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Diversificación de cultivos en el Bajío mexicano

Maíz y vice en sistema diversificado en el Bajío mexicano. (Foto: Hub Bajío-CIMMYT)
Maíz y vice en sistema diversificado en el Bajío mexicano. (Foto: Hub Bajío-CIMMYT)

Generalmente los sistemas intensivos de producción tienen como característica el uso de monocultivos en grandes extensiones y redes comerciales muy específicas, por lo que uno de los retos más importantes para estos sistemas es lograr la diversificación de cultivos, particularmente para lograr y conservar la salud de los suelos a la vez que mantener o incrementar la rentabilidad.  

En la plataforma de investigación de Pénjamo, el equipo técnico del Hub Bajío del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) aborda esta problemática desde 2019 y ha desarrollado estrategias de diversificación con base en cultivos de servicio. 

Un cultivo de servicio es aquel cuya función es dejar un beneficio para un cultivo principal, para un cultivo primario. También son conocidos como cultivos de cobertura porque brindan una cobertura vegetal al suelo.

“Actualmente estamos validando tres líneas de investigación: el uso de herramientas como los cultivos de servicio, la agricultura de conservación, y el uso de enmiendas orgánicas para el incremento de la productividad”, señala Paul García Meza, del Hub Bajío del CIMMYT. 

En un ensayo reciente, “se utilizaron seis especies de plantas (incluyendo vicia), para conocer la adaptabilidad al sistema de producción tanto en maíz como en trigo. Para el caso de maíz se estableció al voleo mientras que para trigo fue interlineado. Ambos cultivos principales se establecieron bajo dos sistemas: agricultura de conservación y agricultura convencional”, precisa Paul. 

“Uno de los principales beneficios que hemos generado en la plataforma de investigación de Pénjamo ha sido la identificación de factores agronómicos limitantes para el incremento de los  rendimientos, uno de estos está referido a la implementación de agricultura de conservación para trigo y maíz, por lo que nos hemos enfocado en que este sistema se implemente correctamente”. 

Por su parte, la estrategia de diversificación con base en el enfoque de cultivos de servicio para sistemas intensivos de producción es económica y agronómicamente viable, señala Paúl, quien detalla que la técnica de interlineado en cultivo trigo ofrece la posibilidad de incrementar el rendimiento en el maíz, mientras que la técnica de relevo en maíz ofrece la posibilidad de incrementar el rendimiento en trigo.  

Por lo anterior, enfatiza Paul, “las plataformas de investigación son importantes porque pueden ayudar a identificar las principales problemáticas que limitan el incremento de la productividad de los cultivos en la región. Aquí hemos identificado que el uso de agricultura de conservación, fertilidad integral y cultivos de servicio puede ser una herramienta para incrementar los rendimientos”. 

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, AgribaSustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes. 

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Identificar las mejores prácticas agrícolas, una tarea esencial de la ciencia aplicada al campo

Maíz establecido con agricultura de conservación. (Foto: CIMMYT)
Maíz establecido con agricultura de conservación. (Foto: CIMMYT)

“Las plataformas de investigación tienen una gran importancia debido a que ahí probamos todos los estudios científicos generados por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores, transformándolos en un menú tecnológico amplio, flexible y adecuado para los agricultores de cada zona”, menciona Raúl Olvera García, investigador del Instituto Tecnológico Superior de Huichapan (ITSH).

Raúl es responsable de la plataforma de investigación Huichapan, en Hidalgo, México, donde colaboran el ITSH y el CIMMYT para “evaluar la producción de maíz nativo e híbrido bajo sistemas de cultivo basados en agricultura de conservación en comparación con la agricultura convencional. Esto, a fin de recomendar los sistemas más adecuados a los productores del área; es decir, detectar sistemas de producción más resilientes que pueden contribuir a incrementar los rendimientos y a mejorar la salud del suelo ante los efectos del cambio climático”, comenta Raúl. 

Entre las principales innovaciones que se estudian y promueven en la plataforma están la agricultura de conservación, la fertilización integral, la rotación de cultivos, cultivos alternativos y la evaluación de algunas variedades mejoradas. 

Así, en el ciclo primavera-verano 2022 se evaluaron los rendimientos de maíz grano de siete tratamientos, cinco de ellos basados en agricultura de conservación —con maíz nativo e híbrido y dos niveles de rastrojo dejado sobre el suelo (50 y 100 %)— y dos tratamientos testigo bajo labranza convencional —sin rastrojo—. Cabe señalar que la comparación se realizó a partir del año dos de agricultura de conservación a fin de tener un ciclo previo de rastrojo dejado sobre el suelo, así como un ciclo de rotación de cultivo. 

El mayor rendimiento observado se obtuvo con siembra directa de maíz híbrido en rotación con triticale y ebo establecidos bajo labranza mínima e incorporando el 50% de rastrojo de maíz, por lo que es una buena alternativa para producir grano y forraje manteniendo rendimientos sostenibles”, señala Raúl quien, además, recomienda implementar este sistema haciendo roturación vertical del suelo. 

“Las evaluaciones que realizamos en las plataformas de investigación son importantes porque los sistemas de producción y las variedades se comportan de manera diferente en diferentes regiones”, puntualiza Raúl, para quien “el beneficio que se ha generado a través de las investigaciones realizadas en la plataforma es que por medio de ellas se evalúan todos los conocimientos generados en el CIMMYT y son transmitidos a los productores de la zona”. 

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, AgribaSustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

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Investigación colaborativa brinda opciones a agricultores de Iguala

Cultivo de crotalaria en sistema diversificado. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Cultivo de crotalaria en sistema diversificado. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Para los agricultores de Iguala, en Guerrero, México, la rentabilidad es un tema importante a la hora de adoptar prácticas sustentables. Por esta razón, en la plataforma de investigación de Iguala se ha estado evaluando, desde hace cinco años, el efecto de los tipos de labranza y el manejo de rastrojo en el rendimiento y rentabilidad del maíz de temporal en rotación con crotalaria y soya.

En la plataforma de investigación de Iguala, ubicada en un campo experimental del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y pecuarias (INIFAP), colaboran tanto investigadores de este instituto como del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Juntos, en el ciclo primavera-verano 2022 establecieron siete tratamientos (cinco con maíz y dos con soya) a partir de los cuales evaluaron prácticas de agricultura de conservación y prácticas convencionales de la zona. 

Si bien no se observaron diferencias estadísticamente significativas para grano de maíz y soya, sí se observó que dos tratamientos mostraron los rendimientos más altos (7.87 y 7.74 toneladas por hectárea, respectivamente). Estos fueron la rotación de maíz con soya, y el tratamiento donde se integraron todos los componentes de la agricultura de conservación, así como siembra de crotalaria en el ciclo otoño-invierno. Por su parte, la práctica convencional de los productores locales fue la que obtuvo el menor rendimiento de grano de maíz. 

Con respecto a la rentabilidad se obtuvieron mejores resultados con las propuestas de agricultura de conservación, sistema de producción que confirma ser “una alternativa viable y sustentable en el cultivo de maíz y soya”, señala Roció Toledo Aguilar, investigadora del INIFAP.

Sobre el impacto de la plataforma de investigación , la investigadora comenta que además de la rentabilidad hay otros como “la capacitación de técnicos y productores, la restauración los suelos degradados, la ampliación del menú de cultivos, destacando los forrajeros porque se trata de una zona ganadera. A partir de estos, los productores pueden equilibrar la alimentación del ganado”.

La relevancia de la plataforma, como yo lo percibo, es que es un espacio donde se pueden obtener resultados y estos pueden ser difundidos a productores y productoras para que los sistemas agroalimentarios sean más resilientes, puedan conservar el suelo y puedan seguir contribuyendo a la alimentación de la sociedad”, concluye Rocío Toledo. 

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Investigan el potencial de la biofertilización en Yucatán

Cosecha de maíz en plataforma Yaxcabá, Yucatán, en noviembre de 2022. (Foto: Castillo, Itzá, Vilchis, Escalante)
Cosecha de maíz en plataforma Yaxcabá, Yucatán, en noviembre de 2022. (Foto: Castillo, Itzá, Vilchis, Escalante)

El sistema milpa en la Península de Yucatán forma parte de una tradición de cultivo milenaria. No obstante, la reducción de los tiempos de barbecho y otras prácticas inadecuadas han derivado en una pérdida de fertilidad de los suelos, lo cual repercute en la caída de los rendimientos en la región. 

Ante la necesidad de evaluar prácticas sostenibles de manejo agrícola, investigadores de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) establecieron un experimento en la plataforma de Yaxcabá, Yucatán —espacio donde ambas instituciones colaboran—, orientado a evaluar el efecto de la biofertilización en el rendimiento de maíz, específicamente la evaluación de dos factores de manejo consistentes en el tipo de fertilización y la aplicación de biol, un abono orgánico.

“Todas las labores de cultivo fueron manuales. Se utilizó maíz Nal Xoy amarillo, estiércol de ovino descompuesto, mucuna como cultivo de cobertura, y aplicación foliar de biol de microorganismos de monte elaborado artesanalmente”, mencionan los investigadores de la UADY y el CIMMYT. 

El rendimiento del grano fue similar entre los tratamientos con estiércol y DAP —uno de los fertilizantes fosfatados más usados en la agricultura—, y fue superior con la aplicación del biol de microorganismos de monte. 

Los resultados de la plataforma confirman que el uso de microorganismos para el manejo de la fertilidad del suelo, las coberturas vegetales y el uso de estiércoles son prácticas con potencial que deben seguir siendo investigadas y, como señala Guadalupe Itzá, una de las investigadoras de la UAY que colaboran en la plataforma, deben ser acompañadas de prácticas como “la no quema y mantener el rastrojo en la superficie del suelo”. 

Con respecto a la colaboración entre la UADY y el CIMMYT, la investigadora señala que “las plataformas de investigación son importantes porque permiten encontrar prácticas que sean sostenibles y adecuadas para los productores, tomando en cuenta aspectos socioeconómicos y ambientales”. 

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Investigación para brindar soluciones a las problemáticas de cada productor

Plataforma de investigación de Zacatepec, en Morelos, México. (Foto: CIMMYT)
Plataforma de investigación de Zacatepec, en Morelos, México. (Foto: CIMMYT)

Recientemente, en las instalaciones de la sede global del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Texcoco, Estado de México, se desarrolló el Simposio Internacional de Plataformas de Investigación 2023, en el que se dieron cita investigadores de México, Guatemala, Perú y Colombia para intercambiar experiencias, aprender y renovar la investigación que, desde esos espacios, se está realizando para desarrollar y consolidar sistemas agroalimentarios sustentables. 

Esta red de plataformas que impulsan el CIMMYT y sus colaboradores “inició en 2011, pero ahora está entrando en una nueva fase, donde con nuevas iniciativas como AgriLAC Resiliente, Excellence in Agronomy, o proyectos como Cultivando un México Mejor con HEINEKEN México o Agriba Sustentable con Trimex, entre otros, estamos operando las plataformas ya existentes o instalando nuevas para obtener y validar las mejores recomendaciones para los productores”, señala Simon Fonteyne, coordinador de investigación agronómica para América Latina del CIMMYT.

“En las plataformas de investigación se hace investigación agronómica bajo las condiciones de los productores locales con el objetivo de encontrar soluciones para mejorar su sistema de producción. Estas mejoras están basadas en datos obtenidos a través de la investigación colaborativa. En ese sentido, las plataformas no son únicamente trabajo del CIMMYT, si no también trabajo de los colaboradores provenientes de todos los sectores, gobierno, agroindustria, academia, etc.” 

“El principal beneficio que observamos en la plataforma, después de más de 10 años que llevamos trabajando con ella, ha sido el incremento del rendimiento de grano y, aunque este aspecto regularmente es lo principal que observan los productores, nosotros insistimos que también hay que observar los beneficios en la rentabilidad, no solo el rendimiento, si no también cuánto nos cuesta producirlo”, menciona Alberto Trujillo Campos, de la plataforma de Zacatepec, Morelos, en donde se colabora con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). 

La plataforma de Zacatepec está ubicada en el trópico seco de Morelos, dentro del Campo Experimental “Zacatepec” del INIFAP. En esta zona, bajo condiciones de temporal, se cultiva una superficie de 18 mil hectáreas de maíz, con rendimiento medio de 3.2 toneladas por hectárea y 25 mil hectáreas de sorgo con rendimiento medio de 4.2 toneladas por hectárea. Esta plataforma de investigación tiene la finalidad de determinar la mejor interacción entre sistemas de labranza, manejos de rastrojo y rotación entre cultivos de maíz, sorgo y amaranto.

La investigación en la plataforma ha derivado en mejores condiciones de suelo, mayor captación de humedad y eso se ah reflejado en mayor rendimiento y rentabilidad para el productor. Los tratamientos con el mejor rendimiento y rentabilidad fueron aquellos que tienen en común el sistema de cero labranza y cultivando sobre el rastrojo del cultivo anterior, independientemente de la rotación de cultivo”, menciona el investigador que colabora en la plataforma de Morelos. 

“La importancia de las plataformas de investigación es que ahí podemos comparar el sistema del productor con innovaciones que vamos generando a través de la investigación. De esa manera le damos a conocer al productor que las mismas condiciones de suelo, ambiente, clima y precipitación, tenemos resultados diferentes cuando implementamos ciertas prácticas”, enfatiza Alberto Trujillo. 

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Capacitar a los jóvenes, oportunidad para transitar a sistemas agroalimentarios sustentables

Estudiantes mexicanos que participan en Skills for Prosperity México. (Foto: SFPMx)
Estudiantes mexicanos que participan en Skills for Prosperity México. (Foto: SFPMx)

Recientemente, un grupo de docentes y estudiantes de la Universidad Tecnológica de los Valles Centrales de Oaxaca (UTVCO) se capacitó en temas encaminados a disminuir el impacto climático y el calentamiento global mediante la conservación y uso eficiente del suelo y agua. Esto. Lo anterior, en el marco de la alianza entre la UTVCO y el proyecto Skills for Prosperity México —que impulsa el Gobierno de Reino Unido— y de la colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo (CIMMYT), institución que estuvo a cargo del proceso formativo.

Skills for Prosperity México es una iniciativa que busca innovar constantemente para lograr cambios sustentables y de alto impacto de roles, rutinas y reglas que fortalecen la educación para los jóvenes. Por eso, “emprendemos alianzas y vinculamos instituciones cuya sinergias contribuyen en esta misión. Así, en Oaxaca nos aliamos con el CIMMYT y la UTVCO para alinear la carrera de Agricultura Sustentable con requerimientos de habilidades técnicas del mercado local y global del maíz”, comentan los impulsores de la iniciativa. 

De acuerdo con las instituciones participantes, en Oaxaca, el sector agrícola es uno de los más atrasados: los pequeños productores suelen tener ingresos limitados, pues mantienen técnicas de cultivo no eficientes e incluso nocivas para el medioambiente. Esta problemática es también un área de oportunidad para el desarrollo de capacidades en las nuevas generaciones de técnicos, pues son ellos quienes tienen la oportunidad de revertir esta situación al ofrecer vías para hacer más sustentable el campo con el diseño de proyectos sustentables, su gestión y evaluación.

Para sumar a estos esfuerzos, el CIMMYT creó cursos de larga duración y a la medida para que estudiantes universitarios en Oaxaca comprendan mejor las dinámicas de los mercados de maíz globales y nacionales, así como la disponibilidad de nuevas tecnologías y avances científicos en el sector.

Durante un semestre, las y los jóvenes conocieron la relación entre los tomadores de decisiones, investigadores, compradores, agricultores y gobiernos involucrados en el mercado del maíz y cultivos relacionados. También comprendieron las características de la infraestructura del sector, áreas de cultivo y plataformas de investigación. Este conocimiento es indispensable para desarrollarse como profesionistas exitosos y formar habilidades diferenciadoras que aumentan su empleabilidad y les habilitan como actores en la transición hacia economías sustentables.

«En el CIMMYT no solo estábamos interesados en desarrollar algunos cursos para complementar el programa de estudios de la carrera de Agricultura Sustentable de la UTVCO, sino en ayudar a los estudiantes a comprender cómo funciona el mercado global del maíz fuera de los límites de la universidad y obtener habilidades que los preparen para el trabajo en el campo. Ofrecimos nuevos elementos a los profesores para que fortalezcan lo que ya enseñan a sus alumnos», menciona Jaime Leal, gerente del Hub del Pacífico Sur del CIMMYT. 

Sobre Skills for Prosperity México

Es un programa de asistencia técnica impulsado por el Gobierno de Reino Unido en nueve países del mundo para fortalecer entre los jóvenes las habilidades técnicas y socioemocionales orientadas al mercado laboral. Su principal objetivo es dotarlos con nuevas herramientas que les permitan construir su propia prosperidad y aportar en el crecimiento económico inclusivo y sustentable en el mundo.

Sobre el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)

Es una organización internacional de investigación científica en el sector agrícola, especializada en el desarrollo de variedades mejoradas de maíz y de trigo. El CIMMYT es uno de los 15 centros especializados en investigación agrícola del CGIAR, tiene enlaces con 100 países en desarrollo y colabora con organizaciones del sector público y privado, ONG, agricultores y comunidades. Más información: https://youtu.be/9XVhbtd1_-A / Miguel Primo Armendáriz: miguel_armendariz@sfpmx.com.

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Agricultura de conservación, idónea para la Mixteca oaxaqueña

Productores de pequeña escala de Oaxaca, México, con ganado caprino. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)
Productores de pequeña escala de Oaxaca, México, con ganado caprino. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)

Por su altitud, temperatura, baja precipitación y los graves problemas de erosión, la región Mixteca en el estado mexicano de Oaxaca fue seleccionada, junto con el atiplano sur de Bolivia y algunas regiones de África, para un proyecto de aceleración de la agricultura de conservación y la producción agropecuaria sustentable: CLCA. 

Tanto en África como en América Latina se proyecta una reducción del 10 % de la producción de maíz para el año 2055, lo que equivale a una pérdida de dos billones de dólares anuales, ya que está probado que la agricultura convencional, como se realiza mayoritariamente en el mundo, duplica la pérdida natural de suelo superficial alcanzado 26 toneladas al año y afectando particularmente a las zonas áridas donde la degradación del suelo es notable. 

Ante este panorama que pone en riesgo la autosuficiencia alimentaria de quienes producen a pequeña escala en estas regiones, el proyecto CLCA —impulsado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) e implementado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversos colaboradores— promueve el uso de la agricultura de conservación en sistemas agropecuarios en zonas áridas para mejorar la eficiencia en el uso de agua, la fertilidad del suelo y la productividad.

Partiendo de un objetivo común (mejorar las condiciones de los agricultores locales), CLCA impulsa acciones específicas y adaptadas para cada contexto particular de las tres zonas del mundo en donde opera. 

En Oaxaca, el proyecto contempla la identificación y promoción de “alternativas de producción forrajera que permitan generar una asociación y una intensificación con los sistemas de maíz. Esto implica desarrollar y validar una variedad de soluciones viables en plataformas de investigación, módulos de innovación y áreas de extensión, que son los tres espacios que conforman el modelo del Hub del CIMMYT”, señala Jaime Leal, gerente del Hub Pacífico Sur del centro de investigación en mención. 

“Todas las prácticas, tecnologías o cultivos que se validan en la plataforma de investigación se llevan a los módulos de innovación donde se comparan con las prácticas del productor. Así es posible identificar qué manejo es el más conveniente y nos da la pauta para establecer áreas de extensión, que son parcelas de productores que deciden innovar”, menciona Leal, enfatizando que los procesos de capacitación y aprendizaje permiten identificar qué prácticas son las que se pueden extender, dando la guía para un posterior escalamiento. 

Uno de los colaboradores del Hub Pacífico Sur del CIMMYT, Carlos Barragán García, destaca la relevancia del proyecto para quienes poseen parcelas pequeñas en zonas con fuertes problemas de erosión hídrica: “estos  terrenos con pendiente tienen suelos que han ido perdiendo su fertilidad, se han ido empobreciendo”, además, menciona que en Oaxaca más del 70 % de la población se encuentra en situación de pobreza, lo cual ha propiciado que las familias opten por tener animales, “ya sea como una inversión o una fuente de ahorro por si surge algún imprevisto, en cuyo caso venden los animales y pueden salir de ese aprieto momentáneo”.

José Rausel Ovando, coordinador técnico del Hub Pacífico Sur del CIMMYT, señala que además de la prevalencia de prácticas agrícolas indadecuadas, uno de los factores que ha agudizado la degradación del suelo en la Mixteca es el cambio climático, cuyos efectos se resienten más cuando se practica el monocultivo. En este sentido, resalta que además de conservar el rastrojo en la parcela para retener humedad, se impulsa la siembra de avena, trigo, triticale o ebo como fuente de forraje para el ganado.

“Con esto lo que buscamos es que en un mismo espacio el productor obtenga más de un producto durante el ciclo y además rotar cultivos para que se haga un manejo más sustentable del suelo y el agua”, explica Ovando, enfatizando que el proyecto CLCA promueve la agricultura de conservación por ser un sistema que ayuda a mitigar los efectos del cambio climático y por aportar diversos beneficios al productor, entre ellos menores costos de producción.

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Alternativas para hacer un uso más eficiente del agua en la agricultura

Trilla de trigo con el cártamo en floración en el fondo, en la plataforma Cajeme II, en Sonora, México. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)
Trilla de trigo con el cártamo en floración en el fondo, en la plataforma Cajeme II, en Sonora, México. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)

Fenómenos como el cambio climático y la urbanización creciente han contribuido a que la disponibilidad de agua dulce disminuya notablemente en muchas partes del mundo. Para la agricultura esto implica hacer un uso más eficiente del agua. 

La región del Valle del Yaqui es una de las principales regiones agrícolas de México. Se encuentra en el sur del estado de Sonora con una extensión aproximada de 450 mil hectáreas y su principal cultivo es el trigo duro, aunque además se producen oleaginosas, hortalizas y otros cereales, como el maíz y el trigo harinero. Toda la producción se hace en condiciones de riego.

En el Valle de Yaqui regularmente hay agua disponible para cuatro riegos de auxilio para el cultivo de trigo, sin embargo, también hay una recurrente escasez de agua con ciclos cuando hay que reducir el uso de agua de riego. 

Para identificar las mejores prácticas que permitan hacer un uso más eficiente del agua, en la plataforma Cajeme II, en Sonora, investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) evalúan, entre otros aspectos, el rendimiento del trigo con solo tres riegos de auxilio en vez de cuatro, como es la práctica común. 

La siembra en camas permanentes con cobertura de rastrojo —agricultura de conservación— puede aumentar la cantidad de materia orgánica, mejorar la infiltración de agua y reducir la evaporación. Estos factores ayudan a retener por más tiempo la humedad del suelo, por lo que es posible que el trigo en camas permanentes tenga mayor rendimiento bajo condiciones de riego reducido. 

De acuerdo con lo observado en la plataforma de investigación, con tres riegos de auxilio el rendimiento fue significativamente más bajo que en todos los tratamientos con cuatro riegos de auxilio —promedio de 6,9 toneladas por hectárea— y similar en camas permanentes y camas con labranza convencional. 

Si bien el rendimiento con tres riegos en camas permanentes no fue mayor que en labranza convencional, el beneficio generado por el cuarto riego es mayor en camas permanentes. La siembra en camas permanentes es más eficiente en el uso de agua, con un mayor rendimiento por el mismo número de riegos y, por tanto, se recomienda para hacer un óptimo uso del agua disponible. 

Además, se recomienda la rotación con un cultivo que use menos agua que trigo, como garbanzo o cártamo. De esta manera se puede dividir el área para dar un cuarto riego de auxilio en trigo que se aprovechara más en agricultura de conservación, y compensarlo con área de cártamo o garbanzo donde solo se dan uno o dos riegos de auxilio.

En la plataforma Cajeme II se siguen evaluando estos tratamientos para observar si a largo plazo hay algún cambio. En este sentido, también es necesario hacer experimentos para medir el consumo de agua por parcela y así tener un mejor entendimiento de cómo se puede ahorrar agua en el Valle de Yaqui.

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El rastrojo y la conservación de los suelos en Oaxaca

Plataforma de investigación de San Francisco Lachigoló, Oaxaca, en la que se observa el desarrollo de maíz en el sistema de labranza mínima con cobertura, durante el periodo de sequía de 2021. (Foto: Samuel Randy Aracen)
Plataforma de investigación de San Francisco Lachigoló, Oaxaca, en la que se observa el desarrollo de maíz en el sistema de labranza mínima con cobertura, durante el periodo de sequía de 2021. (Foto: Samuel Randy Aracen)

El estado de Oaxaca, en México, presenta amplias regiones con altos niveles de degradación y pérdida de suelo. La erosión hídrica y eólica son las principales causas de esa degradación que, a su vez, está vinculada a prácticas como el sobrepastoreo, el retiro total de rastrojo, las quemas agrícolas y el uso excesivo de maquinaria. En conjunto, esto ocasiona pérdida de fertilidad agrícola, reflejada en un raquítico desarrollo de los cultivos y en rendimientos que, en muchas ocasiones, no superan una tonelada por hectárea. 

En la región Mixteca Alta, específicamente en los municipios de San Antonino Monteverde y Villa Chilapa de Díaz, los suelos son pobres en nutrientes, deficientes en materia orgánica y, en general, presentan condiciones que limitan la producción agrícola. Por esta razón en estos municipios se han desarrollados trabajos de concientización enmarcados en la iniciativa Cultivos para México, que impulsa la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

El simple hecho de ya no quemar las parcelas y dejar una mínima parte de los residuos de cosecha sobre las áreas de cultivos, son sinónimos de logros, de resultados y, sobre todo, de impactos y cambios de perspectivas de los agricultores de la región”, comenta el equipo técnico de Fondo para La Paz, organización que colabora con el CIMMYT en esta región para promover sistemas sustentables como la agricultura de conservación. 

“La cubierta vegetal es importante en la agricultura de conservación para proteger el suelo del impacto de las gotas de lluvia, así como para mantener el suelo bajo sombra y con el más alto porcentaje de humedad posible. Hemos visto su importancia para el reciclaje de nutrientes, pero también tienen un efecto físico y, probablemente, alelopático sobre las malezas, bajando su incidencia y conduciendo a la reducción del uso de agroquímicos y, con ello, de los costos de producción”, mencionan los técnicos de Fondo para La Paz.

Los rastrojos actúan como una capa protectora que amortigua la presión ejercida sobre el suelo por las ruedas de la maquinaria y las pisadas de los animales, y por lo tanto desempeñan un papel importante en la reducción de la compactación del suelo. Además,  tienen un papel muy importante en la conservación de humedad, ya que actúan como una “esponja” absorbiendo el agua y reteniéndola por mayor tiempo, de manera que ayudan a que el líquido esté disponible en periodos de sequía prolongada.

En los Valles Centrales, otra de las regiones de Oaxaca donde los suelos están severamente degradados, está la plataforma de investigación de San Francisco Lachigoló, donde se evalúa el componente de cobertura de suelo desde el año 2017.

“Durante estos cinco años se ha podido observar el efecto de la cobertura del suelo con rastrojo. En las parcelas donde se ha hecho labranza mínima y se ha mantenido el rastrojo como cobertura se han obtenido rendimientos de hasta 3,3 toneladas por hectárea, mientras que con el sistema convencional solo se obtiene la media local que es de una tonelada por hectárea. Además, este no es el único beneficio de la cobertura, ya que también es posible disminuir la incidencia de malezas y mejorar las características, físicas, químicas y biológicas del suelo”, comenta el equipo responsable de la plataforma de investigación.  

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El potencial de los drones en la agricultura

El uso de drones —o vehículos aéreos no tripulados (VANT)— está creciendo continuamente en la agricultura, principalmente en países asiáticos como Corea, Japón y China. De acuerdo con un análisis de Goldman Sachs Research, dedicada a la gestión de inversiones, para el periodo de 2016 a 2020 el sector agrícola fue el segundo mayor usuario de drones en el mundo, solo después de la construcción. 

Los drones son una tecnología desarrollada para fines militares, pero actualmente sus aplicaciones son muy amplias. En el sector agrícola los drones se usan para mapeo de campos; vigilancia y monitoreo de cultivos, plagas y enfermedades; irrigación más eficiente; y aplicación de productos de una forma más segura —por el menor riesgo de contaminación del usuario— y precisa en áreas de difícil acceso. Además, su uso no implica compactación del suelo. 

Si bien los beneficios del uso de drones son amplios, también existen riesgos, como la deriva hacia cultivos no objetivo, cuerpos de agua y transeúntes; contaminación del equipo e interferencia con el control del operador. 

Para minimizar estos riesgos y aprovechar todo el potencial de los drones es fundamental entonces que los pilotos de los drones sean capacitados —y de ser posible certificados—, pero no solo en el uso de la tecnología, sino también —preferentemente— en lo referente al conocimiento y uso responsable de los productos químicos.

Para contribuir a este propósito, en la plataforma de investigación San Pedro, ubicada en la localidad de El Retiro, en San Pedro, Coahuila —donde colaboran la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en el marco de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México—, se desarrolló el evento demostrativo “Herramientas tecnológicas y su influencia en las prácticas agrícolas sustentables” con la puesta en campo de drones. 

Cabe mencionar que el uso de drones brinda la posibilidad de acceder a datos de calidad procesables en tiempo real, lo que facilita la toma de decisiones en el marco de la generación de sistemas agrícolas más sustentables y eficientes. 

En suma, los drones representan una alternativa más dentro de la gama de soluciones tecnológicas para una Agricultura Sustentable, por esta razón es importante que cada vez más productores y técnicos conozcan esta tecnología y la consideren para sus propios sistemas de producción.