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¿Cuál es el futuro del trigo en México?

Cultivo de trigo en Texcoco, Estado de México. Foto: Fernando Morales/CIMMYT
Cultivo de trigo en Texcoco, Estado de México. Foto: Fernando Morales/CIMMYT

El trigo es uno de los cultivos más importantes para la seguridad alimentaria global. El aumento de su rendimiento en los últimos 60 años ha sido invaluable para este propósito, permitiendo que los precios de este grano básico se mantengan en niveles razonables. 

Fue en el Valle del Yaqui, en el estado mexicano de Sonora, donde se desarrollaron por primera vez tecnologías que permitieron que tanto en México como en otros países el rendimiento del trigo aumentara alrededor de 250% durante los 60 años comprendidos entre 1960 y 2019 (años de cosecha). Este aumento en el rendimiento se debe, en gran medida, a la propagación de las variedades y tecnologías desarrolladas por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en colaboración con el Gobierno de México. 

¿Hacia dónde se dirige el rendimiento del trigo en el Valle del Yaqui en los próximos 20 años, considerados actualmente como el período de mayor desafío para la seguridad alimentaria mundial? A partir de esta pregunta un grupo de investigadores del CIMMYT se dio a la tarea de revisar los múltiples factores que durante 60 años han influido en el comportamiento de los rendimientos del trigo en el Valle del Yaqui. Esto, con el fin de conocer las perspectivas y la sostenibilidad del cultivo en la región, pero también para tratar de entender un poco más el panorama mundial del trigo y visualizar cuáles serán los escenarios de la seguridad alimentaria global en las siguientes décadas.  

Los cambios tecnológicos, el clima, las variedades de trigo mejoradas y el mejoramiento mismo, así como las prácticas agronómicas, son algunos de los factores considerados en el análisis, en el que también es posible revisar el papel que ha tenido el uso de los fertilizantes, particularmente los nitrogenados que aumentaron constantemente y que han conducido, debido a su uso ineficiente, a las floraciones de algas en el Golfo de California, un serio problema ambiental derivado de prácticas agrícolas no sustentables. 

Con respecto a los beneficios referentes a costos, energía y sostenibilidad que brinda la siembra en camas permanentes (labranza cero) con retención de rastrojos —sistema conocido como agricultura de conservación, el documento menciona que estos han sido claramente demostrados por investigaciones previas; sin embargo, puntualiza que la adopción de esta práctica sigue siendo limitada.

Por otro lado, el estudio señala que la disponibilidad de agua es un importante problema de sostenibilidad en los sistemas de riego: “el agua para la agricultura será más escasa con el crecimiento de la población en el estado de Sonora. Existen opciones para gestionar mejor la escasa agua de riego; sin embargo, es posible que el trigo no pueda competir a largo plazo por el agua con cultivos como verduras y frutas”. 

Aunque la sostenibilidad se extiende más allá de los campos cultivados, en general es probable que el trigo siga siendo el cultivo principal durante otro período de 20 años en el Valle de Yaqui, pero el cierre de la brecha de rendimiento se está volviendo limitado. 

“Es probable que la sostenibilidad biofísica del sistema de cultivo de trigo del Valle del Yaqui mejore a través de una mejor gestión de los fertilizantes nitrogenados. Las mejoras también son posibles a través de una mayor diversidad de cultivos, la gestión integrada de las amenazas bióticas y la aceptación de la labranza cero, la retención de residuos y el tráfico controlado”, concluye el estudio. 

 


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Sixty years of irrigated wheat yield increase in the Yaqui Valley of Mexico: Past drivers, prospects and sustainability

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Comenzar con el pie derecho

El productor Emigdio Méndez durante el monitoreo de gusano cogollero. Localidad de Calomato, municipio de Mocorito, en Sinaloa, México. (Foto: Tomás López/Hub Pacífico Norte-CIMMYT)
El productor Emigdio Méndez durante el monitoreo de gusano cogollero. Localidad de Calomato, municipio de Mocorito, en Sinaloa, México. (Foto: Tomás López/Hub Pacífico Norte-CIMMYT)

Emigdio Méndez es un productor de maíz de Mocorito, en el estado mexicano de Sinaloa. Quienes lo conocen, lo describen como trabajador y ‘echado para adelante’. Por ello, en una zona que tiene problemas de escasez de agua para riego y los suelos son de mediana calidad, decidió apostar por hacer las cosas diferentes al implementar agricultura de conservación. 

Este ciclo (otoño-invierno 2021-2022) Emigdio comenzó su participación en Apoyo al Abastecimiento Responsable en México —proyecto de la compañía Kellogg y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en el cual la empresa SACSA participa en el acopio y transformación del grano—, cuyo objetivo principal es producir cereales de manera sustentable.  

“Estoy contento y satisfecho con las bondades que brinda el sistema de producción que nos están enseñando a desarrollar”, comenta Emigdio, refiriéndose a la agricultura de conservación, un sistema de producción sustentable cuyos componentes básicos son la mínima labranza, la cobertura del suelo y la diversificación de cultivos. 

Implementando este sistema de siembra y manejo de cultivo —cuyos mayores beneficios se observan al paso de los años—, el rendimiento en el terreno de Emigdio fue de 9,5 toneladas por hectárea; esto es una buena producción para una zona en la que hay escasez de agua y la calidad de los nutrientes suele limitar el crecimiento de la planta.

Con respecto a los costos de producción, Emigdio comenta que estos fueron menores, ya que pudo ahorrarse en promedio tres mil pesos (3 000 MXN) por hectárea. Esto es bastante significativo en estos tiempos en que los insumos, particularmente los fertilizantes, han aumentado mucho.

Adicionalmente, gracias al acompañamiento técnico que ha recibido, el productor hizo un mejor uso del agua, ya que pudo sembrar el maíz amarillo con la humedad residual de las lluvias —con esta práctica los agricultores pueden tener buenos resultados a pesar de estar en zonas donde el agua es escasa—.

En conjunto con el equipo técnico que le brinda acompañamiento por parte del proyecto, el productor busca aprovechar las tierras en verano, estableciendo así dos ciclos anuales en lugar de uno: maíz amarillo en otoño-invierno y ajonjolí o frijol guar en primavera verano. O bien, sembrar soya a finales de mayo si las condiciones lo permiten.

Al implementar un nuevo cultivo, menciona el equipo técnico que asesora a Emigdio, “se cumplirán los tres componentes básicos de la agricultura de conservación; mismos que nos ayudarán mejorar las condiciones del suelo, mitigar las malas hierbas y disminuir la incidencia de plagas; por ende, se obtendrán mejores resultados en el cultivo de maíz y si las condiciones de lluvias en verano son favorables se podrá obtener algo de grano e ingresos con los cultivos de rotación, porque actualmente la soya, el frijol guar y el ajonjolí tienen excelentes precios”. 

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Un diagrama relaciona los rasgos fisiológicos del trigo con su potencial de rendimiento

Un diagrama para el trigo propuesto por los autores. El diagrama representa los rasgos comúnmente asociados con los puntos fuertes de la fuente (izquierda) y del sumidero (derecha) y otros que impactan tanto en el sumidero como en la fuente, dependiendo en gran medida de la etapa de crecimiento (centro).
Un diagrama para el trigo propuesto por los autores. El diagrama representa los rasgos comúnmente asociados con los puntos fuertes de la fuente (izquierda) y del sumidero (derecha) y otros que impactan tanto en el sumidero como en la fuente, dependiendo en gran medida de la etapa de crecimiento (centro).

A medida que los rendimientos de los cultivos se acercan a los límites biofísicos, conseguir aumentos de rendimiento se convierte en un reto cada vez mayor. Tradicionalmente, los científicos han trabajado sobre la premisa de que el rendimiento de los cultivos es una función de la fotosíntesis (fuente), la inversión de asimilados en los órganos reproductivos (sumideros) y los procesos subyacentes que permiten y conectan la expresión de ambos. Aunque el modelo original de fuente y sumidero sigue siendo válido, debe abarcar una mayor complejidad, a medida que mejoran los conocimientos científicos.

Un grupo de investigadores internacionales propone un nuevo diagrama de cableado para mostrar las interrelaciones de los rasgos fisiológicos que inciden en el potencial de rendimiento del trigo, publicado en Nature Food. Al ilustrar estos vínculos, muestra conexiones entre los rasgos que pueden no haber sido evidentes, lo que podría servir como herramienta de apoyo a la toma de decisiones para los científicos de cultivos. El diagrama puede servir de base para nuevas hipótesis de investigación y decisiones de cultivo, así como para áreas de inversión en investigación.

El diagrama también puede servir de plataforma en la que se incorporen rutinariamente nuevos datos empíricos y nuevos conceptos, creando así un punto de referencia común cada vez más rico para perfeccionar los modelos en el futuro.

«Si se actualiza de forma rutinaria, el diagrama podría conducir a un cambio de paradigma en la forma en que abordamos la mejora del rendimiento y la orientación de la investigación traslacional», dijo Matthew Reynolds, científico distinguido y jefe de fisiología del trigo en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y autor principal del estudio. «Aunque se centra en el potencial de rendimiento, la herramienta puede adaptarse fácilmente para abordar la resiliencia climática en una serie de cultivos además del trigo».

Hito de la mejora genética

El nuevo diagrama representa un hito en el fitomejoramiento determinista. Encaja modelos más sencillos con modelos de simulación de cultivos.

Tiene en cuenta cómo las fuerzas de la fuente y del sumidero pueden interactuar con las etapas de desarrollo del trigo para determinar el rendimiento. Por ejemplo, en el momento del crecimiento del tallo, del crecimiento de la espiga o del llenado efectivo del grano.

Este diagrama puede utilizarse para ilustrar la importancia relativa de las conexiones específicas entre los rasgos en su contexto fenológico apropiado y para destacar las principales lagunas de conocimiento. Esta representación gráfica también puede servir como ruta para priorizar la investigación en otros niveles de integración, como los estudios metabolómicos o de expresión génica.

Rendimiento para la resiliencia al clima

La comunidad científica del trigo trabaja intensamente en la búsqueda de nuevas formas de obtener mayores rendimientos con mayor rapidez para ayudar al mundo a hacer frente al crecimiento de la población, el cambio climático, las guerras y el suministro estable de calorías y proteínas.

«Para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional en el futuro, el aumento de los rendimientos debe ser un componente integral para que los cultivos sean más resistentes al clima. Esta nueva herramienta puede servir de ruta para diseñar las estrategias necesarias para alcanzar estos objetivos», dijo Jeff Gwyn, Director del Programa de la Asociación Internacional para el Rendimiento del Trigo (IWYP, en inglés).

LEA LA PUBLICACIÓN COMPLETA AQUÍ.

 

OPORTUNIDADES DE ENTREVISTA:

Matthew Reynolds – Científico distinguido y Jefe de Fisiología del Trigo en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)

Gustavo Ariel Slafer – Profesor de Investigación de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) y Profesor Asociado de la Universidad de Lleida

Para más información o para concertar entrevistas, póngase en contacto con el equipo de medios de comunicación del CIMMYT

Marcia MacNeil y Rodrigo Ordóñez: https://staging.cimmyt.org/es/prensa/

AGRADECIMIENTOS:

El estudio es una colaboración internacional de científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), el Centro de Investigación en Agrotecnología (AGROTECNIO), la Universidad de Lleida, la Universidad de Nottingham, el John Innes Centre, la Universidad de Lancaster, la Technische Universität München, CSIRO Agriculture & Food, y la Asociación Internacional para el Rendimiento del Trigo (IWYP).

ACERCA DEL CIMMYT

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es una organización internacional centrada en la investigación y la capacitación agrícola sin ánimo de lucro que capacita a los agricultores a través de la ciencia y la innovación para alimentar al mundo en plena crisis climática.

Aplicando una ciencia de alta calidad y asociaciones sólidas, el CIMMYT trabaja para lograr un mundo con personas más sanas y prósperas, libre de crisis alimentarias globales y con sistemas agroalimentarios más resilientes. La investigación del CIMMYT aporta mayor productividad y mejores beneficios a los agricultores, mitiga los efectos de la crisis climática y reduce el impacto medioambiental de la agricultura.

El CIMMYT es miembro del CGIAR, una asociación mundial de investigación para un futuro con seguridad alimentaria dedicada a reducir la pobreza, aumentar la seguridad alimentaria y nutricional y mejorar los recursos naturales.

Para más información, visite: staging.cimmyt.org/es.

ACERCA DEL IWYP

Asociación Internacional para el Rendimiento del Trigo (IWYP) representa un esfuerzo global a largo plazo que utiliza un enfoque de colaboración para reunir la financiación de organizaciones de investigación públicas y privadas de un gran número de países. Durante los primeros cinco años, la creciente lista de socios pretende invertir hasta 100 millones de dólares.

Para más información, visite https://iwyp.org/.

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Para cuidar de los acuíferos migran hacia sistemas de agricultura más eficientes

Productores participantes en el proyecto Aguas Firmes, en calera, Zacatecas. (Foto: Hub Intermedio/CIMMYT)
Productores participantes en el proyecto Aguas Firmes, en calera, Zacatecas. (Foto: Hub Intermedio/CIMMYT)

Calera, Zac.- En México, la mayor parte del agua extraída de los acuíferos se destina al uso agropecuario y para el abastecimiento público —se estima que un poco más de las dos terceras partes del agua destinada al abastecimiento público se obtiene de fuentes subterráneas—. Los acuíferos son, en este sentido, fundamentales para la sociedad. Lamentablemente, cerca del 16% de los acuíferos en el país están sobreexplotados. 

El acuífero de Calera, en Zacatecas, es estratégico para la agricultura regional; sin embargo, es uno de los más sobreexplotados a nivel nacional y, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), es necesario disminuir aproximadamente 100 hectómetros cúbicos (hm3) —100 mil millones de litros— anuales de extracción para estabilizar la relación recarga-extracción de este acuífero. 

Allí, en Calera, Zacatecas, actualmente se encuentra en operación Aguas Firmes, un proyecto de Grupo Modelo y la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), implementado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas organizaciones públicas y privadas.

“En Zacatecas se eligió el acuífero de Calera por su relevancia en la región”, comenta Alberto Cabello, gerente del Hub Intermedio del CIMMYT, “en este momento ya vamos sobre las mil hectáreas impactadas con prácticas de Agricultura Sustentable y tenemos un objetivo de llegar a las cuatro mil hectáreas en el tercer año del proyecto. El objetivo es introducir y promover el de forma incluyente la adopción de prácticas y tecnologías que permitan que el agricultor tenga una mayor eficiencia en su sistema producción, ahorrando recursos e incrementando rendimientos”.

Al optimizar el agua de riego se contribuye a la gestión sustentable de los acuíferos y, por esta razón, en el ciclo primavera-verano 2022, que empieza este mes de mayo, el Hub Intermedio del CIMMYT contempla implementar un plan de escalamiento que será reforzado por los técnicos del proyecto, quienes han sido formados con todos los criterios de sustentabilidad que maneja este organismo de investigación internacional. 

“Como parte de nuestro proceso de intervención en la región se están realizando diagnósticos de parcela como herramienta para identificar las acciones pertinentes en acondicionamiento de predio, ensayos con nivelación láser y rotura vertical. El análisis de suelo es muy importante para realizar recomendaciones precisas de nutrición del cultivo de acuerdo con una meta de rendimiento establecida con el productor, y más ahora que el precio de los fertilizantes es alto”, señala el gerente del Hub. 

“Estamos emitiendo nuestras recomendaciones a partir de diagnósticos de suelo. Usando estos análisis se ha visto que uno de los principales beneficios es que los productores ahorran prácticamente en todo, mantienen o incrementan rendimientos”, menciona Julio César González, uno de los técnicos que brinda acompañamiento y capacitación a los productores participantes. 

“En la zona la mayor parte de los gastos son por tierras con bastantes problemas sanitarios y es difícil. El ciclo pasado sucedió, desafortunadamente, que perdieron mucho en el cultivo de cebolla.  Entonces ahora se replantean si sembrar o no porque no les dan los números”, comenta Julio César para quien este panorama de descapitalización generalizado se convierte en una razón de peso para que los agricultores de la zona migren hacia sistemas agrícolas más eficientes y sustentables.

“Ante este escenario también hemos hecho énfasis en el uso de la microbiología, el uso de entomopatógenos, es decir el uso de microorganismos para controlar enfermedades que afectan a las hortalizas —principal cultivo en la zona—, que es por lo que un agricultor va desplazándose, va cambiando de parcelas hacia otros lados, buscando parcelas nuevas que no hayan tenido hortalizas por qué ya hay fuertes problemas fitosanitarios. Con esta práctica hemos tenido buenos resultados y ya incluso algunos productores nos empezaron a recomendar, a invitar a sus vecinos”. 

¿Quieres saber más de Aguas Firmes? Aguas Firmes es una cooperación de desarrollo que forma parte del programa develoPPP entre la cervecera líder AB InBev a través de Grupo Modelo y la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ) GmbH, quien lo implementa por encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ). Visita el sitio web para más información: https://www.aguasfirmesgrupomodelo.com/es 

Fuentes:

  • Conagua. (2022). Actualización de la disponibilidad media anual de agua en el acuífero Calera (3225) estado de Zacatecas. México: Comisión Nacional del Agua. 
  • SINA, Conagua, Semarnat. Acuíferos. Disponible en: http://201.116.60.25/sina/index_jquery-mobile2.html?tema=acuiferos. Fecha de consulta: mayo de 2022.
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Variedades de frijol para los Valles Centrales de Oaxaca

Los frijoles han formado parte importante de la dieta de los mexicanos y de su economía desde tiempos prehispánicos, por lo que forman parte de la cultura gastronómica del país y, aunque México cubre la mayor parte de su demanda de frijol, entre 2003 y 2019 ha tenido que importar alrededor de 123 mil toneladas anuales para complementar la demanda interna. 

El frijol se cultiva en prácticamente todo México, sin embargo, son ocho las entidades que producen tres cuartas partes de la producción nacional: Zacatecas, Sinaloa, Durango, Chihuahua, Chiapas, Nayarit, Guanajuato y San Luis Potosí.

En Oaxaca se siembran en promedio unas 38 mil hectáreas al año, pero su rendimiento es bajo —únicamente se cosechan cerca de 700 kilos por hectárea—, por lo cual la leguminosa se produce básicamente para autoconsumo. 

Los problemas que enfrentan los productores de frijol de temporal en regiones como Valles Centrales —que a nivel estatal ocupa el segundo lugar en superficie sembrada de frijol— son bajos rendimientos por falta de agua, densidades de siembra inadecuadas, fertilización inoportuna o deficiente, desconocimiento de los métodos de control de plagas y enfermedades, así como el bajo contenido de materia orgánica de los suelos —por la falta de incorporación de residuos de cosecha—.

Como respuesta a esta problemática el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural,  a través de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México, impulsa la adopción de prácticas sustentables y, recientemente, estableció un ensayo en la localidad de San Miguel Tlanichico donde se evaluaron nueve variedades de frijol mejorado y siete materiales de frijoles nativos criollos con el objetivo de conocer su potencial productivo.

La variedad RB-200 alcanzó su madurez fisiológica a los 81 días, seguido de las variedades Criollo Delgado, Criollo Morado de San Miguel Tlanichico y Verdín, las tres con 82 días. Por el número de granos por planta destacaron las variedades Negro Guanajuato y Comapa; por el número de vainas por planta sobresalieron el Negro Guanajuato, Comapa y Criollo Morado de San Miguel Tlanichico; y por el peso de 100 granos destacaron las variedades Flor de mayo y Negro Otomí —lo que quiere decir que son granos más grandes—.

Con respecto al rendimiento, los materiales más rendidores fueron Comapa, seguido de Flor de Mayo y Negro Otomí (gráfica 1).

Cabe mencionar que el manejo agronómico para todas las variedades fue el mismo. Así, de todas las variedades evaluadas, dos no germinaron —Negro 8025 y Negro Primavera— y de tres no se obtuvieron rendimientos —Criollo Vaina Blanca, Criollo Tiltepec y Criollo Rojo de Guía— porque son de zonas con ciclos de lluvias más largos y el temporal de lluvia en la zona evaluada es muy corto.

Cabe mencionar que las variedades con mayor aceptación fueron Criollo Piñero y RB-200. Los productores mencionan que estas les gustaron por su precocidad y, sobre todo, por que su cocción es rápida y su caldo es negro espeso.

Independientemente de los criteriores que intervienen en la adopción de las variedades, la instalación de este tipo de trabajos es muy importante porque se muestran alternativas a los productores y abren la posibilidad de instalar parcelas que funcionen como módulos demostrativos o áreas de impacto para que más productores adopten prácticas sustentables y variedades acordes a sus propios gustos o necesidades. 

Gráfica 1. El material más rendidor fue el Comapa con 1.87 ton/ha, seguido de Flor de Mayo con 1.83 ton/ha y Negro Otomí con 1.82 ton/ha.

 

Fuentes:

  • Sangerman-Jarquín, D. M., Acosta-Gallego, J. A., Schwenstesius de Rindermann, R., Damián Huato, M. Á., & Larqué Saavedra, B. S. (2010). Consideraciones e importancia social en torno al cultivo del frijol en el centro de México. Revista mexicana de ciencias agrícolas1(3), 363-380.
  • SIAP. (2020) Avances de siembras y cosechas. Resumen por cultivo. México: Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera.
  • CEDRSSA. (2020). Mercado del frijol, situación y prospectiva. México: Cámara de Diputados-Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria.
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Malezas, labranza y rendimiento de maíz

Las malezas son la limitación biológica número uno en los rendimientos de maíz en todo el mundo. Se estima que en Norte América pueden causar pérdidas de más del 50% y, de hecho, de acuerdo con un estudio reciente de un grupo de investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en lugares como Oaxaca, donde hay agroecologías tan diversas, las malezas pueden reducir el rendimiento del maíz hasta en 63% en la región cálida y húmeda del Papaloapan; hasta en 65% en la región semiárida de Valles Centrales y hasta en 92% en región templada de la Mixteca. 

Aunque existe evidencia sólida de que es posible reducir la presión de malezas con Agricultura de Conservación, aún se desconoce mucho sobre los mejores métodos de manejo de malezas, particularmente si se considera que los cambios en la labranza podrían requerir cambios en el manejo de malezas. 

En este sentido, el estudio en mención evaluó la dinámica de las malezas y el rendimiento del maíz en temporal bajo cinco tratamientos de manejo de malezas ―herbicida de preemergencia, herbicida de postemergencia, herbicida de preemergencia más postemergencia, control manual de malezas y sin control― y tres métodos de labranza —convencional, mínima y labranza cero— en tres regiones agroecológicamente distintas de Oaxaca ―la Mixteca, Valles Centrales y el Papaloapan―.

El estudio, que se desarrolló en el marco de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT, señala que en la zona templada de la Mixteca las aplicaciones de herbicidas de postemergencia fueron muy importantes, en el cálido y húmedo Papaloapan las aplicaciones de preemergencia fueron cruciales y en los Valles Centrales semiáridos no hubo diferencia entre los métodos de manejo de malezas, ya que todos tuvieron efectos menores en el rendimiento del maíz. 

Si bien los resultados no son concluyentes y muestran que no hay una única o mejor opción para el manejo de malezas en los sitios o sistemas de labranza evaluados, sí señalan que el beneficio económico del manejo de malezas fue mayor con labranza reducida ―labranza mínima o cero―. Así, para obtener los beneficios a largo plazo de la Agricultura de Conservación, señala el estudio, es clave un manejo adecuado de malezas en los primeros años. 

Los científicos concluyen que se necesita más investigación para determinar el nivel óptimo de labranza en cada región ya que, dependiendo de las condiciones locales, la labranza cero o una forma de labranza mínima ―como la labranza vertical o camas elevadas permanentes― podría funcionar mejor, o podría ser necesario practicar labranza mínima en las primeras temporadas de crecimiento para preparar el terreno para la implementación exitosa de la Agricultura de Conservación. 

En Oaxaca, donde los agricultores con frecuencia manifiestan una falta de conocimiento sobre el manejo de malezas, especialmente bajo labranza reducida, se debe usar un enfoque flexible, aplicando herbicidas antes y después de la emergencia y controles manuales según sea más adecuado para cada caso porque las poblaciones de malezas y su dinámica cambian con sistemas como la Agricultura de Conservación ―a mediano y largo plazo, con un manejo adecuado, las poblaciones de malezas pueden disminuir con este sistema― y por eso los métodos de control deben ajustarse, concluye el estudio. 

Te invitamos a leer este estudio en el siguiente enlace:

Verhulst, N., Fonteyne, S., Leal González, A. J., Osorio Alcalá, L., Villa Alcántara, J., Santos Rodríguez, C., … & Singh, R. G. (2022). Weed management and tillage effect on rainfed maize production in three agro‐ecologies in Mexico. Weed Research. https://doi.org/10.1111/wre.12530

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Guanajuato, innovación agrícola continua

Ramón Ramírez Aguilar es un productor de trigo de Dolores de Purísima del Rincón, Guanajuato. Siempre en la búsqueda de innovar y de hacer más rentable su actividad agrícola, Ramón encontró en la Agricultura de Conservación una alternativa para disminuir costos de producción sin afectar rendimientos y, actualmente, ha hecho algunas adecuaciones al sistema de producción que le han funcionado bien. 

La Agricultura de Conservación es un sistema sustentable ya probado —tiene como componentes básicos la cobertura del suelo con rastrojo, la mínima labranza y la diversificación de cultivos—. Se trata de un sistema con soporte científico que, por sus resultados competitivos, es el eje fundamental de las tecnologías promovidas por MasAgro Guanajuato, programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). 

Fue precisamente en una plataforma de investigación de MasAgro Guanajuato donde Ramón observó una práctica que le llamó la atención: en lugar de tener una siembra de trigo con cobertura total como es común en la zona o con seis o siete hileras, se sembró a dos hileras. Un técnico del programa le explicó a Ramón que de esa manera las plantas compiten menos por la luz, los nutrientes y el agua, favoreciendo el rendimiento del trigo. 

A partir de sus propias observaciones, y en conjunto con las sugerencias del técnico, Ramón sembró a dos hileras en camas de 1.60 metros en el nuevo ciclo. De esta manera, además, la fertilización enterrada se puede hacer aún más eficiente —hecho muy conveniente ahora en que el costo de los fertilizantes es muy alto— y se favorece que el cultivo no se “acame” —cuando las plantas se “recuestan” o se “tienden” hacia el suelo— debido a que esta forma de sembrar permite la circulación del aire entre plantas.

Al inicio, comenta Alejandro Bravo Cortés —el técnico que asesora a Ramón—, al productor le preocupaba que con dos hileras el rendimiento final del trigo disminuyera, pero esto no ocurrió. Por el contrario, los resultados le mostraron al productor que el rendimiento se incrementa y que adicionalmente ahorra en semilla pues, mientras que en la zona es muy común que se siembren 200 kilogramos de semilla por hectárea, con esta práctica solo se utilizan 120 kilogramos de semilla para la misma superficie.

Cabe mencionar que Ramón usa semillas evaluadas e identificadas con alto potencial productivo para El Bajío —Alondra (la que usa el productor), Faisán y Cisne han mostrado los mejores rendimientos— que además han mostrado resistencia a enfermedades como la roya. Este beneficio se suma a una menor incidencia de malezas debido a que el rastrojo que se deja como cobertura impide el desarrollo de las malas hierbas. Esto se traduce en que Ramón no aplicará herbicidas, beneficiando a su bolsillo y al medioambiente. 

También es importante señalar que la fertilización realizada en la parcela de Ramón corresponde a las necesidades que indica el mapeo de fertilidad de suelos de la zona elaborado a través de una estrategia de fertilidad integral a partir del programa. Además, una fertilización adecuada le ayuda a Ramón a lograr que el nivel de proteína del trigo que cultiva sea elevado y reciba así una bonificación por la calidad de su grano al momento de venderlo.

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Buscan mejores variedades de maíz para la Meseta Purépecha

La Meseta Purépecha es una de las cuatro regiones del estado de Michoacán, es una región boscosa,  rica en recursos naturales, con un gran número de especies nativas y extensa biodiversidad. Además, tiene una fuerte presencia de la comunidad purépecha que se dedica principalmente a la agricultura, pero que enfrenta diversas dificultades, como presencia de plagas y bajos rendimientos. 

Para atender las necesidades de los productores de esta región, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores en Michoacán han instalado tres módulos, es decir, espacios donde se comparan las prácticas sustentables propuestas y las prácticas convencionales que prevalecen en la región.

Uno de los módulos es también una vitrina de maíces híbridos para Valles Altos —región de la Mesa Central (antes Altiplano Central) situada entre los 2,200 y 2,600 metros sobre el nivel del mar—. Las evaluaciones en este espacio buscan identificar los materiales más adaptables para la zona a fin de obtener mejores rendimientos.

Hasta ahora, y dada la recurrente presencia de siniestros provocados por fenómenos climatológicos como las heladas, estas variedades han mostrado ser susceptibles a plagas y enfermedades, pero cuentan con mucha tolerancia al acame —doblez o inclinación que sufre el tallo de las plantas—. 

En los otros dos módulos restantes —ubicados en Turícuaro, municipio de Nahuatzen y Cheranástico, municipio de Paracho, respectivamente— se sembraron materiales precoces y con adaptación a distintos ambientes bajo condiciones de temporal. La variedad H-40 (gráfica 1), un maíz precoz, tolerante a la sequía, con porte bajo y resistente al acame ha destacado también por sus rendimientos y sería una opción muy viable para hacerle frente a los cambios drásticos de temperatura frecuentes en la región, como las heladas.

Los productores que acudieron a la demostración de resultados en días pasados se mostraron interesados en probar los nuevos materiales y también en la recomendación de acompañar su sistema de producción de granos básicos con la siembra de leguminosas como el frijol, haba, garbanzo y grass pea. 

Lo anterior es importante porque, junto a la simbiosis con algunas bacterias del suelo, las leguminosas pueden transformar el nitrógeno atmosférico en un nitrógeno asimilable para cultivos como el maíz. Además, cumplen un papel importante en el manejo de diversidad funcional, atrayendo insectos benéficos muy necesarios para lograr un manejo agroecológico de plagas. 

Gráfica 1. Rendimientos obtenidos en la vitrina de Uanajchukuni de Turícuaro, municipio de Nahuatzen, Michoacán.

 

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Agriba Sustentable en El Bajío

El incremento de los costos de los insumos agrícolas en los recientes periodos ha conducido a muchos agricultores a buscar alternativas que hagan más eficiente sus prácticas agrícolas y les permitan lograr una alta productividad, pero también cada vez son más los productores que buscan lograr una producción sustentable.

La Agricultura de Conservación es un sistema de producción sustentable —donde al menos el 30% del rastrojo de la cosecha anterior queda disperso en forma de cobertura sobre la superficie del suelo para que en el siguiente ciclo la siembra se realice sobre el rastrojo— que favorece las propiedades biológicas del suelo y contribuye a que aumente la tolerancia de los cultivos a la incidencia de plagas y enfermedades.

El proyecto Agriba Sustentable es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que nace con el propósito de impactar positivamente y de manera directa a los productores de trigo del Bajío mexicano, particularmente en los estados de Guanajuato y Michoacán.

La adopción de prácticas y tecnologías sustentables propuestas por el CIMMYT —con la Agricultura de Conservación como pilar— permite que los productores disminuyan de manera considerable la erosión sus suelos, al tiempo que favorecen la biodiversidad y la fertilidad de este. Esto es importante porque la regeneración del suelo es el componente principal y el punto de partida que detona un efecto en cadena cuyo resultado final se traduce en mayor rendimiento de grano, pero con menor costo de producción en comparación con las prácticas agrícolas convencionales. 

Los productores que ya trabajan bajo este sistema de producción enfatizan que, si bien para ellos uno de los aspectos más importante es el ahorro en costos de producción, las prácticas realizadas a través de la capacitación y el acompañamiento técnico que reciben a través del proyecto les están permitiendo lograr un mayor rendimiento y una mayor rentabilidad, pero también les está mostrando que a través de estas innovaciones ellos están contribuyendo con cuidado del medioambiente, por ejemplo, al reducir el uso de maquinaria y combustible agrícola.

El proyecto Agriba Sustentable va más allá de realizar solo un laboreo mínimo del suelo. Contempla un gran número de prácticas y tecnologías que se pueden adecuar al sistema particular de cada parcela y cada productor. El uso de microorganismos benéficos como modo de acción y prevención efectiva contra organismos fitopatógenos es un ejemplo. 

En beneficio a los productores de El Bajío, Agriba Sustentable busca escalar de manera progresiva a más territorio y productores para que adopten las tecnologías propuestas para sus parcelas y así encaminar a los productores hacia una más alta rentabilidad sin perder de vista la sustentabilidad y el cuidado del suelo agrícola.

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Hacia la reactivación de la agricultura en los Valles Altos

Los Valles Altos son una región en la Mesa Central que abarca parte del Estado de México, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala. Se encuentra entre los 2,200 y los 2,600 metros sobre el nivel del mar (msnm), lo que la hace una de las regiones de mayor altitud del país y de Norteamérica. Además, la región ha jugado un papel fundamental en la evolución y domesticación del maíz. 

“En esta región se originaron dos de las cuatro razas indígenas antiguas: el Palomero Toluqueño y el Arrocillo Amarillo; a partir de ellas se originó el resto de las razas presentes en el centro de México, como el Chalqueño, el Cónico, los Elotes Cónicos y el Cacahuacintle, muy apreciadas en la actualidad como maíces de especialidad y como fuentes de genes de alto rendimiento”, señala la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural que, a través del Colegio de Postgraduados (COLPOS), desarrolla trabajos para reactivar la agricultura en tierras ejidales de dicha región. 

Debido al acelerado proceso de urbanización, así como por la prevalencia de prácticas agrícolas poco sustentables, los rendimientos y la diversidad genética del maíz en los Valles Altos ha disminuido notablemente. Además, el dinamismo demográfico entre esta región y la Zona Metropolitana del Valle de México, también ha impactado al campo en los Valles Altos. 

Los trabajos para reactivar la vocación agrícola de las tierras ejidales de Atenco, Acuexcomac, Francisco I. Madero, Ixtapan y Nexquipayac, en el Estado de México —en donde se desarrollan inicialmente los trabajos— integra además los esfuerzos de instituciones como la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el Comité Estatal de Sanidad Vegetal, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el Distrito de Desarrollo Rural Texcoco, Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Con 20 bolsas de insecticida ecológico Granim proporcionado por el COLPOS —producto por el cual el doctor Ángel Lagunes recientemente recibió el Premio Cargill-CIMMYT a la Seguridad Alimentaria y la Sustentabilidad en la categoría Investigador— el equipo técnico del CIMMYT ha establecido módulos demostrativos en los municipios de Teotihuacán, Apaxco, Jilotepec, San Jerónimo Amanalco, Acolman, Atenco y Lerma, en el Estado de México. 

Con prácticas de Agricultura de Conservación —sistema sustentable cuyos componentes básicos son la mínima labranza, la cobertura del suelo con rastrojo y la diversificación de cultivos— y opciones agroecológicas, el CIMMYT contribuye a estos esfuerzos por reactivar la actividad agrícola en los Valles Altos. Entre los objetivos de estos trabajos está incrementar gradualmente los rendimientos del maíz, los cuales, de acuerdo con datos del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), se encuentran estancados desde hace tiempo —4.3 toneladas por hectárea en riego y 3.8 en temporal— y están por debajo del promedio estatal.