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La domesticación del maíz y su contribución a la Teoría de la Evolución

Texcoco, Edo. Méx.- La domesticación de las plantas es uno de los procesos evolutivos más importantes en la historia de la humanidad porque permitió el surgimiento y mantenimiento de la civilización. La domesticación además no es un proceso en una sola dirección sino un proceso complejo de co-dependencia entre el hombre y las plantas. 

Durante la domesticación ocurren muchos cambios morfológicos y fisiológicos —es decir, en la forma y el funcionamiento de la planta— que se conocen como el síndrome de domesticación, el cual afecta principalmente a las partes de la planta que se comen o que son usadas por el ser humano, como las semillas o los frutos, que tienden a aumentar su tamaño. También se modifican los hábitos de crecimiento de la planta, su modo reproductivo, se pierde la dormancia de la semilla —esto es, su estado de reposo—, así como su mecanismo natural de dispersión. 

Por toda esta complejidad, la domesticación de las plantas fascinó a Charles Darwin (1809-1882) y, de hecho, fue esencial para desarrollar y fundamentar su Teoría de la Evolución y posterior publicación de El origen de las especies (publicada el 24 de noviembre de 1859), una de las obras más influyentes para la ciencia contemporánea.

“Para mantener puras las variedades de maíz deben ser plantadas separadas para que no se crucen”, escribía con fascinación Darwin en La variación de los animales y las plantas bajo domesticación (1875) —que constituye la ampliación a El origen de las especies—, impulsando el estudio de la evolución de cultivos bajo la premisa de que conocer el origen y evolución de plantas como el maíz permitiría alcanzar una mejor comprensión de la adaptación de las poblaciones silvestres durante la domesticación, lo cual podría conducir, en algún momento de la historia de la humanidad,  a domesticar nuevos cultivos.

Hoy, gracias a la evidencia arqueológica y diversos estudios, sabemos que el maíz ya se consumía en Mesoamérica durante el Holoceno —periodo posterior a las grandes glaciaciones— mayoritariamente de forma secundaria junto con otras hierbas y frutas recolectadas por los grupos humanos. Sus usos rituales, como bebida, fueron probablemente los responsables de su difusión temprana, aunque no necesariamente se propagaron por igual sus usos, ni sus aplicaciones gastronómicas.

Los primeros americanos iniciaron los cambios genéticos en el maíz para hacer posible su consumo. Estas modificaciones aumentaron el tamaño del olote, la mazorca y el grano, lo que ocurrió́ a lo largo de varios cientos o miles de años. Tehuacán162, por ejemplo, es un maíz primitivo (de hace 5,300 años) que ya no se siguió cultivando, probablemente porque no tenía sabor dulce y sus granos se caían cuando maduraban. Estas dos características fueron de las más importantes manipulaciones humanas sobre el maíz.  

De contar con unos pocos granos, duros y no comestibles, el llamado teocintle se transformó por la intervención humana en el maíz. Entre el 3120 a.C. y el 1590 d.C. este aumentó gradualmente el ancho de la mazorca y hacia el 750 d.C. el ancho del grano alcanza su mayor tamaño, luciendo tal como hoy lo conocemos. Esto confirma que la evolución del maíz es un proceso que continúa hasta nuestros días y que aún reserva mucha información valiosa para comprender el pasado y construir el futuro de la humanidad. 

Fuentes: 

  • Angulo, E. (5 de noviembre de 2020). La historia de Cruz Gallastegui y el maíz híbrido. Ciencia infusa. 
  • Moreno, I. L., & Bordi, I. V. (2016). El maíz nativo en México: una aproximación crítica desde los estudios rurales. Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Lerma. División de Ciencias Sociales y Humanidades.
  • Sánchez, M. I. C. (2009). Darwin y la domesticación de plantas en las Américas: el caso del maíz y el fríjol. Acta Biológica Colombiana14, 351-363.
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Cuatro historias de producción sustentable de alimentos 

Texcoco, Edo. Méx.- Agricultura de subsistencia y con variedades nativas abriéndose paso al mercado gourmet, mapas de fertilidad que contribuyen a reducir el uso de fertilizantes hasta en 40%, un bionsecticida con potencial de aumentar la seguridad alimentaria de las familias campesinas de bajos recursos y la difusión de prácticas sustentables que han permitido incrementar 54% la productividad en maíz y ahorrar 24 millones de metros cúbicos de agua anuales son —a grandes rasgos— las acciones que impulsan los proyectos ganadores de la sexta edición del Premio Cargill-CIMMYT a la Seguridad Alimentaria y la Sustentabilidad. 

El pasado 17 de noviembre Cargill México, en coordinación con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), reconoció con 30 mil dólares a los proyectos más innovadores que han desarrollado soluciones para aumentar la producción sostenible de alimentos en México. Helios Escobedo Cruz, José Francisco Romo López, Ángel Lagunes Tejeda y Alma Delia Ruíz Mendoza fueron los galardonados en esta edición, pero ¿quiénes son ellos y cuáles son las historias que dan forma a sus proyectos? 

Helios y la promoción de Agricultura de Conservación para mejorar los medios de vida

Helios, quien ganó en la categoría Líder de opinión, es ingeniero agrónomo fitotecnista y lleva 15 años promoviendo la Agricultura Sustentable; trabaja en el despacho Red_InnovAC, cuya conformación impulsó y desde donde “Hemos articulado esfuerzos con cerca de 8,700 actores clave, principalmente agricultores, estudiantes, técnicos e investigadores. Asimismo, hemos tenido la oportunidad de incrementar la productividad (del maíz en temporal) de 5.5 toneladas (línea base) a 8.5 toneladas, lo cual ha sido un incremento del 54%”, comenta el también técnico certificado en Agricultura Sustentable —programa formativo en el marco de MasAgro-Cultivos para México, iniciativa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT en la que también ha colaborado Helios—.

El proyecto que impulsa Helios ha logrado un crecimiento en la escala nacional llegando a más de 20 estados del país con capacitaciones en temas diversos. En la parte de rentabilidad, comenta el técnico, los productores que han implementado las innovaciones sustentables promovidas ahora tienen un ingreso adicional de hasta 35%. Esto es una contribución al mejoramiento de la calidad de vida de esos productores, pero también una contribución notable al medioambiente porque, apunta Helios, con las acciones implementadas en 20 mil hectáreas “hemos logrado ahorrar alrededor de 24 millones de metros cúbicos de agua anuales y también hemos reducido las quemas agropecuarias evitando que se liberen hasta 948 kg por hectárea de gases de efecto invernadero”. 

José Francisco y los mapas de fertilidad que están mejorando la agricultura de Guanajuato

José Francisco, el ganador en la categoría Jóvenes, es parte del equipo técnico de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el CIMMYT—. Desde allí promueve una innovadora estrategia de fertilidad integral: “Esto surgió porque como técnicos de la zona ubicamos que uno de los principales problemas de los productores es la sobrefertilización o su aplicación en momentos inadecuados. Primero nos dirigimos con las sociedades de producción rural y luego se sumaron gobiernos municipales, empresas de venta de fertilizantes y otros colaboradores con los que se desarrolló el proyecto de fertilidad integral que actualmente ha impactado en 150 mil hectáreas de nueve municipios de Guanajuato”, comenta José Francisco.  

Además de optimizar el fertilizante, el proyecto que impulsa José Francisco les ha permitido a los productores participantes reducir costos de producción, aumentar su productividad y minimizar los impactos negativos al medioambiente: “se han generado mapas de fertilidad, mezclas de fertilizantes acordes a las características de los suelos de la zona, así como recomendaciones de fertilización muy puntuales para los productores. Los resultados han sido el aumento en 15% de los rendimientos en promedio; y también se logró detectar que es posible reducir hasta 40% el uso de fertilizantes, lo cual es un gran apoyo a la economía de los productores”.

El doctor Ángel y el bioinsecticida de alta efectividad y bajo costo

Ángel, el ganador en la categoría Investigador, cuenta con un posgrado en fitosanidad-entomología y acarología, es especialista en control químico y profesor-investigador titular en el Colegio de Posgraduados (COLPOS) —institución que impulsa, junto con el CIMMYT, una Agricultura Sustentable en el marco de proyectos como MasAgro-Cultivos para México— desde donde ha impulsado la investigación que llevó al desarrollo del Granim, un insecticida ecológico hecho a partir del árbol de Nim (o Neem), el cual es el eje del proyecto que lo hizo merecedor del Premio Cargill-CIMMYT.

“Con los frutos del Nim elaboramos un bioinsecticida que protege significativamente al maíz almacenado del daño producido por los gorgojos. Se fabrica despulpando los frutos y secando las semillas, las cuales se muelen y se agrega polvo abrasivo, polvo higroscópico y cal para obtener un insecticida ecológico que se ha evaluado exitosamente en el campo para combatir a los gorgojos. 5 kg del bioinsecticida protegen 500 kg de maíz, cantidad suficiente para el consumo anual de una familia campesina promedio. Esto se realiza una sola vez en el año y es de bajo costo. Esperamos que su uso contribuya a la seguridad alimentaria de familias campesinas de bajos recursos”, comenta el doctor Ángel. 

Alma Delia, las productoras de la comunidad Mixe y el potencial de la milpa 

Finalmente —pero no menos relevante—, la ganadora en la categoría Productor, Alma Delia, cuenta su inspiradora historia gestada en el seno de la comunidad Mixe: “Represento a un grupo de mujeres productoras del sistema milpa con frutales criollos denominada ‘Los frutos del Kamptunp’. Esta propuesta —que inició con recursos propios del grupo— nació en El Portillo Matagallina, en el municipio de San Pedro y San Pablo Ayutla, Oaxaca, con el objetivo de fomentar la economía local, el arraigo de los y las jóvenes a nuestras comunidades y principalmente de valorar la participación fundamental de las mujeres en el sistema milpa, como guardianas de las semillas nativas, gastronomía y medioambiente”, comenta la galardonada. 

“Esta agricultura denominada de subsistencia, a pesar de los grandes desafíos, ha permitido obtener algunos excedentes que estamos aprovechando de manera eficiente y que ha permitido desarrollar productos para el mercado gourmet y orgánico. Nuestra misión como grupo es valorar esta agricultura desde una perspectiva humanitaria, ambiental y cultural para fomentar la diversidad, la gastronomía y principalmente la seguridad alimentaria para nuestras comunidades”, comenta Alma Delia, quien también ha brindado acompañamiento técnico en diversas comunidades, impulsando el sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales, como parte de la red de innovación impulsada por MasAgro-Cultivos para México.  

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Buscan mejorar sus ingresos con grano en buenas condiciones

Atenco, Edo. Méx.- La pérdida de granos por plagas poscosecha es una las diversas problemáticas que año con año enfrentan los productores del Estado de México. El gorgojo, el barrenador, la palomilla y diversos hongos que se desarrollan en los granos almacenados generan pérdidas que van desde el 10 al 40% del total de la producción. 

Los productores suelen hacer frente a estas plagas con métodos que no siempre dan resultado, tal es el caso del uso de la pastilla de fosfuro de aluminio, la cual ayuda en el control de insectos, pero no detiene el avance de los hongos y, en cambio, modifica las propiedades organolépticas del grano —características físicas que pueden percibir los sentidos, como sabor, textura, olor, etcétera— y representa un potencial riesgo a la salud humana. 

En el municipio de Atenco, en particular, los productores cosechan de diciembre a enero. Las mazorcas se dejan almacenadas para la extracción de hoja para tamal en los meses posteriores y, después, se da el desgrane y almacenamiento del grano en tambos o costales, hecho que deja vulnerable al grano al ataque de plagas como el gorgojo, la palomilla y diversos hongos. El manejo convencional de las plagas de almacén en este municipio es el uso de pastillas de fosfuro de aluminio. 

Debido a esta problemática, productores de Atenco se han acercado a instituciones como el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para aprender diversas prácticas o tecnologías que mejoren sus condiciones de producción. En el caso de la poscosecha, el equipo técnico del CIMMYT ha establecido, junto con colaboradores, módulos y áreas de extensión donde los productores conocen de primera mano el manejo de tecnologías como el silo metálico hermético, la bolsa plástica hermética tipo ziploc, y la cal micronizada.

En el módulo Atenco estas tecnologías recientemente fueron comparadas con un tratamiento testigo, es decir, grano almacenado de la forma convencional —se almacenaron 160 kg de grano en un tambo metálico y se uso 1/8 de pastilla de fosfuro de aluminio— en un ensayo que tuvo una duración de cuatro meses, esto es, de marzo a julio del presente año, lapso durante el que se almacenó grano de maíz de la cosecha 2020. 

En julio, cuando se hizo el levantamiento del módulo poscosecha, los productores pudieron constatar los resultados: primeramente, se abrió el tratamiento testigo, encontrando el grano en buenas condiciones y sin daño aparente de insectos, pero con más presencia de granos dañados por hongos. Cabe mencionar que en este tratamiento los productores pudieron observar que no es necesario elevar las concentraciones de los productos, ya que el uso de las dosis adecuadas puede dar buenos resultados, aunque, por supuesto, es preferible optar por alternativas más seguras, como las tecnologías herméticas poscosecha. 

Con las tecnologías herméticas poscosecha —silo metálico hermético y bolsa plástica hermética— el grano almacenado se encontró en muy buenas condiciones de sanidad, sin daño aparente de insectos y daño moderado de hongos. Estas tecnologías son de gran interés ya que el grano no se mezcla con algún producto adicional si no que las plagas se controlan debido a la ausencia de oxígeno, permitiendo que el grano se pueda consumir sin ningún problema. 

Por último, se abrió el tratamiento de grano con cal micronizada en costal de polipropileno. En este tratamiento la cal, que es un polvo inerte molido de manera muy fina, ayuda a eliminar la presencia de insectos y detener el desarrollo de hongos en el grano almacenado. Este método fue el que más llamo el interés de los productores debido a que es una práctica fácil, de bajo costo y accesible para su implementación ya que solo se necesita una dosis de 4 kg de cal micronizada —que en la zona tiene un costo aproximado de $90— por tonelada de grano.

A través de estos módulos poscosecha los productores pueden observar la importancia de conocer los diversos métodos de conservación de grano,  así como la regla básica para almacenarlo, es decir, que el grano debe estar sano, seco, limpio y freso en un lugar igualmente seco y fresco. Esto facilita la implementación de las diversas tecnologías de almacenamiento y mejora las prácticas de conservación de grano en el almacén, lo que se traduce en una mejora de sus ingresos por la venta de grano en buenas condiciones.

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México promueve prácticas ejemplares para mitigar el cambio climático

Texcoco, Edo. Méx.- El cambio climático es un fenómeno real y cada vez es más perceptible. Sin embargo, sus efectos no se reducen a la variabilidad climática en sí misma, sino que trascienden hasta manifestarse en la inhabitabilidad de extensas áreas alrededor del mundo y en la inseguridad alimentaria para millones de personas. 

De acuerdo con el más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la precipitación anual ha disminuido en el noreste de México, las aguas subtóxicas (con bajos niveles de oxígeno disuelto) se han expandido frente a las costas mexicanas, donde también se han registrado tormentas más intensas. 

Además, en las regiones áridas del norte del país el número de días cálidos ha aumentado y el número de días fríos ha disminuido (lo que afecta a cultivos como el trigo, que requiere un determinado número de horas frío para su adecuado desarrollo). Es decir que, en general, México se vuelve más seco, haciendo que las condiciones climáticas propicias para los incendios forestales también aumenten. 

Por supuesto, la agricultura es uno de los sectores que está en el centro del debate global sobre cambio climático por ser responsable de un significativo porcentaje de las emisiones de gases de efecto invernadero (alrededor del 24%), pero también por su potencial para mitigar los efectos del cambio climático a través de la adopción amplia de prácticas agrícolas sostenibles. 

En este sentido, durante el diálogo Nuevas fronteras de la ciencia: la agricultura de América del Norte, caminando hacia sistemas alimentarios globales más sostenibles, que formó parte del el Diálogo Internacional Norman E. Borlaug, en el marco de la entrega del Premio Mundial de la Alimentación 2021, el doctor Víctor Villalobos Arámbula, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, destacó la importancia de promover prácticas simples, pero significativas y eficaces (como la cobertura de los suelos con residuos agrícolas), en el cuidado de suelos y agua para mitigar los efectos del cambio climático. 

“Este programa (MasAgro-Cultivos para México) no solo está orientado a incrementar la productividad en las parcelas de los pequeños productores en situación de pobreza, sino también aborda de manera muy importante el tema de los recursos naturales: cómo podemos hacer un mejor uso del agua y cómo podemos, con prácticas simples, incorporar materia orgánica al suelo y así retener humedad y proveer de nutrientes a los cultivos”, mencionó el Secretario Villalobos sobre las acciones promovidas junto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para incrementar la productividad en cultivos estratégicos y, al mismo tiempo, conservar los recursos naturales. 

Frente al impacto del cambio climático en la agricultura, la combinación y complementación de prácticas locales más la incorporación de nuevas e innovadoras prácticas de las que nos provee la ciencia es posible abordar el desafío del cambio climático, añadió el titular de Agricultura, enfatizando en que es fundamental “incrementar la productividad para proveer alimentos a la población sin incrementar la superficie agrícola. Tenemos que producir más, en la misma superficie y con menos agua”.

Adicionalmente, con acciones como las promovidas por MasAgro-Cultivos para México es posible propiciar mejores condiciones sociales en América Latina, donde la migración forzada es un reflejo de un complejo contexto sociocultural en el que los sistemas agroalimentarios se han deteriorado, por lo que fomentar su resiliencia y productividad de forma sostenible será clave para un futuro donde el cambio climático amenaza con exacerbar el fenómeno migratorio en todo el mundo.  

Cabe mencionar que el Diálogo Internacional Norman E. Borlaug reúne a expertos, líderes políticos, empresarios y agricultores a nivel global para abordar cuestiones clave en materia de seguridad alimentaria y nutrición. Toma su nombre del científico Norman E. Borlaug, uno de los fundadores del CIMMYT quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1970 por sus trabajos de mejoramiento de cultivos que permitieron salvar a millones de personas del hambre y la inanición.

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Premian a sistemas de semillas de maíz de MasAgro–Cultivos para México

Playa del Carmen, Q. Roo.– La Asociación Mexicana de Semilleros (AMSAC) entregó el Premio César Garza 2021 a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en la primera jornada de su convención anual que reúne a representantes de más de 70 compañías semilleras mexicanas e internacionales. 

El prestigiado reconocimiento busca recompensar y estimular los esfuerzos dirigidos a incrementar la producción y adopción de semillas mejoradas de alta calidad en México. 

El proyecto MasAgro se hizo acreedor a la edición 2021 del Premio César Garza, “por establecer un innovador, eficaz y plural sistema de redes de innovación que cada año suma alrededor de 100 sitios de evaluación distribuidos en todo el territorio nacional, desde donde se han generado y diseminado 70 nuevas semillas de maíz híbrido para diferentes agro-ecologías de México”, señaló José Luis Gastelum Careaga, presidente del Consejo Directivo de la AMSAC. 

De acuerdo con el CIMMYT, los híbridos y variedades élite de maíz de MasAgro han demostrado al menos duplicar los promedios actuales de rendimiento de maíz en condiciones de temporal y, en 2020, se sembraron en más de 1 millón de hectáreas en México. 

“MasAgro no es un proyecto del CIMMYT”, comentó Bram Govaerts, director general del CIMMYT, al recibir el Premio. “Es un proyecto de los productores de grano y de semilla, de la sociedad civil organizada, de las instituciones públicas de investigación y educación superior, de la industria, del Gobierno mexicano representado por la SADER pero, sobre todo, del pueblo de México”, agregó el representante del organismo internacional con sede en Texcoco, Estado de México. 

La capacitación para la producción y comercialización de semilla mejorada de alta calidad ha permitido a las empresas productoras de semillas de maíz nacionales que participan en MasAgro incrementar sus ventas 33% en 2020, respecto a 2011, lo que se traduce en una tasa de crecimiento anual de 4.6%

A su vez, el proyecto MasAgro impulsa el codesarrollo de mejores prácticas y tecnologías agrícolas con base en agricultura de conservación para elevar la productividad de los sistemas de maíz, hacer un uso óptimo de los insumos productivos y conservar los recursos naturales del campo mexicano. 

Govaerts advierte que la semilla mejorada y de alta calidad sólo hace la mitad del trabajo: “La otra mitad la hacen los productores que trabajan el campo, quienes resguardan el conocimiento tradicional y, al mismo tiempo, asumen el reto de innovar para mejorar sus sistemas productivos y sus condiciones de vida en forma sostenible”.

En MasAgro participan más de 300 mil productores, particularmente pequeños y medianos agricultores de maíz, trigo y cultivos asociados que producen alimentos en más de 1 millón de hectáreas. 

El directivo del CIMMYT aprovechó el reconocimiento para hacer un llamado a continuar los esfuerzos de investigación, desarrollo, capacitación y extensión de MasAgro para atender la urgente necesidad de asegurar la capacidad de adaptación al cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria del pueblo de México. 

 

Acerca del CIMMYT

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es el líder mundial en investigación de maíz, trigo y sistemas agrícolas asociados financiada con fondos públicos. Con sede cerca de la Ciudad de México, el CIMMYT trabaja con cientos de socios en todo el mundo en desarrollo para aumentar de manera sostenible la productividad de los sistemas de cultivo de maíz y trigo, mejorando así la seguridad alimentaria global y reduciendo la pobreza. El CIMMYT es miembro del Sistema CGIAR y dirige los Programas de Investigación del CGIAR sobre Maíz y Trigo y la Plataforma de Excelencia en Mejoramiento. El Centro cuenta con el apoyo de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otros organismos públicos y privados.

 

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¿Qué falta por hacer en materia de sustentabilidad agrícola en Zacatecas?

Después de un mes de actividades que incluyeron cinco mesas de análisis e igual número de recorridos de campo, el Seminario Agricultura Sostenible en Zacatecas concluyó el pasado 22 de octubre. Entre las conclusiones generales destaca la necesidad de formar más capital humano especializado en Agricultura Sustentable, diversificar cultivos de acuerdo con las condiciones climáticas del estado, así como fortalecer las cadenas de valor y las alianzas público-privadas. 

El seminario se desarrolló gracias al esfuerzo conjunto de diversas instituciones ―la Representación de la SADER en Zacatecas, la Secretaría del Campo de Zacatecas; la Universidad Autónoma de Zacatecas; el Centro Regional Universitario Centro Norte de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh); y el Hub Intermedio del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)― y buscó responder ¿qué se está haciendo?, y ¿qué falta por hacer en materia de agricultura sostenible en Zacatecas?

Con respecto a la primera pregunta destacan varias acciones que se desarrollan actualmente en Zacatecas, como la promoción de enfoques agroecológicos a través del programa Producción para el Bienestar, que implementa la SADER a través de su representación estatal; los programas de capacitación del INCA Rural; la oferta académica con orientación a la Agricultura Sustentable de la Universidad para el Bienestar en Pánfilo Natera; la formación técnica con orientación a la Agricultura de Conservación, así como acciones de recuperación de suelos ácidos y validación de variedades de maíz que realiza el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA) 137. 

Destacan también las labores de investigación, docencia y la oferta académica orientada a la agricultura sostenible que ofrece la UACh en la entidad; la red de innovación que impulsa el Hub Intermedio del CIMMYT a través de la cual se establecen plataformas de investigación y módulos de exhibición de prácticas sustentables, así como procesos de certificación de técnicos especializados en Agricultura Sustentable y proyectos como Aguas Firmes, que se desarrolla en el centro del estado e incluye la participación de organizaciones como el Grupo Modelo y la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ).

De igual manera sobresalen los esfuerzos de diversos despachos de profesionistas ―como Agrocime, Agroservicios el Palmar y MICI Sombrerete― que promueven en la práctica la diversificación productiva con cultivos alternativos, nuevas variedades mejor adaptadas a las condiciones climáticas del estado, cultivos de ciclo corto para aprovechar las pocas precipitaciones de la entidad, y la implementación de granjas integrales tanto agrícolas, pecuarias y acuícolas.

¿Qué falta por hacer? De acuerdo con las reflexiones de las mesas de trabajo del seminario, en materia de medioambiente es necesario poner énfasis en la restauración forestal, el rescate de la biodiversidad, el uso de energías limpias y la recuperación de la aptitud productiva de los ecosistemas zacatecanos. 

Específicamente sobre el tema del agua, prioritario en Zacatecas donde predominan los ambientes áridos y semiáridos, se consideró que es oportuno reformular el marco normativo que regula la extracción, almacenamiento y uso del agua. Asimismo, es fundamental considerar el manejo integrado de cuencas para la recarga de acuíferos, la inversión en infraestructura para cosechar agua y tecnificar el riego, así como implementar acciones para reducir la huella hídrica en sistemas de producción agropecuaria. 

En lo relacionado con la agrotecnología, los especialistas que participaron en el seminario coincidieron que es necesario transitar hacia sistemas de producción agroecológicos; formar más capital humano y multiplicar las escuelas de campo; así como generalizar la Agricultura de Conservación con mejores prácticas de mecanización, diversificación productiva, cultivos de ciclo corto, manejo integral de plagas y enfermedades.

También es necesario, señalaron los especialistas, desarrollar circuitos cortos de comercialización, impulsar esquemas de economía social, poner énfasis en el trabajo conjunto con agricultores y fomentar la cooperación entre los sectores público, privado, académico y social. 

Con información de Guillermo Libreros González.

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¿Camas anchas o angostas?

Texcoco, Edo. Méx.- La Agricultura de Conservación es un sistema agrícola sustentable cuyos componentes básicos son la mínima labranza —que favorece la estructura y propiedades del suelo—, la cobertura del suelo con rastrojos y la diversificación de cultivos. En México, este sistema se ha implementado principalmente bajo un sistema de camas permanentes, es decir, de un conjunto de surcos cuya parte elevada —donde se siembra— no se labra, limitando el movimiento del suelo a la reforma de las camas solo cuando es necesario.

La siembra en camas permanentes ayuda a mejorar el manejo del agua y a reducir la compactación del suelo mediante el tráfico controlado —ya que el tráfico se ve limitado a la parte baja de los surcos—; también permite el uso de métodos mecánicos para el control de malezas y facilita el manejo del rastrojo en el suelo. No obstante estos beneficios, la implementación de camas angostas (0.75–0.80 m de ancho) y anchas (1.50–1.60 m de ancho) se hace comúnmente sin evidencia científica disponible sobre si el ancho de las camas afecta el rendimiento de los cultivos. 

El ancho de las camas permanentes depende principalmente del ancho entre las ruedas del tractor. Para el maíz y los granos pequeños en el centro de México esto suele oscilar entre 0.75 y 0.85 m —en algunas regiones de El Bajío se utilizan lechos anchos, que equivalen a dos lechos estrechos (1.5 a 1.7 m de ancho)—. Generalmente, la distancia entre las líneas de siembra no cambia en camas anchas o estrechas. 

Aunque optar por camas anchas o angostas depende en gran medida de aspectos prácticos 

relacionados con el manejo de la maquinaria, muchos productores y técnicos se preguntan constantemente si el diseño de las camas de siembra puede tener un efecto en la producción del cultivo ya sea por una mayor conservación de la humedad o algún otro factor relacionado con la textura del suelo, el movimiento del agua o los requerimientos del cultivo.

Por lo anterior, un grupo de investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y de la Universidad de California evaluaron estos dos tipos de camas permanentes en la producción de maíz, trigo y cebada tanto en condiciones de temporal como de riego en Querétaro, Guanajuato, Michoacán y el Estado de México —durante al menos tres ciclos de cultivo consecutivos para cada plataforma de investigación—.

En las plataformas de San Juan del Río I y Cadereyta, los dos sitios con menor precipitación, el rendimiento de maíz fue similar en los dos tipos de camas. En cambio, en la plataforma de Apaseo el Alto hubo una ligera tendencia a mayores rendimientos en camas angostas, pero en Indaparapeo esta tendencia estuvo a favor de las camas anchas. En general, las diferencias encontradas no fueron significativas para señalar que alguno de los diseños agronómicos sea mejor que otro para la agricultura de temporal —en condiciones de riego, solo el rendimiento de maíz fue marginalmente mayor en camas anchas. Aunque el estudio no evaluó la cantidad de agua aplicada en los dos tipos de camas, otros estudios han informado que, en camas anchas, se aplica hasta un 40% menos de agua que en camas angostas—.

Luego de los diversos análisis, los investigadores finalmente observaron que el ancho de las camas no afectó significativamente el rendimiento de los cultivos; por lo tanto, “los agricultores deben utilizar el tipo de cama que mejor se adapte a sus necesidades prácticas. En condiciones de riego superficial o alta precipitación se puede recomendar el uso de camas anchas para condiciones similares a las reportadas en este estudio, excepto para suelos con baja conductividad hidráulica”, señala el artículo. 

En conclusión, no se observaron diferencias significativas en rendimiento entre camas permanentes angostas y anchas; y se ratifica que entre los principales beneficios de utilizar camas permanentes están el tráfico controlado que reduce la compactación del suelo, la facilitación de la siembra mecánica y la mejor distribución del agua. El artículo completo está disponible en https://www.mdpi.com/2077-0472/11/10/930.

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Consideraciones sobre la siembra en seco de trigo duro

Cajeme, Son.- México es el tercer exportador mundial de trigo duro (Triticum durum L.) y su principal zona de producción es el Valle del Yaqui, en Sonora, donde, desde el año 2002, la disponibilidad reducida de agua de riego debido a las escasas lluvias y la recarga de los embalses ―combinada con el aumento de la demanda de otros usuarios― ha resultado en una disminución de la producción. 

La siembra en húmedo ―donde se aplica un riego previo a la siembra― es la práctica más adoptada en el Valle del Yaqui. Aunque permite el control de malezas antes de la siembra, su desventaja es la pérdida improductiva de agua de riego y la reducción de la flexibilidad del tiempo de siembra, ya que las lluvias pueden retrasar el secado del suelo, obligando a posponer la siembra y haciendo que se pierda la ventana óptima para esta actividad.

Lo anterior ha conducido a agricultores e investigadores a explorar prácticas de cultivo que reduzcan el uso de agua de riego y, al mismo tiempo, permitan una mayor flexibilidad de la fecha de siembra. La siembra en seco ―donde el cultivo se siembra directamente en el suelo seco y se riega poco después― es una alternativa que, aunque reduce las opciones para el control de malezas, mejora la eficiencia del uso del agua y la flexibilidad del tiempo de siembra. 

Aunque en otros países con condiciones de cultivo similares a las del Valle del Yaqui se ha estudiado la siembra en seco bajo Agricultura de Conservación ―mostrando en varios cultivos beneficios de rendimiento y ahorro de agua sobre la labranza convencional―, pocos estudios ―sin que haya registro de alguno para el trigo duro― han comparado los regímenes de labranza y las prácticas de siembra o sus interacciones en condiciones de riego.

En este sentido, destaca la reciente publicación de un artículo de investigación de un grupo de científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y otras instituciones de Alemania y Estados Unidos, el cual resume 10 años de datos de un experimento en Ciudad Obregón, cuyo objetivo fue determinar los efectos de la siembra seca y húmeda sobre el rendimiento del trigo duro, los componentes del rendimiento y las características de la calidad del grano tanto con Agricultura de Conservación como con labranza convencional. 

El estudio, que también evaluó el efecto de diferentes enfoques de manejo de fertilizantes nitrogenados, señala que la siembra en seco redujo la presencia de plantas en comparación con la siembra húmeda en camas permanentes, más que en camas con labranza convencional. Es decir, que la Agricultura de Conservación combinada con la siembra en seco pareció producir condiciones que inhibieron la germinación, lo que resultó en una emergencia irregular en camas permanentes con siembra en seco. 

Lejos de ser un detractor para que los productores adopten la Agricultura de Conservación ―sistema sustentable cuyos componentes básicos son el mínimo movimiento del suelo, la cobertura del suelo con rastrojos y la diversificación de cultivos―, el estudio aporta información relevante para una mejor implementación de prácticas sustentables. 

Al respecto, la doctora Nele Verhulst, científica del CIMMYT que participó en el estudio, comenta: “Hemos observado una emergencia irregular en campos de trigo irrigados con siembra en seco en el Valle del Yaqui y otras regiones de México. Los agricultores y los técnicos tienden a atribuir este surgimiento irregular a fallas en la maquinaria o baja calidad de la semilla, o al sistema de Agricultura de Conservación en sí mismo, lo que puede llevar a su desaprobación. Por ello es importante estar al tanto de este probable efecto con estas prácticas, para que puedan ser remediadas rápidamente cuando se produzcan. Las opciones para mejorar el estado de las plantas incluyen alternar la siembra húmeda y seca o tratar la semilla con fungicida”. 

Es importante señalar que aún se necesita más investigación para identificar plenamente las causas de este efecto con siembra en seco ―donde además la reducción de plantas no dio lugar a bajos rendimientos en todos los años― y, sobre todo, para identificar los tratamientos de semillas adecuados para abordar la situación. En este sentido, la Agricultura de Conservación para cultivos de regadío se afianza como una de las mejores alternativas para mejorar y estabilizar los rendimientos de trigo, en comparación con el riego por surcos convencional. 

El uso alterno de la siembra húmeda y seca podría ser una solución práctica para que los agricultores mejoren la eficiencia del uso del agua en comparación con la siembra húmeda continua, así como para evitar el desarrollo de resistencia a herbicidas en las malezas al diversificar las opciones de control de malezas en comparación con la siembra continua en seco, señala el estudio. 

Cabe mencionar que este trabajo de investigación es relevante no solo para México, sino para otros lugares clave para la seguridad alimentaria mundial ya que las condiciones del Valle del Yaqui son representativas de varias de las principales regiones productoras de trigo del mundo en desarrollo, incluido el valle del Indo en Pakistán, el valle del Ganges en la India y el valle del Nilo en Egipto. El estudio fue implementado por el CIMMYT como parte de MasAgro-Cultivos para México y del Programa de Investigación de Trigo del CGIAR y se puede consultar en: https://doi.org/10.1016/j.fcr.2021.108310

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México tiene 78 nuevos técnicos certificados en Agricultura Sustentable

Ciudad de México.- El pasado 7 de octubre de 2021 se graduaron 78 nuevos técnicos certificados en Agricultura Sustentable provenientes de las regiones Bajío, Chiapas, Pacífico Centro, Pacífico Sur, Península de Yucatán y Valles Altos. Con esta graduación el campo mexicano suma 449 de estos profesionistas altamente capacitados, formados en el marco de la iniciativa Cultivos para México que impulsa la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). 

En la ceremonia de graduación a distancia estuvieron presentes el ingeniero Santiago José Argüello Campos, Director General de Fomento a la Agricultura y Encargado del Despacho de la Coordinación General de Agricultura, en representación del Secretario Víctor Villalobos; el doctor Bram Govaerts, Director General del CIMMYT; Paulo Bañuelos Rosales, titular de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural de Guanajuato; Luis Torres Llanes, Secretario de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca de Quintana Roo; Régulo Jiménez Guillén, Director General del CSAEGRO; así como José María Llamas Caballero, José Luis Arizmendi Bahena y Carolina Ojeda Martínez, de las representaciones de Agricultura en Zacatecas, Morelos y Oaxaca, respectivamente.

Durante su intervención, el ingeniero Argüello mencionó que “es un gran logro para México tener gente competente y sensible para ayudar al país y a las familias productoras. Esperamos que ustedes nos ayuden a consolidar los esfuerzos para transitar a una agricultura sustentable y mitigar las desigualdades en el campo mexicano —donde hay zonas de alta productividad con rendimientos por arriba de las 12 toneladas en maíz y zonas donde no se llega ni a una tonelada—. Necesitamos que ustedes nos ayuden a adaptar prácticas y tecnologías a las regiones más rezagadas, con los productores de los pueblos originarios y generar condiciones de igualdad a través de la agricultura sostenible”.

Por su parte, el doctor Govaerts invitó a los egresados a mantener vivo el legado del doctor Norman Borlaug —uno de los fundadores del CIMMYT quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1970 por salvar millones de vidas de la hambruna— para combatir el hambre y “cambiar el mundo desde el surco hasta la mesa”. Agregó que los técnicos certificados “son el instrumento para generar la transformación en el campo y son quienes deberán ayudar a que los productores cuenten con mayores capacidades para gestionar mejor los riesgos y así garantizar que se cubran las necesidades básicas de las familias que forman parte de la actividad agrícola”. 

“Cada sesión nos ayudó a darnos cuenta que nunca se termina de aprender. Los que concluimos podemos considerarnos ganadores, pero no de un premio, sino de un reto que a penas empieza: la sociedad nos espera, los productores no descansan y lo que aprendimos es sin duda una semilla que hay que dispersar”, expresó Elizabeth Cruz Sosa, una de las graduadas, haciendo referencia al proceso formativo compuesto por tres ejes: gestión para la innovación, técnicas agronómicas sustentables y herramientas para la formación y la comunicación.

El curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, que tiene una duración de año y medio, es una estrategia de capacitación desarrollada por Agricultura y el CIMMYT para formar profesionistas especializados en sustentabilidad agrícola al más alto nivel. La estrategia se enfoca en contribuir a la resolución de tres importantes retos en el país: seguridad alimentaria, pobreza y cambio climático. Esto mediante el uso de herramientas y metodologías diseñadas para poner en marcha procesos orientados a mejorar los medios de vida de los productores.

Cabe mencionar que durante la ceremonia de graduación también estuvieron presentes representantes de diversas instituciones de enseñanza e investigación —de Campeche, Chiapas, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Quintana Roo, Yucatán y Zacatecas— que han colaborado en la formación de los egresados, al igual que numerosos productores quienes han puesto a disposición sus parcelas para que los técnicos certificados puedan aplicar los conocimientos adquiridos. 

Un ejemplo del impacto del curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable es que, de acuerdo con el más reciente estudio de seguimiento, para el 73% de los egresados la certificación ha representado nuevas oportunidades laborales y más de la mitad de las parcelas que asesoran ya trabajan con Agricultura de Conservación, hecho que además pone de relieve el impacto social de estos profesionistas. 

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Inicia plan de capacitación de técnicos mexiquenses para producción sustentable de maíz

Texcoco, Edo. Méx.- En el marco de la colaboración del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Secretaría del Campo del Estado de México (SECAMPO), dio inicio el Plan de Capacitaciones en Temas Específicos para fortalecer la formación de más de 100 técnicos en el manejo del sistema de granos básicos, principalmente el maíz con base en la Agricultura Sustentable.

Durante la inauguración del evento, Mercedes Colín Guadarrama, titular de la Secretaría del Campo del Gobierno Estado de México, sostuvo que este esfuerzo conjunto tiene como objetivo desarrollar y fortalecer las competencias del personal de la dependencia para favorecer la implementación de tecnologías sustentables en la cadena agrícola y proporcionar una mayor y mejor vinculación con el productor.

Celebro la participación de los 114 técnicos del Programa “Más Maíz Mexiquense” y de los siete técnicos de la Dirección General de Comercialización Agropecuaria. El día de hoy materializamos un esfuerzo que comenzó hace algunos meses cuando firmamos el convenio de colaboración entre la SECAMPO y el CIMMYT en el cual coincidimos que la capacitación debe ser el detonante de las acciones que juntos emprendamos. Nos han proporcionado un traje a la medida con este programa de capacitación para el desarrollo de las actividades de los productores mexiquenses”.

Los temas de los cursos virtuales que se desarrollarán durante los próximos dos meses y que serán impartidos por personal del CIMMYT en diferentes módulos son: Manejo Integrado de Malezas; Manejo Agroecológico de Plagas; Modelo de Negocios y Asociatividad; Selección Masal; Manejo básico de maíz híbrido y nativo; Estimación de rendimiento; Manejo poscosecha; Principios de Agricultura de Conservación; Fertilización Integral y Calibración de equipos.

La titular de la SECAMPO agregó que, para el gobierno mexiquense, es prioridad la sustentabilidad del campo, garantizar mejores condiciones para los más de 375 mil productores agropecuarios de la entidad “todos estos esfuerzos nos consolidan como el cuarto productor más importante del país con una producción de más de 1 millón 700 mil toneladas de maíz”.

Comentó además que los técnicos de la Secretaría del Campo acuden a esta capacitación con la instrucción de adquirir el conocimiento con la consigna de ser multiplicadores y transmitir los aprendizajes: “Reitero además el reconocimiento al CIMMYT, pues solo unidos podemos hacer del campo una tierra de mayores oportunidades y mejores condiciones de vida para las y los productores mexiquenses”. 

Durante la inauguración, el doctor Jelle Van Loon, Representante Regional para las Américas del CIMMYT, comentó que esta colaboración que hoy inicia tiene el objetivo de capacitar a técnicos con prácticas agronómicas sustentables para mejorar y utilizar el sistema productivo de maíz “esta serie de cursos sobre el desarrollo de capacidades —que inicia con el Manejo Integrado de Malezas—, ofrece a los técnicos y a los agricultores la posibilidad de lograr una mayor productividad en el campo, este es el reto que el CIMMYT y la Secretaría del Campo han iniciado con esta colaboración”.

Por su parte, Edgar Díaz Álvarez, Director General de Agricultura del Gobierno del Estado de México, agradeció al CIMMYT la oportunidad de tener esta capacitación para los extensionistas que les permitirá contribuir a la adaptación de soluciones en el campo con los productores de maíz: “Si bien estamos terminando ya el ciclo agrícola 2021, estamos preparándonos para enfrentar con éxito el ciclo 2022, en sus manos señores agrónomos, señores técnicos, está no solamente ocupar un lugar más en el pódium de productores de maíz como entidades federativas, en sus manos está que la productividad tenga éxito”.

Agregó que en el Estado de México se requieren casi cinco toneladas anuales de maíz para cubrir las necesidades per cápita de cada uno de los mexiquenses “ahí está el reto, tenemos que producir un poco más para que así hagamos de la seguridad alimentaria una realidad”.

Durante el primer curso impartido sobre Manejo Integrado de Malezas, el ingeniero Francisco López Olguín, Coordinador Técnico del Hub Valles Altos del CIMMYT y facilitador de este tema, destacó la importancia de conocer las características biológicas y ecológicas de las malezas predominantes en los campos, sobre todo durante sus fases de crecimiento y desarrollo. Habló además de los métodos más comunes para el manejo de malezas como los preventivos, mecánicos, culturales, químicos y biológicos.