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Michoacán traza el camino hacia la transición agroecológica

Cuitzeo, Mich.- Para conocer los avances en prácticas y tecnologías soportadas científicamente para mejorar la producción agrícola de riego y temporal en Michoacán, el pasado 14 de diciembre de 2021 Cuauhtémoc Ramírez Romero, titular de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario de Michoacán y Nora Vázquez Villanueva, directora de Agricultura de la misma Secretaría, visitaron la plataforma de investigación de Cuitzeo y un módulo de innovación bajo riego en el mismo municipio, los cuales forman parte de la red de innovación del Hub Bajío del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). 

Al recorrido de campo también asistieron Salvador Castillo, de la Junta Local de Sanidad Vegetal, y productores de los municipios de Cuitzeo, Epitacio Huerta y Huiramba, quienes pudieron intercambiar experiencias con productores que ya han implementado o están implementando las prácticas de manejo propuestas por el Hub Bajío y sus colaboradores en el estado.

El señor Eugenio Mascote —con quien se estableció la plataforma—, por ejemplo, está implementando diversas prácticas de la estrategia Cosechando Agua de la mano del equipo técnico del despacho Red_InnovAC. Entre esas prácticas destacan el trazado de curvas a nivel, la labranza vertical y la Agricultura de Conservación que, en conjunto, permiten aprovechar al máximo el agua de lluvia y mejorar los rendimientos de los cultivos. 

El manejo agroecológico de plagas es otra de las prácticas sustentables que se promueven en la plataforma. Mediante este enfoque se busca reducir la aplicación de agroquímicos, favoreciendo el control natural de las plagas y la biodiversidad en las parcelas mediante el monitoreo, el uso de semioquímicos ―sustancias químicas naturales― y productos de bajo impacto ambiental. Gracias a este manejo el señor Eugenio comenta que, durante 2021, no se requirió realizar ninguna aplicación para el control de plagas en las parcelas de la plataforma. 

Durante el recorrido en la plataforma los asistentes también pudieron observar el desarrollo de híbridos de diversas empresas nacionales ―cuyas proyecciones de rendimiento oscilan entre las 15 y las 16 toneladas por hectárea para uno de los módulos de riego y entre 9 y 10 toneladas para la plataforma― y el rendimiento y efectos en la conservación de agua tanto de la labranza convencional, basada en el paso de arado o subsoleo y rastreos que favorecen la evaporación del agua, como de la Agricultura de Conservación, sistema que ha permitido hacer un mejor aprovechamiento del agua y obtener 30% más de rendimiento ―equivalente casi a tres toneladas― en comparación con prácticas convencionales.

Posteriormente, durante la visita al módulo del señor Fernando Ramírez Díaz los visitantes pudieron observar y escuchar de la voz del productor cómo la Agricultura de Conservación ―sistema que ya lleva trabajando cinco años continuos en el cultivo de maíz en primavera-verano y trigo o cebada en otoño-invierno― le ha permitido reducir costos, optimizar el uso del agua ―ha observado una disminución en las horas de riego―, y reducir la incidencia de malezas, plagas y enfermedades.

Después del recorrido en campo el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario de Michoacán y la directora de Agricultura destacaron la importancia de la prácticas sustentables para producir más alimentos de calidad e inocuos, que sirvan como base para la salud pública de todos los consumidores. El gobierno del estado, comentaron, tiene la visión de que Michoacán avance significativamente en esa vía y se coloque al frente de la producción de alimentos sanos. 

Finalmente, el recorrido permitió compartir los avances en el territorio de la iniciativa MasAgro-Cultivos Para México y el trabajo de la estrategia para la transición agroecológica en Michoacán. En este sentido, el doctor Fernando Bahena ―investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y pecuarias (INIFAP) quien lidera la estrategia de manejo agroecológico de plagas a nivel nacional― resaltó los avances en esta materia y destacó la importancia de la integración con otros esfuerzos y trabajo conjunto para avanzar con los productores en la adopción de las mejores prácticas sustentables.

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Maíces nativos de Oaxaca: diversidad, nutrición y salud

Magdalena Apasco, Oax.- Cuando terminó la secundaria, hace 20 años, Hugo Miguel Santiago ya no quiso estudiar y buscó trabajo. Las opciones en la zona eran en el taller de cantera que abunda en Magdalena Etla, donde vive, en el aserradero o como chalán de albañil.

Después de unos años se decidió a estudiar en un bachillerato donde egresó como técnico agropecuario y tras volver de una estancia laboral en Estados Unidos, comprendió que “el campo es el mejor trabajo porque produces tu propia comida”. 

En tres hectáreas de parcela de su papá, Celso Miguel Cruz, retomó la siembra de maíces nativos, criollos como les dicen, sin riego, solo con el agua que trae el temporal.

Hace cinco años Hugo aceptó la guía de Carlos Barragán García —colaborador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Oaxaca— y, con apoyo de la Walmart Foundation a través de su proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, estableció una parcela de evaluación de maíces pigmentados.

Que Hugo sembrará varios tipos de maíz facilitó su participación en el proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT. “Él siempre ha tenido mucha diversidad de maíces, lo cual es poco común en la mayoría de los productores de la zona porque optan casi siempre por sembrar maíces blancos; sin embargo, por la búsqueda de alimentos saludables derivada de diversos problemas de salud que estamos atravesando como sociedad mexicana, ha habido un auge muy importante de los maíces de colores, pigmentados, ya que tienen propiedades antioxidantes y anticancerígenas”, indica Carlos Barragán.

La parcela de evaluación de Hugo contempla maíces que se dedicarán a la industria de la tortilla para mejorar la salud del consumidor, lo que incluye sumar una variedad nativa mejorada para potenciar las características de la planta y su rendimiento.

Así como crecen mazorcas con maíz blanco o negro, las hay pigmentadas con ambos colores que se vuelven más atractivas en un mercado en el que su demanda de consumo aumenta.

En la parcela de Hugo los surcos se intercalaron organizadamente para probar el rendimiento de un maíz nativo blanco con un maíz negro mejorado y otro nativo negro “que ya teníamos”. 

Las tres variedades tienen las mismas condiciones y el de color negro “ya casi lo habíamos perdido porque poca gente lo busca”, lo que hizo dejar de sembrar porque “cuando había nadie lo quería”, pero el aumento de su demanda hizo retomar su cultivo.

“Económicamente están teniendo un realce los maíces de colores, pero nosotros los consumimos desde hace mucho tiempo. A lo mejor normalmente preferimos consumir otro alimento procesado, pero si consumimos estos maíces de forma cotidiana como lo hacemos nosotros, aparte de que nutre, ayuda a la salud”, concluye el productor.

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Recuperan suelos al diversificar sus cultivos

Ocosingo, Chis.- La Agricultura de Conservación y el sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) ayudan a reducir los problemas de degradación de suelos y, gracias a la diversificación de cultivos que implican, mejora la nutrición y las oportunidades de los productores de pequeña escala que lo implementan. 

En la ranchería San Miguel, en Ocosingo, Chiapas, un grupo de productores innovadores están recuperando suelos con la diversificación de cultivos. Se trata de productores que participan en el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, impulsado por Walmart Foundation con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). 

La diversificación de cultivos es una forma de mejorar el suelo y de tener mejores oportunidades de alimentación para los productores. “Con la diversificación de cultivos empezamos hacer curvas a nivel, donde intercalamos cítricos, naranja, limón, plátano; empezamos con leguminosas como el frijol, la calabaza, todo eso intercalamos en la parcela”, comenta Felipe Sánchez, uno de los productores que participan en el proyecto. 

Nos enseñaron a trabajar con curvas a nivel —que permiten retener el agua de lluvia y facilitan la infiltración— para que el abono se quede en la tierra y no se lo lleve el agua porque ya queda atrancado, antes porque sembraba así, recto, y venía el agua y llevaba la corriente”, comenta don Manuel Vázquez Méndez, otro de los productores participantes.

Además, desde que llegó el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT ya no queman la milpa: “Manejábamos mucho la quema, pero con esto de la Agricultura de Conservación con el ingeniero Moisés trabajamos la no quema”, dice el productor Felipe Sánchez y, al respecto, José Moisés Rodríguez Castellanos, quien colabora en el proyecto, comenta: “los invitamos a que no quemen y que dejen el rastrojo para que se recupere el suelo, al final la materia orgánica mineralizada se regresa al suelo y se convierte en abono”.

Cuando este grupo de productores empezó a practicar la diversificación de cultivos mediante el sistema MIAF —que es una práctica estructurada por investigadores del INIFAP y optimizada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT— nadie más lo había hecho en Ocosingo. Hoy cultivan alrededor de 20 especies diferentes con este sistema y esto los ha ayudado a mejorar su economía, así como sus rendimientos y suelos.

 Además de la diversificación de cultivos y el fomento de la asociatividad el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT promueve otras tecnologías y prácticas: “Tenemos varias tecnologías, una  de ella es la bolsa plástica hermética que es capaz de conservar granos un año entero sin que le dañen gorgojos”, comenta José Moisés Rodríguez Castellanos. 

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En Oaxaca apuestan por el maíz de alto rendimiento

San Pablo Huitzo, Oax.- Jubilarse hace 12 años como profesor de matemáticas en el nivel secundaria permitió a Heberto Martínez Avendaño, productor de San Pablo Huitzo —a 40 kilómetros de la ciudad de Oaxaca—, trabajar con más fuerza su tierra e implementar una parcela demostrativa con la asesoría de Wallmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

En el marco del proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, el señor Heberto sembró en mayo y empezó a cosechar a mediados de septiembre tres variedades de maíz híbrido: uno blanco y dos amarillos.

Carlos Barragán García, colaborador del CIMMYT quien le brinda acompañamiento técnico al productor, recuerda que conoció a Heberto por el propietario de una tienda de forrajes. Después de comentarle los beneficios de las innovaciones propuestas, Heberto aceptó el trabajo de vinculación y fortalecimiento de su actividad en el campo.

En la zona del Valle de Etla, como colaborador del CIMMYT, Carlos ha instalado varias parcelas demostrativas para evaluar el rendimiento del maíz y la del productor Heberto tiene una extensión de un cuarto de hectárea, en un terreno plano y con riego que puede ser mecanizable, a diferencia de la mayoría de los terrenos en Oaxaca que dependen del agua de temporal. 

La meta es conseguir un rendimiento “similar al que se obtiene en Sinaloa, Guanajuato y Jalisco, donde están los productores de maíz de alto rendimiento”, lo que servirá de motivación para que otros productores vean “que pueden tener altos rendimientos cuando se trabaja en las condiciones óptimas para este tipo de maíces”.

La variedad de maíz amarillo Zapata 6A, una de las tres que eligió sembrar Heberto, “da buen porcentaje de cuateo”, como se nombra cuando hay dos mazorcas por planta, “alcanzan a llenar muy bien, con buena cobertura y granos limpios de buen tamaño, con mayor contenido de proteínas”.

Además, se trata de una variedad que “soporta las altas temperaturas, se enferma muy poco y tiene una hoja ancha que ayuda a la fotosíntesis” y puede alcanzar entre 12 a 14 toneladas por hectárea.

Heberto aceptó probar con tres variedades de maíz híbrido para comprobar si es posible alcanzar altos rendimientos y motivar a otros productores a echar atrás la idea de que México es deficitario de maíz amarillo, pero también producir maíz blanco que tiene gran aceptación en su comunidad para la elaboración de tortillas.

Viendo las mazorcas “y el maíz tan hermoso” decidió que sea para consumo, con un rendimiento que se va a elevar porque en años anteriores ha logrado entre 800 a mil 500 kilos por hectárea.

“Yo invito a mis amigos campesinos, productores de maíz y hortalizas a que no nos olvidemos de nosotros mismos. Quiero enseñarles que la producción es muy buena, en un contexto en el que las comunidades se están quedando sin alimentos, por lo que es necesario producir nuestras propias semillas y alimentar a nuestra familia”. 

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La otra revolución que nació en México

Texcoco, Edo. Méx.- Para poner fin a la dictadura de Porfirio Díaz y abrir paso a un sistema democrático, el 20 de noviembre de 1910 se inició un levantamiento armado que marcó el inicio de la Revolución Mexicana —proceso que tuvo una fase armada de cerca de 10 años y otra fase de acomodos institucionales y normativos igualmente larga—. Sin embargo, esta no es la única revolución que se ha gestado en México. 

Una revolución, de manera general desde el punto de vista sociológico, es una transformación de las ideas y los ideales, una modificación de los modos de vida y una renovación de instituciones, símbolos, modelos, hábitos, etc. Tiende a actuar intempestivamente —a veces violentamente— para modificar o alterar el estado de las cosas, edificar y sentar las bases de nuevas formas. 

A finales de la década de 1960, en un momento en que muchos países en desarrollo enfrentaban un alarmante aumento de sus brechas alimentarias nacionales y un rápido crecimiento de la población, comenzó en México una nueva revolución, esta vez desde la ciencia aplicada a la agricultura y con el liderazgo del doctor Norman E. Borlaug quien, junto con investigadores y agricultores mexicanos —destacando particularmente los productores del Valle del Yaqui—, desarrolló sucesivas generaciones de variedades de trigo adaptadas a las condiciones de cultivo en muchas latitudes y con un alto potencial de crecimiento.

“Gracias a un diseño innovador del programa de mejora, (Norman Borlaug) consiguió variedades que no solo eran resistentes a la roya, sino que se dieron bien y dieron altos rendimientos en casi cualquier suelo y región climática en que se plantaron. Antes de Borlaug, cada variedad se seleccionaba en las variedades en que se iba a cultivar, de modo que las mejoras tenían valor local; sin embargo, el nuevo trigo ya se sembraba en todo el mundo solo 10 años más tarde de que se planteara su obtención. (…) (Estas variedades) duplicaron el rendimiento por ser más resistentes al viento y permitir que se planteasen dos cosechas por año. Los trigos y arroces semienanos se extendieron por todo el mundo y fueron la salvación de muchos países superpoblados.  (…) estos cereales mejorados por Borlaug han salvado del hambre a millones de personas. Gracias a esta Revolución Verde, el trigo ha aumentado su rendimiento en los últimos 50 años y ha conducido a la producción masiva de alimentos más baratos” (Fenoll y González, 2010). 

Además de las variedades mejoradas, la Revolución Verde fue un proceso con diferentes fases y diversos desarrollos científicos y tecnológicos implicados —como la mecanización del campo o el uso de fertilizantes—. Al respecto, el doctor Borlaug señalaba, con una actitud crítica propia del quehacer científico, que el impulso de la Revolución Verde en la producción de alimentos no podría durar indefinidamente pues solo era un respiro para que la humanidad desarrollara sistemas y políticas más sostenibles para gestionar el crecimiento de su población y el uso de los recursos naturales.

Hoy, México sigue siendo un país clave para llevar prácticas revolucionarias al campo de otros países. En África subsahariana, el sur de Asia y América Latina, hay diversos ejemplos de que los desarrollos científicos y tecnológicos en materia agrícola que se realizan en México pueden ser replicables para construir sociedades más resilientes. El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con sede en México, mantiene vivo el legado del doctor Norman Borlaug y hoy promueve una Evolución Verde que, con los aprendizajes del pasado, construye las bases para un futuro más pacifico y sostenible. 

Fuentes:

  • Fenoll, C. y González, F. (2010). Transgénicos (Vol. 1). Editorial CSIC-CSIC Press.
  • Evenson, R. y Gollin, D. . (febrero 2002). The Green Revolution: An End-of-Century Perspective. In Summary proceedings of an international conference on impact of agricultural research and development, held. CIMMYT (p. 24).
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La Agricultura de Conservación maximiza sus beneficios en ciclos poco favorables

Guanajuato.- Durante el ciclo otoño-invierno los principales cultivos en Guanajuato son el trigo y la cebada. Su producción se concentra en la región sur del estado, conocida como Bajío. Sin embargo, el sistema de producción convencional de trigo y cebada presenta diversos factores limitantes que condicionan cada vez más la rentabilidad de estos cultivos.

Entre las principales problemáticas están los altos costos de producción derivados de un movimiento innecesario de suelo —rastra, cinceleo, barbecho, cuadreo, siembra y surcado—, el uso de altas cantidades de semilla —más de 200 kilogramos por hectárea (kg/ha)—, problemas de acame debido a la alta densidad y exceso de fertilizantes nitrogenados, baja eficiencia en el uso de fertilizantes, presencia de enfermedades de suelo —principalmente debido al mal manejo del agua, tendidos de riego largos y láminas de riego excesivas—, así como problemas de malezas debido al uso recurrente de los mismos ingredientes activos.

Para brindar alternativas a estas problemáticas, el equipo técnico de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— promueve un amplio menú de tecnologías sustentables —que tienen como base la Agricultura de Conservación— que, en comparación con prácticas convencionales, le permite a los productores obtener mayores rendimientos y utilidades. 

Entre las principales prácticas promovidas están: movimiento mínimo de suelo, disminución de densidades de siembra a menos de 150 kg/ha, nuevas variedades de trigo con mayor potencial de rendimiento —destacando las variedades Alondra, Ibis y Cisne—, fraccionamiento del fertilizante nitrogenado de manera eficiente y dosis de fertilización con base en sensores ópticos, diseño de riego para uso eficiente del agua, Manejo Agroecológico de Plagas, y arreglo de siembra en surcos o en camas anchas.

Al comparar los resultados se encontró un rendimiento mayor en 0.422 toneladas por hectárea (t/ha) en las parcelas con prácticas sustentables con respecto al promedio regional —lo que representa una tasa de variación del 7% a favor de las innovaciones sustentables y demuestra el impacto de una intervención efectiva—. Mientras que al comparar las parcelas de innovación con respecto a sus testigos con prácticas convencionales se encontró una diferencia a favor de las parcelas de innovación de 0.114 t/ha.

Con respecto a la utilidad por hectárea, se observó mayor utilidad en las parcelas de innovación con prácticas sustentables. Específicamente, se registró un incremento en la utilidad del 13.7% a favor de las innovaciones, lo que representa $2,180 más de ingresos adicionales por hectárea para los productores. 

Es importante resaltar que, en general, en el ciclo en mención los rendimientos en la región fueron muy favorables gracias a la acumulación de horas frío. No obstante, también hubo una menor disponibilidad de agua para riego. Esto confirma que la Agricultura de Conservación promovida por MasAgro Guanajuato tiene el potencial de maximizar sus beneficios en años no favorables para el desarrollo del cultivo, mostrando así la resiliencia del sistema.

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Nuevas variedades de maíz para mejorar la producción de leche y carne

León, Gto.- La plataforma de investigación de León es un espacio donde actualmente se están evaluando nuevas variedades de maíz con la finalidad de mejorar el panorama agropecuario de Guanajuato. En la plataforma ya se ha logrado incrementar alrededor de 45% la producción de maíz forrajero con respecto al rendimiento promedio en la región, pero los nuevos estudios buscan además identificar aquellas variedades de maíz que después de su cosecha y su proceso de ensilaje den forrajes de mayor calidad a fin de favorecer la producción de leche y carne. 

La plataforma de investigación de León forma parte de la red de plataformas de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y en ella colaboran investigadores de la Universidad De La Salle Bajío y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). La plataforma incluye un área de validación o vitrina de maíces en la que se están evaluando 16 variedades de maíz, aproximadamente. De estas se están recolectando datos como el rendimiento final en forraje verde, materia seca, el rendimiento en grano, así como parámetros importantes de calidad como los relacionados con los almidones, las fibras y la digestibilidad del ensilaje. 

La alianza estratégica del centro de investigación científica internacional y la institución de educación superior, mediante MasAgro Guanajuato, tiene el objetivo de facilitar la difusión del conocimiento científico entre los productores. En este sentido, recientemente se realizó un recorrido de campo donde se mostraron los resultados preliminares de las nuevas variedades comerciales de maíz sembradas con prácticas de Agricultura de Conservación —en el cual también estuvieron presentes representantes de diversas casas comerciales de semillas—.

En la plataforma, los estudiantes de la Escuela de Agronomía realizan, entre otras, prácticas enfocadas al muestreo de diversos componentes, parámetros o características como la densidad de población, altura de planta, altura de mazorca, peso de mazorca, ancho de las hojas, entre otras; así se colectan diversas muestras que se ensilan en micro silos que tiene la universidad para su fermentación; después se vuelven a tomar muestras y estas se llevan al laboratorio para realizar análisis bromatológicos —evaluación de las propiedades químicas y calidad de los nutrientes— con los cuales se pueden obtener datos sobre rendimiento y calidad final del grano y del forraje.

Otro de los objetivos fundamentales de la plataforma es la generación de datos e información para apoyar a los agricultores locales en temas como el manejo agronómico de sus cultivos, los diversos tipos de labranza y la calidad de ensilaje. Atendiendo estos aspectos, la Agricultura de Conservación ha demostrado ser un sistema relevante para aumentar el potencial productivo de forraje en la zona, permitiendo pasar de 64 toneladas por hectárea (t/ha), que es el rendimiento promedio de maíz forrajero en León, hasta datos promedio de 108 t/ha de forraje verde que se han obtenido en la plataforma.

A través de la evaluación de las nuevas variedades es posiblemente identificar aquellas que después de su cosecha y su proceso de ensilaje den un forraje de alta calidad. Este es un punto clave para los productores —tanto pequeños o medianos productores que producen solo maíz para silo, o medianos o grandes productores y ganaderos que se enfocan a la producción de leche o carne—, ya que la calidad de un buen ensilaje se traduce en una mayor cantidad de kilogramos de peso en ganado para producción de carne o en más litros de leche en ganado lechero. 

Con este tipo de estudios, MasAgro Guanajuato busca que el sistema de los productores locales ya no se enfoque exclusivamente en el rendimiento en toneladas, sino también en una mayor calidad en su ensilaje a partir de la elección de variedades más adecuadas y de prácticas más sostenibles. En este sentido, es importante destacar que durante el recorrido de campo se habló del uso de drones para fumigar o fertilizar grandes extensiones de cultivo, así como del uso de feromonas de confusión sexual como una alternativa real para contrarrestar el uso de sustancias químicas para combatir al gusano cogollero, entre otras prácticas sustentables.

Así, a través de la plataforma de investigación de León, ubicada en el rancho Los Ramírez, los productores pueden tener acceso a las diversas evaluaciones —los datos de la evaluación aquí referida serán públicos y estarán disponibles una vez concluido el análisis de todos los datos, los cuales podrán ser recabados en su totalidad hasta la cosecha— para elegir aquellas variedades adecuadas que, al final, se traducirán en un aumento en carne de su ganado o el aumento de producción de litros de leche. 

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Plan Maíz, una iniciativa para asegurar el futuro

Guanajuato.- De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), si nuestros hábitos de consumo y producción no transitan hacia formas sustentables, en menos de 10 años la humanidad estará frente a un momento crítico: el consecuente aumento de las necesidades alimentarias no encontrará respaldo en un mundo con tierras de cultivo reducidas y degradadas que, además, sufrirán cada vez más los efectos del cambio climático. 

Por esta razón, entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas destaca que, para 2030 es necesario asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y la producción, contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra.

Plan Maíz es un proyecto alineado con estas metas planteadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Impulsado por Nestlé y con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), esta iniciativa promueve prácticas de Agricultura Sustentable en Guanajuato desde 2018 e incide positivamente en aspectos como la seguridad alimentaria, el impacto ambiental y la inclusión social. 

Sustentabilidad agrícola y abastecimiento responsable son parte de los fundamentos del proyecto que, en 2020 —justo en medio de las dificultades derivadas de la pandemia por COVID-19 y sus efectos— permitió que 203 productores cultivaran más de 54 mil toneladas de maíz blanco en más de 4,400 hectáreas de forma sustentable, es decir, a través de la implementación de prácticas innovadoras orientadas a la conservación de suelo y agua mediante un esquema de acompañamiento técnico y desarrollo de capacidades continuo. 

Los resultados del Plan Maíz obtenidos en 2020 son significativos y alentadores: el número de productores beneficiados se duplicó con respecto a 2019 y el número de toneladas de maíz producidas se incrementó en cerca de 20 mil toneladas con respecto a ese mismo año. Estos números hablan de una mayor penetración del proyecto en el territorio —y, a la par, de un incremento en la percepción positiva de las prácticas sustentables entre los propios agricultores— y de un incremento en el grano comercializado de un ciclo a otro, lo cual indica que, con la implementación de las prácticas sustentables, es posible alcanzar un rendimiento por tonelada constante (unas 12 toneladas por hectárea). 

Lo anterior representa un rendimiento 20% superior al rendimiento promedio en la región. Este hecho confirma que la Agricultura Sustentable sí es rentable —en este ciclo los productores obtuvieron utilidades por arriba del 50% en promedio— y, además de tener ahorros significativos por la reducción de pasos de maquinaria y uso de combustible —el proyecto promueve la mínima labranza para mejorar las características del suelo—, los productores contribuyen a la restauración de las tierras degradadas, asegurando los recursos necesarios para la producción de alimentos que serán indispensables para las generaciones futuras.

Plan Maíz apuesta por el desarrollo de capacidades y la inclusión social. En este sentido, destaca la participación de 38 productoras, número relevante si se considera que los patrones socioculturales en el campo siguen relegando a la mujer, a pesar de su papel fundamental en estas actividades. Por supuesto, los cambios culturales son procesos lentos, por eso es importante mantener los esfuerzos mediante proyectos como Plan Maíz.

Con respecto al impacto ambiental, además de las prácticas de Agricultura de Conservación promovidas —sistema que ha ayudado a reducir las emisiones de CO2 con respecto a prácticas convencionales—, el proyecto fomenta de mejores prácticas para la aplicación de agroquímicos en términos de su impacto en la salud y el medioambiente. 

Adicionalmente, el proyecto trabaja en la evaluación de variedades de maíz altamente nutritivos en comunidades rurales: maíz azul que es rico en antocianinas —estos compuestos contribuyen a un menor índice glucémico y tienen propiedades antioxidantes y anticancerígenas—; maíz amarillo que es alto en carotenoides —pigmentos que al consumirse se convierten en una forma de Vitamina A—, así como maíces QPM (Alta Calidad Proteica, en inglés) y biofortificados.  

En el contexto del Día Nacional del Maíz (29 de septiembre), esta iniciativa impulsada por Nestlé y CIMMYT contribuye no solamente a mejorar la calidad de vida de los agricultores, sino a cuidar de los recursos con los que se produce uno de los granos más importantes para México y el mundo. Como comenta Miguel Ángel Armenta, uno de los productores que participan en esta iniciativa, “es bueno adoptar nuevas tecnologías en el campo, tecnologías importantes porque no solo hay que verlo como algo económico, sino hay que tener también un sentido social, por la naturaleza, por heredarles a las futuras generaciones un mundo limpio”. 

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Innovaciones que convencen

Guaymas, Son.- Los altos costos de producción que se presentan en cada ciclo agrícola han hecho que muchos productores busquen alternativas para que su actividad siga siendo rentable. Varios de ellos han encontrado en la Agricultura de Conservación —sistema sustentable que entre sus componentes básicos están la mínima labranza y la cobertura del suelo con rastrojos— una forma de reducir costos de producción, hecho que se traduce en una mayor rentabilidad. 

Martín Berdichevsky K., de la Agrícola San Gonzalo, es uno de los productores que ha optado por la Agricultura de Conservación. Él observó directamente los beneficios del sistema después de visitar al productor Germán Campoy Ibarra, quien lleva 10 años practicando la Agricultura de Conservación —con riego por aspersión y complementando con lombricultura—, período durante el cual el porcentaje de materia orgánica en su suelo ha aumentado significativamente, lo que se ha traducido en buenos rendimientos del trigo y mayor rentabilidad que el sistema de producción convencional.

Martín cuenta además con el acompañamiento técnico de especialistas del despacho AGRINOVA y del Hub Pacífico Norte del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Junto con ellos, Martín planificó establecer trigo con Agricultura de Conservación en el ciclo otoño-invierno 2020-2021. Esto, como consecuencia de las primeras reuniones de los técnicos con los productores de la zona agrícola El Sahuaral —ubicada en el municipio de Guaymas, Sonora, a 150 kilómetros al noroeste del Valle del Yaqui y donde se cultiva trigo, cártamo y maíz bajo riego por aspersión y gravedad en área menor— para mostrar los fundamentos de la Agricultura de Conservación y sus beneficios.

Así, los productores de El Sahuaral decidieron sembrar trigo sobre rastrojos de trigo, bajo el esquema de Agricultura de Conservación en una superficie de 17 hectáreas —empleando maquinaria especializada de Sembradora Dobladenses—, obteniendo en la cosecha un rendimiento promedio de 7.7 toneladas de trigo por hectárea. Si bien los rendimientos en trigo son semejantes a los de agricultura convencional, la Agricultura de Conservación les permitió reducir costos de producción —por el menor número de pasos de maquinaria y, en consecuencia, menor consumo de combustible—, lo que se traduce en una mayor rentabilidad para los productores de la región quienes, además, están contribuyendo a bajar la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Para el siguiente ciclo agrícola venidero, Martín decidió cultivar trigo con Agricultura de Conservación en una mayor superficie. Esto, después de ver los ahorros en costos de producción. Además, planea introducir cultivos de cobertura como mezcla de cultivos para forraje, ajonjolí y sesbania en verano. Junto con los técnicos que lo asesoran, también considera implementar Manejo Agroecológico de Plagas e introducir organismos para combatir hongos fitopatógenos. Así espera mejorar las condiciones del suelo y reducir su deterioro por el uso desmedido de productos químicos.

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Tres razones para optar por la Agricultura de Conservación

Sonora.- Don Carlos Preciado es uno de los principales promotores de la Agricultura de Conservación en Villa Juárez, Sonora. Con más de 37 años de experiencia como productor y con más de Una década produciendo trigo con Agricultura de Conservación, don Carlos comenta que “los resultados han sido excelentes y los buenos rendimientos se han sostenido por varios años, incluso cuando se han presentado variaciones climáticas que afectan el desarrollo de los cultivos”. 

Además de trigo, don Carlos cultiva maíz, cártamo, sorgo y soya, todos con el sistema de Agricultura de Conservación —cuyos componentes básicos son la cobertura del suelo con rastrojo, la mínima labranza y la diversificación de cultivos—. También construyó un lombricario como complemento a las prácticas de Agricultura de Conservación, sistema que recomienda implementar por diversas razones, particularmente tres.

1   Mejora la calidad del suelo

Con la Agricultura de Conservación, don Carlos ha mejorado considerablemente la fertilidad y la estructura de sus suelos, disminuyendo la erosión eólica, hídrica y la compactación del horizonte de siembra, comenta. Además, se ha incrementado la vida microbiana benéfica de sus suelos. 

2   Favorece los rendimientos

Para don Carlos la Agricultura de Conservación es muy rentable. Sus promedios en rendimiento año con año varían entre las 7.5 y 8.2 toneladas por hectárea. Comenta que es partir del segundo o tercer año cuando los rendimientos con Agricultura de Conservación son iguales o mejores a la labranza convencional, por lo que recomienda paciencia a los productores que van incursionando con este sistema cuyos efectos positivos son acumulativos, señala el productor. 

3   Hay ahorros importantes

Debido al alto costo de los insumos —diésel, fertilizantes, herbicidas, insecticidas, agua, etcétera—, así como el alza en los costos de la mano de obra y operaciones de maquinaria, don Carlos recomienda optar por la Agricultura de Conservación. Comenta que este sistema reduce notablemente los pasos maquinaria y la necesidad de recurrir a tantos productos sintéticos. Se trata de un sistema que permite conservar los recursos naturales, finaliza el productor.