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Maíz nativo de Yucatán regresa a su localidad de origen

Kantunil, Yuc.- El año pasado, el grupo de Productores de Maíz Criollo Kantunil, del municipio Kantunil, Yucatán, solicitó muestras de ocho accesiones —lotes de semillas que se recogieron en un lugar determinado y en un momento específico— de maíz al Banco de Germoplasma que resguarda el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Texcoco, Estado de México —donde se cuenta con 28,000 colecciones únicas de semillas de maíz y más de 150,000 de trigo—.

La razón por la que los agricultures de Kantunil solicitaron muestras de esas semillas fue porque se trataba de dos colectas originarias de Kantunil (recolectadas en ese municipio hace más de 80 años), dos del municipio de Dzitás, dos más de Tizimín y una de Hunucmá (y una más generada por el CIMMYT de interés para el grupo de productores). Así, la idea de ver nuevamente esas variedades creciendo en sus localidades de origen motivó a este grupo de productores. 

Las 250 semillas de cada accesión enviadas por el Banco de Germoplasma del CIMMYT fueron cultivadas en el ciclo primavera-verano 2020 en el sistema milpa tradicional, con la finalidad de evaluar su adaptación y reproducirlas. Cabe mencionar que el manejo agronómico fue similar para todas las variedades y adicionalmente se hizo selección masal (metodología con la que se selecciona semilla de plantas individuales con características deseables la cual se mezcla y utiliza para producir la siguiente generación), procurando seleccionar las mejores características de cada variedad con base en su adaptación y producción, considerando además tanto la mazorca, el grano y la planta.

El resultado de la labor de reproducción se complementó con el Primer Intercambio Cultural y de Semillas Criollas entre los municipios de Dzitás y Kantunil, el cual se realizó el 16 de mayo pasado en Kantunil, Yucatán, bajo la organización conjunta del Colectivo Juvenil Chuk Je’el de Dzitás y el grupo de Productores de Maíz Criollo Kantunil. En esta actividad se congregaron productores de Dzitás, Kantunil y Sotuta; se expusieron distintas variedades de maíz, frijol, chile y calabaza; y se realizaron actividades culturales, entre ellas bailes tradicionales de la región.

Durante el intercambio se realizó la entrega de las dos variedades de maíz originarias de Dzitás al colectivo juvenil de ese municipio y a su Consejo de Sabiduría —esencial para su organización sociocultural—. El representante del grupo de Productores Maíz Criollo Kantunil comentó al respecto: “Estamos muy contentos y emocionados por hacer entrega de estas variedades de maíz a su pueblo de origen, esperamos que a través del trabajo en sus milpas se pueda reproducir en mayor cantidad para dispersarlo a muchos más productores de Dzitás. Estuvimos trabajando durante un año y medio para que podamos compartirlo con ustedes”.

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La Agricultura de Conservación en el semidesierto

San Juan del Río, Qro.- En las zonas semidesérticas la agricultura no es fácil y, sin embargo, en muchas de ellas es una de las actividades más importantes. Tal es el caso del semidesierto queretano, donde el clima seco, las escasas precipitaciones, los suelos pobres en materia orgánica, entre otros factores, limitan la producción agrícola. De hecho, en esa zona de Querétaro el destino de la producción es para autoconsumo principalmente, y la venta solo cuando hay excedentes. 

Para desarrollar y evaluar prácticas que faciliten la agricultura en esa zona, en el año 2013 se estableció una plataforma de investigación en Santa Rosa Xajay, San Juan del Río, Querétaro. Allí, en la plataforma San Juan del Río I, colaboran el despacho Sustentabilidad Agropecuaria de Querétaro (SAQ) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), evaluando las tecnologías sustentables que buscan dar respuesta a la compleja problemática de la agricultura en el semidesierto queretano. 

La base de las prácticas que se investigan y validan en la plataforma es la Agricultura de Conservación. Gracias al mínimo movimiento del suelo, a la retención de rastrojo en la superficie del suelo y a la diversificación de cultivos (componentes básicos de este sistema de producción sustentable), se ha promovido un mayor rendimiento de maíz con un menor costo de producción debido a la reducción de labranza. 

En un análisis de los resultados de la plataforma hecho recientemente, se encontró que la mayor diferencia en el rendimiento entre la labranza convencional (basada en el movimiento continuo del suelo) y las camas permanentes (práctica derivada de la Agricultura de Conservación que busca minimizar el movimiento del suelo) se observó a partir del tercer año, donde la diferencia fue de 0.2 toneladas por hectárea (t/ha) y cada ciclo se incrementó en la misma proporción, hasta un máximo de 0.6 t/ha en el sexto año (figura 1). 

Cabe mencionar que, si bien no se observó una diferencia considerable en el rendimiento de maíz en camas anchas o angostas, las camas anchas implican un menor movimiento de suelo y un menor gasto de combustible. 

Con respecto al manejo de rastrojo, de acuerdo con los resultados observados se recomienda dejar el rastrojo en la superficie, en pata, y acamado al momento de la reformación de camas. El efecto de la retención de rastrojo se manifiesta mayormente en años secos y en un incremento de la materia orgánica a largo plazo. 

Adicionalmente, el efecto de la rotación de cultivos es muy marcado en el rendimiento de maíz (aun cuando el cambio de cultivo sea con otra especie de gramínea). En promedio de seis años, los tratamientos con maíz y rotación de triticale, avena o frijol superaron al monocultivo de maíz con 0.7, 0.6 y 0.4 t/ha, respectivamente. 

Con respecto a la rotación de cultivos, en la plataforma se ha observado que la siembra en franjas permite hacer un manejo independiente de los cultivos y permite también la siembra de un segundo cultivo cuando existe humedad residual.  Así, se facilita la rotación en la misma parcela y de los cultivos de ciclo corto (como avena o triticale que se cosechan en verde), pudiéndose asociar cultivos forrajeros (sorgo, avena, garbanzo) y para la producción de grano para autoconsumo (frijol, maíz). 

Además de la Agricultura de Conservación, en la plataforma se han evaluado y validado otras prácticas sustentables, como las curvas a nivel, la fertilización integral, entre otras. Las personas que estén interesadas en conocer más sobre estas tecnologías pueden acudir a la plataforma San Juan del Río I, el equipo técnico que en ella colabora lo podrá asesorar. 

Efecto de sistemas de labranza y rotación de cultivos
Figura 1. Efecto de sistemas de labranza y rotación de cultivos sobre el rendimiento de grano de maíz en la plataforma San Juan del Río I, Querétaro, durante 2013-2018. CC=camas angostas con labranza convencional, CCA=camas anchas con labranza convencional; CP= camas permanentes angostas; CPA= camas permanentes anchas; MM= monocultivo de maíz; MT= rotación anual de maíz y triticale; AM= rotación anual de maíz y avena; FM: rotación anual de maíz y frijol.
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Mexicali, con potencial para ser modelo de producción de trigo cristalino

Mexicali, B.C.- En el Valle de Mexicali se cultiva más de la mitad del trigo de Baja California, uno de los cuatro estados más importantes en la producción de este grano a nivel nacional. Sin embargo, la rentabilidad de la producción de trigo en el Valle de Mexicali ha disminuido en los últimos años por diferentes razones, entre ellas, por una reducción de los rendimientos (que puede ser atribuida al desgaste de las tierras de cultivo) y los altos costos de producción bajo el sistema de labranza convencional que predomina en la zona. 

De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2019 el rendimiento promedio de trigo en Mexicali fue de 6.3 toneladas por hectárea (t/ha) y en 2020 fue de 6.1 t/ha. Aun con las variaciones entre cada año, se trata de uno de los rendimientos más altos a nivel nacional (el rendimiento promedio nacional en 2019 fue de 5.4 t/ha, y el mayor rendimiento lo obtuvo Hermosillo, Sonora, con 7.8 t/ha).

Aunque la producción de trigo del Valle de Mexicali se mantiene por arriba del promedio nacional, esta podría incrementarse notablemente si se adoptaran con mayor amplitud sistemas de producción sustentable como la Agricultura de Conservación. Así lo mostraron los resultados presentados por la representación en Baja California de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), instituciones que colaboran en la región para fomentar la producción sustentable de diversos cultivos. 

Mediante un evento demostrativo de la producción de trigos cristalinos bajo el sistema de Agricultura de Conservación (sistema de producción sustentable cuyos componentes básicos son la cobertura del suelo, la mínima labranza y la diversificación de cultivos), representantes de estas organizaciones presentaron este 13 de mayo los resultados de las investigaciones que en materia de producción sustentable y control de malezas se han obtenido en el Valle de Mexicali.

Con las debidas medidas sanitarias, productores, técnicos y representantes de instituciones se dieron cita en el Lote número 3, en el Ejido Piedras Negras del Valle de Mexicali para escuchar de la de voz de los especialistas, y de productores como Edgardo Alonso García Tapia quien ya implementó Agricultura de Conservación, los beneficios de este sistema de producción sustentable.

Entre los beneficios de implementar las tecnologías sustentables que la SADER, el INIFAP y el CIMMYT promueven en la región (entre ellas la Agricultura de Conservación, el Manejo Agroecológico de Plagas y la Fertilidad Integral) destacan la conservación de los recursos naturales, el incremento de la biodiversidad, la reducción de la mano de obra, la optimización del uso de agua, la reducción del estrés por el calor y la sequía, y el incremento de la salud del suelo. En conjunto, todo esto permite reducir costos de producción y mejorar la rentabilidad de las unidades de producción.  

José Luis Velasco, gerente del Hub Pacífico Norte del CIMMYT, comento que “actualmente los consumidores están exigiendo alimentos más saludables y nutritivos, por lo que muchas empresas están pidiendo y promoviendo el cultivo sustentable de granos. Y esto se logra con tecnologías como las que promovemos, por eso es importante fomentar alianzas entre los sectores público y privado para proveer de maquinaria adecuada a los productores y para fomentar el desarrollo de capacidades porque la Agricultura Sustentable requiere de la guía de técnicos capacitados, productores experimentados e instituciones que apoyen con políticas públicas el desarrollo de la agricultura”. 

“Uno de los problemas fuertes que se tiene en Mexicali es la infestación de malezas, principalmente la resistencia a herbicidas. Una infestación de malezas puede reducir los rendimientos entre una y 1.5 toneladas, y lo que se ha observado es que con Agricultura de Conservación se ha bajado esa incidencia de malezas en las parcelas. Por lo tanto, este sistema ha permitido un mejor desarrollo del cultivo y un mejor rendimiento”, comentó el gerente haciendo énfasis en la necesidad de difundir más ampliamente estas prácticas con ayuda de un acompañamiento técnico adecuado. 

Al respecto, José Luis Velasco mencionó que actualmente cuatro de técnicos originarios del Valle de Mexicali están tomando el curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, con lo que se busca potenciar la implementación de prácticas sustentables en la región. Señaló también que en los estados donde trabaja el equipo del Hub Pacífico Norte se sigue trabajando para promover la adopción de tecnologías sostenibles: “en Sinaloa tenemos identificadas 15 mil hectáreas de maíz que se siembran con Agricultura de Conservación, en Sonora 9,700, en Chihuahua cinco mil y en Mexicali mil hectáreas con este sistema, más otras mil con otras tecnologías, haciendo que, en total, en el Valle de Mexicali sean dos mil las hectáreas que se cultivan con prácticas sustentables”, dijo. 

Finalmente, el representante del CIMMYT comentó que los registros históricos muestran que la Agricultura de Conservación permite mantener y, en varios casos, incrementar los rendimientos, pero disminuyendo los costos de producción y conservando los recursos naturales. Con un promedio de 6.2 t/ha de rendimiento en el Valle de Mexicali, y casos donde se alcanzan hasta las 8 t/ha (este ciclo productivo, por ejemplo, se proyecta tener rendimientos de hasta 9.2 t/ha), la Agricultura de Conservación permite ampliar las expectativas de producción de trigo cristalino en el Valle de Mexicali, brindando amplios beneficios a la economía de los productores, pero también con notables aspectos positivos para los suelos y el medioambiente. 

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Un suelo sano, el mejor aliado del productor

Texcoco, Edo. Méx.- En México, se estima que hay 5.8 millones de personas dedicadas al trabajo agrícola. Esto significa que, en términos generales, uno de cada 20 mexicanos se dedica al campo. Independientemente de su papel específico dentro de la amplia gama del trabajo agrícola, el suelo es su recurso fundamental y por ello es importante brindarles alternativas para que logren una agricultura sustentable y rentable. 

De todos los factores de la producción agrícola, el suelo es el más importante (y muchas veces también el más olvidado), pues solo con un suelo sano es posible que la agricultura sea efectivamente sustentable y rentable. Un suelo sano funciona como un ecosistema vivo que mantiene la productividad biológica, la calidad de aire y agua y promueve la salud de plantas, animales y humanos. Un suelo sano aporta gran cantidad de los nutrientes que las plantas necesitan, protege a la planta contra condiciones adversas como sequía, plagas o enfermedades y asegura la producción de alimentos.

Para lograr que los suelos estén sanos es importante asegurar que el sistema con que se manejan no los degrade (como  ocurre con muchos sistemas convencionales). Hay varias maneras de lograr un suelo sano, pero lo más importante es asegurar que el suelo tenga un alto contenido de materia orgánica pues así tendrá un buena estructura, buena infiltración, buena aireación, buena capacidad de almacenar agua, tendrá biodiversidad y tendrá un alto contenido de nutrientes. 

La materia orgánica se puede incrementar al añadir abonos orgánicos o al tener grandes cantidades de raíces vivas en el suelo; sin embargo, es muy fácil perderla por erosión, labranza excesiva, mala fertilización y otras prácticas agronómicas inadecuadas. ¿Cómo pueden entonces los agricultores mejorar la salud de sus suelos?, ¿qué prácticas pueden funcionar mejor en sus propias condiciones?

Para compartir con los agricultores las mejores prácticas el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ha instalado, en colaboración con muchas instituciones a lo largo del país, plataformas de investigación y módulos de innovación para comprobar prácticas agrícolas sustentables y generar los datos sobre su competitividad y sustentabilidad en comparación con los sistemas convencionales. 

Gracias a esta experiencia de trabajar de forma conjunta con técnicos y productores de diversas zonas se ha comprobado que la Agricultura de Conservación es un camino efectivo para generar suelos sanos. La Agricultura de Conservación tiene tres componentes básicos: 

  1. reducir la labranza al mínimo para evitar erosión, compactación, pérdida de materia orgánica y costos excesivos por el laboreo; 
  2. cobertura permanente del suelo para protegerlo del viento, lluvia, Sol y para impedir evaporación y germinación de malezas y 
  3. diversificación de cultivos para aumentar la biodiversidad y reducir la incidencia de malezas, plagas y enfermedades. 

Estos tres compontes son bastante amplios y se tienen que adaptar a las necesidades de los productores y las realidades de los agroecosistemas. No son una receta, más bien una guía para el diseño de un sistema productivo sustentable. En otras palabras, la Agricultura de Conservación no es un remedio mágico, ni es la única solución para mejorar la salud del suelo, pero si es una alternativa comprobada para avanzar en esa vía. De hecho, se le pueden sumar otras prácticas (como el Manejo Agroecológico de Plagas, la fertilización integral, el diseño del riego, etcétera) para generar un sistema más integral y adecuado a cada necesidad (todo bajo un pensamiento sistémico en vez de un enfoque de tecnología por tecnología). 

En el Día del Trabajador Agrícola en México (15 de mayo), el CIMMYT y sus colaboradores extienen un amplio reconocimiento y agradecimiento a todos los agricultores que día día se esfuerzan para mantener productivo el campo mexicano. Las plataformas de investigación y módulos de innovación tienen el propósito de apoyarlos permanentemente. En todos esos espacios o a través de nuestros medios de contacto, siempre tienen las puertas abiertas. 

Nota: esta texto forma parte de las ponencias impartidas durante el simposio Diálogos para una Agricultura Sustentable, desarrollado en noviembre de 2020 por el Hub Pacífico Sur del CIMMYT y que se puede ver completo aquí.



Efecto de un suelo sano en la producción de maíz bajo condiciones adversas. La parcela de la izquierda se maneja bajo Agricultura de Conservación y la parcela de la derecha se manejo bajo agricultura convencional. Todos los otros factores son iguales, la diferencia es que el suelo sano de la izquierda almacena agua y permite que la planta sobreviva a fenómenos como la canícula, mientras que el suelo degradado de la derecha le genera estrés.

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¿Cómo enfrentar la sequía?

Santo Domingo Yanhuitlán, Oax.- En días recientes las noticias sobre la sequía que afecta a la mayor parte del territorio nacional y sobre la gran cantidad de inciendios forestales activos han ocupado amplios espacios de los medios de comunicación. Ante esta situación, es necesario brindar alternativas que construyan posibles soluciones si no para eliminar, al menos para reducir el número de incendios. 

De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), 18% de los incendios ocurridos en lo que va de la temporada se deben a las quemas agrícolas. La sequía atípica ha brindado las condiciones para que esas quemas se salgan de control. ¿Qué alternativas tienen los productores para evitar las quemas agrícolas?, ¿qué alternativas tienen para hacer frente a la sequía?

Estas dos situaciones comparten una respuesta: manetener los rastrojos como cobertura del suelo. Esta alternativa cada día suma más evidencias de su efectividad: en la plataforma de investigación Santo Domingo Yanhuitlán, Oaxaca —donde colaboran el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, por ejemplo, se desarrolla una investigación a largo plazo donde se evalúan diversas prácticas que permiten, entre otras cosas, que los cultivos prosperen en condiciones de sequía.

La investigación se centra en maíces y frijoles nativos y busca promover su conservación y mejoramiento, también se trabaja con variedades mejoradas de trigo y con diversas leguminosas con la finalidad de mejorar de manera natural la fertilidad del suelo. Varias de las prácticas evaluadas han dado buenos resultados para mejorar el suelo, conservar la humedad y favorecer la producción de la materia orgánica. Además, se tiene evidencia de que la diversificación de cultivos favorece el aumento de la producción con productores de autoconsumo y pequeños productores. Esto deriva en una alimentación más sana y en parcelas más productivas, por lo que no es necesario hacer quemas para establecer nuevas áreas de cultivo.

De acuerdo con algunos resultados de la investigación, en condiciones de temporal limitado (y limitante), se ha observado consistentemente que la roturación del suelo con arado de cinceles de 3 ganchos a una profundidad de 45 cm, además de 100% de cobertura del suelo con residuos de maíz del ciclo anterior, permite conservar más humedad en el suelo durante el desarrollo del maíz (figura 1), en comparación con los sistemas convencionales. Con esta práctica se reduce el efecto de la sequía en ambientes de temporal e incide directamente en un mayor rendimiento de los cultivos.

En un año muy seco como el 2019, por ejemplo, el manejo del suelo y de las coberturas fue determinante: el maíz nativo en el sistema convencional solo produjo 0.68 toneladas por hectárea (t/ha), mientras que con mínimo movimiento del suelo y cobertura alcanzó a producir 2.3 t/ha, pero donde hubo una rotación con leguminosa en camas permanentes el maíz produjo 2.5 t/ha. El frijol y trigo por su menor ciclo vegetativo obtuvieron excelentes resultados, esto refleja la importancia de la diversificación de cultivos de diferente ciclo biológico para reducir el impacto de la sequía.

Además, los residuos de cosecha reducen la pérdida de agua de lluvia por efecto de la evaporación (lo que se refleja en un mejor desarrollo y menor estrés hídrico en los cultivos), así como la pérdida de suelo por efecto de la erosión.  La cosecha de agua de lluvia en ambientes de temporal, aunado con la presencia de residuos de cosecha, puede ser una alternativa viable para minimizar el impacto de la sequía. Esta tecnología puede ser utilizada por pequeños y medianos productores para la producción de maíz, frijol y trigo, cultivos de mayor importancia económica en la Mixteca de Oaxaca.

Finalmente, la rotación de cultivos es una importante alternativa para reducir el efecto adverso del clima, mejorar la fertilidad del suelo de manera natural, romper el ciclo de plagas y enfermedades, pero además se promueve el consumo de leguminosas para una alimentación más sana y nutritiva entre los productores.  

Contenido de humedad
Figura 1. Contenido de humedad en el suelo en dos sistemas de labranza y manejo de residuos. Yanhuitlán, Oax. PV-2019.

 

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Cómo reducir el efecto de la sequía y mejorar la rentabilidad del maíz

Santo Domingo Yanhuitlán, Oax.- En Oaxaca, 90% de la superficie de maíz se cultiva en temporal y se utilizan variedades nativas de diferentes razas, colores, texturas y ciclos de cultivo. El rendimiento promedio, sin embargo, es de a penas 2.2 toneladas por hectárea en promedio (SIAP, 2017). La baja producción está relacionada con efectos de la variabilidad climática (sequía), baja fertilidad de los suelos, presencia de plagas y deficiente control de malezas, principalmente. 

Además de los bajos rendimientos, los costos de producción son elevados y contribuyen a que la siembra de maíz no sea rentable o que no satisfaga las necesidades de alimentación de las familias productoras. Por esta razón, en la plataforma de investigación de Santo Domingo Yanhuitlán —donde colaboran el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se evalúan diversas prácticas para reducir el riesgo de pérdidas por la sequía. 

La investigación inició en 2013 y consideró diversos tratamientos: desde donde no se movió el suelo en absoluto y se dejó todo el rastrojo, hasta donde se hizo movimiento continuo (barbecho y rastreo) y los residuos fueron retirados (tratamiento con labranza convencional que funcionó como área testigo), pasando por un sistema de mínima labranza (solo con roturación del suelo). Cabe mencionar que estos tratamientos permanecieron fijos en espacio y tiempo, es decir, que no se cambiaron de lugar de 2013 a 2017. 

Después de cinco ciclos se observó que el maíz nativo evaluado en el sistema de labranza mínima con 100% de residuos como cobertura logró obtener un rendimiento 18.3% superior al registrado en el testigo (labranza convencional con residuos retirados). Si se considera que la media de producción regional de maíz es de alrededor de1.1 t/ha, significa que haciendo mínimo movimiento del suelo y cubriendo el suelo con rastrojo en condiciones de temporal fue posible producir cuatro veces más grano por hectárea —con maíz híbrido se observó la misma tendencia—. 

Es importante destacar que al dejar el 100% del rastrojo como cobertura, el contenido de materia orgánica del suelo (en el nivel 0-5 cm de profundidad) fue de 1.99%, mientras que con labranza convencional sin residuos fue de 1.36%. Esto, debido a que las prácticas de Agricultura de Conservación promuevan una mayor cantidad de carbono en el suelo y permiten aumentar la actividad microbiana y mejorar el uso de micronutrientes.   

La diferencia en el rendimiento a favor de la labranza mínima y cobertura se relaciona con los efectos favorables en la descomposición de los residuos para la formación de materia orgánica, hecho que ayuda a conservar más humedad y a favorecer el desarrollo de las raíces. Este efecto también puede estar relacionado con la textura del suelo (arcillosa en el caso de la zona) que afecta la porosidad y el desarrollo radicular. Así, con la roturación se propician mejores condiciones de desarrollo de la planta y mayor producción de grano. 

Derivado de este estudio es posible recomendar que, bajo condiciones de temporal crítico como los que se presentan en la Mixteca, es mejor opción sembrar los maíces nativos que están plenamente adaptados a las condiciones de suelo y clima, pero es fundamental el manejo del suelo, la cobertura, así como la densidad de población, fertilización balanceada, control de malezas y plagas; es decir, para que favorezca una mayor producción de los maíces nativos sin necesidad de cambiar de variedades es necesario optar por prácticas de cultivo más sustentables. 

Fuentes:

  • Aragón-Cuevas, F.; S. Taba, J.M. Hernández Casillas, J. de D. Figueroa C., V. Serrano Altamirano y F.H. Castro García. 2006. Catálogo de maíces Criollos de Oaxaca. INIFAP-SAGARPA. Libro Técnico Núm. 6. Oaxaca, Oaxaca, México. 344 p.
  • González-Cossío F. 2006. Efecto de la estructura del suelo sobre el desarrollo radical del maíz con dos sistemas de labranza. Agrociencia 40: 27-38.
  • Ohep C., Marcano F., Pudzzar S. y Colmenares C. 2002. Efectos de la labranza conservacionista en los atributos físicos del suelo que influyen sobre el rendimiento del maíz. Bioagro 14(1):37-45.
  • Osuna-Cejeda E. S., Figueroa-Sandoval B., Oleschko K., Flores Delgadillo M. de L., Martínez – Menes M., y
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¿Es posible una agricultura sin pesticidas?

Diversidad funcional provoca interacción de planta llamativas atrayendo insectos benéficos (Enemigos naturales), en el Módulo Ahuíran, Turicuaro, Mpio., de Parácho, Michoacán. (Foto:José Isidro Nepamuceno Reyes)
Diversidad funcional provoca interacción de planta llamativas atrayendo insectos benéficos (Enemigos naturales), en el Módulo Ahuíran, Turicuaro, Mpio., de Parácho, Michoacán. (Foto:José Isidro Nepamuceno Reyes)

Paracho de Verduzco, Mich.- La mayoría de los alimentos que se consumen en el mundo se producen directa o indirectamente en el suelo. La producción agroalimentaria global, sin embargo, está llena de contrastes: por un lado se estima que casi 690 millones de personas pasan hambre y, por otro, se calcula que se desperdicia alrededor de la tercera parte de los alimentos producidos. Además, se prevé que la producción deberá duplicarse en los próximos 30 años debido al crecimiento poblacional. 

Además de los factores socioeconómicos que constribuyen a esta situación, hay un hecho innegable: no hay más superficie disponible y constantemente se pierden tierras agrícolas para otros usos. En este contexto donde el suelo fértil está disminuyendo y el cambio climático ya afecta la producción, también ha surgido una mayor demanda de pesticidas para el control de plagas y enfermedades que afectan la producción agrícola. 

Una de las consecuencias del aumento de pesticidas es la contaminación de cuerpos de agua. Los residuos pueden movilizarse por aire o por escurrimiento durante las lluvias o el riego agrícola y, de esta manera, contaminar tanto aguas superficiales como subterráneas. Sumado a este daño ambiental, el uso inadecuado y excesivo de pesticidas también disminuye la biodiversidad (pues afecta a insectos plaga e insectos benéficos por igual),  pone en riesgo la salud humana y su seguridad alimentaria. 

En la Meseta Purépecha —una región boscosa con un gran número de especies nativas y extensa biodiversidad en el estado de Michoacán—, recientemente las plagas han desencadenado pérdidas considerables y han contribuido a que los maíces de temporal tengan actualmente un rendimiento muy bajo. Afortunadamente, la mayoría de los productores de la zona no hace aplicaciones de pesticidas de síntesis química para el control de plagas, por lo que el modo de producción en esta zona continúa siendo de bajo impacto para los suelos, agua y fauna nativa —aunque lamentablemente la modernización de la región y el comercio ilegal de madera han favorecido la desaparición de los bosques y consigo la diversidad de insectos y plantas—.

Para evitar que los productores de la zona recurran a plaguicidas de síntesis química, pero logren manejar el problema emergente de plagas, el Instituto Nacional de Investigaciones, Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) promueven el Manejo Agroecológico de Plagas, enfoque que no busca erradicar a los insectos plaga, sino solo controlar sus poblaciones para así sustentar la biodiversidad funcional, es decir, el equilibrio natural entre insectos benéficos y dañinos (depredadores, parasitoides y entomopatógenos).

La estrategia de promoción del Manejo Agroecológico de Plagas ha incluido la instalación y uso de trampas con feromonas sexuales específicas para el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) y el gusano cortador (Agrotis ipsilon); el cultivo intercalado de especies de la familia de las fabáceas —como ebo, girasol, canola, garbanzo, grass pea, lenteja y haba— que atraen insectos benéficos, enemigos naturales de las plagas; y el uso de plantas como el chicalote (Argemone mexicana), la higuerilla (Riccinus communis), el Paraíso (Melia azedarach), la ortiga (Urtica L.), el toloache (Datura ferox) entre otras (algunas endémicas de la región) que por sus componentes químicos ayudan a controlar plagas.

También se han identificado otras plantas que potencialmente pueden apoyar en la estrategia: la mostacilla (Sisymbrium irio) favorece el aumento de parasitoides y depredadores, por lo que ayuda en el manejo de la palomilla blanca y los pulgones; las especies de la familia de las Euphorbeaceas brindan néctar y polen para a los parasitoides, siendo útiles en el manejo de los picudos de la caña; la Ambrosia (Ambrosia spp.) genera repelencia química y es huésped alterno de insectos que ayudan a controlar pulgas saltonas y gusanos barrenadores; por su parte, los quelites y otras especies de amarantos incrementan las poblaciones de depredadores, como crisopas, sírfidos y catarinas, ayudando a controlar pulgones. 

Fuentes:

Bahena  J., F. (2008). Enemigos naturales de las plagas agrícolas del maíz y otros cultivos. Libro técnico Núm. 5, Uruapan, SAGARPA-INIFAP. Uruapan, Michoacán. México. 180 p. 

——————- (2017, Abril). Manejo Agroecológico de Plagas “Gusano cogollero del maíz”In INIFAP-CIMMYT. SAGARPA, Morelia Michoacán.
Coepris. (2019). Uso de Plaguicidas. Edo. Michoacán.
Nepamuceno, R. J. I., Agustín, M. L.,  Alonso, T. C., Bartolo, F. S., Alvarado, A. C., & Escobedo, C. H. (2016). Manejo Agroecológico de Plagas con Enemigos Naturales. CIMMYT.
Ongley E.D. (1996). Control of water pollution from agriculture. FAO Irrigation and Drainage Paper 55. Roma, Italia, 111 pp.
SIAP. 2014. Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera. Estadísticas del cierre de la producción agrícola por cultivo. Ciclo primavera-verano 2007-2011. Recuperado el 28 de Mayo del 2020.
Torres & Rojas. (2018). Suelo agrícola en México: retrospección y prospectiva para la seguridad alimentaria. INEGI. Vol. 9 Núm. 3.
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La evidencia habla

Querétaro.- Los municipios de Pedro Escobedo y San Juan del Río, en Querétaro, conforman una zona de alta producción de maíz y cebada (debido a las condiciones de riego y los suelos profundos y fértiles). El sistema de producción convencional que predomina en la zona, sin embargo, presenta una problemática compleja: el laboreo excesivo de cada año (subsuelo, barbecho, rastreo doble, tabloneo, surcado) conlleva altos costos de producción, el uso indiscriminado de plaguicidas y la fertilización con bases empíricas ocasiona que estas acciones sean excesivas en algunos elementos y deficientes en otros y, además, la baja disponibilidad de agua hace que en algunos ciclos los productores no puedan establecer cultivos de invierno. 

Las prácticas sustentables que pueden dar respuesta a esta problemática tienen como base al sistema de Agricultura de Conservación (mínima labranza, cobertura del suelo y diversificación de cultivos), el uso racional de fertilización con base en análisis de suelo y el Manejo Agroecológico de Plagas. En este sentido, en la plataforma de investigación San Juan del Río III colaboran el despacho Sustentabilidad Agropecuaria de Querétaro (SAQ) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para evaluar distintas prácticas agrícolas a fin de identificar las mejores para los productores de la zona. 

Entre los resultados recientes de esta plataforma de investigación destaca que la siembra en camas anchas, independientemente del sistema de labranza, permite obtener mayores rendimientos tanto de maíz como cebada. Además, este sistema asemeja un riego terciado, lo que supone un importante ahorro de agua. La reformación de camas anchas o angostas tiene un costo similar cuando se maquila; sin embargo, en camas anchas se reduce el tiempo de operación y por lo tanto el gasto de combustible. 

Una menor labranza implica un menor costo de producción (en la plataforma se han tenido ahorros de $3,600 por hectárea en cada ciclo por este concepto), menor tiempo requerido para preparar el terreno y mejora en las características físicas, químicas y biológicas del suelo. En este sentido, los beneficios de las camas permanentes son evidentes: mientras que el sistema de labranza convencional se requiere hacer barbecho, paso doble de rastra y formación de camas; en camas permanentes solo se reforma la cama cada ciclo. 

Entre los productores de la región existe la creencia de que dejar rastrojo sobre la superficie del suelo afecta el desarrollo y rendimiento de la cebada. No obstante, en la plataforma se ha observado que la cantidad de rastrojo que se queda sobre la superficie tiene un marcado efecto en el rendimiento del cultivo subsecuente. En 2017, por ejemplo, el rendimiento del cultivo aumentó con una mayor cantidad de rastrojo (lo cual podría estar relacionado principalmente con un mayor aprovechamiento del agua). Esto, a pesar de que se presentaron bajas temperaturas y se observó un ligero daño en las hojas de la cebada. 

Con estos resultados, la recomendación general para la zona es dejar al menos el 50% del rastrojo que se produce en cada ciclo. Los beneficios se observarán en un mayor aprovechamiento del agua, menor incidencia de malezas y mayor rendimiento de grano. Los productores que estén interesados en conocer más sobre estas prácticas sustentables puede visitar la plataforma que está ubicada en la localidad de El Organal, en San Juan del Río, Querétaro. 

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Recuperarán cuenca hidrológica con Agricultura Sustentable

Santo Domingo, Villa Juárez, S.L.P.- La agricultura, el equilibrio ecológico global y la supervivencia humana están estrechamente relacionados. Sin un manejo adecuado de los recursos disponibles, probablemente los 8,500 millones de habitantes de la Tierra que se estima habrá en menos de 10 años —hacia 2030 se prevé un aumento de cerca de mil millones de habitantes, lo que equivale a casi ocho veces la población actual de México— se enfrentarán a un planeta severamente degradado y con muchas limitaciones para producir alimentos suficientes y de calidad.  

Actualmente la agricultura utiliza cerca del 70% del agua dulce disponible a nivel global, por esto es urgente transitar a una Agricultura Sustentable que optimice el uso de los recursos naturales. Esta es una tarea compleja porque, en el nivel local, hay muchas prácticas inadecuadas que están fuertemente arraigadas entre los agricultores. Mostrarles las ventajas de prácticas sustentables, en un marco de respeto y fomento de sus capacidades, es esencial. 

En la zona donde corre el río Choy, en San Luis Potosí —por ejemplo—, es común observar agricultores cultivando con riego rodado —el cual requiere una pendiente para distribuir el agua por efecto de la gravedad y tiene una eficacia baja en el uso del agua—, quemando rastrojo y removiendo el suelo constantemente, ya que consideran que estas prácticas son necesarias para aprovechar mejor el riego. 

La suma de todas las prácticas inadecuadas — también se pastorea en las parcelas, lo cual favorece la compactación del suelo y dificulta la infiltración del agua— ha contribuido a que el agua, cada vez más escasa —se ha reportado incluso que tramos de caudales del río Choy han desaparecido— sea insuficiente para cubrir las necesidades de la agricultura, la ganadería y el uso humano en la zona. Lo anterior ha traído como consecuencia afectaciones al sector agropecuario y se pone en riesgo la propia disponibilidad de agua de las comunidades.

Ante esta situación, agricultores usuarios de las aguas del río Choy asistieron a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) con la finalidad de buscar posibles soluciones a la problemática. La Conagua, a su vez, se vinculó con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) a fin de capacitar a técnicos y productores —en un inicio— en temas de conservación de suelo y agua.

A través de este esfuerzo conjunto, recientemente se desarrollaron talleres sobre Agricultura de Conservación, un sistema de producción sustentable que gracias a la cobertura del suelo con rastrojo —uno de sus componentes básicos— contribuye a hacer un uso más eficiente del agua. Derivado de esta vinculación se determinó además establecer módulos demostrativos de prácticas sustentables en cuatro ejidos del municipio de Villa Juárez. Además, a través de la Conagua serán apoyados para tecnificar el riego. 

Así, a través de la Agricultura Sustentable los productores están trabajando para mitigar los efectos acumulados de años de prácticas inadecuadas, para aumentar su productividad, usar de manera eficiente el agua, disminuir los problemas de salinidad y para apoyar en la recuperación de la cuenca hidrológica a través de un plan en el que se incluye: la reforestación en la zona, la promoción de la biodiversidad y la implementación de obras de conservación de agua y suelo. 

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Antes de fertilizar, conoce tu suelo

Ixtacuixtla de Mariano Arista, Tlax.- Los suelos son el recurso fundamental para la producción de los alimentos de la humanidad, por esto es esencial que los suelos también sean nutridos; sin embargo, uno de los principales desafíos es el manejo de los nutrientes, pues conlleva riesgos: por un lado la contaminación del aire, suelo y agua causada por el excesivo o indebido uso de fertilizantes y, por otro, los bajos rendimientos relacionados con el uso insuficiente de estos productos. 

En la comunidad de La Caridad Cuaxonacayo, perteneciente al muncicipio de Ixtacuixtla de Mariano Arista, Tlaxcala, recientemente el equipo técnico del Hub Valles Altos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) realizó una actividad demostrativa sobre fertilidad y pH del suelo (febrero de 2021). Esto, debido a que entre los productores de la zona prevalece un manejo de fertilizantes químicos sin tomar en cuenta las necesidades y características del suelo, lo cual ha provocado la pérdida de materia orgánica e incluso la infertilidad de las tierras de cultivo.

La actividad, desarrollada en la parcela “La Iglesia” del productor Miguel Ángel Pérez, estuvo dirigida a asesores técnicos, productores de la región, empresas, organizaciones y dependencias de gobierno del estado de Tlaxcala. Entre los temas abordados destacan los relacionados con las necesidades de fertilizantes, los  componentes del suelo agrícola, la textura del suelo y  su pH —que es la medida de qué tan ácido o alcalino es el suelo, lo cual está relacionado con la disponibilidad de nutrientes—.

Cabe destacar que la actividad incluyó una práctica de visualización de  pH del suelo con el objetivo de dar a conocer los beneficios de tener un suelo fértil y que los productores tengan en cuenta cómo distribuir los fertilizantes (nutrientes) y cómo aplicarlos de acuerdo con el tipo de suelo y su nivel de pH.   

Al conocer las características y la capacidad productiva del suelo es posible diagnosticar y planear una estrategia de fertilización adecuada para cada tipo de suelo y sus particulares necesidades de nutrientes. Esto es muy útil para aumentar los rendimientos, pero conservando la fertilidad del suelo. 

En Tlaxcala, el Hub Valles Altos del CIMMYT brinda asesoría y acompañamiento técnico a productores que están interesados en adoptar este tipo de prácticas sustentables. Actualmente se proyecta desarrollar más acciones para promover  la fertilización integral, incluyendo la aplicación de fertilizantes orgánicos y enmiendas agrícolas de acuerdo al pH del suelo. Con estas acciones se suman esfuerzos para lograr la Neutralidad de la Degradación de las Tierras (que tiene como objetivo mantener o aumentar la cantidad y la calidad de los recursos de la tierra que respaldan las funciones y servicios ecosistémicos) en concordancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).