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El CIMMYT promueve la agrobiodiversidad en la Feria de Chiantla a través de Buena Milpa

Desde tempranas horas, cientos de agricultores provenientes de los municipios de Todos Santos Cuchumatán, Concepción Huista, Petatán, Chiantla y otros municipios circunvecinos, acudieron a la XXII Feria Rural del Cordero y la IX Feria de Agrobiodiversidad en La Capellanía, Chiantla.

En este espacio, los agricultores expusieron la diversidad de la milpa, semillas de maíz, frijol, ayote, habas, papa, hierbas comestibles, árboles frutales y plantas ornamentales que existen en sus comunidades; estos productos fueron intercambiados entre agricultores e invitados asistentes al final de la actividad.

También se premió al agricultor que poseía la mejor oveja, para ello se contó con varios jurados que analizaron las características de los ovinos que competían.

Además, hubo varios estands informativos con productos procesados y semillas de diversas variedades de hortalizas de organizaciones que trabajan en el tema agrícola, como Buena Milpa, CRIA, SHARE, MAS FRIJOL, SENACRI, entre otros.

Debido a que es una de las ferias más importantes para los agricultores de la Meseta de los Cuchumatanes, los participantes mostraron mucho interés y entusiasmo en las diversas actividades que se realizaron, las cuales motivan a los agricultores a seguir manteniendo la agrobiodiversidad de sus comunidades como una apuesta al futuro y como contribución a mejorar la salud y nutrición de sus familias.

Esta actividad fue organizada y realizada por la Asociación de los Cuchumatanes en coordinación con organizaciones y cooperantes, entre ellos USAID y el CIMMYT.

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Las reservas comunitarias de semillas fomentan procesos inclusivos e innovaciones agrícolas

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Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.

Abril de 2019.


Huehuetenango, Guatemala.- Más de 40 productores de Concepción Chiquirichapa viajaron a Quilinco, en Huehuetenango, para conocer el funcionamiento de una reserva comunitaria de semillas (RCS) que desde hace 10 años manejan los agricultores de esa localidad. Durante la visita, recibieron una charla en la que les contaron la historia de la reserva y de qué manera se han organizado para resguardar las semillas y velar por el buen funcionamiento de esta.

“Hoy estuvimos hablando con algunos productores y productoras sobre del uso y manejo de las reservas comunitarias de semillas para que puedan ampliar sus conocimientos e implementarlos en la que se construyó en ese municipio. Compartimos la experiencia de lo que hemos hecho desde hace 10 años”, explicó Esvin López, promotor especializado en fitomejoramiento participativo de la colaboración entre la Fundación para la Innovación Tecnológica Agropecuaria y Forestal (Fundit) y el Proyecto Buena Milpa Guatemala.

La productora Roselia López comentó que la visita fue de mucho aprendizaje, ya que es diferente conocer la reserva y ver cómo funciona a solamente escuchar sobre ella, y que gracias a esta experiencia le será más fácil hacer las prácticas. “Ha sido una visita interesante, y hay que valorar los conocimientos que han adquirido otras organizaciones sobre la conservación de las especies nativas”, manifestó Desiderio Villagrez, productor de Concepción Chiquirichapa. Y destacó la ávida participación de las mujeres en esta actividad, ya que las reservas comunitarias se consolidan como un espacio de confluencia que integra a hombres, mujeres y jóvenes para que conozcan las innovaciones agrícolas y puedan aplicarlas en sus parcelas.

En los próximos días los productores seguirán recibiendo capacitaciones sobre fitomejoramiento participativo y selección masal, para aprender nuevos métodos que les permitan mejorar sus semillas nativas.

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Productores inician procesos para mejorar sus maíces locales

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Concepción Chiquirichapa.- El fitomejoramiento participativo es un proceso que busca mejorar las variedades nativas de maíz en el que participan productores y científicos. Este año productores de Concepción Chiquirichapa están aprendiendo los pasos para realizarlo, pues con él esperan aumentar el rendimiento del maíz en sus parcelas.

“Sembramos en una parcela de adiestramiento, que nos servirá para que los productores aprendan sobre las actividades que conlleva el fitomejoramiento. Utilizamos una variedad nativa, y regresaremos en un mes para aplicarle la primera fertilización al maíz. En la próxima actividad vamos a delimitar las subparcelas para hacer la selección de plantas cuando el cultivo esté en la fase de floración”, contó Moisés Pacheco, técnico encargado de maíz para el occidente en el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA).

También comentó que utilizaron una variedad local, debido a que no es homogénea y está adaptada a las condiciones de suelo y clima. “La idea es que la gente aprenda las técnicas necesarias para hacer el mejoramiento de su maíz local, y el compromiso es que repliquen las técnicas en su parcela para mejorar el maíz de varias localidades de Concepción Chiquirichapa, tanto en aspectos agronómicos como en rendimiento”, resaltó Pacheco.

La productora Leslie Juárez manifestó que ha sido una experiencia bonita, porque ha permitido que ellas —como mujeres trabajadoras del
campo— puedan tener más conocimiento sobre las semillas y sobre cómo cosechar mejores mazorcas.

“En las técnicas que aprendimos hoy hay diferencias con la forma en que nosotras lo hacemos. Por ejemplo, nosotras sembramos siete u ocho semillas por postura; en cambio, acá sólo sembramos seis”, comparte Estela López Cabrera, participante.

Las capacitaciones en fitomejoramiento participativo involucran a varios actores institucionales como el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA); el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA); la Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (Asocuch); y el Proyecto de Fitomejoramiento Participativo (PFMP/Fundit), y son financiadas por el Proyecto Buena Milpa Guatemala, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

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Impulsan la conservación de la biodiversidad con una reserva comunitaria de semillas en Concepción Chiquirichapa, Guatemala

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Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación Buena Milpa Guatemala.

Concepción Chiquirichapa, Guatemala.- El 28 de marzo productores de comunidades de Concepción Chiquirichapa recibieron una reserva comunitaria de semillas (RCS) para almacenar granos de maíz, frijol y otras hortalizas y contar con ellos ante alguna calamidad. La RCS estará funcionando en el Centro de Mayoreo de Hortalizas de Concepción Chiquirichapa (Cemacc), y tiene capacidad para almacenar varias libras de diferentes semillas de al menos cien productores locales.

Carlos Sum, coordinador de formación del Proyecto Buena Milpa Guatemala, explicó que este es un trabajo que se realiza en conjunto con organizaciones locales; el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA); la sede en Quetzaltenango del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA); y la municipalidad de Concepción Chiquirichapa. “Como parte del seguimiento se darán capacitaciones a los productores en el campo, para que mejoren sus sistemas de producción y puedan organizarse para garantizar el adecuado funcionamiento de la reserva”, dijo Sum.

Dos socios estratégicos con los que colabora el Proyecto Buena Milpa Guatemala ayudarán a fortalecer el trabajo de la reserva comunitaria, ya que ellos desarrollan la metodología con los productores, identifican las características y realizan un proceso de investigación para hacer la selección con base en las necesidades de la comunidad. También se trabaja con el Programa de Fitomejoramiento Participativo para América Latina, de la Fundación para la Innovación Tecnológica, Agropecuaria y Forestal (Fundit), que capacitará a los productores para trabajar el fitomejoramiento participativo y dará acompañamiento para que puedan elegir las mejores características de sus materiales.

“La reserva no es sólo contar con el espacio físico, también implica toda la organización comunitaria para que los productores puedan depositar sus materiales de maíz, frijol y ayotes y tener un lugar donde conservar sus semillas para los siguientes años. Por eso se deben fortalecer sus capacidades, para que puedan hacer el fitomejoramiento y que ellos mismos seleccionen las características que les interesa mejorar, como altura, color, sabor, producción y resistencia a la sequía y el aire. La reserva mantiene la biodiversidad de la región y ayuda y fortalece el mejoramiento con base en las necesidades de los agricultores”, resaltó Luis Fernando Ramírez, coordinador del Proyecto Buena Milpa Guatemala.

Tomas Pichol es un productor de Panimaché, Chichicastenango, que ha trabajado el fitomejoramiento participativo durante varios años y expuso sus mazorcas nativas en la habilitación de la RCS. Según el productor Everardo Juárez López, de Concepción Chiquirichapa, es una grata noticia para la comunidad contar con una reserva de semillas; compartió que anteriormente ya había visitado una en Huehuetenango, y estaba muy interesado en conocer la forma en que la manejan los comunitarios.

En el occidente del país el Proyecto Buena Milpa Guatemala ha financiado la construcción de ocho reservas comunitarias de semillas y la remodelación de otras cuatro con el objetivo de conservar la biodiversidad y ofrecer opciones de almacenamiento a los productores.

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Abren inscripciones para el Curso Certificado en Agricultura Sustentable

En abril iniciarán las actividades de la segunda generación del Curso Certificado en Agricultura Sustentable, que tiene una duración de 192 horas de formación y finalizará en octubre.
Por: Ana Christina Chaclán.

Quetzaltenango, Guatemala.- En abril iniciarán las actividades de la segunda generación del Curso Certificado en Agricultura Sustentable, que tiene una duración de 192 horas de formación y finalizará en octubre. El curso surgió en 2018 como una iniciativa de la alianza entre el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap); el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA); el Proyecto Buena Milpa Guatemala, de USAID y el CIMMYT; la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ); la Asociación de Desarrollo Agrícola y Microempresarial (ADAM); el Departamento de Agricultura Orgánica (DAO); la Comisión Nacional de Agricultura Ecológica (CNAE); y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).

“La idea de crear este curso surgió porque en la zona no existe un centro formal que pueda ofrecer un certificado de este tipo, la mayor parte de las instituciones académicas habla de agricultura de forma convencional, y esta es una oportunidad que se les está dando a los profesionales para formarse en esta área. Además, podrán contar con un certificado que garantice su aprendizaje y la aplicación en el campo”, comenta Carlos Sum, coordinador de Formación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.

Este año la convocatoria ha quedado abierta al público en general, y de acuerdo con el interés de los participantes, se podrían abrir dos grupos: uno asistiría los viernes, y el otro, los sábados.

Los interesados pueden inscribirse en las oficinas de Intecap Quetzaltenango o solicitar más información al 7873 4000, extensión 107.

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Productores de Guatemala reciben aves criollas para diversificar su dieta

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Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.

20 de enero de 2018.


Totonicapán, Guatemala.- Uno de los ejes de trabajo del Proyecto Buena Milpa Guatemala es la diversificación de dietas, por lo que se implementaron minigranjas con aves criollas para que las familias puedan consumir huevos y carne. Además de las aves, a los productores se les ha dado acompañamiento en temas como la elaboración de concentrados caseros y jarabes para el sock, una gripe que afecta a las aves.

“Durante el primer año de trabajo, recibimos 15 aves. Algunas sirvieron para consumo familiar y otras las vendimos, y con las ganancias compramos otros pollos. Nos han enseñado a preparar concentrados con cáscara de huevo, hueso, maíz, frijol y sal, que además de ser más nutritivos que el concentrado comercial, nos evitan gastos”, dice María Tzoy Tojin, de Santa Lucía La Reforma. “Con los concentrados hechos en casa, las aves crecen más y tienen más carne”, añade Antonia Joj Tuluxan, agricultora.

Varias productoras cuentan que siempre habían tenido problemas con la crianza de aves, ya que muchos pollos se morían a causa de enfermedades como el sock.

“He recibido capacitaciones para elaborar medicinas y concentrado casero para asegurarme de que mis aves estén en buen estado. Antes sólo mantenía cuatro aves porque se morían, pero cuando recibí los 15 pollos de la colaboración con la Asociación CDRO y el Proyecto Buena Milpa Guatemala —y ellos me enseñaron a cuidarlos—, empecé a ver los cambios”, comparte Olivia Ixchop Chun, productora de la aldea Chinimabe, Momostenango.

Petrona Sontay, quien recibió aves criollas hace dos años, cuenta que para ella el acompañamiento técnico ha sido de mucha ayuda, porque ahora ya sabe cómo cuidar a los pollos, qué alimentos darles y cómo curarlos de las enfermedades. “Con mi hija, vendo los pollos destazados en Xela, y eso nos trae más cuenta, porque nos pagan hasta Q110 por gallina; en cambio, en el mercado local la gente sólo me quiere pagar Q60”, señala Sontay.

Las mini granjas de aves criollas permiten que las familias diversifiquen sus dietas y consuman proteína. Además, pueden constituirse como una fuente de ingresos rentable para las familias, que deben estar dispuestas a aprender a manejar sus pequeñas granjas y a aplicar lo aprendido.

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La organización de las comunidades es clave para el desarrollo del campo en Guatemala

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Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.

21 de enero de 2019.


Guatemala.- En Totonicapán se estableció una colaboración entre la Asociación de Cooperación para el Desarrollo Rural de Occidente (Asociación CDRO) y el Proyecto Buena Milpa para implementar tecnologías agrícolas que fomenten el desarrollo de las familias productoras que viven en el área rural de tres municipios: Santa María Chiquimula, Santa Lucía La Reforma y Momostenango.

La filosofía de la Asociación CDRO es contar con la participación de las comunidades en los procesos realizados, por lo que se entabló comunicación con los líderes comunitarios para facilitar la implementación de actividades y conocer, por medio de ellos, las necesidades de la comunidad. “Asociación CDRO siempre se ha caracterizado por apoyar el desarrollo del área rural, porque es donde se carece de tecnologías, insumos y formación sobre varios temas que pueden mejorar la dignidad de las personas en las comunidades”, resalta Víctor Andrés Gutiérrez, técnico social de la Asociación.

Siempre que llega un nuevo proyecto, este debe contar con el visto bueno de los líderes comunitarios, porque si no ellos rechazan las iniciativas. Por eso es mejor tener un acercamiento para que ellos apoyen el trabajo.

Desde hace 13 años, don Víctor ha trabajado como enlace entre las autoridades comunitarias, para que ellos puedan darles referencias a los pobladores, y estos no desconfíen de los programas. “Hay muchas comunidades organizadas, pero no tienen lineamientos de trabajo, no tienen proyección de desarrollo. Muchas veces su visión se enfoca más en la infraestructura y dejan a un lado la salud, la educación y otros aspectos que contribuyen al cambio de pensamiento de las personas”, comparte.

Moises Herrera, alcalde comunitario de Pueblo Nuevo, Momostenango, comenta que cuando tienen un acercamiento con las instituciones que implementarán proyectos o programas en su comunidad, les hablan de las carencias de las personas y de las familias que necesitan más apoyo, pero no injieren en la decisión de los encargados de implementar los proyectos. Para Herrera, la capacitación técnica que se le puede brindar a los productores es clave para el desarrollo, ya que considera que “acostumbrar a los pobladores a recibir insumos, solamente fomenta más pobreza, porque la gente no aprende a trabajar y se queda sin aspiraciones”.

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Agricultores aumentan su producción y diversifican sus dietas con el Proyecto Buena Milpa Guatemala

El 13 de diciembre se realizó la presentación de resultados de las actividades implementadas en el occidente de Guatemala por el Proyecto Buena Milpa, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), las cuales han ayudado a fortalecer la seguridad alimentaria y disminuir la pobreza de las familias del área rural.

El Proyecto Buena Milpa, en colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), busca mejorar las condiciones de vida de las familias productoras, aumentando la sostenibilidad y la capacidad de recuperación de los sistemas agrícolas basados en maíz y disminuyendo la degradación ambiental.

En Guatemala el maíz es la base de la alimentación, por lo que el proyecto realizó varias actividades con el fin de conservar las semillas nativas de los productores, incluyendo la selección de los mejores granos de maíz, el manejo poscosecha y la construcción y adaptación de reservas comunitarias de semillas. La adopción de estas prácticas permitió a los productores diversificar sus sistemas agrícolas y contar con dietas más diversas.

Durante la ejecución de este proyecto, se apoyó a más de 13,000 familias agricultoras en los municipios de Huehuetenango, Quetzaltenango, San Marcos, Quiché y Totonicapán. Asimismo, se implementaron tecnologías agrícolas en 2,021 hectáreas de tierra y se capacitó a más de 23,000 productores, agentes de extensión agrícola, científicos y tomadores de decisiones en temas como la conservación y el mejoramiento participativo del maíz, la conservación de agua y suelo, la diversificación agrícola, las redes innovadoras y la inclusión social.

“Para alcanzar los objetivos, la estrategia ha sido trabajar con socios del Gobierno de Guatemala, universidades nacionales y extranjeras, organizaciones no gubernamentales y fundaciones en la transferencia de tecnologías agrícolas para el mejoramiento y la conservación del maíz, la sostenibilidad de suelo y agua y la diversificación de los cultivos, utilizando estrategias de apoyo como la innovación en redes locales para fortalecer los procesos de extensión y la inclusión social”, explica Luis Ramírez, coordinador del Proyecto Buena Milpa.

La estrategia de sostenibilidad del Proyecto Buena Milpa ha sido fortalecer las organizaciones y sus relaciones para que sigan trabajando con asociaciones de productores y, al mismo tiempo, se coordinen entre ellas para fortificar las cadenas de apoyo institucional que existen y que buscan reducir la pobreza y la desnutrición en Guatemala.

Durante el evento, también se desarrollaron unos foros en los que se abordaron tres temas: el maíz como eje de desarrollo del sistema milpa, la innovación y la inclusión social; las experiencias para la institucionalización; y la productividad y sustentabilidad del sistema milpa para la seguridad alimentaria. Además, hubo una exposición de las tecnologías agrícolas innovadoras que han implementado los socios colaboradores en las comunidades en las que trabajan y que van acordes con los cinco ejes del proyecto.

Los socios fueron los siguientes:

  • Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA).
  • Unidades de extensión de Totonicapán y Quetzaltenango, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).
  • Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (Asocuch).
  • Asociación de Cooperación para el Desarrollo Rural de Occidente (CDRO).
  • Asociación de Desarrollo Integral para el Occidente (Adipo).
  • Fundación Agros.
  • División de Ciencia y Tecnología del Centro Universitario de Occidente (Cunoc), de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac).
  • Proyecto de Fitomejoramiento Participativo (Pfmp/Fundit).
  • Asociación Comunitaria para el Desarrollo Serjus.
  • Centro de Investigaciones Económicas, Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria y la Agricultura Mundial (CIESTAAM), de la Universidad Autónoma Chapingo.
  • Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada (Gira).
  • Cooperativa La Igualdad.
  • La Asociación de Desarrollo
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La Asocuch y el Proyecto Buena Milpa Guatemala escalan tecnologías agrícolas en Huehuetenango

Las tecnologías impactaron en 23.32 hectáreas de sistema milpa y beneficiaron a 700 productores.

Por: Sergio Alonzo y Jorge Augusto Granados.

2 de noviembre de 2018.

Huehuetenango, Guatemala.- Durante 2018, la Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (Asocuch) escaló siete tecnologías en seis microcuencas del área de cobertura de su colaboración con el Proyecto Buena Milpa Guatemala, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Las tecnologías escaladas, que impactaron en 23.32 hectáreas de sistema milpa y beneficiaron a 700 productores, fueron: barreras vivas, aves criollas, diversificación de fincas, huertos familiares, diseminación de semillas de frijol y maíz, lombricomposteras y graneros de maíz.

Estas tecnologías fueron acompañadas por capacitaciones, pues estos procesos han sido la base para el inicio de la fase de escalamiento de tecnología, ya que, a partir de los nuevos conocimientos o del fortalecimiento de los ya adquiridos, se tienen las capacidades y habilidades para implementar las tecnologías y obtener de ellas los beneficios de su aplicación en el sistema milpa que poseen.

La ejecución de las tecnologías establecidas en cada uno de los planes de acción de las seis microcuencas se convierte en la columna vertebral de las acciones que se desarrollan, ya que es en esta fase donde los involucrados ven consumadas sus aspiraciones y sueños de llevar a la práctica lo que con meses de anticipación se estuvo planificando, además de evidenciar los beneficios y las bondades que las tecnologías tienen a nivel de la unidad productiva. Esto se convierte también en el cumplimiento de compromisos y de hacer realidad todo lo prometido por parte del equipo técnico, la organización de base, el Proyecto Buena Milpa Guatemala y Asocuch.

El proceso de adopción y escalamiento de las tecnologías es complementado por las visitas de asistencia técnica, que son desarrolladas por el equipo técnico local y profesional contratado por el proyecto en cada una de las microcuencas, lo que permite a los implementadores tener acompañamiento técnico, solventar dudas, aplicar correctamente la tecnología y, a corto plazo, obtener los beneficios de la misma.

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Finaliza el Curso Certificable en Agricultura Sustentable en Guatemala

En el curso participaron 50 técnicos de diferentes organizaciones, de Gobierno y no gubernamentales.

Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.

26 de octubre de 2018.

Guatemala.- El 19 de octubre finalizó el Curso Certificable en Agricultura Sustentable, que se impartió desde abril y abarcó 29 sesiones de 8 horas, donde se abordaron módulos para aprender a organizar los sistemas agropecuarios e implementar sistemas agroalimentarios bajo manejo agroecológico.

En el curso participaron 50 técnicos de diferentes organizaciones, de Gobierno y no gubernamentales, quienes tuvieron la oportunidad de asistir los viernes o los sábados.

El curso fue una iniciativa del Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap); el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA); la Misión Técnica Alemana (GIZ); el Proyecto Buena Milpa, de USAID y el CIMMYT; la Asociación de Desarrollo Agrícola y Microempresarial (ADAM); el Departamento de Agricultura Orgánica (DAO); la Comisión Nacional de Agricultura Ecológica (CNAE); y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), quienes por medio de una alianza, desarrollaron el curso en metodologías de extensión y en la implementación de prácticas agroecológicas.

En noviembre se abrirá la convocatoria para los cursos de Agricultura Sustentable que se impartirán en 2019.