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Científicos y sociedad platicaron sobre suelos

México.- Con cerca de 1,500 personas de México (y otros países) registradas, siete sesiones transmitidas en vivo semana a semana y 16 especialistas de diversas instituciones, la jornada de conversatorios Platiquemos de Maíz llegó a su fin este 1 de diciembre. 

Organizada por la Fundación Tortilla y el Hub Valles Altos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Platiquemos de Maíz acercó a la sociedad algunos de los resultados más recientes de investigaciones sobre maíz y Agricultura Sustentable. 

Alumnos de nivel medio superior y superior, docentes, amas de casa, agricultores e investigadores por igual, participaron con sus preguntas y comentarios durante cada transmisión. La última de ellas a cargo de la maestra Tania Casaya (gerente del Hub Valles Altos del CIMMYT) y los ingenieros Leonardo Lugo (coordinador del Hub Pacífico Norte del CIMMYT en Sinaloa) y Jorge García (gerente del Hub Chiapas del CIMMYT).

Durante la séptima sesión, el tema abordado fue el de la conservación de los suelos como acción fundamental para la producción de maíz. “Se denomina suelo o tierra a la parte superficial de la corteza terrestre, biológicamente activa, que proviene de la desintegración o alteración física y química de las rocas y de los residuos de las actividades de seres vivos”, puntualizó la maestra Casaya al inicio de su intervención. 

Posteriormente, los ingenieros Leonardo Lugo y García compartieron con el público las experiencias que en el norte y el sur del país se han tenido para promover el cuidado del suelo: manejo adecuado de rastrojos, diversificación de cultivos y evitar las quemas agrícolas fueron tres acciones básicas en las que coincidieron para cuidar el suelo en cualquier latitud.



Así, con recomendaciones puntuales sobre prácticas que han sido validadas en plataformas de investigación en las condiciones de los propios productores, concluyó Platiquemos de Maíz, jornada de conversatorios cuyo público mostró un interés permanente, sugiriendo incluso que se desarrollen nuevos espacios de diálogo entre los investigadores y la sociedad. 

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De la milpa a la ciudad

México.- La sexta sesión de la jornada de conversatorios Platiquemos de Maíz —organizada por Fundación Tortilla y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— reunió a la doctora Marta Astier (investigadora de la UNAM, Campus Morelia), al maestro Mauro Antonio Martínez  (de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México) y a Rafael Mier (director de Fundación Tortilla) para hablar de algunos proyectos que están marcando el rumbo de una nueva relación entre el campo y la ciudad. 

La doctora Astier, por ejemplo, es la creadora de la cooperativa de mujeres Red Tsiri, un esfuerzo colectivo que busca rescatar la riqueza gastronómica y cultural asociada al maíz nativo en la región de Pátzcuaro-Zirahuén. A través de esta cooperativa se fomenta la conservación de la agrobiodiversidad y los sistemas alimentarios sustentables locales y se revaloriza el papel de las mujeres tortilleras en la conservación de los maíces nativos. 

Red Tsiri es uno de los proyectos que se han vinculado a una amplia red de organizaciones que buscan salvaguardar y promover la cultura y el consumo del maíz y la tortilla. Para Rafael Mier, la articulación de estos esfuerzos permitirá garantizar el acceso a una tortilla de calidad para el pueblo mexicano: “más de 100 nuevos proyectos —con restaurantes, centros de investigación, universidades, cooperativas e incluso artistas— en cinco años nos dan esperanza y nos indica que hay un gran interés y que se está conformando un gran movimiento entorno al maíz nativo”, comentó. 

En ese sentido, el director de Fundación Tortilla mencionó algunas de las iniciativas que están acercando los productos de la milpa a varias ciudades del país. En muchas de esas iniciativas el sector restaurantero ha sido clave para el desarrollo local y para que algunas cooperativas de productores mexicanos actualmente estén exportando maíz nativo mexicano al extranjero.

Finalmente, el maestro Mauro Antonio Martínez puso sobre la mesa temas relevantes en torno a la milpa tales como la soberanía alimentaria, el consumo local, la autosuficiencia alimentaria de los centros urbanos y la relación bidireccional entre el campo y la ciudad. Al respecto, mencionó que “para una ciudad de 10 millones de habitantes se requieren al menos 6 mil toneladas de alimentos diarios”, por lo que enfatizó en la necesidad de construir sistemas agroalimentarios sustentables ambientalmente y operativos desde el punto de vista logístico.



Platiquemos de Maíz es un esfuerzo conjunto de Fundación Tortilla y el CIMMYT para acercar el conocimiento científico a la sociedad. Las sesiones se han transmitido todos los martes desde el 20 de octubre y llegarán a su fin el próximo 1 de diciembre. La sesión de clausura se transmitirá a las 6 pm a través de la página de Facebook de Fundación Tortilla y el canal de YouTube CIMMYTCAP.

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Maíz teotihuacano: sabor y sustentabilidad

México.- Con más de 90 años de operaciones ininterrumpidas, el restaurante La Gruta es parte de los atractivos turísticos de Teotihuacan, en el Estado de México —está ubicado atrás de la Pirámide del Sol, en una gruta de origen volcánico—, pero también es un referente de cómo la sustentabilidad en el sector restaurantero puede generar cambios sociales positivos. 

La idea generalizada de sustentabilidad en el ámbito restaurantero es hacer uso de productos locales y de temporada; sin embargo, La Gruta ha ido más allá: el chef Carlos Cedillo, director operativo del restaurante, impulsó la construcción de una huerta in situ para el entendimiento y fomento de buenas prácticas agrícolas (con la colaboración de la Universidad Autónoma Chapingo), y más recientemente desarrolló un programa para fomentar la producción y el consumo de maíz nativo en el Valle de Teotihuacan, iniciativa en la que ha contado con la colaboración del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Actualmente, La Gruta cuenta con un padrón activo de 30 productores con más de 40 hectáreas de producción de maíz nativo. El restaurante apoya a los agricultores locales con asesoría gratuita (desde la siembra hasta la poscosecha), aprovechando y rescatando en el proceso los conocimientos tradicionales de los productores, los cuales se han fortalecido con el conocimiento científico que los especialistas del CIMMYT comparten con ellos en esta iniciativa que busca asegurar que el maíz con el que se preparan los platillos de La Gruta fue cultivado con las mejores prácticas agronómicas.

Uno de los aspectos más importantes del proyecto es la calidad de la producción. Para esto ha sido fundamental adoptar las tecnologías adecuadas para minimizar el daño por plagas de almacén y hongos. Las tecnologías poscosecha, como los silos metálicos herméticos y el uso de cal micronizada, han sido clave para que los agricultores que participan en el proyecto aseguren que el maíz teotihuacano que se consume en La gruta sea de la más alta calidad. De hecho, esto contribuyó a que el restaurante haya sido distinguido a nivel internacional por sus prácticas sustentables.

Cabe mencionar que esta iniciativa ha propiciado que el tejido social de la comunidad se fortalezca: ante fenómenos como la migración y el abandono del campo que son palpables en Teotihuacan, los jóvenes de la localidad comienzan a ver que el campo es una opción económica viable y rentable para ellos y sus familias, pero también que el cultivo sustentable del maíz se puede reflejar en la mesa de los comensales, contribuyendo a la valorización de la cultura local y de la Agricultura Sustentable.



Este ejemplo de “sustentabilidad a la mesa” fue el motivo de la conversación entre el chef Carlos Cedillo y el doctor Sylvanus Odjo —coordinador de Poscosecha del CIMMYT— durante la quinta sesión de la jornada de conversatorios Platiquemos de Maíz, un esfuerzo conjunto de la Fundación Tortilla y el CIMMYT para acercar el conocimiento científico a la sociedad. Las sesiones se transmiten todos los martes (hasta el 1 de diciembre) a las 6 pm a través de la página de Facebook de Fundación Tortilla y el canal de YouTube CIMMYTCAP.

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Sin los productores no hay sustentabilidad

México.-  Siendo la base de la alimentación del país —al año, un mexicano consume en promedio 196.4 kg de maíz blanco—, el maíz abarca alrededor del 85% del volumen total producido en el país. Aun así, el maíz producido en México no alcanza a cubrir las necesidades del consumo interno.

La degradación de los suelos, el cambio climático y las prácticas agrícolas poco sustentables (como el monocultivo o el uso excesivo e inadecuado de productos químicos potencialmente nocivos) son algunos de los factores que contribuyen a que muchos agricultores mexicanos no logren una producción adecuada, teniendo dificultades, muchas veces, para cubrir las necesidades de autoconsumo.

Ante este panorama, el maestro Mauro Antonio Martínez Pérez —subdirector de Producción e Innovación en la Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México— y el doctor Simon Fonteyne —coordinador nacional de plataformas de investigación del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— platicaron con estudiantes, técnicos y público en general sobre las diversas alternativas que hay para una producción sustentable de maíz. Esto, en el marco de la cuarta sesión de Platiquemos de Maíz.

Lograr la sustentabilidad —es decir, lograr que los sistemas agroalimentarios sean capaces de preservar los recursos naturales de forma sostenible en el tiempo y en concordancia con el contexto sociocultural— es crucial en un contexto donde la población humana sigue creciendo y concentrándose primordialmente en ciudades, mientras que las tierras aptas para la agricultura disminuyen por múltiples factores. 

En este sentido, el maestro Mauro Antonio Martínez enfatizó en la necesidad de desarrollar estrategias donde los saberes tradicionales de las comunidades no sean vulnerados, sino incluidos en la respuesta a las diversas problemáticas que se presentan en el ámbito agrícola. La milpa y el sistema chinampero de la cuenca lacustre de la Ciudad de México son ejemplo de sistemas sustentables que pueden desarrollarse con autonomía y autogestión, mencionó el especialista. 

Por su parte, el doctor Simon Fonteyne expuso el modelo de innovación del CIMMYT, basado en hubs o nodos de innovación donde los resultados de la investigación científica son compartidos con los productores mediante capacitaciones para que ellos mismos tomen las mejores decisiones para sus sistemas de producción y apliquen las prácticas y tecnologías más convenientes y adecuadas.



Ambos especialistas coincidieron en que no hay una vía única para lograr que un sistema agrícola sea sustentable, pues, enfatizaron, eso dependerá de las necesidades de los propios productores quienes deben ser los protagonistas de todo proyecto, programa o política encaminado al campo. 

La jornada de conversatorios Platiquemos de Maíz es un esfuerzo conjunto de la Fundación Tortilla y el CIMMYT para acercar el conocimiento científico con la sociedad. Las sesiones se transmiten todos los martes (hasta el 1 de diciembre) a las 6 pm a través de la página de Facebook de Fundación Tortilla y el canal de YouTube de ACCIMMYT.

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La milpa, tradición que impulsa el futuro

México.- La milpa es un ecosistema creado por las sociedades mesoamericanas que ha persistido, muy probablemente, por cerca de 5 mil años. Se trata de un fenómeno cultural y tecnológico dinámico, basado en el cultivo de maíz en conjunto con otras especies (policultivo). Su flexibilidad y eficiencia han inspirado el diseño de sistemas agrícolas más sustentables en todo el mundo.

Para hablar de este tema, la tercera sesión de la jornada de conversatorios Platiquemos de Maíz —organizada por Fundación Tortilla y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— convocó al doctor Santiago López Ridaura, científico del CIMMYT que se ha enfocado al análisis de sistemas agrícolas para orientar el diseño y selección de las intervenciones tecnológicas y de políticas apropiadas en el ámbito agrícola.

El doctor López Ridaura habló de los tres cultivos que tradicionalmente están asociados al sistema milpa: maíz, frijol y calabaza (conocidos como las tres hermanas). No obstante, el especialista enfatizó en que la flexibilidad y la diversidad del sistema son tales que el policultivo puede integrarse con una gran variedad de leguminosas, tubérculos, flores y otras especies vegetales, incluidos los árboles frutales —sistema conocido como Milpa Intercalada con Árboles Frutales, que es muy útil para la agricultura en laderas—.

El científico del CIMMYT hizo referencia a diversos estudios que muestran los amplios beneficios de la milpa. Uno de ellos es que se puede obtener un mayor rendimiento en un área sembrada como milpa que de un área equivalente, sembrada en monocultivo (Tasa de Tierra Equivalente). En condiciones experimentales en Tlaxcala, México, —por ejemplo— se ha encontrado que la asociación de maíz-frijol-calabaza puede producir entre 60% y 90% más que sus monocultivos.

Lo anterior, explicó el doctor López Ridaura, se debe a que la milpa favorece al menos dos grandes mecanismos en los cultivos: uno de facilitación (que se expresa de diversas maneras, una de ellas cuando el maíz brinda soporte físico para el crecimiento del frijol) y otro de competencia (este, por ejemplo, permite que las raíces de los cultivos exploren más ampliamente el suelo, favoreciéndose así su nutrición).



Además de estos, durante el conversatorio se abordaron temas como los beneficios ambientales y agronómicos de la milpa, la contribución del sistema para la generación de dietas nutritivas y variadas, los distintos experimentos y prácticas de asociación de cultivos basados en la milpa —como el sistema de “atracción-expulsión”, desarrollado y ampliamente aplicado en África—, así como algunos proyectos relevantes para el fortalecimiento del sistema, como Buena Milpa en Guatemala, Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, entre otros.  

La jornada de conversatorios Platiquemos de Maíz es un esfuerzo conjunto de la Fundación Tortilla y el CIMMYT para acercar el conocimiento científico con la sociedad. Las sesiones se transmiten todos los martes (hasta el 1 de diciembre) a las 6 pm a través de la página de Facebook de Fundación Tortilla y el canal de YouTube de ACCIMMYT.

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Platiquemos de semillas

México.- Las semillas constituyen una de las innovaciones más importantes de las plantas en el curso de la evolución. Gracias a ellas la humanidad pudo llevar consigo la base de su alimentación en sus múltiples rutas migratorias. La historia, además, ha demostrado que resguardar semillas es un acto de enorme utilidad social en caso de un desastre natural de grandes dimensiones (como incendios, terremotos o inundaciones) o de naturaleza social (como las guerras).

Para abordar el tema y compartir con el público ejemplos específicos que ilustran la importancia de la conservación de semillas, la segunda sesión de la jornada Platiquemos de Maíz reunió de forma virtual a la doctora Denise Costich —científica que por ocho años fue la responsable del Banco de Germoplasma del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, a la ingeniera María de los Ángeles Mérida —coordinadora de recursos genéticos del Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA) de Guatemala— y al doctor Filippo Guzzon —del Banco de Germoplasma del CIMMYT—.

Las semillas forman parte de los recursos fitogenéticos que son la base biológica de la seguridad alimentaria. En el mundo hay más de 1,750 bancos de semillas y el de maíz y trigo de México (resguardado por el CIMMYT en Texcoco, Estado de México) es uno de los más importantes a nivel global por su diversidad y número de colecciones.

Además del flujo de semillas e información que va desde una reserva familiar hasta un banco de semillas como el de Svalbard, cerca del Polo Norte, los especialistas invitados abordaron temas como las condiciones óptimas para la conservación de semillas, su longevidad, tecnologías de secado (como las perlas secadoras de zeolite), repatriación de semillas, reservas comunitarias, germinación, monitoreo de la humedad, calidad del grano, entre otros.



La jornada de conversatorios Platiquemos de Maíz es un esfuerzo conjunto de la Fundación Tortilla y el CIMMYT para acercar el conocimiento científico con la sociedad. Las sesiones se transmiten todos los martes (hasta el 1 de diciembre) a las 6 pm a través de la página de Facebook de Fundación Tortilla y el canal de YouTube de ACCIMMYT.

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Promueven la nixtamalización para mejorar la nutrición y la salud

México.- El calcio es uno de los micronutrientes más importantes (ayuda principalmente a la formación y al mantenimiento de huesos y dientes), pero el cuerpo humano no produce calcio, lo obtiene a través de los alimentos, como los lácteos y las hortalizas de hoja verde. Además de estos, los productos de maíz que han sido procesados mediante la nixtamalización también son una fuente importante de calcio.

De acuerdo con la evidencia arqueológica, la técnica de la nixtamalización fue desarrollada por las civilizaciones mesoamericanas entre el año 400 A.C. y el 800 A.C. para ablandar los granos de maíz y poderlos moler. Originalmente estas civilizaciones cocían los granos junto con ceniza volcánica o conchas molidas y actualmente se usa cal.

Hoy se sabe que la nixtamalización implica cambios bioquímicos importantes en el maíz que favorecen la salud humana: el maíz se enriquece con calcio y otros minerales, se liberan precursores de la niacina (un tipo de vitamina que ayuda a transformar los alimentos en energía y cuya deficiencia ocasiona pelagra, una enfermedad que puede ser mortal), mejora la biodisponibilidad de las proteínas e inhibe un alto porcentaje de aflatoxinas (sustancias tóxicas naturales) presentes en el maíz.

Para compartir con la sociedad los conocimientos que actualmente se han generado sobre la nixtamalización en el ámbito científico, la primera sesión de los conversatorios Platiquemos de Maíz —organizados por la Fundación Tortilla de Maíz y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— reunió a tres especialistas en el tema: la doctora Gricelda Vázquez Carrillo, investigadora del INIFAP; la doctora Anayansi Escalante Aburto, de la Universidad de Monterrey (ambas del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt); y la doctora Natalia Palacios, científica del CIMMYT.

¿Por qué es importante compartir el conocimiento científico sobre la nixtamalización con la sociedad? Porque a través de este proceso se puede mejorar la nutrición y la salud de la población. Si se considera que de las 24 millones de toneladas de maíz que se cosechan anualmente en México, alrededor de 50% se destina a la elaboración de tortillas, entonces la elaboración de tortillas y otros productos nixtamalizados es un potencial vehículo para que la población acceda a una dieta más nutritiva.

En este sentido, las especialistas compartieron con los asistentes al conversatorio el contexto y las particularidades de la nixtamalización, desde el tipo de maíces que son más adecuados para este procedimiento (aunque todos son susceptibles de nixtamalizarse, los maíces dentados son los que normalmente se nixtamalizan debido a su dureza, tamaño y usos), la importancia de características como la dureza del grano (que se puede determinar midiendo su índice de flotación utilizando una solución de nitrato de sodio), hasta detalles muy particulares, como el tiempo de reposo y la retención de provitamina A.

Debido a la gran participación del público quedaron algunas preguntas sin responder. A través de este medio compartimos las respuestas a las preguntas pendientes:

¿La harina comercial pasa por un proceso de nixtamalización?, ¿cuál es la calidad nutricional de las tortillas hechas industrialmente en comparación con las elaboradas con maíces nativos?

En México existen básicamente tres procedimientos mediante los cuales se elaboran tortillas: el doméstico (principalmente en las áreas rurales), el de la industria de la masa fresca-tortilla (representada por aproximadamente 60 mil molinos y muchas más tortillerías), y el correspondiente a la elaboración de harinas nixtamalizadas (que se realiza en cerca de 25 plantas procesadoras en el país).

En general las harinas nixtamalizadas sí pasan por un proceso de nixtamalización igual o muy similar al tradicional. En ese proceso la masa esta se deshidrata y se vuelve a moler. Sin embargo, existen nuevos procedimientos, como la extrusión, donde se usan los mismos tres ingredientes de la nixtamalización, pero el proceso es diferente.

¿Cómo se puede aprovechar el nejayote? Si este se tiene que desechar forzosamente, ¿cuál es la forma adecuada para hacerlo de forma ambientalmente responsable?

El nejayote es el agua residual del proceso de nixtamalización del maíz y se considera un desecho altamente contaminante, sin embargo, algunos estudios sugieren que puede ser tratado para reutilizarse y, de hecho, algunas industrias lo hacen, deshidratándolo y usándolo para aplicaciones agrícolas. Otros recuperan los sólidos, pues es rico en celulosa y otros compuestos de interés industrial. Sin embargo, es importante mencionar que es un área de oportunidad para la investigación.

¿Cómo se puede saber qué maíces tienen más almidón y cómo el almidón está relacionado con la dureza del grano?

En general, el contenido de almidón entre los maíces no varía mucho, siendo alrededor de 70% para la mayoría (aunque se pueden encontrar entre 65 y 75%). Lo que sí varía más es su composición (es decir, la cantidad de amilos o amilopectina que pueda tener el almidón).

También es importante considerar que el grano de maíz tiene dos tipos endospermos, uno vítreo y otro harinoso. La diferencia entre estos dos es el grado de compactación de los gránulos de almidón. Comparado con el endospermo vítreo, la compactación en el harinoso es menor. Cuando un grano de maíz tiene mayor proporción de endospermo harinoso es mas suave y si tiene mayor proporción de endospermo vítreo, será mas duro.

Para hacer una nixtamalización adecuada, ¿cuánto tiempo se deja secar el grano, cuántos litros de agua por kilo de maíz se tienen que agregar? ¿Existe la posibilidad de que al no hacer bien la nixtamalización se pierdan nutrientes?

Normalmente se utiliza un grano con 14% de humedad. Un procedimiento estándar usa aproximadamente dos litros de agua y 10 gramos de cal por kilo de maíz. En el proceso de nixtamalización se pierden algunos compuestos nutricionales, se retienen otros y se absorben otros. Si hablamos del calcio (principal nutriente que aportan los productos derivados del maíz nixtamalizado), por ejemplo, su absorción es mayor entre más tiempo queden en reposo los granos de maíz. O si hablamos de las antocianinas (los pigmentos que le dan el color azul al maíz azul y que tienen propiedades antioxidantes), estas se pierden en la nixtamalización y su pérdida es mayor entre más largo sea el proceso de reposo.

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