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Capacitación e investigación, el futuro de la agricultura sustentable en Oaxaca

Inicio de capacitaciones a técnicos de SEFADER en instalaciones de CIMMYT. (Foto: Jenifer Morales)
Inicio de capacitaciones a técnicos de SEFADER en instalaciones de CIMMYT. (Foto: Jenifer Morales)

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) recibió a un grupo de 15 técnicos de la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) del estado de Oaxaca para participar en una intensa capacitación de tres días. Esta iniciativa es parte del proyecto Fortalecimiento del sistema agroalimentario enfocado en la producción de maíz para la seguridad alimentaria y el abasto sustentable de granos en el estado de Oaxaca.

La capacitación se desarrolló del 25 al 27 de junio en las instalaciones de la sede global de CIMMYT en Texcoco, Estado de México, y es la primera de una serie de sesiones que se extenderán hasta noviembre de 2024, diseñadas para fortalecer las capacidades técnicas y de comunicación de los técnicos de SEFADER, precisó la instancia gubernamental.

Durante esta primera fase de capacitación, los participantes profundizaron en temas cruciales como sustentabilidad, agroecología, agricultura regenerativa, y el modelo del Hub para gestión de la innovación agrícola, así como en el impacto del cambio climático en la agricultura. Las actividades incluyeron visitas al Banco de Germoplasma, el Laboratorio de Calidad de Grano, la Estación de Maquinaria, un ensayo de ganadería y agricultura de conservación, y la Plataforma Experimental D5, que cuenta con más de tres décadas dedicadas a la investigación en prácticas de agricultura sustentable.

El CIMMYT, a través de su estrategia de capacitación “Formador de formadores”, busca empoderar a los técnicos participantes para que transmitan los aprendizajes a más extensionistas y puedan ofrecer acompañamiento y servicios técnicos de alta calidad a los productores de granos básicos de sus programas de «Abasto Seguro» y «Autosuficiencia Alimenticia».

Así, el proyecto impulsado por CIMMYT y Gobierno del Estado de Oaxaca aborda la necesidad de fortalecer el sistema agroalimentario del estado, enfocándose en la producción sustentable de maíz para mejorar la seguridad alimentaria, reducir la dependencia de importaciones y empoderar a las comunidades rurales. Además, se promueven prácticas agrícolas sustentables y la conservación de la biodiversidad para mitigar los efectos del cambio climático.

De manera particular, el proyecto busca fortalecer la red de asesores técnicos; facilitar la mecanización de la producción agrícola estableciendo sitios de mecanización equipados; e impulsar una red de investigación aplicada mediante el establecimiento de plataformas de investigación agronómica orientadas a prácticas agroecológicas y regenerativas.

En este sentido, se está trabajando en el establecimiento una red de investigación con seis plataformas en el estado de Oaxaca y, derivado de ello, en Santo Domingo Tepuxtepec, Sierra Juárez, se está trabajando en el establecimiento de una plataforma de investigación de esta red CIMMYT-SEFADER. Este esfuerzo incluye el trazo, delimitación y muestreo de suelo, así como la implementación de tratamientos de agricultura de conservación y la siembra de semillas locales de maíz serrano mixe color amarillo, así lo precisaron Mariel Guera, coordinador de Investigación del Hub Pacífico Sur de CIMMYT, y Felipe Gutiérrez Vásquez, técnico del programa de «Autosuficiencia Alimentaria», quienes están a cargo de esta plataforma de investigación.

Esta capacitación, la plataforma de investigación y el proyecto en general representan un esfuerzo significativo para mejorar los sistemas de producción de maíz en Oaxaca, beneficiando a los productores locales y contribuyendo a la seguridad alimentaria y la sostenibilidad agrícola en la región.

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Yo decidí estudiar agronomía

Concepción Porras Arango y su papá. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Concepción Porras Arango y su papá. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Dos de de sus hermanos decidieron dedicarse a la música, otro a la construcción y el último se fue a buscar el “sueño americano”. Ella, sin embargo, decidió estudiar agronomía inspirada por una amiga. Cuando su papá se enteró de esta decisión, le dijo a Concepción “pues qué bueno, porque en el campo necesitamos gente que esté realmente interesada en ayudar a los productores. Tú sabes que las cosas van cambiando, el clima va cambiando, todo va cambiando y, ¿por qué no tener una agrónoma aquí en el pueblo que pueda ayudar a quienes trabajamos la tierra?”.

Concepción Porras Arango es una joven de 27 años de Maguey Largo, Oaxaca. A pesar de no haber ingresado a la universidad que inicialmente deseaba, perseveró y se formó como agrónoma y, al día de hoy, ha trabajado en diversos proyectos, impulsando la siembra de maíz con métodos sostenibles. También ha participado en capacitaciones con especialistas de CIMMYT y ha aprendido a calibrar maquinaria para siembra y fertilización, temas de poscosecha y control de plagas.

Su experiencia en el campo le ha enseñado que el acompañamiento continuo a los productores es crucial. “Hacer las cosas con ellos, sembrar, aplicar los productos, pero haciéndolo, no solo dándoles instrucciones”, comenta Concepción. Este enfoque práctico y colaborativo ha sido fundamental para ganar la confianza de las personas dedicadas al campo.

El impacto de Concepción en su comunidad no se limita a la producción agrícola. Ella cree firmemente que trabajar con jóvenes en las escuelas puede motivar a más personas, hombres y mujeres, a interesarse por el campo. “Yo he vivido en el campo, y quiero la libertad de andar en el campo”, afirma. Su pasión por la agricultura y su compromiso con su comunidad la han llevado a emprender proyectos innovadores, como el cultivo de fresas en su parcela, demostrando que las mujeres pueden ser líderes en el sector agrícola.

La historia de Concepción subraya la importancia de integrar la perspectiva de género en la agricultura. Las mujeres en el campo enfrentan barreras significativas, desde el acceso limitado a recursos hasta la falta de reconocimiento de su labor. Al empoderar a las mujeres y promover su participación activa en la agricultura se fortalece la resiliencia y la sostenibilidad de las comunidades rurales.

El trabajo inspirador de mujeres como Concepción Porras Arango demuestra que la inclusión y el empoderamiento son caminos hacia un futuro más equitativo y próspero para las comunidades rurales. Por esta razón, la historia de Concepción es una de las que especialistas en género de la AgriLac Resiliente, de CGIAR, ha documentado para impulsar cambios en amplias regiones de Latinoamérica, desde México hasta Guatemala y Honduras, región donde la agricultura sigue enfrentando desafíos significativos en términos de sostenibilidad y equidad.

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Menús tecnológicos sustentables, conocimiento con impacto social

Cultivo de calabaza en sistema diversificado en Oaxaca, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Cultivo de calabaza en sistema diversificado en Oaxaca, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

En la búsqueda de una agricultura más sostenible y adaptada a las necesidades locales, el CIMMYT y sus colaboradores han desarrollado y promovido menús tecnológicos sustentables. Estos menús, basados en investigaciones rigurosas y adaptaciones regionales, ofrecen a los agricultores una gama de opciones tecnológicas validadas para mejorar la producción agrícola de manera sostenible.

Un ejemplo claro del impacto positivo de estos menús tecnológicos se encuentra en la experiencia de San Miguel Tlacamama, en la costa de Oaxaca. Aquí, Fermín Martínez, profesor investigador del Centro Regional Universitario Sur de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), ha sido testigo directo de cómo estas innovaciones pueden transformar la agricultura local.

Martínez, quien es el responsable de la plataforma de investigación de San Miguel Tlacamama que ha sido un espacio clave en la conformación del menú para Oaxaca, destaca la historia de don Aquileo Solano, un agricultor que ha adoptado con éxito varias de las tecnologías promovidas por CIMMYT y sus colaboradores.

Don Aquileo ya manejaba su parcela sin la quema de residuos, “eso nos hizo coincidir en la plataforma y prácticamente adoptar algunas otras tecnologías como lo de los abonos verdes, biofertilizantes y caldos minerales», comenta Martínez. Este enfoque no solo ha mejorado la salud del suelo, sino que también ha permitido a don Aquileo enfrentar mejor las condiciones climáticas adversas.

“Hace poco platicamos con don Aquileo, él estaba muy emocionado porque la canícula de 2019, de 40 días de muy poca lluvia y hasta 10 días sin ni una gota de lluvia, estuvo muy fuerte, pero él vio los beneficios de sembrar sobre toda esa cobertura donde precisamente la planta de maíz y otros cultivos que él sembró nunca presentaron una marchitez tan fuerte como lo hicieron las plantas de algunos vecinos. Pudimos ver ese detalle de que la cobertura lo que hace es, por así decirlo, cosechar la humedad del rocío y dársela a las plantas”, explica el especialista.

Otra práctica innovadora que forma parte del menú tecnológico sustentable para Oaxaca, y que fue adoptada por don Aquileo, es la diversificación de cultivos. Actualmente, el agricultor “ha establecido ajonjolí, calabaza, sobre todo la calabaza chompa, maíz y algo de frijol”, precisa Martínez, señalando que las rotaciones son otra forma de diversificación que ha adoptado el productor.

“Don Aquileo ya sabía de los beneficios que da aprovechar los residuos de cultivo en lugar de quemarlos, porque se pudren y se convierten en alimento para las plantas, entonces fácilmente adoptó los abonos verdes. Esta práctica le permitió, en lugar de dejar descansar la parcela más tiempo, hacer una especie de descanso mejorado a través de un ciclo de rotación de un año. Esa rotación le favoreció mucho porque el hecho de contar con abono verde le permitió tener una capa más gruesa de materia orgánica, lo cual es excelente”, señala el responsable de la plataforma de investigación.

La historia de don Aquileo es un testimonio del impacto positivo que los menús tecnológicos sustentables pueden tener en la vida de los agricultores: “Había un vecino de don Aquileo que lo separaba solo el cerco y extrañado por las diferencias entre sus parcelas fue a visitarlo: «bueno, ¿tú qué les haces a tus plantas?, le decía». Y recuerdo que me invitó a ver sus parcelas para comentarme de lo maravillado que estaba por tener sus plantas en pie, mientras que las parcelas de los vecinos en donde se habían quemado los residuos las plantas estaban muy marchitas”.

A través de estas iniciativas, CIMMYT y sus colaboradores le proporcionan a los productores herramientas y conocimientos para tomar decisiones informadas y adaptadas a sus realidades específicas, por lo que, en definitiva, los menús tecnológicos sustentables representan un paso significativo hacia una agricultura más sostenible y equitativa.

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Ante la adversidad, diversidad de cultivos

Agripina con personal técnico del Hub Pacífico Sur-CIMMYT. (Foto: CIMMYT)
Agripina con personal técnico del Hub Pacífico Sur-CIMMYT. (Foto: CIMMYT)

Para AgriLac Resiliente el género y la inclusión social son fundamentales. A través de esta iniciativa regional latinoamericana se han documentado experiencias y resultados derivados de diversos proyectos en donde centros de investigación como CIMMYT, en colaboración con organizaciones de todos los sectores, han impulsado acciones estratégicas para empoderar a mujeres y jóvenes.

Un ejemplo de este proceso de documentación, desarrollado por Alejandrina García en Oaxaca, Alejandro Ramírez en Chiapas, y Ángela Meentzen —colíder del equipo de Género e Inclusión Social de Agrilac—, es el testimonio de Agripina, productora de la comunidad Arroyo Grande, en Jalapa de Díaz, Oaxaca.

Agripina, de 48 años y perteneciente a la etnia Mazateca, recuerda que cuando llegó el primer ingeniero a su comunidad, ella escuchaba las pláticas desde una orilla. Se interesaba en lo que el ingeniero proponía a los participantes, todos hombres. Un día se decidió a preguntarle al ingeniero sobre esas semillas de las que hablaba, semillas que decía, se podían producir en su tierra.

El ingeniero le explicó y consiguió semillas de libre polinización para que las sembrará. Se trataba de semillas de girasol y jamaica. Agripina las sembró en una pequeña parcela que le prestó su suegro, pues su esposo había migrado y su suegro es el que estaba a cargo de las tierras.

Con gran sorpresa vio florecer sus cultivos de girasol y Jamaica, mismos que logró vender en su propia comunidad para adorno de las iglesias o para cumpleaños, incluso para funerales.  Desde ese momento, nada la detuvo y, junto con otras mujeres, asistió con mayor confianza a las capacitaciones que brindaba el ingeniero sobre la siembra de semillas nativas, su almacenamiento, fertilización y control de plagas.

Cuando murió su suegro, ella y su hija estaban desconsoladas y sentían una gran presión sobre el futuro de las tierras. “Nos decían: Pobrecitas, ahora ¿quién las va a ayudar a sembrar?, ¿cómo le van a hacer esas mujeres si ya se murió su suegro? Y yo dije, ¿por qué nos dicen así? Y con mi hija nos pusimos a trabajar. Ahorita ya fui a levantar mi mazorca. Sí es pesado, pero hay que salir adelante”, relata Agripina.

El haberse capacitado desde que vivía su suegro le permitió a Agripina adquirir experiencia y tener los conocimientos para sembrar y cosechar tanto maíz como otros cultivos que le permiten ahora sostener económicamente a su familia, conservando sus semillas nativas e intercalándolas con cultivos comerciales como plátano, piña, girasol y jamaica.

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La utilidad de un menú de tecnologías validadas

Colaboradores de CIMMYT analizando el menú tecnológico en las oficinas del Hub Pacífico Sur. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)
Colaboradores de CIMMYT analizando el menú tecnológico en las oficinas del Hub Pacífico Sur. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)

Oaxaca presenta una gran variedad de zonas agroecológicas con diferentes potenciales de producción agrícola determinados por factores como el clima y el tipo de suelo. La mayoría de las regiones del estado, sin embargo, se caracteriza por el incremento de la deforestación, la pérdida de biodiversidad y la degradación de los suelos.

Para transitar, de manera efectiva, de prácticas agrícolas que agravan esos problemas a prácticas agrícolas sustentables, es necesario realizar estudios locales de evaluación y validación de las prácticas a ser promovidas. “Por eso los colaboradores de CIMMYT establecieron plataformas de investigación, módulos y áreas de extensión en varias regiones del estado”, señala la coordinación de plataformas del Hub Pacífico Sur de CIMMYT.

En las plataformas de investigación se han estudiado por años diversas prácticas a fin de identificar las más útiles y viables para atender las necesidades de los productores de la región. Así, los resultados de las plataformas conforman el menú de tecnologías validadas que fue presentado recientemente a los colaboradores del Hub Pacífico Sur.

“En el taller organizado para este propósito se exploraron opciones para mejorar el menú tecnológico y hacer que la información científica esté disponible para los productores de la manera más útil y práctica posible. También, se expusieron los desafíos que se han tenido que superar para integrar el documento, así como el impacto positivo del menú en territorio oaxaqueño”, enfatiza la coordinación de plataformas del Hub Pacífico Sur.

Y es que integrar un menú de tecnologías validadas científicamente no es una tarea sencilla. “Uno de los principales desafíos es la continuidad en la investigación. El tema de que podamos validar en un mediano y largo plazo la tecnología para dar resultados más confiables hacia los productores es un gran desafío”, señala Jonatan Villa Alcántara, colaborador responsable de la plataforma de investigación San Juan Cotzocón.

“Otro de los desafíos ha sido cómo coordinarnos los diferentes investigadores en Oaxaca para tener un documento en común. Coordinar la investigación e integrar un solo documento solamente nosotros sería algo complicado por las diferentes actividades que tenemos, pero ahí entra la labor del hub, ayudándonos para que superemos ese desafío y tener un documento que integre las diferentes tecnologías validadas para los ambientes de Oaxaca”, enfatiza Jonatan.

Un ejemplo de cómo este menú de tecnologías ha contribuido a generar cambios positivos está en el Itsmo, una zona donde se ocupa mucha maquinaria para la preparación del suelo: el arado, las rastras, el surcado.

“Una de las cosas que se detectó en el Itsmo fue la compactación del suelo. Ahí, en colaboración con el gobierno del estado, se ha capacitado a los técnicos sobre diferentes innovaciones tecnológicas, una de ellas la labranza vertical para eliminar zonas compactadas en predios que han sido manejados con maquinaria durante muchos años”.

Ante el problema de la compactación, “se sugirió a los técnicos que aplicaran la labranza vertical; y con resultados muy positivos en la productividad: hay predios de Zapalote Chico que en promedio tenían una tonelada, tonelada y media, y a través de esta práctica de labranza vertical tienen ahora rendimientos de dos y media hasta tres y media toneladas por hectárea”, concluye Jonatan.

La labranza vertical forma parte del Menú de tecnologías validadas – Maíz en Oaxaca. Te invitamos a consultar el documento completo y a seguir el hashtag #MenúTecnológicoSustentable en nuestras redes sociales para más información sobre tecnologías validadas.

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Tecnologías agrícolas para la Mixteca oaxaqueña

Efecto de la sequía en maíz bajo dos sistemas de labranza en temporal. Labranza convencional sin residuos (Izquierda), labranza mínima con residuos (Derecha). Yanhuitlán, Oax. PV-2019. (Foto: Leodegario Osorio)
Efecto de la sequía en maíz bajo dos sistemas de labranza en temporal. Labranza convencional sin residuos (Izquierda), labranza mínima con residuos (Derecha). Yanhuitlán, Oax. PV-2019. (Foto: Leodegario Osorio)

Aprendida por generaciones, la práctica de prender fuego a los residuos de cosecha sigue siendo una estampa común en el campo oaxaqueño. Sin embargo, esta práctica contribuye a la degradación de los suelos agrícolas, a la pérdida de fertilidad de los mismos y, consecuentemente, a una disminución de la productividad.

Una mejor alternativa es aprovechar los rastrojos como cobertura del suelo: “la retención de residuos en labranza mínima incrementó el rendimiento de maíz criollo en 208 kilos por hectárea (kg/ha) en promedio, comparado con la labranza convencional de la zona —que consta de un barbecho a 30 cm de profundidad y un paso rastra a 10 cm— sin residuos, lo cual indica que es una alternativa viable para la región de la Mixteca”, señalan los responsables de la plataforma de Santo Domingo Yanhuitlán, donde colaboran investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y CIMMYT.

La de Yanhuitlán forma parte de una extensa red de plataformas de investigación que CIMMYT —centro de investigación internacional que promueve sistemas agrícolas sustentables y resilientes— y sus colaboradores impulsan en todo el territorio nacional y que más recientemente se ha extendido a nivel Latinoamérica. Muchas de estas plataformas tienen más de una década investigando diversas prácticas agrícolas a fin de identificar las más pertinentes para cada región y cada tipo de agricultor.

“Uno de los beneficios más notables de esta labranza mínima es mantener más humedad disponible para el cultivo, y este beneficio se expresa más en tiempos de sequía, como en 2019 en el que el rendimiento fue de 2.2 t/ha en labranza mínima contra 680 kg/ha en labranza convencional”, enfatizan los investigadores que han registrado puntualmente el comportamiento de estos dos tipos de labranza desde el año 2013.

Con respecto a la parte económica, “el costo de producción con labranza mínima fue 800 pesos por hectárea (800 MXN/ha) menor que la labranza convencional”, puntualizan los investigadores, señalando que la inclusión del rastrojo —cuyo valor está estimado en 3  500 MXN/ha en la región de la Mixteca—, “incrementaría la utilidad neta promedio de la labranza convencional a $14,346 MXN/ha”.

En las plataformas de Santa María Teopoxco, en la región Cañada; San Miguel Tlacamama, en la Costa; San Francisco Lachigoló, en Valles Centrales; y Tamazulapam del Espíritu Santo, en la Sierra Norte, los resultados de años de investigación también confirman que el rastrojo es un elemento importante para los sistemas agrícolas de la región, por lo que los investigadores hacen una invitación a los productores para que se acerquen a cualquiera de estas plataformas o con colaboradores de CIMMYT para conocer más sobre cómo un adecuado manejo de los residuos de cosecha puede impulsar grandes cambios en la agricultura.

Esta práctica forma parte del Menú de tecnologías validadas – Maíz en Oaxaca. Te invitamos a consultarlo completo y a seguir el hashtag #MenúTecnológicoSustentable en nuestras redes sociales para más información sobre tecnologías validadas.

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México, un laboratorio donde se generan soluciones para los retos de la alimentación global

Directivos de la iniciativa Excelencia en Agronomía visitando plataformas y módulos del Hub Pacífico Sur de CIMMYT en Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)
Directivos de la iniciativa Excelencia en Agronomía visitando plataformas y módulos del Hub Pacífico Sur de CIMMYT en Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)

“Fue muy impactante para mí conocer la operación de un hub y ver a agricultores interactuado directamente con los técnicos en campo, aplicando los principios de la agricultura de conservación. Recuerdo a una señora en Oaxaca contándonos cuánto tiempo ha podido ahorrar y cuánto mayor rendimiento está empezando a obtener usando la matraca, esta sembradora-fertilizadora manual que es una tecnología muy simple”, comenta Mandla Nkomo sobre su reciente visita a la Mixteca oaxaqueña, en México.

Mandla es director de Crecimiento de la iniciativa Excelencia en Agronomía (EiA), la cual “reúne a más de 10 centros CGIAR cuya tarea es crear soluciones a los problemas que enfrentan los agricultores en todo el mundo. Nuestro enfoque es comenzar desde una base impulsada por la demanda, para saber cuáles son los desafíos que enfrentan los agricultores y crear un sistema de desarrollo de la innovación que sea capaz de atender esos desafíos, desarrollar soluciones, probarlas, validarlas y escalarlas”, sostiene.

La búsqueda de ese sistema para detonar y difundir la innovación es parte de lo que motivó a Mandla a visitar México. “Estoy aquí porque quería aprender un poco más sobre esto —los hubs y los proyectos basados en esta metodología que el CIMMYT y sus colaboradores han desarrollado en territorio nacional—, porque una de las cosas que consideramos en EiA es cómo hacemos la transición de los casos de uso individuales a soluciones dentro de una red de socios”.

“Lo que hemos visto aquí es el trabajo de nuestros colegas de CIMMYT —uno de los centros de investigación que integran el CGIAR— que, durante la última década, han creado estos hubs o centros de innovación que se establecen en todo México en diferentes zonas agroecológicas. Y lo realmente único de esto es que estos hubs están creando un ecosistema que hace lo que creo que es la excelencia en agronomía”, enfatiza Mandla.

Los hubs son una metodología de gestión de la innovación que se desarrolló en México gracias a iniciativas como MasAgro-Cultivos para México y que, por su gran impacto, hoy está siendo replicada en África, Asia y otros países de América Latina; además de formar parte fundamental del enfoque de iniciativas como EiA.

Sobre esta metodología, Mandla comenta que quienes participan en ella “intentan comprender realmente los desafíos que enfrentan los agricultores; luego crean una plataforma donde se hace investigación adecuada que responde a sus problemáticas; posteriormente, prueban esa investigación en módulos que permiten demostrar el impacto que están teniendo esas soluciones en comparación con lo que los agricultores hacen de forma convencional. Finalmente, trasladan esas soluciones a las llamadas áreas de extensión, desde donde se implementan las innovaciones a mayor escala”.

Durante su visita a la plataforma de investigación de Santo Domingo Yanhuitlán y a módulos de innovación, áreas de extensión, casa de semillas, módulos poscosecha y puntos de maquinaria en distintos municipios de esa zona de Oaxaca, Mandla Nkomo y otros visitantes de EiA tuvieron la oportunidad no solo de conocer la operación del Hub Pacífico Sur de CIMMYT, sino de atestiguar como esta metodología de la gestión de la innovación es social y culturalmente pertinente para una de las regiones más diversas del país.

“Creo que estos días han sido realmente fantásticos para darnos una perspectiva y una imagen de lo que es posible hacer y de lo que es posible escalar porque, afortunadamente, México es un país muy diverso con diferentes agroecologías. Entonces, este enfoque se puede trasladar a cualquier otro lugar del mundo, por eso estoy muy emocionado con lo que hemos visto y porque el país que nos dio al maíz ahora también está dando al mundo soluciones que tendrán un gran impacto en la seguridad alimentaria global, así que ahora es mi tarea, y la del resto del equipo de EiA, ver cómo podemos transmitir esto a otras latitudes”.

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Opciones para diversificación de cultivos en Oaxaca

Cultivo de girasoles en la región de La Costa de Oaxaca. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Cultivo de girasoles en la región de La Costa de Oaxaca. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Diversificar cultivos (a través de rotaciones, asociaciones o relevos) permite romper con los ciclos de diversas plagas y enfermedades. Ya que cada plaga tiene hábitos o un comportamiento específico asociado a un cultivo particular, al variar los cultivos estos ciclos pueden romperse.

Además de este beneficio, la diversificación de cultivos permite que los suelos estén en un mejor estado general porque ayuda a reponer las capacidades del suelo en medida que cada cultivo tiene necesidades y aportaciones de nutrientes diferentes; o bien, algunos cultivos tienen propiedades agronómicas particulares que resultan útiles en ciertos contextos.

En el plano de la comercialización y la seguridad alimentaria la diversificación de cultivos también tiene beneficios, ya que incrementa la variedad de las dietas de las familias productoras, o bien, contribuye a tener una producción adicional en distintos momentos.

De acuerdo con el #MenúTecnológicoSustentable de Oaxaca, integrado por CIMMYT y sus colaboradores, para el estado de Oaxaca se han identificado cultivos que no solo se han adaptado bien a las condiciones de la entidad, sino que reportan distintos beneficios de acuerdo con usos específicos.

En las plataformas de investigación del estado “se evaluaron, en diferentes ensayos y vitrinas, 16 cultivos y los resultados permiten clasificarlos, de acuerdo con su adaptabilidad, en los mega ambientes de Valles Altos, Subtrópico y Trópico del estado de Oaxaca”, comentan especialistas del Hub Pacífico Sur de CIMMYT.

Trópico (0-1500 msnm) Subtrópico (1500-2000 msnm) Valles Altos

(2000-2500 msnm)

•Chícharo gandul

•Caupí

•Frijol mungo

•Soya

•Girasol

•Mucuna

•Canavalia

•Cacahuate

•Frijol

•Girasol

•Frijol ayocote

•Caupí

•Crotalaria

•Chícharo

•Garbanzo

 

•Canola

•Girasol

•Ebo

•Frijol Ayocote

•Grasspea

•Chícharo

 

Ya sea para la alimentación de humanos y ganado, o para mejorar el suelo o protegerlo, estos cultivos tienen amplios usos y beneficios. Gracias a la red de ensayos de cultivos alternativos y vitrinas establecidas por CIMMYT y sus colaboradores, se ha logrado identificar, con mayor precisión, la acción específica de cada uno de estos cultivos.

Consumo humano Forraje Fijadores de nitrógeno Coberturas y abonos verdes
•Frijol ayocote

•Chícharo

•Frijol

•Caupí

•Garbanzo

•Chícharo gandul

•Frijol mungo

•Soya

•Cacahuate

•Canola

•Girasol

•Ebo

•Frijol ayocote

•Grasspea

•Caupí

•Crotalaria

•Chícharo gandul

•Frijol mungo

 

•Frijol ayocote

•Chícharo

•Frijol

•Caupí

•Garbanzo

•Chícharo gandul

•Frijol mungo

•Soya

•Cacahuate

•Ebo

•Grasspea

•Mununa

•Canavalia

•Chícharo gandul

•Caupí

•Frijol mungo

•Soya

•Girasol

•Mununa

•Canavalia

•Cacahuate

 

Esta tecnología forma parte del Menú de tecnologías validadas – Maíz en Oaxaca. Te invitamos a consultarlo completo y a seguir el hashtag #MenúTecnológicoSustentable en nuestras redes sociales para más información sobre tecnologías validadas.

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Cuando las sequías se presentan, esta tecnología puede hacer la diferencia

La Mixteca de Oaxaca (México) es, en general, una región árida. Ahí, la variabilidad climática es notable y las sequías se han agudizado en años recientes. Hacia el primer bimestre de 2023, por ejemplo, de los 150 municipios de Oaxaca declarados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) con algún grado de sequía, 100 eran de la Mixteca —86 de ellos con sequía severa—. Dadas las afectaciones a las cosechas, la de 2023 es considera como una de las sequías más severas registradas para esa región.

La Mixteca se caracteriza por el deterioro de sus recursos naturales —presenta severos problemas de deforestación—, principalmente el suelo y la vegetación, lo que repercute en la baja producción de los cultivos. Este problema se relaciona con los sistemas de producción convencionales, basados en el monocultivo, extracción de residuos agrícolas (rastrojos) y manejo del suelo, a lo que se suma la escasa y errática distribución de la lluvia.

"El corazón de la Mixteca! o "Cerro de los Corazones", muestra los efectos de la severa erosión de la región. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
«El corazón de la Mixteca», o «Cerro de los Corazones», muestra los efectos de la severa erosión de la región. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Una tecnología sustentable validada para esta región de México, particularmente útil para tiempos de sequía, es la inclusión del rastrojo en labranza mínima. “Comparada con la labranza convencional —un barbecho a 30 cm de profundidad más un paso de rastra a 10 cm— sin rastrojos, la retención de estos residuos de cosecha en labranza mínima —roturación del suelo con subsuelo de tres ganchos a una profundidad de 40 cm— incrementó el rendimiento de maíz criollo 208 kilogramos por hectárea en promedio”, señalan los responsables de la plataforma de investigación Yanhuitlán.

La de Yanhuitlán forma parte de una red de plataformas impulsada por CIMMYT —centro de investigación internacional basado en México que busca consolidar sistemas agroalimentarios sustentables y resilientes— y sus colaboradores, la cual constituye una de las más grandes e importantes redes de investigación agronómica a nivel global.

Los resultados consistentes de seis años de investigación en la plataforma de Yanhuitlán indican que la labranza mínima dejando los residuos en campo es “una alternativa viable para la región de la Mixteca. El beneficio de esta labranza en mantener más humedad disponible para el cultivo se expresa más durante los periodos de sequía, como en 2019 cuando el rendimiento fue de 2.2 toneladas por hectárea en labranza mínima contra 680 kilogramos por hectárea en labranza convencional”, mencionan los investigadores.

Don Abundio, productor de Oaxaca, muestra el rastrojo que usa como cobertura en su parcela, práctica que se ha validado en plataformas de investigación en el marco de la metodología del Hub. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Don Abundio, productor de Oaxaca, muestra el rastrojo que usa como cobertura en su parcela, práctica que se ha validado en plataformas de investigación en el marco de la metodología del Hub. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Con respecto al costo de producción, este “fue 800 pesos por hectárea (800 MXN/ha) menor que el de la labranza convencional (2,000 MXN/ha) y registró una utilidad neta promedio de un poco más de 12 mil pesos por hectárea ($12,045 MXN/ha), contra los cerca de 11 mil pesos por hectárea ($10,846 MXN/ha) de la labranza mínima. Así, la inclusión del rastrojo —cuyo valor está estimado en cerca de $3,500 MXN/ha en la región— incrementaría la utilidad neta promedio de la labranza convencional a $14,346 MXN/ha”, puntualizan.

Por estos resultados consistentes, y por ser particularmente útil en tiempos de sequía, la labranza mínima dejando los residuos es una de las tecnologías que forman parte del #MenúTecnológicoSostenible de Oaxaca.

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Tecnologías agrícolas validadas para el norte y sur de México

Plantas de trigo cultivadas con agricultura de conservación. (Foto: CIMMYT)
Plantas de trigo cultivadas con agricultura de conservación. (Foto: CIMMYT)

Para lograr una agricultura sustentable es fundamental transitar de enfoques basados en la “receta” o prescripción de prácticas genéricas —que muchas veces no han sido validadas o adecuadas para cada tipo de agricultor— a uno que ofrezca a los productores opciones para tomar las mejores decisiones en sus parcelas, adoptando solo aquellas tecnologías validadas y que en su zona pueden mejorar la producción de una manera sustentable.

Este enfoque culturalmente pertinente para impulsar la transición a una agricultura sustentable es promovido por CIMMYT y sus colaboradores como menús tecnológicos, que son el resultado de los trabajos de investigación desarrollados en plataformas, módulos de innovación y áreas de extensión —como parte de una metodología para gestionar la innovación llamada hub—. Esto significa que, a través de los distintos proyectos que CIMMYT y sus colaboradores impulsan, solo se promueven tecnologías que cuentan con evidencia sólida para ser recomendadas.

Recientemente, investigadores de CIMMYT —centro de investigación científica internacional que busca consolidar sistemas agroalimentarios sustentables, productivos y resilientes basados en maíz, trigo y cultivos asociados— integraron menús actualizados de tecnologías validadas para dos regiones y sistemas de producción: trigo de riego para Sonora y maíz para Oaxaca, respectivamente.

Ambos menús son relevantes en el contexto agrícola actual: el estado de Sonora es la principal región de producción de trigo en el país, con un sistema de altos rendimientos que depende, igualmente, de un alto uso de insumos. Oaxaca, por su parte, presenta una gran variedad de zonas agroecológicas definidas por la combinación de diferentes climas y suelos, los cuales determinan el nivel de expresión de la capacidad productiva de variedades nativas —locales e introducidas— y mejoradas de maíz en cada zona.

En el caso de Sonora, el menú tecnológico ha sido desarrollado por el Hub Pacífico Norte de CIMMYT que, junto con sus colaboradores en la región han instalado tres plataformas de investigación: Cajeme I y II en la estación de CIMMYT en Ciudad Obregón, y Navojoa en las instalaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) en Navojoa.

Entre las prácticas y tecnologías estudiadas en estas plataformas destacan las camas permanentes, rotaciones diversas, cobertura del suelo con residuos de cosecha —prácticas asociadas con la agricultura de conservación, un sistema que en esta región reporta rendimientos promedio de 1,3 toneladas por hectárea más que el sistema convencional—, fertilización enterrada, control de plagas con productos de bajo impacto ambiental, uso eficiente de agua, entre otras.

Para el caso de Oaxaca, las plataformas de investigación fueron instaladas por el Hub Pacífico Sur del CIMMYT y colaboradores en dicho estado. Estas son: San Francisco Lachigoló en Valles Centrales, Santo Domingo Yanhuitlán en la región de la Mixteca, San Miguel Tlacamama en la Costa, San Juan Cotzocón en el Papaloapan, Santa María Teopoxco en la Cañada, y Tamazulapam del Espíritu en la Sierra Norte, respectivamente.

Aquí, las prácticas y tecnologías investigadas han sido la labranza mínima con retención de residuos, la milpa intercalada con árboles frutales en combinación con agricultura de conservación, distintos arreglos topológicos y densidades de siembra, diversificación de cultivos, entre otras.

Estos menús tecnológicos desarrollados por CIMMYT y sus colaboradores contribuyen además a dos grandes iniciativas de CGIAR —consorcio de centros de investigación internacionales del que forma parte CIMMYT—: Excelencia en Agronomía y AgriLac Resiliente. Te invitamos a conocer más de estas iniciativas y los detalles de estos menús tecnológicos a través del Boletín EnlACe de CIMMYT, y en redes sociales a través de @ACCIMMYT y el hashtag #MenúTecnológicoSostenible.