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Alimentar a México es una satisfacción

Vicente Quintero Gil es un productor del valle agrícola de Recoveco, en Mocorito, Sinaloa, quien participa en el Programa de Abastecimiento Responsable en México —impulsado por la Compañía Kellogg y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, a través del cual se promueve la producción sustentable de maíz amarillo.

La agricultura es parte de su herencia familiar. Con el conocimiento y la experiencia que ha acumulado al trabajar en el surco día con día, Quintero Gil indica que estableció maíz amarillo que, una vez cosechado, es acopiapo por la empresa sinaloense Grupo SACSA, la cual participa en el programa como transformador del grit (materia prima). Este es el primer paso para elaborar el cereal de hojuela de maíz. 

La ventaja de participar en el programa, comenta el productor, “ha sido el valor agregado que la empresa otorga por producir de forma sustentable y que alcanza los $300 por tonelada”. Además, las prácticas sustentables a las que se refiere Vicente —las cuales ha implementado de la mano del CIMMYT— le permiten disminuir costos, sin afectar el rendimiento. 

Al minimizar el movimiento del suelo y protegerlo con los residuos de la cosecha anterior se mejora el suelo y se disminuyen costos de producción: “la labranza ha disminuido en el sentido que dejamos de usar las rastras, como comúnmente las conocemos, ahora solo nos dedicamos a incorporar el rastrojo una vez que cosechas, y ya nada más remarcamos la surquería sin necesidad de borrarla”, comenta Vicente. 

Además, las prácticas sustentables que el productor ha implementado le han permitido lograr buenos rendimientos y mitigar la escasez de agua: “los rendimientos en maíz amarillo son similares a los del maíz blanco, esto ha sido posible gracias al manejo que se la ha dado a la parcela; se ha logrado incluso disminuir la cantidad de riegos, una necesidad ante las pasadas épocas de sequía”. 

Asimismo, el productor destaca que “al participar en el programa se evitan las complicaciones de comercializar la cosecha, pues ya se cuenta con un precio pactado y diversos incentivos otorgado por la empresa. Además, el CIMMYT nos han apoyado en el área técnica. Su participación es importante para esta labor que estamos logrando como es el desarrollo sustentable; es una institución que nos ha apoyado bastante”. 

Finalmente, Vicente Quintero habla sobre lo que para él significa formar parte de un proyecto que valora la producción sustentable de maíz amarillo el cual es transformado en cereal para consumo humano: “es una satisfacción y un gusto para mi porque como agricultor estoy contribuyendo a la labor de Kellogg y el CIMMYT para promover la producción de alimentos sanos que también benefician al mismo agricultor”. 

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Reduciendo el movimiento del suelo incrementan la producción de forrajes

Aguascalientes.- En la región centronorte de México hay muchas zonas productoras de leche. Allí, los forrajes son la base de la alimentación del ganado por ser la fuente más barata de nutrientes y fibra.

Para compartir con los productores de Aguascalientes las mejores prácticas para la producción de forrajes, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) evalúan el efecto de diferentes sistemas de labranza y el manejo de residuos en el rendimiento del triticale, que es un cultivo común durante el ciclo otoño-invierno.

El triticale (X Triticosecale Wittmack) es un cereal de grano pequeño, resultado de la cruza de trigo y centeno. Se trata de un cultivo tolerante al frío y que puede crecer en suelos salinos, por lo que los productores lo consideran una buena alternativa para la alimentación del ganado productor de leche.

De entre los estudios realizados en la plataforma de investigación en Aguascalientes donde colaboran investigadores del INIFAP y el CIMMYT, hay uno donde se estableció triticale en asociación con ebo (otro cultivo forrajero) desde el año 2015.

Después de varios ciclos de cultivar triticale con diferentes sistemas de labranza y manejo de rastrojo, los mayores rendimientos se obtuvieron con la labranza mínima. Las variaciones en el rendimiento registradas se deben principalmente a la variación en la fecha de siembra: los mayores rendimientos se obtuvieron cuando se sembró entre octubre y diciembre, mientras que los menores se obtuvieron con fechas de siembra tardías (enero y febrero).

En cuanto a los costos de producción, los principales factores que han determinado las diferencias entre tratamientos se encuentran la preparación de suelo y el control de malezas. El tratamiento con mejor relación costo-beneficio en este aspecto fue también la labranza mínima.

Si bien aún es necesario seguir investigando, los resultados de la plataforma de investigación muestran que potencial de producción de biomasa verde del triticale (además de su valor nutritivo), lo hace una buena alternativa como forraje de invierno para el ganado lechero.

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Transformando suelos salinos en suelos fértiles

En las jornadas de capacitación que brinda la plataforma de investigación Francisco I. Madero (ubicada en el municipio del mismo nombre, perteneciente al Valle del Mezquital) a través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, los productores de la región han manifestado tener un problema de parcelas salinas (visualmente se identifican por tener una “costra blanca” en la superficie del suelo, la cual propicia bajos rendimientos y pérdida de fertilidad).

El problema se ha generado por diversas circunstancias. Entre ellas se encuentran el riego por inundación, ya que los productores llevan más de 100 años inundando sus suelos hasta 25 cm por más de cuatro horas; la falta de cobertura en los suelos, lo que propicia un mal drenaje y la acumulación de ciertas sales solubles que pueden provocar toxicidad en las plantas; y un mal uso de fertilizantes, pues no se tiene la cultura de hacer una fertilización con base en análisis preliminares del suelo.

La Agricultura de Conservación es un sistema de producción cuyos componentes básicos (mínimo movimiento del suelo, diversificación de cultivos y cobertura del suelo) permiten reducir el problema de los suelos salinos. Para promover sus beneficios en el Valle del Mezquital, la plataforma Francisco I. Madero ha hecho diversos estudios en los que compara los efectos en el suelo tanto de este sistema sustentable como de la labranza convencional.

En los estudios de la plataforma de investigación se ha encontrado que los suelos trabajados con Agricultura de Conservación presentan una menor concentración de las principales sales que dan origen a los suelos salinos (las formadas a partir de sodio, calcio, magnesio y fósforo), por lo que al usar este sistema los productores evitarían la presencia de la “costra blanca” sobre la superficie de los suelos agrícolas. De acuerdo con los análisis de muestras de suelo de distintas profundidades, estos efectos son más notorios en los primeros cinco centímetros del suelo (tabla 1).

El mismo efecto es notorio con los carbonatos —sales que resultan de la combinación con un metal—, pues se reportan menores concentraciones en comparación con la labranza convencional. En otras palabras, dejar rastrojo sobre la superficie de las parcelas evita la presencia de encostramientos sobre el terreno y, de acuerdo con estas evidencias, puede haber tendencia hacia reducir las probabilidades de salinización en las parcelas.

La labranza convencional de la región (con riego por inundación) propicia una mayor salinidad del suelo y, por consiguiente, los productores tienen que efectuar gastos extras en la compra de yeso agrícola para ajustar la alcalinidad de este y equilibrarlo. En cambio, con Agricultura de Conservación las concentraciones salinas son bajas y las parcelas no requieren de inversión para la integración de yeso o cal agrícola, siendo visibles sus efectos en la nivelación de las propiedades del suelo.

 

¿Cómo actúan los tres componentes básicos de la Agricultura de Conservación?

El manejo de rastrojo contribuye a que las partículas minerales individuales del suelo formen agregados estables, mejorando así la estructura del suelo; aumenta la capacidad de retener agua, por lo que disminuyen el número de riegos y la erosión; y posibilita la formación de complejos orgánicos-metálicos, estabilizando de este modo los micronutrientes del suelo y reduciendo el riesgo de que se forme la “costra blanca”.

Por su parte, la diversificación de cultivos mejora la nutrición mineral de estos; actúa como agente amortiguador, pues disminuye la tendencia hacia un cambio brusco en el pH del suelo al aplicar sustancias de reacción ácida o alcalina; y regula la actividad microbiana, principalmente de plagas y enfermedades.

Finalmente, el mínimo movimiento del suelo disminuye la erosión de este. Al no voltear el suelo, se altera menos su orden, evitando su mineralización y compactación.

Tabla 1. Parámetros que originan la salinidad en suelos agrícolas. *Las unidades de medición de sodio (Na), calcio (Ca), magnesio (Mg) y fósforo (P) son partes por millón (ppm), y el fósforo fue extraído con el método de Bray.
Tabla 1. Parámetros que originan la salinidad en suelos agrícolas. *Las unidades de medición de sodio (Na), calcio (Ca), magnesio (Mg) y fósforo (P) son partes por millón (ppm), y el fósforo fue extraído con el método de Bray.

Por: plataforma de investigación Francisco I. Madero.

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Rastrojo, el héroe en los años secos

Comitán de Domínguez, Chis.- El cambio climático es una realidad y se manifiesta de diversas formas en los estados. En Chiapas no hay un patrón predominante, pero sobresalen los casos en que ha habido un incremento notable en las lluvias (como en Altamirano, Tonalá y Motozintla) y aquellos en los que, por el contrario, han disminuido significativamente (como en Tapachula y Malpaso). Esto significa cambios importantes en los regímenes pluviales, es decir, lluvias mucho más torrenciales combinadas con periodos de sequía.

Ya que la agricultura es uno de los sectores más afectados por la variabilidad climática, en la plataforma de investigación Comitán —donde colaboran el Instituto Tecnológico de Comitán y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se estudian y validan diversas prácticas agrícolas que permiten mitigar los efectos del cambio climático.

Situada en Comitán de Domínguez, Chiapas, la plataforma de investigación se estableció en 2014 (en ese año el objetivo del maíz cultivado fue producir rastrojo para cubrir el suelo) y desde 2015 inició el estudio de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación: mínimo movimiento del suelo, cobertura con rastrojo y diversificación de cultivos.

En la zona donde se ubica la plataforma los cultivos principales son maíz y frijol, con poca diversificación con otras especies. Predominan la labranza convencional con barbecho (25 cm de profundidad) y un paso de rastra (15 cm de profundidad), la utilización de grandes cantidades de herbicidas y plaguicidas, la poca o nula fertilización y la quema de rastrojos.

Con suelos descubiertos, los efectos negativos del cambio climático son mayores y más visibles. Muchos productores de la zona tuvieron una baja significativa en su producción debido al cambio en el régimen de lluvias: durante los años 2015, 2016 y 2018 las lluvias que se presentaron en la región fueron atípicas —iniciaron en mayo, pero disminuyeron en junio, julio y agosto y tuvieron una distribución errática durante esos meses—; y en 2017 se presentaron de manera típica.

No obstante, las parcelas trabajadas con Agricultura de Conservación que se establecieron en la plataforma de investigación Comitán brindan esperanza a los productores locales: los tratamientos en los que se ha dejado el rastrojo no disminuyen su rendimiento; por el contrario, junto con la diversificación de cultivos han permitido obtener los mejores resultados en los años más secos (figura 1), en buena medida porque al mantener el rastrojo como cobertura, se retiene mayor humedad en el suelo.

Debido a la irregularidad de la precipitación pluvial que se está presentando en la región, los responsables de la plataforma de investigación señalan que es necesario continuar evaluando los factores de labranza, el manejo de rastrojo, los cultivos alternativos para rotación o asociación que presenten tolerancia a sequía y otras prácticas de conservación de humedad con el fin de atenuar la falta de agua. Sin embargo, este estudio iniciado en 2015 pone de manifiesto la importancia de no quemar el rastrojo y mejor aprovecharlo como cobertura del suelo.

Figura 1. Comparación de medias (Tukey α=0.05) de rendimiento de grano (kg/ha) de maíz por efecto de tratamientos. Medias con la misma letra son estadísticamente iguales. Abreviaciones: M = maíz,
Cn = canavalia, CC = camas angostas con labranza convencional, CP = camas permanentes angostas, R = remoción del rastrojo,D = dejar rastrojo, d1 = 62,500 semillas/ha, d2 = 46,875 semillas/ha y d3 = 31,250 semillas/ha.
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Sin fuego, mejor

El estado de Morelos es el segundo más pequeño de México, pero es uno de los más importantes en diversidad biológica, recursos hídricos y diversidad ambiental; además, en el plano agrícola ocupa los primeros lugares de producción en una gran diversidad de cultivos.

Sus bosques son fundamentales para mantener la riqueza biológica y la actividad agropecuaria, pues su función principal es la recarga de los abundantes acuíferos de la entidad y la regulación del clima (sin sus recursos forestales, el estado no podría tener una precipitación promedio anual superior a la media nacional).

Las quemas agrícolas y los incendios forestales ponen en riesgo el equilibrio ecológico de la entidad, ya que uno de los múltiples efectos del fuego sobre los ecosistemas —naturales o agrícolas— es la pérdida de funciones del suelo para regular el clima (o para ser productivo) y la contaminación de los acuíferos (muchas partículas que se generan durante un incendio pueden escurrirse o directamente llegar a los cuerpos de agua y contaminarlos).

En México se estima que el 90% de los incendios se debe a la actividad humana. Las actividades agropecuarias (quemas que se salen de control o que tienen el fin de deforestar áreas de bosque para convertirlas en áreas de pastoreo o de cultivo) representan 30% de las causas de los incendios forestales.

Lamentablemente, en lo que va del año Morelos se ha posicionado como uno de los 10 estados con más incendios, el segundo en incendios forestales y el quinto con más bosques afectados por el fuego. El cambio climático, que en la entidad se manifiesta con disminución de lluvias y aumento de la temperatura, favorece la expansión de los incendios.

La importancia de inhibir los incendios —particularmente las quemas agrícolas— radica no solo en la preservación de los recursos naturales —y en el consecuente aseguramiento de la disponibilidad de agua a mediano y largo plazo—, sino en que al evitarse la quema de los rastrojos (residuos agrícolas que son objeto de las quemas), los productores pueden obtener diversos beneficios y mejorar sustancialmente sus unidades productivas y su economía, impulsando así el desarrollo de todo el estado.

Para apoyar a los productores de Morelos y simultáneamente conservar la riqueza biológica e hídrica de la entidad —evitando tanto la ampliación de la frontera agrícola como los incendios forestales resultado de quemas fuera de control—, la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro), la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) impulsan la campaña #MejorSinFuego.

La campaña se centra en el desarrollo de capacidades para que los productores aprovechen los múltiples beneficios que representa la conservación de los rastrojos. Estos —que pueden ser empleados o vendidos como forraje— tienen su mayor utilidad como cobertura del suelo, aunque es posible tener sistemas mixtos, dependiendo de las necesidades del productor.

Como cobertura del suelo, los rastrojos aumentan la infiltración de agua en las parcelas y reducen la evaporación, incrementando la cantidad de agua disponible para los cultivos; también protegen al suelo de la erosión y aumentan su actividad biológica (y —por lo tanto— su fertilidad); disminuyen el número de malezas; y regulan la temperatura del suelo, entre otros beneficios.

En comparación con las quemas agrícolas —cuyos beneficios son solo temporales y que a mediano y largo plazo afectan la fertilidad y la productividad de los suelos, así como su capacidad para infiltrar agua y regular la temperatura ambiental—, el manejo adecuado de los rastrojos permite reducir los costos de producción y sostener los beneficios en el tiempo.

Ante un panorama en que el cambio climático impone difíciles retos a la conservación medioambiental y a la producción agropecuaria en Morelos, la Agricultura Sustentable con base científica que la Sedagro, la SDS y el CIMMYT promueven a través de la campaña #SinFuegoMejor constituye una acción para que el campo morelense sea más rentable y contribuya además a evitar la deforestación y minimizar los riesgos ecológicos y climáticos. Conócela y ¡súmate!

Por: Sedagro y SDS.

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Alternativas para superar las sequías

En estados como Oaxaca, el cambio climático ha hecho que en años recientes se reporten serios problemas de sequía en el campo. Por esta razón, el Instituto Tecnológico de Pinotepa y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) colaboran en la plataforma de investigación San José Estancia Grande —ubicada en la llanura costera oaxaqueña, en el municipio del mismo nombre— para identificar cultivos tolerantes a la sequía, así como para desarrollar y evaluar prácticas a fin de mejorar la producción ante las lluvias cada vez más erráticas.

En la plataforma hay investigación de cultivos del trópico seco (ajonjolí y vigna) asociados al maíz nativo, el cual constituye la principal fuente de alimento en la zona, destinándose casi la totalidad de la producción al autoconsumo y —en ocasiones— vendiendo localmente el excedente (complementariamente, se siembra chile, jamaica y ajonjolí).

Desde su establecimiento en 2014, se estudian —entre otras cosas— los efectos de la diversificación de cultivos y el mantenimiento del rastrojo como cobertura del suelo (dos de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación). Comparada con el manejo convencional o testigo (monocultivo de maíz, movimiento continuo del suelo y retiro del rastrojo), la Agricultura de Conservación ha permitido tener mejores rendimientos (destaca el tratamiento de camas anchas permanentes y cobertura de 100% de rastrojo).

Sobresale el hecho de que, a pesar de la fuerte sequía de 2018, los tratamientos de maíz con Agricultura de Conservación obtuvieron cosecha de grano, mientras que en el testigo —o esquema de producción convencional— la cosecha fue nula (destaca nuevamente el tratamiento de camas anchas permanentes y cobertura de 100% de rastrojo, que en medio de las condiciones adversas obtuvo 650 kilogramos de grano por hectárea). Esto se debe, entre otros factores, a que el mantenimiento del rastrojo permite conservar mayor humedad.

La rotación de cultivos alternos al maíz —como el ajonjolí— también es relevante, pues en estos casos se requiere menos agua para cubrir el ciclo productivo. De esta manera, la plataforma de investigación San José Estancia Grande contribuye a que, mediante una estrategia productiva que desarrolla sistemas agroalimentarios sustentables basados en la ciencia, los productores de la zona obtengan rendimientos mayores aun en un contexto de cambio climático.

Por: Gabriel García y Victoriano Evodio Cruz, Departamento de Ciencias Agropecuarias del Instituto Tecnológico de Pinotepa.

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Regenerar los suelos hace más rentable la agricultura

Benito Juárez, Son.- En muchos sentidos, el Valle del Yaqui, en Sonora, es un punto de referencia para la agricultura a nivel nacional e internacional. Sin embargo, su transformación a un sistema comercial de alta tecnificación muestra, desde hace algún tiempo, signos de que es necesario transitar hacia modelos de producción más sustentables. 

Durante años, los altos costos de producción debido a la máxima labranza, las malas prácticas de fertilización y la poca eficiencia en el manejo de agua a nivel parcela han sido una de las principales problemáticas en la zona, misma que se refleja en parcelas con bajas cantidades de materia orgánica, baja capacidad de retención de agua, baja disponibilidad de los nutrientes y pérdida de suelo por el excesivo laboreo.

Ante este contexto —donde para producir trigo harinero sin aplicar prácticas regenerativas los agricultores tienen que asumir costos de producción muy elevados— el Grupo Bimbo, con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), impulsa el proyecto Trigo Regenerativo BIMBO.

A este proyecto de Grupo Bimbo y el CIMMYT se han sumado productores que se han convencido de la importancia de hacer una Agricultura Regenerativa. Martín Ángel María Barceló Morales es uno de ellos y por esa razón aceptó que en una sección de su parcela se implementaran prácticas agrícolas innovadoras y sustentables, para compararlas, lado a lado, con las prácticas que convencionalmente se realizan en la zona. 

Para identificar las prácticas regenerativas más adecuadas y viables que se pudieran implementar en la parcela de Martín, el equipo técnico del proyecto primero visitó su parcela y realizó un diagnóstico. Como Martín ya realizaba algunas prácticas de Agricultura de Conservación, se identificaron los pasos de maquinaria clave para la preparación del suelo y para manejar adecuadamente el rastrojo, que es un elemento clave para conservar humedad y proteger al suelo de la erosión.

En la parcela del productor también se realizó fertilización fraccionada, de donde el 30% del total de la fertilización se aplicó al momento de la siembra junto con la semilla y el 70% en el primer riego de auxilio. Esto ayudó a que Martín aumentara la eficiencia en el uso de los fertilizantes nitrogenados y fertilizara en el suelo en el momento que las plantas demandan mayor cantidad de nitrógeno, fertilizante que no solo es uno de los que más eleva los costos de producción, sino también uno de los que tiene mayor potencial contaminante si su aplicación es inadecuada. 

Con respecto a las prácticas de optimización de agua se ha buscado aumentar la materia orgánica en el suelo para mejorar la capacidad de retención de humedad, así como recortar las tiradas a un máximo de 350 metros para reducir pérdidas y mejorar la eficiencia de los riegos.

Con todas estas acciones Martín ha logrado reducir los pasos de maquinaria —pasando de ocho a solo tres—, ahorrar hasta $5,000 en costos y avanzar en la regeneración de sus suelos: la materia orgánica ha pasado de 0.7% a 1.8% y, al mejorar la cobertura del suelo para retención de humedad, se ha disminuido también la erosión y se ha mejorado la estructura física del suelo.

Con estos resultados, y con una expectativa de rendimiento de 7.8 toneladas por hectárea —cuando el promedio regional es de solo 6.5—, este productor comenta que en esta parcela transitará totalmente al sistema de Agricultura de Conservación. Menciona que de igual forma lo hará en otras parcelas con las que trabaja ya que además en una de ellas cuenta con dos años de experiencia obteniendo rendimientos de ocho toneladas por hectárea con prácticas sustentables. 

Con la convicción de seguir haciendo prácticas regenerativas del suelo, el productor buscará ahora reducir a un solo paso la preparación del suelo mediante la reformación de camas permanentes, aplicar la fertilización con base al diagnóstico con GreenSeeker® e imágenes espectrales de drones, así como fertilización en banda inyectado al suelo, entre otras. 

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Cómo la distribución de las plantas mejora el rendimiento del maíz

En la Península de Yucatán la milpa sigue siendo la base de la alimentación (se estima que todavía hay cerca de 800,000 hectáreas dedicadas a esta). Sin embargo, debido a la prevalencia de prácticas inadecuadas (como roza, tumba y quema), actualmente la milpa presenta una disminución de su capacidad productiva, lo cual se refleja en la merma del rendimiento del maíz (con rendimientos promedio menores a 1 tonelada) y sus cultivos asociados.

Para ofrecer a las productoras y los productores opciones de manejo de la milpa que les permitan conservar y fortalecer su herencia biocultural, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Universidad Autónoma de Yucatán han realizado diversos estudios en las plataformas de investigación que han establecido en conjunto en Yaxcabá y Peto, en Yucatán.

Entre los resultados de los diversos estudios realizados destaca que el arreglo topológico —la distribución de las plantas sobre la superficie sembrada— ha permitido obtener, en general, los mayores rendimientos. Esto es relevante porque significa que en los primeros años de la implementación de prácticas de Agricultura Sustentable (cuyos efectos positivos se reflejan a mediano y largo plazo) los productores pueden obtener beneficios desde los primeros ciclos productivos.

Durante el segundo ciclo (2017) de la plataforma de investigación Kancabdzonot, en Yaxcabá (establecida en 2016), se evaluaron los efectos de tres factores de manejo en el rendimiento del grano de maíz:

  1. Manejo de rastrojo: dejar o quemar
  2. Tipo de cobertura: mucuna (Mucuna sp.) o calabaza ‘Xnucku’um’ (Cucurbita moschata) y frijol ‘Ib Xpuksiika’al Tsutsuy’ (Phaseolus lunatus)
  3. Arreglo topológico: 1 m * 1 m con cuatro semillas por golpe o 1 m * 0.5 m con dos semillas por golpe.

Los resultados de los ocho tratamientos que se obtuvieron a partir de estos tres factores (tabla 1) no mostraron diferencias significativas entre los tratamientos evaluados (debido a que las prácticas sustentables como el manejo del rastrojo muestran sus efectos a mediano y largo plazo); sin embargo, el rendimiento máximo fue registrado en el tratamiento en que se dejó el rastrojo, cobertura de milpa (calabaza y frijol ‘Ib’) y arreglo topológico de 1 m * 0.5 m. Los rendimientos más bajos correspondieron a los tratamientos en los que se quemó el rastrojo.

El análisis económico señaló que el mayor costo por hectárea fue el de los tratamientos en que se quemó el rastrojo, mientras que el menor correspondió a aquellos en los que se usó el rastrojo como cobertura. Esto debido a que en las prácticas convencionales la mano de obra empleada para establecer el cultivo incrementa los costos. Por el contrario, al mantener el rastrojo los productores pueden tener el beneficio adicional de ahorrarse esa mano de obra.

Este mismo ensayo con ocho tratamientos se replicó en la plataforma de investigación de Peto (establecida en 2017) y en la de Yaxunah, Yaxcabá (establecida en junio de 2018). En ambas, los resultados reportados también siguieron la tendencia de incrementos en los rendimientos por el arreglo topológico (a favor del arreglo de siembra de 1 m * 0.5 m y dos semillas por golpe), confirmándose que —con una mejor distribución de las plantas en el espacio— los niveles de rendimiento pueden aumentar.

El incremento en el rendimiento de grano de maíz se atribuye a que un espacio mayor entre los golpes y un número menor de plantas (por golpe) pueden asegurar una elevada disponibilidad de agua y nutrientes. Otro beneficio de este espaciamiento es la reducción de la competencia entre plantas.

Las investigaciones para evidenciar los efectos del rastrojo como cobertura del suelo continúan, pues estos son visibles solo a mediano y largo plazo, aunque es destacable que —durante 2019— en los alrededores de la plataforma de Peto se presentó una sequía que causó la pérdida de alrededor de 60% de la producción de maíz, mientras que en la plataforma —a pesar del efecto de la sequía— el promedio general del rendimiento fue de 2.4 toneladas de grano por hectárea debido, entre otros factores, a un mejor aprovechamiento de la humedad por efecto del mantenimiento del rastrojo.

El arreglo topológico es uno de los aprendizajes del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —de la Fundación Haciendas del Mundo Maya, Fomento Social Banamex y el CIMMYT— y también una de las acciones que a corto, mediano y largo plazo permitirá a las comunidades hacer más rentable la milpa y afianzar prácticas sustentables que aseguren la preservación funcional de la biodiversidad. Por esta razón, es importante apoyar y dar continuidad a los esfuerzos de todos los que hacen posible este proyecto.

 

Tabla 1. Descripción de los tratamientos evaluados en las plataformas de investigación.

No. de tratamiento Abreviación Manejo de rastrojo Cobertura Arreglo topológico
1 Q, MMU, AT1 Quemar Maíz-mucuna 1 m * 1 m * 4 semillas
2 Q, MMU, AT5 Quemar Maíz-mucuna 1 m * 0.5 m * 2 semillas
3 Q, MI, AT1 Quemar Milpa 1 m * 1 m * 4 semillas
4 Q, MI, AT5 Quemar Milpa 1 m * 0.5 m * 2 semillas
5 D, MMU, AT1 Dejar Maíz-mucuna 1 m * 1 m * 4 semillas
6 D, MMU, AT5 Dejar Maíz-mucuna 1 m * 0.5 m * 2 semillas
7 D, MI, AT1 Dejar Milpa 1 m * 1 m * 4 semillas
8 D, MI, AT5 Dejar Milpa 1 m * 0.5 m * 2 semillas
Abreviaciones: Q = quemar el rastrojo, D = dejar el rastrojo, MMU = maíz con mucuna como cobertura, MI = cobertura milpa (‘Ib’ y calabaza), AT1 = arreglo topológico 1 m * 1 m y cuatro semillas por mata y AT5 = arreglo topológico 1 m * 0.5 m y dos semillas por mata.

 

FUENTES:

  • Moya, X. (1999). Turning the tortilla upside-down, a study of endogenous development potential in local agricultural and organizational practices of two Mayan villages in Yucatan, Mexico (Tesis). WAU, Países Bajos.
  • Reta-Sánchez, D. G., Gaytán-Mascorro, A. y Carrillo-Amaya, J. S. (2003). Rendimiento y componentes del rendimiento de maíz en respuesta a arreglos topológicos. Fitotecnia Mexicana, 26(2), 75-82.
  • Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera. (2019). Anuario estadístico de la producción agrícola. Recuperado de https://nube.siap.gob.mx/cierreagricola/
  • Van der Wal, H., Duncan-Golicher, J., Caudillo-Caudillo, S. y Vargas-Domínguez, M. (2006). Plant densities, yields and area demands for maize under shifting cultivation in the Chinantla, Mexico. Agrociencia, 40(4), 449-460.

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Pensamiento sistémico en la producción de alimentos del sur de Asia

A farmer checks the drip irrigation system at his rice field in India. (Photo: Hamish John Appleby/IWMI)
Un agricultor revisa el sistema de riego por goteo en su campo de arroz en India. (Foto: Hamish John Appleby/IWMI)

En 2009, los gobiernos estatales en el noroeste de India implementaron una política diseñada para reducir la extracción de agua subterránea al prohibir la práctica habitual de sembrar arroz en mayo y moverlo a junio, con el comienzo de las lluvias monzónicas.

Aunque la política logró aliviar la presión sobre las aguas subterráneas, también tuvo el efecto inesperado de empeorar la ya severa contaminación del aire. La razón de esto, según un estudio reciente publicado en Nature Sustainability, es que la demora en la siembra de arroz redujo la brecha entre la cosecha de arroz y la siembra de la cosecha posterior —principalmente de trigo— dejando a los agricultores con poco tiempo para eliminar el rastrojo, razón por la cual deciden quemarlo.

A pesar de que en India se prohíbe la quema de residuos de cultivos, la incertidumbre sobre la implementación de la política gubernamental y la aparente falta de alternativas han perpetuado la práctica en los estados de Haryana y Punjab, cerca de la capital de la nación, Nueva Delhi, donde la contaminación del aire representa una gran amenaza para la salud.

Décadas de investigación para el desarrollo han permitido a los investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el Consejo Indio de Investigación Agrícola (ICAR por sus siglas en inglés) y otros socios identificar posibles soluciones a este problema.

Una opción particularmente viable se centra en la práctica de la labranza cero, en la que la semilla de trigo se siembra inmediatamente después de la cosecha del arroz a través del rastrojo sin labrar y con un solo paso del tractor.

En un nuevo blog publicado como parte de la serie de notas de campo del Consejo de Chicago sobre Asuntos Globales, los científicos del CIMMYT Hans Braun y Bruno Gerard discuten la combinación de condiciones agronómicas y de mejoramiento necesarias para que la labranza cero funcione, y proponen un cambio fundamental lejos de los incentivos actuales para maximizar la producción de cereales de la región.

Lea el blog completo en: Field Notes – Systems thinking at work in South Asia’s food production

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Con plantas mejor distribuidas, mayores rendimientos

La poca disponibilidad de agua durante el crecimiento del maíz puede afectar su desarrollo y el llenado de grano; también la distribución de las plantas y el arreglo de la parcela influyen significativamente en el rendimiento del cultivo. Tomando en cuenta lo anterior, a través del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán (MSPY) —que impulsan la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se promueven diversas prácticas que permiten asegurar las cosechas de los productores, incluso en tiempos de sequía.

Recientemente, el Hub Península de Yucatán —del CIMMYT— organizó un recorrido por la parcela de don José del Carmen Chi Nah, uno de los productores que participa en el proyecto MSPY. Él ha implementado diversas innovaciones en su milpa, entre ellas el arreglo topológico, el manejo de rastrojo y la aplicación de fertilizante en momentos adecuados.

Al recorrido asistieron productores de la localidad de Nacuché y otras localidades cercanas, los cuales escucharon de voz de don José los detalles de las prácticas que ha adoptado en su terreno. Los resultados no requirieron ser señalados, pues saltan a la vista, ya que el productor mantiene un área testigo; es decir, sigue trabajando un fragmento de su parcela de la forma en que antes lo hacía (la práctica convencional que predomina en la región) para que quienes lo visiten puedan comparar y observar claramente los beneficios de adoptar prácticas sustentables en sus milpas.

A los productores que visitaron la milpa del señor José del Carmen les sorprendió que pese a la poca disponibilidad de agua que tuvo el maíz en sus primeras etapas de crecimiento, este haya logrado tener un buen llenado de grano. Él les explicó que esto se debió a que ahora aprovecha el rastrojo para cubrir el suelo, y esto le ha ayudado a conservar la humedad.

Para don José, uno de los mayores beneficios que ha obtenido al participar en el proyecto MSPY son los aprendizajes que ahora pone en práctica, como el arreglo topológico (la adecuada distribución de las plantas en la parcela, que permite incrementar el rendimiento de grano como consecuencia de disminuir la competencia entre plantas por luz, agua y nutrimentos).

José del Carmen Chi Nah compara el maíz que produce en la sección con innovaciones con el del testigo (con menor desarrollo vegetativo), y no duda en recomendar a los otros productores que también adopten prácicas de Agricultura Sustentable. Como él lo manifiesta, con los cambios que ha hecho en su milpa ahora logra mayor producción en menor cantidad de mecates que siembra, y esto ayuda a su economía familiar.