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Se propagan los aprendizajes del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán

Los productores del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán (MSPY) —de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo— han obtenido diversos aprendizajes sobre Agricultura Sustentable. Algunas de las parcelas que se han trabajado con estos productores se han constituido como módulos de exhibición para difundir prácticas agronómicas innovadoras y pertinentes para la región.

Recientemente, se realizó un recorrido por un módulo ubicado en el municipio de Tizimín, Yucatán. En él participaron 27 productores y técnicos locales, los cuales observaron directamente los beneficios de realizar un arreglo topológico adecuado —es decir, una distribución óptima de las plantas— y de aplicar los fertilizantes en los momentos precisos.

Debido a que en la zona el temporal fue errático y la falta de agua afectó a los cultivos en la región, los productores y técnicos que visitaron el módulo de exhibición se mostraron sorprendidos por el buen desarrollo que tuvo el área de innovación de la parcela en comparación con el área testigo. Y comentaron que lo más sorprendente fue que las plantas tuvieron un llenado de grano muy bueno.

Don Timoteo Rosendo Baak Dzib, dueño de la parcela y uno de los productores del proyecto MSPY, mencionó que —para él— el principal cambio fue que con un mejor arreglo de la parcela ya no tuvo que utilizar cinco o seis semillas por postura, sino solamente dos (del mismo maíz nativo), obteniendo así un mejor desarrollo de la planta, con tallos más gruesos y mazorcas de mayor tamaño.

Los visitantes también observaron la vitrina de maíces nativos que se estableció en la parcela de don Timoteo. Actualmente, a través del mejoramiento participativo se están evaluando el desarrollo y las características de estos materiales (altura, floración y acame de las plantas). La intención de esta iniciativa es reforzar el sistema milpa en la región y preservar (y en algunas ocasiones recuperar) la diversidad genética de los maíces nativos con la participación de los propios productores.

Al finalizar el recorrido, incluso los productores más escépticos se mostraron convencidos de la necesidad de adoptar nuevas y mejores prácticas agronómicas que, validadas desde la ciencia, permitan reforzar la tradición de la milpa en Yucatán.

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Hacia el rescate de las semillas nativas de Yucatán

La sandía amarilla, el makal de guía (una especie de tubérculo), el palbox (fruta parecida a la guanábana) y veinte especies vegetales más que antes se sembraban en la Península de Yucatán ahora ya no se cultivan (además de otras especies que se siembran en poca superficie o por muy pocas personas).

Ante esta realidad que pone en riesgo la nutrición y la seguridad alimentaria de muchas comunidades, en el marco del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, el Instituto Tecnológico de Tizimín (ITT) y el Hub Península de Yucatán —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— llevaron a cabo el conversatorio ‘Diversidad y resguardo de semillas criollas en el oriente del estado de Yucatán’.

El objetivo de este fue propiciar el intercambio de ideas y experiencias sobre estrategias para la conservación de semillas y para asegurar la diversificación de cultivos en la milpa maya, con productores, estudiantes, investigadores e instituciones educativas en la zona oriente de Yucatán.

Procedentes de diversas localidades de los municipios de Chichimilá, Espita, Mérida, Panabá, Sucilá, Temozón y Tizimín, los 49 participantes —entre estudiantes, productores, docentes y algunos funcionarios locales— identificaron tanto los cultivos de hace veinte años, como los actuales, incluyendo sus tendencias y amenazas.

Considerando la superficie en la que se siembran y el número de personas que lo hacen, los asistentes al conversatorio identificaron 47 cultivos que se siembran actualmente aunque 35 de ellos son cultivados por pocas personas o en poca superficie y 23 más que ya no se siembran.

Entre las causas de la pérdida de la biodiversidad identificadas están el cambio climático —principalmente por sequías prolongadas, fenómenos naturales más devastadores y la aparición de nuevas plagas y enfermedades—, la prevalencia del monocultivo y otras prácticas agrícolas inadecuadas, la ganadería extensiva, el abandono del campo, los problemas asociados a la rentabilidad de la milpa y la pérdida de las semillas nativas, entre otros.

Del mismo modo, se generaron diversas propuestas para preservar y conservar las semillas. Algunas de ellas fueron aprovechar el banco de germoplasma del ITT y crear otros, fortalecer el intercambio de semillas, establecer parcelas de conservación y reinserción, fomentar cadenas de valor justas y mercados para la diversidad de cultivos y —principalmente— crear espacios intergeneracionales para aumentar la participación de los jóvenes en temas del campo.

Como destacó Eduardo Tovar, gerente del Hub Península de Yucatán —del CIMMYT—, el conversatorio fue producto de la suma de esfuerzos de muchas instituciones y personas que trabajan motivadas por un fin común: lograr la seguridad alimentaria y la rentabilidad de los sistemas productivos de la población mediante la preservación de sus recursos naturales y de la biodiversidad.

Así, con la participación de instituciones como el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) —que se comprometió a fomentar la realización de ferias de semillas con productores de la zona— y el Instituto Tecnológico de Tizimín —cuyo director, José Antonio Canto, refrendó el compromiso de la institución para hacer un buen resguardo de las semillas de las comunidades—, el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán se enriquece. Este proyecto es de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el CIMMYT. Y a través de él se desarrollan diversas acciones para impulsar la resiliencia de la milpa maya, como los conversatorios, los cuales no son solo debates públicos, sino foros para generar soluciones colectivas.

Conversar no es simplemente hablar, sino compartir ideas y escuchar al otro. Por eso los conversatorios son herramientas de encuentro que permiten focalizar la reflexión de un tema prioritario en una región determinada. Producto de este que se realizó, por ejemplo, se logró identificar actores y sitios (productores locales e instituciones) que aún conservan semillas susceptibles de rescatarse o reinsertarse en las comunidades.

Con este ejemplo de colaboración, agradecemos a todas las instituciones, organizaciones y personas que hicieron posible la operación de Milpa Sustentable en la Península de Yucatán durante el año que concluye. A todos les deseamos felices fiestas y esperamos contar nuevamente con su entusiasmo y compromiso en 2020 para hacer de la Agricultura Sustentable el motor del crecimiento económico y sociocultural de nuestras comunidades y nuestro país. ¡Enhorabuena!

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Experiencia Milpa, un recuento de logros y nuevos desafíos para Milpa Sustentable en la Península de Yucatán

Ver, oler, caminar y sentir la milpa —aunque sea por breves instantes— es una experiencia que vale la pena vivir. Ayuda a comprender el valor de ese sistema milenario y la importancia de preservar su riqueza biocultural. Experiencia Milpa fue un recorrido que hizo posible esta interacción. En él participaron miembros del Consejo de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM); productores; familias; colaboradores; y el equipo del Hub Península de Yucatán, del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

El recorrido se realizó en la parcela (módulo demostrativo) de don José del Carmen Chi, productor beneficiario del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán. El objetivo fue dar a conocer de manera didáctica y resumida los principales impactos y aprendizajes que este proyecto ha generado gracias a la inversión de la FHMM y Fomento Social Banamex (FSB) y al trabajo de toda la red de innovación que —en este caso— estuvo representada por el doctor José Castillo, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán, colaboradora fundamental del Hub Península de Yucatán.

El recorrido buscó crear una experiencia a través de la cual los participantes pudieran conocer qué es la milpa, tanto la trabajada de manera convencional con el sistema de roza, tumba y quema como la que usa las innovaciones agrícolas sustentables que se han promovido, adaptado y adoptado de manera secuencial conforme el ciclo agrícola avanza.

Para tal efecto, se establecieron cinco estaciones dentro de la parcela para mostrar la milpa convencional; las innovaciones de arreglo de siembra; la Agricultura de Conservación; la fertilidad integral; el Manejo Integrado de Malezas; el Manejo Agroecológico de Plagas; el resguardo de semillas nativas; el manejo poscosecha; el mejoramiento participativo; la vinculación de los productores a mercados; y las estrategias de desarrollo de capacidades, inclusión social y fortalecimiento de la red de innovación que se han implementado y han evolucionado durante el avance del proyecto.

Fue de la voz de los productores y sus familias, protagonistas del evento, que Milpa Sustentable en la Península de Yucatán fue descrito como un proyecto integral y de suma importancia por sus logros y su impacto. El programa ha beneficiado de manera directa a más de 2,000 productores con innovaciones tecnológicas en sus sistemas de producción, impactando de forma positiva en sus familias y en los actores que conforman la red de innovación regional (que abarca desde estudiantes e investigadores hasta consumidores y Gobiernos locales).

Una característica importante de este proyecto es que no solo contribuye a la seguridad alimentaria de la población rural, sino que trabaja fuertemente por conservar el medioambiente a través de sus actividades. Este año fue reconocido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como una de las soluciones locales más destacadas e innovadoras para hacer frente al cambio climático y fomentar el desarrollo sustentable de las comunidades rurales y los grupos indígenas.

Por otra parte, los consejeros de la FHMM hablaron sobre el impacto positivo que se ha generado (tanto a nivel agronómico como de desarrollo humano) como consecuencia de abordar de forma integral sistemas complejos como la milpa. Asimismo, se resaltó la importancia de dar seguimiento y apoyo a iniciativas como Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, que son medibles y trazables, para mantener sistemas de producción dentro de la línea de la sustentabilidad.

A partir de Experiencia Milpa, los participantes reflexionaron sobre cómo la milpa, su estudio, su protección y su fortalecimiento contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas. Los participantes concluyeron que aún quedan desafíos; sin embargo, se tienen las herramientas, la metodología y la motivación de los actores involucrados (desde los productores hasta los donantes). Lo anterior se suma a los procesos de mejora continua y el trabajo colaborativo que han enmarcado a este proyecto, los cuales —por supuesto— serán fundamentales para dar continuidad al mantenimiento de la milpa como estilo de vida y como sistema de producción sostenible.

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Una agricultura diferente para tiempos diferentes

“Nosotros trabajamos como nos enseñaron los abuelos, pero eran tiempos diferentes, las lluvias y las tierras eran distintas: se lograba la cosecha. Ahora, con las sequías que hay tenemos dificultades para sacar la cosecha, y lo que hoy vimos en este evento nos ayudará a mejorar la milpa”, fueron las palabras de uno de los productores que asistieron al recorrido por la plataforma de investigación Yaxcabá —ubicada en la localidad de Yaxunah, en Yucatán—, donde colaboran la Universidad Autónoma de Yucatán (UAY) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Los productores que participaron en la actividad forman parte del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, impulsado por la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex y el CIMMYT. En las parcelas demostrativas que recorrieron pudieron conocer diversos beneficios de la Agricultura de Conservación para el sistema milpa y observar vitrinas de maíces criollos y leguminosas, así como el funcionamiento de prácticas sustentables como el Manejo Agroecológico de Plagas (MAP) y la rotación de cultivos.

Durante la actividad se contó con las intervenciones de algunos de los especialistas que colaboran en la plataforma de investigación, entre ellos el doctor José Castillo, responsable científico; Eugenio Telles, coordinador técnico del Hub Península de Yucatán —del CIMMYT—; y Julio Cohuo, responsable técnico. También se contó con la asistencia de Martín Dzul, representante de Desarrollo Rural del Ayuntamiento de Yaxcabá, y de alumnos de la UAY que estudian carreras relacionadas con el ámbito agrícola.

Ya que varios de los asistentes estaban familiarizados con la Agricultura Sustentable y el modelo de trabajo del Hub Península de Yucatán, el recorrido fue una oportunidad para exponer dudas concretas y compartir casos de éxito de otras parcelas. “Lo que vimos acá tenemos que hacerlo en nuestras milpas, como el control de las plagas; podemos hacer otras cosas que no afecten a la naturaleza”, comentó uno de ellos.

A través de las investigaciones realizadas en las plataformas de investigación, se desarrollan y validan prácticas agrícolas más amigables con la naturaleza. La finalidad de estos estudios y del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán es, entre otras cosas, fortalecer el sistema milpa y evitar prácticas convencionales que no le favorecen, como las quemas agrícolas. “Como dice don Francisco: él lleva 12 años trabajando la misma parcela con Agricultura de Conservación y ahora ve que el suelo da mejor sin que lo queme. Nosotros podemos hacerlo también para no tumbar más montes”, mencionó uno de los asistentes.

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El rastrojo, aliado de la milpa en tiempos de cambio climático

“Vimos que el rastrojo conservó más la humedad, y lo vamos a hacer igual este ciclo que viene”, fueron las palabras de uno de los productores que asistió al recorrido por la plataforma de investigación Peto —en la cual colaboran especialistas de la Universidad Autónoma de Yucatán y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, realizado en el marco del programa Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, que impulsan la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex y el CIMMYT.

Los productores, técnicos y estudiantes de carreras afines al ámbito agrario que asistieron al recorrido conocieron diversas prácticas derivadas de la Agricultura de Conservación, sistema que permite disminuir los costos de producción e incrementar los rendimientos de una forma sustentable.

Ubicada en la localidad de Xoy, en el municipio de Peto, Yucatán, la plataforma de investigación fue el espacio donde se explicó en qué consisten y cómo se pueden implementar las prácticas sustentables (como el Manejo Agroecológico de Plagas y el manejo de los residuos agrícolas), poniendo particular énfasis en cómo se puede aprovechar el rastrojo como cobertura del suelo. El doctor José Castillo Caamal, responsable científico de la plataforma, comentó a los asistentes que dicha práctica (el mantenimiento del rastrojo en la superficie del cultivo) constituye uno de los principios de la Agricultura de Conservación.

Las prácticas sustentables permiten incrementar los rendimientos y cuidar los suelos y el agua, así lo constató el señor Nicasio Díaz Ché, productor local que habló de su experiencia trabajando con Agricultura de Conservación. Para él, mostrar sus parcelas y compartir los aprendizajes que ha adquirido de la mano del equipo del Hub Península de Yucatán, del CIMMYT, fue motivo de alegría. De esta manera, y de la voz de sus protagonistas, los asistentes —productores, estudiantes, técnicos y autoridades locales— pudieron ver de forma directa los beneficios de la Agricultura Sustentable.

Además del testimonio del señor Nicasio, los asistentes observaron los efectos de los tratamientos en cada estación de la plataforma de investigación, así como los resultados parciales de su tercer ciclo de cultivo. Al finalizar el recorrido, los productores comentaron: “pudimos observar cómo hacer un mejor manejo de la milpa; así podemos sacar conclusiones en nuestra propia zona. Gracias a estas investigaciones, podemos saber cómo producir más”.

Para otros productores, conocer los beneficios del mantenimiento del rastrojo fue fundamental para interesarse en la Agricultura de Conservación, particularmente los del contexto actual, en el que los efectos del cambio climático generan incertidumbre entre los productores. Al respecto, uno de ellos mencionó que “donde se dejó el rastrojo hay más humedad, el maíz está mejor. Lo vamos a probar el año que viene. Pasa igual con la fertilización; tenemos que venir a ver la estimación de rendimiento para conocer los resultados”.

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Cómo las comunidades de la Península de Yucatán están decidiendo el futuro de sus milpas

Las milpas resguardan un alto número de variedades de maíz y otros cultivos. En la Península de Yucatán la mayoría de los productores practican la milpa asociada –con diversas variedades de maíz, frijol, ibes, calabaza y hasta otros siete cultivos más–, y esta puede ser de tipo tradicional, continua o mecanizada. Sin embargo, independientemente del tipo de milpa que trabajen, los productores actualmente tienen bajos rendimientos y altas pérdidas, además de una continua preocupación por los fenómenos asociados al cambio climático, como las sequías prolongadas, las lluvias fuera de ciclo o los daños por plagas que antes no se presentaban.

Este panorama fue formulado por los propios productores de la región gracias a un proceso participativo que, desde un inicio, involucró a las comunidades para definir los puntos críticos de los diferentes sistemas milpa y las características de lo que ellos consideran debe tener una milpa sustentable. Precisamente, este proceso se enmarca en el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán (MSPY), impulsado por la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con la colaboración de importantes actores estratégicos, como el Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada (GIRA) y el Laboratorio de Agroecología del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con los que recientemente se realizaron reuniones con productores de la Península de Yucatán.

GIRA es una organización sin fines de lucro que promueve procesos de autogestión, autoregulación y planificación participativa en temas socioambientales a nivel local y regional. Junto con el equipo del Programa de Socioeconomía del CIMMYT, conformó el grupo que se ha reunido varias veces con productores de los municipios de Yaxcabá (Yucatán), Peto (Yucatán), José María Morelos (Quintana Roo) y Calakmul (Campeche) para discutir, cuantificar y recientemente presentar los resultados del trabajo sobre indicadores de sustentabilidad del sistema milpa, los cuales se evaluaron en sus distintos tipos y abordan diferentes atributos de la sustentabilidad, como la productividad, estabilidad, resiliencia, adaptabilidad, equidad y autogestión.

Milpa Sustentable en la Península de Yucatán tiene un enfoque de inclusión social y equidad de género, conservación y gestión optimizada de los recursos naturales, mitigación de los efectos del cambio climático y adaptación a este, producción de alimentos inocuos y de calidad y vinculación de productores con mercados. Por esto, en la definición de los indicadores de sustentabilidad se empleó el Marco para la Evaluación de Sistemas de Manejo de Recursos Naturales Incorporando Indicadores de Sustentabilidad (MESMIS), una metodología desarrollada por GIRA, la UNAM, ECOSUR y otras instituciones académicas.

Así, con el acompañamiento del equipo de GIRA y el CIMMYT, los 54 productores participantes definieron 19 indicadores de sustentabilidad de la milpa, como el rendimiento de cultivos, la inclusión familiar, la materia orgánica del suelo, el manejo eficiente del agua, la conservación de los recursos forestales, la inclusión comunitaria y la complementación de herramientas para el pronóstico climático (te puede interesar Diálogos entre ciencia y cultura a favor de una milpa sustentable). De esta manera, son las propias comunidades de la Península de Yucatán las que están decidiendo el futuro de sus milpas.

En términos generales, las milpas tradicionales y continuas muestran bajos rendimientos y altas pérdidas por plagas, lo cual se refleja en una baja disponibilidad alimentaria. Sin embargo, resaltan positivamente la alta diversidad de productos obtenidos de la milpa, el bajo uso de agroquímicos, la alta rentabilidad de la apicultura y el cultivo de cítricos, la alta diversidad de fuentes e ingreso y la alta inclusión social. En el caso de las milpas tradicionales, destaca el hecho de que los periodos de rotación en el bosque son largos, derivando en un alto nivel de conservación.

Los indicadores de sustentabilidad también permiten evaluar las innovaciones que son relevantes para los diferentes sistemas milpa. En ese sentido, se logró identificar que innovaciones como el arreglo topológico (densidad de siembra) y la no quema se van a sostener en el tiempo, pues han sido ampliamente adoptadas por los productores, de manera que, muy probablemente, las seguirán realizando cuando el proyecto concluya. Sin embargo, se necesita trabajar para que otras innovaciones propuestas sean no solo sostenibles, sino relevantes para los desafíos de la milpa.

Finalmente, los indicadores permiten identificar recomendaciones para mejorar la sustentabilidad de la milpa, tanto mediante prácticas agroecológicas en las parcelas como a través de políticas públicas favorables a estos sistemas. Para el CIMMYT y las organizaciones con las que colabora, es importante que los productores tomen las mejores decisiones en favor de sus sistemas productivos. Este es, precisamente, uno de los objetivos de Milpa Sustentable en la Península de Yucatán y de los procesos participativos que se impulsan junto con los aliados de este proyecto.

Por: Carolina Camacho Villa, CIMMYT; Carlos González Esquivel, Laboratorio de Agroecología IIES-UNAM; y Cecilia Briones Guzmán, GIRA AC.

 

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Mecanización inteligente en el sureste mexicano

La Unidad de Mecanización Inteligente del CIMMYT difundió opciones de mecanización agrícola pertinentes y accesibles entre productores de Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán que participan en el PPD del FMAM-PNUD en México.
Tractores compactos y sembradoras-fertilizadoras con motor y manuales están entre las opciones para que las prácticas agroecológicas que los productores han adoptado en el marco del PPD sean más eficientes.
Por: Divulgación-CIMMYT, con información de ppd.org.mx.
16 de julio de 2019.

José María Morelos, Q. Roo.- Productores de diversas localidades del sureste de México asistieron a un encuentro regional destinado a ofrecerles opciones de mecanización pertinentes y accesibles. La actividad fue organizada por el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), cuyos responsables invitaron a participar al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) porque comparte la misma visión y realiza —como ellos— trabajo orientado a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que las Naciones Unidas han establecido para combatir la pobreza y el cambio climático.

Provenientes de los municipios de Hopelchén (Campeche), Chacsinkín y Peto (Yucatán), Tenosique (Tabasco) y José María Morelos (Quintana Roo), los productores del PPD —el cual es llevado a la práctica por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS)— implementan prácticas agroecológicas para conservar la biodiversidad, reducir los efectos del cambio climático y evitar la degradación de los suelos en sus localidades. No obstante, al hacerlas de forma completamente manual, las tareas para la preparación y el mantenimiento de sus parcelas representan un desafío, particularmente cuando se trata de terrenos con un relieve irregular.

En este caso, el uso de maquinaria grande resulta inviable no sólo por el elevado costo y la complicada accesibilidad a las parcelas, sino porque al ser zonas cuyo equilibrio ecológico es frágil, los productores buscan reducir el impacto ambiental que causa el uso de combustibles fósiles. Por eso, el CIMMYT —a través de la Unidad de Mecanización Inteligente y el Hub Península de Yucatán, que en la región realizan diversas acciones en el marco del programa Milpa Sustentable en la Península de Yucatán— mostró a los productores opciones de mecanización adecuadas y accesibles que permiten aligerar el trabajo y optimizar los tiempos de operación en el campo, además de que son de bajo impacto ambiental.

El equipo de la Unidad de Mecanización Inteligente, encabezada por Jelle Van Loon, hizo una demostración de motocultores con sembradoras y fertilizadoras incorporadas, motocultor compacto con arado y sembradoras manuales de precisión; todas son opciones versátiles y adaptables a las condiciones locales. Las productoras y los productores probaron cada una de las opciones presentadas. En su opinión, estas representan una alternativa viable y de gran potencial para la región, donde —a pesar de sus beneficios— estas tecnologías diseñadas con especial atención a los aspectos medioambientales, culturales y socioeconómicos, son poco conocidas.

Los asistentes al encuentro —que fue organizado con la colaboración de la Red de Productores de Servicios Ambientales Ya’ax Sot’ Ot’ Yook’ol Kaab A.C. (Repseram)—generaron compromisos para asegurar la apropiación del conocimiento y las innovaciones tecnológicas presentadas. En los próximos días, por ejemplo, se realizarán siembras en diversas localidades de la Península de Yucatán utilizando esta gama de maquinaria inteligente que, además, permite a los productores tener el control sobre su calendario agrícola, ya que en muchas comunidades tienen que pagar a los dueños de los tractores, restándoles utilidades e independencia sobre sus fechas de siembra.

La participación del Hub Península de Yucatán y de la Unidad de Mecanización Inteligente del CIMMYT en las acciones emprendidas por el Programa de Pequeñas Donaciones del FMAM-PNUD en México, es el reflejo de un vínculo establecido por causas comunes y de una colaboración que permitirá a los pequeños productores del sureste mexicano avanzar hacia una mecanización agrícola ambiental y socioculturalmente pertinente, que les permita lograr una producción suficiente para el autoconsumo y para la venta o el trueque de excedentes.

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Productores mayas evalúan herramientas para sembrar

Para adoptar las prácticas agrícolas más eficientes y pertinentes, productores mayas de diversos municipios de Campeche y Yucatán, junto con colaboradores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), realizaron una evaluación agrotécnica de implementos manuales de siembra. Este estudio comparativo, que se enmarca en el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, permitirá que los productores elijan las herramientas más adecuadas para mejorar la calidad de sus cultivos y que —con el conocimiento obtenido de esta práctica— puedan replicar el proceso con otras herramientas que quieran evaluar en el futuro.

Aunque un trabajo de siembra rápido no siempre es el mejor, la capacidad y la eficiencia de los instrumentos para sembrar —medidas en hectáreas por hora— son parámetros que impactan directamente sobre la calidad de la siembra, junto con factores como el clima, las condiciones agroecológicas y la homogeneidad de la semilla. Por ello, productores de los municipios de Calkiní y Calakmul, en Campeche, y Nacuché y Chikindzonot, en Yucatán, optaron por evaluar el desempeño del xul (herramienta tradicional que consiste en una vara de madera con punta) y de la sembradora comercial Yufeng, que cuenta con un depósito para semillas, un dosificador, una punta con un compartimiento de precarga y una pala para hacer el orificio en el suelo.

Para realizar la serie de evaluaciones técnicas, los productores fueron asesorados por especialistas del Hub Península de Yucatán y de la Unidad de Mecanización Inteligente del CIMMYT. En conjunto, delimitaron las áreas de trabajo y establecieron los criterios para la evaluación agrotécnica (número de líneas de siembra, separación entre líneas, número de golpes, cantidad de semillas por golpe, etcétera), con la finalidad de determinar —en condiciones controladas— la eficacia de los implementos.

Los resultados mostraron que existe una ventaja relativa respecto al tiempo de trabajo al utilizar la sembradora Yufeng, en comparación con el xul. Sin embargo, aún queda esperar la germinación del cultivo de maíz para ver los resultados de la colocación de la semilla y evaluar así la eficacia real de ambas herramientas.

Adicionalmente, se realizó la demostración de un tractor de dos ruedas y de un prototipo de sembradora-fertilizadora para semillas grandes —como maíz y frijol—, desarrollado por el equipo de la Unidad de Mecanización Inteligente del CIMMYT para trabajar en cultivos intercalados y áreas de difícil acceso para maquinaria grande. Aunque estos equipos no se evaluaron, los productores que participaron en la valoración del xul y de la sembradora Yufeng ahora cuentan con los conocimientos para hacerlo posteriormente.

Entre los objetivos están, precisamente, permitir la disponibilidad de maquinaria adecuada y el acceso a esta, desarrollar capacidades y —en el caso específico de este ejercicio de evaluación de instrumentos— mostrar alternativas que permitan aumentar la productividad del trabajo en el sistema milpa en la Península de Yucatán.

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Fomentan el intercambio de semillas para preservar la biodiversidad de la milpa maya

  • La localidad de Yaxunah, en el municipio de Yaxcabá, Yucatán, realizó su primera Feria de Intercambio de Semillas para que las familias que trabajan en el sistema milpa intercambiaran y adquirieran semillas para preservar el legado biocultural de la milpa maya.
  • La iniciativa deriva del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, que el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) promueve desde 2016 para conseguir la adopción de prácticas sustentables que logren preservar la biodiversidad y los recursos genéticos del sistema milpa ante el cambio climático.

Por: Divulgación-CIMMYT.

2 de junio de 2019.


Yaxcabá, Yuc.- La primera Feria de Intercambio de Semillas de la comisaría ejidal de Yaxunah, en el municipio de Yaxcabá, Yucatán, reunió a más de 130 pequeños productores de esa localidad y de algunas aledañas y alrededor de un centenar de visitantes, entre alumnos, docentes, investigadores, representantes de organismos gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil y población en general. La actividad fue coordinada por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en colaboración con la Fundación Haciendas del Mundo Maya y Fomento Social Banamex.

El intercambio de semillas es una estrategia que surge en el marco del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán (MSPY), que tiene presencia en 69 localidades de 21 municipios de la Península y es promovida por el CIMMYT para preservar la riqueza biológica y cultural de la región mediante prácticas sustentables que permiten a los productores mejorar sus rendimientos, conservar sus recursos naturales y lograr la resiliencia de la milpa maya ante los efectos del cambio climático.

Productores y estudiantes de distintas instituciones académicas —desde el nivel básico hasta el superior— intercambiaron semillas de distintas variedades de maíz nativo (algunas recuperadas gracias a las estrategias de reinserción del CIMMYT y otras desarrolladas a partir del trabajo de mejoramiento participativo con productores cooperantes del proyecto MSPY), calabaza, frijol y otras leguminosas, así como plantas de chile, quelites, tomates y otras especies del sistema milpa, tanto para ciclo corto como para ciclo largo y principalmente adaptadas al suelo rojo de la Península.

La diversidad de actividades y la ubicación estratégica de la localidad favorecieron la confluencia de productores, investigadores y público en general, quienes —además— tuvieron la oportunidad de conocer el banco comunitario de semillas del lugar. Entre los asistentes estuvieron Paulina González Jáuregui, directora adjunta de la Fundación Haciendas del Mundo Maya; Isaí Miranda Ojeda, coordinador de proyectos ambientales de la Fundación; Eduardo Tovar López, gerente del Hub Península de Yucatán, CIMMYT; el comisario del ejido de Yaxunah; alumnos y docentes de la Universidad Tecnológica del Mayab, de la Universidad Autónoma de Yucatán; y académicos e investigadores del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), de la Universidad Autónoma de Yucatán. También estuvieron presentes representantes de instituciones gubernamentales como el INIFAP, la Conabio, la Secretaría de Cultura y la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Yucatán.

En el marco de la feria, se develó la placa conmemorativa del mural titulado ‘La Primera Casa’ dentro del Centro Cultural Comunitario de Yaxunah, que el CIMMYT y sus colaboradores promovieron en la comunidad como un ejercicio de cocreación colaborativa para fortalecer la identidad cultural y el manejo sustentable de su entorno.

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Diálogos entre ciencia y cultura a favor de una milpa sustentable

  • Se realizó en Yucatán un conversatorio sobre estrategias y experiencias en torno a fenómenos meteorológicos que inciden en la productividad agrícola de la Península.
  • La actividad propició el intercambio de conocimientos desde los ámbitos científico y cultural y entre diferentes generaciones.

Por: Divulgación CIMMYT.

9 de mayo de 2019.


Peto, Yuc.- El conversatorio ‘Estrategias para un buen temporal 2019’, promovido por el Hub Península de Yucatán, del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), congregó a productores, estudiantes, docentes, investigadores y representantes de la sociedad civil, quienes, en un diálogo amplio y plural, intercambiaron conocimientos —provenientes tanto de la ciencia como de la herencia cultural— sobre fenómenos naturales, predicción del tiempo meteorológico y su vinculación con el ciclo agrícola, a fin de socializar las mejores prácticas para lograr una milpa sustentable.

Esta actividad forma parte de una de las estrategias del Hub Península de Yucatán que, por el respeto y compromiso que tiene con la milpa maya (la cual considera no sólo un sistema de producción, sino un modo de vida que da identidad), busca incluir a los jóvenes en los sistemas agroalimentarios sustentables para darles opciones de permanencia en sus comunidades y así evitar que migren.

El conversatorio se desarrolló en la Universidad Tecnológica del Mayab (un importante colaborador en la red de innovación) y permitió que cerca de ochenta asistentes, entre ellos alumnos y docentes de la carrera de Agricultura Sustentable de esa casa de estudios, intercambiaran experiencias sobre cómo la población ha afrontado los diversos fenómenos climatológicos que se presentan durante el temporal (lluvia, sequía, viento, neblina, etcétera), los mecanismos y las fuentes de información con los que cuentan para prospectar cómo serán el tiempo y las cosechas (saberes populares, sistemas de información geográfica, bioindicadores, rituales mayas, etcétera) y las medidas que se deben tomar para cuidar la milpa y conseguir una buena cosecha bajo cualquier condición climatológica.

Durante el conversatorio, presentado también en lengua maya, colaboradores del Hub Península de Yucatán instalaron mesas de trabajo para propiciar, en un marco de libre expresión y escucha respetuosa, el diálogo que permitió a personas de diferentes edades, géneros y formaciones platicar sobre sus experiencias en relación con las cosechas, el pronóstico de los buenos y malos temporales y lo que se espera para el año agrícola 2019.

Entre las fuentes de información presentadas para realizar la prospección de lluvias y cosecha, destacan los pronósticos meteorológicos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), cuyos términos, simbología y estructura fueron uno de los temas expuestos en las mesas de trabajo del conversatorio. Además, los participantes pudieron contrastar esta información con la de otras fuentes —como las cabañuelas de la tradición popular— para sacar así sus propias conclusiones.

Finalmente, los participantes se dieron cuenta de que los conocimientos científicos y los saberes tradicionales pueden ser complementarios y utilizarse para pronosticar cómo será el próximo temporal. Aprendieron que no hay pronósticos precisos (pues el clima y el tiempo atmosférico son sistemas complejos que dependen de muchos factores y son altamente cambiantes) y coincidieron en que fenómenos como las lluvias fuera de ciclo, las sequías prolongadas y la disminución de la productividad agrícola son efectos del cambio climático que pueden mitigarse con acciones desde la propia milpa, por lo que es importante conocer y adoptar prácticas sustentables que además de cuidar el ambiente les permitan obtener mejores cosechas.