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Nuevos horizontes para la agricultura de Calera

Cultivo de cebada en Calera, Zacatecas, México. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)
Cultivo de cebada en Calera, Zacatecas, México. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)

A Julieta Acuña Sosa siempre le ha interesado el tema medioambiental y ya había escuchado sobre el proyecto Aguas Firmes —a través del cual se ha promovido una agricultura sustentable en Zacatecas—, de manera que cuando hubo oportunidad no dudo en incorporarse al él.

“Yo ya conocía el proyecto con anterioridad. Lo conocí a través de la difusión que hizo Grupo Modelo y lo que me llamo la atención principalmente fue el cuidado del agua”, comenta Julieta, quien cultiva maíz, chile, frijol, cebada, ajo, cebolla, chiles y otras hortalizas.

“Yo de manera personal, viendo las parcelas que están ahí cerca y que no las hacen prácticas sustentables que hemos aprendido, noto mucho la diferencia, por ejemplo, en el chile, veo que la carga del chile con ellos es menor y en la mía están más cargadas de frutos, están mas bonitos” menciona la productora de Calera, haciendo referencia al impacto positivo que tuvieron las prácticas aprendidas.

Julieta está entusiasmada porque lo que hasta el momento ha implementado en su parcela ya genera cambios positivos: “otra de las cosas que se ha hecho es que el ingeniero vino a calibrar la sembradora para dejar la semilla a un espacio adecuado. También hemos notado que el maíz viene de un color muy bonito. Antes venía de un color un poquito amarillo y la caña no tan gruesa, y ahora hemos notado cambios”, menciona.

Además de las mejorías que empieza a notar, Julieta está contenta por la capacitación a la que ha que ha tenido acceso: “por parte de Aguas Firmes siempre estuvieron ahí los técnicos al pendiente, recomendándonos alternativas. Hemos aprendido el uso del agua, el uso de los fertilizantes, análisis de suelo, el tema de la humedad del suelo y otros temas que hemos estado conociendo, aprendiendo más cada vez”.

Acompañada de su hijo, Jesús Manuel de 17 años, Julieta recuerda que su papá cultivaba de forma diferente, de forma convencional. Para ella, proyectos como Aguas Firmes representan la oportunidad de que su hijo y las nuevas generaciones de agricultores aprendan una agricultura diferente: “Ha sido algo muy innovador y muy bueno porque hemos aprendido nuevas técnicas para ahorrar en costos, para producir mas y hacer un uso racional del agua, la luz, inclusive no usar tantos químicos que son muy dañinos para nosotros los agricultores”.

Por su parte, Jesús Manuel comenta que fue su papá quien le enseñó a hacer todo lo que sabe, “a preparar la tierra, a cómo deben ir los cultivos, aunque ahora con lo que hemos visto es muy diferente a lo que hacíamos, ahora tengo nuevos aprendizajes. No hay muchos jóvenes que estén interesados en el tema, pero yo sí veo mucho futuro. Yo veo oportunidad en la agricultura”.

Finalmente, y con la confianza de que obtendrá buenos resultados, Julieta se dirige a otros agricultores: “ojalá que este tipo de proyectos se apliquen en todo el país porque tenemos que dar un giro. Desafortunadamente con el cambio climático tenemos que cambiar también la forma de cómo cultivar pues estamos en una situación muy complicada, pero si todos aportamos algo podemos hacer muchos cambios”.

Aguas Firmes, proyecto impulsado por AB InBev Grupo Modelo en alianza con la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), ha sido implementado por el CIMMYT y diversas organizaciones a fin de mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo.

¿Quieres saber más de Aguas Firmes? Visita el sitio web para más información: https://www.aguasfirmesgrupomodelo.com/es

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Avances para aumentar la eficiencia del riego en Zacatecas

Parcelas de productores zacatecanos que participan en Aguas Firmes. (Foto: Aguas Firmes)
Parcelas de productores zacatecanos que participan en Aguas Firmes. (Foto: Aguas Firmes)

Aproximadamente el 70 % de todas las aguas extraídas de los ríos, lagos y acuíferos se utilizan para el riego y, aunque la agricultura de regadío representa solo el 20 % del total de la superficie cultivada, permite producir el 40 % de alimentos en todo el mundo (Banco Mundial, 2023). Esto significa que, en promedio, la agricultura de regadío es al menos el doble de productiva por unidad de tierra que la agricultura de temporal.

Si bien el riego permite una mayor intensificación de la producción, enfrenta numerosos retos. En México, por ejemplo, se estima que entre el 40 y el 50 % del agua destinada al riego se desperdicia debido a que los canales de riego son de tierra (agua.org.mx) y, al recorrer grandes distancias, el agua se evapora o se filtra. Además, existen diversas problemática en torno a los sistemas de administración y gestión del agua, prevalecen calendarios de riego inadecuados, muchos agricultores carecen de elementos para hacer un riego más eficiente, entre otras limitaciones.

El uso de tecnologías para optimizar el riego es una opción para saber cuándo y cuánto regar. Los sensores de humedad, por ejemplo, son instrumentos que permiten calcular la cantidad de agua en el suelo y determinar el volumen del líquido almacenado después de un riego o una lluvia, así como calcular el agua que consume el cultivo y determinar la eficiencia del riego, ya que tanto “regar de más” como “regar de menos”, tiene consecuencias tanto para los cultivos, la calidad del suelo y la rentabilidad de la producción.

“En ciclos pasados se hicieron algunos ensayos con una empresa para instalar sensores de humedad y así saber específicamente si se requiere aplicar agua o no. El agricultor con quien hicimos el ensayo nos dijo «oye, esta cosa se paga sola  porque comparando los riegos normales contra lo que me decía el aparato, pues ahorré bastante». Además, el monitoreo se realiza desde el celular mediante una aplicación, así que para el agricultor estuvo excelente”, comenta Julio  César González, quien forma parte del equipo técnico del proyecto Aguas Firmes en Zacatecas.

Aguas Firmes es un proyecto impulsado por Grupo Modelo junto con la Cooperación Técnica Alemana GIZ, por encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania, implementado por CIMMYT y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

En el marco de Aguas Firmes, el CIMMYT y el proveedor de sensores de humedad establecieron un acuerdo de colaboración para disponer de “20 equipos para darle el servicio a más agricultores, pero ya basados en datos duros. Es decir, en una parcela se instala el sensor y este nos va diciendo si hay una parte a la que le falta humedad. El uso de esta tecnología va a ayudar por mucho en la toma de decisiones de cuánto regar y en qué momento”, menciona Julio  César.

Optimizar el riego es fundamental para cuidar los limitados recursos hídricos que existen en Calera, cuyo acuífero, de donde procede el agua de riego de la zona, se encuentra sobreexplotado. En este sentido, cuando un agricultor “ve que ya no trasmina el agua más allá del surco”, significa que se ha comenzado a cambiar la perspectiva sobre el impacto de la agricultura en el medioambiente y ese, es también el propósito de Aguas Firmes: transformar los sistemas agroalimentarios de manera integral.

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Su disposición para innovar hoy se refleja en mejores cosechas

Siembra directa de avena en rastrojo de maíz con el productor Héctor Gutiérrez en la Magueyera, Calera, Zacatecas el 3 de febrero de 2023. (Foto: Julio César González)
Siembra directa de avena en rastrojo de maíz con el productor Héctor Gutiérrez en la Magueyera, Calera, Zacatecas el 3 de febrero de 2023. (Foto: Julio César González)

“Antes, con el barbecho, trabajamos mucho, era mucho trabajo, usar muchos implementos: rejas, picos, discos de arar… Se trataba de dejar molida la tierra, hacerla polvo”, comenta Héctor Manuel Gutiérrez Martínez, quien cultiva maíz, frijol, avena, girasol y chile en Calera, en el estado mexicano de Zacatecas.

Actualmente Héctor participa en el proyecto Aguas Firmes, a través del cual implementó agricultura de conservación en su parcela: “Tenemos dos años en el proyecto. Desde que iniciamos en él hacemos mínima labranza y dejamos los residuos de los cultivos haciendo siembra directa y tratando de ahorrar agua en nuestros procesos”.

Para Héctor los resultados son claros: “en el caso del maíz estábamos produciendo entre nueve y 10 toneladas, el año pasado subimos a 17 800; en el caso de las avenas producíamos tres toneladas y media y este año fueron cinco toneladas, así que sí se han incrementado mucho nuestros rendimientos y hemos ahorrado mucho en cuestión de diésel”.

Además del ahorro en costos de producción y el incremento de los rendimientos, los beneficios por implementar agricultura de conservación también se reflejan en un suelo más sano, con una mejor estructura y que, gracias a la cobertura con residuos de cosecha, conserva mayor humedad: “Los pozos se están secando, algunos ya se secaron y pues sí estamos batallando mucho con el agua. Hoy, afortunadamente, cualquier precipitación que tengamos se absorbe rápidamente pues el rastrojo le ayuda a que no se evapore tan rápido, le ayuda a que se mantenga mas tiempo húmedo”.

Aguas Firmes es un proyecto que desarrolla capacidades en los productores a fin de que sean ellos mismos los gestores del cambio en sus propias unidades de producción: “Nos han invitado a varias capacitaciones y nos han traído a especialistas en nutrición, sistemas de riego, plagas y otras tecnologías. Nos han mostrado lo que están haciendo en varias partes del mundo y hemos podido adoptar algunas cosas, nos han servido de mucho para ayudarnos en nuestros procesos”.

Héctor, convencido de los beneficios de realizar una agricultura sustentable, se ha convertido en un promotor de las prácticas que ha aprendido y colabora con los técnicos para desarrollar ensayos a fin de identificar las prácticas, tecnologías y variedades que más se ajustan a la zona. Así, recomienda a otros productores que “si tienen oportunidad ingresen al programa de Aguas Firmes. Hay muchos beneficios. Se aprenden muchas cosas y los técnicos están a disposición de todas las personas que quieran aprender”.

Aguas Firmes es un proyecto impulsado por AB InBev Grupo Modelo en alianza con la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), implementado por el CIMMYT y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

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Con tecnologías sustentables combaten problemas fitosanitarios en el cultivo del chile

Secado natural de chile guajillo en La Joya, Zacatecas el 02 de octubre de 2022. (Foto: Julio César González)
Secado natural de chile guajillo en La Joya, Zacatecas el 02 de octubre de 2022. (Foto: Julio César González)

En México se dice que una comida sin chile es como un día sin Sol. Este cultivo milenario, tan distintivo de la gastronomía nacional, llega a las mesas de los mexicanos gracias a productores de municipios como Calera, en Zacatecas, México, donde son cultivados junto con otras hortalizas. En este municipio zacatecano, sin embargo, existen diversas situaciones que, de un modo u otro, impactan la producción de chile.

“Además de la migración y el crecimiento de la industria manufacturera que demanda mano de obra, algo que se acentuó bastante es que en la época de cosecha de ajo (mayo-junio) coincide que va creciendo el cultivo de chile y requiere mucho deshierbe manual, pero como el ajo se paga por ‘tanto’, es decir, dependiendo de cuánto se cosecha es lo que se paga, entonces los trabajadores prefieren irse a la cosecha de ajo y se quedan las parcelas de chile llenas de hierba, algunas ya muy mal e incluso con problemas sanitarios”, comenta Julio César González, colaborador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para el proyecto Aguas Firmes.

El equipo técnico que impulsa la agricultura sustentable en el marco de Aguas Firmes trabaja en diversos frentes para ofrecer soluciones a los productores del perímetro de Calera. Por un lado, están los productores de granos que hasta hace unos años no pensaban que cultivos como el maíz fueran negocio: “El maíz no lo veían como una opción por lo poco que sacaban, que era un promedio de siete toneladas, pero se han hecho innovaciones, se ha dado acompañamiento técnico y ahora lo que se cosecha son unas 10 toneladas, e incluso algunos productores 14 o 15 toneladas por hectárea”, comenta Julio César.

Por otro lado, pero en el mismo territorio y en un mismo y complejo ecosistema agrícola, están los productores de hortalizas a quienes para atender los problemas sanitarios que recientemente se han presentado se les han ofrecido soluciones innovadoras y amigables con el medioambiente, como el uso de la microbiología, la cual se ha “impulsado bastante y con excelentes resultados, sobre todo mejorando la producción de chile que trae bastantes problemas fitosanitarios”.

“Antes llegaba la temporada de lluvias y las plantas se empezaban a morir; así, nada más de pronto. Y eso lo tomaban los agricultores como normal, decían «no pues es la época en la que la planta se muere»; y no, eso no es normal, se muere porque el suelo tiene patógenos —que pueden seguir activos a pesar de que las parcelas se dejen descansar incluso por largos periodos—, las plantas están enfermas, y entonces se sorprenden cuando les decimos que eso se puede controlar”.

“Nosotros hemos hecho uso de hongos benéficos como Trichoderma y Metarhizium, también se han usado pseudomonas y varios otros organismos que están ayudando. Hoy tenemos varios ejemplos de productores que se han atendido en el marco de este proyecto y han tenido excelentes resultados, muchos sorprendidos porque pasaron de 800 kilos de chile seco —en Zacatecas, aunque hay productores que logran hasta siete toneladas, el promedio es de alrededor de 750 kilos por hectárea— a tres toneladas”, comenta Julio César.

Por supuesto, esta tecnología no es un remedio mágico o único, sino que sus efectos son el resultado de una estrategia más amplia en cuya base está la agricultura de conservación que promueve Aguas Firmes: “durante uno de los talleres de capacitación brindados a los productores el especialista en microbiología se sorprendió del número de propágulos —estructuras con la que se propagan los hongos micorrízicos, los cuales tienen la capacidad de establecer asociaciones benéficas con las plantas— que había en el suelo de una parcela trabajada con agricultura de conservación. Se contaron cerca del doble que los suelos promedio”.

La agricultura de conservación es un sistema de producción sustentable que promueve la mínima labranza, la cobertura del suelo con rastrojos o residuos de la cosecha anterior, y la diversificación de cultivos. A partir de esta tecnología el equipo de Aguas Firmes integra otras innovaciones pertinentes para cada parcela y, junto con cada productor, se toman decisiones para mejorar el sistema de producción.

Aguas Firmes es un proyecto impulsado por AB InBev Grupo Modelo en alianza con la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), implementado por el CIMMYT y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

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Enlace 64: Mecanización agrícola sustentable

Desde el año 2019 el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) promueve la mecanización agrícola en países de Asia y África con el objetivo de aumentar la productividad agrícola y la creación de oportunidades de empleo, adaptando y adoptando innovaciones técnicas y organizativas en las cadenas de valor agroalimentarias.

Recientemente, en el marco del programa de los Centros de Innovación Verde para el Sector Agrícola y Alimentario (GIC) —que la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ, por sus siglas en alemán) ha puesto en marcha en 14 países africanos, India y Vietnam—, expertos en del CIMMYT han desarrollado un amplio trabajo sobre mecanización agrícola sostenible. Sobre estos esfuerzos da cuenta la edición 64 de la Revista EnlACe.

A través del proyecto Centros de Innovación Verde, financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania y ejecutado por la GIZ, el CIMMYT contribuye a modernizar e innovar una gran cantidad de cultivos y cadenas de valor agrícolas. Los expertos del CIMMYT asesoran y apoyan a los GIC individuales para anclar de manera sostenible las innovaciones de mecanización poscosecha y cuestiones amigables con el género, fomentar las relaciones comerciales Sur-Sur y fortalecer las estructuras de desarrollo de competencias y capacidades en ambos continentes.

El número 64 de la Revista Enlace también incluye contenidos sobre proyectos innovadores que el CIMMYT y sus colaboradores impulsan en territorio nacional, como Aguas Firmes, con Grupo Modelo y GIZ; Agriba Sustentable, con Pepsico México y Grupo Trimex; y el proyecto con Walmart Foundation que en el sur-sureste de México busca mejorar la sustentabilidad, el liderazgo comunitario y la asociatividad como base para el desarrollo de los agricultores de pequeña escala.

La edición XIV (64) de la Revista Enlace del CIMMYT está disponible en línea para su descarga gratuita en el siguiente enlace:

Revista Enlace - Edición XIV (64)
Revista Enlace – Edición XIV (64). CLIC EN LA IMAGEN PARA DESCARGAR.

Te animamos a revisar las páginas de esta revista y explorar las perspectivas y soluciones innovadoras que están impulsando la agricultura sustentable a nivel global. No dudes en compartir esta edición con colegas, amigos y todos aquellos interesados en la agricultura sustentable y el mejoramiento de cultivos. Juntos, podemos construir un futuro más sustentable. ¡Feliz lectura!

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Sembraban mucho y cosechaban poco. Hoy todo es diferente

Desarrollo de cultivo de avena en agricultura de conservación en parcela del productor Artemio Miranda en Morelos, Zacatecas el 4 de marzo de 2023. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)
Desarrollo de cultivo de avena en agricultura de conservación en parcela del productor Artemio Miranda en Morelos, Zacatecas el 4 de marzo de 2023. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)

La nivelación de los terrenos es un elemento clave para lograr un riego uniforme, particularmente en los sistemas de riego superficial. Al nivelar un terreno, se busca que el flujo del agua no erosione el suelo y que, al mismo tiempo, el líquido pueda moverse a través de los surcos.

“En el caso de nivelación tenemos la experiencia con varios productores que se animaron a realizarla, uno de ellos fue el productor Artemio Miranda, él hizo nivelación y también utilizó la sembradora neumática, la fertilizadora, realizó análisis de suelos, manejo de plagas… él adoptó prácticamente todas las tecnologías que se transfieren a través del proyecto Aguas Firmes, y la nivelación le resultó particularmente útil”, comenta Julio César González, colaborador del CIMMYT para el proyecto.

Artemio no había recibido antes un acompañamiento técnico como el que ha tenido en el marco de Aguas Firmes. Él y su padre, comenta, “sembraban mucho y cosechaban poco”, refiriéndose a que, en ciclos pasados, sus rendimientos de maíz eran de unas siete toneladas y media por hectárea, que es aproximadamente el promedio en la región. Ahora, con las innovaciones propuestas por el equipo técnico de Aguas Firmes lograron cosechar 14 toneladas por hectárea.

Monitoreo de riego en parcela del productor Artemio Miranda en Morelos, Zacatecas el 13 de enero de 2023. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)
Monitoreo de riego en parcela del productor Artemio Miranda en Morelos, Zacatecas el 13 de enero de 2023. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)

“En la parcela de Artemio había una elevación, prácticamente era como una loma o una colina; entonces le platicamos sobre la nivelación y dijo «me interesa porque ahí hay muy mal riego», y niveló, tomo la capacitación y quedo parejo el suelo”, señala Julio César, quien agrega que “cuando se nivela el suelo se nota en el cultivo, pero además de nivelar hay que dar atención puntual en lo referente a nutrición y fertilidad”.

La experiencia de Artemio ayuda a difundir los beneficios de una práctica que “no es muy común en esta zona de Zacatecas, el suelo no se nivela y los productores desconocen los beneficios, pero ahorita ya hay varias personas que lo han solicitado. Como Artemio es un productor muy conocido, su experiencia nos ha ayudado con la difusión del proyecto. Ahorita con él, de hecho, se está sembrando avena sobre residuos de maíz, es decir, bajo el sistema de agricultura de conservación, que es el eje de las prácticas que promovemos”, menciona Julio César.

Aguas Firmes es un proyecto impulsado por AB InBev Grupo Modelo en alianza con la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), implementado por el CIMMYT y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

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Agricultura sustentable y sanidad vegetal en Zacatecas

Cultivo de chile en la parcela del productor Rafael Llamas, en Calera, Zacatecas. (Foto: Julio César González)
Cultivo de chile en la parcela del productor Rafael Llamas, en Calera, Zacatecas. (Foto: Julio César González)

Zacatecas es un estado con una producción agrícola importante ―destaca en el cultivo de frijol, chile y tomate rojo― y, de hecho, está posicionado en el noveno puesto en el ranking nacional en cuanto al valor de la producción. No obstante, también es un estado que enfrenta numerosos retos asociados a la agricultura.

De acuerdo con el Seminario Agricultura Sostenible en Zacatecas ―desarrollado en 2021 por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y diversas instituciones académicas―, en la entidad es necesario transitar hacia sistemas de producción más sostenibles que permitan alcanzar una diversificación productiva y un manejo integrado de cuencas para la recarga de acuíferos como una vía para la restauración forestal, el rescate de la biodiversidad, y la recuperación de la aptitud productiva de los ecosistemas.

En este contexto de grandes retos para la producción agrícola zacatecana destaca Aguas Firmes, un proyecto impulsado por Grupo Modelo junto con la Cooperación Técnica Alemana GIZ, por encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania, implementado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

“Algo que ha impactado positivamente, que ha dado buen resultado y que ha derivado del acompañamiento técnico que se proporciona a los agricultores a través de Aguas Firmes es el uso del control biológico en hortalizas, sobre todo chile y ajo,  y eso se ha visto reflejado en mejores producciones de estos cultivos”, comenta Julio  César González, quien forma parte del equipo técnico del proyecto en Zacatecas.

En Calera una parte considerable de la superficie agrícola se siembra con hortalizas. El manejo que prevalece, en general, es uno donde “subsolean, barbechan o voltean y luego rastrean, pasan destorrenadores varias veces y prácticamente mullen el suelo, lo pulverizan completamente”, comenta Julio César, puntualizando que estas prácticas, al deteriorar los suelos, han contribuido a que crezcan los problemas de sanidad vegetal en hortalizas.

“Muchos productores invierten en fungicidas para el control de enfermedades, sobre todo en chiles. Ellos estaban acostumbrados a la aplicación de este tipo de productos y a partir de Aguas Firmes se les hizo la propuesta de hacer unos cambios porque en la zona se observan muchos problemas de sanidad que llevan a que la mayoría trate de “curar” la semilla con un fungicida, pero de todas maneras surgen problemas”, menciona Julio César.

Entre las enfermedades más comunes en la zona de Calera está el damping-off, un consorcio de enfermedades (Pythium, Rhizoctonia, Fusarium spp.) “que el productor conoce como ‘secadera’ o ‘ligamiento’ porque se ligan las plantas, se ahorcan en el tallo, se destruyen los haces vasculares ―tejidos especializados que conducen las sustancias nutritivas en las plantas― y se secan”, señala el técnico.

Cada momento del ciclo productivo tiene además riesgos sanitarios específicos. Cuando llega la canícula, por ejemplo, prolifera la cenicilla polvorienta, un patógeno en las hojas de chile que hace que se empiecen a morir las plantas: “La gente veía este problema como algo común, con resignación decían «ya llego su tiempo y ya se mueren las plantas», y lo decían como algo muy normal, pero no, lo que pasa es que esas plantas están enfermas y se pueden recuperar si se tratan adecuadamente y con anticipación”, enfatiza Julio  César.

Para hacer frente a estas problemáticas “empezamos a recomendar diversas alternativas; en el caso de la secadera productos a base de micorrizas ―asociaciones de hongos y las raíces de la planta―, tratamientos con Trichoderma―un hongo benéfico―, Azospirillum ―un género de bacterias promotoras del crecimiento vegetal― y otros organismos benéficos que han dado muy buena respuesta, se han visto mejoras: mejor calidad de la plántula y una mejor sanidad en general. De hecho, el año pasado ya fue más común ver un mayor uso de esta tecnología entre los productores del proyecto”.

En el caso de la cenicilla se han usado “caldos sulfocálcicos ―una mezcla mineral que actúa como fungicida― y algunos otros productos orgánicos que han permitido controlar el problema. Ahora vemos plantas con mayor vida, mayor llenado de frutos y al final se refleja todo en mejores rendimientos en el cultivo de chile, pero también han servido en el control de la ‘pudrición blanca’ ―una enfermedad que ataca cebollas y ajos―.  Esto ha funcionado y les ha servido, por lo tanto, han tenido mayor rentabilidad”.

Con respecto a los costos, varios de los productos alternativos descritos cuestan alrededor de 800 pesos (800 MXN). Y si bien un fungicida, de los más económicos, cuesta 700 pesos (700 MXN), se requieren “al menos tres o cuatro aplicaciones; además, matas todo, lo malo y lo bueno y, como lo primero en restablecerse son los patógenos, entonces hay que continuar aplicando y por eso la producción se encarece al aplicar fungicidas”.

Experiencias como esta muestran que las prácticas sustentables para la conservación de recursos como suelo y agua, también impactan positivamente en otros aspectos importantes de la producción agrícola, como es la sanidad vegetal, esencial para garantizar la disponibilidad de alimentos, sanos, inocuos y nutritivos para la sociedad. En este sentido, proyectos como Aguas Firmes son relevantes por promover soluciones integrales con impacto positivo más allá de las parcelas.

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Cultivos de cobertura abren la posibilidad de consolidar sistemas sustentables en Hidalgo

Polinizadores y cultivos de cobertura. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Polinizadores y cultivos de cobertura. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

En la región del altiplano del estado de Hidalgo el monocultivo de cebada es uno de los retos principales para lograr un sistema de producción sustentable en el que se propicie la biodiversidad y se den manejos menos erosivos, señala el equipo técnico del proyecto Aguas Firmes en Hidalgo, el cual promueve prácticas de agricultura sustentable para mejorar la sustentabilidad hídrica del acuífero de Apan.

De acuerdo con especialistas del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el uso de los cultivos de cobertura (individuales o mezclados) brinda un servicio medioambiental en el sistema productivo, ya sea mediante el mejoramiento de la fertilidad del suelo, el control de malezas y plagas, o el incremento de la biodiversidad. Esto representa una oportunidad para brindar soluciones que permitan lograr la sustentabilidad de los sistemas agrícolas en el altiplano cebadero y contribuir así al objetivo de Aguas Firmes en Hidalgo.

Para identificar cultivos alternativos que se adapten a las condiciones de humedad y temperatura en la zona del acuífero de Apan en el periodo de invierno, en el ciclo otoño-invierno 2021-2022 se establecieron algunas parcelas de validación. Los resultados mostraron que el ebo presentó mejor adaptación a las condiciones de poca humedad y bajas temperaturas, en comparación con los otros cultivos evaluados (canola, rábano y girasol).

Aunque aún falta evaluar el efecto de los cultivos de servicio en el rendimiento de la cebada para estar en condiciones de emitir recomendaciones puntuales a los agricultores, la identificación de cultivos de servicio adecuados para la zona es un paso fundamental en la transición hacia sistemas sustentables y rentables en esta zona de Hidalgo donde el proyecto Aguas Firmes sigue difundiendo los beneficios de adoptar sistemas como la agricultura de conservación.

Uno de los componentes de la agricultura de conservación es la diversificación de cultivos, a través de asociaciones, intercalados o rotaciones que facilitan el reciclaje de nutrientes en distintos perfiles de suelo. De igual forma permite romper ciclos de plagas y enfermedades que afectan los cultivos. De ahí la recomendación de realizar más validaciones que permitan conocer a detalle el desempeño y la adaptación de cultivos como alternativa para aumentar la productividad del territorio.

Aguas Firmes es un proyecto impulsado por Grupo Modelo en alianza con la Cooperación Técnica Alemana (GIZ), implementado por el CIMMYT y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

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Con agricultura sustentable buscan mejorar la calidad de los suelos de Calera

Optimización del riego a través del proyecto Aguas Firmes. (Foto: Julio César González / Agrocime)
Optimización del riego a través del proyecto Aguas Firmes. (Foto: Julio César González / Agrocime)

Los resultados de cerca de un centenar de análisis de suelo realizados en parcelas cercanas al acuífero de Calera, en Zacatecas, México, indican que el 90 % de los suelos agrícolas de ese perímetro son alcalinos o muy alcalinos, lo que podría hacer que los micronutrientes y otros elementos que son importantes para el desarrollo de los cultivos —como es el caso del fósforo— tuvieran baja disponibilidad.

Los suelos alcalinos son comunes en regiones áridas y semiáridas. Se trata de suelos arcillosos que, en términos generales, tienen una estructura pobre, suelen ser poco fértiles y difíciles para la agricultura porque tienen un drenaje deficiente que hace que el agua de lluvia o de riego quede retenida en la superficie —generando además una baja movilidad de los escasos nutrientes disponibles—, lo cual termina traduciéndose, frecuentemente, en una reducción del crecimiento de la planta.

De acuerdo con investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que, en el marco del proyecto Aguas Firmes están trabajando en el mapeo de la fertilidad de los suelos de los municipios que integran el perímetro del acuífero de Calera, el hecho de que la mayor parte de los suelos de ese espacio sean alcalinos plantea considerables retos para la agricultura local, pero también una gran oportunidad para la adopción de sistemas como la agricultura de conservación.

“Las prácticas de agricultura de conservación —basada en mínima labranza, cobertura del suelo y diversificación de cultivos— van a ayudar a que el agua se infiltre, porque aquí llueve poco y, cuando llueve, el agua se va; ese es el problema, que el agua no se infiltra porque la estructura del suelo ya está muy deteriorada y por eso es importante incrementar la materia orgánica que es, de alguna forma, el pegamento para que los granos de suelo se unan y hagan que el suelo tenga una estructura adecuada”, comenta Jesús Pérez Gómez, coordinador técnico del Hub Intermedio del CIMMYT.

“Nosotros trabajamos con productores de riego por goteo con agua de pozo extraída del acuífero porque la prioridad es mejorar la sustentabilidad hídrica de ese cuerpo de agua. Esto implica transformar muchas cosas. Aquí los productores riegan conforme a un rol, no hay una planeación del riego ni se consideran los requerimientos del cultivo y, como muchas veces se comparte el pozo, el productor riega porque le toca regar, ya que si no lo hace  tendría que esperar nuevamente su turno, entonces normalmente se está regando cuando todavía no se tendría que regar y se aplica mucha agua, más de lo requerido”, señala Jesús.

Con el 90 % de los suelos en el perímetro del acuífero de Calera con un pH arriba de 7.3,  el 61 % con uno de 8 a 9.1 —por lo que se consideran suelos alcalinos o muy alcalinos— y el 74 % con niveles de materia orgánica bajos y moderadamente bajos, promover prácticas de agricultura de conservación y para la optimización del riego es una prioridad.

“Esperamos contar con equipos para monitorear la humedad y temperatura a diferentes profundidades y, con esos datos, hacer recomendaciones de riego más puntuales para el productor. Por el momento lo que hemos desarrollado es un plan de riego que se hace de acuerdo con los datos climáticos de la zona y los requerimientos del cultivo”, puntualiza el coordinador técnico del Hub Intermedio del CIMMYT, institución de investigación científica que promueve la agricultura sustentable como uno de los pilares de Aguas Firmes.

Aguas Firmes es un proyecto impulsado por Grupo Modelo en alianza con la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), implementado por el CIMMYT y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

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Lo que se ve es producto de lo que no se ve

Productores implementando prácticas de agricultura sustentable en el marco del proyecto Aguas Firmes. (Foto: Hub Intermedio / CIMMYT)
Productores implementando prácticas de agricultura sustentable en el marco del proyecto Aguas Firmes. (Foto: Hub Intermedio / CIMMYT)

En un gramo de suelo hay millones de microorganismos que degradan la materia orgánica muerta, liberando sus nutrientes para que las plantas los aprovechen y crezcan. Estos microorganismos, invisibles a simple vista, constituyen la parte viva del suelo y, por ello, la frase “lo que se ve es producto de lo que no se ve” —del agricultor Alejandro Zarate— fue adecuada para que técnicos y productores del estado mexicano de Zacatecas abordaran recientemente el tema de la microbiología del suelo.

“Manejo de la microbiología del suelo en sistemas agrícolas” fue una actividad teórico-práctica desarrollada recientemente en el marco del proyecto Aguas Firmes con la finalidad de que productores de Calera, Zacatecas, comprendieran cuáles son las características y las relaciones de los organismos que habitan o están relacionados con las tierras de cultivo y que, con prácticas adecuadas, permiten hacer un manejo más efectivo y sustentable de las parcelas, conservando o incrementando la fertilidad del suelo. 

Durante la actividad, el investigador Luis Ángel Rivera López mencionó que, en tanto las principales funciones conocidas en las que intervienen los microorganismos son la disponibilidad de nutrientes, el control de fitopatógenos —microorganismos que generan enfermedades en las plantas— y la estimulación del crecimiento vegetal, lo más recomendable es trabajar en tener suelos con buenas condiciones, como un pH adecuado, incrementar la materia orgánica y reducir la labranza para que, con una mejor estructura, el suelo pueda cumplir con sus funciones de forma correcta.  

Además, “diversos microorganismos intervienen en los ciclos de algunos elementos como el nitrógeno o el fósforo —esenciales para la fertilización—. En el caso del nitrógeno, por ejemplo, intervienen las bacterias del género Azosporillum que promueven el crecimiento de las plantas; y Bradyrhizobium que fija el nitrógeno atmosférico. En el caso del fósforo intervienen géneros como Bacillus, Psudomonasentre y muchos otros que producen sustancias asociadas a la solubilización de fosfatos; es decir, que hacen que las formas de este elemento presentes en el suelo puedan ser asimiladas por las plantas”, comentó Luis Ángel Rivera. 

En el mercado hay una amplia gama de microrganismos benéficos que se pueden aplicar de forma gradual para mejorar los suelos; sin embargo, lo más recomendable es realizar primero un análisis de suelo para identificar organismos benéficos; esta es una notable herramienta para evaluar la calidad del suelo y su potencial productivo, señaló el investigador quien también guio a los participantes en la observación, mediante microscopio, de esporas de Glomus, hongo vinculado a una potencial mejoría en la nutrición de diversos cultivos. 

Aunque los microorganismos benéficos pueden estar presentes incluso en condiciones adversas —como en suelos salinos—, es fundamental mejorar esas condiciones, enfatizó Rivera López, reiterando que los suelos con alta diversidad y abundancia en microorganismos son menos susceptibles a la degradación e incidencia de plagas y enfermedades en las plantas, por lo que este tipo de capacitaciones que ofrece Aguas Firmes son importantes. 

Aguas Firmes es un proyecto impulsado por Grupo Modelo en alianza con la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), implementado por el CIMMYT y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

¿Quieres saber más de Aguas Firmes? Visita el sitio web para más información: https://www.aguasfirmesgrupomodelo.com/es