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Milpa maya es designada como patrimonio agrícola mundial

Productora de Yaxunah (Yucatán, México) muestra a técnica del CIMMYT el maíz que lleva a nixtamalizar. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)

Productora de Yaxunah (Yucatán, México) muestra a técnica del CIMMYT el maíz que lleva a nixtamalizar. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)

La milpa es un ecosistema creado por las sociedades mesoamericanas que ha persistido, muy probablemente, por cerca de 5 mil años. Se trata de un fenómeno cultural y tecnológico dinámico, basado en el cultivo de maíz en conjunto con otras especies (policultivo). Su flexibilidad y eficiencia han inspirado el diseño de sistemas agrícolas más sustentables en todo el mundo.

Recientemente, la milpa maya de la Península de Yucatán ha sido incorporada al Sistema de Patrimonio Agrícola de Importancia Mundial (SIPAM), el cual busca dar visibilidad y preservar las prácticas agrícolas que generan medios de vida en áreas rurales al tiempo que combinan biodiversidad, ecosistemas resilientes y tradición e innovación de una manera única. 

El SIPAM es una iniciativa de la a Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que, a la fecha, ha designado 72 sistemas del patrimonio agrícola en 23 países. México figura en el mapa del SIPAM con dos sistemas designados: la agricultura de chinampas de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta (que recibió el nombramiento en 2018), y más recientemente la milpa maya de la Península de Yucatán o Ich Kool en maya. 

Esta distinción es un reconocimiento a miles de familias agricultoras de la Península de Yucatán que hacen tangible el valor de ese sistema milenario y la importancia de preservar su riqueza biocultural. 

Desde el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) se reconoce el esfuerzo de las agricultoras y agricultores que durante el tiempo en que se desarrolló el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, y aún ahora con los aprendizajes obtenidos, han contribuido a la preservación de esta herencia de cultivo. 

Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —esfuerzo conjunto de la Fundación Haciendas del Mundo Maya, Fomento Social Banamex, el CIMMYT y las familias productoras de la región— benefició de manera directa a más de 2 mil productores con innovaciones tecnológicas en sus sistemas de producción, haciendo de la innovación un impulsor de la tradición. 

Una característica importante del proyecto fue que no solo contribuyó a la seguridad alimentaria de la población rural, sino que trabajó fuertemente por conservar el medioambiente a través de sus actividades. En 2019, de hecho, el proyecto fue reconocido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como una de las soluciones locales más destacadas e innovadoras para hacer frente al cambio climático y fomentar el desarrollo sustentable de las comunidades rurales e indígenas.

A partir de la experiencia de Milpa Sustentable en la Península de Yucatán se contribuyó a la reflexión sobre cómo la milpa, su estudio, su protección y su fortalecimiento contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas. De acuerdo con las agricultoras y agricultores participantes, aunque aún quedan desafíos, el proyecto les proporcionó las herramientas, la metodología y la motivación para dar continuidad al mantenimiento de la milpa como estilo de vida y como sistema de producción sostenible.

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Cómo la distribución de las plantas mejora el rendimiento del maíz

En la Península de Yucatán la milpa sigue siendo la base de la alimentación (se estima que todavía hay cerca de 800,000 hectáreas dedicadas a esta). Sin embargo, debido a la prevalencia de prácticas inadecuadas (como roza, tumba y quema), actualmente la milpa presenta una disminución de su capacidad productiva, lo cual se refleja en la merma del rendimiento del maíz (con rendimientos promedio menores a 1 tonelada) y sus cultivos asociados.

Para ofrecer a las productoras y los productores opciones de manejo de la milpa que les permitan conservar y fortalecer su herencia biocultural, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Universidad Autónoma de Yucatán han realizado diversos estudios en las plataformas de investigación que han establecido en conjunto en Yaxcabá y Peto, en Yucatán.

Entre los resultados de los diversos estudios realizados destaca que el arreglo topológico —la distribución de las plantas sobre la superficie sembrada— ha permitido obtener, en general, los mayores rendimientos. Esto es relevante porque significa que en los primeros años de la implementación de prácticas de Agricultura Sustentable (cuyos efectos positivos se reflejan a mediano y largo plazo) los productores pueden obtener beneficios desde los primeros ciclos productivos.

Durante el segundo ciclo (2017) de la plataforma de investigación Kancabdzonot, en Yaxcabá (establecida en 2016), se evaluaron los efectos de tres factores de manejo en el rendimiento del grano de maíz:

  1. Manejo de rastrojo: dejar o quemar
  2. Tipo de cobertura: mucuna (Mucuna sp.) o calabaza ‘Xnucku’um’ (Cucurbita moschata) y frijol ‘Ib Xpuksiika’al Tsutsuy’ (Phaseolus lunatus)
  3. Arreglo topológico: 1 m * 1 m con cuatro semillas por golpe o 1 m * 0.5 m con dos semillas por golpe.

Los resultados de los ocho tratamientos que se obtuvieron a partir de estos tres factores (tabla 1) no mostraron diferencias significativas entre los tratamientos evaluados (debido a que las prácticas sustentables como el manejo del rastrojo muestran sus efectos a mediano y largo plazo); sin embargo, el rendimiento máximo fue registrado en el tratamiento en que se dejó el rastrojo, cobertura de milpa (calabaza y frijol ‘Ib’) y arreglo topológico de 1 m * 0.5 m. Los rendimientos más bajos correspondieron a los tratamientos en los que se quemó el rastrojo.

El análisis económico señaló que el mayor costo por hectárea fue el de los tratamientos en que se quemó el rastrojo, mientras que el menor correspondió a aquellos en los que se usó el rastrojo como cobertura. Esto debido a que en las prácticas convencionales la mano de obra empleada para establecer el cultivo incrementa los costos. Por el contrario, al mantener el rastrojo los productores pueden tener el beneficio adicional de ahorrarse esa mano de obra.

Este mismo ensayo con ocho tratamientos se replicó en la plataforma de investigación de Peto (establecida en 2017) y en la de Yaxunah, Yaxcabá (establecida en junio de 2018). En ambas, los resultados reportados también siguieron la tendencia de incrementos en los rendimientos por el arreglo topológico (a favor del arreglo de siembra de 1 m * 0.5 m y dos semillas por golpe), confirmándose que —con una mejor distribución de las plantas en el espacio— los niveles de rendimiento pueden aumentar.

El incremento en el rendimiento de grano de maíz se atribuye a que un espacio mayor entre los golpes y un número menor de plantas (por golpe) pueden asegurar una elevada disponibilidad de agua y nutrientes. Otro beneficio de este espaciamiento es la reducción de la competencia entre plantas.

Las investigaciones para evidenciar los efectos del rastrojo como cobertura del suelo continúan, pues estos son visibles solo a mediano y largo plazo, aunque es destacable que —durante 2019— en los alrededores de la plataforma de Peto se presentó una sequía que causó la pérdida de alrededor de 60% de la producción de maíz, mientras que en la plataforma —a pesar del efecto de la sequía— el promedio general del rendimiento fue de 2.4 toneladas de grano por hectárea debido, entre otros factores, a un mejor aprovechamiento de la humedad por efecto del mantenimiento del rastrojo.

El arreglo topológico es uno de los aprendizajes del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —de la Fundación Haciendas del Mundo Maya, Fomento Social Banamex y el CIMMYT— y también una de las acciones que a corto, mediano y largo plazo permitirá a las comunidades hacer más rentable la milpa y afianzar prácticas sustentables que aseguren la preservación funcional de la biodiversidad. Por esta razón, es importante apoyar y dar continuidad a los esfuerzos de todos los que hacen posible este proyecto.

 

Tabla 1. Descripción de los tratamientos evaluados en las plataformas de investigación.

No. de tratamiento Abreviación Manejo de rastrojo Cobertura Arreglo topológico
1 Q, MMU, AT1 Quemar Maíz-mucuna 1 m * 1 m * 4 semillas
2 Q, MMU, AT5 Quemar Maíz-mucuna 1 m * 0.5 m * 2 semillas
3 Q, MI, AT1 Quemar Milpa 1 m * 1 m * 4 semillas
4 Q, MI, AT5 Quemar Milpa 1 m * 0.5 m * 2 semillas
5 D, MMU, AT1 Dejar Maíz-mucuna 1 m * 1 m * 4 semillas
6 D, MMU, AT5 Dejar Maíz-mucuna 1 m * 0.5 m * 2 semillas
7 D, MI, AT1 Dejar Milpa 1 m * 1 m * 4 semillas
8 D, MI, AT5 Dejar Milpa 1 m * 0.5 m * 2 semillas
Abreviaciones: Q = quemar el rastrojo, D = dejar el rastrojo, MMU = maíz con mucuna como cobertura, MI = cobertura milpa (‘Ib’ y calabaza), AT1 = arreglo topológico 1 m * 1 m y cuatro semillas por mata y AT5 = arreglo topológico 1 m * 0.5 m y dos semillas por mata.

 

FUENTES:

  • Moya, X. (1999). Turning the tortilla upside-down, a study of endogenous development potential in local agricultural and organizational practices of two Mayan villages in Yucatan, Mexico (Tesis). WAU, Países Bajos.
  • Reta-Sánchez, D. G., Gaytán-Mascorro, A. y Carrillo-Amaya, J. S. (2003). Rendimiento y componentes del rendimiento de maíz en respuesta a arreglos topológicos. Fitotecnia Mexicana, 26(2), 75-82.
  • Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera. (2019). Anuario estadístico de la producción agrícola. Recuperado de https://nube.siap.gob.mx/cierreagricola/
  • Van der Wal, H., Duncan-Golicher, J., Caudillo-Caudillo, S. y Vargas-Domínguez, M. (2006). Plant densities, yields and area demands for maize under shifting cultivation in the Chinantla, Mexico. Agrociencia, 40(4), 449-460.

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Al rescate de semillas nativas en peligro de extinción

A través del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y en colaboración con diversas organizaciones, se ha trabajado para mantener la diversidad genética de las principales razas de maíz nativo de esa región (algunas de ellas consideradas vulnerables o en peligro de extinción) mediante una estrategia de resguardo de semillas.

La estrategia ha trabajado en la reintroducción de diversas razas nativas a través de la conservación in situ y ex situ ―es decir, tanto en su área natural como fuera de ella―, buscando incrementar la mayor diversidad posible de razas. En la Península de Yucatán se han identificado por lo menos tres razas principales: ‘Nal Tel’, ‘Dzit Bacal’ y ‘Xnu’uk Naal’ (‘Tuxpeño’), las cuales están consideradas dentro de esta estrategia de conservación.

Las razas ‘Dzit Bacal’ y ‘Nal Tel’ presentan una menor distribución geográfica que la raza ‘Xnu’uk Naal’, por lo que se considera que están en una posición de vulnerabilidad que amenaza su diversidad. De hecho, varias instituciones han documentado que la raza ‘Nal Tel’ se encuentra en claro peligro de extinción en amplias zonas de la Península de Yucatán, y señalan que al momento de realizar colectas solo fue posible encontrar esta raza —no sin dificultad— con productores de muy avanzada edad (Aguilar et al., 2015).

Estrategias como la que impulsa el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán son fundamentales no solo para esa región o para el país, sino para la humanidad en general, ya que a partir en los maíces nativos podría haber pistas importantes para generar variedades más resistentes a las nuevas condiciones climáticas.

Para esta estrategia de resguardo de semillas nativas ha sido fundamental la articulación de esfuerzos de organizaciones de la sociedad civil, como la Red de Productores de Servicios Ambientales Ya’ax Sot’ Ot’ Yook’ol Kaab (Repseram); instituciones académicas, como la Universidad Tecnológica del Mayab (UT del Mayab); y organismos internacionales, como el CIMMYT, que —además de brindar soporte científico— ha facilitado semillas a través del Banco de Germoplasma que resguarda en sus instalaciones en Texcoco, Estado de México.

En conjunto con los técnicos y productores que participan en el proyecto, se ha avanzado en la reinserción de maíces nativos, en la implementación de prácticas sustentables (como el Manejo Agroecológico de Plagas, el arreglo topológico, la fertilidad integral, entre otras) y en la identificación de variedades de interés para los productores (algunas que, por ejemplo, permiten que en un solo ciclo productivo sea posible realizar siembras escalonadas y obtener al menos dos cosechas).

La preservación de las semillas nativas es uno de los aprendizajes del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán y también una de las acciones que a mediano y largo plazo permitirán a las comunidades hacer más rentable la milpa y afianzar prácticas sustentables que aseguren la preservación funcional de la biodiversidad. Por esta razón, es importante apoyar y dar continuidad a los esfuerzos de todos los que hacen posible este proyecto.

Con información del Hub Península de Yucatán.

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Mazorcas más grandes y llenas de grano

El cambio climático es una realidad. En diversas zonas de la Península de Yucatán el 2019 fue un año particularmente seco, de manera que para muchos productores que trabajan el sistema milpa ha sido necesario buscar variedades más resistentes a las condiciones climáticas actuales y también nuevas y mejores prácticas que les permitan hacer rentables sus milpas.

Nazario Celso Ek Kumul —de Dzitás, Yucatán— y Raymundo Gómez Solórzano —de Calakmul, Campeche— son dos productores que, en sus respectivos terrenos, reciben grupos de agricultores que buscan soluciones a diversas problemáticas que presentan sus milpas. ¿Por qué acuden a las parcelas de estos productores? Porque incluso a simple vista estas se distinguen de muchas otras: tienen plantas mejor distribuidas, con más mazorcas y un mejor llenado de granos.

Nazario y Raymundo participan en el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —que impulsan la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y han implementado innovaciones agrícolas con las que reducen sus costos de producción y cuidan los recursos naturales.

En sus parcelas mantienen un área denominada testigo, donde siguen produciendo de la forma en que siempre lo habían hecho, es decir, quemando y arando la tierra. El propósito es que durante los recorridos que se organizan periódicamente los otros productores puedan ver claramente los beneficios del arreglo de siembra, hacer mínima labranza, fertilizar en los momentos adecuados y dejar el rastrojo en el suelo (lo cual les permite además retener mayor humedad).

De acuerdo con las necesidades de cada zona, en las parcelas demostrativas pueden desarrollarse ensayos particulares. En la milpa del señor Nazario, por ejemplo, se evalúan ocho diferentes variedades de maíces nativos con la finalidad de observar cuáles responden mejor a las condiciones agroclimáticas.

Gracias al acompañamiento técnico que le ha brindado el proyecto y a la adopción de la Agricultura de Conservación —sistema sustentable que aprovecha el rastrojo como cobertura del suelo y promueve la mínima labranza—, el señor Raymundo ha logrado tener ahorros significativos. “En la parcela testigo se hicieron dos pases de rastra, y cada uno costó $1,000. Además, se tuvo que resembrar, y eso costó $600. En la otra parte no fue necesario arar la tierra ni hacer resiembra. Comparando con el testigo, me ahorré $2,600”, explica.

La parcela del señor Raymundo es muy significativa, ya que está cerca de la Reserva de la Biósfera de Calakmul. Y es un ejemplo de cómo a través de prácticas sustentables es posible sedentarizar la milpa, haciéndola más rentable para evitar que se amplíe la frontera agrícola. De acuerdo con los productores que participan en el proyecto, fortalecer su milpa con innovaciones agrícolas tiene beneficios ambientales y económicos, pues tener plantas con mayor profundidad de raíz, un tamaño superior, tallos más gruesos y un mejor llenado de grano al final se refleja en el bolsillo.

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Vínculos comunitarios para fortalecer la milpa

Felipe Carrillo Puerto, Q. Roo.- En la Península de Yucatán la milpa es el sistema de producción predominante, el medio de sustento de miles de familias y una fuente de identidad comunitaria. Sin embargo, la pérdida de la biodiversidad, la disminución de la cobertura forestal y el cambio climático son fenómenos asociados a ese sistema productivo y representan importantes desafíos para cualquier iniciativa que busque fortalecerlo.

El proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— ha asumido esos desafíos, obteniendo en pocos años logros importantes que han impactado positivamente en más de 11,000 personas y de 16,000 hectáreas.

Milpa Sustentable en la Península de Yucatán es un proyecto fundamentado en procesos participativos a través de los cuales las comunidades han definido los indicadores de sustentabilidad que consideran adecuados para el sistema milpa, entre ellos la materia orgánica del suelo. Para las comunidades mayas, el suelo no es simplemente un recurso, sino un elemento asociado a una cosmovisión particular, y por eso consideran fundamental disminuir el uso de fertilizantes químicos.

Para lograr este y otros objetivos, el Hub Península de Yucatán —del CIMMYT— ha brindado diversas capacitaciones, varias de ellas directamente en las parcelas de los productores. Recientemente, por ejemplo, en la parcela de don Paulino Poot Chulim —uno de los productores que participan en el proyecto— se realizó un taller para la elaboración de abono orgánico (composta) para fertilizar maíz y cultivos asociados, en el cual además se habló de los beneficios de este tipo de fertilizantes, la forma de aplicación y los momentos y las dosis adecuados.

El uso de abonos orgánicos permite reducir la dependencia de insumos externos, en este caso, de fertilizantes sintéticos. Se trata de una alternativa —económica y sin impactos negativos al medioambiente— que ayuda a mejorar la estructura y la fertilidad del suelo, favoreciendo así el incremento de los rendimientos.

Además de productores de Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, en el taller participaron productores del programa Sembrando Vida y becarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, ambos del Gobierno federal. En conjunto, los participantes aprendieron a elaborar una composta que aprovecha los recursos locales. Adicionalmente, el taller permitió formar nuevos vínculos comunitarios: los asistentes se organizaron para ir a mover la composta hasta que esté lista (proceso que toma de mes a mes y medio) y se comprometieron a replicar con otros productores lo aprendido.

El compostaje es uno de los aprendizajes del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán y también una de las acciones que a mediano y largo plazo permitirán a las comunidades hacer más rentable la milpa y afianzar prácticas sustentables que aseguren la preservación funcional de la biodiversidad. Por esta razón, es importante apoyar y dar continuidad a los esfuerzos de todos los que hacen posible este proyecto.

¿Quieres elaborar esta composta especial para la milpa? Toma nota.

Se fabrica con restos de hojas de plátano; hojas de huaxim, jabin y tzalam —leguminosas de la región—; hojas de ox —árbol ramón—; hojarasca enriquecida con ceniza; estiércol de vaca; y tierra negra (color que indica que el suelo es rico en materia orgánica).

La composta se hace por capas, en el siguiente orden:

  • Primera: materia seca
  • Segunda: materia verde
  • Tercera: estiércol
  • Cuarta: tierra negra
  • Quinta: hojarasca enriquecida con ceniza

Se debe humedecer cada capa y repetir el orden hasta alcanzar una altura aproximada de un metro. Luego se cubre con bolsas de plástico negras, a las que se hacen orificios para permitir una aireación adecuada durante el periodo de compostaje.

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¿Qué es una evaluación agrotécnica?

La siembra es una actividad crucial para obtener buenos rendimientos en la producción de maíz. El tiempo y esfuerzo que esta toma impactan en el desarrollo del cultivo: se tiene conocimiento de casos donde la siembra manual de 1 hectárea toma más de 50 horas de trabajo (López y Van Loon, 2018). Por eso es importante brindar opciones que permitan reducir el esfuerzo de los productores que, como en gran parte de la Península de Yucatán, realizan su siembra de forma manual.

Una evaluación agrotécnica es una valoración de diversas máquinas y herramientas agrícolas con el fin de identificar las más funcionales para las actividades en el campo. A través del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, se promueven estas evaluaciones con la finalidad de que los productores de la región identifiquen alternativas pertinentes a su sistema de producción (en la región predomina el sistema milpa) y acordes a su economía.

El proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán es una iniciativa conjunta de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Entre sus objetivos están fortalecer el sistema milpa y preservar los recursos naturales. Por esta razón, las tecnologías y prácticas que se promueven han sido debidamente seleccionadas para no afectar el delicado equilibrio ecológico de la zona.

Sembradoras diseñadas por la Unidad de Mecanización del CIMMYT, tractores de dos ruedas y otros equipos y aditamentos —tanto comerciales como adaptados— son parte del equipo que ha sido evaluado en diversos lugares y momentos. En estas evaluaciones, la participación de los productores es fundamental, pues son ellos —con la guía del equipo técnico del CIMMYT— quienes determinan la funcionalidad, facilidad de uso, precisión y eficiencia en campo de las herramientas.

También es la voz de los productores la que permite difundir los aprendizajes del proyecto. Recientemente, por ejemplo, en la comunidad de Kimbilá, en el municipio de Tixmehuac, Yucatán, se realizó un recorrido por la parcela del señor Felipe de Jesús May Couoh —uno de los productores que participa en Milpa Sustentable en la Península de Yucatán—, donde se han usado sembradoras adaptadas a un motocultor y se mantuvo un testigo, es decir, una parte del terreno donde la siembra se hizo de la forma convencional (con xul).

Después de escuchar a don Felipe y ver los resultados que ha obtenido en su parcela, los visitantes señalaron que las ventajas de una mecanización adecuada son evidentes: menor tiempo de siembra, mayor número de plantas (y mejor distribuidas), ahorros considerables en los costos de producción y —por supuesto— menos desgaste físico. Debido a lo anterior, solicitaron al equipo del CIMMYT que los considere para una capacitación sobre este tema.

Las evaluaciones agrotécnicas son uno de los aprendizajes del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán y también una de las acciones que a mediano y largo plazo permitirá a las comunidades hacer más rentable la milpa y afianzar prácticas sustentables que aseguren la preservación funcional de la biodiversidad de los maíces nativos. Por esta razón, es importante apoyar y dar continuidad a los esfuerzos de todos los que hacen posible este proyecto. #MilpaSustentable

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Los productores mayas y el mejoramiento participativo de maíz nativo

Chankom, Yuc.- En la Península de Yucatán la milpa es el sistema de producción agrícola más extendido y también el que ha permitido la conservación de diversas variedades de maíz nativo. Para preservar esta biodiversidad y además potenciar el sistema milpa, un grupo de productores mayas se capacitó para mejorar sus materiales nativos a través del método de la selección masal estratificada, que es una forma de mejoramiento participativo del maíz completamente natural.

La capacitación se realizó como parte de las acciones que impulsa el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y estuvo orientada a brindar a los productores los conocimientos y las habilidades para que ellos mismos realicen el mejoramiento en sus parcelas con base en criterios definidos no solo para mejorar los rendimientos, sino para obtener semillas que toleren más las condiciones adversas del clima.

El evento se llevó a cabo en la parcela del señor Gonzalo Caamal Chay —uno de los productores que participa en el proyecto— e inició con la teoría y continuó con la parte práctica de la metodología, que en un primer momento requiere que el productor seleccione y marque las plantas con las características deseadas (como grosor del tallo, sanidad de la planta y tamaño).

Convencionalmente, en la zona la selección de semillas se hace eligiendo las mazorcas sin tomar en cuenta la calidad o las características de la planta. Por eso es importante difundir opciones como el mejoramiento participativo, ya que —a mediano plazo— este método permite mejorar las variedades locales y a la vez mantener la diversidad genética.

Cabe mencionar que esta capacitación se desarrolló en diversos momentos, pues en cada etapa de desarrollo del cultivo se requiere hacer procedimientos particulares, como la eliminación de la flor masculina de los ejemplares no deseados, la selección de mazorcas de las plantas marcadas, etcétera.

El mejoramiento participativo es uno de los aprendizajes del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán y también una de las acciones que a mediano y largo plazo permitirán a las comunidades hacer más rentable la milpa y afianzar prácticas sustentables que aseguren la preservación funcional de la biodiversidad de los maíces nativos. Por esta razón, es importante apoyar y dar continuidad a los esfuerzos de todos los que hacen posible este proyecto.

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Ecotecnologías para la agricultura en la milpa

Mérida, Yuc.- El uso excesivo de pesticidas es muy peligroso para la salud humana y el medioambiente. De acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas (Elver y Tunkak, 2017), cada año mueren aproximadamente 200,000 personas por envenenamiento agudo debido a la exposición crónica a los pesticidas (algunos pueden persistir en el ambiente por décadas).

El uso excesivo o incorrecto de pesticidas contribuye a la contaminación del suelo y el agua, favorece la pérdida de biodiversidad —pues eliminan tanto plagas como insectos benéficos— y reduce el valor nutricional de los alimentos. Además, elevan considerablemente los costos de producción en la agricultura.

Para evitar el uso de plaguicidas en el sistema milpa, el Hub Península de Yucatán —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— impartió un taller de Manejo Agroecológico de Plagas dirigido a productores de Xkobenjaltun, Oxkutzcab y localidades vecinas.

La actividad se realizó en el Centro de Capacitación Kaxil Kiwik y forma parte de las acciones que se desarrollan con el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el CIMMYT.

En el taller, los participantes aprendieron a elaborar o instalar diferentes ecotecnologías para el manejo de plagas (en particular para el gusano cogollero, una de las plagas que más afecta al cultivo del maíz), como las trampas con feromonas, la melaza con piña o el extracto del árbol de neem. También les enseñaron a elaborar bocashi, un abono orgánico que ayuda a reducir la presencia de agentes que causan enfermedades en los cultivos.

Es importante señalar que estas opciones agroecológicas no afectan a la población de insectos benéficos presentes en el área de cultivo y tampoco representan una amenaza para la salud humana. Los productores que ya las han implementado han obtenido resultados satisfactorios.

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Con plantas mejor distribuidas, mayores rendimientos

La poca disponibilidad de agua durante el crecimiento del maíz puede afectar su desarrollo y el llenado de grano; también la distribución de las plantas y el arreglo de la parcela influyen significativamente en el rendimiento del cultivo. Tomando en cuenta lo anterior, a través del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán (MSPY) —que impulsan la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se promueven diversas prácticas que permiten asegurar las cosechas de los productores, incluso en tiempos de sequía.

Recientemente, el Hub Península de Yucatán —del CIMMYT— organizó un recorrido por la parcela de don José del Carmen Chi Nah, uno de los productores que participa en el proyecto MSPY. Él ha implementado diversas innovaciones en su milpa, entre ellas el arreglo topológico, el manejo de rastrojo y la aplicación de fertilizante en momentos adecuados.

Al recorrido asistieron productores de la localidad de Nacuché y otras localidades cercanas, los cuales escucharon de voz de don José los detalles de las prácticas que ha adoptado en su terreno. Los resultados no requirieron ser señalados, pues saltan a la vista, ya que el productor mantiene un área testigo; es decir, sigue trabajando un fragmento de su parcela de la forma en que antes lo hacía (la práctica convencional que predomina en la región) para que quienes lo visiten puedan comparar y observar claramente los beneficios de adoptar prácticas sustentables en sus milpas.

A los productores que visitaron la milpa del señor José del Carmen les sorprendió que pese a la poca disponibilidad de agua que tuvo el maíz en sus primeras etapas de crecimiento, este haya logrado tener un buen llenado de grano. Él les explicó que esto se debió a que ahora aprovecha el rastrojo para cubrir el suelo, y esto le ha ayudado a conservar la humedad.

Para don José, uno de los mayores beneficios que ha obtenido al participar en el proyecto MSPY son los aprendizajes que ahora pone en práctica, como el arreglo topológico (la adecuada distribución de las plantas en la parcela, que permite incrementar el rendimiento de grano como consecuencia de disminuir la competencia entre plantas por luz, agua y nutrimentos).

José del Carmen Chi Nah compara el maíz que produce en la sección con innovaciones con el del testigo (con menor desarrollo vegetativo), y no duda en recomendar a los otros productores que también adopten prácicas de Agricultura Sustentable. Como él lo manifiesta, con los cambios que ha hecho en su milpa ahora logra mayor producción en menor cantidad de mecates que siembra, y esto ayuda a su economía familiar.

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Milpa con un toque de limón

Además de maíz nativo, calabazas, camotes, cacahuates y frijoles, en la milpa del señor Claudio Canul Canul también hay naranjas, toronjas, mandarinas y limones. Esta diversidad y asociación de cultivos no es algo común en su zona, pues la mayoría de los productores trabajan la milpa con menor número de especies vegetales, y en caso de tener cítricos, estos son monocultivos. El señor Claudio Canul, sin embargo, es un productor que optó por innovar en su milpa y hacerla más productiva y rentable para ya no tener que arrebatarle al bosque nuevos espacios que después de un tiempo se vuelven improductivos (haciendo que esta práctica se repita).

Claudio participa en el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y, a través de él y gracias a su dedicación y ánimos de aprender, ha logrado establecer una milpa ejemplar (que funciona como un módulo demostrativo de las prácticas sustentables que promueve el proyecto). A ella acuden con regularidad otros productores a quienes les llaman la atención las prácticas innovadoras, el arreglo de la parcela y el manejo agronómico que hace Claudio.

Recientemente, en su parcela —ubicada en la localidad de Cuch holoch, del municipio de Halachó, Yucatán— se realizó un recorrido al que acudieron productores de comunidades vecinas y en el que estuvo presente el técnico especializado en Agricultura Sustentable que lo asesora. Los asistentes escucharon de voz del productor cómo adaptaron a su milpa el sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) —práctica estructurada por investigadores del INIFAP y mejorada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT— para hacer un uso más intensivo, a la vez que sustentable, del terreno.

Los visitantes pudieron observar los árboles frutales intercalados, los cultivos hortícolas asociados y el cultivo de maíz establecido, que ―como se comentó durante el recorrido― es producto de un esfuerzo de reinserción de semillas nativas (que se han perdido por diversas circunstancias) que el CIMMYT apoya, proporcionando material que tiene bajo resguardo para que los productores lo reproduzcan y obtengan así semillas para el siguiente ciclo agrícola. Asimismo, se les explicó cómo los cultivos rastreros protegen el suelo y reducen la evaporación (ayudando a mantener la humedad para los cultivos), y también observaron detalles como el espacio entre cultivos para que estos no compitan por luz o nutrientes.

Finalmente, los visitantes conocieron las prácticas agroecológicas con las que Claudio Canul está manejando las plagas (como las trampas con feromonas para el gusano cogollero). En conjunto, todas estas prácticas sustentables resultaron ser del interés de los productores, los cuales declararon: “así ya no tenemos que tumbar más monte, porque se tiene producción todo el tiempo”.