Categorías
Noticias

En el Évora no se quema, #EnSinaloa ElRastrojoVale

Sinaloa.- Además de la pandemia por COVID-19, durante este año la agricultura nacional ha tenido que hacer frente a fenómenos como el cambio climático, que en algunos estados se ha manifestado con sequías más severas y prolongadas, como en Sinaloa, una de las entidades más importantes en producción agrícola. 

Una de las consecuencias de que las sequías sean más severas es que se incrementa el riesgo de incendios, particularmente en las zonas agrícolas y periurbanas donde las quemas siguen siendo una práctica común. Durante la primera mitad del año, por ejemplo, los incendios afectaron más de 10 mil 834 hectáreas en esta entidad.

Además del impacto ambiental de las quemas agrícolas, está el impacto en la productividad del campo, pues los suelos afectados por las quemas sistemáticas pierden importantes funciones, hecho que afecta su fertilidad y su capacidad de infiltración de agua, aspecto relevante en un contexto de cambio climático. 

La región del Évora es una de las principales dedicadas a la agricultura en Sinaloa. Para que los productores de los municipios de Angostura, Mocorito y Salvador Alvarado, que se encuentran en esa región, tengan opciones para que eviten las quemas agrícolas y aprovechen el rastrojo para mejorar las propiedades del suelo, se ha puesto en marcha la campaña En el Évora no se quema, #EnSinaloaElRastrojoVale, con la que se busca impactar positivamente en más 97 mil hectáreas de riego y entre siete y ocho mil productores en el Valle del Évora. 

La campaña es impulsada por la Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle del Évora (JLSVVE) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en colaboración con el Club de Agricultores de Conservación del Valle del Évora, diversos Módulos de Riego (74-1, 74-2, V-1, V-2), pequeños propietarios de Angostura y la Asociación de Agricultores del Río Mocorito (AARM).

Además de dar a conocer alternativas y recomendaciones sobre el cuidado del rastrojo para la conservación de suelo y el uso eficiente del agua, la campaña —que se enmarca en el programa MasAgro-Cultivos para México, impulsado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT— busca contribuir a mejorar la calidad medioambiental y a impulsar una agricultura regional de alta productividad con sustentabilidad. 

Categorías
Noticias

El uso eficiente del agua en la agricultura

El uso del agua para fines agrícolas es un tema central en cualquier debate sobre los recursos hídricos y la seguridad alimentaria. En promedio se destina el 70% del agua que se extrae en el mundo para esta actividad y más de 330 millones de hectáreas cuentan con instalaciones de riego a nivel mundial. La agricultura de regadío representa el 20% del total de la superficie cultivada y aporta el 40% de la producción total de alimentos en todo el mundo.

Pese a la importancia que la agricultura tiene a nivel mundial, existen serios problemas con el tema del abastecimiento general del agua. El cambio climático, usos y prácticas inadecuadas e inconsistencias en la asignación de este recurso complican aún más el panorama. Además, para el año 2050 las proyecciones indican que la población del planeta será superior a los 10 mil millones de habitantes y, para satisfacer las necesidades básicas de alimentos, las predicciones en cuanto a produccion agrícola se estiman en un aumento del 70% para dicho año.

Por un lado, es necesario utilizar menos agua para fines agrícolas, pero por el otro, el uso más intensivo del agua en la agricultura es un elemento fundamental en el aumento sostenible de la producción de alimentos. Para resolver este dilema aparente es necesario reconsiderar seriamente la gestión del agua en el sector agrícola y su reposicionamiento en el contexto más amplio de la ordenación general de los recursos hídricos y la seguridad hídrica.

En México, el Sistema Hidriagrícola de Sinaloa (SHISIN) es el más importante en cuanto a número de distritos de riego, superfice de riego, presas y capacidad de almacenamiento. Las 11 presas de almacenamiento que lo conforman tienen una capacidad de conservación de 15,609.5 millones de metros cúbicos (Mm3), para regar ocho distritos de riego que cuentan con una superficie de riego de 780,905 hectáreas (ha) y 84,344 usuarios.

Debido a diversos factores, los almacenamientos en la mayoría de las presas de los subsistemas han sido muy bajos en lo que va del año, por lo que los volúmenes almacenados en las presas hacia octubre de 2021, cuando inicia el año agrícola en la región, podrían ser insuficientes para autorizar los volúmenes concesionados a gran parte de los distritos de riego. 

Algunas recomendaciones para poder sembrar la mayor superficie son captar agua de lluvia en las parcelas —la cobertura del suelo con rastrojo permite conservar la humedad por más tiempo—; sembrar cultivos de baja demanda de agua, como frijol, garbanzo, sorgo y cártamo; rescatar agua superficial con bombeo en corrientes superficiales como ríos, arroyos y drenes; hacer planes de riego congruentes con los volúmenes de agua autorizados a extraer de las presas, los programados a bombear con los pozos profundos y a rescatar de las corrientes superficiales; coordinar los cambios entre las parcelas que terminan e inician los riegos, para evitar las pérdidas de agua en punta de canal; regar de día y de noche.

Por supuesto, son necesarias acciones a nivel socioorganizativo en la gestión del agua y considerar mejoras de los sistemas de abastecimiento de agua para proporcionar servicios a pedido usando tecnologías de la información —como sensores de la humedad del suelo y la estimación de la evaporación y transpiración a partir de datos satelitales—. No obstante, también es importante aumentar la eficiencia en el uso del agua a nivel de parcelas, donde existen alternativas como el uso de semillas mejoradas, la siembra directa o con poca labranza —Agricultura de Conservación—, humectación y secado alternativo, intensificación sostenible del arroz —uno de los cultivos con mayores requerimientos de agua—, sistemas de riego adecuados y otras.

Con la colaboración especial del doctor Luis Rendón Pimentel

Categorías
Noticias

La soya es más rentable con Agricultura de Conservación

Etchojoa, Son.- David Rochín Ley es un productor sonorense que ha implementado la Agricultura de Conservación en el cultivo de soya. Anteriormente ya ha obtenido buenos resultados al establecer soya en seco con este sistema de producción (te invitamos a leer: Agricultura Sustentable al pie del cerro Tetakawi https://idp.cimmyt.org/agricultura-sustentable-al-pie-del-cerro-tetakawi/) y más recientemente lo ha hecho, pero con siembra en húmedo, estableciendo 100 hectáreas de soya sobre rastrojos de trigo durante el ciclo primavera-verano 2020. 

De acuerdo con la experiencia de este productor—socio de la Unión de Crédito Agrícola del Mayo (Ucamayo)—, la Agricultura de Conservación baja costos de producción, mejora sus rendimientos, baja la incidencia de plagas —como la mosca blanca y el gusano trozador—, optimiza el consumo de agua —regularmente ahorra de uno a dos riegos de auxilio y hasta tres cuando los años son lluviosos— y optimiza fechas de siembra, aspecto particularmente relevante para él porque una de sus grandes preocupaciones es evitar al máximo siembras tardías porque estas acarrean problemas de plagas, dan bajos rendimientos y además implica el riesgo de levantar la cosecha en la época de lluvias. 

David Rochín comenta que los ahorros que ha tenido al implementar Agricultura de Conservación oscilan entre los $2,800 y los $3,200 por hectárea. Además, en términos del desarrollo del cultivo la experiencia ha sido muy buena para el productor ya que el estrés hídrico de la soya se ha reducido considerablemente gracias a la cobertura de suelo con el rastrojo del cultivo anterior. 

Otro de los beneficios de haber implementado este sistema es que la incidencia de malezas se ha ido reduciendo ciclo tras ciclo. La combinación de cultivos, los deshierbes manuales y el uso racional de herbicidas adecuados le han permitido hacer un control más eficiente de las plagas. De hecho, la incidencia de mosquita blanca ha sido considerablemente baja con este esquema y, considerando además que la presencia de gusanos defoliadores ha sido normal con respecto a la labranza tradicional, la Agricultura de Conservación no ha ocasionado un gasto extra en el control de plagas, por el contrario, ha significado un ahorro.

El productor comenta que cada año se adaptan y mejoran los equipos de maquinaria agrícola tanto de siembra como de cultivo, lo que ha permitido obtener mejores siembras, con menores problemas de malezas y mejores rendimientos —los cuales han estado entre 2.0 y 2.7 toneladas por hectárea—. En conjunto, estas condiciones han motivado a David Rochín a destinar recursos para la compra de equipos agrícolas especializados para Agricultura de Conservación y también para comprar insumos, como biofertilizantes, para mejorar la microbiología de sus suelos.

Categorías
Noticias

El CIMMYT participa en el Congreso Aapresid 2021

La intensa perturbación económica que le ha seguido a la emergencia de la pandemia por COVID-19 podría ser un hecho unificador que dé lugar a una mayor cooperación, especialmente a nivel regional, para estabilizar la economía, señaló el doctor Bram Govaerts, Director General a.i. del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), durante la plenaria Sistemas agroalimentarios en un mundo plus-COVID-19, que dictó en el marco del Congreso Aapresid 2021 – Siempre Vivo, siempre diverso, organizado por la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).

El congreso, que este año se desarrolla de forma virtual debido a la pandemia, es uno de los espacios más emblemáticos y de mayor tradición de América del Sur —y con alcance internacional— para mostrar las fronteras en tecnología e innovación de los sistemas de producción a través de presentaciones en vivo por parte de especialistas en temas como cambio climático, políticas públicas, economía, nuevas tecnologías para la producción, consumidores y tendencias alimentarias, ciencia y conocimiento en red y sistemas biodiversos. 

Durante su intervención, el doctor Govaerts expuso cómo a partir del análisis de la eficacia de la gobernanza global y la estabilidad o inestabilidad política nacional, por un lado, y las consecuencias económicas y sociales de respuestas políticas al COVID-19, por otro, es posible hacer un ejercicio de escenarios para los sistemas agroalimentarios.

Entre los escenarios descritos figura el proteccionismo —donde, ante una profunda crisis económica, se concentran esfuerzos para preservar el orden sociopolítico, pero los sistemas agroalimentarios corren el riesgo de volverse lentos y rígidos—, el declive mundial —donde el aumento del nacionalismo y la reducción del gasto público afectan la eficacia de las instituciones de gobierno y los los sistemas agroalimentarios se vuelven caóticos—, un nuevo futuro local —en el que los sistemas agroalimentarios son eficientes en el contexto local, aunque no completamente resilientes— y la evolución verde. 

La evolución verde, señaló el doctor Govaerts, es un escenario donde muchas regiones aprovechan la oportunidad para volver a construir un sistema alimentario más ecológico y sostenible y donde los sistemas agroalimentarios son resilientes y flexibles, con decisiones basadas en datos y el mayor aprovechamiento de las cadenas de suministro cortas. Este, recalcó el directivo del CIMMYT, es el escenario hacia donde la sociedad global puede encaminarse si logra una mayor cooperación. 

Finalmente, el doctor Govaerts hizo referencia a MasAgro-Cultivos para México y Maíz para Colombia, como ejemplos de cooperación entre los sectores público, privado, académico y social para la elaboración conjunta de estrategias para construir sociedades prósperas, justas y equitativas desde el campo. La metodología de estas iniciativas, señaló, puede contribuir a estrechar y ampliar los vínculos con organizaciones de otras latitudes en aras de objetivos comunes. 

Categorías
Noticias

Suma de esfuerzos para apoyar el campo mexiquense

Texcoco, Edo. Méx.- Este 29 de julio Mercedes Colín Guadarrama —titular de la Secretaría del Campo del Estado de México (SECAMPO)— y Mario López Rodríguez —director de investigación de Instituto de Investigación y Capacitación Agropecuaria, Acuícola y Forestal (ICAMEX)— visitaron las instalaciones del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), donde se reunieron con el equipo del Programa de Desarrollo Integrado para explorar oportunidades de colaboración y así fortalecer la producción sustentable de cereales de grano pequeño, maíz y cultivos asociados en la entidad.

La visita de la titular de SECAMPO refuerza la colaboración de esa dependencia con el CIMMYT en el Estado de México, entidad que alberga la sede internacional de dicho organismo internacional y donde el Hub Valles Altos tiene un amplio trabajo en la promoción de prácticas sustentables a través de campañas como #AcciónPorElSuelo y donde, a pesar de la pandemia, en 2020 mantuvo una red activa de dos plataformas de investigación, nueve módulos demostrativos, 133 áreas de extensión y 470 áreas de impacto.

La visita se enmarca en los trabajos de un convenio que unirá los esfuerzos y acciones de ambas partes con el propósito de fomentar la transferencia y difusión de tecnologías agrícolas sustentables que permitan mejorar la productividad y contribuir al desarrollo rural de la entidad. 

A través de este convenio, el CIMMYT brindará soporte científico al campo mexiquense, ofreciendo a sus productores un amplio menú de tecnologías y prácticas sustentables que han sido previamente estudiadas y validadas en plataformas de investigación. Para acercar estos conocimientos directamente a quienes trabajan el campo, el convenio contempla un importante impulso a la capacitación de técnicos y productores, así como el establecimiento de módulos demostrativos —parcelas donde los productores reciben acompañamiento técnico y comparan lado a lado las prácticas convencionales y las innovaciones— que ayudarán a consolidar una comunidad de aprendizaje en torno a la Agricultura Sustentable.

En el menú tecnológico propuesto por el CIMMYT destacan prácticas como la Agricultura de Conservación —que permite reducir costos de producción y conservar recursos naturales—, el uso de variedades adecuadas, tecnologías herméticas poscosecha —que permiten minimizar las pérdidas durante el almacenamiento de granos—, la diversificación de cultivos —como una vía para que los productores accedan a nuevos mercados— entre otras prácticas.

Además del plan de capacitación y el menú tecnológico, el convenio marco contempla la elaboración de mapas de fertilidad en diversas zonas del estado —lo cual permitirá que los productores hagan un uso más eficiente de los fertilizantes, beneficiando su economía y contribuyendo a restaurar la fertilidad de los suelos—, así como la instalación de mesas técnicas agroclimáticas que permitirán a los productores disponer de recomendaciones claras y oportunas para que tomen las mejores decisiones en sus tierras de cultivo con respecto a los efectos del cambio climático.

De acuerdo con la maestra Tania Casaya, gerente del Hub Valles Altos del CIMMYT: “las líneas estratégicas que engloban a este convenio marco derivarán en actividades específicas a favor del desarrollo territorial rural del estado y fortalecen la relación del CIMMYT con diversas instituciones de la entidad, por eso se presentaron además los avances que tenemos a la fecha producto de la vinculación que ya hay con diversas direcciones de la Secretaría del Campo del Estado de México y con ICAMEX”. 

Categorías
Noticias

El cultivo de maíz frente a la sequía en México

Sinaloa.- Durante este 2021 y con el verano ya iniciado, México ha vivido bajo una gran incertidumbre a causa de la escasez de agua en lagos, presas, ríos y pozos profundos. Esto ha afectado directa e indirectamente a la agroindustria y a la población en general, particularmente del Noroeste de México. 

En la región Noroeste de México (Sinaloa), la mayor parte de la superficie dedicada a la agricultura es destinada al cultivo de maíz híbrido de alto rendimiento, que requiere de un gran volumen de agua proveniente de alguna de las 12 presas localizadas en el norte y centro-sur del estado —cabe mencionar que el ciclo otoño-invierno 2020-2021 en la entidad se desarrolló de una forma relativamente normal, salvo algunas excepciones donde hubo registro de limitaciones de agua para el campo—.

En Sinaloa, por lo general, se hacen de cuatro a cinco riegos para obtener una buena cosecha de maíz —el promedio estatal de rendimiento es de 11.5 toneladas por hectárea (t/ha)— y esto está determinado por el tipo de clima, suelo, época del año y forma de irrigación —predomina el riego por gravedad—. Hay algunas excepciones donde se hacen de 6 a 8 aplicaciones de agua en terrenos de textura más arenosa, permitiendo que haya productores que obtienen de 16 a 17 toneladas por hectárea, o más, en promedio.

El problema de la escasez de agua en el Noroeste de México es cíclico. Si las lluvias anuales no son abundantes como para recuperar los niveles de las presas al mínimo requerido, se limitaría la superficie de maíz, aunque se podrían establecer otros cultivos de menor demanda hídrica como el garbanzo, frijol, sorgo, entre otros.

Otro efecto podría ser que solo se autoricen dos o tres riegos de auxilio en las superficies establecidas. Esto afecta el rendimiento de la cosecha y más en algunas zonas con suelos arenosos, poco profundos o con poca capacidad de retener la humedad de forma adecuada para el cultivo, especialmente si se considera que las etapas más críticas en el cultivo de maíz —y cuando se requiere una buena humedad en el suelo— son: al momento de la germinación y emergencia de las plantas, durante la floración y en la etapa de llenado de las mazorcas. No tener los niveles óptimos de humedad en estas etapas va en detrimento del rendimiento, que puede ser muy considerable.

En un panorama así, los productores tienen como opción seleccionar variedades que cumplan su ciclo más rápidamente o que tengan características de tolerancia a estas condiciones —aquellos agricultores que deseen asesoría en este sentido pueden contactar a Semillas Ceres, donde los orientarán—. Además, la Agricultura de Conservación les permitirá obtener mejores resultados, en buena medida porque al mantener el rastrojo como cobertura, se retiene mayor humedad en el suelo.  

Categorías
Noticias

La Milpa Intercalada con Árboles Frutales y el legado de los pueblos indígenas

Oaxaca.- En el mundo hay más de 476 millones de indígenas —lo que representa el 6.2% de la población mundial— que son poseedores de la mayor diversidad cultural de la humanidad. Por sus vínculos ancestrales con la tierra y con los recursos naturales de donde viven, son fundamentales en la comprensión y el cuidado del medioambiente. 

Lamentablemente, la desigualdad, la pobreza, la enfermedad, la discriminación y la inseguridad alimentaria y financiera siguen siendo parte de la cotidianidad de muchos pueblos indígenas, lo cual pone en riesgo la herencia cultural de la especie humana porque, además, los pueblos indígenas cuentan con un sistema de conocimientos único que se transmite, muchas veces, solo en el marco de la comunidad y mediante la tradición oral. 

El Día Internacional de los Pueblos Indígenas (9 de agosto) es una oportunidad para revalorizar la herencia cultural indígena y para preservar su legado que, en el caso de México, incluye importantes aportaciones a los sistemas agrícolas. El sistema de Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), por ejemplo, es una práctica sustentable sustentada en los conocimientos de los pueblos originarios mexicanos. 

El sistema MIAF es una práctica estructurada por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y optimizada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT. En la base de este sistema están los saberes tradicionales de agricultores indígenas de Huejotzingo, Puebla, donde ha sido muy útil para la agricultura en laderas de ese estado y de varios más del sur-sureste mexicano. 

En Oaxaca, por ejemplo, el MIAF ha sido adoptado por muchas comunidades indígenas en las regiones Mixe y Mazateca donde ha sido promovido por la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) —colaborador del Hub Pacífico Sur del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en ese estado—. 

El territorio donde la AMDSL y el CIMMYT promueven el MIAF se caracteriza por tener pendientes pronunciadas —son terrenos de laderas de más del 30 % de pendiente—, de manera que las tierras de cultivo son susceptibles a distintos tipos de erosión y además la mecanización se torna compleja. Gracias al MIAF, sin embargo, se han registrado notables mejorías en los sistemas de producción locales.

En pequeñas parcelas de los municipios de Tamazulapam del Espíritu Santo y Santa María Teopoxco, por ejemplo, se ha manejado el sistema MIAF —con durazno y aguacate— por más de 10 años y a partir de 2014 se incorporó la Agricultura de Conservación. En conjunto, la sinergia de estos dos sistemas ha sido positiva para los agricultores debido a que han disminuido los costos de producción de la milpa, se ha garantizado la seguridad alimentaria, además de incrementar paulatinamente la fertilidad del suelo y generar ingresos extras por la venta de fruta.

Aunque parecería un proceso lineal y simple, detrás de estos logros hay un trabajo intensivo en las plataformas de investigación Teopoxco y Tamazulapam del Espíritu Santo, cuyos datos permiten confirmar la pertinencia de implementar MIAF y Agricultura de Conservación: en la plataforma de Teopoxco el rendimiento del maíz (calculado con datos de cuatro años y considerando 60% de la superficie, debido a que es el área efectiva que ocupan los granos básicos en el sistema MIAF) ha sido superior al consumo anual por familia (que es de 1.2 toneladas al año), siendo los tratamientos con cero labranza los que arrojan mejores resultados, a diferencia de los tratamientos de labranza convencional donde el rastrojo es removido, los cuales no alcanzan a cubrir las necesidades del consumo familiar. 

En cuanto a la plataforma en Tamazulapam del Espíritu Santo, el rendimiento de maíz blanco en los cuatro años considerados para el análisis fue superiores en los tratamientos con cero labranza, destacando además que en los dos últimos años de estudio, el efecto de la rotación con leguminosas impactó positivamente en el rendimiento de maíz en ambos tipos de labranza (convencional y cero labranza) (figura 1). 

Figura 1. Rendimiento de grano en Tamazulapam del Espíritu Santo, Oax. MD= Milpa Descanso, ML= Milpa Leguminosa, LC= Labranza Convencional, CL= Cero Labranza, R= remover rastrojo, P= parcial rastrojo, F1= 80-00-00, F2= 120-90-00, Ca= Cal dolomita 4 t ha-1. El año 2017 no hubo registro de información debido a problemas comunales.

 

Categorías
Noticias

Ciencia e innovación reducen la incertidumbre en la pandemia

Texcoco, Edo. Méx.- El 2020 fue un año particularmente crítico para la especie humana y, sin embargo, también podría ser un ejemplo de cómo en tiempos de crisis la ciencia y la innovación permiten reducir la incertidumbre de las sociedades, particularmente en lo referente a la salud y la seguridad alimentaria. 

En México, por ejemplo, gracias a las prácticas poscosecha que se promueven a través de diversas iniciativas impulsadas por la red de innovación del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) se han logrado disminuir a menos del 1% las pérdidas poscosecha que, en zonas tropicales, pueden ser de hasta 40%. 

Si se considera que la pandemia por COVID-19 aumentó por millones el número de personas afectadas por el hambre (o en riesgo de padecerla) y que cada día se pierden o desperdician alrededor de 1,300 millones de toneladas de comida producida para el consumo humano, entonces la adopción de prácticas poscosecha es uno de esos casos donde la ciencia y la innovación han permitido hacer frente a los efectos de la pandemia, evitando que miles de familias padezcan inseguridad alimentaria.

Como este ejemplo, en el Reporte Anual 2020 del CIMMYT se relacionan diversas acciones que permitieron reducir el riesgo de que el año pasado tuviera consecuencias aún más dramáticas para millones de personas alrededor del mundo. Muchas de estas acciones derivan de la ciencia desarrollada en México o de iniciativas emprendidas desde aquí. 

En Kenia, por ejemplo, durante 2020 se desarrollaron exitosamente tres variedades de maíz tolerantes al gusano cogollero. Esto, gracias al trabajo conjunto del CIMMYT y el sistema nacional de investigación agrícola de ese país africano para identificar y validar fuentes de resistencia genética nativa a dicha plaga tanto en maíz tropical resistente desarrollado en México como en maíz resistente desarrollado en África subsahariana. 

Ya que el gusano cogollero tiene el potencial de hacer padecer hambre a más 300 millones de personas en África subsahariana (FAO, 2018), estas nuevas variedades de maíz tolerantes al gusano cogollero representan un gran logro para la sociedad global en tiempos de COVID-19. 

Al igual que las prácticas poscosecha y las variedades resistentes al gusano cogollero, la mecanización adecuada también fue importante para reducir el impacto de la pandemia en distintas latitudes (permitiendo que se realizaran trabajos agrícolas cruciales mientras se mantenía el distanciamiento social), sobre todo entre las familias productoras encabezadas por mujeres (donde los equipos compactos fácilmente maniobrables son particularmente útiles) o en aquellos lugares donde los productores no pueden acceder a los trabajadores del campo o pagarlos. 

El informe completo está disponible en https://annualreport2020.cimmyt.org, los invitamos a leerlo. 

Categorías
Noticias

Estrategia para el manejo agroecológico del gusano cogollero

San Juan Cotzocón, Oax.- El gusano cogollero (Spodopthera frugiperda) es la principal plaga del cultivo de maíz en la región del Papaloapan del estado de Oaxaca. Si no se controla oportunamente, este insecto es capaz de generar importantes pérdidas. En el cultivo de maíz, por ejemplo, se estima que las pérdidas en rendimiento a causa de los insectos son de alrededor de 30%. 

Desde hace más de 40 años los productores de maíz de esta región han hecho un manejo químico de la plaga —usando insecticidas de amplio espectro como malathion, cipermetrina, clorpirifós, clorpirifos etil, permetrina, thiodicarb, e incluso carbofurán, uno de los pesticidas más tóxicos—, ocasionando que cada ciclo agrícola sea más difícil su control y sus poblaciones se incrementen pues los productos empleados han ocasionado una serie de desequilibrio en las poblaciones de insectos, eliminando o diezmando de manera considerable las poblaciones de insectos de control biológico y sometiendo a la plaga a presiones de selección que originan individuos resistentes a los plaguicidas. 

En el marco del proyecto MasAgro-Cultivos para México, desde el año 2015 se promueve en la región el Manejo Agroecológico de Plagas (MAP). Después de varios años de difundir esta opción con capacitaciones, días de campo y giras de intercambio, actualmente la tecnología se encuentra en una etapa de escalamiento y su estrategia se puede resumir en seis pasos: 

  1. Dejar de usar insecticidas de amplio espectro y de contacto.
  2. Prevenir el ataque de la plaga.
  3. Realizar el muestreo de la plaga para determinar el momento óptimo de control.
  4. Cuando la incidencia de la plaga esté entre el 15 y 20%, y en los primeros estadios de crecimiento, usar productos alternativos tales como caldos minerales y extractos vegetales.
  5. Cuando la incidencia de la plaga sea mayor al 20%, usar insecticidas biorracionales —derivados de fuentes naturales, como extractos de plantas—.
  6. Reconstruir la diversidad funcional (asociación, rotación, plantas con flores, etc.).

Para validar y promover esta práctica, durante el ciclo primavera-verano 2020 la estrategia se implementó en parcelas de maíz del municipio de San Juan Cotzocón, Oaxaca, obteniéndose resultados favorables: en las comunidades El Paraíso y Emiliano Zapata no se aplicó ningún insecticida para controlar la plaga y, aunque en Emiliano Zapata hubo un momento en que la plaga estuvo arriba del umbral de daño económico (UDE), después de algunos días la incidencia bajó. En ambos casos solo se implementaron los primeros tres pasos del MAP y la disminución de la plaga se debió principalmente a tres factores: uso de trampas con feromonas, eliminación de larvas por efecto de la lluvia y control biológico (gráficas 1 y 2). 

En otras dos comunidades (San Juan Jaltepec y La Libertad) sí fue necesario realizar dos aplicaciones para controlar al gusano cogollero, una con “agua de vidrio” —sustancia compuesta de agua, cal y ceniza, la cual permitió eliminar el 50% de las larvas de gusano cogollero en sus primeras fases de desarrollo— y la otra con insecticidas biorracionales. Con esas dos aplicaciones fue suficiente para mantener la incidencia de la plaga por debajo del umbral de daño económico (UDE). En estos dos casos fue necesario controlar la plaga debido a que son zonas de mayor infestación de gusano cogollero por el monocultivo que ha desarrollado por muchos años (gráficas 3 y 4).

Ante la variabilidad climática actual —el clima puede ser el factor más importante para desencadenar el crecimiento de las poblaciones de insectos— el Manejo Agroecológico de Plagas es una opción viable y accesible para los productores, permitiéndoles mantener al gusano cogollero por debajo del umbral de daño económico. 

pastedGraphic.png
Gráfica 1. Incidencia de Gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en el cultivo de maíz en El Paraíso, San Juan Cotzocón, Oax., Méx.

 

pastedGraphic_1.png
Gráfica 2. Incidencia de Gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en el cultivo de maíz en Emiliano Zapata, San Juan Cotzocón, Oax., Méx.

 

pastedGraphic_2.png
Gráfica 3. Incidencia de Gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en el cultivo de maíz en San Juan Jaltepec de Candayoc, San Juan Cotzocón, Oax., Méx.

 

pastedGraphic_3.png
Gráfica 4. Incidencia de Gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en el cultivo de maíz en La Libertad, San Juan Cotzocón, Oax., Méx.

 

Categorías
Noticias

Agricultura de Conservación, una opción ante la escasez de agua

Etchojoa, Son.- El trigo es el cultivo de mayor importancia económica en el sur de Sonora, donde se produce bajo un sistema convencional, con el 85% de la superficie en monocultivo (trigo-trigo) y uso intensivo de insumos y maquinaria. A través del tiempo, estas prácticas agronómicas inadecuadas han afectado la productividad de los suelos y el medioambiente. 

Existen otras dificultades. En el Valle del Mayo, por ejemplo, la recurrente falta de agua para riego en la presa de almacenamiento hace que la superficie de siembra para trigo y otros cultivos se reduzca constantemente. Sin embargo, la escasez de agua, el monocultivo de trigo y los altos costos de producción (principalmente en fertilizantes y laboreos de suelo), son problemas que se pueden contrarrestar mediante la implementación de prácticas sostenibles.

La Agricultura de Conservación es un conjunto de prácticas sustentables que brinda amplios beneficios. Con el propósito de mostrar cuáles han sido los resultados que el productor Germán Campoy Ibarra ha obtenido con más de ocho años de implementar este sistema, en abril de este año se desarrolló el evento demostrativo “Manejo Agronómico de trigo bajo componente de Agricultura de Conservación en el Sur de Sonora”, en el Predio Las Boras, en Etchojoa, Sonora. 

Al inicio de la actividad, José Luis Velasco —gerente del Hub Pacífico Norte del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— comentó que la promoción de la Agricultura de Conservación en el sur de Sonora ha sido posible gracias a la colaboración de instituciones como la Asociación de Organismos de Agricultores del Sur de Sonora (AOASS) y Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA). Asimismo, mencionó que este sistema sustentable se ha implementado ya en más de 9,700 hectáreas en el estado. 

Por su parte, Miguel Ángel Méndez Beltrán —representante estatal de FIRA— mencionó que actualmente FIRA tiene esquemas de financiamiento para la adquisición de maquinaria especializada en Agricultura de Conservación para que esto no sea una limitante en su implementación en el estado. 

Paullette Galaviz —en representación de AOASS— comentó que en el ciclo otoño-invierno 2020-2021 se gestionó para los asociados de la AOASS la adquisición de dos sembradoras para Agricultura de Conservación, invitando a los productores asistentes a tomar las diferentes capacitaciones que se promueven junto con FIRA y el CIMMYT. Asimismo, los animó a asesorarse con técnicos certificados en Agricultura Sustentable y a visitar a los productores que ya practican el sistema, como Germán Campoy. 

Finalmente, Germán Campoy mostró el avance de trilla (con un rendimiento de 6.2 toneladas por hectárea) y comentó que, desde su experiencia, la Agricultura de Conservación permite mantener e incrementar los rendimientos y, lo más importante, disminuir los costos de producción y mejorar el suelo: “la Agricultura de Conservación puede ayudar en mejorar la fertilidad natural del suelo al aumentar la materia orgánica y aprovechar mejor el agua, lo que es favorable porque en la actualidad el panorama se ve difícil para los productores de la región”.