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Cambio climático hace que agricultores de SLP busquen nuevas formas de cultivar

Villa de Arista, SLP.- Los efectos del cambio climático ya son notorios en el estado de San Luis Potosí. En el municipio de Villa de Arista, por ejemplo, recientemente se han presentado periodos de sequía más severos y extensos. Estas nuevas circunstancias climáticas han motivado a varios productores de la zona a buscar y probar nuevas formas de cultivar. 

A través de la vinculación entre técnicos del programa “Servicios de extensionismo en el territorio de un Centro de Apoyo al Desarrollo Rural (Cader)” el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en Villa de Arista se han impartido cursos de capacitación a productores. Don Leno, productor de este municipio, comenta que se enteró que se estaban promoviendo prácticas de conservación de agua y suelo para facilitar la adaptación a las nuevas condiciones ambientales y decidió asistir. 

Fue durante un taller sobre Agricultura de Conservación dirigido a productores que don Leno propuso hacer una visita a su parcela ese mismo día. Aprovechando esa disposición, en el terreno del productor se realizó un diagnóstico de parcela, un plan agronómico y se estableció un módulo demostrativo. 

En el ciclo primavera-verano 2020, en el nuevo módulo demostrativo, se implementaron variedades adecuadas de maíz, se aplicaron agentes biológicos, se instalaron trampas con feromonas para el control del gusano cogollero y, debido al gusto del productor por los árboles frutales, se aprovecharon las terrazas ya existentes para sembrar frutales y nopal tunero. 

Después de un año se pudo observar cómo la siembra en el módulo establecido con don Leno presentó un mejor crecimiento y producción en comparación con las parcelas vecinas. Debido a estos resultados visibles, un grupo de productores se acercó al señor Leno para manifestarle su interés por participar con el CIMMYT, de manera que para este ciclo agrícola primavera-verano 2021 se buscará establecer más parcelas con prácticas sustentables que hagan más eficiente el uso de los recursos naturales, particularmente del agua. 

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Sustituyen fertilizantes químicos con estiércol de bovino

San Pedro, Coah.- La Comarca Lagunera (Coahuila y Durango) es considerada la cuenca lechera más importante del norte de México, cuenta con alrededor de 450 mil cabezas de ganado bovino que demandan una alta cantidad de granos y forraje para su alimentación y que a su vez producen anualmente cerca de un millón de toneladas de estiércol. Con estas cifras, ¿cómo es posible hacer que en esta región la producción de forrajes sea sostenible?

La Agricultura de Conservación —sistema sustentable basado en el mínimo movimiento del suelo, la cobertura con rastrojo y la diversificación de cultivos— y el uso de residuos orgánicos (estiércol) como fuente de fertilización son una opción viable y mediata para implementarse en la Comarca Lagunera y lograr que producción de forrajes sea efectivamente sostenible. La aplicación de estiércol en tierras de cultivo proporciona un beneficio ecológico al depositar nutrientes como nitrógeno y fósforo en el suelo (el nitrógeno del estiércol se encuentra principalmente en forma de amoniaco y las plantas lo usan como nutriente).  

Para evaluar este sistema de labranza y compararlo con la labranza convencional de la región —basada en un continuo movimiento del suelo que favorece la erosión—, investigadores de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) y del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que colaboran en la plataforma de investigación San Pedro, Coahuila, establecieron un experimento con maíz forrajero antes de establecer el sistema de Agricultura de Conservación, evaluando dos sistemas de labranza (labranza reducida y labranza convencional) y dos fuentes de fertilización (inorgánica y estiércol) —el acondicionamiento en labranza reducida se preparo con rastreo doble y la labranza convencional se realizo subsuelo, barbecho y rastreo doble—.

En las parcelas con fertilización orgánica se aplicaron 90 toneladas por hectárea de estiércol bovino previo a la siembra de maíz (incorporándose al suelo con dos pasos de rastra). En las parcelas con fertilización química se aplicaron 300 kg de nitrógeno por hectárea (utilizando al sulfato de amonio como fuente). Luego de la cosecha, se evaluó el rendimiento de forraje.

Si bien la siembra de agricultura convencional y de labranza reducida con fertilización inorgánica dieron los mayores rendimientos de materia seca, los rendimientos con fertilización orgánica fueron aceptables para ambos sistemas. La literatura existente reporta que es posible aportar todo el requerimiento de nitrógeno para los cultivos con la aplicación de estiércol, lográndose rendimientos similares o mayores que con el uso de fertilizantes inorgánicos. Por lo que, en el caso del sistema de Agricultura de Conservación y fertilización con estiércol bovino, es necesario aplicaciones adicionales de fertilizantes inorgánicos durante los primeros tres años para ayudar a la liberación del nitrógeno contenido en los residuos de cosechas. 

La reducción de labranza es una necesidad para minimizar la erosión del suelo; sin embargo, se requiere la incorporación de materia orgánica para reducir la compactación. La aplicación de estiércol como fuente de nutrientes y como mejorador de suelo por la aportación de materia orgánica es una opción para el aprovechamiento de los residuos de la industria lechera en la Comarca Lagunera. Además, esto  ayuda a mitigar la contaminación por estos desechos. A pesar de que los rendimientos fueron menores que con las fuentes inorgánicas, la mineralización del estiércol es un proceso relativamente lento por lo que los mejores efectos se esperan a mediano y largo plazo.

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Aquí se investigan las mejores prácticas agrícolas para clima seco 

La plataforma de investigación Pabellón de Arteaga está ubicada en el Campo Experimental Pabellón del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Allí se desarrollan estudios que brindan soporte científico a MasAgro, metodología impulsada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la cual actualmente contribuye a la estrategia nacional Cultivos para México del Gobierno Federal.

¿Qué estudios específicos se hacen en esta plataforma y cómo contribuyen a la agricultura del país? Para responder a esto es neceario ilustrar el contexto de la plataforma: esta se ubica en la región semiárida del Norte-Centro de México, de clima seco templado, con suelos degradados y baja disponibilidad de agua que limitan la producción. Dadas estas condiciones, la plataforma es representativa de amplias extensiones de suelo agrícola en el país. Además, se trata de una zona productora de leche, donde los forrajes son la fuente más barata de nutrimentos y proporcionan la fibra requerida para mantener la salud del ganado. 

En este contexto, en la plataforma se han evaluado diferentes sistemas de labranza durante siete años (labranza convencional que consiste en barbecho y rastra, labranza reducida con solo un paso de rastra y camas permanentes angostas en las que no se mueve el suelo), observándose que las camas permanentes que muchos beneficios aportan en otras zonas agroecológicas, encuentran aquí una limitación relacionada con una baja emergencia del cultivo que deriva, muy probablemente, de una compactación de la zona superficial del suelo y una alta emergencia de malezas (producto de años de prácticas inadecuadas y factores climáticos, entre otros).  

Así, en esta plataforma de investigación se trabaja para identificar las limitantes que se presentan en la implementación de camas permanentes, para subsanarlas y adecuar el sistema a las características de la región. También se trabaja para establecer la densidad idónea para el maíz forrajero en Aguacalientes y se evalúa el efecto del manejo de residuos y otras prácticas en el rendimiento de materia seca del cultivo de maíz para forraje y triticale asociado con ebo.

Otra de las investigaciones relevantes de la plataforma es la relacionada con la rotación de cultivos: en Aguascalientes, el 85% de la superficie cultivada en primavera-verano se destina solo a la producción de maíz (para grano y forraje), y más del 78% de la superficie agrícola en otoño-invierno se siembra con gramíneas para forraje (como triticale, cebada, avena y pastos) (SIAP, 2019). En este sentido, la rotación de cultivos ofrece una serie de beneficios para la salud y productividad del sistema y los cultivos.

Aunque existen pocas alternativas que compitan en rentabilidad con el maíz, se ha identificado que el girasol tiene un gran potencial. Este se caracteriza por presentar tolerancia al frío y a la falta de humedad en el suelo; su corto ciclo permite su siembra en zonas propensas a la escasez de lluvias como un cultivo alternativo al maíz. En la plataforma, el rendimiento de girasol varió de 6.2 toneladas por hectárea (t/ha) a 10.3 t/ha de materia seca, y de 55 a 68 t/ha de forraje verde (figura 1). Cabe mencionar que los materiales evaluados fueron desarrollados para producción de aceite, por lo que será necesario trabajar con variedades forrajeras que tienen un menor costo de semilla. 

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Figura 1. Rendimiento de materia seca y forraje verde de cuatro variedades de girasol en labranza mínima, ciclo primavera-verano 2017.

     

 

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Con un poco de constancia ha obtenido grandes cosechas

En San Andrés, ejido de Ocotlán, Jalisco, el moncultivo de maíz y trigo ha traído como consecuencia una pérdida de la fertilidad de los suelos, de manera que para los productores de esta zona cada ciclo productivo es más difícil sostener los rendimientos del ciclo anterior.

En el ciclo agrícola primavera-verano 2017, dos productores de ese ejido decidieron comenzar prácticas de Agricultura Sustentable promovidas por MasAgro —metodología impulsada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que actualmente contribuye a la estrategia nacional Cultivos para México del Gobierno Federal—.

Una de las primeras acciones que se realizó junto con estos dos productores fue la nivelación de sus parcelas usando una niveladora láser. Posteriormente, en el ciclo 2018, se implementó Agricultura de Conservación; no obstante, se tuvieron algunos altibajos —como una mayor presencia de insectos plaga y malezas— que se pudieron corregir, pero que derivaron en menores rendimientos en ese ciclo. Este hecho desalentó a uno de los dos productores, quien optó por regresar a una agricultura convencional con base en barbechos y con aplicación de agroquímicos en exceso.

Debido a las condiciones agroclimáticas particulares y al estado de salud del suelo, la implementación de prácticas sustentables puede surtir efecto en distintos momentos —se ha observado, por ejemplo, que la Agricultura de Conservación tiene efectos acumulativos, por lo que a mayor tiempo de su práctica, mayores son los beneficios—, por eso es importante que los productores que deciden adoptar prácticas de Agricultura Sustentable sean constantes, como fue el caso del señor Óscar Maldonado Gómez, quien decidió continuir trabajando su parcela con Agricultura de Conservación.

Además de la Agricultura de Conservación, el señor Óscar Maldonado adoptó otras prácticas sustentables, como la aplicación de organismos benéficos para un mejor desarrollo del sistema de raíces y para el control de plagas y enfermedades que afectan al cultivo del maíz. Se apoyó en productos que dan resistencia vegetal e instaló trampas con feromonas para el control del gusano cogollero. 

A tres años de haber implementado prácticas sustentables, el señor Óscar obtuvo rendimientos de 8.5 toneladas por hectárea (t/ha) en el reciente ciclo productivo, un incremento notable si se considera que otros productores de la zona que no practican Agricultura Sustentable tan solo obtuvieron 6.3 t/ha en ese mismo ciclo. Es decir, con prácticas sustentables el productor obtuvo 2.2 t/ha más que con prácticas convencionales, además de una reducción significativa de los costos de producción derivados de no remover el suelo.

Los resultados del señor Óscar Maldonado han motivado a otros productores del ejido a adoptar prácticas de Agricultura Sustentable, particularmente porque les permite incrementar sus rendimientos a la vez que conservar los recursos con los que cuentan, reducir la aplicación de agentes químicos para el control de plagas y evitar así daños al medioambiente.

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La Agricultura Sustentable, una alternativa para disminuir el calentamiento global

Las recientes investigaciones científicas detallan cómo el cambio climático se agrava, incluso mucho más rápido y de forma global con respecto a lo que se pronosticaba. En ese sentido, es fundamental disminuir las  emisiones de gases de efecto invernadero —como el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y el ozono— generadas por los procesos productivos de nuestra sociedad.

La actividad que más gases de efecto invernadero genera a nivel mundial es la sobreutilización de combustibles fósiles para la generación de energía. No obstante, otras actividades productivas también aportan este tipo de gases —incluidas la agricultura, la ganadería, la deforestación, el manejo de los residuos y otros procesos industriales—.

Con respecto a las consecuencias del cambio climático, se espera que se agudicen las temperaturas extremas, la escasez de agua y las inundaciones. Con relación a la agricultura y la ganadería se pronostica que algunas especies de plantas y animales reducirán drásticamente su número debido a las altas temperaturas y a las menores precipitaciones, lo que limitará la disponibilidad de fuentes alimentarias esenciales para el ser humano. 

El cambio climático está afectando seriamente a la agricultura a nivel mundial: al incrementarse la probabilidad de que disminuyan los rendimientos de los cultivos debido a las crecientes temperaturas y menores precipitaciones, se agudiza la inseguridad alimentaria. Otras de las consecuencias esperables son la disminución de la calidad de los cultivos, una mayor lixiviación —proceso por el cual los nutrientes y minerales son arrastrados por el agua— de nitrógeno y erosión del suelo, así como una menor disponibilidad de suelos y agua para la actividad agropecuaria.

La relación entre cambio climático y agricultura es compleja, pero se ha demostrado que las actividades agropecuarias sustentables pueden desempeñar un papel importante en la mitigación del efecto invernadero causante del cambio climático.

Actualmente, la agricultura comercial que se practica en el noroeste de México atraviesa por una gran problemática. Esto es producto de la interacción negativa de varios factores: el esquema intensivo de producción que se realiza de forma convencional implica prácticas inadecuadas como la quema de rastrojo, la nula incorporación de residuos de cosecha y abonos verdes, el excesivo número de pasos de maquinaria, además de la baja eficiencia en el uso del agua. Todo esto ha provocado el deterioro del ambiente y del suelo.   

Diversos estudios que se han realizado en diferentes tipos de suelo que se dedican a la actividad agrícola en la región Pacífico Norte indican que los factores antes mencionados favorecen la pérdida de calidad de los suelos de primera clase en 0.56% por año.

Ante esta situación, la Agricultura Sustentable se convierte en unas de las alternativas más viables para mitigar los efectos del cambio climático y adaptarse a él. Algunas recomendaciones para transitar hacia este esquema sostenible son:

Cambio gradual del sistema de labranza convencional por mínima labranza

Con prácticas de Agricultura de Conservación se pueden reducir de dos a tres pasos de maquinaria, esto reduce significativamente el consumo de diesel (entre 10 y 12 litros por hectárea). Mediante un ejercicio teórico, pero posible y viable, si se trasladan estos números a la superficie destinada al cultivo de maíz en Sinaloa, se podrían dejar de utilizar arriba de cinco millones de litros de combustible solo en ese estado. 

Fertilización eficiente mediante análisis del suelo y uso de sensores ópticos 

Actualmente es común que productores apliquen hasta 400 kg de nitrógeno por hectárea, lo cual incrementa el riesgo de contaminación de mantos acuíferos, así como los costos de producción, ya que el fertilizante es de los insumos más caros en el proceso productivo (representa el 40% de los costos de producción). Los análisis de suelo y el uso de sensores ópticos como el SPAD o Greenseeker® permiten realizar fertilizaciones más eficientes.

Uso y manejo eficiente del agua de riego

El cultivo de maíz es de sensibilidad media al estrés por déficit de agua, por lo que no debe faltarle principalmente en el periodo que va desde la floración femenina hasta el grano masoso. Para optimizar el uso del agua es conveniente nivelar los terrenos porque así se mejora la uniformidad del riego y los ahorros de agua se incrementan sustancialmente. Estas son algunas técnicas parcelarias potencialmente aplicables al cultivo de maíz:

Riego en camas: Antes de realizar el primer riego de auxilio se recomienda hacer camas anchas, estas permiten un rápido mojado horizontal y tener un ahorro aproximado de entre 20 y 30% de agua.

Surcos alternos: Cuando la planta es pequeña sus requerimientos de agua son bajos, por lo que en el primer riego de auxilio se pueden hacer surcos alternos. En estudios realizados se ha observado que estos permiten reducir entre 20 y 30% la lámina de agua aplicada.

Riego con gasto reducido: Cuando el agua haya avanzado 75% del surco con la ayuda de dos sifones, se quita  uno para completar el riego con un solo sifón. Por ejemplo, si el surco tiene 1,000 m, se inicia el riego con dos sifones y cuando el agua avance 750 m se quita un sifón, dejando un solo sifón para terminar el riego.

Incorporación eficiente de los residuos de cosecha

Al terminar las labores de cosecha se recomienda incorporar al suelo los residuos triturados. La materia orgánica se degrada más rápidamente y aumenta la fertilidad del suelo, así como también disminuye la posibilidad de la erosión hídrica o eólica del suelo.

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La importancia de aplicar fertilizantes en el momento justo

En San Antonio Cuanixtepec, localidad perteneciente al municipio de Hermenegildo Galeana, Puebla, el señor Antonio Vázquez Gaspar cultiva pimienta, una especia que se da bien en la zona debido a sus características climáticas. Además, alcanza buenos precios en su comercialización, por lo que es un cultivo importante para el productor.

Entre las hileras de árboles de pimienta, el señor Antonio también cultiva maíz nativo de color blanco —alimento básico para la alimentación de su familia—, obteniendo dos ciclos productivos al año. No obstante, el productor comenta que anteriormente notó que cada ciclo el fertilizante tenía menor efecto en el crecimiento del cultivo de maíz, por lo que buscó asesoría técnica.

Como el señor Antonio, muchos productores en el mundo han experimentado, o experimentan, dificultades con la fertilización de sus parcelas, no solo por el uso de fertilizantes inadecuados o su inadecuado uso —dos de las situaciones más comunes a la hora de fertilizar—, sino porque el complejo sistema entre el suelo, las plantas y el clima hace que la nutrición de las plantas sea una actividad específica para cada sitio.

Ya que las plantas que crecen en suelos fértiles con gran cantidad de materia orgánica requieren menos aportes de fertilizantes, Valentín Padilla Aguilar —técnico independiente con quien ha trabajado el productor— y el Hub Valles Altos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han implementado gradualmente algunas innovaciones agronómicas junto con don Antonio, tales como la fertilización integral y el manejo de rastrojo.

Como primer paso, los técnicos sugirieron y asesoraron al señor Antonio para que aplicara el fertilizante en momentos estratégicos durante el desarrollo del cultivo, y ya no realizara más una sola aplicación de todo el fertilizante, como lo venía haciendo. También se ha trabajado con el productor para que deje gran parte del rastrojo sobre el suelo, esto con la finalidad de mejorar la calidad del suelo —término que se referiere a cómo el suelo realiza funciones importantes como el ciclo de los nutrientes o la distribución y almacenaje de agua—.

Tanto la cobertura del suelo con rastrojo como la aplicación de la fuente correcta de nutrientes en las dosis, el momento y el lugar correcto han traído mejoras en el sistema productivo de don Antonio: el cultivo de maíz ha tenido un mejor desarrollo, el suelo guarda mayor humedad y ha mejorado su estructura. Gradualmente, mientras conserva y recupera la fertilidad de sus suelos, el productor también podrá mantener rendimientos estables a través del tiempo.

Para el productor Antonio Vázquez Gaspar la fertilización fraccionada y el manejo de rastrojo han sido una buena manera de dar los primeros pasos para transitar hacia una Agricultura Sustentable en su parcela. Su experiencia, también es un ejemplo de que cualquier cambio a implementar en la parcela del productor debe dar resultados cuantitativos y cualitativos observables, pues solo de esta manera los productores difundirán los aprendizajes.

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Soluciones adecuadas para suelos compactados

En el Ejido San Antonio, municipio de Tekax, Yucatán, viven los productores Rodolfo May Caamal y Manuel de Jesús Ek Balam, socios de la Asociación de Productores Mixtos Agropecuarios del Sur de Yucatán (APROMASY), una organización de productores que surgió con el apoyo de Educampo. 

Desde el año 2019, Rodolfo y Manuel han aplicado principios de Agricultura de Conservación en sus parcelas —en colaboración con el Hub Península de Yucatán del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— como una alternativa para reducir y evitar la compactación que limita la funcionalidad y productividad de sus suelos. 

En la región se siembra maíz, soya y sorgo en un esquema de agricultura mecanizada de temporal, por eso es normal encontrar compactación del suelo y piso de arado —una capa tan compactada que no permite que las raíces de los cultivos la traspasen— a una profundidad de tan solo 25 o 35 cm; por supuesto, esta compactación limita el desarrollo de los cultivos y la infiltración del agua.

Obtener un diagnóstico de las parcelas de Rodolfo y Manuel fue fundamental para el equipo técnico del Hub Península de Yucatán, ya que en Tekax el 62% de la tierra no es apta para la agricultura —en una considerable parte del territorio crece la selva— y, como en gran parte de la Península de Yucatán, los suelos generalmente tienen escasa profundidad y gran cantidad de piedras o afloramientos de roca, así que ya sean unos cuantos metros cuadrados o varias hectáreas, el suelo es un recurso muy valioso. 

Derivado del diagnóstico se propuso realizar una labranza vertical o subsoleo —una técnica que permite aflojar el suelo, pero sin removerlo— y evaluar su efecto. Así, se instaló una parcela demostrativa. Si bien el primer ciclo no se concretó la producción de frijol debido a eventos climáticos, en el siguiente ciclo —cuando se cultivó soya— el efecto del subsoleo fue notablemente favorable y permitió lograr un rendimiento promedio de 2 toneladas por hectárea.

Además del mínimo movimiento del suelo —que favorece su estructura—, los productores han comenzado a cubrir sus parcelas con el rastrojo del ciclo anterior —para incrementar la materia orgánica entre otros beneficios—.  Su participación, y la de organizaciones como APROMASY, es importante para la difusión de prácticas sustentables que permitan cuidar un recurso tan valioso y limitado como el suelo. 

Aunque es necesario continuar con la evaluación del efecto de la labranza vertical en Tekax e integrar otras prácticas sustentables, la experiencia generada hasta el momento tiene el potencial de impactar a una gran cantidad de productores y hectáreas con una Agricultura Sustentable.

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Con Agricultura de Conservación mejoran sus fechas de siembra

Juan Enrique Habermann Gastélum es un agricultor sinaloense reconocido en la zona de Culiacán por su producción de frijol ejotero. Desde hace cuatro años ha adaptado su sistema de producción de frijol ejotero en el ciclo otoño-invierno para compartirlo con maíz blanco en primavera-verano bajo el sistema de Agricultura de Conservación.

“Inmediatamente acabando el cultivo del ejote entramos con sembradoras con disco cortador enfrente; siembra directa totalmente. No se hace ningún movimiento y así tenemos un ahorro significativo. Además, ganamos mucho tiempo porque antes teníamos que sacar la manguera, rastrear, volver a marcar, etcétera. También estamos dejando el rastrojo que es muy importante, porque año con año va incrementando el porcentaje de la materia orgánica en el terreno; ayuda a controlar malezas también”, comenta Juan Enrique refiriéndose a la Agricultura de Conservación que ha implementado.

Además de que reduce los costos de preparación del terreno y evita la extracción e instalación de las cintas de riego (riego por goteo) al sembrar directo, la Agricultura de Conservación le ha permitido a Juan Enrique optimizar la fecha de siembra para el cultivo de maíz y obtener rendimientos más altos mejorando las condiciones del suelo: “hemos tenido rendimientos superiores al promedio de otros años y podemos tener cultivos dentro del ciclo otoño-invierno”, comenta. 

Como comenta el productor Juan Enrique Habermann, el uso de la maquinaria adecuada es muy útil para implementar la Agricultura de Conservación; sin embargo, también es posible hacer adapataciones para aprovechar la maquinaria con la que ya se cuenta. Ese es el caso de José Antonio Hernández, un agricultor pionero en la Agricultura de Conservación en Angostura quien, bajo el lema “cada quien puede adaptar sus propios fierros”, ha hecho modificaciones muy simples y económicas a la maquinaria convencional que posee y así realizar las prácticas de la Agricultura de Conservación. 

Para José Antonio, “Pepe” Hernández como es conocido, no hay necesidad de comprar maquinaria nueva o equipo especializado para cultivar de forma sustentable. Dentro de sus logros comparte que tiene un lote con 14 cultivos consecutivos en Agricultura de Conservación, en los cuales cultiva sorgo y garbanzo, pero mayoritariamente maíz, cultivo en el que sus rendimientos han aumentado de 10 a 14 toneladas por hectárea. 

Ya sea con maquinaria especializada o adaptando la disponible, estos dos productores sinaloenses quienes colaboran con el Hub Pacífico Norte del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) son un ejemplo de que con prácticas sustentables es posible transitar hacia una agricultura de alta productividad sostenible ambientalmente. 

https://www.youtube.com/watch?v=EQGRXL8Z3I4

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Un nuevo cultivo para Tlaxcala

La diversificación de cultivos es una práctica agrícola que además de tener beneficios agronómicos, permite encaminar a los productores a ingresar a nuevos mercados —como consecuencia de la obtención de nuevos productos—.

Bajo esta premisa, en el municipio de Tepetitla, Tlaxcala, el Hub de Valles Altos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ha fomentado entre pequeños productores la rotación de cultivos no tradicionales —para la zona—, como la lenteja (Lens culinaris), leguminosa que posee una gran cantidad de nutrientes, es una fuente de hierro  y aporta numerosos beneficios a la salud. 

Aparte de ser una fuente de valor nutritiva para el ser humano, la lenteja como leguminosa fija nitrógeno en el suelo a través de la simbiosis de unas bacterias (Rhizobium leguminosarum) que forman nódulos en las raíces de las plantas. Con el fin validar su adaptabilidad, desarrollo, susceptibilidad a enfermedades y, sobre todo, su rendimiento específico para Tepetitla, el equipo técnico del Hub Valles Altos entregó semilla de lenteja café al productor Isidro Hernández Mota, del comisariado ejidal del citado municipio.

La siembra de la lenteja se realizó en el área de extensión —espacio del productor donde implementa prácticas o tecnologías ya validadas, contanto con acompañamiento técnico— denominada “Zona de salitre”, donde se cuenta con buenos suelos agrícolas debido a la rotación de cultivos de maíz, frijol, hortalizas y cultivos perennes como la alfalfa.

Aunque aún falta por conocer los resultados de la validación de este nuevo cultivo para la zona, la experiencia con la diversificación de cultivos para facilitar  el acceso a nuevos mercados en otras zonas es alentadora. 

Actualmente, el productor en cuyos terrenos se sembró la lenteja recibe acompañamiento técnico para obtener una germinación homogénea y resolver problemas en el funcionamiento y desarrollo de la planta para evitar mermas en la producción, así como pérdidas económicas al productor.

Cabe mencionar que la buena ubicación geográfica de la parcela y el acceso fácil a ella, permitirán tener un mayor impacto en el municipio y zonas aledañas. Además, facilitará realizar la difusión de la innovación con eventos demostrativos dirigidos a centros de investigación, institutos de estudios agropecuarios y productores de la región. 

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Mesa Técnica Agroclimática de Chiapas, un hito en el combate al cambio climático

Alrededor de 6 millones de personas en México están expuestas a sequías agrícolas y 14 millones a sequías pecuarias, 1 millón a disminución de sus rendimientos por precipitación y 5 millones por aumentos en la temperatura (Semarnat, 2013). Estas cifras muestran la importancia de diseñar medidas que ayuden a reducir la vulnerabilidad del sector agropecuario ante fenómenos como el cambio climático. 

Tomar decisiones en medio de un contexto con alta incertidumbre como es el clima no es sencillo; sin embargo, los pronósticos climáticos aplicados a la agricultura permiten diseñar medidas que ayudan a reducir el riesgo. Las Mesas Técnicas Agroclimáticas son un enfoque innovador que ha brindado resultados positivos en diversos países, pero que en México no se habían instalado sino hasta en fechas recientes. 

La Mesa Técnica Agroclimática de Chiapas es pionera en este sentido. Fue instalada formalmente en enero de 2020 mediante la gestión del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —con sede en México— y el Centro Internacional de Agricultura Tropical en alianza con Bioversity International (CIAT-BIOVERSITY) —con sede en Colombia—. Se trata de un espacio de diálogo entre científicos, técnicos, representantes del sector público, privado y agricultores que analizan el clima local y generan recomendaciones (difundidas a través de un boletín) para disminuir los riesgos asociados a la variabilidad climática.

Las Mesas Técnicas Agroclimáticas forman parte de las estrategias del programa CCAFS (Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria, por sus siglas en inglés) —implementado por 15 centros de investigación internacional que conforman al CGIAR, incluyendo al CIMMYT y al CIAT- BIOVERSITY— para hacer frente a los retos derivados de la variabilidad climática, particularmente seguridad alimentaria, adaptación al cambio climático y mitigación del cambio climático. 

En Chiapas, es la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) la que coordina las acciones de la Mesa Técnica Agroclimática, la cual cuenta con el soporte científico del CIMMYT y el CIAT- BIOVERSITY y la participación de un amplio grupo de organizaciones de los sectores público, privado, académico y social. Todas estas organizaciones se reúnen periodicamente para integrar y analizar información agroclimática que permite generar y difundir boletines informativos (trimestrales) con recomendaciones a productores: Boletín Agroclimático Chiapas.

La Frailesca, De los Llanos, los Valles Zoque y la Meseta Comiteca, así como el maíz, el frijol, el cacahuate y el sorgo, son los territorios y los cultivos que se están trabajando actualmente en los ejercicios de la Mesa Técnica Agroclimática de Chiapas, aunque también se trabaja para conformar equipos técnicos en otras regiones (Selva, Norte, etcétera).

Cabe mencionar que la metodología de la Mesa Técnica Agroclimática de Chiapas ha llamado la atención de otros estados e iniciativas, ya que permite sumar esfuerzos de distintos actores en un fin común. En Chiapas, por ejemplo, también participan activamente la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER); la Comisión Nacional del Agua (Conagua); el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA); Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND); la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach); la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach); la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn) de Chiapas; la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, A.C. (Educampo); el Centro Académico Regional Chiapas de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro y FORINDESI.