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¿Asociatividad?, ¿para qué?

Magdalena Peñasco, Oax.- Los pequeños productores agrícolas de Oaxaca enfrentan diversos retos para acceder a mercados. Para algunos, incluso, esa idea no les ha cruzado por la mente debido a que su producción está dedicada al autoconsumo (en ocasiones con dificultades). Las mermas en la cosecha ―sobre todo durante el almacenamiento―, y la fragmentación y dispersión de sus terrenos de cultivo son otros factores que limitan su acceso al mercado y a servicios financieros.

Además, en cada comunidad la situación es diferente. En algunas localidades las formas de organización tradicional son propicias para impulsar la asociatividad, pero en otras es necesario trabajar desde los cimientos del tejido social (además de la promoción de las prácticas sustentables en sus parcelas para que puedan tener ahorros en sus costos de producción, cultivos diversificados, etcétera).

Cuando los pequeños productores se organizan pueden crear, fortalecer o formalizar sus asociaciones u organizaciones para facilitarse los procesos de compras, inhibir el intermediarismo, reforzar acciones de poscosecha, disminuir las pérdidas, darle valor agregado a su producción y ―en general― ayudar a mejorar la economía de sus familias.

Como parte del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ ―que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)― se promueven talleres de asociatividad en el medio rural.

En la localidad Ignacio Zaragoza, municipio de Magdalena Peñasco, Oaxaca, por ejemplo, se realizó un primer encuentro con un grupo semi organizado de productores de maíz, frijol y jitomate (productores indígenas de la región Mixteca). El encuentro fue organizado por la Sociedad Ñuu Kuiñi Pueblo de Tigre SPR de RI ―colaborador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Oaxaca― y el Hub Pacífico Sur del CIMMYT.

Al final del encuentro y las dinámicas de trabajo en equipo desarrolladas, los miembros del grupo manifestaron que ante las circunstancias actuales es importante organizarse para obtener los beneficios de apoyarse entre todos. Para lograr esto ―concluyeron― se debe aprender a tomar decisiones en conjunto.

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En Guanajuato crece la demanda de maquinaria climáticamente inteligente

Celaya, Gto.- El programa MasAgro Guanajuato —de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— impulsa la adopción de técnicas sustentables que permiten reducir costos de producción y aumentar los rendimientos; en el caso de maíz híbrido y sorgo, estos han sido de alrededor de 1 tonelada por hectárea.

Entre las prácticas que han permitido tener estos avances está la mínima labranza o mínimo movimiento del suelo. La maquinaria especializada en Agricultura Sustentable es muy útil en este proceso, por lo que la demanda de servicios profesionales de mecanización climáticamente inteligente y sustentable ha ido en aumento en los años recientes.

MasAgro Guanajuato impulsa el desarrollo local a través de colaboraciones estratégicas para el codiseño de maquinaria. También desarrolla una estrategia para impulsar a microempresas locales dedicadas a la prestación de servicios profesionales de mecanización. Los puntos de maquinaria son el resultado de esta articulación de esfuerzos; ahí los productores pueden disponer de la maquinaria adecuada para realizar Agricultura Sustentable y además pueden capacitarse.

A través de MasAgro Guanajuato se han establecido cinco puntos de maquinaria en el estado para dar certeza en la adopción de tecnologías innovadoras en las diferentes regiones. De acuerdo con un análisis de impactos directos en su operación, la tendencia en la demanda de servicios profesionales de mecanización ha sido exponencial durante los últimos cinco años (gráfica 1).

A pesar de las dificultades por la pandemia derivada del COVID-19, la buena recepción de la maquinaria para desarrollar Agricultura Sustentable ha sido tal que, de enero a marzo de este año —por ejemplo—, se atendieron 2,257 hectáreas mediante estos puntos de maquinaria, una cifra significativamente superior en comparación con el mismo trimestre de los dos años previos.

Producto de este impacto positivo, recientemente los ayuntamientos participantes en MasAgro Guanajuato están considerando incrementar la inversión en maquinaria especializada en el manejo de rastrojo. La meta es reducir 50% el consumo de combustible con el uso de maquinaria climáticamente inteligente, y para eso se busca incrementar, consolidar y ampliar la estrategia de los puntos de maquinaria. El municipio de Celaya, por ejemplo, busca impactar en 20,000 hectáreas con ocho puntos de maquinaria adicionales.

Gráfica 1. Registros de impacto directo de los cinco puntos de maquinaria en los últimos cinco años (aunque el año 2020 no ha concluido, el impacto ha sido mayor).

 

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INIFAP-CIMMYT, ciencia colaborativa para el campo mexicano

Texcoco, Edo. Méx.- Este año se conmemora el 35 aniversario de la fundación del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), institución que —desde la conformación del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), antecedente directo del actual instituto— ha estado, y está, estrechamente vinculada con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Como ejemplo reciente de los resultados de la colaboración científica entre estas dos instituciones, destaca que el año pasado lograron identificar 24 líneas de alto potencial para el mercado nacional de trigo.

Cada uno con metas y un papel específico dentro del escenario nacional, el INIFAP y el CIMMYT son un claro ejemplo de cómo la ciencia coloborativa y la articulación de esfuerzos pueden sumar conocimientos y capacidades para aterrizarlos en un país heterogéneo que requiere una particular atención a sus sistemas y modelos de producción para poder incrementar sus rendimientos e ingresos y también mantener sus costumbres. Hoy la vinculación entre ambas instituciones es clave para dar atención a los productores mexicanos en la pospandemia.

El programa MasAgro ha sido el escenario principal, aunque no el único, para la sinergia entre el INIFAP y el CIMMYT. A través de él, ambas instituciones promueven prácticas agrícolas sustentables que han permitido a productoras y productores de México lograr mejores cosechas; producir alimentos nutritivos, sanos y variados; reducir el impacto ambiental; aumentar la diversidad de los agroecosistemas; reducir sus costos de producción; mejorar su seguridad alimentaria mediante tecnologías poscosecha; vincularse a mercados; y ―en general― ser resilientes ante contextos adversos.

En abril pasado ―en el marco de la reunión del Consejo Directivo Internacional del CIMMYT― el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), el doctor Víctor Villalobos Arámbula, expresó la importancia de esta colaboración y el inicio de una nueva etapa entre estas instituciones para desarrollar esquemas productivos que tengan un importante impacto en México y el resto del mundo.

Conjuntamente, el INIFAP y el CIMMYT han desarrollado una extensa serie de estudios sobre fertilidad integral, Manejo Agroecológico de Plagas, conservación de suelos y Agricultura de Conservación, entre otros, que se han llevado a cabo en diferentes regiones y en diversos estados, como Sonora, San Luis Potosí, Chiapas, Oaxaca, Morelos, Campeche, Quintana Roo y Yucatán.

El INIFAP cuenta con alrededor de 900 investigadores de alto nivel científico y posee seis Centros Nacionales de Investigación Disciplinaria, ocho Centros de Investigación Regional, 77 campos y sitios experimentales, 42 laboratorios y 67 bancos de germoplasma. Además, participa en diversos programas e iniciativas del Gobierno de México, como Fertilizantes, Sembrando Vida y Producción para el Bienestar, así como Maíz para México, Frijol para México y Cultivos para México ―liderados por la SADER―, que constituyen un hito en la historia del país en términos de seguridad y soberanía alimentaria a corto plazo y hacia el año 2030.

La relación INIFAP-CIMMYT deriva en ciencia aplicada al campo, favorece directamente a los productores y ―en suma― se trata de una vinculación que va más allá de lo meramente interinstitucional. Es un gran esfuerzo conjunto en el que la investigación, la ciencia y el conocimiento constituyen un paso adelante y central para un desarrollo integral sustentable que permita acompañar a todos los sectores productivos ―en especial a los más vulnerables― y alimentar a todo México y el mundo.

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Crece La Esperanza con la diversificación de cultivos

Matamoros, Coah.- Productores de la Unidad Agrícola Familiar La Esperanza, en la región Comarca Lagunera, ahora cultivan una mayor variedad de productos agrícolas y producen más forraje con la adopción de prácticas sustentables.

Los integrantes de esta unidad de producción se incorporaron hace cinco años a MasAgro, programa que operan de forma conjunta la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). El propósito del programa es mejorar la productividad agrícola y proteger los recursos naturales del campo en beneficio de las comunidades rurales.

Una de las prácticas que los productores han hecho suyas es la diversificación de cultivos, que es uno de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación. Ahora, en lugar de hacer monocultivo de maíz (práctica común en la región), siembran melón y sandía en rotación con maíz forrajero. Además del beneficio que implica cultivar esas frutas, en las áreas donde las sembraron aumentó 17% el rendimiento de forraje, pasando de 45 a 53 toneladas por hectárea. Este fue uno de los logros del ciclo primavera-verano 2018.

Gracias al acompañamiento técnico de MasAgro, los productores también han adoptado el uso de feromonas para el control del gusano cogollero, lo cual permite reducir la aplicación de agentes químicos para el control de plagas. Además, ahora inoculan la semilla de maíz forrajero; esto hace posible que las plantas desarrollen un sistema de raíces más eficiente e incluso que se logre un incremento de los rendimientos.

Otra buena práctica, de adopción reciente en la Unidad Agrícola Familiar La Esperanza, es la nivelación de parcelas con un dispositivo láser. Un suelo nivelado permite hacer más eficaz el riego y evitar el desperdicio de agua. Cabe mencionar que los productores tuvieron acceso a esta tecnología en 2019 a través de un programa de la Secretaría de Desarrollo Rural del Gobierno de Coahuila. La mejora en el riego permitió la plantación de árboles de higo y nuez, cultivos altamente rentables por su demanda y el precio que alcanzan en el mercado local.

En La Esperanza los resultados son claros. La diversificación de cultivos amplía las opciones de producción agrícola, incrementa la rentabilidad de la unidad de producción familiar y protege el medioambiente.

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Localidad de Querétaro implementa Agricultura Sustentable en 40% de sus parcelas

En Santa Rosa Xajay, perteneciente al municipio de San Juan del Río, Querétaro, han comenzado los trabajos de acondicionamiento de suelo para la siembra de maíz y frijol de temporal para el ciclo primavera-verano 2020. Este hecho sería algo rutinario si no fuera por la histórica cantidad de parcelas que lo están haciendo mediante prácticas de Agricultura Sustentable.

A través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, los técnicos de Sustentabilidad Agropecuaria de Querétaro (SAQ) han establecido módulos (parcelas demostrativas) en diferentes lugares estratégicos. Los productores asisten a estos módulos a capacitaciones y recorridos para conocer de cerca las diferentes prácticas sustentables que pueden implementar en sus parcelas como una opción para resolver diversas problemáticas que se presentan para la agricultura en la zona.

En Santa Rosa Xajay la promoción de la Agricultura Sustentable inició hace algunos años con pocos productores. Aunque al inicio era más difícil que se animaran a adoptar nuevas prácticas, los resultados los fueron convenciendo, particularmente porque las prácticas para la captación de agua de lluvia —como el manejo del rastrojo, la reformación de surcos y la rotura vertical— distinguen a las parcelas que implementan prácticas sustentables, haciéndolas productivas incluso en años secos.

Los dos últimos años, por ejemplo, las lluvias han sido de apenas 280 y 180 milímetros (mm), respectivamente, cuando la precipitación media del estado es de 570 mm anuales. Con las prácticas de Agricultura de Conservación que se han implementado, los productores han visto buenos resultados, tantos que este año 40% de las parcelas de la localidad —una superficie aproximada de 900 hectáreas— ya fueron acondicionadas con ese sistema de producción, cuyos componentes básicos son la mínima labranza, la cobertura del suelo y la diversificación de cultivos.

Con este avance en la adopción de prácticas sustentables, resalta el papel de los productores que deciden innovar, pues al ver los resultados, sus vecinos comienzan a implementar nuevas prácticas apoyándose en ellos, lo cual habla de que las prácticas sustentables que se promueven son útiles y funcionales para los productores.

Se espera que más productores sigan adoptando prácticas sustentables, no solo para cosechar agua, sino también para disminuir la erosión de sus tierras, reducir el impacto ambiental y lograr mejores cosechas en sus unidades familiares.

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Mejoradores de suelo, una alternativa para aumentar el rendimiento del maíz

Epitacio Huerta, Mich.- La producción de granos en la región oriente del estado de Michoacán presenta una serie de problemáticas asociadas a la poca fertilidad de los suelos. Se han identificado suelos pobres en materia orgánica, con bajo contenido de potasio, fósforo, boro, zinc y calcio.

En gran parte de la región se han encontrado suelos con pH entre 4.7 y 5.5, los cuales se consideran suelos ácidos que dan como resultado un bajo desarrollo del cultivo de maíz y poca productividad, gracias a la baja cantidad y calidad de las raíces (lo cual limita el aprovechamiento y la disponibilidad de nutrientes para la planta).

Debido a esta situación, se realizó un muestreo de suelos en los municipios Epitacio Huerta y Contepec, ubicados en la zona oriente del estado de Michoacán. Con los resultados se desarrollaron alternativas para usar fuentes adecuadas de fertilización y mejoradores de suelo, a fin de corregir la acidez mediante el uso de carbonato de calcio (presente en la cal agrícola).

También se analizaron las diferentes fuentes de carbonato de calcio disponibles para la región y se identificó que la de mejor calidad es aquella cuyo poder relativo de neutralización total (PRNT, el cual indica qué porcentaje de la cal es capaz de reaccionar en un lapso de tres meses) está entre 80 y 98%, con un tamaño de partícula de malla (fineza de las partículas de cal que determina su velocidad de reacción, ya que conforme se reduce su tamaño, aumenta el área superficial de contacto) de 325/0.05 mm.

Con los resultados obtenidos del muestreo de suelos, el equipo técnico de SPIIGA que colabora con el Hub Bajío —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— en el programa MasAgro (de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT) capacitó a productores de Epitacio Huerta y Contepec en la importancia y las alternativas para mejorar el pH del suelo.

Cabe destacar que, gracias a un esfuerzo de difusión y para aumentar la producción agrícola de la zona, durante el ciclo 2019 e inicios del 2020 se logró que 170 productores se organizaran para comprar 375 toneladas de carbonato de calcio para 180 hectáreas (de acuerdo con las necesidades de los predios y las posibilidades de los productores).

Las primeras evaluaciones realizadas en los módulos y las áreas de extensión (parcelas demostrativas y parcelas donde se adoptan prácticas sustentables, respectivamente) de productores que participan en MasAgro en la zona han reportado resultados positivos en el aumento de la producción de maíz (entre 0.5 y 3 t/ha) gracias al uso de carbonato de calcio como mejorador de suelo.

Las acciones promovidas a través de SPIIGA y el Hub Bajío en la región oriente de Michoacán han permitido a los productores tener alternativas viables para mejorar sus sistemas de producción y ver beneficios a corto plazo con la implementación de prácticas sustentables, como los análisis de suelos, que son fundamentales para la toma de decisiones.

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Las leguminosas del pueblo mixe: alimentación, identidad e innovación

El pueblo mixe (ayuukjä’äy) —de Oaxaca— posee una cultura rica y distintiva. Su organización social, sincretismo cultural, música y gastronomía son característicos, así como su lengua (ayuuk) y su milpa, cuyos productos —particularmente el frijol— forman parte de su identidad y sus manifestaciones culturales.

Preparado en tamales, el frijol es el acompañante indispensable del caldo mixe, un aromático y tradicional platillo que se consume en fiestas patronales y ocasiones especiales. También en la alimentación cotidiana es fundamental: con el grano seco se elaboran el “frijol en amarillo”, la pasta de frijol para la infaltable tortilla embarrada y el frijol caldoso (que es uno de los platillos comunes en la zona).

La ingesta de frijol es una forma de completar la calidad proteica de una dieta basada en maíz, ya que su proteína es deficiente en lisina y triptófano y el frijol contiene una cantidad de lisina suficiente para compensar esto.

En la región mixe se cultivan diversos frijoles en el sistema milpa, como el ‘Frijol Gordo’ (Phaseolus dumosus), que posee flores blancas, vainas de color claro (algunas moradas) y granos gruesos de color negro con un “hilo” blanco que resalta en donde sale la raíz; esta variedad se siembra entre febrero y abril, de acuerdo con la altitud del lugar. Este frijol también se aprovecha en ejotes, que son incorporados en diversos guisos.

Otra variedad importante en la región es el ‘Ayocote’ (Phaseolus coccineus), cultivado principalmente para obtener granos secos (morados, cafés, rojos y pintos, según la región), ya que sus ejotes son correosos. A pesar de que contribuye a la fertilización natural del suelo, ya son pocos los productores que lo conservan debido a que se desarrolla como enredadera y tiende a tumbar las plantas de maíz por su abundante follaje.

Además de estos frijoles, hay otra leguminosa que comúnmente se establece en la región mixe: el chícharo. Este se siembra en septiembre como cultivo de invierno porque es resistente a las heladas y se desarrolla bien con la humedad residual; se consume hervido o en guisos, tamales y las típicas empanadas de chícharo de la región.

A pesar de la diversidad de cultivos que hay, los rendimientos no siempre son adecuados: en ocasiones, apenas alcanzan a cubrir el autoconsumo familiar. Existen muchos factores que contribuyen a esta situación, entre ellos que en la zona predominan los terrenos con pendientes pronunciadas, lo cual —junto con la remoción continua del suelo— favorece la erosión por viento o lluvia.

También existen otros factores, como las lluvias irregulares que se han presentado en ciclos recientes —manifestación del cambio climático— y fechas de siembra que no aprovechan todo el potencial de los cultivos (en algunos casos, los terrenos quedan en desuso por meses, y en otros, las milpas se dejan de cultivar por años, pues existe una tendencia al monocultivo de frijol, probablemente porque no demanda tanta mano de obra).

Para que los productores aprovechen todos los beneficios de la diversificación de cultivos, la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas SC (AMDSL) —a través del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— promueve innovaciones sustentables que además permiten preservar la agrobiodiversidad del sistema milpa.

Se han establecido barreras vivas (plantas que se colocan perpendiculares a la pendiente) para evitar la pérdida de suelo y se han recorrido las fechas de siembra para aprovechar terrenos en desuso, evitar malezas, utilizar mejor la humedad y brindar cobertura al suelo. También se ha mantenido el rastrojo, evitado la remoción continua del suelo y fortalecido la diversificación de cultivos (Agricultura de Conservación).

Con estas innovaciones, también se fortalece la seguridad alimentaria; se incrementa el rendimiento de los cultivos; se reducen los costos de producción; y se potencian los beneficios de las leguminosas para mejorar los suelos (son un abono verde con grandes aportes de biomasa y la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico) y para que sigan siendo parte de la identidad, alimentación y cultura del pueblo mixe.

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Una década produciendo trigo con Agricultura de Conservación

Valle del Yaqui, Son.- Nacido en la colonia Irrigación (hoy municipio Benito Juárez) en 1951, Carlos Preciado Moreno cuenta con más de 35 años de experiencia en la agricultura y lleva casi una década produciendo trigos harineros y cristalinos con Agricultura de Conservación. Además, en Villa Juárez es uno de los promotores más importantes de las prácticas agrícolas sustentables y uno de los productores con mayor experiencia en este tipo de agricultura.

El señor Carlos ha incursionado en el cultivo de maíz, trigo, sorgo y cártamo, aprovechando con gran éxito los residuos de cosecha del cultivo anterior. Los ahorros que ha tenido aplicando este componente básico de la Agricultura de Conservación —la cobertura del suelo— le han permitido comprar maquinaria especializada para la siembra de trigo y granos grandes, como el de maíz.

Buscando mantener la fertilidad y la estructura de sus suelos en excelentes condiciones, este productor también construyó un lombricario para obtener humus y lixiviados de lombriz que utiliza año tras año en sus terrenos. Su familia se encarga directamente de mantener el lombricario en condiciones de sanidad adecuadas para obtener una lombricomposta de calidad.

La combinación de prácticas de Agricultura de Conservación (como la cobertura total del suelo con rastrojo) y la utilización de lombricomposta por varios años le han brindado al productor buenos resultados en sus suelos, disminuyendo la erosión eólica e hídrica y la compactación del horizonte de siembra y, al mismo tiempo, incrementando la vida microbiana benéfica.

Durante los años que lleva practicando Agricultura de Conservación, su producción de granos se ha mantenido con buenos rendimientos, aun ante los embates de la variación climática que la región ha padecido en años recientes.

Carlos Preciado cuenta con la experiencia de producir trigo en grandes superficies (que van de las 300 a las 400 hectáreas) tanto con labranza convencional como con Agricultura de Conservación, lo cual le ha permitido comparar ambos sistemas. Al respecto, menciona que la Agricultura de Conservación le ha permitido obtener buenos resultados y ahorrar en costos de producción.

Con respecto a los rendimientos, el productor comenta que con Agricultura de Conservación eran ligeramente menores (entre 100 y 150 kilos) que con labranza convencional durante los primeros años, pero fueron iguales o mejores a partir del segundo año, con la ventaja adicional de que desde un inicio le permitió reducir sus costos de producción.

Las recientes alzas en los precios de los insumos para la agricultura (como diésel, agua y fertilizantes), así como el aumento en los costos de la mano de obra y las operaciones de maquinaria —y desde luego las variaciones en los precios de los granos—, han convencido a Carlos Preciado de que la Agricultura de Conservación es una de las prácticas agrícolas más pertinentes para mantener la rentabilidad, cuidar los recursos naturales y permanecer competitivos en el mercado.

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Regenerar los suelos hace más rentable la agricultura

Benito Juárez, Son.- En muchos sentidos, el Valle del Yaqui, en Sonora, es un punto de referencia para la agricultura a nivel nacional e internacional. Sin embargo, su transformación a un sistema comercial de alta tecnificación muestra, desde hace algún tiempo, signos de que es necesario transitar hacia modelos de producción más sustentables. 

Durante años, los altos costos de producción debido a la máxima labranza, las malas prácticas de fertilización y la poca eficiencia en el manejo de agua a nivel parcela han sido una de las principales problemáticas en la zona, misma que se refleja en parcelas con bajas cantidades de materia orgánica, baja capacidad de retención de agua, baja disponibilidad de los nutrientes y pérdida de suelo por el excesivo laboreo.

Ante este contexto —donde para producir trigo harinero sin aplicar prácticas regenerativas los agricultores tienen que asumir costos de producción muy elevados— el Grupo Bimbo, con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), impulsa el proyecto Trigo Regenerativo BIMBO.

A este proyecto de Grupo Bimbo y el CIMMYT se han sumado productores que se han convencido de la importancia de hacer una Agricultura Regenerativa. Martín Ángel María Barceló Morales es uno de ellos y por esa razón aceptó que en una sección de su parcela se implementaran prácticas agrícolas innovadoras y sustentables, para compararlas, lado a lado, con las prácticas que convencionalmente se realizan en la zona. 

Para identificar las prácticas regenerativas más adecuadas y viables que se pudieran implementar en la parcela de Martín, el equipo técnico del proyecto primero visitó su parcela y realizó un diagnóstico. Como Martín ya realizaba algunas prácticas de Agricultura de Conservación, se identificaron los pasos de maquinaria clave para la preparación del suelo y para manejar adecuadamente el rastrojo, que es un elemento clave para conservar humedad y proteger al suelo de la erosión.

En la parcela del productor también se realizó fertilización fraccionada, de donde el 30% del total de la fertilización se aplicó al momento de la siembra junto con la semilla y el 70% en el primer riego de auxilio. Esto ayudó a que Martín aumentara la eficiencia en el uso de los fertilizantes nitrogenados y fertilizara en el suelo en el momento que las plantas demandan mayor cantidad de nitrógeno, fertilizante que no solo es uno de los que más eleva los costos de producción, sino también uno de los que tiene mayor potencial contaminante si su aplicación es inadecuada. 

Con respecto a las prácticas de optimización de agua se ha buscado aumentar la materia orgánica en el suelo para mejorar la capacidad de retención de humedad, así como recortar las tiradas a un máximo de 350 metros para reducir pérdidas y mejorar la eficiencia de los riegos.

Con todas estas acciones Martín ha logrado reducir los pasos de maquinaria —pasando de ocho a solo tres—, ahorrar hasta $5,000 en costos y avanzar en la regeneración de sus suelos: la materia orgánica ha pasado de 0.7% a 1.8% y, al mejorar la cobertura del suelo para retención de humedad, se ha disminuido también la erosión y se ha mejorado la estructura física del suelo.

Con estos resultados, y con una expectativa de rendimiento de 7.8 toneladas por hectárea —cuando el promedio regional es de solo 6.5—, este productor comenta que en esta parcela transitará totalmente al sistema de Agricultura de Conservación. Menciona que de igual forma lo hará en otras parcelas con las que trabaja ya que además en una de ellas cuenta con dos años de experiencia obteniendo rendimientos de ocho toneladas por hectárea con prácticas sustentables. 

Con la convicción de seguir haciendo prácticas regenerativas del suelo, el productor buscará ahora reducir a un solo paso la preparación del suelo mediante la reformación de camas permanentes, aplicar la fertilización con base al diagnóstico con GreenSeeker® e imágenes espectrales de drones, así como fertilización en banda inyectado al suelo, entre otras. 

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El camote, más que un dulce

El camote (Ipomoea batatas) es una especie de la familia Convolvulaceae (un extenso grupo de plantas trepadoras) valorada desde la antigüedad por sus raíces comestibles de alto contenido nutricional. En México se siembran variedades de camote con pulpa blanca, amarilla, anaranjada, rojiza o púrpura, y se producen tanto en condiciones de riego como de temporal; la producción es destinada principalmente al mercado nacional o para autoconsumo. Se estima que en el país se siembran cerca de 3,000 hectáreas con esta planta y se cosechan alrededor de 50,000 toneladas al año (Basurto et al., 2015).

Se aprovecha básicamente como un alimento complementario y puede ser de gran importancia local en las regiones en que se cultiva, donde representa tanto un ingreso económico como una fuente de alimento para los productores. El camote posee un contenido nutrimental similar al de la papa y es fuente considerable de calcio y potasio; además, contiene vitaminas y minerales. A pesar esto, comparativamente con otros alimentos, su consumo es escaso y —aunque en algunas zonas del país es parte de los alimentos salados— generalmente se prepara más en dulce.

Por lo anterior —y derivado de las acciones de colaboración con el Hub Pacífico Sur, del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se estableció un área de extensión (parcelas donde los productores adoptan innovaciones sustentables ya validadas para su región) con el productor Anastasio Martínez Jijón en la comunidad El Encierro, Pochutla, en la región Costa de Oaxaca. La finalidad es evaluar cultivos alternativos con valor económico de la región que permitan una diversificación de cultivos, así como una fuente de ingresos.

Ya que el camote se propaga fácilmente y tiene pocos requerimientos de insumos y la cualidad de crecer bajo altas temperaturas, es una excelente alternativa de cultivo para las condiciones de clima y suelo que prevalecen en la zona. Al diversificar con esta u otras especies adecuadas, se contribuye a interrumpir los ciclos de vida de las plagas y enfermedades y se permite balancear la producción de residuos y distribuir de manera adecuada los nutrientes en el suelo, haciendo posible la aireación y la descompactación de este de una manera natural.

Estas acciones forman parte del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, impulsado por Walmart Foundation y el CIMMYT. Si deseas conocer más sobre los beneficios de la diversificación de cultivos y el proyecto, suscríbete a este boletín o síguenos a través de nuestras redes sociales usando el hashtag #DiversificaNutreVincula.

 

Fuentes:

Basurto, F., Martínez, D., Rodríguez, T., Evangelista, V., Mendoza, M., Castro, D., González, J. C. y Vaylón, V. (2015). Conocimiento actual del cultivo de camote (Ipomoea batatas (L.) Lam.) en México. Agroproductividad 8(1), 30-34.