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A través del Proyecto Buena Milpa Guatemala, exponen diversidad biológica de maíces en la Segunda Feria de la Agrobiodiversidad

Se dio a conocer la diversidad genética de las semillas nativas que tienen las comunidades como un recurso fitogenético estratégico que contribuye a mantener su soberanía alimentaria.

Texto y fotografías: Nadia Waleska Rivera López, coordinadora de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.

Santa Lucía La Reforma, Guatemala.- Las semillas nativas son el legado ancestral que heredaron, y aún resguardan, miles de productores del área rural de Guatemala. El compromiso de la sociedad actual es promover el rescate, la conservación y la protección de este valioso recurso que por siglos ha alimentado a nuestros pueblos.

Recientemente, se llevó a cabo la Segunda Feria de la Agrobiodiversidad, Conservación e Intercambio de semillas nativas en el municipio de Santa Lucía La Reforma, Totonicapán, la cual fue organizada y llevada a cabo por la Fundación para la Innovación Tecnológica Agropecuaria y Forestal (Fundit) con el apoyo del Proyecto Buena Milpa Guatemala y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en el marco de Feed The Future (iniciativa global del Gobierno de los Estados Unidos contra el hambre y la inseguridad alimentaria) y con el financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

La feria contó con cerca de 380 participantes, entre productores, técnicos, expositores, estudiantes y representantes de instituciones del Estado (Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social [MSPAS]; Ministerio de Desarrollo Social [Mides]; Comité Nacional de Alfabetización [Conalfa]; Ministerio de Educación [Mineduc]; Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación [MAGA]; y Comisión Municipal de Seguridad Alimentaria y Nutricional [Comusan]), instituciones de sociedad civil (Asociación CDRO, Qachuu Aloom y SHARE) y Reservas Comunitarias de Semillas de las aldeas Quilinco, Chiantla, y Panimaché, Chichicastenango.

Los principales expositores de esta feria fueron productores locales y de otros municipios, quienes dieron a conocer la diversidad genética de las semillas nativas que tienen las comunidades como un recurso fitogenético estratégico que contribuye a mantener su soberanía alimentaria.

Durante el evento se disertaron varias ponencias informativas sobre la trascendencia de la conservación y protección de las diversas especies de semillas nativas ante las amenazas transgénicas, su importancia y contribución a la salud y nutrición de la población, las alternativas de conservación de semillas nativas (uso de reservas comunitarias) y el rol que juegan éstas frente al cambio climático; la mayoría de estas charlas fueron traducidas simultáneamente en idioma maya k’iche’.

En los diversos estands, los expositores mostraron sus diferentes variedades de semillas nativas, principalmente de maíz, plantas medicinales, frutas y hortalizas de la región. Otros expositores comercializaron productos elaborados a base de amaranto, trigo y haba; además, se tuvo un espacio de degustaciones de diversos platillos a base maíz. Los asistentes apreciaron la diversidad biológica y realizaron un intercambio de la misma con el propósito de ampliar las bases de conservación de las variedades nativas de maíz y frijol como cultivos importantes en la dieta familiar.

Los productores y exponentes expresaron su satisfacción por la realización de la Segunda Feria de la Agrobiodiversidad, ya que señalaron que a través de este tipo de actividades se promueve la participación de las familias campesinas y el intercambio de semillas nativas y criollas como métodos para la conservación de la biodiversidad genética y la mejora de la alimentación sana y nutritiva.

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Implementan sistema MIAF a través de la asesoría técnica del Proyecto Buena Milpa Guatemala

En la aldea Sumalito, ubicada en Nebaj, Quiché, este año se empezó a trabajar el sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), que ayuda a la conservación de suelos y disminuye los escurrimientos en terrenos de ladera.

Esta es una nueva tecnología para los productores locales, quienes la están adoptando para mejorar el suelo de sus parcelas y contar con barreras rompevientos en un futuro.

Juan Byron Vargas Brito, técnico de campo de la colaboración entre el Proyecto Buena Milpa Guatemala y la Fundación Agros, explica que han sembrado variedades locales de árboles frutales, como el aguacate Hass, el melocotón y el limón persa. “Se trabajan dos surcos en una cuerda, con una distancia de dos metros entre plantas y un ahoyado de 50 centímetros cúbicos, que llenamos con broza y —en algunos casos— aplicamos gallinaza”, afirmó Vargas.

El sistema MIAF, además de brindar beneficios al terreno, permite que los productores aprovechen los frutos de los árboles, tanto para el consumo familiar como para vender en los mercados locales, “un aguacate Hass cuesta Q1 en la comunidad, y en la cabecera municipal se pueden vender a Q2 para obtener un ingreso económico”, comenta Vargas.

Este año 18 productores de Sumalito recibieron 10 árboles frutales para sembrarlos en su parcela y experimentar los beneficios de la tecnología, y se espera que al conocer los resultados ellos adopten el MIAF y éste les ayude a cuidar sus producciones, ya que algunos terrenos tienen hasta 40% de pendiente. “Me animé a probar este sistema porque quiero mejorar mi producción, y espero que esto me ayude a sostener la tierra para que la lluvia no la lave”, dice Regino Matón Bernal, productor local.

En esta comunidad los productores también han sido beneficiados con capacitaciones sobre tecnificación del maíz, y han recibido insumos como abonos orgánicos y mini granjas con aves criollas.

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Mejoran prácticas de manejo poscosecha con el proyecto Buena Milpa

San Marcos, Guatemala.- Sendy Florencio es una productora del municipio de San Lorenzo, San Marcos, y en la actualidad es beneficiaria del Proyecto Buena Milpa a través de la Asociación de Desarrollo Integral para el Occidente (Adipo), por medio de la Escuela de Campo de Desarrollo Integral (Ecadi).

Desde 2017 Adipo, mediante Ecadi, ha trabajado prácticas para la mejora del manejo poscosecha con mujeres productoras, específicamente en el cultivo de maíz.

Por medio de capacitaciones y talleres prácticos, Sendy, al igual que sus compañeras, ha cambiado prácticas de manejo poscosecha, ya que —generalmente— después de cortar y desgranar el maíz, lo colocaban en el tapanco, un lugar elevado que se construye debajo del tejado de una casa y se usa para almacenar el maíz cosechado.

Esta práctica era funcional hace más de una década, pero ahora ya no es recomendable porque el maíz es atacado de forma severa por plagas (roedores y palomillas), lo que afecta la calidad y el almacenamiento del grano, tanto de la reserva para el consumo familiar como de las semillas para la siguiente siembra.

Los resultados de estas capacitaciones han sido positivos porque se ha logrado disminuir la incidencia de plagas en el maíz gracias la implementación adecuada de las prácticas de manejo poscosecha con controles biológicos, aprendidas a través de réplicas realizadas por técnicos del proyecto Buena Milpa en 2017, indicó Rubén Ruíz, representante de Adipo.

En la actualidad, Sendy ha logrado almacenar 14 quintales de maíz en un silo, en el que ha implementado buenas prácticas de secado, selección, limpieza y almacenamiento, lo que le permite conservar en buen estado y durante ocho meses su reserva alimenticia que abastece a los 12 integrantes de su familia. En cambio, sus vecinos deben vender el maíz para no tener pérdidas de cosecha, ya que las plagas son muy severas en la comunidad, lo que pone en riesgo su seguridad alimentaria.

Prácticas en las diversas fases del manejo poscosecha

Comprobación de secado de maíz:

-Sal deshidratada. Se coloca un poco de sal seca y unos granos de maíz en un recipiente de vidrio; después, se agitan, y si la sal queda pegada en el vidrio, quiere decir que el grano conserva cierto porcentaje de humedad, por lo que se debe poner a secar nuevamente. Cuando la sal ya no quede pegada en el vidrio, el grano ya es apto para almacenarlo.

-Rebote de granos en el piso. Se tiran los granos al piso, y si estos rebotan como canicas (tres a cuatro brincos seguidos), están listos para guardarlos.

Limpieza y selección de maíz:

Se hace con la finalidad de eliminar los granos dañados o podridos. Se ventila el maíz para eliminar el tamo (residuo o pelusa que deja el maíz posterior al desgrane), polvo o basura.

Almacenamiento del maíz:

Se utiliza un silo, debajo del cual se deben colocar un par de tablas para que no se oxide y se coloca en una esquina de la casa donde no pegue el sol, ni caiga agua. Luego se llena y, en la parte superior, se le coloca un manojo de ruda o flor de muerto para ahuyentar a los insectos. Las productoras de San Lorenzo prefieren no utilizar pastillas o químicos, sino realizar prácticas más orgánicas.

El manejo poscosecha garantiza la calidad en la alimentación de familias de comunidades de San Lorenzo, San Marcos.

Sendy Florencio agradece a Buena Milpa el apoyo brindado en capacitaciones técnicas, porque ha mejorado sus conocimientos, y los logros son en su beneficio y el de las demás integrantes de Ecadi.

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El proyecto Buena Milpa y sus colaboradores lanzan curso certificado en Agricultura Sustentable

Se realizó el lanzamiento del curso certificado en Agricultura Sustentable, que surgió como una respuesta a la necesidad de capacitar y dar asistencia técnica al sector agropecuario del occidente de Guatemala.

El curso es una iniciativa del Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap); el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA); la Corporación Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ); el Proyecto Buena Milpa, de USAID; la Asociación de Desarrollo Agrícola y Microempresarial (ADAM); el Departamento de Agricultura Orgánica (DAO); la Comisión Nacional de Agricultura Ecológica (CNAE); y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), quienes conformaron una alianza para desarrollar un curso, acreditado por el Intecap, en metodologías de extensión y en implementación de prácticas agroecológicas.

“Como parte de la estrategia de sostenibilidad del Proyecto Buena Milpa, se han venido trabajando varios procesos de capacitación en Agricultura de Conservación con agricultores y técnicos de diferentes instituciones, por lo que hoy se consolida una alianza con otras instituciones y organizaciones para aportar a la institucionalización de los procesos de formación, en las áreas de conservación de suelos, rotación de cultivos, labranza mínima y otros temas que hemos estado abordando”, explicó el ingeniero Luis Ramírez, coordinador del Proyecto Buena Milpa.

Inicios

Los aliados empezaron este proceso en marzo de 2017, para desarrollar un producto de formación dirigido a técnicos y extensionistas y promover estrategias para el desarrollo rural mediante la implementación de prácticas agroecológicas. “Hoy socializamos la información con organizaciones de gobierno, y no gubernamentales, para que puedan compartirla con sus colaboradores y que formen parte del curso de Agricultura Sustentable; tenemos un convenio con Intecap para un cupo de 25 técnicos que asistirán a los módulos los viernes, de 8 a 17 horas, pero si se supera el número de participantes, se habilitaría otro espacio los sábados en el mismo horario”, dijo Carlos Sum, coordinador de Formación del Proyecto Buena Milpa.

Los interesados en el curso pueden inscribirse en las oficinas de Intecap Quetzaltenango o solicitar más información al 7873 4000, extensión 107.

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Jóvenes entusiastas se capacitan en el manejo pre y poscosecha del maíz

Por: Nadia Waleska Rivera, coordinadora de comunicación del Proyecto Buena Milpa en Guatemala.
14 de diciembre de 2017.

Guatemala.- Durante una sesión de capacitación de dos días, jóvenes representantes de las organizaciones colaboradoras de Buena Milpa, provenientes de los departamentos de Huehuetenango, San Marcos, Totonicapán, Quiché y Quetzaltenango, tomaron el tercer módulo concerniente al manejo pre y poscosecha de granos de maíz.

En este último módulo, los jóvenes participantes se informaron de la problemática que existe actualmente con las enfermedades que se desarrollan en el cultivo de maíz, las cuales son más visibles en la época de poscosecha y tienen que ver con todo su proceso (cosecha, secado, clasificación, desgranado, tratamiento, almacenamiento y consumo).

La propuesta de trabajar con jóvenes está relacionada con que existe una debilidad dentro del sistema de profesionales y técnicos que están vinculados con el sistema milpa. Actualmente, hay poco personal calificado —sobre todo joven— que pueda realizar acciones a corto y mediano plazo en el campo agronómico, esta es la razón por la que, dentro de la colaboración entre el Proyecto Buena Milpa y el Proyecto de Fitomejoramiento Participativo, se está brindando formación a jóvenes, para que tengan suficiente información y las herramientas para replicarla posteriormente en sus comunidades, afirmó el ingeniero Mario Fuentes, principal promotor de estas actividades.

En este tercer módulo de formación, los participantes pudieron informarse y debatir sobre los factores positivos y negativos que influyen en el manejo pre y poscosecha, la importancia del almacenamiento de granos, los aspectos climáticos y la importancia de la inclusión de la mujer en esta fase; poniendo énfasis en la calidad e inocuidad del grano, ya que tienen el grave problema de la mala calidad del grano que es para consumo humano, lo que está relacionado con el tema de las micotoxinas que causan efectos muy dañinos en la salud humana y animal.

Además, se realizaron prácticas de muestreo para cuantificar el problema del Fusarium que hay en el maíz, lo que ayuda a dimensionar el problema y sirve para que ellos lo usen como una herramienta cuando hagan sus ejercicios a nivel de campo, indicó Fuentes.

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Director de USAID visita Proyecto Buena Milpa

El 29 de noviembre, John A. Beed, director de USAID Guatemala, visitó las oficinas del Proyecto Buena Milpa, ubicadas en el Instituto de Ciencia y Tecnologías Agrícolas (ICTA), camino a Olintepeque, Quetzaltenango.

En el ICTA pudo observar algunas de las tecnologías que se han implementado, junto con colaboradores, en los hogares de las familias del área rural, como el zoomejoramiento participativo, en el que se organizan grupos de habitantes para capacitarlos en temas de alimentación, mejoramiento de instalaciones, manejo profiláctico y salud natural, así como en la mejora de ecotipos de aves criollas.

Esta práctica ha permitido educar a las familias, quienes ahora buscan rescatar las aves criollas y dejar a un lado los pollos de granja, porque saben que los primeros se alimentan de maíz y concentrados caseros, por lo que tienen proteínas de buena calidad, un sabor más agradable y menos grasa.

También, se le explicó la prioridad que se le está dando a la recuperación del sistema milpa, uno de los ejes principales de Buena Milpa, que permite que el agricultor cuente con una parcela diversificada y tenga una dieta variada. Para lograrlo se ha entregado semilla de frijol a los agricultores, ya que algunos dejaron de sembrarla porque sus granos perdieron rendimiento; también han recibido capacitaciones para aprender a seleccionar granos de maíz y frijol, y sobre cómo almacenarlos para sembrarlos en la próxima cosecha.

El Proyecto Buena Milpa funciona en el occidente de Guatemala para implementar una estrategia de intensificación sustentable para la agricultura, que permita reducir la pobreza, la desnutrición y los daños al ambiente. Es financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y recibe acompañamiento técnico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

 

El doctor Rajaram conoce una parcela de fitomejoramiento

El doctor Sanjaya Rajaram, Premio Mundial de la Alimentación 2014 y exdirector del Programa de Trigo del CIMMYT, visitó el 29 de noviembre una parcela de fitomejoramiento participativo en Panimaché, Quiché.

El científico comentó que para él fue impresionante ver que además de hacer experimentación, también se está capacitando al agricultor, quien podrá tomar el liderazgo, y se trabaja la selección masal, que ha permitido encontrar menos toxinas en el grano y menos acames. “También vi la agricultura de asociaciones, algo que está excelentemente hecho, y la colección de germoplasma, que me gustó mucho porque eso es el futuro”, resaltó.

Rajaram recibió el Premio Mundial de la Alimentación por su investigación científica, que condujo a un aumento prodigioso de más de 200 millones de toneladas en la producción mundial de trigo. En la actualidad, es el dueño y director de Semilla de Recurso Mexicana, una compañía privada que se especializa en el desarrollo de trigo y su promoción.

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Presentan resultados de investigación participativa con agricultores de Todos Santos Cuchumatán

Por: Nadia Waleska Rivera. Fotografías de: Cristian Reyna.
6 de diciembre de 2017.

Huehuetenango, Guatemala.- Desde el Proyecto Buena Milpa, en coordinación con universidades nacionales y extranjeras, se han establecido acciones puntuales para realizar estudios y proyectos de investigación que den soluciones a problemas que se encuentran en el campo agrícola de los municipios donde éste tiene intervención, siendo Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, uno de los municipios priorizados en este proceso. En esta ocasión, un grupo de reconocidos académicos de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Universidad de Wageningen, han realizado un estudio minucioso con agricultores de la comunidad de Todos Santos.

Cristian Reyna, candidato a doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, nos comentó que la investigación inició con base en un proyecto que se planteó en la universidad para generar nuevas alternativas y metodologías para que los estudiantes en Agronomía o Ciencias Aplicadas a la Agricultura buscaran opciones para generar desarrollo dentro de las comunidades. Es un grupo de trabajo formado con gente de las universidades de México (UAM Xochimilco) y Holanda (Universidad de Wageningen). Esta propuesta se planteó hace tres años como parte de una estrategia; se buscaron zonas donde se podría aplicar la metodología con pequeños agricultores que pudieran buscar alternativas de manejo —como hacer intervenciones que tuvieran impacto en las comunidades— y adoptar ciertas tecnologías que se implementan en las universidades o algunas que ellos mismos generaran, y que después pudieran compartirlas. Todos Santos fue el municipio elegido para realizar esta investigación; en el siguiente resumen se encuentran sus resultados más relevantes.

En la actualidad, el desarrollo de las unidades de producción familiar (UPF) implica tener herramientas que nos permitan entender la problemática en diferentes escalas y que respondan a diversos aspectos socioeconómicos y ambientales, esto con el fin de que las propuestas de rediseño, tecnológicas o políticas, sean acordes a las problemáticas identificadas dentro de su contexto.

Este estudio se llevó acabo en un municipio en la región del altiplano de Guatemala y constó de diferentes momentos: 1) caracterización mediante talleres, encuestas, métodos multivariados y construcción de tipología de las UPF; 2) diagnóstico mediante la evaluación de cada tipo de UPF con base en el modelo Farm Design; y 3) elaboración de propuestas o estrategias a experimentar con el fin de rediseñar las UPF.

Los resultados obtenidos nos permitieron entender la diversidad de las UPF; en la zona de estudio se clasificaron las unidades en cinco tipos:
• Tipo 1. Unidades de producción tradicionales (UPT).
• Tipo 2. Unidades de producción con cultivos para el mercado (UPCM).
• Tipo 3. Unidades de producción con cultivos para el mercado, con baja superficie y trabajo fuera de la unidad (UPCMBSTF).
• Tipo 4. Unidades de producción con actividad agrícola y pecuaria (UPAAP).
• Tipo 5. Unidades de producción con ingreso principalmente fuera de la unidad (UPIPFU).

En estos tipos se encontraron problemáticas similares, como baja capacidad de ahorro, por debajo de los Q 6,500.00; desbalance en el uso de fertilizantes, por ejemplo los nitrogenados, donde se observaron pérdidas de 41 a 169 kg/ha, dependiendo del tipo de UPF; exceso de pesticidas con aplicaciones de 11 a 25 kg/ha; baja capacidad de producir kcal y vitaminas, en donde sólo se cubre hasta 55% de las necesidades calóricas, y como la vitamina A, de la que sólo se cubre 50% de los requerimientos; y baja capacidad para satisfacer las necesidades proteicas de los animales, pues lo máximo que se cubre es 70%.

Las propuestas para resolver estas problemáticas son mejorar los ingresos mediante cultivos para la comercialización que también sean de autoconsumo, como la papa; mejorar la utilización de N con el uso racional en cultivos como el maíz y la papa; establecer sistemas agroforestales con diversidad de frutales; y producir cultivos con alto valor proteico para el consumo de animales. Sin embargo, las estrategias de experimentación necesitan ser construidas, discutidas y evaluadas de la mano de las comunidades y otros actores sociales que puedan contribuir a mejorarlas, evaluarlas y practicarlas.

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Proyecto Buena Milpa contribuye a la inclusión de la juventud en procesos agrícolas

Guatemala.- Este año, las sedes departamentales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), de Quetzaltenango, El Quiché y Totonicapán, acompañadas por el Proyecto Buena Milpa, realizaron varios talleres que permitieron hacer una guía metodológica para organizar, acompañar y fortalecer el trabajo de extensión dirigido a los grupos de jóvenes de los Centros de Aprendizaje para el Desarrollo Rural (Cader).

Con la participación de 131 extensionistas, se reconstruyeron los procedimientos utilizados por 58 agencias de extensión rural (29 de Quetzaltenango, 8 de Totonicapán y 21 de El Quiché), para lograr la inclusión de los jóvenes en los procesos productivos que acompaña el MAGA en esos departamentos.

Las experiencias de todas las agencias han sido un valioso aporte para alcanzar con éxito la elaboración de la guía metodológica para la organización, fortalecimiento y consolidación de los grupos Cader Juvenil.

En la actualidad, 290 grupos operan en estos departamentos y desarrollan diversas acciones agrícolas, entre ellas, fitomejoramiento participativo de maíz, conservación de suelos y agua, y diversificación de parcelas y dietas. Estas acciones también son un esfuerzo compartido entre el Proyecto Buena Milpa y el MAGA.

La guía metodológica consta de dos partes, una referente al conocimiento del contexto donde se actúa, para conformar un sistema local de extensión a favor de la juventud, y la otra que define paso a paso cómo organizar un Cader e identificar intereses inmediatos y estratégicos para elaborar un plan de acción, así como su organización e intercambio en redes juveniles.

Óscar López, coordinador de Extensión Rural del MAGA-Quetzaltenango, considera que el proceso que se ha seguido y el resultado obtenido, contribuyen a alcanzar los objetivos propuestos y, además, motivan a realizar actividades con un respaldo técnico.

Claudia Alfaro, jefa nacional de la Unidad de Juventud, Niñez y Adolescencia, del MAGA, comenta que el proceso contribuye a valorar la riqueza de experiencias que se desarrollan en el campo, y también es una motivación para las coordinadoras departamentales de la unidad.

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Se comparte semilla de frijol en Guatemala

El Proyecto Buena Milpa contribuyó con la validación y multiplicación de la semilla en el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA), además de la distribución con los socios para que los agricultores la recibieran.
Por: Ana Christina Chaclán.
6 de noviembre de 2017.

Concepción Chiquirichapa, Guatemala.- Silvia Pilar López Cabrera, de Concepción Chiquirichapa, cosechó con éxito su parcela de frijol, en donde sembró semillas de bolonillo (ICTA Labor Ovalle), una de las variedades liberadas en marzo de este año, que fueron entregadas a agricultores del occidente del país por medio de los colaboradores del Proyecto Buena Milpa. López le entregó semilla a cuatro mujeres para que la siembren el próximo año, y que al cosechar deben compartir una libra con otra agricultora que no tenga esta variedad, porque el objetivo es proveer de granos a los diferentes agricultores, para que puedan diversificar sus cultivos.

“Doña Silvia quería compartir con sus compañeras de Cader toda esta experiencia, que para ella fue increíble porque vio la gran cantidad de frijol que cosechó en su parcela”, dijo el ingeniero Jorge Mario de León Alconero, supervisor de Extensión del Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (MAGA).

Silvia López, comentó que sembró sus semillas en Llanos del Pinal y tuvo un buen rendimiento, que las plagas no afectaron su siembra y cosechó dos quintales de frijol en cinco cuerdas. “Comí en ejote, y en frijol; tiene un sabor agradable, y es espeso”, mencionó.

En la cosecha del próximo año se espera que se multipliquen las familias beneficiadas con las semillas de frijol, ya que en Concepción fueron beneficiadas 345, que ahora deben compartir el grano con sus compañeros de Cader o vecinos.

Esta iniciativa fue apoyada por el Proyecto Buena Milpa, que contribuyó con la validación y multiplicación de la semilla en el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA), además de la distribución con los socios para que los agricultores la recibieran. También está apoyando el monitoreo del rendimiento para comparar las cosechas, con el objetivo de lograr que las familias fortalezcan el sistema milpa, diversifiquen sus cultivos y mejoren sus dietas.

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Aprenden diferentes técnicas de agricultura en Guatemala a través del Proyecto Buena Milpa

Agricultores, técnicos de organizaciones, colaboradores de Buena Milpa y extensionistas del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), participaron en diferentes talleres que se realizaron en Quetzaltenango, Huehuetenango y Quiché.
Por: Ana Christina Chaclán.
2 de noviembre de 2017.

Guatemala.- En Uspantán, Quiché, se impartió un taller de capacitación sobre manejo agronómico de frijol voluble, en el que se combinaron los conocimientos adquiridos en módulos impartidos por el Proyecto Buena Milpa sobre el cultivo de frijol y algunas prácticas de agricultura biodinámica.

“Dimos tres recetas importantes: una de pasta de árboles; el preparado 508, a base de cola de caballo; y otro de ortiga, que utilizamos como un pudín para controlar bacterias y algunos hongos en los cultivos”, explicó el ingeniero Jorge Andrés de León, coordinador de Extensión Departamental del MAGA Quiché.

De León agregó que la agricultura biodinámica es una corriente en la que se manejan los calendarios lunares, las cuestiones astronómicas y, sobre todo, los recursos que se tienen localmente. Durante el taller también se abordaron los huertos biointensivos, aplicando siembra cercana, camas biointensivas o con doble excavación y aboneras biointensivas, señaló el ingeniero Luis Díaz Quiñonez, de la unidad de Formación y Capacitación del MAGA Quiché.

Huehuetenango

Por otro lado, en Aguacatán, Huehuetenango, se desarrolló el sexto módulo del curso de especialización técnica en producción de semillas nativas y criollas, en donde los asistentes aprendieron sobre sistemas productivos en el marco de sistemas familiares diversificados y conocieron los componentes de una parcela agroecológica mediante una visita a la Granja Cony.

La granja Cony es una propuesta que nace a raíz de las necesidades de una familia, tiene alimentos de origen vegetal; el sistema milpa; una producción pecuaria, con cabras que producen leche y quesos, vacas para lácteos, gallinas que garantizan carne y huevos, y producción de conejos y cerdos. “La granjita se convirtió en una pequeña escuela campesina, donde validamos algunas técnicas y todos los resultados los compartimos para que los campesinos mejoren su producción o no comentan los errores que ya se realizaron”, explicó Rudy Rodríguez, de la Granja Cony.

En ese departamento también se realizó el último módulo del curso de capacitación sobre manejo agronómico de diversas variedades de frijol liberadas por el ICTA, en el que los participantes adquirieron información relacionada a la mejora del cultivo y cosecha de frijol.

Quetzaltenango

En Xela, hablaron sobre Agricultura de Conservación, hicieron prácticas en grupo y un análisis para conocer qué pueden aplicar en los municipios con los agricultores.

“Fuimos al campo a observar un ensayo donde se están evaluando diferentes formas de producir con variables, en base a si se hace o no calzado en la milpa, si se hace la preparación del suelo al inicio y si se aplica al rastrojo para producir el maíz con frijol o haba”, contó Esdras de León, encargado de la Agencia Municipal de Extensión de Palestina de Los Altos.

Esdras de León compartió que en Palestina de Los Altos el suelo se ha deteriorado, ya que hace cinco años se tenían rendimientos de 35 a 40 quintales de papa por cuerda y ahora sólo se recogen entre 20 y 25, “se ha dañado el cultivo por la producción intensiva y el monocultivo, eso hay que revertirlo, hay que hacer agroecología y una rotación de cultivos”.

El Proyecto Buena Milpa impulsa estas capacitaciones para que se puedan replicar en diferentes municipios del occidente, y de esa manera contribuir a la diversificación de cultivos y dietas que ayuden a mejorar la nutrición de las familias del área rural.