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El maíz frente al costo de los insumos

El año pasado el precio internacional del maíz alcanzó cifras históricas debido, entre otros factores, a los reducidos inventarios del grano en Estados Unidos, los efectos de los fenómenos climatológicos como La Niña en Sudamérica y, sobre todo, el incremento exponencial de las importaciones de maíz por parte de China para alimentar a su ganado.

2022 plantea un escenario complejo para los granos básicos. De acuerdo con estimaciones más recientes de la FAO (publicadas el 3 de febrero), se prevé que Argentina y Brasil siembren una superficie récord de maíz precisamente por los elevados precios de los cereales. También se prevé un incremento de las existencias de maíz en Estados Unidos y una nueva acumulación de reservas en China, país que estaría disminuyendo su demanda de maíz debido a un aumento de las importaciones de otros cereales forrajeros.

En México “la cadena alimentaria está transitando por retos de transformación después de la pandemia. No queremos que se genere una pandemia de hambruna, por lo cual tendremos que afrontar las alzas en los costos de producción. Vemos que han aumentado notablemente los costos de los combustibles, lo cual va a aumentar los costos de producción y transporte, pero particularmente los costos de los fertilizantes”, señaló el doctor Bram Govaerts, Director General del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), durante la presentación de las “Perspectivas Agroalimentarias 2022”, foro organizado por el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA). 

Adicionalmente, “también se avecina una situación compleja por potenciales sequías derivadas del fenómeno de la Niña que hacia la primavera podría repercutir tanto en los productores de temporal como los de riego, quienes tendrán que ahorrar agua para producir más grano por gota”, señaló el doctor Bram Govaerts. 

De acuerdo con el director general del CIMMYT, este entorno complejo también representa oportunidades: “Tenemos prácticas probadas en México que pueden reducir el consumo de agua hasta en 50%, prácticas validadas científicamente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y para reducir los costos de producción. Tenemos la oportunidad de ser un ejemplo de cómo la producción sustentable puede dar un valor agregado a la industria y a los consumidores”. 

Como ejemplo de la utilidad de implementar prácticas sustentables está el uso del rastrojo como cobertura del suelo. Mientras que al quemar el rastrojo se desaprovechan nutrientes que después es necesario incorporar como fertilizantes (que se tienen que comprar), al mantener el suelo cubierto con estos residuos agrícolas los productores pueden tener ahorros significativos mientras reducen la dependencia hacia algunos insumos. Si deseas saber cuánto valen los rastrojos te invitamos a ver este video, cortesía del Hub Chiapas del CIMMYT, sobre la importancia y manejo de los rastrojos. 

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Cómo el trigo volvió a ser rentable en esta comunidad

Los fertilizantes son un elemento indispensable en la producción de granos, pero sus altos costos han sido un obstáculo para muchos agricultores que cultivan de forma convencional ya que, además del costo de los fertilizantes, su aplicación implica el pago de mano de obra y maquinaria. Estas condiciones han hecho que para muchos productores guanajuatenses la siembra para el ciclo otoño-invierno no fuera costeable y, de hecho, actualmente es posible observar muchas parcelas sin sembrar.

La Agricultura de Conservación que promueve el equipo técnico de MasAgro Guanajuato es una alternativa para reducir costos de producción y, adicionalmente, cuidar el ambiente al hacer mejor uso de los recursos naturales, particularmente suelo y agua. Se trata de un sistema de producción sustentable cuyos componentes básicos son la cobertura del suelo con rastrojo, la diversificación de cultivos y la mínima labranza. 

Este sistema está siendo promovido en diversas localidades, como en Providencia de Pérez, Colonia Morelos, Guadalupe de Rivera y Purísima de Covarrubias, en Irapuato, donde se desarrollan acciones formativas directas con 15 productores que trabajan en terrenos con régimen de riego con pozo profundo. 

Aunque podría parecer un número pequeño, estos 15 productores de Irapuato que han decidido darle una oportunidad a las innovaciones agrícolas son clave para que un mayor número de productores de ese municipio adopte el sistema.

En la comunidad de Valencianita, por ejemplo, se establecieron parcelas demostrativas de la mano de los productores Enrique Bernal y Margarito Gutiérrez, quienes son ya una referencia local de que el trigo con Agricultura de Conservación sí puede volver a ser una actividad económicamente rentable y atractiva.

Lo anterior es relevante porque, años atrás, el cultivo de trigo era una actividad prioritaria en Valencianita; sin embargo, al hacerlo de forma convencional, con prácticas poco adecuadas, los costos de producción y la baja productividad la volvieron poco rentable. Afortunadamente esto puede cambiar si un mayor número de productores le brinda una oportunidad a la Agricultura de Conservación. 

De acuerdo con Arturo Buenavista, agente técnico de MasAgro Guanajuato, “el que los productores dejen el 100% del rastrojo como cobertura del suelo favorece la retención de humedad y reduce de manera significativa la presencia de malezas. Así, el productor evita el gasto en la compra y aplicación de herbicidas y, de paso, cuida el medioambiente y eso beneficia a toda la sociedad”. 

Los productores que deseen reducir sus costos de producción sin afectar los rendimientos y probar, en general, los diversos beneficios de la Agricultura Sustentable, pueden ponerse en contacto con los agentes técnicos del programa, quienes además les podrán asesorar para realizar adecuadamente una fertilización enterrada que les permitirá alcanzar hasta un 60% de aprovechamiento del fertilizante, hecho que debido a los costos actuales resulta una práctica estratégica.

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Buscan mejores variedades de maíz para la Meseta Purépecha

La Meseta Purépecha es una de las cuatro regiones del estado de Michoacán, es una región boscosa,  rica en recursos naturales, con un gran número de especies nativas y extensa biodiversidad. Además, tiene una fuerte presencia de la comunidad purépecha que se dedica principalmente a la agricultura, pero que enfrenta diversas dificultades, como presencia de plagas y bajos rendimientos. 

Para atender las necesidades de los productores de esta región, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores en Michoacán han instalado tres módulos, es decir, espacios donde se comparan las prácticas sustentables propuestas y las prácticas convencionales que prevalecen en la región.

Uno de los módulos es también una vitrina de maíces híbridos para Valles Altos —región de la Mesa Central (antes Altiplano Central) situada entre los 2,200 y 2,600 metros sobre el nivel del mar—. Las evaluaciones en este espacio buscan identificar los materiales más adaptables para la zona a fin de obtener mejores rendimientos.

Hasta ahora, y dada la recurrente presencia de siniestros provocados por fenómenos climatológicos como las heladas, estas variedades han mostrado ser susceptibles a plagas y enfermedades, pero cuentan con mucha tolerancia al acame —doblez o inclinación que sufre el tallo de las plantas—. 

En los otros dos módulos restantes —ubicados en Turícuaro, municipio de Nahuatzen y Cheranástico, municipio de Paracho, respectivamente— se sembraron materiales precoces y con adaptación a distintos ambientes bajo condiciones de temporal. La variedad H-40 (gráfica 1), un maíz precoz, tolerante a la sequía, con porte bajo y resistente al acame ha destacado también por sus rendimientos y sería una opción muy viable para hacerle frente a los cambios drásticos de temperatura frecuentes en la región, como las heladas.

Los productores que acudieron a la demostración de resultados en días pasados se mostraron interesados en probar los nuevos materiales y también en la recomendación de acompañar su sistema de producción de granos básicos con la siembra de leguminosas como el frijol, haba, garbanzo y grass pea. 

Lo anterior es importante porque, junto a la simbiosis con algunas bacterias del suelo, las leguminosas pueden transformar el nitrógeno atmosférico en un nitrógeno asimilable para cultivos como el maíz. Además, cumplen un papel importante en el manejo de diversidad funcional, atrayendo insectos benéficos muy necesarios para lograr un manejo agroecológico de plagas. 

Gráfica 1. Rendimientos obtenidos en la vitrina de Uanajchukuni de Turícuaro, municipio de Nahuatzen, Michoacán.

 

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Con estas prácticas el uso de agua para cultivar cebada es hasta 40% menor

Texcoco, Edo. Méx.- Actualmente México es el mayor exportador de cerveza y el segundo mayor importador de malta de cebada en el mundo. La cebada en México se produce principalmente en agricultura de regadío en la región de El Bajío. De hecho, en Guanajuato el 69% del agua utilizada para riego proviene principalmente de acuíferos y, como resultado de la agricultura intensiva, 19 de los 20 acuíferos en el estado están ahora sobreexplotados y el nivel del agua subterránea está cayendo a un ritmo de hasta 3 metros al año.

El anterior, es el contexto por el que un grupo de investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Universidad de Guanajuato desarrollaron un experimento de campo a fin de identificar las prácticas y tecnologías con mayor potencial para optimizar el consumo de agua en el cultivo de cebada. 

“Comparamos el uso de agua y el rendimiento de grano en la agricultura convencional ―basada en el continuo movimiento del suelo― y la Agricultura de Conservación, tanto con riego por surcos como por goteo, en un experimento de campo de cebada-maíz de 2016 a 2020 (seis temporadas de crecimiento). Además, hicimos comparaciones en paralelo en parcelas de agricultores que participan en el proyecto Cultivando un México Mejor, de Heineken México y el CIMMYT, donde los productores cuentan con acompañamiento técnico para la implementación de la Agricultura de Conservación y otras prácticas sustentables”, señalan los investigadores. 

Los resultados muestran que, si bien los rendimientos no difirieron significativamente entre los sistemas de producción, el uso del agua de riego fue en promedio 17% menor con Agricultura de Conservación que con labranza convencional, aproximadamente 36% menor con el riego por goteo que con el riego por surcos en la labranza convencional, y 40% menor con riego por goteo y Agricultura de Conservación combinados en comparación con la agricultura convencional con riego por surcos. 

El estudio también señala que el ahorro de agua mediante la Agricultura de Conservación en los campos de los agricultores fue similar al ahorro de agua en el experimento controlado ―desarrollado en el sitio Ex-Hacienda El Copal de la Universidad de Guanajuato en Irapuato, Guanajuato―. Además, se menciona, en los campos de los agricultores la Agricultura de Conservación redujo las emisiones de gases de efecto invernadero en 192 kg de CO2.

Aunque las reducciones en el uso de agua difirieron entre años, dependiendo del clima, los resultados del estudio son muy alentadores. Además, el estudio es aún más relevante porque reúne el trabajo realizado tanto en plataformas de investigación como en parcelas de productores, lo cual permite evaluar las distintas prácticas en las condiciones reales de los agricultores.

El artículo de investigación original ―Reduced Water Use in Barley and Maize Production Through Conservation Agriculture and Drip Irrigation― ha sido incluido en la revista Frontiers in Sustainable Food Systems que publica investigaciones rigurosamente revisadas por pares. Puede ser consultado en: https://doi.org/10.3389/fsufs.2021.734681 

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Alfalfa, más que un forraje

San Pedro del Gallo, Dgo.- Se estima que la Comarca Lagunera ―zona que abarca diversos municipios de Coahuila y Durango— produce 10 millones de litros de leche diarios, lo cual representa alrededor del 20% de la producción total nacional. En esta zona, considerada la cuenca lechera más importante de México, la lechería empresarial contribuye con 95% de la producción regional y, la actividad lechera en general, genera alrededor de 16 mil empleos en forma directa y 180 mil empleos indirectos. 

Para los productores locales es fundamental disponer de opciones viables y rentables para la alimentación del ganado. La alfalfa es una planta muy nutritiva para el ganado destinado a la producción de leche, particularmente cuando es deshidratada ―aporta proteínas, vitaminas, minerales y oligoelementos, que son componentes que intervienen en la regulación y equilibrio de muchas funciones de los organismos―.

Además, la alfalfa tiene otros beneficios: evita la acidosis y mejora la fermentación microbiana de los rumiantes, permite mantener el paisaje verde durante su ciclo, evita la erosión de los suelos, permite al agricultor ahorrar dinero porque no conlleva gastos en nitratos ―en cambio, sí enriquece el suelo con nitrógeno― y, dado que no necesita de grandes labores, también permite ahorrar combustible, ayudando así a la salud del medioambiente. 

En la Comarca Lagunera la alfalfa ocupa aproximadamente el 57% (36 mil hectáreas) de la superficie sembrada y se ha convertido en una buena alternativa para alimentar bovinos, caprinos, ovinos y equinos. La popularidad de este cultivo se debe principalmente a su calidad, su gran rendimiento en materia seca y su gran adaptabilidad a regiones semiáridas ―y hasta húmedas―. Además, su capacidad para fijar nitrógeno ―elemento vital para la nutrición de cultivos futuros― la convierte en un importante componente de la sustentabilidad de los sistemas productivos. 

La forma de consumo de consumo de esta pastura es muy variada, pudiendo ser a través del pastoreo directo (fresca, en pie); el pastoreo de forraje cortado mecánicamente; como pasto cortado y distribuido en comederos; como heno, en rollos o fardos; o bien, como pellets (alimento comprimido para animales).

La principal forma de conservación de la alfalfa es mediante la henificación ―el material, una vez cortado, debe ser secado rápido hasta una humedad del 20%-25%―, seguida en menor medida por el silaje ―conservación de forraje húmedo donde la conservación se realiza gracias a la presencia de ácido láctico, producido por bacterias específicas mediante un proceso de fermentación sin aire― y el henolaje ―intermedio entre la henificación y el silaje―. 

Otra forma de conservación de la alfalfa es por medio del deshidratado y posterior compactado para producir pacas de diversos tamaños. Esto se realiza con maquinaria y facilita su distribución y comercialización pues, al hacer esto, se logra que la pastura cultivada ―cuya mayor producción es en primavera-verano― pueda administrarse en otras épocas del año, facilitando su transporte y comercialización.

El problema que limita la siembra y producción de la alfalfa en la Comarca Lagunera es el gasto de agua de riego ya que, por corte, requiere alrededor de 150 milímetros. Considerando que se realizan máximo 10 cortes anuales, entonces anualmente se gastan 1,500 milímetros con sistemas de riego por goteo y aspersión.

Comparado con la producción de maíz y cereales, el gasto de agua es el siguiente: 

Tabla 1. Comparativo del gasto de agua de riego en diversas modalidades en el cultivo de la alfalfa y cultivos cíclicos. Los datos son resultado de la vinculación CIMMYT-Asesores Comerciales en los módulos demostrativos: Garcés, Luchana y Jaboncillo de las Empresas de Lala y Beta Santa Mónica.

Siendo la alfalfa el alimento que se requiere para la cuenca lechera más grande del país y la que se requiere para abastecer a diversas empresas del ramo, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y Asesores Comerciales se han vinculado con las empresas Lala y Beta Santa Mónica para promover prácticas y tecnologías sustentables que permitan optimizar el consumo de agua en el cultivo de alfalfa. 

Entre las prácticas y tecnologías promovidas se encuentran la modernización de los sistemas de riego por goteo y aspersión, el uso de estiércoles —mediante un proceso regulatorio que permita incrementar la materia orgánica y regenerar la biota del suelo—, así como la implementación de sistemas de camas de siembra para alfalfa, lo cual contribuirá a lograr ahorros de hasta 30% de agua de riego.

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México promueve prácticas ejemplares para mitigar el cambio climático

Texcoco, Edo. Méx.- El cambio climático es un fenómeno real y cada vez es más perceptible. Sin embargo, sus efectos no se reducen a la variabilidad climática en sí misma, sino que trascienden hasta manifestarse en la inhabitabilidad de extensas áreas alrededor del mundo y en la inseguridad alimentaria para millones de personas. 

De acuerdo con el más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la precipitación anual ha disminuido en el noreste de México, las aguas subtóxicas (con bajos niveles de oxígeno disuelto) se han expandido frente a las costas mexicanas, donde también se han registrado tormentas más intensas. 

Además, en las regiones áridas del norte del país el número de días cálidos ha aumentado y el número de días fríos ha disminuido (lo que afecta a cultivos como el trigo, que requiere un determinado número de horas frío para su adecuado desarrollo). Es decir que, en general, México se vuelve más seco, haciendo que las condiciones climáticas propicias para los incendios forestales también aumenten. 

Por supuesto, la agricultura es uno de los sectores que está en el centro del debate global sobre cambio climático por ser responsable de un significativo porcentaje de las emisiones de gases de efecto invernadero (alrededor del 24%), pero también por su potencial para mitigar los efectos del cambio climático a través de la adopción amplia de prácticas agrícolas sostenibles. 

En este sentido, durante el diálogo Nuevas fronteras de la ciencia: la agricultura de América del Norte, caminando hacia sistemas alimentarios globales más sostenibles, que formó parte del el Diálogo Internacional Norman E. Borlaug, en el marco de la entrega del Premio Mundial de la Alimentación 2021, el doctor Víctor Villalobos Arámbula, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, destacó la importancia de promover prácticas simples, pero significativas y eficaces (como la cobertura de los suelos con residuos agrícolas), en el cuidado de suelos y agua para mitigar los efectos del cambio climático. 

“Este programa (MasAgro-Cultivos para México) no solo está orientado a incrementar la productividad en las parcelas de los pequeños productores en situación de pobreza, sino también aborda de manera muy importante el tema de los recursos naturales: cómo podemos hacer un mejor uso del agua y cómo podemos, con prácticas simples, incorporar materia orgánica al suelo y así retener humedad y proveer de nutrientes a los cultivos”, mencionó el Secretario Villalobos sobre las acciones promovidas junto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para incrementar la productividad en cultivos estratégicos y, al mismo tiempo, conservar los recursos naturales. 

Frente al impacto del cambio climático en la agricultura, la combinación y complementación de prácticas locales más la incorporación de nuevas e innovadoras prácticas de las que nos provee la ciencia es posible abordar el desafío del cambio climático, añadió el titular de Agricultura, enfatizando en que es fundamental “incrementar la productividad para proveer alimentos a la población sin incrementar la superficie agrícola. Tenemos que producir más, en la misma superficie y con menos agua”.

Adicionalmente, con acciones como las promovidas por MasAgro-Cultivos para México es posible propiciar mejores condiciones sociales en América Latina, donde la migración forzada es un reflejo de un complejo contexto sociocultural en el que los sistemas agroalimentarios se han deteriorado, por lo que fomentar su resiliencia y productividad de forma sostenible será clave para un futuro donde el cambio climático amenaza con exacerbar el fenómeno migratorio en todo el mundo.  

Cabe mencionar que el Diálogo Internacional Norman E. Borlaug reúne a expertos, líderes políticos, empresarios y agricultores a nivel global para abordar cuestiones clave en materia de seguridad alimentaria y nutrición. Toma su nombre del científico Norman E. Borlaug, uno de los fundadores del CIMMYT quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1970 por sus trabajos de mejoramiento de cultivos que permitieron salvar a millones de personas del hambre y la inanición.

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Innovación y tendencias en favor de la seguridad alimentaria

Ciudad de México.- Para el año 2030 será necesario poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas a una alimentación sana, nutritiva y suficiente; poner fin a todas las formas de malnutrición; duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de pequeña escala; asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra.

La anterior es una síntesis de la metas del Objetivo 2: Hambre Cero, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el cual fue el punto de partida del Foro Kellogg por la seguridad alimentaria dedicado a la Innovación y Tendencias en favor de la Seguridad Alimentaria que se desarrolló con motivo del Día Mundial de la Alimentación.

El foro contó con la participación de Roberto Vázquez, director de Asuntos Corporativos de Kellogg para América Latina; Jelle Van Loon, representante del Centro International de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para América Latina; y Marco Antonio Herrera Oropeza, director de Planeación Agrícola de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, quienes coincidieron en que en la lucha para la erradicación del hambre  y la malnutrición es necesario unir y coordinar esfuerzos entre gobierno, iniciativa privada, academia y centros de investigación.

“El que impulsamos con el CIMMYT es un proyecto de muy alto valor en términos de los resultados tangibles que arroja: nuestro propósito es apoyar a un millón de productores en México y avanzar en un esquema que genere un mayor entorno de bienestar para los agricultores. El programa se llama Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, se desarrolla en diversos puntos del norte del país y de El Bajío. Actualmente está beneficiando a unos 400 agricultores quienes están implementando prácticas de Agricultura Sustentable en más de 6,000 hectáreas de tierra”, comentó Roberto Vázquez

El representante de Kellogg agregó que “al cultivar ese grano de la más alta calidad, que es producto nacional para consumo nacional, se está logrando producir más grano con menos agua, un uso idóneo de los productos para tratamiento de semillas y control de plagas y malezas, y se ha logrado disminuir en un 23% la emisión de CO2 a la atmósfera”. Estas acciones directamente en el campo se suman a otros esfuerzos de la organización con bancos de alimentos y la apuesta por empaques reutilizables, reciclables y compostables, a fin de evitar el desperdicio de alimentos y para brindar alimentos nutritivos y de calidad a la sociedad.

Jelle Van Loon agregó que “esos 400 productores del proyecto con Kellogg lograron, a partir de las prácticas sustentables, tener una rentabilidad del 36%. Se espera que, en la segunda etapa del proyecto que inició este año, se siga por ese camino para impactar en mil familias de productores y cubrir más de 20 mil hectáreas donde se producirán más de 190 toneladas de maíz amarillo de forma sustentable”. Esta producción, dijo, contribuye a que México avance en lograr la seguridad y la autosuficiencia alimentaria. 

Van Loon también comentó que el CIMMYT trabaja con la Secretaría de Agricultura en Cultivos para México, iniciativa que articula esfuerzos de los sectores público, privado, social y académico. El trabajo colaborativo que impulsa el CIMMYT, señaló, impacta en 10 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y agregó que el Banco de Germoplasma que custodia de CIMMYT, el Atlas Molecular del Maíz, las variedades de maíz de alto valor nutricional, así como las tecnologías poscosecha, la mecanización inteligente, la diversificación de cultivos y sobre todo el acompañamiento técnico, son algunas de contribuciones más notables del centro y sus colaboradores para la seguridad alimentaria de la sociedad mexicana. 

En ese sentido, Marco Antonio Herrera Oropeza enfatizó en la importancia de la colaboración entre sectores para lograr la seguridad y la autosuficiencia alimentaria de México. Expuso la diversidad de programas e iniciativas que la Secretaría de Agricultura impulsa y el énfasis que se está dando a los sectores más vulnerables de la población, por lo que los cultivos básicos, como el maíz, dijo, son de particular interés para las políticas y programas públicos, los cuales se han fortalecido con las contribuciones de la ciencia desarrollada en México.

Muchos de los sistemas en los que nos estamos apoyando han sido desarrollados por instituciones de investigación como el CIMMYT. La Agricultura de Conservación, la certificación y desarrollo de semillas resilientes al cambio climático, promover y sensibilizar a los agricultores sobre la necesidad de implementar una agricultura más sostenible”, mencionó, son contribuciones de gran valor para apoyar a todas las instituciones que buscan garantizar la disponibilidad de alimentos sanos, nutritivos e inocuos para todos los mexicanos. 

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Agriba Sustentable, un nuevo proyecto para impulsar la producción sostenible en El Bajío

Guanajuato.- La alianza entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) promoverá prácticas agrícolas sustentables entre pequeños y medianos productores de trigo en los estados de Guanajuato y Michoacán, así lo anunciaron representantes de estas organizaciones al presentar el proyecto Agriba Sustentable (Agricultura del Bajío Sustentable), con el que la colaboración busca impactar positivamente en diversos aspectos ambientales, sociales y económicos en la región donde operará el proyecto. 

Agriba Sustentable se suma a la estrategia PepsiCo Positivo (pep+), a través de la cual esta organización busca implementar prácticas agrícolas regenerativas en una amplia superficie agrícola a nivel global a fin de obtener sus cultivos e ingredientes clave de forma sostenible. En esta visión, la reducción de emisiones, la optimización del consumo de agua, la mitigación de los efectos del cambio climático y el mejoramiento de los medios de vida de los productores, son fundamentales. 

En el caso de la región de El Bajío, se busca incrementar el número de pequeños y medianos productores de trigo, proveedores de Grupo Trimex, que adopten prácticas de Agricultura Sustentable para diversos productos de Gamesa, ya que el trigo es la materia prima esencial para la elaboración de galletas de esta marca.

La Agricultura Sustentable es particularmente importante para la producción de trigo, un cultivo muy susceptible a los efectos del cambio climático —se estima que cada grado que aumente la temperatura global, se traduce en una pérdida de producción de 5% para este cultivo—. En este sentido, a través del soporte científico del CIMMYT el proyecto promoverá prácticas que incluyen el uso de herramientas de diagnóstico de deficiencias de nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K); fertilización integrada; Agricultura de Conservación (gestión de residuos, labranza mínima, diversificación de cultivos); control de plagas y enfermedades, entre otras. Las tecnologías promovidas son muy amplias y se suman a muchas opciones tecnológicas desarrolladas localmente que mejoran los sistemas de producción. 

La alianza entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el CIMMYT contribuirá de forma significativa a impulsar la Agricultura Sustentable de El Bajío, no solo para conservar y regenerar los recursos naturales, sino también para mejorar los medios de vida de los productores de esta región clave para la agricultura nacional. 

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Un seminario al pie de la parcela

Sombrerete, Zac.- Como parte de las actividades del Seminario de Agricultura Sostenible en Zacatecas ―que inició el pasado 24 de septiembre y concluirá el próximo 22 de octubre―, este 30 de septiembre se conmemoró el Día Nacional del Maíz en un acto realizado en la comunidad Emiliano Zapata, en Sombrerete, Zacatecas, el cual contó con la participación de diversas autoridades institucionales, participantes de los programas Producción para el Bienestar y Jóvenes Construyendo el Futuro, técnicos, productores y el Consejo de Vigilancia del Ejido de Emiliano Zapata, representado por su presidente, Aurelio Ramírez López.

José María Llamas Caballero, representante de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en Zacatecas, mencionó que la Agricultura de Conservación es el camino que se tiene que seguir en esta región para mejorar la producción y mantener suelos sanos y productivos. En este sentido, Jorge Luis García, representante Regional de la Comisión Nacional de Zonas Áridas (CONAZA), enfatizó en el tema de la erosión de los suelos y en la disposición de la CONAZA para trabajar en conjunto con las otras instituciones que operan en la zona para lograr que la producción de maíz sea sostenible. 

René Ruíz Garduño, coordinador de la Estrategia de Acompañamiento Técnico del programa Producción para el Bienestar de los municipios Pánuco, Villa de Cos, Sombrerete, Río Grande, Fresnillo y Zacatecas, resaltó la importancia de difundir los beneficios de la Agricultura de Conservación ya que solo 2% los productores atendidos por el programa federal han implementado prácticas de dicho sistema de producción. 

Al respecto de la importancia de difundir prácticas sustentables, becarios de Jóvenes Construyendo el Futuro presentaron un video sobre cómo se realizan las curvas de nivel, una de las prácticas más útiles en la zona pues disminuye la erosión del suelo y permite aprovechar mejor el agua de lluvia. 

Cabe mencionar que el acto incluyó la visita a una parcela donde se cultiva maíz con Agricultura de Conservación. Allí, los asistentes pudieron observar directamente los beneficios de este sistema de producción en comparación con prácticas convencionales. Las innovaciones exhibidas son resultado de la intervención y colaboración de técnicos certificados en Agricultura Sustentable por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), quienes desde 2014 han impulsado prácticas sustentables en la región de Sombrerete.

Finalmente, los agricultores, técnicos y representantes institucionales que participaron en el acto conmemorativo concluyeron que es importante seguir promoviendo las prácticas de Agricultura de Conservación para la restauración de los suelos. En este sentido, el Seminario de Agricultura Sostenible en Zacatecas contribuye a este objetivo y ofrece además una amplia variedad de actividades que van desde las ponencias de especialistas en línea hasta los recorridos de campo en un esfuerzo por poner los conocimientos derivados de la investigación al servicio de los productores. 

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Plan Maíz, una iniciativa para asegurar el futuro

Guanajuato.- De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), si nuestros hábitos de consumo y producción no transitan hacia formas sustentables, en menos de 10 años la humanidad estará frente a un momento crítico: el consecuente aumento de las necesidades alimentarias no encontrará respaldo en un mundo con tierras de cultivo reducidas y degradadas que, además, sufrirán cada vez más los efectos del cambio climático. 

Por esta razón, entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas destaca que, para 2030 es necesario asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y la producción, contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra.

Plan Maíz es un proyecto alineado con estas metas planteadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Impulsado por Nestlé y con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), esta iniciativa promueve prácticas de Agricultura Sustentable en Guanajuato desde 2018 e incide positivamente en aspectos como la seguridad alimentaria, el impacto ambiental y la inclusión social. 

Sustentabilidad agrícola y abastecimiento responsable son parte de los fundamentos del proyecto que, en 2020 —justo en medio de las dificultades derivadas de la pandemia por COVID-19 y sus efectos— permitió que 203 productores cultivaran más de 54 mil toneladas de maíz blanco en más de 4,400 hectáreas de forma sustentable, es decir, a través de la implementación de prácticas innovadoras orientadas a la conservación de suelo y agua mediante un esquema de acompañamiento técnico y desarrollo de capacidades continuo. 

Los resultados del Plan Maíz obtenidos en 2020 son significativos y alentadores: el número de productores beneficiados se duplicó con respecto a 2019 y el número de toneladas de maíz producidas se incrementó en cerca de 20 mil toneladas con respecto a ese mismo año. Estos números hablan de una mayor penetración del proyecto en el territorio —y, a la par, de un incremento en la percepción positiva de las prácticas sustentables entre los propios agricultores— y de un incremento en el grano comercializado de un ciclo a otro, lo cual indica que, con la implementación de las prácticas sustentables, es posible alcanzar un rendimiento por tonelada constante (unas 12 toneladas por hectárea). 

Lo anterior representa un rendimiento 20% superior al rendimiento promedio en la región. Este hecho confirma que la Agricultura Sustentable sí es rentable —en este ciclo los productores obtuvieron utilidades por arriba del 50% en promedio— y, además de tener ahorros significativos por la reducción de pasos de maquinaria y uso de combustible —el proyecto promueve la mínima labranza para mejorar las características del suelo—, los productores contribuyen a la restauración de las tierras degradadas, asegurando los recursos necesarios para la producción de alimentos que serán indispensables para las generaciones futuras.

Plan Maíz apuesta por el desarrollo de capacidades y la inclusión social. En este sentido, destaca la participación de 38 productoras, número relevante si se considera que los patrones socioculturales en el campo siguen relegando a la mujer, a pesar de su papel fundamental en estas actividades. Por supuesto, los cambios culturales son procesos lentos, por eso es importante mantener los esfuerzos mediante proyectos como Plan Maíz.

Con respecto al impacto ambiental, además de las prácticas de Agricultura de Conservación promovidas —sistema que ha ayudado a reducir las emisiones de CO2 con respecto a prácticas convencionales—, el proyecto fomenta de mejores prácticas para la aplicación de agroquímicos en términos de su impacto en la salud y el medioambiente. 

Adicionalmente, el proyecto trabaja en la evaluación de variedades de maíz altamente nutritivos en comunidades rurales: maíz azul que es rico en antocianinas —estos compuestos contribuyen a un menor índice glucémico y tienen propiedades antioxidantes y anticancerígenas—; maíz amarillo que es alto en carotenoides —pigmentos que al consumirse se convierten en una forma de Vitamina A—, así como maíces QPM (Alta Calidad Proteica, en inglés) y biofortificados.  

En el contexto del Día Nacional del Maíz (29 de septiembre), esta iniciativa impulsada por Nestlé y CIMMYT contribuye no solamente a mejorar la calidad de vida de los agricultores, sino a cuidar de los recursos con los que se produce uno de los granos más importantes para México y el mundo. Como comenta Miguel Ángel Armenta, uno de los productores que participan en esta iniciativa, “es bueno adoptar nuevas tecnologías en el campo, tecnologías importantes porque no solo hay que verlo como algo económico, sino hay que tener también un sentido social, por la naturaleza, por heredarles a las futuras generaciones un mundo limpio”.