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Impulsan el mejoramiento participativo de maíces nativos

Práctica de mejoramiento participativo de maíces nativos en Huamantla, Tlaxcala. (Foto: Anhel Martinez)
Práctica de mejoramiento participativo de maíces nativos en Huamantla, Tlaxcala. (Foto: Anhel Martinez)

En un esfuerzo conjunto por preservar y mejorar la diversidad de los maíces nativos, Driscoll’s y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han desarrollado una serie de capacitaciones dirigidas a productores agrícolas de Puebla y Tlaxcala. Estas acciones, que forman parte de una colaboración más amplia iniciada en 2021, tiene como objetivo no solo incrementar el rendimiento de las cosechas, sino también empoderar a las comunidades rurales mediante la adopción de prácticas agrícolas sustentables y la transferencia de tecnología adaptada a las necesidades locales.

Los cursos recientemente impartidos en el marco de la colaboración entre Driscoll’s y CIMMYT han abordado temas como la agricultura de conservación, fertilización integral, manejo agroecológico de plagas, manejo poscosecha de granos almacenados y mejoramiento participativo de maíces nativos.

Teniendo como lase la selección masal (un método que implica seleccionar las mejores mazorcas de maíz para propiciar que las características deseadas se transmitan a las siguientes generaciones de plantas), el mejoramiento participativo de maíces nativos permite que los productores mejoren gradualmente sus variedades locales de maíz, lo que además fortalece la resiliencia de los cultivos frente a los desafíos del cambio climático.

Recientemente, por ejemplo, se realizaron dos cursos teórico-prácticos sobre mejoramiento masal en Tlaxcala y Puebla. El primero de estos cursos se realizó en la localidad de San Andrés Payuca, en el municipio de Cuyoaco, Puebla, donde participaron tanto productores como estudiantes de la Universidad Tecnológica de Oriental (UTO). Durante este evento, los participantes tuvieron la oportunidad de aprender conceptos clave sobre la selección masal y aplicarlos directamente en el campo, lo que generó un gran entusiasmo entre los asistentes.

Posteriormente, el curso se impartió en la localidad de Xicohténcatl, en el municipio de Huamantla, Tlaxcala. En este segundo evento, los productores vinculados con Driscoll’s exploraron las bases del mejoramiento genético de maíces nativos mediante la técnica de selección masal, reforzando sus conocimientos con prácticas en campo.

Estos cursos son un claro ejemplo de cómo la colaboración entre empresas, centros de investigación y comunidades puede generar un impacto positivo en el desarrollo rural. Al integrar el conocimiento ancestral con técnicas modernas de mejoramiento genético, Driscoll’s y CIMMYT no solo están contribuyendo a la conservación de los maíces nativos, sino que también están sentando las bases para un futuro más sostenible y rentable para los productores de estas regiones.

Práctica de mejoramiento participativo de maíces nativos en Cuyoaco. (Foto: Anhel Martinez)
Práctica de mejoramiento participativo de maíces nativos en Cuyoaco. (Foto: Anhel Martinez)

La selección masal, tal como se enseña en estos cursos, implica un proceso riguroso de selección que inicia en la parcela, dividiendo el terreno en secciones a fin de escoger con mayor rigurosidad la semilla progenitora de la siguiente generación de selección. Así, se incrementa la probabilidad de que las características que se busca que las plantas hereden efectivamente sean parte de la información genética de las plantas y no se deba solo a la influencia del medioambiente o las prácticas agronómicas —que son importantes para lograr la sustentabilidad de todo el sistema de producción—.

Cuando las mazorcas con las características deseadas se cosechan, se hace una segunda selección a la manera acostumbrada: se seleccionan mazorcas sanas y grandes que luego se desgranan, usando para semilla solo los granos de la parte central de la mazorca.

Desde luego, el mejoramiento de los maíces nativos es un proceso que implica varios ciclos de selección y que requiere un acompañamiento técnico adecuado, pero, en el mediano plazo, este método permite mejorar las variedades locales y mantener a la vez la diversidad genética, por lo que es fundamental que los productores aprendan los procedimientos específicos en cada etapa del desarrollo del cultivo, como la eliminación de la flor masculina de los ejemplares no deseados y la selección de mazorcas de las plantas marcadas —las que tienen las características deseadas, como grosor del tallo, sanidad de la planta, precocidad, porte, altura y tamaño de mazorca, y tolerancia a factores bióticos y abióticos—.

Al mejorar las características genéticas de los materiales nativos de cada región es posible obtener rendimientos más favorables, pero también fortalecer la cultura.  El mejoramiento participativo permite hacer más rentables sistemas como la milpa, pero solo afianzando prácticas sustentables se podrá asegurar la preservación funcional de la biodiversidad de los maíces nativos.

Así, a largo plazo, esta colaboración entre Driscoll’s y CIMMYT no solo busca mejorar los rendimientos agrícolas, sino también fortalecer la cultura local y la resiliencia de las comunidades rurales. Al empoderar a los productores con conocimientos y técnicas adecuadas, se promueve un desarrollo más equitativo y sostenible en las regiones donde se lleva a cabo este proyecto.

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Integran boletín agroclimático para Puebla

Para el mes de junio de 2024 en Puebla, México, se anticipan precipitaciones por debajo de lo normal, mientras que julio se proyecta con lluvias por encima de lo habitual. En cuanto a la temperatura, se espera un promedio superior al normal durante todo el periodo (mayo a julio), oscilando entre los 23 y 30 °C en junio, y entre los 23 y 35 °C en julio. Así lo señala el boletín agroclimático integrado recientemente por la Mesa Técnica Agroclimática (MTA) del Estado de Puebla.

La MTA del Estado de Puebla, en este sentido, se erige como un foro crucial de intercambio entre productores e instituciones gubernamentales, enfocado en amalgamar esfuerzos para guiar decisiones efectivas frente a la variabilidad climática.

En su más reciente sesión, celebrada el 13 de mayo de 2024 en modalidad presencial en San Salvador El Verde, se presentó la perspectiva climática para el periodo comprendido entre mayo y julio de 2024. La información relevante surgida en este encuentro ha sido compilada en el presente boletín agroclimático, con la intención de diseminarla entre técnicos, promotores agrícolas y productores.

Entre las recomendaciones técnicas para el cultivo de maíz (cultivo esencial para el estado) que se incluyen en el boletín se encuentran la preparación del terreno con agricultura de conservación, densidades de siembra, variedades adecuadas, fertilización para la región Cholula (una de las zonas agrícolas de mayor relevancia en el estado), fertilización con biofertilizantes, control de malezas, manejo integrado de plagas, así como buenas prácticas de cosecha y almacenamiento.

La 2da MTA-Puebla fue posible gracias a la colaboración del Servicio Meteorológico Nacional de la CONAGUA, el Centro Internacional para el Mejoramiento del Maíz y Trigo (CIMMYT) y el SENASICA. Por parte de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la mesa contó con la participación de la Dirección General de Políticas, Prospección y Cambio Climático, la Representación en el estado de Puebla, Jefe de Distrito y representante de CADER. La contribución del Gobierno estatal fue a través de la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR).

Un aspecto destacable fue la valiosa participación de productoras y productores de los municipios de la región 05 Cholula, quienes fueron parte activa de este ejercicio analítico.

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Boletín Agroclimático Puebla (mayo-julio 2024)
Boletín Agroclimático Puebla (mayo-julio 2024)
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Plataforma de investigación en Puebla, referente en agricultura sustentable con perspectiva de género

Grupo de mujeres conversando sobre su participación en las actividades y toma de decisiones agrícolas del sistema de producción de maíz en Cuautempan, Puebla el 20 de marzo de 2024. (Foto: CIMMYT)
Grupo de mujeres conversando sobre su participación en las actividades y toma de decisiones agrícolas del sistema de producción de maíz en Cuautempan, Puebla el 20 de marzo de 2024. (Foto: CIMMYT)

Del 19 al 21 de marzo de 2024 en el CIMMYT se desarrolló el taller regional sobre género y sanidad vegetal: El poder de la investigación interdisciplinaria, en el marco de la iniciativa Plant Health —iniciativa del CGIAR para reducir las pérdidas de cultivos causadas por plagas y enfermedades utilizando enfoques ecológicos— con el objetivo de compartir experiencias y planes de trabajo que consideren intervenciones con enfoque de género que deriven en soluciones científicas y técnicas más equitativas e inclusivas.

El taller, que contó con la participación de científicos de Perú, México, Ecuador, Colombia, Vietnam y China, incluyó una visita a la plataforma de investigación de Cuautempan, Puebla, para implementar una herramienta que visibiliza la participación de las mujeres en el sistema de producción y conservación de maíz, particularmente en el control de las plagas. Además de un recorrido por la plataforma para mostrar los avances del proceso de investigación participativa que el CIMMYT desarrolla en conjunto con actores locales.

“Se visitó esta plataforma porque ahí se ha trabajado integrando la opinión de agricultoras y agricultores en los temas investigados.  Este proceso de inclusión participativa de actores clave fue detonado porque en la región norte de Puebla el objetivo principal de la agricultura es cubrir las necesidades de autoconsumo de las familias, donde las mujeres son actores clave para la producción agrícola y el desarrollo de las comunidades”, mencionaron los responsables de la plataforma.

Cuautempan, donde se encuentra la plataforma, está la Sierra Norte de Puebla, en una región con un relieve abrupto y una población conformada, mayoritariamente, por indígenas nahuas, siendo la agricultura su principal actividad económica (misma que se realiza de forma manual, con la participación familiar y contrato de jornales para actividades específicas) y el maíz nativo su cultivo más importante. No obstante, y aunque se le suele asociar con una gran diversidad de cultivos, los rendimientos del maíz son bajos (de alrededor de una tonelada por hectárea).

Entre las principales problemáticas que limitan la producción en Cuatempan están el efecto de sequía, las plagas (gallina ciega, gusano cogollero) y la falta de una mecanización adecuada que ayude a bajar los costos por jornales. Estas problemáticas son el principal objeto de la investigación de la plataforma de Cuautempan, donde el CIMMYT ha planeado y diseñado la investigación en la plataforma con perspectiva de género, pues esto influye en el potencial de impacto en el sistema agroalimentario local.

“Tengo la impresión de que las mujeres que forman parte de esta plataforma participan en las labores del maíz, quizá más que en el caso de la papa. Por ello tener tecnologías que incrementen el rendimiento puede ayudar para su consumo, pero también ingresos por la comercialización y por ello se debe incluir otros actores de la cadena de valor”, señaló uno de los participantes provenientes de Perú luego de conocer el trabajo de la plataforma.

“Aprendí que es necesario cambiar el foco hacia los agricultores porque es para ellos que nosotros trabajamos. La forma en que nosotros nos acercamos a los agricultores también es determinante”, comentó otro investigador peruano, seguido de otro compatriota suyo quien enfatizó: “Coincido en el sentido que la plataforma se haya instalado con base a la priorización de problemas que los propios agricultores definieron, tanto hombres como mujeres. Eso es importante para nosotros los investigadores porque obliga a tener una visión de lo que quieren los agricultores y no decidir con base en lo que quiere el investigador”.

“Estoy sorprendido de cómo la plataforma está abordando el tema de género para atender las necesidades tanto de hombres como de mujeres. Estoy sorprendido porque varias prácticas que se han implementado en la plataforma han surgido de esta forma de atender las necesidades, de ser inclusivos y tomar en cuenta las opiniones de todos”, comentó un investigador mexicano.

A pesar de los avances, en América Latina hay una amplia diversidad cultural y los contextos conllevan retos específicos, de manera que aún falta revisar cómo se puede implementar el enfoque de género en algunas regiones donde aún se considera que las mujeres no tienen roles en el sistema de producción de cultivos. En este sentido, señaló un investigador colombiano, es que “necesitamos el soporte de los científicos sociales para integrar en los proyectos el componente de género, porque demanda más tiempo y recursos económicos y de personas”.

El enfoque sobre género, coincidieron todos los participantes, debe ser considerado en todos los proyectos porque forma parte de una visión integral de mejorar los sistemas agroalimentarios más allá de solo incrementar la producción y la rentabilidad. En este sentido, la plataforma de Cuautempan, Puebla, lidereada por Fidelia González, responsable científica local, se ha convertido en un referente de los procesos para implementar acciones de investigación con enfoque sobre perspectiva de género.

Por supuesto, aún se requiere más investigación para evidenciar los impactos en el empoderamiento de las mujeres y asegurar que se contribuye en la mejora del sistema agroalimentario local. Es por ello por lo que el CIMMYT sigue colaborando en esta plataforma a través de los recursos de la iniciativa Excelencia en Agronomía donde el impacto y beneficios tienen énfasis en la participación de mujeres y jóvenes agricultores.

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La agricultura de conservación en la Sierra Norte de Puebla

Evento mostrando el establecimiento de arvejón como cultivo invernal. 22 de octubre de 2016. (Foto: URPROCT)
Evento mostrando el establecimiento de arvejón como cultivo invernal. 22 de octubre de 2016. (Foto: URPROCT)

La Sierra Norte de Puebla, ubicada en la zona de transición entre el Eje Neovolcánico y la Sierra Madre Oriental de México, es una región caracterizada por su abrupto relieve —con pendientes muy pronunciadas, de hasta 40 %— y alta humedad. Los agricultores de esta región, en su mayoría nahuas y totonacos, cultivan maíz criollo para autoconsumo, comúnmente asociado con frijol, chile serrano, arvejón, haba, avena, ebo, calabaza, y una amplia variedad de quelites como quintonil, borraja y tomate criollo.

A pesar de los beneficios de esta diversidad de cultivos, en la región los rendimientos de maíz son bajos —de una tonelada por hectárea (t/ha) o menos— y el manejo agronómico es deficiente. Esto se refleja en altos costos de producción que se suman a los retos de la variabilidad climática, cada vez más notoria.

Para ofrecer alternativas que les permita a los productores de la región superar estos desafíos, en la plataforma de investigación Cuautempan —ubicada en la carretera federal Tetela-Cuautempan, Km 9.4, en Hueytentan, municipio de Cuautempan, Puebla— se ha investigado, desde 2016 cuando fue instalada, aspectos como densidad de población, fertilización y manejo de malezas e insectos. Esto, a partir de experimentos con base en agricultura de conservación, uso de semilla criolla e hibrida, distintas dosis de fertilización y arreglos topológicos —distribución de las plantas sobre el terreno—.

La plataforma, donde colaboran la Unión Rural de Productores de Cuautempan y Tetela (URPCT) y CIMMYT, forma parte de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica (RedAgAL) —una de las redes de investigación agrícola más grandes a nivel mundial— y, en el marco de la iniciativa Excelencia en Agronomía del CGIAR —consorcio de centros de investigación internacionales del cual forma parte CIMMYT—, está operando y generando datos en beneficio de los agricultores locales y de todo el campo latinoamericano.

“Durante los tres primeros años de evaluación el rendimiento promedio entre la práctica convencional de la región —monocultivo de maíz  y remoción de rastrojo— y las innovaciones —cero labranza y dejar el rastrojo en la superficie del terreno— fue similar; sin embargo, en 2019 llovió 30 % menos de lo normal y entonces se notaron los beneficios de la agricultura de conservación, ya que el rendimiento con este sistema sustentable mejoró en 2,1 t/ha con respecto a la labranza convencional”, señalan los responsables de la plataforma.

Los costos de producción, con agricultura de conservación, disminuyeron cerca de 4 mil pesos por hectárea (3,975 MXN/ha). Además, las prácticas sustentables aplicadas han tenido un impacto positivo en las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. La materia orgánica, por ejemplo, ahora es mayor en las capas de 0-5 y 5-30 cm”, enfatizan los investigadores, quienes continúan investigando otros aspectos que aún requieren mayor tiempo para obtener conclusiones robustas que puedan ser compartidas con los agricultores.