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Chicharrita del maíz: un reto creciente para la producción sustentable en Latinoamérica

Práctica de instalaciones de trampas para D. maidis en Roldanillo, Valle del Cauca, Colombia. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)
Práctica de instalaciones de trampas para D. maidis en Roldanillo, Valle del Cauca, Colombia. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)

En años recientes, la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) ha incrementado su presencia en diversas regiones de Latinoamérica, afectando la productividad del maíz y poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de comunidades rurales. En Colombia, esta plaga ha tenido un impacto considerable en los ciclos recientes del cultivo, especialmente en regiones como el Valle del Cauca, Tolima y Córdoba.

La chicharrita del maíz es un insecto que representa una amenaza creciente. Aunque es un problema recurrente en las regiones tropicales y subtropicales productoras de maíz, su presencia se ha incrementado debido a la variabilidad climática. D. maidis, se ha identificado como el principal vector de dos bacterias (Spiroplasma kunkelii y Candidatus Phytoplasma asteris) y del virus del Rayado Fino del Maíz (MRFV), que en conjunto se conoce como el complejo del achaparramiento del maíz, enfermedad que se caracteriza por deformaciones en las plantas, reducción del rendimiento y enanismo severo, entre otros síntomas.

El aumento de esta plaga no es un fenómeno aislado. De acuerdo con la unidad de Sistemas de Información Geográfica (GIS) del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el cambio climático exacerbará la incidencia de Dalbulus maidis, afectando aún más la producción de maíz en los trópicos. El incremento de temperaturas y cambios en los regímenes de lluvia pueden favorecer la expansión del insecto, lo que subraya la urgencia de transitar hacia esquemas de agricultura sustentable.

Comportamiento de la chicharrita del maíz ante diversos escenarios de cambio climático. (Imagen: unidad de Sistemas de Información Geográfica del CIMMYT a partir de Santana et al. 2019)
Comportamiento de la chicharrita del maíz ante diversos escenarios de cambio climático. (Imagen: unidad de Sistemas de Información Geográfica del CIMMYT a partir de Santana et al. 2019)

Para hacer frente a esta amenaza, el CIMMYT, la Alianza Bioversity – CIAT, Fenalce y Agrosavia impulsan el proyecto Colombia Agroalimentaria Sostenible con el objetivo de fortalecer las capacidades de productores y técnicos en estrategias de manejo de la plaga. A finales de 2024, especialistas de estas instituciones iniciaron una serie de capacitaciones a agricultores, técnicos y miembros de diversas organizaciones en prácticas clave para el control de Dalbulus maidis, destacando la importancia del monitoreo temprano para detectar la presencia del insecto en las primeras etapas del cultivo y aplicar estrategias adecuadas de manejo integrado.

Capacitación en D. maidis con agricultores,  técnicos e iniciativa privada. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)
Capacitación en D. maidis con agricultores,  técnicos e iniciativa privada. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)

En este contexto, la diversificación de cultivos emerge como una estrategia pertienente para reducir la presión de plagas y enfermedades en los sistemas agrícolas colombianos. La investigación y validación de prácticas sustentables, promovida por el CIMMYT y sus socios estratégicos, es fundamental para fortalecer la resiliencia del sector agroalimentario en Latinoamérica y el mundo.

El proyecto Colombia Agroalimentaria Sostenible, coordinado por la Alianza Bioversity – CIAT, cuenta con la participación de 18 socios estratégicos, entre ellos Agrosavia, CIMMYT y Fenalce, quienes trabajan en el sistema productivo de maíz con un enfoque de innovación y sustentabilidad. A través de la generación y adopción de tecnologías agrícolas sustentables, este esfuerzo busca transformar el sector agroalimentario colombiano y fortalecer las redes de colaboración entre productores, investigadores y otros actores clave.

El compromiso del CIMMYT con la agricultura resiliente y la seguridad alimentaria es global. Las estrategias desarrolladas en Colombia forman parte de un esfuerzo mayor para combatir los efectos del cambio climático en la producción de alimentos y garantizar la sustentabilidad del maíz en México, Latinoamérica y el mundo.

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Biodiversidad funcional, plagas y cebada

Ejemplar de Harmonia axyridis (izquierda) y crisopa (derecha). (Foto: Antonio Gallardo)
Ejemplar de Harmonia axyridis (izquierda) y crisopa (derecha). (Foto: Antonio Gallardo)

El pulgón es una de las principales plagas para el cultivo de trigo y cebada en el Bajío mexicano, ya que pueden provocar un desarrollo deficiente del cultivo y una reducción del rendimiento de entre el 30 y el 50 % si no son manejados adecuadamente.

Los pulgones son insectos que se alimentan de la savia del trigo y la cebada. Varían en color y existen diferentes especies, como el pulgón verde del follaje (Schizaphis graminum), el pulgón de la espiga (Sitobion avenae), el pulgón ruso (Diuraphis noxia), el pulgón amarillo del follaje (Metopolophium dirhodum) y el pulgón negro del follaje (Rhopalosiphum padi).

Cuando hay grandes poblaciones de ninfas y adultos de pulgones durante las etapas vegetativa y reproductiva de los cereales la plaga puede causar severos daños, como la inyección de toxinas y transmisión de virus —como el del enanismo amarillo de la cebada (BYDV, por sus siglas en inglés) que transmite el pulgón verde del follaje y el pulgón ruso—, estrés en las plantas y la falta de nutrimentos suficientes, inhibición del llenado del grano y reducción del rendimiento.

Cuando la población de pulgones es mayor a 60 por tallo durante la etapa de floración pueden ocurrir pérdidas significativas, ya que mientras se alimentan secretan una “mielecilla” sobre el follaje y las espigas, lo cual favorece un ambiente adecuado para el desarrollo del hongo conocido como fumagina que afecta la fotosíntesis y, en consecuencia, el crecimiento de las plantas. Además, al combinarse con el polvo y la paja aumenta el contenido de impurezas en el grano durante la cosecha.

Ya que los pulgones aumentan su población cuando hay altas temperaturas es necesario realizar el muestreo del cultivo a partir de la etapa de encañe y determinar qué tanta población existe tanto de pulgones como de insectos benéficos.

Los insectos benéficos son importantes para el manejo de los pulgones pues entre ellos existen enemigos naturales de la plaga —existen depredadores como ácaros, escarabajos, chinches, crisopas, moscas y avispas—. Por esta razón es conveniente evitar el uso de insecticidas de alto impacto ambiental y propiciar la implementación de sistemas sustentables, como la agricultura de conservación y el manejo agroecológico de plagas, que ayudan a tener una biodiversidad funcional, es decir, una dinámica en donde los elementos presentes en las parcelas son manejados para obtener un beneficio o para un fin específico.

En muestreos realizados en parcelas de productores del Bajío que participan en Cultivando un México Mejor —proyecto de sustentabilidad agrícola de HEINEKEN México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y que son trabajadas con agricultura de conservación, por ejemplo, se encontraron ejemplares que indican que este sistema de producción sustentable genera condiciones favorables para la proliferación de fauna y microbiota benéfica.

En los muestreos se encontraron pulgones con signos de haber sido parasitados por avispas y crisopas; y también se encontró una presencia considerable de las popularmente conocidas catarinas o mariquitas —específicamente ejemplares de Hippodamia convergens, Cycloneda sp. y Harmonia axyridis—, que son conocidas por ser voraces depredadoras de varias especies de pulgones, especialmente en estado larvario.

Otros depredadores o insectos benéficos que han sido observados son escarabajos (Collops sp.), catarina rayada (Paranaemia vittigera), así como el león de los afidos o crisopa (Chrysoperla sp.), el cual también es muy voraz en estado larvario, alcanzando a devorar poblaciones de más de 200 presas y contribuyendo así a reducir la población de pulgones.

La diversidad funcional que propicia la agricultura de conservación contribuye a mantener al límite las poblaciones de insectos plaga para evitar aplicaciones de insecticidas. Además, este control biológico de plagas es posible sin la necesidad de hacer liberaciones, reduciendo así los costos de producción y mejorando el agroecosistema.

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Recomendaciones para enfrentar la canícula

Productores de Chiapas durante demostración de tecnologías sustentables para manejo de gusano cogollero, cuyas poblaciones se incrementan durante la canícula. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Productores de Chiapas durante demostración de tecnologías sustentables para manejo de gusano cogollero, cuyas poblaciones se incrementan durante la canícula. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Durante la segunda quincena de julio, “en 26 entidades de México ha habido una disminución de las precipitaciones, lo que indica el inicio de la canícula. Se prevé que este fenómeno se generalice a partir de la próxima semana en el centro, occidente, sur, sureste y noreste del país, así como en la Península de Yucatán y el litoral del Golfo de México, con una duración aproximada de 20 días”, informó recientemente el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a través de un comunicado.

La canícula (sequía intraestival o veranillo) es un caso particular de sequía que ocurre en una amplia región de Mesoamérica y el Caribe. Se origina regularmente en medio del verano porque es cuando las condiciones climáticas en la región propician la aparición de algunos anticiclones. Si los ciclones ocasionan lluvias torrenciales, los anticiclones hacen lo contrario, y es por eso que en los llamados 40 días más calurosos del año —de acuerdo con los registros históricos, pueden ser entre 30 y 60— se pueden observar cielos muy despejados.

Este fenómeno, en el que se conjugan altas temperaturas —que pueden llegar hasta los 50 grados Celsius— y lluvias mínimas, se presenta entre julio y agosto. No obstante, su duración, intensidad y severidad varían dependiendo de la región y la aparición de otros fenómenos climáticos, por lo que incluso puede extenderse hasta septiembre.

La agricultura de temporal es la más vulnerable ante este fenómeno, pues ocasiona un bajo nivel productivo —comparado con las zonas de riego— y un aumento de plagas. Desde el punto de vista agronómico, la severidad de la canícula no solo depende de la temperatura y la precipitación, sino del tipo de suelo, el cultivo establecido y la etapa de desarrollo en que se encuentre, la variedad y, sobre todo, las medidas y prácticas agronómicas que se realicen.

“Aquí nos pega mucho la sequía, especialmente en la canícula. El año pasado con la agricultura de conservación no nos afectó mucho y la milpa no lo sintió gracias a la cobertura del suelo. Hay menos malezas, se aplican menos plaguicidas, y más si usan feromonas de confusión sexual porque aquí teníamos demasiado gusano cogollero”, comenta Víctor Manuel Martínez, productor de maíz en Chiapas, México, quien ha participado en proyectos impulsados por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores a través de los cuales se fomenta la agricultura de conservación.

La agricultura de conservación es un sistema de producción sustentable cuyos componentes básicos son la cobertura del suelo con rastrojos —lo cual permite conservar mayor humedad y proteger al suelo de la erosión—, la mínima labranza y la diversificación de cultivos. Mediante este sistema muchos productores pueden hacer frente a fenómenos como la canícula.

“En esta zona hay dos factores que determinan los rendimientos: uno es la sequía y el otro es el exceso de humedad en parte de agosto y todo el mes de septiembre. En el ciclo primavera-verano 2022, por ejemplo, la canícula fue más pronunciada que otros años y hubo exceso de humedad después de la sequía”, comentan especialistas del CIMMYT que realizan estudios en una plataforma de investigación alojada en el Campo experimental del CIMMYT en Tlaltizapán, Morelos.

En comparación con los tratamientos donde se hizo labranza, las camas permanentes respondieron muy bien ante la sequía durante la etapa de crecimiento del cultivo. En el ciclo primavera-verano 2022, que fue quizá uno de los de mayor sequía, las camas permanentes rindieron casi el doble con respecto a los tratamientos con labranza”, señala Óscar Bañuelos, responsable de la plataforma.

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Con tecnologías herméticas poscosecha están incrementando la seguridad alimentaria en África

Capacitación en manejo de bolsas plásticas herméticas en Zambia. (Foto: Katebe Mapipo / CIMMYT)
Capacitación en manejo de bolsas plásticas herméticas en Zambia. (Foto: Katebe Mapipo / CIMMYT)

“Vengo de la aldea Chigumane. Soy agricultor y soy mediador entre un grupo de agricultores y nuestros colaboradores para el proyecto Accelerated Innovation Delivery Initiative (AID-I), para el Sur de África mediante el que realizo demostraciones y también enseño a otros agricultores sobre poscosecha, incluyendo la forma en que debemos cosechar y guardar el grano, ese es el trabajo que hago: enseño a hombres jóvenes, mujeres jóvenes y mujeres mayores reuniéndolos, enseñándolos a usar tecnologías herméticas poscosecha”, comenta Payitana Mwanza, un agricultor, productor de semillas y agente de desarrollo agrícola de Provincia de Kasenengwa, en Zambia.

Payitana participa en el AID-I, un proyecto de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) que implementan el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Catholic Relief Services (CRS), Caritas, el Centro Internacional de Desarrollo de Fertilizantes (IFDC por sus siglas en inglés) y otros colaboradores en Zambia, Tanzania y Malaui. El proyecto consiste en asesorar a los agricultores en mejores prácticas agrícolas. Además, se les asesora en mejores variedades de semillas y mejores fertilizantes para mejorar sus rendimientos.

“Si alguna vez has visto volar una palomilla o un gusano en donde almacenas tus granos, sabrás lo importante que es la protección contra las plagas. Los agricultores enfrentan pérdidas de hasta un 30 % de sus cosechas. Por lo tanto, debemos contar con tecnologías innovadoras y capacitación. Y es justamente lo que AID-I está haciendo, acercando el conocimiento sobre tecnologías herméticas poscosecha que son de bajo costo y protegen las cosechas sin químicos”, menciona Sieg Snapp, directora del programa de Sistemas Agroalimentarios del CIMMYT, durante la apertura del Día de Campo Virtual para Manejo Poscosecha realizado recientemente como parte del proyecto.

“Junto con nuestros colaboradores, el Instituto de Investigación Agrícola de Zambia (ZARI, por sus siglas en inglés) y la Universidad de Purdue estamos capacitando agricultores, compartiendo tecnologías y algunos métodos efectivos de bajo costo —como las bolsas PICS (bolsas de almacenamiento mejorado de cultivos de la Universidad de Purdue)— para proteger las cosechas de los agricultores, quienes además están aprendiendo sobre métodos para medir la humedad y así evitar la podredumbre de los granos”, enfatiza Sieg Snapp.

“Actualmente nuestros agricultores están usando costales; los que pueden pagarlos, están usando silos de metal y otros están usando químicos. Usando estas tecnologías, por supuesto que las pérdidas son altas. Como gobierno, estamos animando a que los agricultores usen bolsas herméticas que son mucho mejores pues pueden mantener el grano por más tiempo, y son más baratas porque en una temporada solo las usas una vez, a diferencia de las otras donde tienes que poner los químicos cada tres meses”, enfatiza Cabour Mungomba, del Ministerio de Agricultura de Zambia.

Así, tanto de forma presencial como virtual, con acciones como el Día de Campo Virtual para Manejo Poscosecha, el AID-I está contribuyendo a incrementar la seguridad alimentaria de decenas de comunidades en el sur de África, región donde el CIMMYT tiene presencia a través del Rapid Delivery Hub, mediante el cual el CIMMYT está orientado a ayudar a los gobiernos nacionales a desarrollar resiliencia al cambio climático, diversificar los sistemas agrícolas basados en el maíz y mejorar la productividad y la producción para reducir el hambre y la pobreza.

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Iguala y el CIMMYT firman convenio para impulsar una agricultura sustentable

Firma del convenio de colaboración entre los representantes del Gobierno de Iguala y del CIMMYT. (Foto: Gobierno de Iguala)
Firma del convenio de colaboración entre los representantes del Gobierno de Iguala y del CIMMYT. (Foto: Gobierno de Iguala)

El presidente municipal de Iguala, David Gama Pérez, y el coordinador nacional de Hubs del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), José Guadalupe Flores, firmaron un convenio de colaboración para potencializar la agricultura del municipio igualteco y hacerla más resiliente ante los desafíos derivados de los cambios climáticos.

Esto, como resultado de un esfuerzo conjunto, busca fomentar el acompañamiento técnico para la implementación de prácticas sostenibles y la adopción de tecnologías innovadoras que permitan mejorar la producción agrícola y garantizar la seguridad alimentaria de Iguala y la región, y hacerles frente a los retos para lograr alimentos nutritivos e inocuos en un contexto donde el cambio climático ha acentuado la incidencia de plagas y enfermedades en los cultivos.

En su mensaje, el presidente municipal, David Gama Pérez, —quien estuvo acompañado de la síndica administradora Nayeli Salmerón y el secretario de Desarrollo Rural y Sustentabilidad, Cristóbal Torreblanca —, dijo que “el cambio climático plantea nuevos retos para la agricultura, afectando tanto la productividad como la calidad de los cultivos. Conscientes de esta realidad, el Gobierno de Iguala ha buscado aliados estratégicos para desarrollar soluciones eficaces y sustentables. En este sentido, este convenio es un paso significativo para que los productores de Iguala sean resilientes ante la variabilidad climática”.

“La relevancia del convenio, que posiciona a Iguala como un municipio innovador en la adopción y difusión de medidas para la mitigación y adaptación al cambio climático, radica en que el fenómeno climático puede afectar el tamaño de la población, la tasa de supervivencia y la distribución geográfica de las plagas, ya que la temperatura y las precipitaciones son los principales impulsores de los cambios en cómo y dónde se propagan, afectando particularmente zonas tropicales y subtropicales, como Iguala”.

“En 2022, cuando el proyecto arrancó, me comprometí a que si había aceptación por parte de los productores y los testimonios después de su uso eran favorables, el compromiso sería aumentar la superficie de apoyo para el ciclo primavera-verano 2023, por esta razón, en esta temporada la cantidad entregada está permitiendo extender los alcances del ciclo previo, pasando de mil 200 a mil 500 hectáreas”, afirmó David Gama.

“Para la temporada primavera-verano 2023 también se aumentó la cantidad de sacos de semilla y, además, se ha adquirido un dron que permitirá aplicar productos de bajo impacto ambiental y apoyar así los esfuerzos de fertilización orgánica y manejo agroecológico de plagas, continuando también con eventos demostrativos en los dos módulos de innovación que se tienen en el municipio y donde el CIMMYT brinda el soporte científico para llevar al productor tecnologías adecuadas y pertinentes”, subrayó el munícipe.

Con estas acciones, dijo Gama Pérez,  Iguala se convierte en un ejemplo regional de cómo la apuesta por el campo y la colaboración con organismos de investigación científica permiten definir estrategias más robustas para que los productores locales conozcan y adopten prácticas sustentables que les den oportunidad de seguir siendo productivos y rentables en un entorno adverso marcado por el cambio climático y la incertidumbre ante los cambios sociales globales que cada vez más impactan a nivel regional y local.

En este sentido, el coordinador nacional de Hubs del CIMMYT, José Guadalupe Flores, aseguró que prácticas como el manejo agroecológico de plagas son particularmente útiles para reducir el uso de insecticidas de alto impacto ambiental y potencial efecto negativo en la salud humana, por lo que “la firma de este convenio representa un ejemplo importante de cómo la colaboración entre el sector público y los organismos internacionales, como el CIMMYT, permite avanzar en la búsqueda de soluciones innovadoras y sostenibles para enfrentar los desafíos del campo”.

“La colaboración entre el gobierno de Iguala y el CIMMYT, que se formalizó con la firma del convenio, deriva del trabajo conjunto que previamente han desarrollado ambas instituciones. Durante el ciclo primavera-verano 2022, por ejemplo, se trabajó con manejo agroecológico de plagas en el cultivo de maíz y el gobierno de Iguala subsidió al cien por ciento la adquisición de feromonas de confusión sexual para atender a las 16 localidades del municipio”, indicó.

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Las micotoxinas, un peligro invisible para la salud del consumidor

Aspecto de una mazorca de maíz contaminado con micotoxinas. (Foto: CIMMYT)
Aspecto de una mazorca de maíz contaminado con micotoxinas. (Foto: CIMMYT)

Durante el crecimiento de la planta de maíz y durante la poscosecha, las plantas y los granos pueden ser colonizados por una serie de hongos, algunos de ellos produciendo metabolitos secundarios —sustancias que las plantas liberan cuando se encuentran en condiciones de estrés causadas por diversos factores, como otros organismos o por condiciones climáticas adversas— conocidos como micotoxinas. 

La contaminación por micotoxinas puede suceder a cualquier etapa de la cadena de producción, empezando con el tipo de semillas usado, las prácticas de campo (fecha de siembra, manejo de fertilidad y de plagas y enfermedades) y las prácticas poscosecha (fecha de cosecha, secado, limpieza, almacenamiento y el procesamiento). 

Existe diferentes tipos de micotoxinas. El maíz y los granos básicos, en general, son susceptibles a la infección por hongos de géneros como Aspergillus, Fusarium y Penicillium, los cuales pueden producir diversos grupos de micotoxinas, como las aflatoxinas, las fumonisinas, el deoxinivalenol, los tricotecenos y la zearalenona. 

Las aflatoxinas en particular son un potente tipo de micotoxina y la exposición directa a estas sustancias, a través del consumo de alimentos contaminados, puede resultar nociva para la salud de humanos y animales, pudiendo ocasionar retraso de crecimiento en los niños, inmunosupresión —disminución o supresión de las defensas del organismo—, e incluso enfermedades como el cáncer de hígado. Lo más peligroso con las aflatoxinas y las micotoxinas es que son difíciles de detectar porque no tienen olores o sabores. 

En México y Centroamérica se tiene registro de poblaciones con exposición crónica a estas sustancias. No obstante, se han registrado brotes de contaminación de aflatoxinas en todo el mundo, particularmente en países de África como Kenia, Tanzania y Nigeria, donde se han reportado casos de exposición crónica y aguda. Sin embargo, no se han identificado con precisión las zonas afectadas. También se proyecta que los brotes de contaminación empeoran con el calentamiento global y los eventos climáticos extremos. 

Para mitigar la proliferación de hongos y la contaminación por micotoxinas se requiere un acercamiento integrado que incluya la combinación de varias prácticas, empezando con la selección de variedades resistentes, las buenas prácticas de cultivo, el control biológico de los hongos productores de aflatoxinas y las buenas prácticas poscosecha y de procesamiento. 

La diversificación de cultivos, por ejemplo, es una de las prácticas que permite minimizar los riesgos de desarrollo de los hongos, ya que producir una variedad de cultivos en una misma parcela ayudar a romper los ciclos de desarrollo de los hongos y sus poblaciones en el suelo. 

Otras formas de diversificar cultivos, como las rotaciones o los cultivos intercalados también ayudan a mejorar la salud del suelo, lo que beneficia igualmente a las plantas en el siguiente ciclo, minimizando las condiciones de estrés que pueden conducir al desarrollo de hongos. Además, estas prácticas también contribuyen a la diversificación de la dieta de las familias productoras y a una mejora en la inocuidad de los alimentos y la nutrición en general.

Para proporcionar opciones de diversificación de cultivos a los productores del sur y sureste del país —donde las condiciones climáticas favorecen la presencia de los hongos descritos—, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y Walmart Foundation promueven el proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’. 

En el marco del proyecto en mención, en las siguientes semanas se desarrollará la Campaña de sensibilización sobre inocuidad alimentaria y micotoxinas, con la que se compartirá información útil y accesible para que técnicos, productores y población en general conozca cómo mitigar el riesgo de contaminación por micotoxinas. Los invitamos a estar pendientes de estas publicaciones y a compartir esta importante información, misma que se pondrá a disposición a través del Boletín EnlACe y los canales de ACCIMMYT en Facebook, Twitter y YouTube. 

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El Gobierno de Zimbabwe reconoce al CIMMYT por sus beneficiosas colaboraciones

El Dr. Dumisani Kutwayo (segundo por la izquierda) recibe del Dr. Wegary Dagne (segundo por la derecha) kits de última generación para la prueba de necrosis letal del maíz. (Foto: Tawanda Hove/CIMMYT)

Los mejores resultados en la lucha contra las plagas y enfermedades exacerbadas por el cambio climático y la protección de los sistemas alimentarios agrícolas se originan en asociaciones estratégicas entre gobiernos nacionales y organizaciones internacionales de investigación. Tal sinergia entre el Departamento de Investigación y Servicios Especializados (DRSS) de Zimbabue y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) fue reconocida por su eficacia en un evento organizado por los Servicios de Cuarentena Vegetal de Zimbabue el 9 de enero de 2023.

«El mandato de garantizar que Zimbabue esté protegido de las enfermedades de las plantas y las plagas invasoras no puede ser alcanzado por el gobierno en solitario, sino junto con socios como el CIMMYT», declaró Dumisani Kutywayo, Director Jefe del DRSS.

Dagne Wegary Gissa, científico principal del CIMMYT en mejora genética del maíz, hizo entrega a Kutywayo de los últimos kits avanzados de pruebas PCR para la detección de la necrosis letal del maíz. «Estamos comprometidos a apoyar a Zimbabue con variedades mejoradas de maíz y trigo, pero también con la detección rápida de enfermedades», declaró Gissa

Kutywayo y los altos directivos visitaron la estación de servicios de cuarentena vegetal, donde observaron cómo se someten a cuarentena y pruebas todas las semillas de maíz introducidas antes de incorporarlas a los sistemas locales de semillas. Tanyaradzwa Sengwe, experto en sanidad y calidad de las semillas, resumió los procedimientos de cuarentena y explicó cómo se llevan a cabo las operaciones cotidianas entre los dos institutos. Esto implica la gestión de semillas importadas, protocolos de gestión de semillas y medidas de bioseguridad para la instalación de cuarentena.

Funcionarios del Gobierno participan en una visita sobre el terreno a la instalación de cuarentena establecida por el CIMMYT en Mazowe, Zimbabue. (Foto: Tawanda Hove/CIMMYT)

La expansión de las asociaciones

Ahora Zimbabue puede acelerar sus programas de mejora de cultivos, indicó Gissa, porque el CIMMYT ha facilitado al gobierno el acceso a la tecnología de dobles haploides (DH). Esta tecnología acorta significativamente el ciclo de mejora de siete a 3-4 años aproximadamente. La tecnología DH se ha convertido en parte integrante de muchos programas comerciales de mejora genética del maíz, ya que las líneas DH ofrecen varias ventajas económicas, logísticas y genéticas con respecto a las líneas endocriadas convencionales. Además, los nuevos avances en la tecnología DH siguen mejorando la eficiencia del desarrollo de líneas DH e impulsan su creciente adopción en los programas de mejoramiento de todo el mundo.

El CIMMYT ha facilitado el acceso del programa de mejora de maíz de Zimbabue a una instalación de DH de CIMMYT en Kenia. Busiso Mavankeni, director del Instituto de Mejoramiento de Cultivos, explicó que a los gobiernos de los países en desarrollo les resultaba muy caro mantenerse al día de las últimas tendencias tecnológicas en mejora genética, por lo que colaborar con el CIMMYT está ayudando a Zimbabue. «Tener acceso a las instalaciones del DH ha sido de gran ayuda para nuestro programa de mejora», afirmó Mavankeni.

El CIMMYT y Zimbabue también participan en ejercicios de capacitación, que incluyen sesiones de formación en diversos marcos del sistema alimentario. Nhamo Mudada, Jefe de los Servicios de Cuarentena Vegetal, reconoció las múltiples formaciones, que abarcan desde sistemas de identificación y prevención de enfermedades hasta conceptos relacionados con la entomología. «Nuestras capacidades técnicas han aumentado significativamente, y lo atribuimos firmemente al mandato de intercambio de conocimientos del CIMMYT», dijo Mudada.

«Esta sostenibilidad es posible gracias a la garantía de que nuestros sistemas pueden examinar los materiales genéticos que llegan al país y detectar enfermedades que pueden ser ajenas a la región agroecológica». A lo largo de los años, el CIMMYT ha apoyado al Gobierno no sólo desde el punto de vista financiero, sino también desde la perspectiva de la capacidad técnica.

«Contar con socios fiables como el CIMMYT, que invierten generosamente en las prioridades del gobierno, ayuda a nuestro país a estar bien posicionado frente a las amenazas a nuestra seguridad alimentaria», afirmó Kutywayo. «La clave para crear y mantener una innovación sostenible es que los socios de desarrollo como el CIMMYT trabajen dentro de los marcos nacionales existentes», añadió Kutywayo. «A medida que se intensifican los efectos adversos del cambio climático, estas asociaciones estratégicas son la única manera de establecer respuestas adecuadas».

«Nuestro objetivo es servir de socios fundamentales para los programas agroalimentarios de Zimbabue. Nos hemos dedicado a ser socios a largo plazo y proporcionaremos todo el apoyo que podamos para garantizar la seguridad alimentaria de Zimbabue», afirmó Gissa.

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Control de pulgón en trigo con productos de bajo impacto

Franjas cloróticas y hojas enrolladas en el cultivo de trigo debido a presencia del pulgón ruso (Diuraphis noxia M.). (Foto: CIMMYT)
Franjas cloróticas y hojas enrolladas en el cultivo de trigo debido a presencia del pulgón ruso (Diuraphis noxia M.). (Foto: CIMMYT)

La principal plaga que se presenta en el cultivo del trigo en el Valle del Yaqui, en el estado mexicano de Sonora, es el pulgón. Generalmente los productores controlan la plaga con imidacloprid, que es aplicado por avionetas fumigadoras. Imidacloprid, sin embargo, es un insecticida con un alto impacto ambiental que no solamente elimina áfidos (pulgones), sino también insectos benéficos como abejas o enemigos naturales de las plagas como catarinas, sírfidos —o moscas de las flores— y avispas que parasitan a los pulgones. 

Eliminar a los enemigos naturales de las plagas implica que éstas pueden regresar más fácilmente después de la aplicación ya que tienen una mayor capacidad de reproducción que sus enemigos. Esto puede traer como consecuencia que se requiera hacer aplicaciones subsecuentes de insecticidas. Además, el insecticida en mención también es considerado tóxico para los seres humanos por lo que es necesario buscar alternativas que sean más amigables con el medioambiente y la salud humana, pero que también tengan la misma eficiencia de control de pulgones.

En el Campo Experimental Dr. Norman E. Borlaug (CENEB) en Ciudad Obregón, Sonora, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Patronato para la Investigación y Experimentación Agrícola del Estado de Sonora (PIEAES) desarrollaron un ensayo durante dos ciclos consecutivos para evaluar estrategias para el control del pulgón con productos más amigables con el medioambiente que aquellos que comúnmente se utilizan en los campos de los productores —que tienen imidacloprid como ingrediente activo—. En ambos ciclos, el cultivo utilizado fue trigo harinero variedad Borlaug 100, sembrado a doble hilera. 

Para comparar el efecto de las distintas opciones disponibles se establecieron tratamientos con productos de bajo impacto ambiental (neem, lupiradifurone, sulfoxaflor y spirotetramat), como con un testigo sin aplicación y un tratamiento con imidacloprid. Además, para el monitoreo del pulgón se utilizaron trampas de color que permitieron conocer la incidencia de la plaga. Así mismo, se hicieron muestreos en todas las parcelas para determinar el momento de la aplicación de los productos. 

Durante el primer año del ensayo los productos que mejor controlaron la población promedio de pulgones por planta fueron imidacloprid y sulfoxaflor, mientras que el mayor número de pulgones estuvo en las parcelas con aplicación de neem y en el testigo.

En el segundo año del ensayo los productos que mejor controlaron la población promedio de pulgones por planta fueron imidacloprid y sulfoxaflor, mientras que el mayor número de pulgones estuvo en las parcelas con aplicación de spirotetramat  y el testigo sin aplicación. 

Aunque sigue siendo necesario continuar con las investigaciones, este ensayo contribuye a la identificación de alternativas de bajo impacto ambiental para el control del pulgón. Además de la opción de bajo impacto ambiental que destacó en el ensayo, el manejo agroecológico de plagas es una alternativa que también puede aportar resultados positivos en la materia. 

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Garbanzo, una buena alternativa de rotación

Desarrollo de garbanzo en el sistema de labranza mínima con cobertura en la plataforma de investigación de San Francisco Lachigoló, Oaxaca, México. (Foto: Samuel Randy Aracen)
Desarrollo de garbanzo en el sistema de labranza mínima con cobertura en la plataforma de investigación de San Francisco Lachigoló, Oaxaca, México. (Foto: Samuel Randy Aracen)

El garbanzo (Cicer arietinum) es un cultivo que resulta una excelente opción de alimentación en la dieta de la población —tiene entre 18 y 21 % de contenido de proteína—. Además, esta especie tolera muy bien condiciones de poca disponibilidad de agua y genera una relación simbiótica con bacterias y microorganismos que fijan nitrógeno y lo incorporan al suelo. 

Por sus beneficios como cultivo para consumo humano (grano), forraje y fijación de nitrógeno, en distintos puntos del sur-sureste de México se ha sembrado garbanzo a fin de identificar las mejores condiciones y prácticas agronómicas para su desarrollo. 

En el estado mexicano de Oaxaca, por ejemplo, se sembraron 342 hectáreas de garbanzo en —117 de ellas en la región Valles Centrales—, con un rendimiento promedio de 0,6 toneladas por hectárea (t/ha) durante el ciclo otoño-invierno a partir del mes de septiembre y mayormente con humedad residual. 

No obstante, durante los cuatro años en que se ha hecho investigación ha sido posible evaluar el comportamiento del garbanzo en condiciones de temporal bajo con un adecuado manejo agronómico, obteniéndose hasta 2,2 t/ha lo que permite generar  una utilidad de hasta  66 mil pesos (66 000 MXN), con un costo de producción reducido en un sistema de labranza mínima, por lo cual resulta una buena alternativa para los productores, además de que se trata de un cultivo con bajo requerimiento de agua, tolerante a sequía y con baja susceptibilidad a enfermedades y plagas. 

Debido al potencial de este cultivo, actualmente se evalúa en tres sistemas de labranza  —labranza convencional, con barbecho y rastra; labranza mínima, con subsoleo y rastrojo como cobertura;  y cero labranza, en el cual no se ha realizado alguna actividad mecanizada—, con la finalidad de impulsarlo como alternativa en la reconversión de cultivos en la región. 

Con los avances obtenidos hasta el momento es posible determinar que el cultivo de garbanzo se desarrolla muy bien en los sistemas donde se trabaja con agricultura de conservación, por lo que ahora el reto es promover entre los agricultores este cultivo como una alternativa viable para mejorar la fertilidad de suelo y una opción para generar ingresos. 

Por sus ventajas agronómicas y sus aportes nutricionales, el garbanzo es una de las diversas especies promovidas para diversificar cultivos en el marco del proyecto ´Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche´, impulsado por Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

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Se presenta alternativa agroecológica para disminuir uso de plaguicidas

Autoridades de instituciones públicas e investigadores durante la rueda de prensa sobre manejo fitosanitario sustentable del maíz en México. (Foto: Carolina Cortez/CIMMYT)
Autoridades de instituciones públicas e investigadores durante la rueda de prensa sobre manejo fitosanitario sustentable del maíz en México. (Foto: Carolina Cortez/CIMMYT)

Víctor Villalobos Arámbula, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, anunció este 20 de diciembre un nuevo desarrollo biotecnológico basado en feromonas de confusión sexual para manejo de plagas, el cual constituye una alternativa fundamentada científicamente para que los agricultores transiten hacia esquemas sostenibles y económicamente viables, ampliando así las opciones de manejo fitosanitario sustentable del cultivo del maíz en México.

En rueda de prensa, en Ahome, Sinaloa, el titular de Agricultura señaló que hoy 24 mil hectáreas en todo el país ya están siendo trabajadas con esta innovación biotecnológica que fue validada gracias a un proyecto piloto en el que participaron la empresa de innovación agroecológica PROVIVI, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA).

“Cada vez es más costoso y difícil producir. Esto nos ha llevado a explorar alternativas. Una feromona sintetizada que pudiera estar al alcance de todos los productores es una oportunidad que teníamos que explorar. Con PROVIVI, CIMMYT, INIFAP y SENASICA se hizo un experimento en Chiapas y resultó muy exitoso. Este esquema de control del gusano cogollero se suma ahora a la estrategia nacional de manejo integrado de plagas y enfermedades para reducir el costo de producción, pero, sobre todo, el costo ambiental”, señaló el titular de Agricultura.

Durante su intervención, Frances Arnold, Premio Nobel de Química 2018 y cofundadora de PROVIVI, mencionó que “hace años inhibir el apareamiento del gusano cogollero era solo una idea”, entre otros aspectos, porque se trataba de una tecnología costosa, de manera que “nadie pensó que las feromonas podrían ser útiles para un cultivo como el maíz a un costo accesible para los agricultores”, logro que hoy es tangible con los dispensadores de feromonas de confusión sexual que esta firma ha validado y promovido de la mano de centros de investigación como el CIMMYT y el INIFAP. 

El gusano cogollero es la principal plaga del maíz en México y llega a causar pérdidas económicas en el rendimiento superiores al 50 % si no es controlado de manera oportuna. Para su manejo, es muy común el uso de insecticidas que impactan negativamente en los agroecosistemas y repercuten en la economía de los productores, de ahí la relevancia de esta nueva alternativa agroecológica con la que los productores participantes en el piloto han manifestado que han logrado reducir hasta en 95 % la incidencia de la plaga y minimizar significativamente el número de aplicaciones, además, sin afectar fauna benéfica y con menor requerimiento de trabajo físico para su instalación.

En el evento, en el que también estuvieron presentes Bram Govaerts —director general del CIMMYT—, Jaime Montes Salas —secretario de Agricultura y Ganadería de Sinaloa y presidente de la Asociación Mexicana Secretarios de Desarrollo Agropecuario (AMSDA)—, Serapio Vargas Ramírez —diputado por Culiacán y presidente del Sistema Producto Maíz—, Santiago Arguello Campos —coordinador general de Agricultura— y autoridades del INIFAP y SENASICA, se enfatizó en que esta alternativa agroecológica es complementaria a prácticas como la agricultura de conservación, el uso de semillas certificadas, el uso de organismos benéficos, entre otras.

En este sentido, se destacó el papel de diversos programas federales dirigidos al campo y de iniciativas como Cultivos para México que, desde hace años, promueve prácticas y tecnologías que contribuyen a hacer un manejo agroecológico de plagas, permitiendo además la operación de las plataformas de investigación y módulos de innovación en donde ha sido posible desarrollar y validar las tecnologías más apropiadas para cada tipo de agricultor y sistema de producción. En este caso particular, con énfasis en la sanidad vegetal, el medioambiente y la salud de quienes producen los alimentos y de quienes los consumen.