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Buena Milpa contribuye a la sensibilización de productores para el cuidado de semillas y la recuperación del sistema milpa

Proyecto Buena Milpa fortalece y cuida la diversidad de semillas para mejorar el sector agroalimentario.
Por: Ana Christina Chaclán
30 de septiembre de 2017.

Quiché, Guatemala.- Se realizó, con la asistencia de 200 personas, la segunda Feria de la Agrobiodiversidad en Panimache I, Chichicastenango, Quiché, en donde se llevaron a cabo varias actividades para hablar sobre la importancia de cuidar las semillas nativas de maíz.

En el evento hubo una degustación gastronómica con productos elaborados a base de maíz, como chuchitos, tamalitos de chipilín y atol de ceniza, que es una bebida que se prepara con masa y frijol. “La actividad es para que la gente conozca que estamos rescatando la semilla de nuestros abuelos, lo que queremos evitar es que se pierda ese legado”, dijo Tomas Pichol Calel, de Adipa, una organización integrada por agricultores de la microrregión de Chichicastenango.

Para Feliciano Pérez Tomas esta actividad es muy importante porque es parte de la vida del agricultor y de su cultura: “el maíz es el patrimonio principal de los agricultores, incluso, cuando alguien se casa, su familia le da semilla como herencia”. A través de estas ferias, el Proyecto Buena Milpa busca generar conciencia sobre la importancia de cuidar las semillas de maíz y recuperar el sistema milpa, ya que ambos son la base para fortalecer la seguridad alimentaria de Guatemala.

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Buena Milpa y el zoomejoramiento participativo

La técnica de zoomejoramiento como un sistema de mejora de ecotipos dentro de la raza de aves criollas.
Por: Ana Christina Chaclán.
3 de octubre de 2017.

Concepción Chiquirichapa, Guatemala.- Alrededor de 30 miembros de ocho organizaciones con las que colabora el Proyecto Buena Milpa, en Guatemala, participaron en el curso de especialización técnica en zoomejoramiento participativo. “Se trabajaron módulos sobre alimentación, mejoramiento de instalaciones, manejo profiláctico, salud natural y, también, sobre metodología del zoomejoramiento, como sistemas de mejora de ecotipos dentro de la raza de aves criollas. Además, se realizó una gira de campo a Aguacatán, Huehuetenango, para intercambiar experiencias sobre la implementación de la metodología”, explicó Carlos Sum, coordinador de formación del Proyecto Buena Milpa.

Resaltó que estos módulos de capacitación se imparten para que los técnicos y promotores involucrados puedan hacer réplicas en sus comunidades y la gente mejore los sistemas que ya tiene: “les enseñamos a optimizar la alimentación, los gallineros, los comederos y los bebederos, y a que puedan identificar medicamentos naturales para animales, porque queremos que empiecen a manejar sus cruces para mejorar la raza criolla”. En el último módulo se hizo una visita a Concepción Chiquirichapa, donde integrantes de Comitech mostraron sus avances en una granja en la que buscan rescatar la raza criolla de pollos.

“Buena Milpa nos ha apoyado con varias capacitaciones, donde hemos aprendido a seleccionar los huevos según las características morfométricas y fanerotipos de los pollos. Ellos están en constante comunicación para ver cómo vamos, y eso es un gran apoyo, pero sabemos que tenemos que poner nuestro aporte porque un día estas organizaciones no van a estar, y nos están transmitiendo un gran conocimiento sin cobrarnos ni un centavo. Por eso lo recibimos con gran amor, porque como mujeres, queremos salir adelante”, dijo Lisbet Colop García, presidenta de Comitech. Comitech es un grupo de mujeres que busca alternativas para generar ingresos que ayuden a sus familias, su objetivo principal es implementar el tejido, pero también hay varias integrantes que se dedican a la agricultura y la crianza de pollos. “Lo que se quiere es lograr la raza criolla. Antes, aquí la gente estaba criando pollos de granja, pero se están dando cuenta de que no es muy bueno, y ahora que ven que trabajamos con pollos criollos están felices con este logro”, comentó Roselia López Sánchez, vicepresidenta de Comitech.

Registros del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) refieren que 90% de las familias rurales tienen aves de traspatio, pero las mantienen descuidadas, por lo que el Proyecto Buena Milpa trabaja para aprovechar las capacidades instaladas que permitan manejar las aves criollas.

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Mejoramiento del rendimiento de maíz a través de la selección masal estratificada

El proyecto Buena Milpa, en conjunto con el Programa Colaborativo de Fitomejoramiento Participativo (PCFM), trabaja en las comunidades rurales de Huehuetenango, Quiche, Totonicapán y San Marcos, en Guatemala, para mejorar la calidad de los maíces nativos, como una alternativa local y apropiada para mejorar la productividad del maíz, la conservación de las semillas nativas y mejorar la seguridad alimentaria de la región.

Camilo Tol Can es un productor y técnico agrícola de 42 años de edad, vecino de la comunidad de Caliaj Microcuenca, Panimache, Chichicastenango. Camilo se ha caracterizado por promover tecnologías innovadoras en el campo y actualmente se enfoca en el fitomejoramiento de semillas nativas con un enfoque comunitario y participativo.

Con el apoyo del Proyecto Buena Milpa y a través de múltiples metodologías participativas, este productor cuenta con parcelas demostrativas del cultivo de maíz para la obtención de la semilla y su almacenamiento a través de silos metálicos para evitar pérdidas poscosecha. En cada ciclo de cultivo guarda una reserva de semilla con el fin de compartirla con otros agricultores en caso de alguna emergencia que pudiera afectar sus cultivos. Con la metodología de la selección masal estratificada (SME), este productor ha logrado seleccionar y mantener las características fenotípicas del cultivo más apropiadas para su familia y su comunidad.

Otro importante aporte que ha realizado es promover a nivel comunitario la implementación de la selección masal estratificada. Cuando realiza las actividades de la SME invita a los agricultores de su comunidad a que participen en el proceso con el fin de promover esta práctica y que puedan replicarla en sus parcelas.

Para este técnico es importante producir más y mejor maíz para la seguridad alimentaria de su familia y su comunidad. Al realizar la práctica en la parcela se mejoran características fisiológicas de la planta contrarrestando al acame (caída de la milpa), y al evitar el acame (provocado por el viento y la altura de la planta) se mejora la producción debido a que el porcentaje de pérdidas se reduce.

Camilo comenzó hace años a mejorar su maíz y recuerda que la primera práctica que realizó fue bajar la altura de las plantas de maíz, las cuales medían entre 4 y 5 metros de altura. Actualmente obtiene plantaciones de 1 metro con 60 centímetros y ha disminuido las pérdidas por acame en sus cultivos de maíz. Este fue el primer éxito que lo motivó a continuar con el fitomejoramiento participativo de maíces, el cual practica y multiplica en su comunidad con apoyo del Proyecto Buena Milpa, logrando de esta forma la aceptación de la práctica en su comunidad.

La selección masal estratificada es un método de fitomejoramiento ampliamente utilizado en plantas de polinización abierta para aprovechar los efectos genéticos aditivos de toda la población. Esto se utiliza comúnmente en las variedades de maíz. De una población (la cual puede ser un lote, una finca o un área específica donde se siembra maíz), se definen las características más deseables y se van seleccionando los «padres» que las poseen. Luego las semillas de éstos se plantan y se vuelven a buscar las características deseadas en los «hijos». Cada fase es un estrato, se realiza una selección masal por estratos.

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Colaboradores de Buena Milpa asisten a talleres sobre manejo de redes de innovación agrícola

Fortalecer la capacidad de liderazgo de técnicos, investigadores, académicos y estudiantes que colaboran en el proyecto fue el principal objetivo.
Por: Nadia Rivera, colaboradora Proyecto Buena Milpa
9 de septiembre de 2016.

San Marcos y Quetzaltenango, Guatemala.- Durante una semana, un equipo de especialistas en redes de innovación de la Universidad de Chapingo, México, impartió una capacitación especializada a colaboradores del Proyecto Buena Milpa en Guatemala. El objetivo principal fue desarrollar competencias y capacidades en el tema de fortalecimiento de redes de innovación, para que los actores involucrados en estos procesos (extensionistas, investigadores, productores y académicos) que colaboran dentro del proyecto puedan aplicar esta herramienta en la selección de actores clave, con el fin de poder alcanzar mayor cobertura y demostrar los impactos y resultados que se están logrando en los procesos de intervención.

El análisis de redes tiene relevancia en el tema de transferencia de tecnología y difusión de innovaciones. Debido a ello resalta la importancia de conocer la estructura relacional que tienen los productores y entender la forma en que están interactuando y cómo son sus procesos de comunicación. Con ello, es más fácil intervenir de manera adecuada y tomar decisiones con aquellos actores que pueden ser aliados estratégicos, con quienes se puede trabajar de manera directa para que a través de ellos el proceso de difusión sea más rápido y se puedan utilizar de forma eficiente los recursos, “es decir, llegar a mayor cobertura, con menor tiempo, con menor esfuerzo y menos recursos económicos”, expresó Roque Pérez, facilitador de la Universidad de Chapingo, México.

Este proceso se basa principalmente en realizar un mapeo de redes de innovación, el cual, a decir de los ponentes, consta de seis etapas:

1. Establecer un objetivo del funcionamiento de la red. Es importante darle un valor de uso.

2. Diseño de instrumento de colecta de información (una encuesta).

3. Levantamiento de información manteniendo la objetividad para que lo que se concluya responda a la realidad.

4. Recabación sistematizada de la información recolectada en campo. Digitalizar para posteriormente editar la base de datos.

5. Análisis de redes e indicadores. Para ello se utiliza un software que permita el cruce de variables.

6. Última etapa y más importante: valor de uso. Qué decisiones se tomarán a partir de esta información.

Para cumplir con este proceso, alrededor de 85 participantes (entre técnicos, investigadores, académicos y estudiantes) debieron mostrar interés por aprender y apropiarse de nuevas herramientas y aportar conocimientos.

Los asistentes a los talleres mostraron mucha participación e interés por aprender el proceso de esta nueva herramienta que busca hacer más eficaz la fluidez de información entre diversos actores.

Algunos de los colaboradores que participaron fueron la Asociación de Desarrollo Integral para el Occidente (ADIPO), el Centro Universitario de San Marcos (Cusam), el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Administración de Guatemala (MAGA), el Instituto de Ciencia y Tecnología (ICTA), la Asociación CDRO, el Centro Universitario de Occieente (Cunoc) y la Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (Asocuch), entre otros.

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Productores mejoran semillas nativas de maíces en Guatemala

Esta es la quinta feria que organiza el Proyecto Buena Milpa en Guatemala, cuyo objetivo es promover el intercambio de conocimientos y semillas entre productores y vincularlos con otros extensionistas y colaboradores.
Por: Francisco Tavico, Comunicación de Buena Milpa.
26 de agosto de 2016.

Comunidad de Panimaché, Guatemala.- Más de 1,500 agricultores se reunieron en la “Microcuenca Panimaché” para conmemorar el Día Nacional del Maíz y la Feria de Agrobiodiversidad. Hombres y mujeres provenientes de los departamentos de Huehutenango, San Marcos y El Quiché presentaron diferentes variedades de maíz y otros cultivos asociados al sistema milpa. En el evento se le entregaron al ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación, el ingeniero Mario Méndez Montenegro, diferentes variedades de maíces guatemaltecos que durante 65 años fueron resguardados por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en su centro de germoplasma.

El objetivo de esta feria, explicó Luis Ramírez, coordinador del Proyecto Buena Milpa, es fomentar el intercambio de conocimientos y semillas entre agricultores y vincularlos con otros extensionistas y colaboradores para promover la biodiversidad y el conocimiento de los diferentes maíces nativos en el altiplano de Guatemala. Indicó además que con el apoyo de USAID se trabaja con más de 3,650 pequeños productores de maíz en el occidente del país. Explicó que mediante la repatriación de semillas se estarán reponiendo variedades que se han perdido ante los efectos del cambio climático, especialmente durante la tormenta Agatha del año 2010. Enfatizó el trabajo para mejorar la productividad de maíz mediante el uso de tecnologías que mejoren la productividad y reduzcan costos de producción, con especial énfasis en la conservación de agua y suelos.

“En Guatemala hay una gran diversidad de maíces nativos y estamos trabajando con los agricultores para que cuenten con los conocimientos y tengan las tecnologías para que aprendan a mejorar sus propias semillas”, expresó Luis Ramírez, quien agregó que para dicho proceso, “nosotros buscamos ayudarlos a tener claro cuáles son las variables que quieren trabajar y cómo ellos deben seleccionar los maíces que les den los mejores rendimientos”.

En este mismo sentido, el ingeniero Mario Fuentes, investigador del Proyecto Buena Milpa, expresó que en la Microcuenca Panimaché, municipio de Chichicastenango, se está llevando a cabo el fitomejoramiento participativo de semillas nativas de maíz. De ese modo los productores han implementado reservas comunitarias que contribuyen a la reducción de la malnutrición.

Actualmente el Proyecto Buena Milpa trabaja con los departamentos de Huehuetenango, San Marcos, Quiché, Totonicapán y Quetzaltenango, y en algunos otros eventos de vinculación y promoción del Programa de Intensificación Sustentable del CIMMYT, como la Certificación Buena Milpa, “en la cual, próximamente, llevaremos a cabo un intercambio de experiencias con el hub Pacífico Sur de MasAgro, y la cual también es una certificación similar a la de técnico certificado que hay en México, con el CIMMYT, pero adaptada a las particularidades de la agricultura del altiplano occidental de Guatemala, como la agricultura en laderas, la utilización del sistema milpa, el cultivo de variedades locales y el hecho de que la mayoría son productores pequeños”, expresó Luis Ramírez.

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Innovación agrícola en los sistemas de milpa de Guatemala

La mediación de los expertos en agronomía en el diálogo entre agricultores locales es primordial para la construcción de un conocimiento colaborativo.
Por: Nadia Rivera, Proyecto Buena Milpa.
Fotografía: Iván Pontin y Cristian Reyna.
2 de agosto de 2016.

Cuchumatán, Guatemala.- Con diversas investigaciones, expertos del doctorado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en México y el Proyecto Buena Milpa de Guatemala llevan a cabo estudios de investigación en diversas comunidades de Todos Santos con el objetivo principal de generar el rediseño de los sistemas agrícolas a partir de procesos participativos o de colaboración con los diferentes grupos de agricultores utilizando tres distintas escalas: intervención principal con la parcela agrícola, análisis y caracterización de las unidades de producción familiar; y realización de recomendaciones sobre el uso de la tierra y su entorno (paisaje).

Este esquema tiene una relación integral entre sí, entendiendo las diversas dinámicas agrícolas de la parcela, la cual nutre a las familias y, a su vez, éstas se encuentran en una constante interacción con el territorio (o paisaje). Se realiza principalmente con 24 familias de diversas comunidades de los Cuchumatanes, en tres zonas de diferentes altitudes, en las cuales se encuentra una gran diversidad de cultivos, siendo el más importante el maíz, afirma Cristian Reyna, investigador principal de este proceso.

Es importante mencionar que en Guatemala, después de ciertos procesos históricos, principalmente derivados de la posguerra, estos sistemas agrícolas se han ido transformando y se han implementado diferentes proyectos o alternativas de manejo agronómico: el maíz, asociado a la papa, o la producción de papa vinculada a producción de ganadería, permite mantener la economía familiar para caracterizar estos sistemas, intervenirlos y dirigirlos a la sustentabilidad. El diálogo con los productores es importante debido a que ellos tienen distintas perspectivas de conocimientos para resolver un problema.

Las investigaciones han abierto un canal de comunicación entre especialistas en agronomía y agricultores. Actualmente se hacen talleres participativos entre agricultores y organizaciones para que el productor local encuentre soluciones a los problemas de su parcela mediante el intercambio de información con sus pares. La intervención de los investigadores es primordial, pues genera e incentiva el diálogo de las problemáticas locales. En caso de no encontrar una solución inmediata, los expertos intervienen para, junto con los productores, tratar de construir recomendaciones con base en sus experiencias. La construcción conjunta de alternativas a las problemáticas locales y la posterior transferencia de conocimientos de productor a productor es lo que se ha llamado coinnovación.

Otro dato relevante es la diversidad de sistemas agrícolas en Todos Santos, que prioriza la milpa como un sistema donde en la práctica se construye la autonomía alimentaria dentro de las comunidades y familias. Ésta se articula con otros cultivos como la papa, hortalizas de comercialización o el café, con lo cual muchas de estas comunidades siguen enriqueciendo su milpa, en mayor o menor cantidad, ya que es parte principal de su alimentación.

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Se aplican mejores prácticas de gestión de los bancos de germoplasma

En Guatemala, el proyecto Buena Milpa centra sus esfuerzos en la conservación de los recursos para lograr la autosuficiencia alimentaria.

Texcoco, Estado de México.- Este mes de junio se llevó a cabo un taller sobre prácticas de gestión de los bancos de germoplasma en reservas comunitarias de semillas, el cual tuvo lugar en el CIMMYT y estuvo a cargo de la doctora Denise Costich, responsable del Banco de Germoplasma. El objetivo del evento fue realizar un plan de sustentabilidad en las reservas comunitarias de Guatemala y participaron técnicos locales que intervendrán en cada uno de los procesos de las reservas comunitarias a través de la estrategia Buena Milpa; además se contó con la participación del Instituto de Ciencia y Tecnología Agraria (ICTA), que tiene a su cargo la unidad de recursos fitogenéticos para Guatemala.

Al hablar de reservas comunitarias de semilla no solamente se refiere a una infraestructura que almacena semillas; una reserva de semilla es toda una vida, un aspecto cultural (que engloba lo religioso, culinario, socioeconómico), un entorno natural, una interacción genotipo-ambiente (suelo, agua, aire, microorganismos, plantas). Es una ciencia, por lo que en el campo científico debe sustentarse en la investigación conducente a su uso, conservación y mejoramiento.

Durante el evento se propició un intercambio de experiencias entre técnicos de Guatemala y personal del Banco de Germoplasma del CIMMYT, lo cual fue muy enriquecedor porque gracias a ello surgieron propuestas para el fortalecimiento de las reservas comunitarias, así como del compromiso para la generación y seguimiento de un plan para la sustentabilidad.

Es así como el proyecto Buena Milpa impulsa la conservación de la agrobiodiversidad, pues se tiene que considerar la conservación de los recursos para hablar de sustentabilidad y autosuficiencia alimentaria, de ahí la importancia de la implementación de las reservas comunitarias de semillas considerando una conservación ex situ.

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Los extensionistas como agentes de cambio: diplomado de certificación Buena Milpa

La edición 2016 dio inicio a su primer módulo con participantes de diversas organizaciones sociales.
Con información de Nadia Waleska, Comunicación e Inclusión Social de Buena Milpa.
14 y 15 de abril de 2016.

Quetzaltenango, Guatemala.- El papel que juegan los técnicos en su calidad de extensionistas es clave para dinamizar los procesos de colaboración, ya que ellos ejecutan las acciones operativas para propiciar un ambiente de construcción colectiva de conocimiento en el campo. De ahí se deriva que el proyecto Buena Milpa haya desarrollado un diplomado con el objetivo primordial de contribuir con el desarrollo de capacidades técnicas, metodológicas y organizativas de extensionistas y facilitadores como agentes de cambio para la conservación de maíces nativos, suelos y agua y la diversificación de parcelas y dietas, con enfoques inclusivos que permitan impactar en la disminución de la pobreza y la malnutrición, así como fortalecer la seguridad alimentaria.

La edición 2016 del diplomado de certificación Buena Milpa dio inicio a su primer módulo con participantes de diversas organizaciones sociales, como Asociación de Cooperación para el Desarrollo Rural de Occidente (CDRO), Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (Asocuch), Asociación de Desarrollo Integral de Agricultores Nueva Esperanza (Asodine), Asociación de Desarrollo Integral para el Occidente (ADIPO) y Programa Colaborativo de Fitomejoramiento Participativo en Mesoamérica (PCFM), además del Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).

El primer módulo de esta certificación abordó el entorno de las principales causas de la exclusión social que afecta principalmente a la región del altiplano occidental, específicamente a pueblos indígenas, mujeres, niños y jóvenes, quienes registran las tasas más elevadas de pobreza y desnutrición. Una de las múltiples actividades desarrolladas sobre inclusión social fue profundizar sobre la realidad socioeconómica del altiplano occidental, causas y consecuencias de la exclusión social en Guatemala.

Esvin López, técnico del Programa Colaborativo de Fitomejoramiento Participativo de Maíz (PCFM), expresó su satisfacción por ser uno de los participantes de la certificación Buena Milpa, su valoración respecto al primer módulo fue que “es un tema social muy interesante, que como técnico de campo es importante conocer los contextos y dinámicas que se viven en las áreas rurales, nos brinda un buen horizonte con nuevas expectativas. De todo el contenido del primer módulo, lo que me llamó más la atención fue conocer la historia del país y la división que se vive, pues solo así es posible hacer un pueblo unido que no tenga pobreza y desnutrición”, agregó.

En los siguientes módulos de este diplomado, que terminará en noviembre de 2016, los participantes revisarán temas como intensificación sustentable, manejo de recursos naturales, gestión de redes de innovación y gestión del conocimiento.

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Buena Milpa participa en Feria del Cordero y Agrobiodiversidad en Guatemala

Se presentaron alternativas para reducir la pobreza y la malnutrición en la región occidental.

Con información de Rachael Cox y Nadia Rivera, Buena Milpa.

9 de noviembre de 2015.


Huehuetenango, Guatemala.- Recientemente, el CIMMYT, a través del Proyecto Buena Milpa, participó activamente en la XX Feria del Cordero y VII de Agrobiodiversidad realizada en la sierra de los Cuchumatanes, Chiantla, Huehuetenango, lugar en el que se dieron cita el 9 de noviembre diversas organizaciones sociales para presenciar este importante evento que congregó a pobladores de diversos departamentos de la región occidental.

Cada año, la Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (Asocuch), institución socia de Buena Milpa, organiza ferias de agrobiodiversidad con diversos productores, quienes exponen e intercambian variedades de semillas de maíz, papa, frijol, ayotes y otros cultivos que producen en sus parcelas. El objetivo es promover la protección y la conservación de la diversidad agrícola y pecuaria, en especial de maíces nativos. Durante el evento hubo varias mesas temáticas simultáneas que impartieron temas como la agrobiodiversidad como apoyo a la seguridad alimentaria, cambio climático y medio ambiente.

Durante esta feria, Buena Milpa impartió ponencias sobre los ejes de trabajo en el occidente, donde el objetivo general es fomentar la innovación para reducir la pobreza y la malnutrición a través de aumentar la sustentabilidad en sistemas de maíz e implementar la diversificación de milpa con el cultivo de amaranto como parte importante para la nutrición humana, haciendo hincapié en que no solamente se trata de diversificar la milpa, sino que también es importante el consumo, razón por la cual se presentaron degustaciones con amaranto. Se entregaron materiales informativos en los distintos dialectos de la lengua maya hablados en la región (mam y popti’) y se sensibilizó a la población participante en cuanto a la importancia de la conservación y protección de maíces nativos.

Además, por parte del equipo Buena Milpa se contó con un espacio para brindar atención a niñas y niños de diversas edades, en donde pudieron realizar dinámicas y aprendizaje con diversas semillas de maíz y otras variedades, con lo cual se buscó fomentar la importancia de la protección y el conocimiento de la naturaleza y la conservación de maíces nativos. La finalidad de implementar actividades con niñas y niños es promover la participación activa de las mujeres en eventos, ya que la realidad social y económica de las mujeres indígenas rurales es complicada y no tienen quién les cuide a sus hijos, por lo que se ven obligadas a llevarlos a las actividades lo que evita que capten por completo los mensajes que se desea transmitirles.

 

Con estas actividades implementadas por el CIMMYT se logró generar más conciencia en los pobladores y participantes de esta feria acerca de la importancia de la conservación y protección de los maíces nativos, la diversificación de cultivos y la conservación de suelo y agua como parte esencial de la agricultura campesina sostenible del altiplano de Guatemala. En la parte social se sensibilizó a los participantes en cuanto al valor que se le debe dar a la mujer en los diversos espacios como actoras de cambio, así como la importancia de fomentar en la niñez el amor a la naturaleza y la protección de las semillas nativas.

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Culmina la certificación Buena Milpa, Guatemala

El doctor Roberto Rendón investigador del CIESTAAM de la Universidad de Chapingo realizó el taller de Redes de Innovación el cual brindó herramientas para seguir fortaleciendo el vínculo entre diversos actores.

27 de octubre de 2015.

Con información de Buena Milpa.


Quetzaltenango, Guatemala.- El 21 de octubre se llevó a cabo la clausura del curso intensivo de Certificación Buena Milpa, con la participación de 30 personas entre ellos extensionistas, docentes, coordinadores de organizaciones gubernamentales y no Gubernamentales y de la iniciativa privada, que trabajan con el tema de agricultura en diversas comunidades rurales del occidente de Guatemala.

Esta certificación tuvo una duración de un año, tiempo en el que los participantes asistieron a sesiones periódicas de formación teórica-práctica, para obtener un mejor aprendizaje y estar aptos para llevar al campo los conocimientos obtenidos en temas como: diagnóstico de parcela, manejo de redes de innovación agrícola, fitomejoramiento participativo de maíces nativos, manejo de conservación de suelos y agua, inclusión social, entre otros.

Para la culminación de esta certificación se realizó el taller de Redes de Innovación impartido por el Dr. Roberto Rendón, investigador del CIESTAAM de la Universidad de Chapingo, la cual brindó herramientas para seguir fortaleciendo el vínculo entre diversos actores y lograr los objetivos del Proyecto Buena Milpa.

Asimismo se realizó el taller de “Inclusión Social” el cual permitió generar conciencia sobre la importancia de este tema para lograr mejores resultados en las actividades que realizan los recién certificados con sus grupos meta, que en su mayoría son mujeres y hombres indígenas que tienen un nivel bajo de educación y merecen atención de acuerdo a su entorno social y cultural.