil millones de personas para fines de 2030. Visite www.KelloggCompany.com o www.OpenforBreakfast.com  

Para más información visita: https://www.hablandoconkelloggs.com/es_MX/home.html

FB: KelloggsMexico / TW: @KelloggsLATAM / IG: kelloggslatam_

Acerca del CIMMYT: 

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es una institución de investigación científica internacional sin fines de lucro con sede en México. Cuenta con casi seis décadas de quehacer científico para el desarrollo de sistemas agroalimentarios sustentables y resilientes en beneficio de los productores, particularmente los más vulnerables. Desarrolla ciencia colaborativa con instituciones públicas, universidades, organizaciones de agricultores, agroindustria y sociedad civil. En conjunto, actualmente operan alrededor de 40 plataformas de investigación en todo el país. Los programas, proyectos e iniciativas que impulsa junto con los sectores público, privado, social y académico han impactado positivamente a más de 300 mil productores y en más de 1 millón de hectáreas en todo el país.

Contacto de prensa:

Isa Flores | Porter Novelli Tel: + 55 5010 3324 | isa.flores@porternovelli.com