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Opciones para garantizar la seguridad alimentaria

Guachochi, Chih.- En medio de la actual emergencia sanitaria por el COVID 19, las sociedades —particularmente las de países en desarrollo— buscan opciones para garantizar la seguridad alimentaria de los sectores de la población que son más vulnerables ante prolongados periodos de distanciamiento social y de pausa en diversas actividades económicas. Por lo anterior, adquiere relevancia contar con sistemas agroalimentarios productivos, robustos y resilientes que favorezcan precisamente a los sectores más vulnerables.

En días pasados, a través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se realizó el taller ‘Uso de Tecnologías Herméticas para Conservación de Granos’ en la cabecera municipal de Guachochi, Chihuahua, a fin de dar a conocer los procedimientos de almacenamiento y el uso de los diferentes dispositivos y tecnologías herméticas poscosecha.

Dispositivos como los silos metálicos herméticos o las bolsas plásticas con cierre (zip) son opciones viables para el almacenamiento de granos por largos periodos en las comunidades donde plagas —como la palomilla de los cereales (Sitotroga cerealella)—, diversos roedores (ratas, ratones y ardillas) y pájaros reducen las cosechas.

Las soluciones herméticas poscosecha evitan la entrada de aire y humedad, reduciendo la incidencia de plagas y hongos, evitando el deterioro de los granos y minimizando el uso de plaguicidas potencialmente dañinos para la salud humana.

Durante el taller también se dieron a conocer otras opciones (más económicas y de fácil disponibilidad) que —debidamente manejadas— permiten obtener buenos resultados, como los bidones plásticos (de diferentes capacidades) o las garrafas de reúso. Lo fundamental de estas opciones es asegurar el principio de hermeticidad (ausencia de oxígeno) y el adecuado secado del grano antes de su almacenamiento.

Entre las condiciones que se deben tomar en cuenta para almacenar granos por largos periodos de tiempo, se encuentran la humedad del grano (que debe ser menor de 14%), la temperatura y la limpieza previa del grano (para no almacenar de mala calidad). Por este motivo, durante el taller también se presentaron los diferentes métodos caseros (como el método del sol y el método de la sal) para determinar la humedad del grano, que es el factor más importante para no tener pérdidas posteriores.

El correcto almacenamiento de granos evita pérdidas significativas, las cuales —considerando los precios en la zona— pueden ser de hasta $1,800 por tonelada. Esto es destacable, ya que la producción en la zona de Guachochi apenas es suficiente para el autoconsumo familiar, y es más relevante aún si se considera que a través de estos aprendizajes, las familias de la zona tienen más elementos para ser resilientes en tiempos como los actuales.

En este video te compartimos más información sobre el método del sol y el método de la sal. Y recuerda, #ConservaTuCosecha

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Instalan plataforma de poscosecha en Pochutla, Oaxaca

¿Cómo garantizar la disponibilidad de alimentos en las comunidades más vulnerables cuando en México las pérdidas poscosecha de grano de maíz pueden alcanzar 30% del volumen total de la producción? Para miles de familias, cuya producción agrícola está destinada básicamente al autoconsumo, esa es una pregunta esencial en estos tiempos, particularmente si se considera que cada año libran una batalla contra una serie de plagas que amenazan con reducir sus cosechas.

Cuando los pequeños productores usan métodos de almacenamiento que no son efectivos contra plagas como el gorgojo del maíz (Sitophilus zeamais M.), el barrenador grande del grano (Prostephanus truncatus H.) o la palomilla dorada del maíz (Sitotroga cerealella O.), se corre el riesgo de que la alimentación y nutrición de los productores y sus familias —e incluso sus comunidades— se vean afectadas por prolongados periodos de tiempo, ya que el maíz almacenado es parte de los alimentos básicos consumidos durante el año (Larraín, 1994; Silva et al., 2004).

Para evitar dichas pérdidas y tener alternativas sustentables de fácil acceso, el pasado 24 de marzo se instaló una plataforma de poscosecha en la comunidad El Encierro, en San Pedro Pochutla, perteneciente a la región Costa de Oaxaca. En esta plataforma se evalúa la efectividad de la bolsa plástica hermética y de diferentes tratamientos con polvos inertes, como cal estándar, cal micronizada, tierra de diatomeas y hierba santa (Piper auritum).

El uso de polvos inertes es una alternativa eficaz para controlar infestaciones de gorgojo, debido a que —mezclados con los granos almacenados— producen grietas en la cutícula de los insectos (su revestimiento exterior), haciendo que se evapore su humedad corporal, deshidratándolos y provocándoles la muerte (Páez et al., 1990). Los que no mueren quedan con el polvo adherido al cuerpo, lo cual disminuye su habilidad de apareamiento y reduce la puesta de huevecillos (Ebeling, 1971).

El objetivo de las plataformas de poscosecha que se instalan en diversos estados en el marco del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— es evaluar prácticas sustentables y tecnologías herméticas para el almacenamiento y la conservación de granos, con la finalidad de brindar alternativas al productor para que reduzca las pérdidas y evite el uso de productos químicos que pongan en riesgo su salud.

Del mismo modo, se busca que los productores se involucren en el proceso de evaluación de prácticas y tecnologías y conozcan los resultados para que tomen las mejores decisiones y aseguren su alimentación durante el año. Con estas acciones, desde la agricultura se brindan soluciones para que los productores de subsistencia y sus familias y comunidades puedan ser resilientes ante situaciones que pongan en riesgo su seguridad alimentaria.

 

Fuentes

Ebeling, W. (1971). Sorptive dust for pest control. Annual Review of Entomology, 16, 123-158.

Larraín, P. (1994). Manejo integrado de plagas en granos almacenados. IPA La Platina, (81), 10-16.

Páez, A., Lagunes, A., Carrillo, J. L. y Rodríguez, J. C. (1990). Polvos vegetales y materiales inertes para el combate del gorgojo Sitophilus zeamais (Coleoptera: Curculionidae) en maíz almacenado. Agrociencia, (1), 35-46.

Silva, G., González, P., Hepp, R. y Casals, P. (2004). Control de Sitophilus zeamais Motschulsky con polvos inertes. Agrociencia, (38), 529-536.

Subramanyam, B. y Roesli, R. (2000). Inert dust. En B. Subramanyam y D. W. Hagstrum (Eds.), Alternatives to pesticides in stored-product IMP (pp. 321-379). Boston, USA: Kluwer Academic Publishers.

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Hagamos poscosecha

Durango.- En México 40% de las cosechas se pierde a causa de las plagas de almacén y las malas prácticas poscosecha. Por esta razón, especialistas del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) impartieron un curso sobre manejo poscosecha dirigido a 50 técnicos del programa Sembrando Vida —del Gobierno federal— y a personal docente y estudiantes del Instituto Tecnológico del Valle del Guadiana (ITVG).

El curso se desarrolló en las instalaciones del ITVG y tuvo una duración de dos días. Durante el primero, los participantes conocieron los fundamentos del manejo poscosecha, las principales plagas y enfermedades que se originan durante el almacenamiento del grano y las innovaciones que se promueven a través de MasAgro —programa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT— para evitar las pérdidas poscosecha.

Las soluciones herméticas poscosecha que se promueven a través de MasAgro son, principalmente, el silo metálico hermético y la bolsa plástica hermética (de amarre y ziploc). Con estas alternativas no solo es posible minimizar la incidencia de las plagas (que mueren por la falta de oxígeno), sino también reducir significativamente —y en algunos casos eliminar— el uso de plaguicidas.

El segundo día de actividades los participantes conocieron la forma y las condiciones del lugar de instalación de los silos, así como la calidad que deben tener los granos o las semillas que se van a almacenar. Después procedieron a realizar las prácticas correspondientes con la finalidad de que puedan aplicar y transmitir correctamente los aprendizajes obtenidos.

Finalmente, los especialistas recomendaron hacer las actividades de limpieza de grano antes de almacenar y también detallaron las condiciones que se deben tomar en cuenta para el seguimiento de un módulo o área de extensión.

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Cuatro maneras de reducir las pérdidas poscosecha

Epitacio Huerta, Mich.- En México las pérdidas poscosecha pueden ser de hasta 40%, dependiendo de la región y el ciclo agrícola. Este porcentaje puede disminuirse con infraestructuras de almacenamiento más tecnificadas (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura [FA0], 2016) y, en el caso de los pequeños productores, la implementación de soluciones herméticas poscosecha o el uso de agentes protectores.

Entre otros factores, las pérdidas poscosecha se deben a la presencia de plagas de almacén, como algunos insectos, hongos, roedores e ―incluso― aves (Vázquez y Moreno, 2016). Por esto, el Hub Bajío —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y sus colaboradores en Michoacán difunden prácticas poscosecha adecuadas para cada región (a fin de incrementar su adopción).

Recientemente, por ejemplo, se instaló un módulo poscosecha en la comunidad de Santa Cruz Ojo de Agua, en el municipio Epitacio Huerta, Michoacán. Ahí se implementaron dos soluciones herméticas poscosecha (silo metálico hermético y bolsa plástica hermética de ziploc) y se emplearon dos agentes protectores. Para comparar su efectividad, se mantuvo un testigo (práctica convencional), que consistió en almacenar en un costal de polipropileno, sin ningún tratamiento.

Después de 153 días de haberse almacenado, los productores y los técnicos que participaron en el establecimiento del módulo se reunieron nuevamente para supervisar el estado del grano. Los resultados en este módulo mostraron que —al tener la menor pérdida en el peso del grano (0.4%) y daños mínimos por hongos e insectos— las soluciones herméticas poscosecha constituyen la mejor opción de almacenamiento.

Los materiales inertes —es decir, que no son organismos vivos— que se utilizaron como agentes protectores fueron la tierra de diatomeas y la cal micronizada. Estos hicieron un buen control de los insectos, sin dañar granos durante la evaluación de la muestra y con una pérdida del peso inicial mínima —de 0.4 a 0.6%—, debido a la pérdida de humedad.

Con respecto al testigo, este aumentó de manera considerable la humedad y la temperatura (debido a que el costal de polipropileno permitió la interacción con el entorno), propiciando el ambiente idóneo para la proliferación de hongos e insectos. Por lo anterior, fue la opción con mayor pérdida de grano (ver cuadro 1), lo cual fue evidente al hacer el muestreo de daños durante el levantamiento del módulo poscosecha.

Un aspecto importante de la implementación de estos módulos es la participación de los productores y técnicos locales en la determinación de los parámetros a observar (como peso, temperatura, humedad y daño por insectos) y en el llenado y la apertura de los recipientes (para constatar el efecto de los tratamientos implementados).

Las cuatro alternativas evaluadas (silo metálico hermético, bolsa plástica hermética de ziploc, cal micronizada y tierra de diatomeas) mantuvieron el grano con menor daño, comparado con el testigo, por lo que la mejor práctica poscosecha para el productor de la región oriente del estado de Michoacán es la que se adapte a sus posibilidades económicas, los programas sociales o la disponibilidad de estas en el mercado.

Esta nota es parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable. La campaña contempla diversos eventos demostrativos y recorridos en campo para mostrar las prácticas e innovaciones sustentables que promueven el Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. ¡Súmate!

Variable evaluada Recipiente
SMH BPHZ BP+CAL BP+TD COS
Humedad del grano (%), promedio 9.2 9.5 8.8 8.5 11.1
Temperatura del grano (°C), promedio 24 24.9 23.2 24.2 24.2
Peso inicial del grano en recipiente (kg) 50 25 25 25 25
Peso final del grano en recipiente (kg) 49.8 25.1 24.85 24.9 25.9
Peso de granos sin daños en muestra (g) 478 476 485 480.5 426
Peso de impurezas en muestra (g) 1 1 2 2 3
Peso de granos con daños por insectos en muestra (g) 1 0 1 1 23
Peso de granos con daños por hongos en muestra (g) 11 15 10 16 10

Cuadro 1. Resultados de la implementación de tecnologías de almacenamiento de maíz en Epitacio Huerta, Michoacán.

* Tecnologías evaluadas: silo metálico hermético (SMH); bolsa plástica hermética de ziploc (BPHZ); bolsa plástica con cal micronizada (BP+CAL); bolsa plástica con tierra de diatomeas (BP+TD); y costal de polipropileno (COS), el testigo.

 

Foto 1. Taller de establecimiento del módulo poscosecha Santa Cruz Ojo de Agua, Epitacio Huerta, Michoacán, 30 de abril de 2019.

Foto 2. Levantamiento del módulo de poscosecha, toma de peso final. Santa Cruz Ojo de Agua, Epitacio Huerta, Michoacán, 1 de octubre de 2019.

Referencias:

  • Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). (2016). Boletín trimestral de la seguridad alimentaria y nutricional. Oficina regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
  • Vázquez, M. E. y Moreno, E. (2016). Almacenamiento en México. Claridades Agropecuarias, (271), 3.

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Los resultados de la Agricultura Sustentable hablan por sí mismos

Con la colaboración de la Dirección de Desarrollo Agropecuario de Tepalcingo, Morelos, formadores del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— capacitaron, en una primera etapa, a tres técnicos municipales en temas de Agricultura de Conservación, Manejo Agroecológico de Plagas y prácticas poscosecha. Los técnicos capacitados han replicado el conocimiento adquirido con 100 productores locales.

Entre los resultados positivos que los técnicos y los productores han observado de forma más inmediata, está el cambio del uso de plaguicidas a la utilización de trampas con feromonas sexuales para el control de los gusanos cogollero y elotero (se realizaban de cinco a siete aplicaciones de plaguicidas por hectárea en cada ciclo productivo, y ahora solo instalan cuatro trampas por hectárea cada 30 días por ciclo productivo).

Al respecto, algunos productores comentaron: “ahora que hagamos Agricultura de Conservación, nuestros costos de producción van a disminuir más. Y como vendemos elote para exportación, sí va con mucho químico, y ya no nos compran nuestro producto. Ahora que nos están dando esta alternativa y capacitaciones, pues vamos a mejorar nuestra forma de producir y podremos exportar”.

Después de ver estos resultados iniciales, René Benítez —director de Desarrollo Agropecuario de Tepalcingo— manifestó: “los productores de este municipio y del país necesitamos un cambio en la forma de producir. No nos damos cuenta del daño a nuestra salud y de la afectación al medioambiente que provocamos. Hace tiempo, cuando surgió internet, todos tuvimos que actualizarnos; ahora pasa lo mismo en la agricultura: tenemos que pasar del sistema convencional al sustentable”.

El impacto positivo y la buena aceptación que tuvieron las prácticas promovidas por MasAgro dieron pie a nuevas actividades, como un recorrido por la estación experimental de Tlaltizapán —del CIMMYT—, en Morelos. Ahí los productores reforzaron sus aprendizajes y conocieron la importancia de ya no hacer quemas agrícolas, las opciones más pertinentes para incrementar la fertilidad de los suelos, el impacto del cambio climático en la agricultura y las alternativas para mitigarlo.

Además de los enfoques agroecológicos para el manejo de plagas, una de las opciones para mitigar los efectos de la variabilidad climática (como las sequías prolongadas o el calor más intenso) es evitar la quema de rastrojos para aprovecharlos como cobertura del suelo. Al respecto, uno de los productores que recorrieron la plataforma de investigación Tlaltizapán comentó que ese tipo de prácticas ahora son una necesidad, porque “si continuamos como ahorita, vamos a terminar con nuestro suelo”.

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Y después de la cosecha, ¿qué?

Se calcula que un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo termina pudriéndose en los contenedores de los consumidores y minoristas o se estropea por las malas prácticas de transporte y cosecha. En México se estima que las pérdidas poscosecha pueden ascender a 40%.

A través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se promueven tecnologías herméticas poscosecha como una solución eficiente y accesible para almacenar granos básicos, minimizar el uso de productos químicos durante el almacenamiento y reducir la afectación por plagas de almacén (como insectos, hongos y roedores).

En el norte de Oaxaca, por ejemplo, la organización Productores Agrícolas y Pecuarios de la Mazateca Baja —que colabora con el CIMMYT— promueve la instalación de módulos poscosecha. Estos consisten en el almacenamiento simultáneo de granos en silos metálicos herméticos y en costales de polipropileno, y en abrir ambos tratamientos después de tres meses para contrastar los resultados.

Por la ausencia de oxígeno, los silos metálicos herméticos cortan el ciclo de vida de las plagas, mientras que los costales —que son la práctica convencional local— no lo hacen, por lo que requieren la aplicación de productos químicos potencialmente nocivos para la salud humana (como las pastillas o tabletas de fosfuro de aluminio).

Agua de Tierra —del municipio de San Felipe Jalapa de Díaz, Oaxaca— es una de las comunidades donde se han instalado módulos poscosecha. Ahí se reunió, luego de tres meses, el grupo de productores que fue testigo de la instalación del módulo Los Canales para hacer el levantamiento correspondiente, en el cual obtuvieron los siguientes resultados:

  • Del total de grano almacenado en silos metálicos herméticos se logró conservar 98%.
  • Del grano almacenado de forma convencional (en costal de polipropileno) solo se logró conservar 57%.
  • En ambos casos, la mayor parte de los daños fue ocasionada por gorgojos (que en el caso de los silos metálicos herméticos murieron por falta de oxígeno).

Cabe mencionar que estos resultados corresponden al segundo ciclo de evaluación en el módulo Los Canales, y los porcentajes han sido similares, por lo que ahora es importante extender el uso de esta tecnología a un mayor número de productores para contribuir a que estas comunidades logren su seguridad alimentaria (en este municipio 90% de ellos produce para autoconsumo).

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La ciencia, el campo y los jóvenes

Bajo el lema “Por la vida submarina y los ecosistemas terrestres sostenibles”, el Primer Congreso Regional Centro de Investigación Agropecuaria y Ciencias del Mar —realizado en San Andrés Calpan, Puebla— convocó a productores y a la comunidad académica de 50 planteles de Estado de México, Hidalgo, Morelos, Tlaxcala y Puebla, pertenecientes a la Unidad de Educación Media Superior Tecnológica Agropecuaria y Ciencias del Mar.

De acuerdo con las autoridades de la Subsecretaría de Educación Media Superior que organizaron el congreso, este tuvo la finalidad de generar en los jóvenes interés por la investigación científica, al considerarla una vía para recomponer el tejido social. Por esta razón, fueron convocadas diversas instituciones relacionadas con la biotecnología, la producción de alimentos, los recursos naturales y los sistemas de producción agrícola y pecuaria.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) participó con una conferencia sobre tecnologías para la reducción de las pérdidas poscosecha. El tema fue de interés para los asistentes, pues se calcula que cada año un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo termina pudriéndose en los contenedores de los consumidores y minoristas o se estropea debido a las malas prácticas de transporte y cosecha.

El ingeniero Isaac Ramírez Castillo, colaborador del CIMMYT, presentó el contexto y las problemáticas de las unidades de producción, así como las alternativas para conservar la calidad y cantidad del grano. También mostró opciones de manejo agronómico con base en Agricultura de Conservación, las cuales fortalecen la seguridad alimentaria de los pequeños productores.

En México se estima que las pérdidas poscosecha pueden alcanzar 40% de la producción. Por esta razón, la participación del CIMMYT en congresos académicos como el de Puebla es importante, pues con una matrícula de más de 200,000 alumnos y con más de 13,000 profesores en todo el país, la Unidad de Educación Media Superior Tecnológica Agropecuaria y Ciencias del Mar no solo forma a potenciales nuevos agrónomos, sino que además atiende directamente a un importante núcleo de productores.

La participación de la Unidad de Poscosecha del CIMMYT, en este sentido, fue oportuna para transmitir el mensaje de la existencia de innovaciones que pueden contribuir a que las comunidades logren su seguridad alimentaria, particularmente en estas fechas que —para muchas regiones— ya son #TiempoDePoscosecha.

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Pequeña pero muy perjudicial: la mosca blanca que ataca al cultivo de frijol

Venustiano Carranza, Chis.- Chiapas es uno de los principales productores de grano de frijol (en condiciones de temporal) a nivel nacional. Las plagas y enfermedades, sin embargo, son un factor que pone en riesgo la producción agrícola de ese cultivo en la entidad, pues disminuyen su calidad y rendimiento. El frijol, particularmente, puede ser atacado por diversos insectos y varias especies de ácaros y moluscos. Los daños pueden ocurrir desde la siembra hasta después de la cosecha; por eso es fundamental tomar medidas preventivas y disponer de soluciones eficaces y sustentables.

El acompañamiento técnico a los productores locales es una de las acciones que se desarrollan en el marco del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— para que los productores de Chiapas puedan hacer un manejo adecuado de las plagas, particularmente de la mosquita blanca (Bemisia tabaci), que causa severos daños al cultivo de frijol.

La mosquita blanca es un insecto chupador que se alimenta de la savia de la planta. Al igual que otros insectos, como las chicharritas —o lorito verde— y los pulgones (áfidos), puede transmitir diversos virus. En esto radica su potencial peligrosidad, pues el daño físico que causa a los cultivos no es de importancia económica, pero el virus del mosaico dorado del frijol que transmite sí causa grandes pérdidas.

La aplicación de los insecticidas adecuados (en el tiempo, la forma y la cantidad precisos) permite hacer un manejo de plagas más eficaz y minimizar el impacto ambiental. En el caso de la mosquita blanca que afecta a los cultivos de frijol en Chiapas, además de estos productos, se recomienda hacer rotación de cultivos e implementar prácticas agroecológicas.

En conjunto, estas prácticas agrícolas permiten a los productores obtener granos de calidad para el autoconsumo y para lograr la seguridad alimentaria de sus familias. Además, el programa MasAgro promueve otras prácticas sustentables, como las soluciones herméticas poscosecha, con las cuales se combaten otras plagas que —al igual que la mosquita blanca, pero en distinta etapa— ponen en riesgo la seguridad alimentaria de las familias.

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Cómo almacenar maíz y frijol por años

Pequeños productores del municipio de Atempan, Puebla, hicieron el levantamiento de un módulo de poscosecha que ellos mismos instalaron meses antes con el apoyo de especialistas del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Los productores corroboraron la efectividad de las soluciones herméticas poscosecha en el tratamiento de plagas de almacén, las cuales les generaban pérdidas significativas cada ciclo, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de sus familias y sus comunidades.

Las plagas de almacén pueden ocasionar pérdidas considerables. Combatirlas con los insecticidas convencionales incrementa los costos de producción y pone en riesgo la salud humana. Por eso, el Hub Valles Altos, del CIMMYT, promueve entre productores de la región actividades como la instalación de módulos de poscosecha, que consisten en la demostración y aplicación de soluciones basadas en el principio de hermeticidad, es decir, en la ausencia de oxígeno para cortar el ciclo de vida de los insectos.

Entre las soluciones promovidas están los silos metálicos y las bolsas plásticas herméticas, aunque —bajo ciertas condiciones— también se pueden emplear botellas de PET y otros contenedores similares. Para comprobar la efectividad de estas soluciones también se almacena una muestra de granos de la manera convencional (normalmente usando costales). Los granos almacenados tanto de la forma convencional como con las innovaciones herméticas se dejan por un tiempo, y después los contenedores son abiertos.

Así, los productores de Atempan que participaron en esta actividad tomaron muestras de cada contenedor o tratamiento para cuantificar el grado de daño ocasionado por las plagas que se quedaron con el grano durante el almacenamiento, así como el grado de humedad y la temperatura. De acuerdo con los productores, los resultados obtenidos hacen de las soluciones herméticas poscocheca la mejor alternativa de almacenamiento, ya que sin el uso de productos químicos sus granos se mantuvieron secos y en buenas condiciones, con pérdidas mínimas.

Las soluciones herméticas poscosecha tienen costos accesibles para los pequeños productores, permitiéndoles conservar sus granos por mucho tiempo. Con un silo metálico hermético en perfectas condiciones, por ejemplo, los granos de maíz y frijol pueden ser conservados incluso por años sin ningún problema. Por supuesto, existen condiciones básicas que deben cumplirse. Para el caso de los silos metálicos, estas medidas están plasmadas en la Norma Oficial Mexicana ‘NMX-FF-123-SCFI-2014 Silo Metálico Hermético-Proceso de Fabricación-Técnica de Referencia Básica’, en cuya elaboración participaron especialistas en poscosecha del CIMMYT.

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Alimentos sanos y granos sustentables: los productores y las organizaciones hacen posible la innovación de los sistemas agroalimentarios

El CIMMYT estuvo en la exposición de conocimiento de #Expoceres2019, que fue la vigésima sexta edición de este evento que convoca a los actores vinculados al sector agropecuario en Sinaloa. La inauguración fue encabezada por Guillermo Elizondo Collard, presidente del Grupo Ceres; Quirino Ordaz Coppel, gobernador de Sinaloa; Ramón Osuna Quevedo, coordinador de Operación Territorial en Sinaloa, y Patricio Robles Luque, delegado de la SADER en Sinaloa —ambos en representación del titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural—; Julie Borlaug, presidenta de la Fundación Borlaug; Bram Govaerts, director global de Innovación Estratégica del CIMMYT; y distinguidas personalidades del sector agroalimentario en la entidad.

En su intervención, el gobernador Ordaz destacó la importancia que tiene Expoceres para el estado y la necesidad que existe de incorporar prácticas agrícolas sustentables a la agricultura sinaloense para adaptarla a las nuevas realidades del mercado y enfrentar con decisión e inteligencia los retos que nos plantean los escenarios nacional e internacional.

“Los productores deben ser vistos como empresarios del campo, y para ello necesitan obtener información de los mercados y los precios regionales, hacer análisis de suelos y cambiar a la Agricultura de Conservación”, enfatizó el gobernador.

Durante el primer día de actividades, el evento contó con la participación especial de Julie Borlaug, presidenta de la Fundación Borlaug, y el doctor Sanjaya Rajaram, Premio Mundial de la Alimentación, quienes impartieron ponencias para transmitir el mensaje de la Agricultura Sustentable y de la estrategia de innovación de los sistemas agroalimentarios del CIMMYT para México, además de compartir con productores la visión y el legado que nos dejó el doctor Norman Borlaug para poder responder a los retos del sector agroalimentario con ciencia e innovación.

El doctor Bram Govaerts, director global de Innovación Estratégica y representante regional para las Américas del CIMMYT, impartió la ponencia ‘Desde semillas para la paz hacia sistemas integrales para la prosperidad’, donde hizo un enfático llamado a asumir los retos del escenario agroalimentario y presentó los resultados obtenidos por la labor del CIMMYT en Sinaloa, destacando especialmente la tarea de los agricultores.

“Los grandes héroes de estos resultados son los productores; son ustedes los que han hecho esta diferencia. Productores que innovan y comparten con otros el impacto de las innovaciones para multiplicar su beneficio. Es nuestra responsabilidad como investigadores asegurar que el agricultor tenga la información para tomar las mejores decisiones en el momento adecuado y conozca las soluciones que dan fortaleza a su inversión. Para generar sistemas agroalimentarios resilientes, estables y sustentablemente productivos, se necesita la participación del productor, pero también de estudiantes, jóvenes innovadores y el sector público y privado, para acompañar al productor y que este tome las mejores decisiones”, señaló.

Durante su ponencia, habló sobre algunos resultados de la estrategia del CIMMYT, implementada en el estado de Sinaloa: “Aplicamos Agricultura de Conservación, reconvertimos a maíz amarillo e impulsamos la tecnificación del riego y la fertilización integral, con la cual logramos reducir el consumo de nitrógeno hasta 52% y los costos de producción de entre $1,500 y $5,600 por hectárea. Impulsamos el Manejo Agroecológico de Plagas, consiguiendo una reducción de 88% en el uso de insecticidas. Logramos ahorro de combustible y menos emisiones de gases de efecto invernadero. Estos resultados no serían posibles sin la colaboración del productor y las organizaciones que, trabajando hombro a hombro con el CIMMYT, permiten la innovación de los sistemas agroalimentarios en Sinaloa”.

Explicó que además de sistemas de manejo poscosecha, Manejo Agroecológico de Plagas y otras prácticas sustentables como la fertilización integral y la tecnificación del riego, es necesario consolidar modelos de abastecimiento responsable “para que los productores tengan un mercado” que compre su producción. “Estoy convencido de que si el consumidor demanda alimentos sanos, granos sustentables y una agricultura para la nutrición y la conservación del medioambiente, nosotros tenemos que generar trazabilidad para que él sea quien impulse el valor de una producción sustentable. Tenemos una trazabilidad en la que estamos trabajando y el compromiso de las compañías para comprar el grano producido en México de manera sustentable”, señaló Govaerts.

Dijo que necesitamos sistemas agroalimentarios enfocados a la nutrición y a impulsar el ingreso del productor y el bienestar para todo el entorno social. También habló de los proyectos de abastecimiento responsable que el CIMMYT desarrolla en colaboración con actores de la industria agroalimentaria, como Kellogg Company y Grupo Bimbo, con quienes se ha impulsado un modelo de vinculación a mercados para productores que reconoce el valor de la producción sustentable.

En el marco de las ponencias impartidas por las personalidades que representan al CIMMYT, se entregaron reconocimientos para actores que hacen posible la innovación de los sistemas agroalimentarios en Sinaloa. Sergio Márquez Quiroz, de la sección especializada de Agricultura Sustentable del Club de Agricultura de Conservación de la AARFS, recibió un reconocimiento por su valiosa contribución como asesor y responsable técnico de la plataforma de investigación de la AARFS, que beneficia a 35 productores, impactando en un área mayor de 1,500 hectáreas con prácticas sustentables que promueven la innovación de los sistemas agroalimentarios de Sinaloa. Marte Vega Román, presidente de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur (AARFS), recibió un reconocimiento para la Asociación por su valiosa contribución a la innovación de los sistemas agroalimentarios con prácticas sustentables.

El Club de Agricultores de Conservación de la Región del Évora fue reconocido por su valiosa contribución a la difusión de prácticas sustentables y de la Agricultura de Conservación. Su labor impacta positivamente en aproximadamente 18,000 hectáreas de la región del Évora y promueve la conservación de los suelos, la adaptación de maquinaria para siembra y fertilización en AC y la innovación y sustentabilidad de los sistemas agroalimentarios del estado.

Jorge Lugo Gaxiola recibió un reconocimiento por su contribución a la difusión de la Agricultura de Conservación y de prácticas sustentables que promueven la innovación de los sistemas agroalimentarios en Sinaloa.

Necesitamos impulsar acciones para responder a los retos del sector agroalimentario y del cambio climático hacia el 2030. Hoy tenemos que escuchar la crisis y ser capaces de brindar soluciones y realizar acciones que nos permitan, en conjunto, construir la paz para el mundo con sistemas agroalimentarios innovadores.

 

Expoceres2019