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Nestlé México y el CIMMYT amplían su colaboración para el abastecimiento responsable a través de Plan Maíz

Directivos de Nestlé y el CIMMYT en las instalaciones del centro de investigación en mención, en Texcoco, Estado de México. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)
Directivos de Nestlé y el CIMMYT en las instalaciones del centro de investigación en mención, en Texcoco, Estado de México. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)

En el marco del Día Nacional del Maíz, Nestlé México, en colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), robustecen su compromiso de apoyar el desarrollo de los agricultores en México, a través de la iniciativa Plan Maíz, que alineada con metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), buscan potenciar la productividad, incrementar y mejorar las prácticas de Agricultura Regenerativa para incidir positivamente en la seguridad alimentaria, el impacto ambiental y la inclusión social del campo mexicano.

En México, el maíz no solo se trata de un alimento básico, sino de un componente fundamental del patrimonio gastronómico, cultural y de la identidad de los mexicanos. Por ello, desde 2017, Nestlé México y el CIMMYT firmaron un acuerdo de colaboración para trabajar de manera conjunta y contribuir no solamente a mejorar la calidad de vida de los agricultores, sino a cuidar de los recursos con los que se produce uno de los granos más importantes para nuestro país, para el mundo y para el sector agroalimentario.

El evento “Plan Maíz, compromiso por la agricultura regenerativa y la sustentabilidad”, contó con la participación del Dr. Bram Goavaerts, director general del CIMMYT; Julieta Loaiza, Vicepresidenta de Comunicación y Asuntos Corporativos de Nestlé México, así como de representantes y directivos de ambas instituciones, con el propósito de presentar avances y ratificar los acuerdos rumbo al futuro, con la finalidad de seguir conjuntando  recursos y acciones en pro del desarrollo de la agricultura en México. 

“En Nestlé estamos comprometidos con la sustentabilidad y el desarrollo del campo mexicano. Tenemos en este hermoso país más de 90 años de trabajo, compromiso y experiencia, por lo que ampliaremosnuestro impulso al desarrollo y la capacitación de los agricultores para mejorar sus procesos productivos a través de prácticas de agricultura regenerativa, para el cuidado de los recursos naturales y de la seguridad alimentaria de México”, comentó Julieta Loaiza, Vicepresidenta de Comunicación y Asuntos Corporativos. 

Por su parte, el Dr. Bram Govaerts, dijo: “En CIMMYT estamos muy comprometidos con los productores de maíz y trigo de México por lo que esta alianza Nestlé – CIMMYT nos permite  multiplicar el impacto para proteger y conservar los recursos agrícolas de México y fortalecer la seguridad alimentaria de las y los mexicanos.”

Los resultados de “Plan Maíz” obtenidos hasta la fecha son significativos: el número de agricultores beneficiados es de 400, quienes han adoptado prácticas sustentables para la producción tanto de maíz como de trigo, puesto que asistieron a capacitaciones y eventos demostrativos en los que se promueve un modelo de producción comercial más sustentable.

Gracias a las capacitaciones del acuerdo, el volumen producido de maíz y de trigo creció a un volumen total acumulado de más de 193,000 ton de maíz y 21,690 ton de trigo. El proyecto impactó en más de 9,000 hectáreas de maíz y trigo. En total, y durante 8 ciclos productivos, el acumulado de hectáreas impactadas ascendió a más de 19,000, donde se tiene registro de al menos la adopción de una práctica sustentable como: fertilidad integral, manejo integral y responsable de fertilizantes y fitosanitarios, entre otras.

Nestlé ha encaminado sus acciones a lograr cero emisiones netas en sus operaciones para 2050. En ese sentido, centra sus esfuerzos en actuar sobre el cambio climático a partir del apoyo y ampliación a la Agricultura Regenerativa. Eso significa perfeccionar y hacer crecer programas de sostenibilidad agrícola en las principales materias primas.

Para lograrlo, intensifican su compromiso con los agricultores para que las soluciones que crean para y con ellos logren un cambio positivo y sostenible tanto en sus procesos agrícolas como en las principales materias primas. Por ello,  se busca  que el 20% del maíz y trigo proveniente de “Plan Maíz” provenga de prácticas de agricultura regenerativa para 2025 y el 50% para 2030 y así seguir construyendo en el compromiso de desarrollar todo el poder de la alimentación para mejorar la calidad de vida, hoy y para las futuras generaciones.

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Acerca de Grupo Nestlé México 

Nestlé es la compañía de alimentos y bebidas más grande del mundo. Está presente en 187 países de todo el mundo, y sus 300,000 empleados están comprometidos con el propósito de Nestlé de mejorar la calidad de vida y contribuir a un futuro más saludable. Nestlé ofrece una amplia cartera de productos y servicios para personas y sus mascotas a lo largo de sus vidas. Sus más de 2000 marcas van desde iconos globales hasta favoritos locales. El rendimiento de la empresa está impulsado por su estrategia de nutrición, salud y bienestar. Nestlé tiene su sede en la ciudad suiza de Vevey, donde fue fundada hace más de 150 años. Con 90 años de presencia en México, Nestlé también es la empresa líder en Nutrición, Salud y Bienestar en el país, contando con el respaldo de 32 Centros de Investigación globales, 17 fábricas en 7 estados y 16 centros de distribución, en los cuales se generan 13,000 empleos. Visite: www.nestle.com.mx

Sobre el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es una organización internacional enfocada en la investigación y capacitación agrícola sin fines de lucro que empodera a los agricultores a través de la ciencia y la innovación para nutrir al mundo en medio de una crisis climática. Aplicando ciencia de alta calidad y alianzas sólidas, el CIMMYT trabaja para lograr un mundo con personas más sanas y prósperas, libres de crisis alimentarias mundiales y con sistemas agroalimentarios más resilientes. La investigación del CIMMYT aporta una mayor productividad y mejores ganancias a los agricultores, mitiga los efectos de la crisis climática y reduce el impacto ambiental de la agricultura. 

El CIMMYT es miembro del CGIAR, una alianza mundial de investigación para un futuro con seguridad alimentaria dedicada a reducir la pobreza, mejorar la seguridad alimentaria y nutricional y mejorar los recursos naturales.

Contactos de prensa:

Nestlé México: Norma Vázquez | norma.vazquez@mx.nestle.com

Hill+Knowlton Strategies: Aremi de la Cruz | aremi.delacruz@hkstrategies.com

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Alternativas para el control de la araña roja

Araña roja alimentándose de la savia de una planta de maíz. (Foto: Sakxim)
Araña roja alimentándose de la savia de una planta de maíz. (Foto: Sakxim)

La araña roja es un pequeño ácaro chupador de savia del maíz. Existen varios géneros (Tetranychus spp., Paratetranychus spp., Olygonychus spp.), sin embargo, todos pueden ser considerados un complejo —un grupo de especies estrechamente relacionadas donde la distinción entre una y otra suele ser difícil o poco clara— que se puede tratar de una sola manera. 

Generalmente, esta plaga agrede cuando hay cambios drásticos en el clima, en especial durante las sequías. Una de sus características esenciales es el lugar donde se posiciona, que es en la parte posterior o envés de la hoja. Ahí se alimenta de la capa superficial de la hoja, es decir, chupa la savia de la planta. 

Una de las características principales para identificar esta plaga es el punteo amarillo (pequeñas manchas amarillo pálido) en la parte superior de la hoja. Aunque esto se podría confundir con alguna carencia de algún mineral en la planta de maíz, es posible identificar que se trata de la araña roja porque también aparece una pequeña tela que cubre a los huevecillos puestos en el mismo envés de la hoja. 

En la parte superior de la hoja también puede haber un daño. Este se presenta en forma de pequeños círculos de colonias que llegan a unirse y hacer una colonia más grande. Esto puede conducir a la planta a una falta de circulación, un enrollamiento de la hoja por el mismo efecto de la succión de la savia y finalmente a su pérdida, a su deceso. 

Para ayudar a su control existen diversas alternativas. El uso de maíces híbridos con una arquitectura de hoja semierecta, por ejemplo, permite que haya suficiente exposición a la luz para tener cierto control sobre esta plaga. Los periodos prolongados de sequía, sin embargo, brindan las condiciones óptimas para reproducción de la plaga. 

Con respecto al control biológico, existen algunos depredadores de esta plaga como las crisopas, catarinas, tijerillas, algunas moscas e incluso algunos hongos contribuyen a mantener a la araña roja en un nivel de población por debajo del umbral de daño económico. 

En caso de que se considere necesario hacer un control químico de la plaga se recomienda asesorarse con un experto. En las sucursales de Financiera Sakxim hay técnicos capacitados que, conjuntamente con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), te podrán apoyar en el manejo adecuado de esta y otras plagas.

El equipo técnico de Sakxim y el CIMMYT desarrollan acciones de capacitación para la identificación y control de la araña roja y otras plagas en el marco de Plan Maíz, una iniciativa de Nestlé y el CIMMYT que, entre otros aspectos, busca elevar la cantidad y la calidad del grano que se cultiva en México a través de prácticas respetuosas con el medioambiente.

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¿Qué es la diatraea y cómo controlarla?

“La diatraea [léase ‘diatrea’] o palomilla del tallo del maíz es un insecto que en su estado adulto es una palomilla parecida a la del gusano cogollero. Pone sus huevecillos en el envés de la hoja —su cara inferior— y estos, al ir eclosionando, caminan y se meten dentro del tallo de la hoja”, explica Armando Jiménez, asesor técnico de Financiera Sakxim. 

El insecto en su estado de larva se propaga hacia abajo por el centro del tallo, comiéndose todo el tejido blando y pudiendo llegar hasta el fondo. Esto provoca que la caña no tenga alimentación y se caiga antes de la cosecha”, menciona el asesor como parte de la colaboración de Financiera Sakxim en acciones de capacitación para la identificación y control de la diatraea que se realizan en el marco de Plan Maíz.

Plan Maíz es una iniciativa de Nestlé y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que, entre otros aspectos, busca elevar la cantidad y la calidad del grano que se cultiva en México a través de prácticas respetuosas con el medioambiente, por eso es importante identificar plagas como la diatraea, ver cómo se presenta, qué efectos tiene sobre el cultivo, así como su control. 

Diatraea es una palabra griega que significa taladrar o perforar, y por eso se eligió para designar a este género de insectos barrenadores del tallo que atacan a cultivos de gramíneas, principalmente maíz, caña de azúcar, arroz, sorgo y gramíneas forrajeras.

En México, las especies de diatraea de mayor importancia económica por sus daños a los cultivos de maíz son Diatraea grandiosella, Diatraea saccharalis y Diatraea lineolata. Si bien cada una de estas especies presenta características particulares, en general tienen un comportamiento y ciclo biológico similar —de hecho, algunos autores se refieren a esta plaga como el ‘complejo diatraea’, ya que en términos biológicos un ‘complejo’ es un grupo de especies estrechamente relacionadas donde la distinción entre una y otra suele ser difícil o poco clara—.

Ya que las larvas de diatraea crecen y se desarrollan en el interior del tallo, protegidas del ambiente externo, el control químico suele dificultarse y, muchas veces, solo logra ser efectivo antes de que las larvas penetren al tallo. Por esta razón, una alternativa de control es el uso de enemigos naturales, que incluye el empleo de parasitoides, depredadores y entomopatógenos —microorganismos capaces de causar una enfermedad al insecto plaga—. 

“Una vez que se identifica el problema se tiene que hacer un muestreo. La recomendación es hacerlo en la etapa V6 a V10 —etapas intermedias del desarrollo de la planta—. El control biológico natural se realiza mediante el uso de catarinas, crisopas, tijerillas y también con avispas del género Trichogramma. Si se opta por realizar un control químico se recomienda usar productos de bajo impacto”, puntualiza Juan Carlos Cázares, otro de los asesores técnicos de Financiera Sakxim que está participando en la iniciativa. 

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Piensa esto antes de empacar tu rastrojo

Pénjamo, Gto.- “Me dedico a la agricultura desde 1986. Iniciamos produciendo brócoli, trigo, cebada y luego nos inclinamos por el sorgo y el maíz. En estos últimos 10 años le hemos dado preferencia al cultivo del maíz y en los noventa iniciamos con el sistema de cero labranza. Es un gran reto tener una semilla y hacerla crecer hasta que llegue al término de cosecha. Este es el sustento de nuestra familia y por eso para nosotros es muy importante que haya empresas interesadas en lo que estamos haciendo”, comenta el productor Fernando Reyes Magdaleno —de Pénjamo, Guanajuato— sobre el proyecto Plan Maíz. 

Plan Maíz es una iniciativa de Nestlé y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). El proyecto promueve prácticas agrícolas sustentables como la mínima labranza y la cobertura del suelo con rastrojos. Las ventajas de estas prácticas “son ahorro de combustible, rapidez de siembra y yo he notado que, en comparación con otros terrenos donde no se ejecuta esta labranza, la temperatura en el suelo es más baja, por lo que hay menos pérdida de humedad y esto gracias al simple hecho de tener el rastrojo expuesto en la superficie del terreno”, menciona el productor. 

Fernando Reyes es entusiasta y siempre está buscando nuevos aprendizajes: “con base a estudios también hemos logrado conocer que el residuo vegetal tiene la capacidad de retener el agua hasta 20 veces su peso. Entonces cuando los temporales se retrasan, el simple hecho de tener ese acolchado de rastrojo sobre la superficie permite que no se tenga que hacer un riego tan frecuente. En comparación con personas que no hacen este tipo de labranza yo he visto una diferencia de hasta 15 días de que yo no riego cuando ellos ya tienen que estar regando”, comenta. 

“Es muy importante que antes de regalar el residuo vegetal a las empacadoras los productores se pongan a hacer un análisis de qué es lo que están regalando, porque el rastrojo le sirve a su tierra como fertilizante, como una alcancía que en dos o tres años va a generar más vida dentro del suelo, nos va a generar un sistema con mayor materia orgánica. Entonces sí invito a todos los productores a cambiar a cero labranza. Van a ahorrar agua, van a enriquecer sus suelos con materia orgánica y las plantas se desarrollan mejor”. 

Tanto la mínima labranza como la cobertura del suelo con rastrojos son componentes básicos de la Agricultura de Conservación, un sistema que ofrece amplias ventajas con respecto a la labranza convencional: “En la forma convencional teníamos que barbechar, rastrar, nivelar y luego sembrar. Con cero labranza desmenuzamos el residuo vegetal, “alegramos las rayas” —formar surcos— y sembramos, ya no tenemos que barbechar, rastrar ni nivelar. Eso reduce los gastos, tenemos un ahorro de un 25 a un 30%, sobre todo en diésel, no se diga el tiempo que vamos a ahorrarnos al eliminar todos esos pasos que mencioné”, comenta Fernando.

Con respecto a la comercialización, Fernando comenta que “nos da gusto saber que los materiales que sembramos de forma sustentable, tanto maíces blancos como amarillos, pueden cumplir con los requisitos de calidad y contenido nutricional, libres de aflatoxinas. A mí me da gusto saber que Nestlé está interesada en comprar nuestra cosecha. Nosotros debemos cumplir requisitos de humedad y estado físico del grano. Por eso es importante que haya una infraestructura adecuada para que nos puedan recibir nuestra producción”.

Sobre la integración de actores clave en la cadena de valor, el productor comenta que es notable la participación de organizaciones como la financiera Sakxim “que está muy presente aquí y son los que nos han acercado con el grupo Nestlé: han llevado muestras de algunos maíces que aquí he tenido para hacerles análisis bromatológicos y ver si tienen o no residuos de insecticidas. Es bueno que la cadena de valor esté dada de esta manera”. 

Finalmente, convencido de que la ciencia y las prácticas agrícolas sustentables e innovadoras hacen más rentable el campo, el productor Fernando Reyes les dice a los jóvenes que vuelvan sus ojos al campo y que “contemplen las nuevas tecnologías, como el uso de drones, la siembra satelital, nosotros de hecho ya hemos hecho algunos avances con el CIMMYT con el trigo. Estas tecnologías posiblemente se vean inviables ahora, pero en el futuro serán como los celulares. No dejemos solo al campo, no se rindan fácilmente porque el campo siempre tiene una puerta abierta y es la base de la sociedad”.

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Plan Maíz, una iniciativa para asegurar el futuro

Guanajuato.- De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), si nuestros hábitos de consumo y producción no transitan hacia formas sustentables, en menos de 10 años la humanidad estará frente a un momento crítico: el consecuente aumento de las necesidades alimentarias no encontrará respaldo en un mundo con tierras de cultivo reducidas y degradadas que, además, sufrirán cada vez más los efectos del cambio climático. 

Por esta razón, entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas destaca que, para 2030 es necesario asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y la producción, contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra.

Plan Maíz es un proyecto alineado con estas metas planteadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Impulsado por Nestlé y con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), esta iniciativa promueve prácticas de Agricultura Sustentable en Guanajuato desde 2018 e incide positivamente en aspectos como la seguridad alimentaria, el impacto ambiental y la inclusión social. 

Sustentabilidad agrícola y abastecimiento responsable son parte de los fundamentos del proyecto que, en 2020 —justo en medio de las dificultades derivadas de la pandemia por COVID-19 y sus efectos— permitió que 203 productores cultivaran más de 54 mil toneladas de maíz blanco en más de 4,400 hectáreas de forma sustentable, es decir, a través de la implementación de prácticas innovadoras orientadas a la conservación de suelo y agua mediante un esquema de acompañamiento técnico y desarrollo de capacidades continuo. 

Los resultados del Plan Maíz obtenidos en 2020 son significativos y alentadores: el número de productores beneficiados se duplicó con respecto a 2019 y el número de toneladas de maíz producidas se incrementó en cerca de 20 mil toneladas con respecto a ese mismo año. Estos números hablan de una mayor penetración del proyecto en el territorio —y, a la par, de un incremento en la percepción positiva de las prácticas sustentables entre los propios agricultores— y de un incremento en el grano comercializado de un ciclo a otro, lo cual indica que, con la implementación de las prácticas sustentables, es posible alcanzar un rendimiento por tonelada constante (unas 12 toneladas por hectárea). 

Lo anterior representa un rendimiento 20% superior al rendimiento promedio en la región. Este hecho confirma que la Agricultura Sustentable sí es rentable —en este ciclo los productores obtuvieron utilidades por arriba del 50% en promedio— y, además de tener ahorros significativos por la reducción de pasos de maquinaria y uso de combustible —el proyecto promueve la mínima labranza para mejorar las características del suelo—, los productores contribuyen a la restauración de las tierras degradadas, asegurando los recursos necesarios para la producción de alimentos que serán indispensables para las generaciones futuras.

Plan Maíz apuesta por el desarrollo de capacidades y la inclusión social. En este sentido, destaca la participación de 38 productoras, número relevante si se considera que los patrones socioculturales en el campo siguen relegando a la mujer, a pesar de su papel fundamental en estas actividades. Por supuesto, los cambios culturales son procesos lentos, por eso es importante mantener los esfuerzos mediante proyectos como Plan Maíz.

Con respecto al impacto ambiental, además de las prácticas de Agricultura de Conservación promovidas —sistema que ha ayudado a reducir las emisiones de CO2 con respecto a prácticas convencionales—, el proyecto fomenta de mejores prácticas para la aplicación de agroquímicos en términos de su impacto en la salud y el medioambiente. 

Adicionalmente, el proyecto trabaja en la evaluación de variedades de maíz altamente nutritivos en comunidades rurales: maíz azul que es rico en antocianinas —estos compuestos contribuyen a un menor índice glucémico y tienen propiedades antioxidantes y anticancerígenas—; maíz amarillo que es alto en carotenoides —pigmentos que al consumirse se convierten en una forma de Vitamina A—, así como maíces QPM (Alta Calidad Proteica, en inglés) y biofortificados.  

En el contexto del Día Nacional del Maíz (29 de septiembre), esta iniciativa impulsada por Nestlé y CIMMYT contribuye no solamente a mejorar la calidad de vida de los agricultores, sino a cuidar de los recursos con los que se produce uno de los granos más importantes para México y el mundo. Como comenta Miguel Ángel Armenta, uno de los productores que participan en esta iniciativa, “es bueno adoptar nuevas tecnologías en el campo, tecnologías importantes porque no solo hay que verlo como algo económico, sino hay que tener también un sentido social, por la naturaleza, por heredarles a las futuras generaciones un mundo limpio”. 

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Un granito de arena para que no nos falte maíz 

Guanajuato.- “Desde que yo era un niño acompañaba a mi padre al campo y él todo el tiempo estuvo produciendo maíz. El maíz es un cultivo muy importante porque es el alimento de todos mexicanos, así que de alguna manera estamos contribuyendo con un granito de arena para que no nos falte este alimento que es básico”, comenta Martín Mendoza, productor guanajuatense que participa en el Plan Maíz, un proyecto impulsado por Nestlé con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

A pesar de su relevancia para México —donde se siembran más de siete millones de hectáreas de maíz y se producen más de 27 millones de toneladas anuales—, la productividad promedio del país sigue siendo baja en comparación con los principales productores —Estados Unidos y China que producen alrededor de 384 y 231 millones de toneladas anuales, respectivamente—. De hecho, México no alcanza a cubrir toda su demanda y actualmente es el segundo importador de maíz, solo después de Japón.

Cultivar maíz de forma sustentable es una vía para mejorar la productividad nacional y para conservar los recursos naturales que se necesitan para la producción de este cereal: “Las prácticas sustentables nos ayudan a producir un poquito más. La Agricultura de Conservación contribuye a que tengamos un poquito más de rendimiento. Estamos produciendo un maíz de mayor calidad, también ahorramos trabajo, tiempo y dinero”, comenta Martín. 

La Agricultura de Conservación es el sistema de producción sustentable que se promueve a través del Plan Maíz. Tiene tres componentes básicos: la mínima labranza, la diversificación de cultivos y la cobertura del suelo con residuos agrícolas (rastrojos). Se trata de un sistema flexible que se adecua a las necesidades y condiciones de los productores —y al que se le pueden sumar otros sistemas integrales, como los enfoques agroecológicos para el control de plagas—. Entre sus beneficios está que permite disminuir la erosión del suelo, mejorar su calidad y su biodiversidad, así como optimizar el consumo del agua en la agricultura. 

El Plan Maíz fomenta el abasto local y le da valor a la producción sustentable del que es el cultivo insignia de México: “Con este proyecto tenemos ya la venta del maíz asegurada sin necesidad de andarle batallando para la comercialización. La Financiera Sakxim —que está sumando esfuerzos con Nestlé y el CIMMYT en este proyecto— se dedica a la comercialización de los granos y ofrece servicios de asesoría, financiamiento y comercialización. Ellos también nos están asesorando sobre qué variedades meter, cuáles son las que más convienen para los requerimientos de comercialización”, comenta el productor. 

Para Martín, el proyecto es favorable para la sociedad en general “por la calidad del grano que nosotros producimos y todos los beneficios que esto representa”, señala. En este sentido, el acompañamiento técnico que reciben los productores que participan en el proyecto es fundamental porque está orientado a desarrollar sus capacidades: “nos ayudan a conocer las nuevas tecnologías que van saliendo y que las implementemos en el campo”. 

Desarrollar capacidades para fomentar la producción sustentable de maíz es uno de los aspectos esenciales del proyecto impulsado por Nestlé y el CIMMYT. Los productores de maíz mexicanos son clave para lograr la sustentabilidad del campo y para preservar una herencia de cultivo única en el mundo. Como comenta Martín, es importante que las nuevas generaciones se involucren y “vayan aprendiendo esta cultura del maíz, que viene desde nuestros antepasados, forma parte de nuestras raíces y por eso tenemos que seguir con este cultivo, tenemos que hacerlo”. 

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Plan Maíz, un plan por el medioambiente

Pénjamo, Gto.- “Hoy en día el principal reto que vamos a tener como productores va a ser el cuidado de los recursos naturales, principalmente el agua, así que tenemos que aprender a adaptar nuevas tecnologías para su cuidado, llámese riego por goteo, sistemas de riego más eficientes, aspersiones, pero cuidar siempre el agua porque sí está bajando mucho el nivel”, comenta José Aranda Pérez, productor de Pénjamo que participa en el Plan Maíz, un proyecto impulsado por Nestlé con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

José es un productor joven, se dedica al campo desde hace cinco años, terminó su carrera de ingeniero agrónomo hace tres y desde entonces se dedicó por completo a la agricultura: “yo entré a la guerra sin saber nada de agricultura y hasta la fecha sigo aprendiendo, he logrado avanzar aceptando consejos, preguntando y no quedándome con la duda. Por eso es muy bueno tener acompañamiento técnico de este proyecto porque no por el hecho de que uno sea profesionista quiere decir que sabe todo. Los técnicos traen ideas nuevas, lo acompañan a uno, lo aconsejan, y eso sirve para tomar buenas decisiones y corregir lo que uno está haciendo mal”, comenta. 

El proyecto Plan Maíz le da valor a la producción sustentable y por eso promueve una amplia gama de prácticas que le permiten a los agricultores participantes cuidar los recursos naturales y obtener mejores niveles de rentabilidad: “tenemos varias parcelas demostrativas e invitamos a los agricultores a días de campo, vamos y les mostramos lo que estamos haciendo para que ellos por su propia cuenta vean si funciona o no y le den el visto bueno”, comenta Andrés Germán Loza Medina, de la Financiera Sakxim, la cual está sumando esfuerzos con Nestlé y el CIMMYT para elevar la cantidad y la calidad del grano que se cultiva en México a través de prácticas respetuosas con el medioambiente. 

“Otro gran reto es que la gente entienda que la tecnología va a ir cambiando y uno tiene que ir adaptándose a ello. Por eso es importante informar a los jóvenes, acercarlos al campo, que vean cuáles son los procesos, que entiendan que del campo es la comida. Por ejemplo, Pénjamo vive del campo, sin el campo aquí en Pénjamo no hay movimiento, no hay dinero, no hay nada. A los jóvenes que trabajan conmigo yo los oriento a que sigan estudiando y a todos mis sobrinos me los llevo a trabajar a que conozcan el campo”, dice José, quien ve en proyectos como Plan Maíz una oportunidad para que los jóvenes consideren una vocación en el campo y sean innovadores. 

“Ahorita es muy buen tiempo para invitar a los jóvenes. Nosotros como técnicos —lo acompaña el ingeniero Manuel Tafoya—compartimos con los jóvenes para invitarlos a que formen parte de este ramo y que vean que es un negocio redituable. Periódicamente hacemos exposiciones en nuestras sucursales, invitamos a productores y a sus hijos para que vean nuestra forma de trabajar y se les comparte el mensaje de la Agricultura Sustentable”, finaliza el ingeniero de la Financiera Sakxim. 

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La Agricultura Sustentable, clave para la resiliencia del sector agroalimentario

Texcoco, Edo. Méx.- El Día Mundial del Medioambiente (5 de junio) se conmemora desde 1972 y es un llamado a desarrollar acciones para proteger y mejorar el entorno natural. Esta conmemoración busca desarrollar el sentido de la responsabilidad medioambiental en individuos, empresas y colectividades. Cada año se enfatiza en un tema en particular. 2021 se centra en la restauración de los ecosistemas, incluyendo ciudades y tierras de cultivo. 

¿Por qué es importante restaurar las tierras donde se producen los alimentos? En primer lugar, porque el 52% de los suelos agrícolas del mundo están moderada o severamente degradados. Esto afecta directamente a 74% de la población en situación de pobreza. En segundo lugar, porque las prácticas agrícolas convencionales contribuyen a la degradación de otros ecosistemas. 

De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), el sector primario (agricultura, ganadería y otros usos de la tierra) es responsable del 23% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Además, la agricultura ocupa el 70% del agua extraída a nivel global —en México esta cifra es de 76%—. Así, buscar y difundir mejores prácticas agrícolas que permitan restaurar y conservar suelos, agua y aire, es fundamental. 

A través del proyecto de sustentabilidad agrícola y abastecimiento responsable, Plan Maíz, Nestlé promueve prácticas de Agricultura Sustentable en Guanajuato desde 2018. El proyecto cuenta con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y durante el ciclo primavera-verano 2020 promovió la adopción de mejores prácticas agrícolas en una superficie cercana a las 4,400 hectáreas. 

Se trata de las parcelas de 203 agricultores (casi el doble que en 2019) de los municipios de Pénjamo e Irapuato en Guanajuato. Estas parcelas representan sitios donde se promueven y adoptan prácticas sustentables, pero también donde se desarrollan capacidades de técnicos y productores mediante eventos de entrenamiento.

Entre las prácticas agronómicas promovidas por el proyecto se encuentra el monitoreo de fechas de siembra adecuadas, la alternancia de maíz con cultivos adecuados, la labranza mínima, el mínimo movimiento del suelo, la incorporación de los residuos del cultivo anterior (rastrojos) para conservar humedad y evitar la erosión del suelo, la aplicación de estrategias de fertilización integral para darle a la planta las cantidades de nutrientes que requiere, la tecnificación del riego, el control de plagas y enfermedades con base en microorganismos benéficos y enfoques agroecológicos, la utilización de dosis óptimas y aplicaciones adecuadas para el control químico, así como la incorporación de estrategias para el manejo de la biodiversidad a nivel parcela, como las barreras vivas y los hospederos de insectos benéficos.

Estas prácticas se promueven en colaboración con actores locales en Guanajuato, como técnicos de campo, y el reto es que un número mayor de productores las adopten como estrategia para minimizar los riesgos derivados del cambio climático. Además de promover su adopción, el proyecto mide los impactos que estas prácticas tienen en los recursos naturales, como el aire, el agua y el suelo.

Con respecto al aire, por ejemplo, el proyecto mide el promedio de emisiones de CO2 a la atmósfera a partir del consumo promedio de combustible por hectárea en la producción de maíz. En este contexto, este proyecto ha identificado que las practicas sustentables pueden ayudar a reducir las emisiones de CO2 hasta en un 30%.

Con respecto al agua, se mide la cantidad utilizada para producir una tonelada de maíz expresado en metros cúbicos (m3). Con la promoción de tecnologías de riego más adecuadas y la implementación de camas permanentes (práctica que permite distribuir mejor el agua y disminuir su desperdicio), el consumo de agua con respecto a prácticas convencionales puede reducirse hasta en un 20%, dependiendo de las condiciones de cada ciclo productivo

Las prácticas sustentables pueden también ayudar a mejorar la productividad y rentabilidad de los sistemas de producción de maíz en El Bajío. Durante 2020, los productores de Plan Maíz alcanzaron en promedio un rendimiento de 12.3 toneladas por hectárea (t/ha). Esto representa un rendimiento 20% superior comparado con el valor promedio para productores de la región. Sin duda, esto ayuda a que los productores tengan mejores niveles de rentabilidad. 

El modelo de Agricultura Sustentable promovido por Plan Maíz y Nestlé ayuda a generar información para que un mayor número de productores perciba que el valor de las prácticas sustentables también se relaciona con una mejor productividad. Si además existe una compra asegurada, los productores pueden tomar decisiones en un entorno de mayor certeza y contribuir a la restauración de los recursos naturales. De esta manera, se aporta también a objetivos más amplios orientados a que los sistemas agroalimentarios sean más sustentables y resilientes para que el sector que alimenta al mundo sea el mismo que lo restaure.  

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Hacia una economía más sustentable e incluyente

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que hacia el año 2030 los efectos del cambio climático y el incremento de la población mundial generarán una grave crisis ambiental y de disponibilidad de alimentos. Por eso es necesario lograr la sustentabilidad de los sistemas agroalimentarios y fomentar el desarrollo de las comunidades rurales.

Entre los acuerdos globales que se promueven para proteger el planeta y garantizar que todas las personas dispongan de alimentos y bienestar para el año 2030, están los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) —los cuales fomentan acciones para lograr la seguridad alimentaria, la mejora de la nutrición, la Agricultura Sustentable y la producción y el consumo responsables— y el Pacto Mundial de las Naciones Unidas (Global Compact).

El Pacto Mundial de las Naciones Unidas es un modelo de negocio que invita a las empresas a alinear sus operaciones y estrategias con 10 principios en materia de derechos humanos, trabajo y medioambiente, y es una guía para que las empresas y organizaciones alcancen los ODS. Este énfasis en el sector privado se debe a que, al ser generador de tecnologías, recursos y empleo, juega un papel fundamental en el diseño de un futuro sostenible.

Mediante proyectos que fomenten la sustentabilidad ambiental y la responsabilidad social, “las empresas del Pacto Mundial de las Naciones Unidas pueden acelerar el paso hacia la agenda 2030”, señaló Michelle Benítez, coordinadora de Adheridos del PNUD, durante la entrega y presentación del reporte de resultados del programa Creación de Valor Compartido 2016-2018, de Nestlé México, empresa que por cuarta ocasión renovó su adhesión a la iniciativa de la ONU.

“En Nestlé buscamos generar y compartir valor con la sociedad en donde hacemos negocios”, dijo Fausto Costa, presidente ejecutivo de Nestlé México, en la Casa de la Organización de las Naciones Unidas en México al momento de presentar el informe, en el cual destaca el Plan Maíz por México, una iniciativa conjunta de esa empresa y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

El Plan Maíz por México pone en acción el compromiso de Nestlé México de tener un abasto responsable y el del CIMMYT de promover la sustentabilidad agrícola. Se trata de un plan de compra nacional de maíz y trigo para apoyar el desarrollo de productores en México, principalmente en la zona del Bajío, donde se ha logrado impactar positivamente a cerca de un centenar y medio de productores y a alrededor de 1,700 hectáreas con prácticas de Agricultura Sustentable.

Los notables incrementos en el rendimiento de los cultivos (que han pasado de un promedio histórico regional de 8.5 t/ha con labranza convencional a 12 t/ha con la implementación de prácticas sustentables) fortalecen la economía de los productores, sus familias y sus comunidades, haciéndoles parte de un abastecimiento responsable que involucra y beneficia a todos.

Además de mejorar los medios de vida en el ámbito rural, las innovaciones agrícolas que el proyecto fomenta son una manera de cuidar el planeta. En las parcelas de los productores que participan en el Plan Maíz por México se ha podido avanzar en la eficiencia en el uso del agua (por cada tonelada de grano producida sustentablemente se han ahorrado 62,000 litros) y en la calidad del suelo (se ha eliminado el uso de agroquímicos restringidos en el tratamiento de semillas) y el aire (se ha reducido en 27% la emisión de CO2 a la atmósfera).

Debido a que uno de los 10 principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas es que las empresas deben favorecer el desarrollo y la difusión de las tecnologías respetuosas con el medioambiente, la iniciativa conjunta de Nestlé México y el CIMMYT adquiere relevancia, pues sus resultados son una ventana abierta a nuevas posibilidades de colaboración para que —a través de la sinergia entre las empresas socialmente responsables y la Agricultura Sustentable— se logre superar el reto que el año 2030 plantea a las sociedades.

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¿Cuál es el valor de un grano producido de forma sustentable?

Representantes de diversas organizaciones de productores de granos de Guanajuato participaron en una sesión de trabajo en la que se presentó el plan de desarrollo y capacitación del proyecto Plan Maíz por México, que impulsan Nestlé y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para apoyar a agricultores de esa entidad en la producción de granos de una forma sustentable.

El proyecto combina la estrategia y visión del CIMMYT en materia de sustentabilidad agrícola —a través del fomento de la Agricultura de Conservación— con los principios de desarrollo de negocios y la estrategia de abastecimiento responsable de Nestlé. Esta sinergia, alineada también con la visión de desarrollo regional de la administración estatal, busca incidir positivamente en el ámbito local y favorece el desarrollo de sistemas de innovación agrícola de manera sustentable e incluyente.

Entre las actividades incluidas en el proyecto están: el fortalecimiento de los actores que componen la cadena de valor del maíz y el trigo en Guanajuato, el impulso a las relaciones inclusivas entre productores y agroindustrias, la ampliación de la red de proveedores de asistencia técnica y fortalecimiento de capacidades de los técnicos, o la investigación y promoción de aspectos clave en materia de nutrición y calidad.

El Plan Maíz por México impulsa el desarrollo económico local y regional, permitiendo que —a través del desarrollo de capacidades— los productores tomen mejores decisiones en beneficio de sus cultivos. Las prácticas sustentables que el proyecto promueve les permiten reducir sus costos de producción, incrementar sus rendimientos y la calidad de su producción —lo que mejora sus condiciones de comercialización— cuidar y conservar el medioambiente y planear mejor sus actividades productivas y financieras asociadas.

En este sentido, la sustentabilidad agroalimentaria por la que apuestan Nestlé y el CIMMYT añade valor a la producción local. Al mejorar los sistemas de producción, los consumidores pueden disponer de productos de mejor calidad, más nutritivos y producidos con innovaciones agrícolas que no sólo benefician a los productores, sino que favorecen al cuidado y la preservación de los recursos naturales. Un grano producido de forma sustentable implica y beneficia a todos.