Categorías
Noticias

La poscosecha y el autoconsumo en Guanajuato

Guanajuato.- Poscosecha es el lapso entre la cosecha y el momento en que el grano es consumido, incluyendo las operaciones de recolección, secado, trilla, limpieza, selección, clasificación, almacenamiento y transporte. En México, se estima que en esta etapa las pérdidas de los principales granos y semillas básicos (maíz, trigo y frijol) varían entre 20% y el 50% de la producción total anual, debido a la incidencia de plagas como gorgojos, barrenadores, roedores y hongos.

Si bien en el estado de Guanajuato predomina la agricultura comercial; en algunas regiones del estado hasta el 56% de los productores practican cosecha y desgrane manual, pues un porcentaje de este grano es destinado al autoconsumo. Aunque existen prácticas y tecnologías que contribuyen a minimizar las pérdidas poscosecha, su adopción en el estado ha sido limitada, de ahí la importancia de fomentar la adopción de tecnologías poscosecha, tales como los silos metálicos herméticos y las bolsas plásticas herméticas que han mostrado una alta efectividad para reducir las pérdidas pososecha.

A través de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se han implementado módulos y áreas de extensión poscosecha —espacios donde los productores pueden ver directamente el funcionamiento y los resultados de las diversas tecnologías—. Gracias a esto, 332 productores de Ocampo, Jerécuaro, Salamanca y otros municipios adoptaron en 2020 tecnologías poscosecha.

El tipo de tecnologías adoptadas fueron principalmente soluciones herméticas poscosecha   —entre las que destacan las bolsas, silos y otros contenedores plásticos que funcionan con el principio de hermeticidad, es decir, donde las plagas mueren debido la ausencia de oxígeno— y los polvos inertes —como la cal micronizada, la tierra de diatomeas y la cal estándar que, al ser aplicadas a los granos, ocasionan lesiones en los insectos plaga, eliminándolos—. Las otras tecnologías poscosecha adoptadas fueron el secado adicional al grano, desgrane eficiente y la aplicación de feromonas para el control de plagas poscosecha.

Derivado del análisis de los datos obtenidos durante el proceso de difusión de tecnologías poscosecha se ha comenzado a trabajar en una actualización de estrategias para cada municipio. Se ha identificado, por ejemplo, que para optimizar los procesos poscosecha es importante evaluar diferentes opciones de maquinaria de limpieza y desgrane. Esto con la finalidad de minimizar las pérdidas poscosecha, reducir costos de operación e incrementar los ingresos.

Cabe mencionar que en los municipios de Coroneo y Jerécuaro se contempla establecer un punto de maquinaria que contará con una desgranadora, un elevador y una cribadora. Con esta maquinaria se buscará fomentar que mayor número de productores adopten tecnologías poscosecha.

Categorías
Noticias

Guanajuato, hacia un campo sustentable y de alta productividad

Guanajuato.- Guanajuato es un estado estratégico para el sector agrícola nacional: es el principal productor de cebada —con 32.5% del total nacional—, el segundo principal productor de trigo y sorgo, y también destaca en la producción de agave, fresa, diversas hortalizas, garbanzo y maíz —Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), 2020—

A pesar de su relevancia en el panorama agropecuario nacional, el campo guanajuatense tiene muchos retos en la actualidad. Entre los principales problemas que los productores de Guanajuato —y del país en general— enfrentan están los altos costos de insumos y servicios, la dificultad para comercialización debido a precios bajos, la falta de capacitación y asistencia técnica, así como la pérdida de fertilidad del suelo —Encuesta Nacional Agropecuaria 2019 (ENA, 2019)—.

La Agricultura de Conservación es un sistema de producción sustentable que permite reducir costos de producción y mejorar la calidad y fertilidad del suelo, por lo que su difusión e implementación, señalan organizaciones como la FAO, es una vía para construir sistemas agroalimentarios más sólidos, ambientalmente sustentables y rentables. Es decir, que la amplia adopción de este sistema puede contribuir a solucionar diversas problemáticas del campo en Guanajuato. 

El programa MasAgro Guanajuato se encamina precisamente en esa vía y promueve la Agricultura de Conservación y el desarrollo de capacidades para un campo sustentable y rentable en la entidad. Es impulsado por la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR), cuenta con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). A la fecha, articula los esfuerzos de más de 110 actores de los sectores público —incluyendo la participación de 21 gobiernos municipales—, privado, social y académico. 

Desde 2013 que el programa inició operaciones ha ido ampliando tanto su red de colaboradores como la superficie impactada con prácticas de Agricultura Sustentable —mismas que son validadas en siete plataformas de investigación en todo el estado  y difundidas a los productores a través de diversos mecanismos—, contribuyendo así a que actualmente en el estado se realice Agricultura de Conservación en 19% de la superficie dedicada a la agricultura a cielo abierto —ubicándose por arriba del promedio nacional que es de 16% (ENA 2019)—. 

Gracias a la articulación de esfuerzos que hace posible MasAgro Guanajuato, alrededor de 145 mil hectáreas en el estado implementaron alguna innovación sustentable durante 2020. De entre las innovaciones sustentables destacan las que constituyen la estrategia de fertilidad integral que ha permitido mapear más de 100 mil hectáreas agrícolas para ayudar a mejorar la eficiencia en el uso de fertilizantes, disminuir costos de producción e incrementar los rendimientos. 

También destaca la vinculación con la agroindustria con la que se han implementado diversos proyectos de abastecimiento responsable y Agricultura Sustentable. Estas iniciativas abren las opciones de venta de los productores guanajuatenses, dándole valor a la producción sustentable y, además de abrir nuevas oportunidades comerciales, han permitido disminuir significativamente las quemas agrícolas, así como el volumen de agua aplicado en las parcelas de los productores participantes. 

La red de innovación de MasAgro Guanajuato es amplia. El esfuerzo de cada integrante es por sí mismo una historia de éxito que merece ser reconocida y contada. Le invitamos a conocer estas historias a través de @masagro.guanajuato.

Categorías
Noticias

Un consejo para los jóvenes

León, Gto.- “Nos dedicamos al campo desde, pues prácticamente toda la vida. Primero mis papás y ahora yo; 35 años y aquí estamos luchando por innovar, por mejorar en la agricultura. Anteriormente mis papás sembraban básicamente granos básicos, luego nosotros metimos un poquito de hortaliza, pero sobre todo sembramos maíz y sorgo y ahorita estamos aquí con los ingenieros de MasAgro Guanajuato, implementando la Agricultura de Conservación, y pues vamos por buen camino”, comenta Mario Castillo Lerma, productor de La Cinta, en el municipio de León, Guanajuato. 

Los beneficios más notorios con la Agricultura de Conservación son la reducción de costos en preparación del suelo, el ahorro de agua y ahorro en fertilizantes, en costos de fertilización. A grandes rasgos, en preparación de terrenos tenemos un ahorro de $3,500 por hectárea en promedio, y en fertilización pues casi es lo mismo, pero va más enfocado a que se le está poniendo la nutrición que necesita realmente la planta porque se hizo un análisis de suelo”, comenta Mario. 

La Agricultura de Conservación es un sistema de producción sustentable que se adapta al contexto y las necesidades de cada productor. Al contrario de lo que se piensa comúnmente, el manejo adecuado de los rastrojos, y de las opciones de forrajes que se pueden incorporar al sistema, permite que la Agricultura de Conservación sea una gran opción para combinarse con los sistemas ganaderos: “tenemos otra actividad que es la ganadería, tenemos unas cabritas para leche y mi esposa me echa la mano ahí, y de aquí nosotros aprovechamos lo que es la pastura para darles también a los animales”, menciona el productor. 

Sobre si ha sido difícil adaptarse a las nuevas prácticas y tecnologías, Mario comenta que “realmente no. Con el apoyo de los técnicos del programa solo es cuestión de perderle el miedo a lo desconocido, quitarse el temor a innovar o de no apostar al cambio por no tener las experiencias. A nosotros nos costó un poquito de trabajo aceptarlo, pero con el tiempo vamos viendo que sí funciona y, claro, con la asesoría que nos brindan pues vamos caminando”. 

Para MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, los productores que innovan, como Mario, son fundamentales para hacer extensivos los beneficios del programa. Para muchos productores hacer algo diferente representa un riesgo y por esta razón los productores como Mario son importantes, porque sus resultados y testimonio son la garantía de que las prácticas promovidas han sido debidamente validadas y realmente dan resultados. 

“Sucede que los agricultores nos resistimos a hacer el cambio porque no tenemos esa práctica, no lo hemos visto, no lo hemos vivido y eso es un riesgo. Yo estoy en la mejor disposición de que vean en nosotros que ellos ya no tienen que correr ese riesgo, porque nosotros ya lo tomamos y ahora ellos pueden ver en nosotros que sí funcionó. Así que espero que se animen a cambiar”, dice Mario, para quien las innovaciones que ha implementado le han permitido que su actividad sea más rentable y, desde su perspectiva, esto es fundamental para que el campo sea atractivo para los jóvenes. 

“Desgraciadamente, el año pasado mi papá falleció, pero yo todo el tiempo le ayudé, estábamos asociados y ahora me toca a mí tomar la batuta. Así que yo les diría a los jóvenes que se trata de cariño, tenerle cariño a la tierra, al campo”, finaliza Mario, enfatizando en que la Agricultura Sustentable es una vía para lograr hacer que las nuevas generaciones vean que el campo sí es redituable y que no es necesario migrar, sino solamente innovar en la propia parcela. 

Categorías
Noticias

Sin miedo al cambio

Ocampo, Gto.- “Soy productor de la zona norte de Ocampo. Tengo aproximadamente ocho años de productor y empecé a trabajar con los técnicos de MasAgro Guanajuato hace aproximadamente cuatro años”, comenta Héctor Guerrero, quien actualmente cultiva maíz y frijol de forma sustentable en alrededor de 30 hectáreas. 

Anteriormente hacía uso del arado, el rastreo, escardas —retirar malezas— y luego la cosecha a mano, pero ahorita estoy manejando rotura vertical o subsoleo —una técnica que permite aflojar el suelo, pero sin removerlo—, solo una escarda y mecanización en la cosecha. Esto no ha sido complicado para mí porque me gusta probar nuevas cosas y la maquinaria pues inclusive la he modificado yo mismo”, comenta el productor, haciendo referencia a las adaptaciones de mecanización que ha hecho para realizar mínima remoción del suelo, uno de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación que promueve MasAgro Guanajuato. 

Para Héctor disponer de la maquinaria adecuada o saber que es posible adaptar la maquinaria existente para hacer siembra directa es importante para que otros productores adopten el sistema de la Agricultura de Conservación, ya que muchas veces, comenta, “la gente piensa «tengo que comprar tanta maquinaria, cuánto me va a costar, no me es costeable», pero económicamente es mucho más redituable el sistema de Agricultura de Conservación que el sistema convencional”. 

Yo he tenido un aumento de la producción, una disminución de costos de producción de entre 20 y 30%, un menor impacto ambiental en el tema de agroquímicos; además han disminuido los trabajos y ha sido un poco más llevaderos los ciclos. A veces me preguntan cómo le hago para tener mis parcelas en las condiciones en las que las tengo, pero a veces no están dispuestos a hacer cambios. Por eso les diría a otros productores que hacer este cambio es bueno, que no le tengan miedo al cambio”.

Con respecto al temor que pudiera ocasionar la implementación de nuevas prácticas, Héctor enfatiza en que los productores no quedan solos en el proceso, sino que reciben capacitación y tienen un permanente acompañamiento técnico: “yo he sido capacitado. Las capacitaciones que tengo más presentes son el Manejo Integrado de Plagas, el uso del subsoleo y la conservación de semillas. También ha sido muy importante que los ingenieros me han estado acompañando, me han apoyado mucho, me han traído nuevas ideas, nuevas tecnologías. Incluso a veces yo les marco, les pregunto si puedo aplicar tal producto de qué forma lo aplico y ya ellos me asesoran”, comenta. 

MasAgro Guanajuato es un programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Si algún productor requiere apoyo o solventar alguna duda, puede contactar al equipo de MasAgro Guanajuato a través de este medio:  Facebook – @masagro.guanajuato.

Categorías
Noticias

El acompañamiento técnico y el relevo generacional en el campo

Ocampo, Gto.- Los jóvenes representan el 16% de la población mundial ―en México esta cifra es de alrededor del 24%―, pero la relevancia de este sector no solo radica en su número, sino en su capacidad para impulsar la innovación y los cambios sociales. Desafortunadamente, las condiciones para el desarrollo de los jóvenes en muchos países de América Latina no son las más adecuadas y suelen ser el reflejo de profundas desigualdades ―como el acceso a la educación o las oportunidades de empleo―.

En México, la relación entre los jóvenes y el campo es una de las más relevantes a nivel económico debido al amplio potencial de crecimiento del sector primario —el único que registró un crecimiento en 2020 en medio de la pandemia—. Sin embargo, por diversas circunstancias históricas, en el campo mexicano hacen falta jóvenes. 

Si bien entre los trabajadores de apoyo en el campo predominan los jóvenes de 15 a 29 años, de acuerdo con la Encuesta Nacional Agropecuaria de 2019, solo 2% de los productores (varones) responsables del manejo y la toma de decisiones en las unidades de producción son jóvenes de 18 a 30 años ―rubro en el que los adultos mayores de 40 años son mayoría―. 

Para muchos jóvenes mexicanos el campo no es muy atractivo para dedicarse a él —los bajos rendimientos, la degradación de los suelos y algunos fenómenos socioculturales los desalientan—. Sin embargo, hay algunos jóvenes que le están dando un giro radical a esta historia y desde su esfuerzo cotidiano están incentivando que otros jóvenes se arraiguen y vean al campo como una gran oportunidad de crecimiento personal e incluso profesional.

Stefanny Flores es una de esas jóvenes. Ella se dedica a la agricultura desde hace cuatro años que egresó de la universidad y desde hace un año, cuatro meses promueve la Agricultura Sustentable en el municipio de Ocampo, cuando se incorporó al equipo técnico de MasAgro Guanajuato ―programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)―.

“Yo me integré a MasAgro Guanajuato porque lanzaron una convocatoria. Entré al programa en marzo del año pasado y junto con algunos compañeros somos el equipo más joven. Desde que entramos nos han estado capacitando para brindar un mejor acompañamiento técnico a los productores”, comenta Stefanny, quien promueve prácticas como la Agricultura de Conservación, la rotura vertical, la cosecha de agua, las curvas a nivel, la fertilidad integral y el Manejo Agroecológico de Plagas.

Esta es una zona con suelos muy degradados, entonces con estas prácticas nosotros hemos podido devolver o regenerar un poco el suelo perdido y ayudar en la captación de agua. En el caso de los enfoques agroecológicos el bajo costo de los insumos ha permitido reducir los costos de producción y también cuidar la salud de los productores ya que el manejo convencional emplea productos muy nocivos”.

Con respecto al relevo generacional, Stefanny comenta que “es algo difícil, pero no imposible siempre y cuando se inculque y concientice a niños y jóvenes sobre la importancia que tiene el campo para su misma región, para sus familias o para las personas que ellos conocen”. Como parte del equipo técnico de MasAgro Guanajuato, ella aporta a este propósito “involucrándolos (a los jóvenes) en los recorridos o capacitaciones que hacemos para que ellos vean cómo se puede innovar en el campo y hacerlo más productivo y rentable, y así no solo se queden con lo que pasaba antes, sino que ellos lo vean que en el campo hay futuro y que vale la pena quedarse en su región haciendo agricultura”, asegura.

La joven técnica comenta que parte de las dificultades de promover la Agricultura Sustentable es el peso que tienen los aprendizajes generacionales, pero explica que la innovación no está peleada con la tradición familiar, sino que, al contrario, la fortalece: “lo más difícil ha sido crear conciencia para que los productores realmente quieran adoptar un cambio. A veces es difícil salir de la zona de confort. Siempre existe miedo a que no funcione, por eso es tan importante que los productores se convenzan viendo el trabajo de otros, yendo al lugar, yendo a ver directamente cómo sí funcionaron las cosas y escuchando el testimonio de otros productores. Si los más grandes se convencen de los beneficios de la Agricultura Sustentable, entonces las generaciones podrán tener un mayor interés en seguir trabajando las tierras de su familia”. 

Categorías
Noticias

Ahorran dinero y protegen el medioambiente mientras controlan plagas

León, Gto.- Una infestación no controlada de gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en un cultivo de maíz puede afectar significativamente la economía de los productores, ya que este insecto plaga afecta a la plántula, daña las hojas —lo que repercute en el desarrollo general de la planta—, o inhibe las inflorescencias durante la floración de la planta adulta.

El gusano cogollero puede disminuir desde 30 hasta 60% el rendimiento del maíz ya a cosecha. Su control convencional implica cuatro aplicaciones de insecticidas químicos que obviamente repercuten en altos costos de producción. Por esta razón en las comunidades Benito Juárez y La Cinta, en el municipio de León, Guanajuato, se promueven enfoques agroecológicos para reducir el uso de productos químicos.

La implementación de la estrategia de Manejo Agroecológico de Plagas que se promueve a través de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— contempla tres acciones principales: la primera son los monitoreos para identificar los insectos presentes en la parcela, determinar cuáles son benéficos y cuáles son plaga; determinar también los porcentajes de daño en el cultivo a través de los umbrales económicos de cada plaga y ver si es necesario o no emprender alguna acción de control. 

El segundo punto es fortalecer el control biológico de las plagas mediante la liberación de algunos insectos benéficos, en el caso de las comunidades Benito Juárez y La Cinta se han liberado avispas del género Trichogramma, las cuales parasitan los huevos de lepidópteros —orden de insectos al que pertenecen las mariposas y las polillas, como la del gusano cogollero en su fase adulta— y también se han liberado chinches del género Geocoris, que se alimentan principalmente de insectos de cuerpo blando —como el gusano cogollero antes de ser polilla—. 

Cabe mencionar que los insectos que se han empleado en esta estrategia proceden del Laboratorio de Reproducción de Organismos Benéficos del Comité Estatal de Sanidad Vegetal de Guanajuato (Cesaveg) —su liberación, así como la adquisición de feromonas a bajo costo, ha sido posible con el apoyo del gobierno municipal de León, a través de la Dirección de Desarrollo Rural municipal—. La intención, una vez liberadas, es que se reproduzcan en las parcelas y empiecen a hacer un control biológico de las plagas para reducir su incidencia en las parcelas. 

El tercer punto de la estrategia es el uso de herramientas complementarias, tales como las feromonas de confusión sexual y las trampas con feromonas de atracción que se ponen en los tambos de 10 o 20 litros. Las feromonas de confusión sexual se colocan en un dispensador de fácil instalación y de descarga controlada. La feromona no provoca la muerte del insecto, solo evita que se aparee, lo cual es de suma importancia para evitar la postura de huevecillos que, de otra manera, más tarde se convertirían en un “verdadero dolor de cabeza” para los productores. 

La recomendación técnica es que las trampas con feromonas se instalen inmediatamente después de la siembra —la dosis recomendada es instalar 30 dispensadores por cada hectárea de cultivo—; la razón de esto es para que la feromona se active y forme la nube de aroma que provoca la confusión sexual a la polilla macho del gusano cogollero. Cuando esto se hace antes de que emerja la planta de maíz se protege al cultivo desde la germinación hasta la etapa reproductiva del maíz.

Esta estrategia de Manejo Agroecológico de Plagas recién se ha implementado en el presente ciclo productivo en las citadas comunidades, no obstante, ya se ha notado una disminución en las aplicaciones: de cuatro que se hacían ahora los productores que están participando en MasAgro Guanajuato han hecho una sola aplicación y solo en algunos casos dos aplicaciones. Esto es que se ha reducido en más de 50% la aplicación de insecticidas y, consecuentemente, los beneficios de esta estrategia son directamente para el medioambiente y para la salud de los productores.

Categorías
Noticias

La importancia de una densidad de siembra óptima

Villagrán, Gto.- El elevado costo de producción de maíz en el Bajío —por el uso excesivo de insumos agrícolas y los altos costos que esto implica— sigue siendo un factor que limita la rentabilidad del cultivo. Por esta razón se está en una constante búsqueda de la mayor relación beneficio-costo a partir de una población de plantas más adecuada. 

Los agricultores de la región buscan altos rendimientos de grano y emplean hasta dos bultos de semilla por hectárea para establecer una población de al menos 110 mil plantas por hectárea; sin embargo, la alta competencia entre las plantas implica una mayor demanda de fertilizantes y otros insumos, lo que encarece significativamente el costo de producción. 

En este contexto, el ahorro que proporcionan las prácticas de Agricultura de Conservación —por las mínimas labores de labranza— puede complementarse con el uso racional de los insumos agrícolas, lo que implicaría un mayor margen de ganancia para los agricultores. 

Para contribuir a este objetivo, en la plataforma de investigación Villagrán —donde colaboran el Parque Agrotecnológico Xonotli, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el despacho Consultores y Asesores para la Sustentabilidad Agrícola (CyASA) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se realizó un ensayo para evaluar el efecto de cuatro densidades de siembra de maíz blanco bajo el sistema de Agricultura de Conservación, manteniendo todos los residuos de cosecha anterior en la superficie del suelo.

La densidad de siembra es una de las decisiones más complejas para loa agricultores porque implica además calcular la cantidad de semilla que se va a comprar. Por esta razón, es necesario identificar la densidad óptima —cuando la cantidad de plantas permite su pleno desarrollo  y, consecuentemente, un alto rendimiento—. Para el caso específico que aquí se describe, las cuatro densidades de siembra que se manejaron fueron: 87 mil , 100 mil, 112 mil, y 125 mil plantas por hectárea (plantas/ha), en camas permanentes anchas y en surcos separados a 1.6 m. 

El número de plantas a cosecha fue de 8.1, 8.4, 8.9 y 9.5 plantas por metro cuadrado, respectivamente, y se observaron diferencias por efecto de la densidad de población: el tratamiento con 87 mil plantas/ha, con la menor población, tuvo 14% menos plantas con respecto al tratamiento de 125 mil plantas/ha, con la mayor población; sin embargo, en lo que respecta al número de mazorcas no se observaron diferencias significativas y la mayor cantidad de mazorca se obtuvo en el tratamiento con densidad de 112 mil plantas/ha.

La mayor producción de biomasa se obtuvo en el tratamiento con siembra de 100 mil plantas/ha. En cuanto al rendimiento de grano, la mayor producción también se obtuvo con ese tratamiento. Por estos resultados y otros análisis particulares, la producción de grano con una densidad de población de 100 mil plantas por hectárea, aunado a la implementación de prácticas de Agricultura de Conservación, fue la mejor opción para potencializar la productividad.

Categorías
Noticias

Irapuato más allá del cultivo de fresas

Irapuato, Gto.- Irapuato es reconocido, entre otras cosas, por su notable producción de fresas y la amplia gama de productos hechos con esta fruta. No obstante, en años recientes ha habido una amplia diversificación de cultivos producidos en sus campos, incluyendo hortalizas de gran calidad para exportación, frutos rojos y granos básicos como maíz, trigo y sorgo.

Con grandes extensiones de tierra altamente propicia para la agricultura —debido al acceso al riego y a que se trata de suelos profundos, con alto contenido de arcilla y libres de pedregosidad (están clasificados como suelos tipo vertisol pélico)—, Irapuato es uno de los municipios más importantes de Guanajuato por su extensión agrícola. No obstante, la agricultura convencional que ahí predomina tiene efectos que deben ser atendidos. 

El manejo agronómico convencional en la zona consta de barbecho con arado de discos, uno o dos pasos de rastra, altas densidades de siembra y uso excesivo de fertilizantes de origen químico —principalmente fertilizantes nitrogenados y agroquímicos para el control de malezas, plagas y enfermedades—. Esto, debido a que la agricultura en la región se ha enfocado a la alta productividad —los rendimientos promedio son de 10 toneladas por hectárea de maíz y 6.8 toneladas por hectárea de trigo— sin considerar, o al menos muy poco, el daño que algunas de estas prácticas le han provocado al suelo.

Como consecuencia de las prácticas agrícolas no sustentables, los costos de producción en la zona se han elevado cada vez más, ya que se incrementa la dependencia a los potentes agroquímicos que se usan para el combate de enfermedades y plagas, las cuales, además, muestran una resistencia cada vez más alta a estos productos.

Como una alternativa que permite lograr una alta productividad, pero de forma sustentable, MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— ha propuesto a los productores tanto de riego como en temporal diversas innovaciones derivadas de la Agricultura de Conservación —un sistema de producción sustentable que forma parte de estrategias como “Reto Rastrojo” y “Cosechando Agua”—.

Para promover e implementar las prácticas de Agricultura de Conservación, el equipo técnico de MasAgro Guanajuato trabaja junto con productores quienes, convencidos de los beneficios de esta Agricultura Sustentable, apoyan en la difusión de las innovaciones permitiendo que otros productores vayan y observen sus parcelas y los resultados de las prácticas que han implementado.

Productores como el señor J. Rosario Mena Zavala, originario de la comunidad Colonia Morelos, son testigos de cómo la Agricultura de Conservación permite mejorar los sistemas de producción e incluso tiene un impacto positivo en la calidad de vida ya que les ha permitido disminuir las horas de trabajo y los costos de producción —con ahorros de hasta $6,000—. De igual forma, les ha permitido tener un incremento en sus cosechas de 10 a 14 toneladas por hectárea de maíz y de 6 a 6.5 en el caso del trigo.

Cabe destacar que estos buenos resultados se han obtenido solo con la puesta en marcha del #RetoRastrojo —que consiste en dejar el 50% rastrojo del cultivo anterior en la parcela y realizar la nueva siembra sobre esta cubierta— y #CosechandoAgua —que promueve el uso de la rotura vertical para retener el agua de lluvia en la parcela—. Con estas medidas, los costos de producción han disminuido hasta $2,500 por hectárea y el rendimiento ha sido igual o mayor al de parcelas trabajadas con agricultura convencional.

Cada ciclo de cultivo se obtienen nuevos resultados de los diferentes ensayos de Agricultura de Conservación que se implementan en las parcelas de los productores guanajuatenses, gracias a estos, el equipo técnico de MasAgro Guanajuato puede apoyar a otros productores para reducir las brechas de aprendizaje en la implementación de prácticas sustentables. Si algún productor requiere apoyo o solventar alguna duda, puede contactar al equipo de MasAgro Guanajuato a través de estos medios:  Facebook – @masagro.guanajuato.

Categorías
Noticias

Alianzas favorecen la agricultura en el semidesierto de Guanajuato

Ocampo, Gto.- En el 43% de la superficie de Guanajuato presenta un clima de seco a semiseco, con un régimen de lluvias que oscilan un promedio anual de 433 milímetros —la precipitación media anual del país es de 777 milímetros—. Ubicada en el norte del estado, este territorio se compone de planicies y lomeríos, características que, sumadas a prácticas de cultivo no sustentables, han favorecido la degradación de los suelos agrícolas. 

Si bien tanto la ganadería como la agricultura son muy importantes para la economía del estado, al desarrollarse en el mismo espacio con prácticas usualmente inadecuadas han tenido efectos sumamente dañinos para la de por sí, reducida fertilidad de los suelos.

A través de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se han validado tecnologías sustentables que les ayudan a los productores de la zona a contrarrestar las principales limitaciones productivas que se tienen en el lugar y, particularmente, para recuperar la fertilidad del suelo y cosechar agua.

Entre las prácticas y tecnologías promovidas están la definición y trazado de curvas a nivel —líneas perpendiculares a la pendiente— y la construcción de terrazas que permiten, por ejemplo, la formación de barreras que reducen la posibilidad de deslaves del suelo. Esto, además de evitar la erosión, facilita que los cultivos se desarrollen de manera homogénea en la parcela.

La rotura vertical, otra de las prácticas fomentadas, permite sustituir la dañina práctica del barbecho a la vez que permite que el agua de lluvia se infiltre —acción que en esta zona semidesértica se vuelve completamente estratégica—. Con el agua de la lluvia cosechada, los cultivos pueden tener mejores condiciones para su desarrollo y una mejor respuesta ante la presencia de plagas y enfermedades características de las zonas semidesérticas.

Aunado a las prácticas ya descritas, las innovaciones implementadas incluyen prácticas de fertilidad integral con base en los resultados de análisis de suelo, en donde se definen las fuentes y cantidades adecuadas en función de las necesidades del suelo y del cultivo a establecer.

Ya que muchos productores primero desean “ver si funciona”, las prácticas y tecnologías primero son validadas en plataformas de investigación, luego trasladadas a módulos comparativos —en donde la mitad de la parcela se cultiva de forma convencional y la otra mitad se trabaja con innovaciones MasAgro— y, finalmente, a las áreas de extensión, que son parcelas de productores que ya conocieron las innovaciones y sus resultados y desean probarlas en sus parcelas. Estos productores son llamados cooperantes y son fundamentales para que las innovaciones MasAgro tengan mayor difusión.

La participación de los gobiernos y las asociaciones agropecuarias también ha sido muy importante. El Ayuntamiento de Ocampo, por ejemplo, ha sido determinante para la consecución de acciones y actualmente su alcaldesa apoya a productores con las semillas ya probadas en plataforma o módulos. También destaca la vinculación con el Comité Estatal de Sanidad Vegetal de Guanajuato (CESAVEG), así como con otras asociaciones y con proveedores de insumos agrícolas. 

La suma de esfuerzos ha permitido impulsar la Agricultura de Conservación en la región y, en medio de las condiciones adversas del semidesierto guanajuatense, se han tenido importantes logros. Por ejemplo, cuando la producción normal de frijol en la zona es de 800 kilogramos por hectárea, con las innovaciones de MasAgro se ha logrado producciones récord de hasta 2.5 toneladas por hectárea. Esto muestra no solo la pertinencia del programa, sino la importancia de su permanencia y de su continua suma de esfuerzos de todos los sectores. 

Categorías
Noticias

León, un municipio con amplio potencial para producir forraje

León, Gto.- La producción agrícola de León, Guanajuato, se ubica principalmente en el sur del municipio, con una superficie aproximada de 33 mil hectáreas que equivalen al 26% del territorio municipal. Allí, los cultivos de maíz y sorgo ocupan la mayor superficie que se siembra bajo condiciones de riego y, debido a la importante actividad ganadera del municipio, es importante atender la producción de maíz forrajero.

En 2019, el rendimiento promedio de maíz forrajero en León fue de 64.2 toneladas por hectárea (t/ha) (SIAP, 2020). Sin embargo, el potencial de producción de la región es mayor, pero para incrementar la producción es necesario identificar variedades con un mayor potencial de rendimiento. 

Para identificar las mejores variedades, en la plataforma de investigación de León —la cual forma parte de la red de plataformas de MasAgro Guanajuato, programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se evaluaron 15 diferentes variedades de maíz forrajero cultivados con prácticas de Agricultura Sustentable. Esta evaluación estuvo a cargo de Carlos Agustín Aguilar Ruiz y Marcelo Espinosa Beristáin, académicos de la Universidad De La Salle Bajío.

Una vez establecida la vitrina de maíces forrajeros, se realizaron varios muestreos al azar de las diferentes variedades, tomando datos como altura de la planta, altura de la mazorca, diámetro del tallo, ancho de las hojas, peso de la mazorca y peso total. La cosecha final se hizo con una máquina ensiladora.

Cabe mencionar que se registró tanto el rendimiento en verde (de los elotes, de las plantas y en total), como el rendimiento en seco (cuadro 1) —el porcentaje de materia seca es un buen indicador de calidad del ensilaje de maíz y un parámetro de gran importancia para estimar cómo se conservará el forraje en el silo—.

Así, el rendimiento de materia seca de la planta completa fluctuó de 37.1 a 28.4 toneladas por hectárea (t/ha), mientras que la producción de forraje verde fue de 85.9 a 121 t/ha. El híbrido 921W obtuvo el mayor rendimiento de forraje fresco, con una producción de 121 t/ha, mientras que los híbridos Samurái y 307Y obtuvieron la mayor producción de materia seca con 38.1 y 38 t/ha, respectivamente. La mayor producción de elote la obtuvo el híbrido 307Y con una producción de 21.3 t/ha. 

Si se considera además que la producción de forraje verde fue de 108 t/ha (en promedio de todos los híbridos), significa que hubo un incremento de 44.7% con respecto al rendimiento promedio en la región. Esto confirma que existe un amplio potencial para incrementar la producción de forraje verde en el municipio de León, Guanajuato.

Rendimiento de forraje
Cuadro 1. Rendimiento de forraje de 15 híbridos de maíz en la plataforma León, ciclo primavera-verano 2019.