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Comparó y optó por la Agricultura de Conservación

Valle del Yaqui, Son.- En el sur de Sonora la producción de trigo se sigue realizando, predominantemente, mediante un sistema convencional, con excesivos pasos de maquinaria que incrementan los costos de producción hasta el grado de reducir la rentabilidad de los cultivos. 

En ciclos agrícolas recientes algunos productores del Valle del Yaqui han implementado Agricultura de Conservación —un sistema de producción sustentable que permite reducir costos de producción y cuidar los recursos suelo y agua, primordialmente—, obteniendo notables beneficios, entre ellos el ahorro económico por la reducción de pasos de maquinaria y del tiempo de siembra. 

Después de tres ciclos agrícolas, el productor José Karam Amado —quien cultiva en el Block 1107 del Valle del Yaqui— amplió su superficie sembrada con este sistema sustentable porque, refiere, ha obtenido buenos resultados en rendimientos. Este hecho, además, lo ha motivado a que la siembra y la fertilización se realice con equipo especializado para Agricultura de Conservación. 

Para ilustrar los beneficios que le ha aportado la Agricultura de Conservación, el productor comenta que en una superficie de 150 hectáreas sembró trigo —el 23 de noviembre de 2020— sobre rastrojo de trigo y suelo seco para comparar los resultados de la cosecha con los de la agricultura convencional que se estableció en un predio al lado como testigo. 

Entre los detalles técnicos de la superficie establecida con Agricultura de Conservación, el productor comenta que sembró con una densidad de 180 kg de semilla por hectárea, la fertilización se realizó con 500 kg de urea por hectárea —empleando la misma sembradora especializada para Agricultura de Conservación de la que dispone—, hizo una sola aplicación para control de malezas a los 46 días de haber emergido el cultivo y sumó un total de cuatro riegos de auxilio —días antes del primero fertilizó con 200 kg de urea por hectárea y antes del segundo aplicó 50 kg de amoniaco (NH3) en el agua de riego—.

Cabe mencionar que en ambos tratamientos —Agricultura de Conservación y labranza convencional— el productor realizó una aspersión aérea para controlar el pulgón del follaje, agregando en la misma mezcla un fungicida para prevenir una infección de roya de la hoja en trigo. 

Finalmente con la cosecha, que se realizó el 8 de mayo del 2021, el productor confirmó que con Agricultura de Conservación tuvo un ahorro de $3,400 por hectárea, obteniendo un rendimiento de 9.4 toneladas por hectárea (t/ha) contra 8.6 t/ha con labranza convencional. Esto significa un 26% más de utilidad con Agricultura de Conservación. 

Con estos resultados, el productor planea extender la superficie bajo Agricultura de Conservación, sistema particularmente útil ahora que los costos de producción son más altos cada año y afectan de manera negativa los recursos naturales, comenta el productor. 

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La importancia de conocer las malezas

Texcoco, Edo. Méx.- Las malezas son aquellas plantas que, en un momento, lugar y en un número determinado, resultan perjudiciales o indeseables en los cultivos. Las afectaciones por malezas son muy variables según el tipo de cultivo y la zona agroclimática —además, varias de ellas han desarrollado resistencia a los herbicidas—. Así, mientras se estima que las malezas ocasionan una pérdida directa aproximada de 10% de la producción agrícola global (FAO, 1996), en México el surgimiento de malezas o especies invasoras afecta, en promedio, el 30% del rendimiento de algunos cultivos (Asociación Mexicana de la Ciencia de la Maleza, 2010). 

Para hacer un manejo adecuado de las malezas es importante conocerlas, identificarlas adecuadamente —te recomendamos revisar esta infografía sobre clasificación de malezas: https://repository.cimmyt.org/bitstream/handle/10883/20925/62340.pdf— y comprender que, como todas las plantas, compiten por luz, agua, nutrientes y espacio, por lo que es importante realizar el deshierbe en el momento preciso, es decir, en el periodo crítico de competencia que se centra sobre todo en la etapa inicial de desarrollo del cultivo —pasado este periodo la aparición de malezas no representa un riesgo de atención prioritaria—.

Desde luego, también es importante identificarlas adecuadamente porque, algunas, tienen propiedades que pueden ser aprovechadas —como el diente de león (Taraxacum officinale) que tiene propiedades nutricionales, o el chicalote (Argemone munita), que puede ayudar a descompactar el suelo—.

La cobertura del suelo con rastrojo, la diversificación de cultivos y el Manejo Agroecológico de Plagas son algunas de las prácticas que ayudan a reducir la incidencia de las llamadas “malas hierbas”, aunque, cuando aparecen, existen algunos consejos que pueden ayudar a que el trabajo para eliminarlas de las parcelas sea menor. 

El doctor Ravi Gopal, científico del CIMMYT, aconseja por ejemplo que en los casos en que el deshierbe se haga de forma manual —como ocurre en muchos estados del país— se usen deshierbadores, que son más ligeros y eficaces en comparación con los azadones —por supuesto, los productores pueden hacer sus propias evaluaciones de la herramienta y optar por la que consideren mejor—. 

Este ligero cambio en la herramienta podría hacer una gran diferencia pues, dependiendo de la extensión de la parcela, los 2 kg que suele pesar un azadón pueden influir significativamente en la eficiencia y el tiempo de realización del deshierbe y, por supuesto, en el desgaste físico que implica.

Los deshierbadores tienen un peso considerablemente menor (a penas 900 gramos) que los azadones. Por su diseño permiten reducir notablemente el tiempo del deshierbe y también hacerlo más eficiente. Además, esta herramienta va dejando prácticamente en el mismo lugar las malezas que va arrancando —a diferencia del azadón, que va acumulando y arrastrando las hierbas extraídas—, lo cual no solo hace que el trabajo se aligere, sino que permite aprovechar determinadas malezas —dejándolas ahí mismo— para que nutran al suelo. 

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León, un municipio con amplio potencial para producir forraje

León, Gto.- La producción agrícola de León, Guanajuato, se ubica principalmente en el sur del municipio, con una superficie aproximada de 33 mil hectáreas que equivalen al 26% del territorio municipal. Allí, los cultivos de maíz y sorgo ocupan la mayor superficie que se siembra bajo condiciones de riego y, debido a la importante actividad ganadera del municipio, es importante atender la producción de maíz forrajero.

En 2019, el rendimiento promedio de maíz forrajero en León fue de 64.2 toneladas por hectárea (t/ha) (SIAP, 2020). Sin embargo, el potencial de producción de la región es mayor, pero para incrementar la producción es necesario identificar variedades con un mayor potencial de rendimiento. 

Para identificar las mejores variedades, en la plataforma de investigación de León —la cual forma parte de la red de plataformas de MasAgro Guanajuato, programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se evaluaron 15 diferentes variedades de maíz forrajero cultivados con prácticas de Agricultura Sustentable. Esta evaluación estuvo a cargo de Carlos Agustín Aguilar Ruiz y Marcelo Espinosa Beristáin, académicos de la Universidad De La Salle Bajío.

Una vez establecida la vitrina de maíces forrajeros, se realizaron varios muestreos al azar de las diferentes variedades, tomando datos como altura de la planta, altura de la mazorca, diámetro del tallo, ancho de las hojas, peso de la mazorca y peso total. La cosecha final se hizo con una máquina ensiladora.

Cabe mencionar que se registró tanto el rendimiento en verde (de los elotes, de las plantas y en total), como el rendimiento en seco (cuadro 1) —el porcentaje de materia seca es un buen indicador de calidad del ensilaje de maíz y un parámetro de gran importancia para estimar cómo se conservará el forraje en el silo—.

Así, el rendimiento de materia seca de la planta completa fluctuó de 37.1 a 28.4 toneladas por hectárea (t/ha), mientras que la producción de forraje verde fue de 85.9 a 121 t/ha. El híbrido 921W obtuvo el mayor rendimiento de forraje fresco, con una producción de 121 t/ha, mientras que los híbridos Samurái y 307Y obtuvieron la mayor producción de materia seca con 38.1 y 38 t/ha, respectivamente. La mayor producción de elote la obtuvo el híbrido 307Y con una producción de 21.3 t/ha. 

Si se considera además que la producción de forraje verde fue de 108 t/ha (en promedio de todos los híbridos), significa que hubo un incremento de 44.7% con respecto al rendimiento promedio en la región. Esto confirma que existe un amplio potencial para incrementar la producción de forraje verde en el municipio de León, Guanajuato.

Rendimiento de forraje
Cuadro 1. Rendimiento de forraje de 15 híbridos de maíz en la plataforma León, ciclo primavera-verano 2019.
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Grandes cambios con cuatro años practicando Agricultura Sustentable

Purísima del Rincón, Gto.- En el año 2017, durante el ciclo otoño-invierno, el productor Ramón Ramírez Aguilar recibió la propuesta de implementar un módulo “lado a lado” de una hectárea. Es decir, debía destinar esa porción de sus tierras de cultivo para implementar nuevas prácticas sustentables en una mitad y en la otra seguir cultivando de la forma acostumbrada, a manera de testigo. 

Ramón aceptó la propuesta del equipo técnico de MasAgro Guanajuato ―programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)―, contando con el apoyo de su tío y socio, Rodolfo Aguilar Hurtado. 

En el lado destinado a implementar las innovaciones propuestas por Masagro Guanajuato se trabajó con Agricultura de Conservación —un sistema de producción sustentable cuyos componentes básicos son la mínima labranza, la cobertura del suelo con rastrojo y la diversificación de cultivos—, fertilidad integral, siembra en hileras, variedades mejoradas, inoculación de semilla con tricodermas ―hongos del género Trichoderma que ayudan a reducir los efectos de algunas enfermedades del suelo―, fertilización enterrada y Manejo Agroecológico de Plagas. 

Ramón, de 34 años, ya conocía los componentes básicos de la Agricultura de Conservación, pero solo los ponía en práctica en el ciclo primavera-verano para la producción de maíz y no así en otoño-invierno para trigo. Con el acompañamiento técnico de MasAgro Guanajuato, sin embargo, obtuvo resultados que lo convencieron de establecer esas mismas prácticas en el resto de la superficie a su cargo (junto a su familia, suma 106 hectáreas dedicadas todas a la producción de granos básicos), en ambos ciclos productivos.

Desde entonces, Ramón y su familia producen sustentablemente ―su esposa María de los Ángeles y sus hijos Hania, Rodrigo y Andrea están involucrados en las actividades junto con él―. Sus rendimientos por hectárea son de al menos 8.3 toneladas de trigo con menores costos de producción. Así, con cuatro años sin perturbar el suelo de su parcela y dejando el 100% de los rastrojos en los dos ciclos, Ramón se ha convertido en un productor referente en la zona y un aliado de MasAgro Guanajuato para establecer y difundir la amplia gama de innovaciones sustentables que ofrece el programa.

Con respecto al módulo de innovación implementado, eventualmente este se ha convertido en un espacio para demostraciones, capacitaciones y recorridos en campo en los que se puede escuchar a Ramón compartiendo su experiencia con otros productores: “Creo que uno de los grandes problemas que tenemos es que los productores a veces no nos dejamos ayudar mucho, algunos no cambian sus métodos, no quieren cambiar sus prácticas. Yo lo veo con los compañeros de mi comunidad”, comenta al tiempo que enfatiza en que por eso el módulo de innovación que implementó junto con MasAgro Guanajuato está abierto para que otros productores lo visten y vean que las innovaciones sí funcionan.

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Fertilización a la medida

Salamanca, Gto.- La fertilización representa hasta el 65% de los costos de producción de granos. Esta cifra es preocupante para el sector agrícola de Salamanca, Guanajuato, municipio donde gracias a la suma de esfuerzos entre organizaciones de todos los sectores se está implementando un proyecto de fertilidad integral con buenos resultados. 

En el marco de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se realizaron 172 análisis de suelo cuyos resultados permitieron construir una serie de mapas del municipio con los que será posible identificar cuáles son los nutrientes presentes y faltantes en las tierras de cultivo.  

Con estos datos de ubicación y condición, los productores podrán solicitar a los proveedores la mezcla de fertilizantes a la medida de las necesidades de su parcela en función del rendimiento esperado. Para lograr este cometido ha sido necesario el esfuerzo conjunto de diversas organizaciones, particularmente de las autoridades municipales de Salamanca, quienes accedieron a escuchar el planteamiento de MasAgro Guanajuato.

El plan integral de fertilidad para Salamanca incluyó la obtención de muestras de suelo con la cooperación de al menos 300 productores, la reunión con proveedores de fertilizantes con presencia en el territorio municipal (para hacer de su conocimiento el propósito del plan y la importancia de su participación), el análisis de los resultados con la colaboración de investigadores del CIMMYT, la construcción del mapa de fertilidad del municipio y la difusión de los resultados entre los proveedores (actualmente participan dos) para que elaboren las mezclas adecuadas para los productores de Salamanca.

Aunque la pandemia por COVID-19 ha sido un factor limitante para el avance del plan, al menos 38,298 hectáreas de tierras de cultivo en Salamanca ya podrán hacer uso de los datos obtenidos.

Contar con un plan integral de fertilidad es solo el principio de las acciones conjuntas pues la aplicación de la mezcla recomendada, el momento de la aplicación y la fuente del fertilizante son otros factores que el productor debe considerar para que la fertilización sea adecuada. Si algún productor tuviera dudas sobre el plan o quisiera obtener mayor información sobre prácticas agrícolas adecuadas que mejoren la fertilidad de sus suelos, puede establecer contacto con el equipo técnico de MasAgro Guanajuato presente en la región. 

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Aprovechando cada gota

Irapuato, Gto.- En el mundo, la agricultura es la actividad que más consume agua, por lo que uno de los grandes retos es optimizar su uso; es decir, producir lo mismo con la misma o menos cantidad de agua. En México, donde la actividad agrícola ocupa alrededor del 76% del total del agua concesionada, se siembran alrededor de 22 millones de hectáreas, de estas, el 80% es de temporal y solo el 20% tiene infraestructura de riego —alrededor de 7.2 millones de hectáreas—.

En Guanajuato se encuentran las presas Solís, Allende y La Purísima —de la cuenca Lerma-Chapala— con una red de distribución enmarcada en 11 módulos de riego que conforman el Distrito de Riego 011 Alto Río Lerma, el cual tiene un área con infraestructura hidroagrícola de cerca de 117 mil hectáreas y más de 25 mil usuarios. Además, el estado cuenta con 15,297 pozos profundos, de donde se extraen al año alrededor de 3,824 millones de metros cúbicos (Mm3) de agua, pero solo se le recarga con 2,783 Mm3, lo que implica un déficit de 1,041 Mm3 anuales. 

El hecho de que se extraiga más agua de los pozos de la que se recarga, impacta en la agricultura y su rentabilidad a corto y mediano plazo. Por esto es necesario hacer un uso eficiente del agua, modificar los patrones de cultivo, sembrar variedades más precoces — con menores requerimientos de agua y mayor rendimiento—, además de implementar prácticas de conservación de suelo y retención de agua.

Para buscar soluciones a esta problemática, en la Plataforma de Investigación Irapuato I colaboran el Distrito de Riego 011; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); el despacho Consultores y Asesores para la Sustentabilidad Agrícola (CyASA) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Recientemente se ha estado evaluando el riego por goteo en comparación con el riego rodado en dos sistemas de labranza (camas permanentes y un sistema híbrido que consiste en no mover el suelo en primavera-verano y moverlo en otoño-invierno) y dos formas de fertilización (fertilización enterrada contra fertirriego) para la rotación de maíz y trigo. 

Al momento se ha observado una ganancia en rendimiento a favor de la Agricultura de Conservación (camas permanentes), tanto en el riego por goteo como en el riego rodado. El tratamiento con mayor rendimiento de trigo ha sido el de camas permanentes con riego rodado, con una producción de 7.5 toneladas por hectárea (t/ha); seguido muy de cerca por el tratamiento de camas permanentes con riego por goteo que obtuvo 7.4 t/ha —esto significa que el sistema de riego por goteo con camas permanentes es el más rentable debido al considerable ahorro en preparación del suelo y consumo de agua—. El menor rendimiento se obtuvo en el sistema híbrido, con riego rodado y su producción fue de 6.9 t/ha (figura 1). 

Con respecto al comportamiento del agua cabe mencionar que el pozo del cual se abastece a las parcelas con los ensayos tiene un caudal de 36 litros por segundo (lps). Entonces, considerando la suma de las horas de trabajo tanto en el riego rodado como en el riego por goteo por los 36 lps se observa que en los tratamientos de riego rodado se han aplicado 6,350.4 m3 de agua, mientras que en el riego por goteo el consumo de agua ha sido de de 4,406.4 m3, es decir, hay un ahorro de agua de 1,944 m3 a favor del riego por goteo.

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Figura 1. Rendimiento de trigo bajo dos sistemas de labranza y dos tipos de riego en la plataforma Irapuato I, ciclo OI 2019-2020. Abreviaciones: M= maíz, T= trigo, CPA= camas permanentes anchas, H= Sistema hibrido (sin movimiento PV + movimiento en OI), I= Rastrojo incorporado al 100%, P= se deja el 50% del residuo, B= fertilización realizada enterrando el fertilizante, F: Fertirriego, RG= Riego por goteo y RS= Riego superficial.

 

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La Agricultura de Conservación en el semidesierto

San Juan del Río, Qro.- En las zonas semidesérticas la agricultura no es fácil y, sin embargo, en muchas de ellas es una de las actividades más importantes. Tal es el caso del semidesierto queretano, donde el clima seco, las escasas precipitaciones, los suelos pobres en materia orgánica, entre otros factores, limitan la producción agrícola. De hecho, en esa zona de Querétaro el destino de la producción es para autoconsumo principalmente, y la venta solo cuando hay excedentes. 

Para desarrollar y evaluar prácticas que faciliten la agricultura en esa zona, en el año 2013 se estableció una plataforma de investigación en Santa Rosa Xajay, San Juan del Río, Querétaro. Allí, en la plataforma San Juan del Río I, colaboran el despacho Sustentabilidad Agropecuaria de Querétaro (SAQ) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), evaluando las tecnologías sustentables que buscan dar respuesta a la compleja problemática de la agricultura en el semidesierto queretano. 

La base de las prácticas que se investigan y validan en la plataforma es la Agricultura de Conservación. Gracias al mínimo movimiento del suelo, a la retención de rastrojo en la superficie del suelo y a la diversificación de cultivos (componentes básicos de este sistema de producción sustentable), se ha promovido un mayor rendimiento de maíz con un menor costo de producción debido a la reducción de labranza. 

En un análisis de los resultados de la plataforma hecho recientemente, se encontró que la mayor diferencia en el rendimiento entre la labranza convencional (basada en el movimiento continuo del suelo) y las camas permanentes (práctica derivada de la Agricultura de Conservación que busca minimizar el movimiento del suelo) se observó a partir del tercer año, donde la diferencia fue de 0.2 toneladas por hectárea (t/ha) y cada ciclo se incrementó en la misma proporción, hasta un máximo de 0.6 t/ha en el sexto año (figura 1). 

Cabe mencionar que, si bien no se observó una diferencia considerable en el rendimiento de maíz en camas anchas o angostas, las camas anchas implican un menor movimiento de suelo y un menor gasto de combustible. 

Con respecto al manejo de rastrojo, de acuerdo con los resultados observados se recomienda dejar el rastrojo en la superficie, en pata, y acamado al momento de la reformación de camas. El efecto de la retención de rastrojo se manifiesta mayormente en años secos y en un incremento de la materia orgánica a largo plazo. 

Adicionalmente, el efecto de la rotación de cultivos es muy marcado en el rendimiento de maíz (aun cuando el cambio de cultivo sea con otra especie de gramínea). En promedio de seis años, los tratamientos con maíz y rotación de triticale, avena o frijol superaron al monocultivo de maíz con 0.7, 0.6 y 0.4 t/ha, respectivamente. 

Con respecto a la rotación de cultivos, en la plataforma se ha observado que la siembra en franjas permite hacer un manejo independiente de los cultivos y permite también la siembra de un segundo cultivo cuando existe humedad residual.  Así, se facilita la rotación en la misma parcela y de los cultivos de ciclo corto (como avena o triticale que se cosechan en verde), pudiéndose asociar cultivos forrajeros (sorgo, avena, garbanzo) y para la producción de grano para autoconsumo (frijol, maíz). 

Además de la Agricultura de Conservación, en la plataforma se han evaluado y validado otras prácticas sustentables, como las curvas a nivel, la fertilización integral, entre otras. Las personas que estén interesadas en conocer más sobre estas tecnologías pueden acudir a la plataforma San Juan del Río I, el equipo técnico que en ella colabora lo podrá asesorar. 

Efecto de sistemas de labranza y rotación de cultivos
Figura 1. Efecto de sistemas de labranza y rotación de cultivos sobre el rendimiento de grano de maíz en la plataforma San Juan del Río I, Querétaro, durante 2013-2018. CC=camas angostas con labranza convencional, CCA=camas anchas con labranza convencional; CP= camas permanentes angostas; CPA= camas permanentes anchas; MM= monocultivo de maíz; MT= rotación anual de maíz y triticale; AM= rotación anual de maíz y avena; FM: rotación anual de maíz y frijol.
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Mexicali, con potencial para ser modelo de producción de trigo cristalino

Mexicali, B.C.- En el Valle de Mexicali se cultiva más de la mitad del trigo de Baja California, uno de los cuatro estados más importantes en la producción de este grano a nivel nacional. Sin embargo, la rentabilidad de la producción de trigo en el Valle de Mexicali ha disminuido en los últimos años por diferentes razones, entre ellas, por una reducción de los rendimientos (que puede ser atribuida al desgaste de las tierras de cultivo) y los altos costos de producción bajo el sistema de labranza convencional que predomina en la zona. 

De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2019 el rendimiento promedio de trigo en Mexicali fue de 6.3 toneladas por hectárea (t/ha) y en 2020 fue de 6.1 t/ha. Aun con las variaciones entre cada año, se trata de uno de los rendimientos más altos a nivel nacional (el rendimiento promedio nacional en 2019 fue de 5.4 t/ha, y el mayor rendimiento lo obtuvo Hermosillo, Sonora, con 7.8 t/ha).

Aunque la producción de trigo del Valle de Mexicali se mantiene por arriba del promedio nacional, esta podría incrementarse notablemente si se adoptaran con mayor amplitud sistemas de producción sustentable como la Agricultura de Conservación. Así lo mostraron los resultados presentados por la representación en Baja California de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), instituciones que colaboran en la región para fomentar la producción sustentable de diversos cultivos. 

Mediante un evento demostrativo de la producción de trigos cristalinos bajo el sistema de Agricultura de Conservación (sistema de producción sustentable cuyos componentes básicos son la cobertura del suelo, la mínima labranza y la diversificación de cultivos), representantes de estas organizaciones presentaron este 13 de mayo los resultados de las investigaciones que en materia de producción sustentable y control de malezas se han obtenido en el Valle de Mexicali.

Con las debidas medidas sanitarias, productores, técnicos y representantes de instituciones se dieron cita en el Lote número 3, en el Ejido Piedras Negras del Valle de Mexicali para escuchar de la de voz de los especialistas, y de productores como Edgardo Alonso García Tapia quien ya implementó Agricultura de Conservación, los beneficios de este sistema de producción sustentable.

Entre los beneficios de implementar las tecnologías sustentables que la SADER, el INIFAP y el CIMMYT promueven en la región (entre ellas la Agricultura de Conservación, el Manejo Agroecológico de Plagas y la Fertilidad Integral) destacan la conservación de los recursos naturales, el incremento de la biodiversidad, la reducción de la mano de obra, la optimización del uso de agua, la reducción del estrés por el calor y la sequía, y el incremento de la salud del suelo. En conjunto, todo esto permite reducir costos de producción y mejorar la rentabilidad de las unidades de producción.  

José Luis Velasco, gerente del Hub Pacífico Norte del CIMMYT, comento que “actualmente los consumidores están exigiendo alimentos más saludables y nutritivos, por lo que muchas empresas están pidiendo y promoviendo el cultivo sustentable de granos. Y esto se logra con tecnologías como las que promovemos, por eso es importante fomentar alianzas entre los sectores público y privado para proveer de maquinaria adecuada a los productores y para fomentar el desarrollo de capacidades porque la Agricultura Sustentable requiere de la guía de técnicos capacitados, productores experimentados e instituciones que apoyen con políticas públicas el desarrollo de la agricultura”. 

“Uno de los problemas fuertes que se tiene en Mexicali es la infestación de malezas, principalmente la resistencia a herbicidas. Una infestación de malezas puede reducir los rendimientos entre una y 1.5 toneladas, y lo que se ha observado es que con Agricultura de Conservación se ha bajado esa incidencia de malezas en las parcelas. Por lo tanto, este sistema ha permitido un mejor desarrollo del cultivo y un mejor rendimiento”, comentó el gerente haciendo énfasis en la necesidad de difundir más ampliamente estas prácticas con ayuda de un acompañamiento técnico adecuado. 

Al respecto, José Luis Velasco mencionó que actualmente cuatro de técnicos originarios del Valle de Mexicali están tomando el curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, con lo que se busca potenciar la implementación de prácticas sustentables en la región. Señaló también que en los estados donde trabaja el equipo del Hub Pacífico Norte se sigue trabajando para promover la adopción de tecnologías sostenibles: “en Sinaloa tenemos identificadas 15 mil hectáreas de maíz que se siembran con Agricultura de Conservación, en Sonora 9,700, en Chihuahua cinco mil y en Mexicali mil hectáreas con este sistema, más otras mil con otras tecnologías, haciendo que, en total, en el Valle de Mexicali sean dos mil las hectáreas que se cultivan con prácticas sustentables”, dijo. 

Finalmente, el representante del CIMMYT comentó que los registros históricos muestran que la Agricultura de Conservación permite mantener y, en varios casos, incrementar los rendimientos, pero disminuyendo los costos de producción y conservando los recursos naturales. Con un promedio de 6.2 t/ha de rendimiento en el Valle de Mexicali, y casos donde se alcanzan hasta las 8 t/ha (este ciclo productivo, por ejemplo, se proyecta tener rendimientos de hasta 9.2 t/ha), la Agricultura de Conservación permite ampliar las expectativas de producción de trigo cristalino en el Valle de Mexicali, brindando amplios beneficios a la economía de los productores, pero también con notables aspectos positivos para los suelos y el medioambiente. 

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Aquí se investigan las mejores prácticas agrícolas para clima seco 

La plataforma de investigación Pabellón de Arteaga está ubicada en el Campo Experimental Pabellón del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Allí se desarrollan estudios que brindan soporte científico a MasAgro, metodología impulsada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la cual actualmente contribuye a la estrategia nacional Cultivos para México del Gobierno Federal.

¿Qué estudios específicos se hacen en esta plataforma y cómo contribuyen a la agricultura del país? Para responder a esto es neceario ilustrar el contexto de la plataforma: esta se ubica en la región semiárida del Norte-Centro de México, de clima seco templado, con suelos degradados y baja disponibilidad de agua que limitan la producción. Dadas estas condiciones, la plataforma es representativa de amplias extensiones de suelo agrícola en el país. Además, se trata de una zona productora de leche, donde los forrajes son la fuente más barata de nutrimentos y proporcionan la fibra requerida para mantener la salud del ganado. 

En este contexto, en la plataforma se han evaluado diferentes sistemas de labranza durante siete años (labranza convencional que consiste en barbecho y rastra, labranza reducida con solo un paso de rastra y camas permanentes angostas en las que no se mueve el suelo), observándose que las camas permanentes que muchos beneficios aportan en otras zonas agroecológicas, encuentran aquí una limitación relacionada con una baja emergencia del cultivo que deriva, muy probablemente, de una compactación de la zona superficial del suelo y una alta emergencia de malezas (producto de años de prácticas inadecuadas y factores climáticos, entre otros).  

Así, en esta plataforma de investigación se trabaja para identificar las limitantes que se presentan en la implementación de camas permanentes, para subsanarlas y adecuar el sistema a las características de la región. También se trabaja para establecer la densidad idónea para el maíz forrajero en Aguacalientes y se evalúa el efecto del manejo de residuos y otras prácticas en el rendimiento de materia seca del cultivo de maíz para forraje y triticale asociado con ebo.

Otra de las investigaciones relevantes de la plataforma es la relacionada con la rotación de cultivos: en Aguascalientes, el 85% de la superficie cultivada en primavera-verano se destina solo a la producción de maíz (para grano y forraje), y más del 78% de la superficie agrícola en otoño-invierno se siembra con gramíneas para forraje (como triticale, cebada, avena y pastos) (SIAP, 2019). En este sentido, la rotación de cultivos ofrece una serie de beneficios para la salud y productividad del sistema y los cultivos.

Aunque existen pocas alternativas que compitan en rentabilidad con el maíz, se ha identificado que el girasol tiene un gran potencial. Este se caracteriza por presentar tolerancia al frío y a la falta de humedad en el suelo; su corto ciclo permite su siembra en zonas propensas a la escasez de lluvias como un cultivo alternativo al maíz. En la plataforma, el rendimiento de girasol varió de 6.2 toneladas por hectárea (t/ha) a 10.3 t/ha de materia seca, y de 55 a 68 t/ha de forraje verde (figura 1). Cabe mencionar que los materiales evaluados fueron desarrollados para producción de aceite, por lo que será necesario trabajar con variedades forrajeras que tienen un menor costo de semilla. 

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Figura 1. Rendimiento de materia seca y forraje verde de cuatro variedades de girasol en labranza mínima, ciclo primavera-verano 2017.

     

 

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Conservar el suelo para diversificar posibilidades

San Mateo Yucucui es una localidad del municipio de Santiago Tillo, en la Mixteca Alta de Oaxaca. Los cielos de azul intenso contrastan con los suelos de tonalidades rojas que están fuertemente erosionados. El paisaje combina montañas medianas y valles amplios con laderas tendidas con lomeríos que dan la impresión de estar deslavadas, como arena que escurre. 

En este paraje, emplazado en la Sierra Madre del Sur, hay una peculiar parcela que llama la atención porque dos secciones bien diferenciadas se distinguen a simple vista: en ambas hay frijol, pero en una sección crece raquítico y está descolorido y, en la otra, las matas mantienen colores vivos, con abundantes vainas. 

En esta parcela diversificamos cultivos, en este caso a través de la rotación: en el ciclo anterior tuvimos maíz y ahorita tenemos frijol. Es frijol criollo de la región y el manejo que se le está dando en este lado —la sección donde ha crecido mejor— es con base en la Agricultura de Conservación. La implementación de las diferentes prácticas sustentables nos ha permitido que se forme una mayor rizosfera —zona donde interactúan las raíces y los microorganismos del suelo— y esto permite que el ciclo vegetativo y el rendimiento sean mayores”, comenta Ángel Rodríguez Santiago, Técnico Certificado en Agricultura Sustentable que brinda el acompañamiento técnico a esta parcela. 

“De este otro lado vemos el mismo cultivo, con la misma semilla de frijol, pero con las prácticas convencionales de la zona; como tiene menos nutrientes porque tiene menos materia orgánica, el ciclo vegetativo se vuelve más corto y por lo tanto el rendimiento también es menor”, dice Ángel mientras recorre la parcela y explica las bases científicas y los beneficios de la diversificación de cultivos.

Ángel colabora con el Hub Pacífico Sur del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) a través de la Unión de Ejidos y Comunidades del Valle de Nochixtlán. Comenta que esa parcela “forma parte de un proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT —Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche— cuyo objetivo es mostrar a los productores los beneficios de la diversificación de cultivos”. 

La diversificación de cultivos, explica Ángel, es uno de los tres componentes básicos de la Agricultura de Conservación. Los otros componentes son la cobertura del suelo con rastrojo y el mínimo movimiento del suelo. Juntos, conforman un sistema de producción sustentable que busca conservar los recursos naturales permitiéndole a los productores incrementar sus rendimientos y disminuyendo sus costos de producción. 

“Como parte de la Agricultura de Conservación en esta parcela hemos implementado camas permanentes —surcos elevados que forman largas hileras y que permiten hacer un manejo más eficiente del agua—, que en este caso son de 80 cm entre cama y cama, lo que nos permite tener un tráfico controlado de la maquinaria. Están trazadas con curvas a nivel, permiten retener el agua de lluvia y facilitan la infiltración. Se puede notar la diferencia: donde no hay camas permanentes hay escurrimiento, la lluvia se lleva el suelo, hay una erosión, así como un menor desarrollo del cultivo”, comenta Ángel mientras señala a su alrededor, haciendo más evidente la diferencia entre las secciones de la parcela.

Sin duda, la amplia adopción de estas prácticas agrícolas sustentables podría hacer la diferencia en zonas que, como la Mixteca Alta, están severamente erosionadas: “por las condiciones del suelo, que son suelos erosionados y durante años se han ido empobreciendo, estos terrenos llegaron al punto de que ya no daban nada de rendimiento. Durante tres años a esta parcela se le ha estado incorporando el rastrojo y sus rendimientos han mejorado”, indica Ángel.

“Con el manejo convencional los rendimientos han sido inferiores en comparación con los de la parcela donde se han implementado las innovaciones. Y como se puede ver, en la parcela de innovación la planta aún está viva, lo que permite tener un mejor llenado de grano. Eso es muy importante porque el frijol criollo de la región es la fuente de proteína y la fuente de alimentación primaria de este lugar. Se establece durante el ciclo primavera-verano porque su ciclo de producción es más corto y requiere menos agua, esto es lo que nos ayuda a alcanzar mayor rendimiento en comparación con otros cultivos”.

Como es posible notar, la diversificación de cultivos no se trata solo de cultivar otras especies diferentes a las habituales, sino que implica hacer un complejo análisis del contexto agroclimático y sociocultural de cada lugar. El papel de técnicos como Ángel Rodríguez, por supuesto, es fundamental para esta iniciativa, igual que el establecimiento de parcelas demostrativas como la que está en San Mateo Yucucui, la cual, por cierto, también ha funcionado como punto de entrenamiento para el curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, el cual incorpora a la diversificación de cultivos como elemento clave para el mejoramiento de los sistemas agroalimentarios.