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La paz la cultivamos juntos

Cosecha de trigo en la estación experimental El Batán en la sede del CIMMYT. (Foto: Alfonso Cortés)
Cosecha de trigo en la estación experimental El Batán en la sede del CIMMYT. (Foto: Alfonso Cortés)

La paz no es simplemente la ausencia de guerra. La paz es un proceso social complejo y un concepto construido históricamente. La paz tiene que ver con la superación, con reducir o evitar todo tipo de violencias: físicas, culturales o estructurales. También con la capacidad de las sociedades para transformar los contextos adversos, siempre que sea posible, en oportunidades de creación colectiva y de diálogo, de cambio e innovación, de adaptación e intercambio.

Lograr la paz, y mantenerla, es tan fundamental para la seguridad alimentaria, como la seguridad alimentaria lo es para una convivencia en paz. Donde hay conflicto los medios de vida se ven amenazados y la hambruna es una posibilidad siempre latente. También se han documentado situaciones a la inversa, donde la escasez de alimentos contribuye a crear ambientes hostiles y, eventualmente, conflictos.

Todas las sociedades tienen en su historia algún antecedente de conflicto. Algunas, lamentablemente, experimentan actualmente alguno. Esto reafirma la urgencia de transitar a una cultura de paz donde, además de aprender a vivir juntos y construir soluciones juntos, se aprenda a reconstruir el tejido social justo desde sus cimientos. Esto es, cultivar la paz.

Cultivar la paz no es simplemente una metáfora, implica girar los reflectores hacia uno de los espacios con mayor potencial para consolidar la paz social: el campo, el lugar donde el conflicto, la migración y el cambio climático erosionan los medios de vida de la población y, en consecuencia, su tejido social.

¿Cómo consolidar la paz desde la agricultura? La iniciativa #AgriculturaParaLaPaz es un ejemplo de que a través de la ciencia colaborativa y la suma de esfuerzos y voluntades entre los sectores público, privado, social y académico se pueden desarrollar proyectos y colaboraciones encaminados a este propósito.

La paz en movimiento

#AgriculturaParaLaPaz surge en el marco de la conmemoración del 50 aniversario del Premio Nobel de la Paz entregado al doctor Norman Borlaug — uno de los fundadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con sede en México — por salvar millones de vidas de la hambruna gracias a sus trabajos de mejoramiento en trigo. Se trata de una iniciativa impulsada por el Centro Nobel de la Paz, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT.

Recientemente nuevos actores se han sumado a esta iniciativa, que impulsa la agricultura sustentable como una de las vías para lograr sociedades pacíficas.

Destaca la formulación de la Iniciativa Regional Integradora, AgriLAC Resiliente, la cual busca incrementar la resiliencia, servicios ecosistémicos y competitividad de los sistemas agroalimentarios en la región de Latinoamérica y el Caribe, aprovechando y potenciando diversas iniciativas del CGIAR, el consorcio de centros internacionales de investigación al cual pertenece el CIMMYT.

También sobresale la alianza estratégica con la startup de innovación agroecológica Provivi, cuyas innovaciones científicas amigables con el medioambiente ya se están integrando a las diversas estrategias de manejo agroecológico de plagas que promueven el CIMMYT y sus colaboradores.

También se han unido a la iniciativa la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural de Guanajuato y diversas universidades.

Todo esto suma a la construcción de una #AgriculturaParaLaPaz.

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Agricultura Para la Paz: un llamado a la acción para evitar una crisis alimentaria mundial

Norman Borlaug teaches a group of young trainees in the field in Sonora, Mexico. (Photo: CIMMYT)
Norman Borlaug enseña a un grupo de jóvenes aprendices en el campo en Sonora, México. (Foto: CIMMYT)

Hace 50 años, Norman Borlaug recibió el Premio Nobel de la Paz de 1970 por haber evitado la hambruna aumentando el potencial de rendimiento del trigo y entregando variedades mejoradas a los agricultores de Asia del Sur. Fue el primer premio Nobel en producción de alimentos y es ampliamente reconocido como «el hombre que salvó mil millones de vidas».

Décadas después, Borlaug continuó su trabajo desde el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) con sede en México, una organización de investigación para el desarrollo sin fines de lucro financiada por la Fundación Rockefeller y los gobiernos de México y Estados Unidos.

El CIMMYT se convirtió en un modelo para una futura red de organizaciones financiadas con fondos públicos con 14 centros de investigación: el CGIAR. En la actualidad, el CGIAR es dirigido por Marco Ferrroni, quien lo describe como una asociación de investigación global que “continúa tratando de alimentar al mundo de manera sostenible con un énfasis explícito en la nutrición, el medio ambiente, la conservación y la regeneración de recursos, la equidad y la inclusión”.

La lucha de Norman Borlaug contra el hambre ha vuelto a ser el centro de atención mundial a raíz de las crisis de salud y seguridad alimentaria más graves del siglo XXI. “Los premios Nobel de la Paz para Norman Borlaug y el Programa Mundial de Alimentos están muy relacionados”, dijo Kjersti Flogstad, Directora Ejecutiva del Centro del Premio Nobel de la Paz con sede en Oslo. «Son parte de una larga tradición de otorgar [el premio] a la labor humanitaria, que coincide además con el propósito de [Alfred] Nobel expresado en su última voluntad: para promover la fraternidad entre las naciones».

Durante las palabras de bienvenida en la conmemoración virtual de los 50 años del Premio Nobel de la Paz de Norman Borlaug, Víctor Villalobos Arámbula, Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, advirtió que, “por primera vez, en muchos años desde que el Dr. Borlaug derrotó el hambre en el sudeste asiático, millones de personas corren el riesgo de morir de hambre en varias regiones de África, Asia y América Latina”.

Según el Director General del CIMMYT, Martin Kropff, celebrar el legado de Norman Borlaug también debería conducir a renovadas inversiones en el Sistema CGIAR. “La recompensa de invertir en la investigación del CGIAR publicada en octubre de 2020 muestra que el retorno sobre la inversión (RSI) del CIMMYT supera una relación costo-beneficio de 10 a 1, con tasas de RSI promedio para la investigación del trigo estimadas en 19 y para la investigación del maíz en 12”.

La Secretaría de Relaciones Exteriores de México hizo eco al llamado sobre invertir en Agricultura Para la Paz. “El Gobierno de México, junto con el Centro del Premio Nobel de la Paz y el CIMMYT, emite un llamado conjunto a la acción para superar los principales desafíos al desarrollo humano en un sistema internacional bajo la presión del conflicto, el crimen organizado, la migración forzada y el cambio climático”, dijo Martha Delgado, Subsecretaría para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos.

Norman Borlaug sits on a tractor next to field technicians in Sonora, Mexico. (Photo: CIMMYT)
Norman Borlaug en un tractor junto a técnicos de campo en Sonora, México. (Foto: CIMMYT)

El evento inspira la acción contra la crisis alimentaria que se avecina mediante la transformación de los sistemas alimentarios, esta vez con énfasis en la nutrición, el medio ambiente y la igualdad. Entre los oradores se encontraban expertos del Sistema CGIAR, el CIMMYT, Conservation International, el Consejo Nacional Agropecuario de México, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y el Programa Mundial de Alimentos, entre otros. Los participantes discutieron las cinco vías de acción de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas de 2021: (1) garantizar el acceso a alimentos sanos y nutritivos para todos; (2) adoptar modalidades de consumo sostenibles; (3) impulsar la producción favorable a la naturaleza; (4) promover medios de vida equitativos; y (5) crear resiliencia ante las vulnerabilidades, las conmociones y las tensiones.

“Este evento subraya la necesidad de solidaridad internacional y cooperación multilateral en la situación que enfrenta el mundo actual”, dijo la embajadora de Noruega en México, Rut Krüger, quien aplaudió la contribución del CIMMYT de 170,000 semillas de maíz y trigo al Banco Mundial de Semillas de Svalbard, Noruega. «Este número refleja la posición de liderazgo mundial del CIMMYT en el desarrollo de variedades de maíz y trigo».

Las famosas últimas palabras de Norman Borlaug, «llévalo al productor» abogaban por transferencias rápidas de innovación agrícola al campo. Julie Borlaug, presidenta de la Fundación Borlaug, dijo que el evento Agricultura Para la Paz debería inspirarnos también a «’Llevarlo al público’. La agricultura no puede salvar al mundo sola. También necesitamos políticas gubernamentales sólidas, programas económicos e infraestructura».

El Director General Adjunto de Investigación y Alianzas Estratégicas del CIMMYT y Director del Programa de Desarrollo Estratégico, Bram Govaerts, exhortó a los líderes, donantes y asociados en asistencia e investigación a formar una coalición global para transformar los sistemas alimentarios. «Debemos hacer mucho más para evitar una pandemia de hambre, y aún más para volver a encaminar al mundo hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030».

El país anfitrión del CIMMYT ya ha tomado medidas en esta dirección con el proyecto Cultivos para México, que tiene como objetivo mejorar la productividad de varios cultivos esenciales para la seguridad alimentaria de México, incluidos el maíz y el trigo. “Este modelo es una alianza única entre los sectores privado, público y social que se enfoca en seis cultivos”, dijo Alfonso Romo, principal enlace del sector privado de México. “Estamos muy orgullosos de su propósito, que es beneficiar a más de un millón de hogares de pequeños agricultores”.

El llamado destaca la necesidad de un desarrollo rural sostenible e inclusivo. “Es difícil imaginar la angustia, la frustración y el miedo que sienten las mujeres cuando no tienen semillas que plantar, granos que almacenar ni ingresos para comprar alimentos básicos para alimentar a sus hijos”, dijo Nicole Birrell, Presidenta del Consejo Directivo del CIMMYT. “Debemos hacer todo lo posible para restaurar la capacidad de producción de alimentos y transformar la agricultura en sistemas alimentarios productivos, rentables, sostenibles y, sobre todo, equitativos en todo el mundo”.

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Conmemoran 50 años de construir paz a través de la agricultura

El 10 de diciembre de 1970, la entonces presidenta del Comité Nobel, Aase Lionaes, llamó a Norman Borlaug a recibir el Premio Nobel de la Paz por “habernos dado una esperanza bien fundada, una alternativa de paz y de vida, la Revolución Verde”.

A partir de ese momento, el Dr. Borlaug fue reconocido como “el hombre que salvó mil millones de vidas” del hambre y como “el padre de la Revolución Verde”, por haber comenzado un proceso crucial en la historia del siglo XX caracterizado por el desarrollo de nuevas variedades de maíz y trigo de alto rendimiento desde el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

“La alimentación es el derecho moral de todos los que nacen en este mundo”, declaró Borlaug hace casi 50 años al pronunciar su discurso de aceptación o Cátedra Nobel. De esa manera, se convirtió en el defensor del derecho a la alimentación más reconocido en el mundo, quien también es recordado por acuñar la frase “La paz no puede construirse en estómagos vacíos”.

El Centro Nobel de la Paz, el Gobierno de México (a través de su Embajada en Oslo, Noruega) y el CIMMYT recordaron el legado de Norman Borlaug para conmemorar el Día Internacional de la Paz. Esta jornada fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1981 con el objetivo de cesar todo tipo de hostilidades durante 24 horas y fortalecer los ideales de la paz, entre ellos el segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible, “hambre cero”.

“El impacto del Dr. Borlaug es un ejemplo de cooperación internacional del cual podemos aprender para construir el futuro”, señaló Ulises Canchola Gutiérrez, Embajador de México en Noruega, en el video conmemorativo, El legado de Borlaug: Agricultura para la paz 2020.

 

“El trabajo del Dr. Norman Borlaug es uno de los más grandes logros de la humanidad”, señaló el Centro Nobel de la Paz. Por su parte, el director general de CIMMYT, Martin Kropff, consideró que, “la paz está en manos de quienes cultivan el campo” y que “es posible construir la paz a través de la agricultura”.

Actualmente, el CIMMYT continúa la labor de Borlaug a través de la ejecución de proyectos integrales de desarrollo estratégico para transformar las unidades de producción de alimentos en sistemas agroalimentarios saludables, resilientes y sostenibles. Con este propósito, el organismo hace un llamado para conformar una coalición internacional para enfrentar la crisis actual y prevenir una nueva crisis alimentaria.

“Norman Borlaug lideró una respuesta en la guerra contra el hambre hace más de 50 años. Aprendamos de esta experiencia, hagámoslo juntos nuevamente escuchando la crisis actual y desarrollando una respuesta igual de transformadora para superar los retos y carencias actuales”, comentó Bram Govaerts, director global de Desarrollo Estratégico y representante para las Américas de CIMMYT.