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México, el maíz y África

Cultivo de maíz con agricultura de conservación, en el norte de México. (Foto: CIMMYT)
Cultivo de maíz con agricultura de conservación, en el norte de México. (Foto: CIMMYT)

El 24 de enero de cada año, el Día Mundial de la Cultura Africana y de los Afrodescendientes es un recordatorio de las numerosas e importantes aportaciones del continente africano en todo el mundo. Para la Organización de las Naciones Unidas, este reconocimiento busca contribuir al desarrollo sostenible, el diálogo y la paz global. 

En México, la cultura africana es conocida como la tercera raíz cultural. Por todo el territorio nacional, y no solo en las costas, la herencia africana se mantiene viva. Además, los vínculos con el continente africano van más allá y también en sentido opuesto: el maíz, de origen mexicano, hoy juega un papel decisivo para la seguridad alimentaria de millones de personas en África y, también, tiene un papel central en las perspectivas de desarrollo económico de varios países en ese continente. 

En un contexto donde la humanidad atraviesa por una crisis sin precedentes en la que al menos 339 millones de personas, gran parte de ellas en África,  requerirán ayuda humanitaria este año —un 19 % más que el año pasado—, entonces los aprendizajes sobre el cultivo del maíz que se han generado en México tienen el potencial de brindar soluciones globales para enfrentar esta crisis.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), cuya sede global se encuentra en Texcoco, Estado de México, tiene presencia en África y trabaja desde hace tiempo en distintas iniciativas y con diversos colaboradores en aquel continente. Recientemente, por ejemplo, ha estado impulsando la mecanización climáticamente inteligente con investigadores de Madagascar, Etiopía, Zimbabue y Kenia; y también se ha anunciado que dirigirá un proyecto para el mejoramiento de variedades y distribución de semillas. 

Otro ejemplo de las contribuciones de México para la seguridad alimentaria global es Cultivos para México. Esta iniciativa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT ha impactado positivamente en más de un millón de hectáreas y ha beneficiado a 300 mil productores de maíz, trigo y frijol mexicanos. 

Por sus resultados, la metodología de Cultivos para México ha despertado interés y está siendo replicada, a través de diversos proyectos y con diversos colaboradores, en varios países de Latinoamérica —como Guatemala y Honduras, donde además el modelo de innovación agrícola busca contribuir a la mitigación del fenómeno migratorio— y, recientemente, el CIMMYT anunció de que este sistema de innovación agrícola desarrollado en México será llevado a África, donde se encuentran varios de los países a los que más ha golpeado la actual crisis.

“Gracias al apoyo del Gobierno de los Estados Unidos, la metodología de Cultivos para México estará siendo difundida e implementada en Malaui, Tanzania y Zambia, en el sur de África; y también en Sudán. El objetivo de los proyectos que liderará el CIMMYT en ese continente es acelerar, de forma inclusiva, la innovación y fortalecer los sistemas de semillas para generar maíz tolerante a la sequía y leguminosas mejoradas”, señaló Bram Govaerts, director general del CIMMYT.

Con la Iniciativa de Entrega de Innovación Acelerada (AID-I) en el sur de África, y el Enfoque de Sistemas Agroalimentarios Sostenibles para Sudán (SASAS) —los dos proyectos con los que se llevará el sistema de innovación agrícola desarrollado en México al continente africano—, México, a través del CIMMYT, confirma que ocupa una posición estratégica para la seguridad alimentaria global, afianzándose como un agente de cambio para la resiliencia climática, la sostenibilidad y el desarrollo agrícola inclusivo para un futuro con seguridad alimentaria y nutricional. 

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Aumenta uso de tecnologías herméticas poscosecha en Oaxaca

Productor de San Pedro Ixcatlán almacena grano de café en bolsa plástica hermética. (Foto: Productores Agrícolas y Pecuarios de la Mazateca Baja)
Productor de San Pedro Ixcatlán almacena grano de café en bolsa plástica hermética. (Foto: Productores Agrícolas y Pecuarios de la Mazateca Baja)

Las pérdidas poscosecha en México se estiman en alrededor de 25 % en promedio, pero suelen ser mayores en regiones tropicales dónde la temperatura y la humedad favorecen la proliferación de insectos y hongos, dejando más propensos a los granos que se almacenan de manera incorrecta.

Las tecnologías herméticas poscosecha permiten contrarrestar las pérdidas durante el almacenamiento y son efectivas ya que mantienen la calidad de los granos. Una tecnología hermética la podemos definir como un contenedor que se sella para crear una atmósfera modificada en su interior, es decir que la ausencia de oxígeno permite controlar las plagas”, menciona Omar Francisco Sánchez Ríos, técnico certificado en agricultura sustentable quien colabora con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para promover prácticas sustentables en Oaxaca, México. 

Las tecnologías herméticas poscosecha, particularmente el silo metálico hermético y la bolsa plástica hermética, son tecnologías que funcionan a través del principio de hermeticidad (ausencia de oxigeno). 

“Es importante que los productores conozcan el funcionamiento de este principio y, por eso, a través de diversos proyectos que impulsan el CIMMYT y sus colaboradores hemos brindado capacitación a productores de maíz de distintas comunidades. La intención es que los productores identifiquen qué recipientes cumplen con esta característica para evitar el uso de productos químicos y tener granos sanos, libres de plaguicidas”, comenta Katy Guadalupe Gutiérrez López, técnica certificada en agricultura sustentable quien brinda acompañamiento técnico a los agricultores del municipio oaxaqueño de San Pedro Pochutla. 

Como en Pochutla, técnicos de Productores Agrícolas y Pecuarios de la Mazateca Baja —organización que colabora con el CIMMYT en Oaxaca— promueven en San Pedro Ixcatlán y San José Tenango el uso de tecnologías herméticas poscosecha: “con estas tecnologías es posible conservar la semilla de un ciclo agrícola a otro minimizando el uso de plaguicidas. Así, los productores tienen la posibilidad de ofrecer sus productos con mayor valor por kilogramo, mejorando las condiciones de comercialización”. 

“En las regiones del Papaloapan y Cañada hemos trabajado con productores de maíz quienes, aparte de este cultivo, producen café y cacao, granos con los que también se han estado utilizando las bolsas plásticas herméticas con buenos resultados. Con estas tecnologías se ha reducido sustancialmente la pérdida de granos por plagas y enfermedades, así que es importante seguirlas promoviendo”, finalizan los especialistas. 

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2022, un recuento de logros y desafíos

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: homenaje a Sanjaya Rajaram / Participación del CIMMYT en Congreso organizado por el Gobierno de México / Evento en torno a Agricultura para la Paz / Talleres de AgriLAC en Guatemala y Honduras. (Fotos: CIMMYT)
De izquierda a derecha y de arriba a abajo: homenaje a Sanjaya Rajaram / Participación del CIMMYT en Congreso organizado por el Gobierno de México / Evento en torno a Agricultura para la Paz / Talleres de AgriLAC en Guatemala y Honduras. (Fotos: CIMMYT)

Para la comunidad del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), y para todos aquellos involucrados en el ámbito de la seguridad alimentaria en general, 2022 ha sido un año muy dinámico en muchos sentidos.

El 17 de febrero el CIMMYT compartía con la comunidad internacional la triste noticia de la muerte del doctor Sanjaya Rajaram, científico mexicano que ganó el Premio Mundial de la Alimentación en 2014 por el impacto global de sus investigaciones que le brindaron a la humanidad más de 480 variedades mejoradas de trigo.

Solo unos días después, el 24 de febrero, la desconcertante noticia de un nuevo episodio bélico en la historia de la humanidad —esta vez entre Rusia y Ucrania— estremecía al mundo. Los investigadores del CIMMYT entonces advertían sobre el impacto de la guerra en la seguridad alimentaria de millones de personas. 

Rusia y Ucrania son grandes países productores y exportadores de trigo que, de acuerdo con el Instituto Internacional de Investigación de Política Alimentaria (IFPRI), abastecen cerca de 34 % del trigo que se comercia a nivel internacional. Las disrupciones a la cadena de abasto global de trigo que esta guerra posiblemente provocará en los próximos meses tendrá graves consecuencias para las 2 mil 500 millones de personas en todo el mundo que dependen del trigo para su seguridad alimentaria”, anunciaba Bram Govaerts, director general del CIMMYT.

Aunque los escenarios de conflicto no son en ninguna medida deseables, este en particular hizo evidente la pertinencia de iniciativas como Agricultura para la Paz —impulsada por el Centro Nobel de la Paz, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Embajada de México en Noruega, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el CIMMYT y diversos colaboradores—, surgida a raíz de la conmemoración del 50 Aniversario del Premio Nobel de la Paz otorgado en 1970 al doctor Norman Borlaug, uno de los fundadores del CIMMYT,  por su trabajos de mejoramiento de trigo que permitieron salvar a millones de personas de la hambruna alrededor del mundo.

En el marco de esta iniciativa, el 28 de abril los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos, e investigadores del CIMMYT rindieron tributo a Sanjaya Rajaram en la estación experimental del CIMMYT en Toluca, Estado de México, que ahora lleva el nombre de este importante científico mexicano.

Allí, en Toluca, el titular de Agricultura aseguró que, así como en su momento Norman Borlaug y Sanjaya Rajaram trabajaron para combatir el hambre a nivel mundial, el papel del CIMMYT para construir una paz duradera basada en la seguridad alimentaria mundial se reflejaba en iniciativas como Cultivos para México, proyecto con más de una década en operación que cuenta con la colaboración de más de 100 aliados nacionales e internacionales y con impacto positivo en más de un millón de hectáreas y 300 mil productores.

En este sentido, de particular relevancia fue el anuncio que a inicios de diciembre hizo Bram Govaerts durante una de las reuniones del Consejo Directivo del CIMMYT: “Gracias al apoyo del Gobierno de los Estados Unidos, la metodología de Cultivos para México estará siendo difundida e implementada en Malawi, Tanzania y Zambia, en el sur de África; y también en Sudán. El objetivo de los proyectos que liderará el CIMMYT en ese continente es acelerar, de forma inclusiva, la innovación y fortalecer los sistemas de semillas para generar maíz tolerante a la sequía y leguminosas mejoradas”.

Finalmente, en un año donde la paz promovida desde las parcelas ha adquirido relevancia internacional, destacan las primeras acciones para la instalación formal de los primeros cuatro Innova Hubs —modelo de innovación agrícola que se ha desarrollado con iniciativas como Cultivos para México— en Guatemala y Honduras, a fin de transformar, mediante la iniciativa AgriLAC Resiliente, los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe, aumentando la resiliencia, los servicios ecosistémicos y la competitividad de estos sistemas de la región y, al mismo tiempo, contribuir en la mitigación de fenómenos como el cambio climático y la migración. 

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El papel del secado de grano en el almacenamiento hermético poscosecha

Secado de maíz nativo en plataforma de investigación del CIMMYT en Chiapas, México. (Foto: Gerardo Torres)
Secado de maíz nativo en plataforma de investigación del CIMMYT en Chiapas, México. (Foto: Gerardo Torres)

Con frecuencia se habla de tecnologías herméticas para contrarrestar las pérdidas de granos, pero ¿qué son estas tecnologías herméticas poscosecha y qué papel juega el secado de grano en su funcionamiento?

Un ejemplo de tecnología hermética son los contenedores que se sellan para crear una atmósfera modificada en su interior, es decir, un ambiente sin oxígeno que ayudará por lo tanto a controlar las plagas que pudieran acompañar a los granos al momento de almacenarlos. Dentro de este tipo de tecnología están los silos metálicos herméticos y las bolsas plásticas herméticas. 

Las tecnologías herméticas poscosecha funcionan a través del principio de hermeticidad (ausencia de oxigeno), pero para que sean efectivas es importante secar los granos y bajar la humedad a un nivel adecuado para el almacenamiento (13 % por lo menos), ya que los granos con alto contenido de humedad son más vulnerables a plagas como los barrenadores. 

El secado es uno de los pasos más importantes en la poscosecha, ya que determina el contenido de humedad del grano para su almacenamiento. Un buen manejo del secado es importante para asegurar la conservación de los granos a corto y largo plazo. Secar los granos en la casa o en el lugar de almacenamiento, es una mejor opción que secarlos en el campo.

Se sugiere secar los granos y las semillas tan pronto que sea posible después de la cosecha para:

  • Permitir un mayor tiempo de almacenamiento del grano sin pérdidas significativas.
  • Conservar la calidad de la semilla y obtener un mayor porcentaje de germinación en los próximos ciclos.
  • Disminuir el contenido de humedad de los granos a un nivel por debajo del 13% (base húmeda) para evitar ataques de insectos y hongos.

Esta información se comparte en el marco del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, que promueven el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y Walmart Foundation.

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Agricultura para conservar la naturaleza, un puente entre África y México

Alice Ruhweza durante el Congreso Interamericano de Agua Suelo y Agrobiodiversidad, en Ciudad Obregón, en el estado mexicano de Sonora. (Foto: CIMMYT)
Alice Ruhweza durante el Congreso Interamericano de Agua Suelo y Agrobiodiversidad, en Ciudad Obregón, en el estado mexicano de Sonora. (Foto: CIMMYT)

“Siempre he creído que las soluciones están en el suelo. Por supuesto, el sistema global tiene un papel que desempeñar, pero el trabajo verdadero se da en el suelo, por eso es importante que apoyemos el trabajo de los pequeños agricultores, porque los alimentos que consumimos vienen su trabajo”, mencionó Alice Ruhweza durante el Congreso Interamericano de Agua Suelo y Agrobiodiversidad, organizado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural a través del Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). 

Ruhweza es miembro del Consejo Directivo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y es directora en África del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), donde encabeza y supervisa un programa regional que comprende más de 10 países para impulsar un nuevo marco regulatorio y de política pública para la conservación de la naturaleza de la mano de los productores.

A través de la conferencia magistral “Sistemas de alimentos positivos para la gente y el planeta”, Ruhweza enfatizó en el papel central de la agricultura para hacer frente al cambio climático: “La agricultura es responsable del 80 % de la deforestación global, responsable del 39 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, el 70 % del uso de agua dulce y el 70 % de la pérdida de la pérdida de biodiversidad terrestre, pero la agricultura no solo es un problema, también es una solución”, afirmó. 

De acuerdo con Ruhweza , “la solución al cambio climático está en la gente, eso significa que debemos modificar la forma en la que producimos y consumimos. Necesitamos transformar nuestros sistemas agrícolas y debemos hacerlo produciendo, en las mismas tierras que están disponibles actualmente, suficientes alimentos para una población que crece, reduciendo al mismo tiempo el nivel de emisiones provenientes de la agricultura”. 

“Hay tres cosas que podemos hacer: proteger los hábitats naturales que quedan de su conversión a la agricultura; manejar las tierras agrícolas de forma sustentable; y restaurar los suelos degradados. Para acelerar esta transición necesitamos investigación, por eso en WWF trabajamos con el CIMMYT; también necesitamos trabajar con la sociedad civil, con los gobiernos, las empresas, las instituciones financieras. Las alianzas son muy importantes y MasAgro —hoy Cultivos para Méxicoes un gran ejemplo de plataformas que articulan los esfuerzos de todos los sectores”, aseveró la directora regional de WWF, quien además comentó que se tiene el propósito de llevar este modelo desarrollado en México a África. 

Al respecto, Bram Govaerts, director general del CIMMYT, comentó que “Cultivos para México, referido por Alice Ruhweza como una forma de trabajar y coexistir, es una iniciativa que nos ha brindado muchos aprendizajes, particularmente en la forma de colaborar entre los distintos actores involucrados, por eso estamos muy orgullosos de que, con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos y el interés de varios países de África, este modelo de innovación agrícola mexicano este siendo solicitado en otras latitudes”. 

Cultivos para México es una iniciativa de la Secretaría de Agricultura que cuenta con el respaldo científico del CIMMYT y el apoyo de organizaciones como el INIFAP, la cual ha impactado en más de un millón de hectáreas y más de 300 mil productores que han adoptado prácticas agrícolas sustentables. Por su relevancia, la iniciativa ha despertado el interés y ha sido replicada en distintos países de América Latina, Asia y África. 

En este sentido, Govaerts recordó a la audiencia que México ha hecho muchas aportaciones al mundo, incluyendo África: “variedades resistentes al gusano cogollero, nuevas formas de trabajar la tierra, la nixtamalización —una técnica que se está adoptando en África para combatir aflatoxinas—, entre otras”, pero también que “hay muchas cosas de África, mucho conocimiento de allá, que podemos aplicar aquí en México”, como las diversas soluciones para integrar agricultura y conservación de la naturaleza referidas por Ruhweza.

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Sinaloa tiene nuevos técnicos certificados en agricultura sustentable

Egresados del curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, edición Hub Pacífico Norte 2021-2022, Sinaloa, México. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)
Egresados del curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, edición Hub Pacífico Norte 2021-2022, Sinaloa, México. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)

Este 24 de noviembre 14 profesionistas de Sinaloa, uno de Sonora y una de Yucatán se graduaron como técnicos certificados en agricultura sustentable, acreditación —y estrategia formativa— impulsada a nivel nacional por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) a fin de impulsar sistemas de producción sólidos y sostenibles, asegurar la calidad en el acompañamiento técnico, y fortalecer la producción sustentable en cada estado.

Gracias a la inversión de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sinaloa (AARFS) y la Asociación de Agricultores del Río Sinaloa Poniente (AARSP), y al apoyo de diversas instituciones como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), la edición 2021-2022 del curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable permitió formar a los recién graduados de forma intensiva durante un año con clases teórico-prácticas impartidas por expertos nacionales e internacionales.

En la ceremonia de graduación estuvieron presentes Víctor Manuel Ahumada, secretario de la AARSP; Heriberto Lizardi, gerente de estrategias agrícolas de la AARFS; José Luis Alcántar, residente estatal de FIRA Sinaloa; Miguel Ángel Vera, agente de FIRA Los Mochis; Nele Verhulst, líder de investigación en sistemas de cultivos para América Latina del CIMMYT; Eliud Pérez, gerente del Hub Pacífico Norte del CIMMYT; Carolina Cortez y Nehemías Buitimea, coordinadores técnicos del Hub Pacífico Norte del CIMMYT.

“El curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable busca contribuir con el desarrollo de técnicos como agentes de cambio para implementar y difundir sistemas de producción de granos básicos (maíz, trigo, frijol y cultivos asociados) con base en una intensificación sustentable”, aseveró Eliud Pérez, haciendo un reconocimiento especial al grupo de productores que cooperaron para el desarrollo de las prácticas de los nuevos técnicos certificados. 

Entre los temas abordados durante la formación de los nuevos técnicos certificados destacan: diagnóstico de parcela, manejo integrado de malezas, manejo de residuos, manejo agroecológico de plagas, manejo integral de enfermedades, fertilidad, perfil de variedades, maquinaria especializada para agricultura de conservación, monitoreo y análisis de datos, poscosecha y calidad de grano, vinculación de productores con mercados, entre otros.

Al pertenecer, varios de ellos, a organizaciones públicas y privadas —como el Fondo de Aseguramiento Agrícola (FAAS), la Secretaría del Bienestar, AARFS , AARSP, entre otras— que tienen un papel importante en el campo sinaloense, se amplían las posibilidades de que la agricultura sustentable también se adopte con mayor amplitud en dicho estado. 

A la red de técnicos certificados a nivel nacional, que hasta el momento está conformada por 461 profesionales, se suman: Irene Isabel Che Cih, Valeria Gómez Pérez, Ariel Castro Hernández, Horacio Galaz Ramos, Iván Francisco Pérez Villarreal, Aniceto de la Puente Llanos, Hilario Cristian Flores Ahumada, Jaime Guzmán Uriarte, Franky Mayel Muñoz Urias, Roberto Galaviz Leyva, Adrián Pérez Villarreal, Ángel Guadalupe Cira, Juan Jesús Valdez Valdez, Rasiel Omar Gaxiola Atala, Carlos Alfredo Manzanares Fitch y Fernando López Beltrán. 

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Con modelo de innovación agrícola desarrollado en México buscan mejorar el campo latinoamericano

Taller de planeación del Innova Hub Oriente de Honduras. (Foto: CIMMYT)
Taller de planeación del Innova Hub Oriente de Honduras. (Foto: CIMMYT)

AgriLAC Resiliente es una iniciativa del CGIAR —consorcio de centros de investigación internacionales del cual forma parte el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— que busca transformar los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe, aumentando la resiliencia, los servicios ecosistémicos y la competitividad de estos sistemas de la región. 

En el marco de su implementación en Guatemala y Honduras, un equipo de técnicos e investigadores de México que colaboran con el CIMMYT están compartiendo la experiencia con distintos proyectos desarrollados en territorio nacional a fin de integrar y hacer más sólidas las redes de colaboradores que estarán promoviendo innovaciones agrícolas en estos países de Centroamérica en el marco de esta iniciativa.

Una de las experiencias más exitosas gestada y desarrollada en México por el CIMMYT y diversos colaboradores de todos los sectores es el Hub o nodo de innovación. Este modelo o sistema de innovación agrícola ha permitido, por ejemplo, que más de 300 mil agricultores que cultivan maíz, trigo y cultivos asociados ahora lo hagan con tecnologías sustentables de MasAgro —hoy Cultivos para México—, en más de un millón de hectáreas en todo el territorio rural del país con las más diversas condiciones agroecológicas. 

Durante el desarrollo de los talleres para la integración e implementación de los primeros hubs en los citados países, o Innova Hubs, como se les ha denominado en el marco de esta iniciativa, el equipo del CIMMYT que trabaja en la iniciativa explica que el modelo del Hub va más allá de una estructura física compuesta por plataformas de investigación agrícola, módulos de innovación —parcelas de productores donde se comparan las prácticas convencionales y las innovaciones— y áreas de extensión —parcelas de productores que deciden innovar y reciben acompañamiento técnico para hacerlo—. 

“Lo que busca un hub es la mejor manera de adaptar y adoptar las innovaciones agrícolas que se han identificado como las más pertinentes para cada lugar, pero al mismo tiempo aporta una metodología útil y práctica para gestionar el conocimiento; es decir, ayuda a articular los esfuerzos de los distintas organizaciones o actores para llevar el conocimiento científico a más personas, buscando que ese conocimiento o evidencia científica se ocupado de manera práctica, de manera muy operativa por los integrantes de un territorio para su beneficio”, señala Jaime Leal, gerente del Hub Pacífico Sur del CIMMYT.  

Así, ASOCUCH, CEDRO y ASORECH, en Guatemala; y CASM y ARSAGRO en Honduras, son las organizaciones anfitrionas que han colaborado con el CIMMYT en la organización de los talleres para el establecimiento oficial de cuatro Innova Hubs, dos en cada país. En los talleres han participado muchos otros actores y organizaciones locales que, gracias a su amplia trayectoria en sus propios países, han ayudado a identificar los principales retos o puntos críticos retos que deben abordarse para lograr sistemas agroalimentarios resilientes y sostenibles. 

En Guatemala, por ejemplo, la falta de investigación, la falta de recursos financieros y de desarrollo de capacidades locales fueron los aspectos que se identificaron como prioritarios para lograr sistemas agroalimentarios resilientes y sostenibles. También se identificaron retos adicionales, como el alto costo de insumos para producción, la falta de formación en interpretación de información agroclimática, la falta de gestión de riesgo e incertidumbre, brechas de género y falta de pertinencia cultural de algunas intervenciones previas o existentes. 

Además de estos retos, los representantes de las organizaciones que participaron en los talleres en Guatemala —Mercy Corps, IARNA-URL, MAGA, ICC, Popoyán, USAID, PMA, UICN, USAC, IFAD, ICTA, entre otras— identificaron que las áreas más críticas de frente a la suma de esfuerzos en el marco de la iniciativa son el cambio climático, la seguridad alimentaria y la migración.

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México se integra a red de extensión agrícola mundial

De izquierda a derecha: el productor Carmelo Sánchez y los técnicos Eugenio Telles y José Luis Montero, en Candelaria, en el estado mexicano de Campeche. (Foto: Fernando Morales/CIMMYT)
De izquierda a derecha: el productor Carmelo Sánchez y los técnicos Eugenio Telles y José Luis Montero, en Candelaria, en el estado mexicano de Campeche. (Foto: Fernando Morales/CIMMYT)

El extensionismo rural hace referencia, en general, al proceso mediante el cual los nuevos conocimientos en agricultura —surgidos principalmente de centros de investigación y universidades— se hacen extensivos o se acercan a los agricultores. 

Desde hace más de una década se creó el Foro Global para los Servicios de Asesoría Rural (GFRAS, por sus siglas en inglés) para desarrollar una red de profesionales especializados en la transferencia de esos conocimientos a los productores y familias agricultoras de todo el mundo. Antes de 2020, sin embargo, América del Norte —México, Estados Unidos y Canadá— no era miembro formal de dicha red global. 

Tras consultas con los gobiernos y diversas instituciones de los tres países, en 2020 se creó la Red de Asesoría Agrícola de América del Norte (NAAAN, por sus siglas en inglés), la más reciente de las redes regionales del GFRAS en cuyo comité directivo se encuentran líderes agrícolas de toda la región, incluidos, ex officio, los titulares de las secretarías o ministerios de agricultura de los tres países de la región. 

La NAAAN busca intensificar el debate sobre el extensionismo agrícola y, a su vez, proporcionar una plataforma de colaboración entre los tres países para compartir conocimientos e información sobre programas y prácticas de extensión agrícola. Entre los temas prioritarios para la creación de redes compartidas, la investigación y el intercambio de esta nueva red regional se encuentra la biodefensa y bioseguridad, la salud del suelo y gestión del agua, y la capacitación. 

Uno de los primeros pasos para propiciar la creación de redes entre las partes interesadas en América del Norte —y con sus homólogos en todo el mundo— fue un ejercicio de mapeo sobre el contexto histórico y actual del extensionismo en los tres países a fin de desarrollar información de referencia para las actividades de la NAAAN. 

Derivado de ese estudio, recientemente se publicó el documento ‘Alimentar a América del Norte a través de la extensión agrícola: un informe de la Red de Asesoramiento Agrícola de América del Norte (NAAAN)’, el cual incluye la historia del extensionismo en la región e información obtenida mediante una encuesta aplicada en 2021 a más de 500 participantes en Canadá, México y los Estados Unidos.

El capítulo dedicado a México, que destaca el extensionismo desarrollado a través de Cultivos para México, una iniciativa de la Secretaría de Agricultura y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), está integrado con colaboraciones de especialistas de la dependencia federal y el centro de investigación en mención, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el Colegio de Posgraduados (COLPOS), el Instituto Nacional para el Desarrollo de Capacidades del Sector Rural, el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste y otras instituciones.

El informe brinda el panorama del extensionismo en cada país de la región, sus marcos institucionales, orígenes históricos, fuentes de financiación, entre otros aspectos. Además, permite contrastar los distintos enfoques de extensión agrícola y visualizar los retos comunes de la región a la hora de prestar servicios de extensión. El informe puede leerse completo en español en: https://naaan.csusystem.edu

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Las ventajas de sembrar en camas permanentes

Cultivo de trigo en agricultura de conservación. (Foto: Fernando Morales/CIMMYT)
Cultivo de trigo en agricultura de conservación. (Foto: Fernando Morales/CIMMYT)

Se entiende por agricultura de conservación al sistema de producción basado en tres componentes básicos: mínima labranza, cobertura permanente del suelo y diversificación de cultivos. En el Valle del Yaqui, en Sonora, México, este sistema es evaluado para brindar a los agricultores de la zona las mejores recomendaciones para su implementación y adopción, dados los amplios beneficios que ofrece. 

En la plataforma Cajeme II, por ejemplo, investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) comparan la práctica convencional de la región con el tratamiento que incluye los tres componentes de agricultura de conservación. 

Reducir la intensidad de la labranza puede reducir los costos de producción por la disminución en operaciones y puede ayudar a conservar el suelo. Para conocer el efecto de la reducción de la labranza, en la plataforma se compara la siembra de trigo en monocultivo bajo labranza convencional y en camas permanentes. La labranza convencional en la región consiste en dos pasos de rastra y la formación de camas, mientras que las camas permanentes se forman en el año inicial del ensayo y después cada año solo se hace una reformación de los fondos, sembrándose directamente en las camas del año anterior”, comenta Nele Verhulst, investigadora del CIMMYT. 

De acuerdo con los investigadores, en la plataforma el trigo en camas permanentes tuvo mayor rendimiento que en camas con labranza convencional. En promedio, con cuatro riegos de auxilio, se obtuvo un rendimiento de 7,3 toneladas por hectárea con labranza convencional, mientras que el promedio en camas permanentes fue de 8,1 toneladas por hectárea, una diferencia promedio de 0,8 toneladas por hectárea a favor de la siembra en camas permanentes. 

De acuerdo con Manuel Ruiz, otro de los investigadores que trabaja en la plataforma, “cuando se siembra en camas permanentes es mejor dejar el rastrojo sobre la superficie que removerlo, ya que el rastrojo impide la evaporación del agua, protege al suelo contra el sol y la lluvia, reduce el crecimiento de malezas y aporta materia orgánica”, por esto, continúa, “para sacar el mejor provecho de las camas permanentes se recomienda dejar el rastrojo sobre la superficie; pero incluso sin cobertura las camas permanentes rindieron en los primeros seis años del ensayo igual o más que con labranza convencional”.

El trigo es un cultivo que gracias al amacollamiento puede dar rendimientos similares sin ser afectados por la diversidad de arreglos topológicos —distribución de las plantas en la superficie sembrada— y densidades de siembra —cantidad de semillas que se depositan por hectárea—. En este sentido, en camas permanentes con rastrojo no se observó diferencia en el rendimiento entre el tratamiento con dos hileras y el tratamiento con tres hileras.

En promedio, se obtuvo un rendimiento de 7,3 toneladas por hectárea con el sistema convencional, mientras que el sistema de agricultura de conservación rindió en promedio 8.6 toneladas por hectárea. La agricultura de conservación entonces rindió en promedio 1,3 toneladas por hectárea más que el sistema convencional.

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México aporta claves para enfrentar los desafíos del cambio climático en el cultivo de trigo

Cultivo de trigo en la sede del CIMMYT en Texcoco, Estado de México. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)
Cultivo de trigo en la sede del CIMMYT en Texcoco, Estado de México. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)

El trigo es un cultivo de importancia mundial, pero el rápido avance del cambio climático afecta cada vez más su producción. En Argentina, el mayor productor de trigo de Latinoamérica, por ejemplo, recientemente se recortó la estimación de cosecha en tres millones de toneladas debido a una sequía prolongada. 

México no está exento de estos desafíos a la seguridad alimentaria impuestos por el cambio climático. De acuerdo con Cámara Nacional de la Industria Molinera, el actual sobreprecio del trigo —que ya impacta en la economía de las familias mexicanas— no solo se debe al conflicto armado en Europa del Este, sino también porque el clima ha ocasionado daños en cosechas importantes de los principales proveedores de trigo. 

Efectos como estos confirman que es urgente desarrollar variedades de trigo adaptadas a las nuevas condiciones climáticas. En el mundo existen muchas variedades locales de trigo y trigos silvestres con un gran potencial para enriquecer la diversidad genética del cultivo y mejorar rasgos como el rendimiento de grano y la resistencia a las enfermedades. Sin embargo, los procesos para introducir las características que podrían resultar beneficiosas a los cultivos de trigo toman tiempo.

Ya que utilizar a favor la variación natural del trigo se ha vuelto esencial para abordar los desafíos del cambio climático y la seguridad alimentaria mundial, es necesario encontrar vías más rápidas para que los mejoradores puedan desarrollar las variedades más apropiadas que los agricultores y la sociedad necesitan. 

Afortunadamente, el desarrollo de nuevas herramientas de genómica y bioinformática ahora abren la posibilidad de aprovechar de mejor manera los materiales de trigo disponibles en los bancos de germoplasma más importantes de este cultivo, como los ubicados en México y Siria, resguardados por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Centro Internacional de Investigación Agrícola en Zonas Áridas (ICARDA, por sus siglas en inglés), respectivamente. 

En este contexto, un estudio desarrollado por científicos del CIMMYT y diversos colaboradores está permitiendo aumentar la comprensión y el manejo de la diversidad de los parientes ancestrales del trigo en el enriquecimiento de los cultivares de élite modernos —aquellos seleccionados, entre muchos otros, porque poseen las características o muestran una serie de rasgos agronómicos altamente deseables—, mejorando en gran medida las posibilidades de explotar la variación natural hasta ahora infrautilizada y contribuyendo a la adaptación del trigo a los escenarios de cambio climático.

En esta investigación destaca el apoyo de Cultivos para México —proyecto impulsado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT—, a través del cual se evaluaron materiales específicos en tres ubicaciones del territorio nacional, “identificando 35 líneas que superaron al mejor control en entornos de riego, estrés por calor y estrés por sequía. Dos de estas líneas fueron seleccionadas para pruebas de rendimiento de élite en condiciones de riego en el Bajío, la segunda mayor área productora de trigo de México”, indica el artículo derivado de esta investigación. 

Este estudio, que forma parte del Informe Anual 2021 del CIMMYT, señala también que en México se han utilizado seis líneas de rendimiento superior para ampliar la diversidad del germoplasma nacional para la tolerancia al estrés abiótico —es decir, el generado por factores como sequía, calor, frío, exceso de agua, etcétera—. Además, se han seleccionado siete líneas que muestran un grano más alto en hierro y zinc, lo que abre nuevas posibilidades para futuros programas de cruzas. Te invitamos a leer esta y otras investigaciones destacadas en el Informe Anual 2021 del CIMMYT.