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Parcelas más diversas, comunidades más resilientes

Productor de maguey espadín en Oaxaca, México. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)
Productor de maguey espadín en Oaxaca, México. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)

“Soy productor de maguey espadín y actualmente estamos implementando la siembra de garbanzo entre las líneas de maguey, así estamos aprovechando todo el espacio de la parcela”, comenta Claudio Salas Vázquez, productor de San Pedro Guegorexe, localidad del municipio de Ocotlán de Morelos, en Oaxaca, México. 

Aunque pareciera algo simple, esta innovación les permite a familias productoras, como la de Claudio, mejorar su nutrición y sus ingresos: “Aquí tenemos maguey ya de tres años, de dos años y un año, porque el maguey lleva sus años, pero la ventaja es que el terreno sigue produciendo, los espacios que quedan se siguen aprovechando. Este garbanzo ya pronto lo estaremos sacando y eso nos deja un reembolso económico mientras el maguey sigue creciendo”, comenta Claudio. 

Antes del maguey Claudio trabajaba la milpa, pero, como él dice, “actualmente la siembra de temporal no es tan segura como otros años. Anteriormente era segura la cosecha, pero ahora nos está perjudicando mucho mucha la falta de agua. Este año, por ejemplo, no llovió. Y muchos vecinos que sembraron maíz de la forma que siempre lo han hecho, pues se fueron a la quiebra”. 

Así, buscando alternativas para que su parcela siguiera produciendo aún ante el embate del cambio climático, Claudio decidió dedicarse de lleno al cultivo del maguey en 2019. Lamentablemente, las cosas no empezaron del todo bien. 

“Estoy trabajando con este grupo de productores desde hace un año. El señor Claudio tenía magueyes muy enfermos, con problemas para la producción de hojas y penca. Parte del problema es que los productores aquí siembran maguey porque lo aprendieron de sus papás, sus abuelos, pero no le dan un manejo como se le tiene que dar ahora por la evolución de plagas y enfermedades y también por el mercado que ahora exige piñas con características muy específicas”, apunta Yashim Reyes Castañón, quien le brinda acompañamiento técnico al señor Claudio. 

Yashim forma parte del equipo técnico que impulsa el proyecto ´Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche´, de Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

“Este proyecto busca hacer que los productores y sus comunidades sean más resilientes ante los cambios sociales, económicos y ambientales que se van presentado. Los apoyamos para que diversifiquen sus cultivos, para que se asocien, para que tengan más opciones de nutrición para ellos y sus familias, y cuidando los recursos naturales para que tengan algo que heredarle a las futuras generaciones y no les entreguen tierras erosionadas, sino suelos productivos”, menciona Yashim.

Así, para Claudio y su familia el cultivo de maguey intercalado con garbanzo ha sido una innovación favorable porque el garbanzo “controla la maleza y apoya al maguey en su crecimiento, le deja nutrientes al terreno. Ya son dos años que yo le estoy metiendo garbanzo y un poco de frijol delgado y sí me ha dejado un poco más de ganancia. Ahora que el garbanzo ya tenga la semilla, que esté verde, en la familia tomamos la determinación de tostarlo en el comal y venderlo, y es así como le sacamos un poquito más de ganancia”. 

“En la zona normalmente ven al garbanzo como un cultivo que no necesita nada porque crece con la humedad residual y se va manteniendo con rocío, pero si aumentamos el rendimiento aumentamos sus ingresos y por eso, a partir de los diagnósticos que hicimos, vimos que era viable aprovechar más el terreno y darle un manejo diferente al cultivo para incrementar el rendimiento”, puntualiza Yashim. 

Para Claudio lo más importante es que su tierra sigue siendo productiva porque “sí hay muchos compañeros que optan por irse a Estados Unidos o buscar otros trabajos porque piensan que el campo ya no es opción”, comenta el productor, resaltando uno de los aspectos más relevantes del proyecto que, en voz de Yashim, es que “todas estas opciones para hacer más productivas las parcelas ayudan a una mayor resiliencia y, como en el caso de esta localidad, pueden ayudar a disminuir los índices de migración”.

Además de la diversificación de cultivos, el proyecto promueve soluciones poscosecha, capacitación en materia de asociatividad y fomento al liderazgo comunitario. La idea central es que las comunidades se apropien del conocimiento y lo usen a su favor: “Yo me he dado cuenta de que, con el apoyo de la ciencia a través de este proyecto, hemos encontrado soluciones. Hemos tenido éxito. Sí hay dificultades, pero con el apoyo de los especialistas yo en lo personal he encontrado un poco de alivio a mis preocupaciones”, finaliza Claudio. 

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Diversificar cultivos promueve una mejor dieta y salud en las zonas rurales

Leguminosas en sistema de producción con cultivos diversificados, en Oaxaca, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Leguminosas en sistema de producción con cultivos diversificados, en Oaxaca, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Una dieta en transición 

Con un consumo por persona de alrededor de 200 kg de granos cada año, el maíz es la base de la alimentación de los mexicanos. El frijol y la calabaza también son alimentos básicos en el país, y lo han sido desde tiempos prehispánicos, ya que eran parte del sistema ancestral de la milpa. 

Si bien la dieta tradicional en México está basada en granos, leguminosas y vegetales, existe una la tendencia mundial de modificación de dietas por la globalización, la urbanización y el cambio en los estilos de vida. De acuerdo con la organización mundial de la alimentación (FAO), se ha observado esta transición alimentaria tanto en las zonas rurales como en las zonas urbanas, lo que se ha reflejado en un aumento en la demanda de carnes, lácteos y productos procesados, por encima de alimentos como cereales, leguminosas y verduras. 

Así, por ejemplo, entre 1970 y 2013 en México se ha observado una reducción de más de la mitad del consumo de los frijoles. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) de 2018 también revela que 75 % de la población mexicana no come suficientes leguminosas de acuerdo con las recomendaciones del grupo EAT-Lancet para una dieta sostenible y saludable. Entre los factores que han contribuido a esta disminución están aspectos socioculturales, donde el consumo de frijoles se ha asociado, erróneamente, a la pobreza. 

Cambios como estos han empeorado el problema de malnutrición, generando una doble carga que se traduce en la coexistencia de la desnutrición, así como el sobrepeso y obesidad. Esta compleja situación también es factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, diabetes y distintos tipos de cáncer. Por esto es importante cambiar este patrón y promover dietas saludables y sostenibles ya que, además, se proyecta que el cambio climático empeorará la situación, particularmente en las zonas rurales con más vulnerabilidad. Los frijoles, y las leguminosas en general, tienen el potencial para cambiar esto. 

¿Cuáles son las ventajas de comer frijoles y las leguminosas en general? 

Los frijoles y las leguminosas son una buena fuente de varios micronutrientes como potasio, magnesio, ácido fólico, hierro y zinc, y son fuente importante de proteínas de origen vegetal. En particular, se encuentran entre los únicos alimentos vegetales que proporcionan cantidades significativas de lisina, unos de los aminoácidos esenciales para los seres humanos —el maíz, por ejemplo, es deficiente en lisina por lo que combinar maíces y frijoles es una forma de remediar la carencia en aminoácidos esenciales—. 

Las leguminosas también son una buena fuente de fibras y almidón resistente —un tipo de carbohidrato que aporta múltiples beneficios para la salud—, con implicaciones positivas en la prevención de enfermedades crónicas como cáncer o diabetes. Las fibras, al regular el tránsito gastrointestinal contribuyen a que los frijoles tengan un índice glicémico bajo —es decir, que su capacidad de aumentar el nivel de azúcar en la sangre es bajo—, en comparación a otros grupos de alimentos. 

Además, las leguminosas contienen fitoquímicos (polifenoles) y antioxidantes —compuestos  relacionados con la reducción de enfermedades cardiovasculares, de tumores y de enfermedades neurodegenerativas—, y están asociadas a la reducción del riesgo de enfermedades crónicas. De hecho, se ha demostrado en varios estudios que el consumo de leguminosas puede contribuir a disminuir el riesgo de obesidad y enfermedades cardiovasculares. 

¿La diversificación de cultivos puede incidir sobre la dieta y la salud de los productores? 

La diversificación de cultivos en las parcelas de los pequeños productores tiene muchas ventajas, entre ellas la reducción de los riesgos de malas cosechas debido al cambio climático, plagas o enfermedades; una mejora de la salud del suelo; así como mayor rendimiento y sostenibilidad ambiental. 

Diversificar cultivos contribuye también a reducir los riesgos de desarrollo de hongos y la producción de micotoxinas, sustancias potencialmente dañinas para la salud. Las ventajas además pueden reflejarse en la dieta de las familias productoras que integran una mayor diversidad de cultivos a su alimentación.

Estudios en África, por ejemplo, han demostrado que la promoción de la diversificación de cultivos puede tener un impacto positivo sobre la salud de los adultos y los niños, además de contribuir al reducción de los riesgos de ingestión de micotoxinas, particularmente para los productores que viven en zonas remotas y que tienen poco acceso al mercado. 

Promover la diversificación de cultivos es entonces una forma de lograr sistemas agroalimentarios locales resilientes y la seguridad alimentaria de los productores de pequeña escala. Así, es importante que los programas de diversificación estén acompañados de actividades de educación nutricional —para demostrar a las comunidades los beneficios asociados al consumo de frijoles y leguminosas en general— y estén soportados con actividades de empeoramiento de mujeres y jóvenes.

En el sur y sureste de México, Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) están impulsando la diversificación de cultivos a través del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’. Con esta iniciativa se promueve la diversificación de cultivos, la asociatividad en el medio rural y los liderazgos comunitarios. Además, se impulsa la Campaña de sensibilización sobre inocuidad alimentaria y micotoxinas, de la que se desprende este artículo.  

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Día Mundial de la Alimentación 2021: El futuro de la alimentación está en nuestras manos

A medida que el calendario avanza hacia el 16 de octubre, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) celebra el Día Mundial de la Alimentación. El tema de este año es «Nuestras acciones son nuestro futuro».

Nuestras vidas dependen de los sistemas agroalimentarios.

Abarcan el recorrido de los alimentos (por ejemplo, cereales, verduras, pescado, frutas y ganado) desde el campo hasta la mesa, incluyendo el momento en que se cultivan, se cosechan, se procesan, se empaquetan, se transportan, se distribuyen, se comercializan, se compran, se preparan, se comen y se eliminan. También abarca los productos no alimentarios (por ejemplo, la silvicultura, la cría de animales, el uso de materias primas, la biomasa para producir biocombustibles y las fibras) que constituyen los medios de vida, y todas las personas, así como las actividades, las inversiones y las elecciones que intervienen en la obtención de estos alimentos y productos agrícolas.

Los alimentos que elegimos y la forma en que los producimos, preparamos, cocinamos y almacenamos nos convierten en parte integrante y activa del funcionamiento de un sistema agroalimentario.

Un sistema agroalimentario sostenible es aquel en el que se dispone de una variedad de alimentos suficientes, nutritivos y seguros a un precio asequible para todo el mundo, y nadie pasa hambre ni sufre ninguna forma de malnutrición. Las estanterías están repletas en el mercado local o en la tienda de alimentación, pero se desperdician menos alimentos y la cadena de suministro de alimentos es más resistente a las perturbaciones, como las condiciones meteorológicas extremas, el aumento de los precios o las pandemias, todo ello limitando, en lugar de empeorar, la degradación medioambiental o el cambio climático. De hecho, los sistemas agroalimentarios sostenibles proporcionan seguridad alimentaria y nutrición para todos, sin comprometer las bases económicas, sociales y medioambientales, para las generaciones venideras. Conducen a una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor para todos.

Arreglemos el sistema

Las contradicciones no pueden ser más flagrantes — millones de personas pasan hambre o están desnutridas, mientras que un gran número tiene sobrepeso crónico debido a una mala alimentación. Los pequeños agricultores producen más de un tercio de los alimentos del mundo y, sin embargo, son algunos de los más afectados por la pobreza, ya que la agricultura sigue siendo un sector imprevisible. Los sistemas agroalimentarios contribuyen en gran medida al cambio climático, que a su vez amenaza la producción de alimentos en algunas de las zonas más pobres del mundo. La pérdida y el desperdicio de alimentos es desenfrenado, al lado de las personas que dependen de los bancos de alimentos o de la ayuda alimentaria de emergencia.

La evidencia está a la vista: nunca ha habido una necesidad más urgente de transformar la forma en que el mundo produce y consume alimentos.

Este año, con motivo del Día Mundial de la Alimentación, le traemos cuatro historias sobre el trabajo del CIMMYT para apoyar los sistemas agroalimentarios sostenibles.

Mejor producción

Los centros del CGIAR presentan una metodología para transformar la agricultura de recursos limitados, contaminante y vulnerable en sistemas alimentarios inclusivos, sostenibles y resistentes que ofrezcan dietas saludables y asequibles para todos dentro de los límites planetarios.

Publican guía para transformar los sistemas agroalimentarios paso a paso con base en Cultivos para México

Mejor nutrición

Los científicos del CIMMYT prevén un fuerte aumento de las nuevas variedades de trigo enriquecidas con zinc que pueden potenciar este mineral esencial para millones de personas pobres con dietas deficientes. Se espera que en los próximos diez años las nuevas variedades de trigo con alto contenido en zinc representen al menos el 80% de las variedades distribuidas en todo el mundo, frente al 9% actual.

El nuevo trigo enriquecido con zinc se expande por todo el mundo para combatir la malnutrición

Una mujer prepara roti, un pan plano sin levadura hecho con harina de trigo y consumido como alimento básico, en su casa del distrito de Dinajpur (Bangladesh). (Foto: S. Mojumder/Drik/CIMMYT)

Un mejor medio ambiente

Entender la relación entre el cambio climático y la salud de las plantas es clave para conservar la biodiversidad e impulsar la producción de alimentos hoy y para las generaciones futuras.

Proteger las plantas protegerá a las personas y al planeta

Paisaje del campo de trigo duro en la estación experimental del CIMMYT en Toluca, México. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)
Paisaje del campo de trigo duro en la estación experimental del CIMMYT en Toluca, México. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)

Una vida mejor

Un nuevo libro evalúa el potencial y las limitaciones del desarrollo de la cadena de valor para fortalecer los medios de vida de los pobres de las zonas rurales y extrae conclusiones aplicables a todo el ámbito del desarrollo.

El balance de desarrollo de la cadena de valor

Una investigadora del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) demuestra el uso de una aplicación agrícola en el campo. (Foto: C. De Bode/CGIAR)
Una investigadora del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) demuestra el uso de una aplicación agrícola en el campo. (Foto: C. De Bode/CGIAR)

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Reportajes

Llega la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU

El 23 de septiembre de 2021, las Naciones Unidas convocan una Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios como parte de la Década de Acción para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030. La Cumbre pondrá en marcha nuevas y audaces acciones para avanzar en los 17 ODS, cada uno de los cuales se basa en parte en sistemas alimentarios más saludables, sostenibles y equitativos.

Según la ONU, el término «sistema alimentario» abarca a todas las personas y todos los procesos que intervienen en el cultivo, el mejoramiento o la elaboración de los alimentos, y en su llegada al estómago. La salud de nuestros sistemas alimentarios afecta profundamente a la salud de nuestros cuerpos, así como a la de nuestro medio ambiente, nuestras economías y nuestras culturas. Cuando funcionan bien, los sistemas alimentarios tienen el poder de unirnos como familias, comunidades y naciones.

Como la mayor red pública de investigación agrícola del mundo, el CGIAR ha hecho contribuciones inestimables a los esfuerzos mundiales para alcanzar estos 17 objetivos.  El CIMMYT desempeña un papel importante en estos esfuerzos.

A lo largo de septiembre, en reconocimiento de la histórica Cumbre de la ONU, estaremos destacando el impacto de la investigación del CIMMYT para alcanzar los ODS, en colaboración con el CGIAR y la comunidad de desarrollo en general.

Desde la agricultura de conservación hasta el apoyo a las mujeres y las comunidades marginadas, esperamos que nuestras publicaciones de las redes sociales le ayuden a descubrir la amplia experiencia, capacidad e impacto de nuestra investigación.

¡Participe!

Ayúdenos a compartir los mensajes del CIMMYT en las redes sociales para la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios.

CIMMYT’s social media toolkit for the Food Systems Summit

Regístrese en la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios y únase a la conversación en línea utilizando el hashtag #FoodSystems4SDGs.

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Foto de portada: En todo el mundo, el maíz y el trigo constituyen una gran parte de la dieta humana y son un elemento integral de un sistema alimentario saludable y sostenible. (Foto: A. Cortés/CIMMYT)

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Ciencia para alimentar al mundo de forma sostenible

Mientras el mundo centra su atención en los debates políticos durante la pre-cumbre de esta semana de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU, es evidente la necesidad de la ciencia y la innovación para avanzar en la transformación de los sistemas alimentarios, de la tierra y del agua.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con su historial de 50 años de impacto, éxito y alto retorno de la inversión, es esencial para estos esfuerzos.

Nuestro nuevo folleto institucional, Maize and wheat science to sustainably feed the world, vincula la misión, la visión y la excelencia científica del CIMMYT con las necesidades urgentes de un mundo en el que se estima que una décima parte de la población mundial —hasta 811 millones de personas— está desnutrida.

El CIMMYT es también una fuente crucial de capacidad de respuesta para el CGIAR, la mayor organización mundial de investigación financiada con fondos públicos que busca soluciones para los desafíos de los sistemas alimentarios, de la tierra y del agua.

La ciencia del maíz y el trigo para alimentar al mundo de forma sostenible explica por qué hacemos lo que hacemos a la luz de estos desafíos.

El CIMMYT lidera la investigación sobre el maíz y el trigo para lograr sistemas alimentarios que proporcionen dietas asequibles, suficientes y saludables producidas dentro de los límites planetarios.

Nuestra investigación se centra en los pequeños agricultores de los países de ingresos bajos y medios y en la mejora de los medios de vida de las personas que viven con menos de 2 dólares al día.

La ciencia del CIMMYT llega a ellos a través de centros de innovación, tecnologías apropiadas y fuentes sostenibles, y ayuda a abordar sus necesidades y desafíos mediante la orientación de las políticas públicas.

Aplicando una ciencia de alta calidad y asociaciones sólidas, el CIMMYT trabaja por un mundo con personas más sanas y prósperas, libre de crisis alimentarias globales y con sistemas agroalimentarios más resilientes.

Vea y descargue el nuevo folleto del CIMMYT.

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Día Mundial de la Alimentación 2020: Los sistemas alimentarios nutritivos

Ahora que nos acercamos al 16 de octubre, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) celebra el Día Mundial de la Alimentación. El tema de este año es “Crecer, nutrir, preservar. Juntos.»

La crisis de salud global del COVID-19 ha sido un momento para reflexionar sobre las cosas que realmente apreciamos y nuestras necesidades más básicas. Estos tiempos de incertidumbre han hecho que muchos de nosotros reavivemos nuestro aprecio por algo que algunos dan por sentado y muchos no tienen: la comida.

La comida es la esencia de la vida y la base de nuestras culturas y comunidades. Preservar el acceso a alimentos inocuos y nutritivos es y seguirá siendo una parte esencial de la respuesta a la pandemia del COVID-19, especialmente para las comunidades pobres y vulnerables, que son las más afectadas por la pandemia y las crisis económicas resultantes.

En un momento como este, es más importante que nunca reconocer la necesidad de apoyar a los agricultores y trabajadores en todo el sistema alimentario, quienes se aseguran de que los alimentos lleguen del campo a la mesa.

Sistemas alimentarios sustentables

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), más de 2 mil millones de personas no tienen acceso regular a alimentos seguros, nutritivos y suficientes. Se espera que la población mundial alcance casi los 10 mil millones para 2050.

Nuestros futuros sistemas alimentarios deben proporcionar dietas asequibles y saludables para todos, y medios de vida dignos para los trabajadores del sistema alimentario, al tiempo que se preservan los recursos naturales y la biodiversidad, y se enfrentan desafíos como el cambio climático.

Los países, el sector privado y la sociedad civil deben asegurarse de que nuestros sistemas alimentarios cultiven una variedad de alimentos para nutrir a una población en crecimiento y sostener el planeta, juntos.

Este año, para el Día Mundial de la Alimentación, les traemos tres historias sobre el trabajo del CIMMYT para producir alimentos nutritivos de manera sustentable.

Explicativo: ¿Qué es la intensificación sustentable?

Este método de cultivo puede aumentar los rendimientos y las ganancias de los agricultores y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Leer más.

Irrigated fields in Cuidad Obregon.A contracorriente: Investigadores revelan beneficios para la salud del maíz y el trigo que se han pasado por alto

Los cereales ofrecen mayores beneficios para la salud y la nutrición de lo que comúnmente se reconoce, a pesar de que a menudo se les considera «bajos en nutrientes», afirman científicos. Leer más.

Hands hold wheat grain from harvest near Belbur, Nakuru, Kenya. (Photo: Peter Lowe/CIMMYT)

Abriendo Camino: Isaiah Nyagumbo avanza en tecnologías climáticamente inteligentes para mejorar los sistemas agrícolas de los pequeños agricultores

El agrónomo de sistemas transforma los medios de vida de los agricultores a través de un mejor rendimiento de los cultivos y la salud del suelo, promoviendo técnicas sostenibles que mitigan los efectos del cambio climático. Leer más.

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Comunicados de prensa

A contracorriente: Investigadores revelan beneficios para la salud del maíz y el trigo que se han pasado por alto

Hands hold wheat grain from harvest near Belbur, Nakuru, Kenya. (Photo: Peter Lowe/CIMMYT)
Unas manos sostienen granos de trigo cerca de Belbur, Nakuru, Kenia. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)

Los cultivos de cereales como el maíz y el trigo merecen una mayor consideración como parte de una dieta saludable y nutritiva, según los autores de un nuevo artículo.

Una revisión de la investigación en agronutrición y la orientación dietética encontró que los posibles beneficios para la salud que brindan los cereales a menudo se pasan por alto o se subestiman como parte de las dietas nutritivas, incluida su función en la reducción de enfermedades no transmisibles como las enfermedades cardíacas y la diabetes.

El estudio identificó dos explicaciones clave para la supervisión. La primera es que muchos cultivos de cereales con distintas cualidades nutricionales se agrupan indiscriminadamente en la amplia categoría de «alimentos básicos».

Un segundo problema radica en el hecho de que los cereales suelen considerarse una fuente importante de energía alimentaria por sí solos. Sin embargo, al reducir los atributos nutricionales a macronutrientes y micronutrientes se pierden otros elementos beneficiosos de los cereales conocidos como «componentes bioactivos de los alimentos». Estos incluyen carotenoides, flavonoides y polifenoles y compuestos que comprenden fibra dietética.

«La mayoría de los cereales integrales proporcionan diferentes cantidades de proteínas, grasas, minerales y vitaminas, además de ser fuentes importantes de energía dietética», dijo Jason Donovan, economista principal del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y coautor del artículo publicado en Food Policy.

“Solo en relación con otros productos alimenticios ricos en nutrientes, los cereales pueden describirse como bajos en nutrientes».

En el artículo, titulado Investigación en agronutrición: revisando la contribución del maíz y el trigo a la nutrición y la salud humana, los autores instan a los investigadores y representantes políticos a adoptar los múltiples componentes dietéticos de los cereales para abordar la desnutrición y la sobrenutrición, las deficiencias de micronutrientes y el creciente problema mundial de las enfermedades no transmisibles.

«Al aumentar la disponibilidad y el acceso a alimentos saludables derivados de los cereales, podemos abordar mejor la creciente carga triple de desnutrición que enfrentan muchos países», dijo Olaf Erenstein, coautor y director del programa de Socioeconomía del CIMMYT.

“Para alimentar al mundo dentro de los límites planetarios, la ingesta actual de alimentos integrales debería ser más del doble y abordar problemas delicados como el sobreprocesamiento actual, para aprovechar al máximo el potencial nutricional del maíz y el trigo”.

Si bien algunos carbohidratos pueden crear una respuesta glucémica que tiene efectos negativos sobre la diabetes y la obesidad, la fibra dietética en los cereales comprende carbohidratos que se fermentan en el intestino grueso con efectos metabólicos y de salud en gran medida positivos.

Además, los compuestos naturales que se encuentran en el maíz y el trigo se pueden mejorar mediante el mejoramiento convencional, la selección genómica y el enriquecimiento biológico e industrial para ofrecer niveles enriquecidos de componentes beneficiosos.

Por ejemplo, los científicos del CIMMYT han trabajado en nuevas variedades de maíz y trigo con niveles adicionales de vitamina A y zinc para ayudar a abordar algunas de las deficiencias nutricionales que se encuentran en todo el mundo. Los investigadores también están mejorando la forma en que se producen, procesan y almacenan los cereales para aumentar la productividad y mejorar la seguridad alimentaria mientras se mantienen los beneficios nutricionales.

Uno de los desafíos para maximizar el beneficio nutricional de los alimentos a base de cereales en las dietas es que el procesamiento de granos a menudo causa pérdidas sustanciales de vitaminas y minerales esenciales. Mientras tanto, las industrias manufactureras crean alimentos ultraprocesados ​​que a menudo contienen cualidades y componentes nocivos, que contribuyen directamente a los importantes y crecientes costos sanitarios y económicos mundiales de las enfermedades no transmisibles.

“Si queremos acabar con el hambre ofreciendo dietas saludables, diversas y nutricionales en la próxima década, necesitamos una comprensión más amplia y matizada del valor nutricional y promotor de la salud de diversos alimentos, incluidos los cereales”, agregó Nigel Poole, coautor y profesor de Desarrollo Internacional en la Universidad SOAS de Londres.

«Los cereales y los alimentos denominados ‘ricos en nutrientes’ son complementarios en la agroalimentación, y ambos requieren investigación, recursos y atención adicionales para que uno no reemplace al otro».

PUBLICACIONES RELACIONADAS:
Investigación en agronutrición: revisando la contribución del maíz y el trigo a la nutrición y salud humana

PARA OBTENER MÁS INFORMACIÓN O SOLICITUDES DE ENTREVISTA:

Donna Bowater, Comunicaciones Marchmont, donna@marchmontcomms.com, +44 7929 212 534

ACERCA DEL CIMMYT:

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo es el líder mundial en investigación de maíz, trigo y sistemas agrícolas asociados financiada con fondos públicos. Con sede cerca de la Ciudad de México, el CIMMYT trabaja con cientos de socios en todo el mundo en desarrollo para aumentar de manera sostenible la productividad de los sistemas de cultivo de maíz y trigo, mejorando así la seguridad alimentaria global y reduciendo la pobreza. El CIMMYT es miembro del Sistema CGIAR y dirige los Programas de Investigación de Maíz y Trigo del CGIAR y la Plataforma de Excelencia en Mejoramiento. El Centro cuenta con el apoyo de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otros organismos públicos y privados.

See our coverage of World Food Day 2020.
Vea nuestra cobertura del Día Mundial de la Alimentación 2020.
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Explicativos

Granos enteros

Los lineamientos más recientes sobre una dieta balanceada proporcionados por la Organización Mundial de la Salud y otras autoridades internacionales de alimentación y nutrición recomiendan que la mitad de nuestra ingesta diaria de granos provenga de granos enteros. Pero, ¿qué son los granos enteros y dónde se pueden encontrar?

¿Qué son los granos enteros?

El grano entero o grano de cualquier cereal está compuesto de tres partes comestibles: el salvado, el germen y el endospermo.

Cada parte del grano contiene diferentes tipos de nutrientes.

  • El salvado es la piel externa de múltiples capas del grano comestible. Es rico en fibra y también proporciona antioxidantes, vitaminas B, minerales como zinc, hierro, magnesio y fitoquímicos – compuestos químicos naturales que se encuentran en plantas que se han relacionado con la prevención de enfermedades.
  • El germen es el núcleo de la semilla donde ocurre el crecimiento. Es rico en lípidos y contiene vitamina E, así como vitaminas B, fitoquímicos y antioxidantes.
  • La porción más grande del grano es el endospermo, una capa interior que contiene carbohidratos, proteínas y pequeñas cantidades de vitaminas y minerales.
The grain or kernel of maize and wheat is made up of three edible parts: the bran, the germ and the endosperm. (Graphic: Nancy Valtierra/CIMMYT)
Los granos de maíz y de trigo están compuestos por tres partes comestibles: el salvado, el germen y el endospermo. (Gráfico: Nancy Valtierra/CIMMYT)

Un grano entero no es necesariamente un grano completo.

El concepto se asocia principalmente con productos alimenticios, que a menudo no se elaboran con granos completos – sin embargo, no existe una definición única y aceptada de lo que constituye un grano entero una vez que se han eliminado partes de él.

Sin embargo, en términos generales, un grano procesado se considera «entero» cuando cada una de las tres partes originales (el salvado, el germen y el endospermo) aún están presentes en las mismas proporciones que el original. Esta definición se aplica a todos los cereales de la familia Poaceae, como el maíz, el trigo, la cebada y el arroz, y algunos pseudocereales como el amaranto, el trigo sarraceno y la quinua.

Granos enteros versus productos de granos refinados y enriquecidos

Los productos de granos refinados difieren de los granos enteros en que algunas o todas las capas externas de salvado se eliminan mediante procesos de molienda, perlado, pulido o desgerminado y les faltan una o más de sus tres partes clave.

Por ejemplo, la harina de trigo blanco se prepara con granos refinados a los que se les ha quitado el salvado y el germen, dejando solo el endospermo. De manera similar, si un grano de maíz se desgermina o decortica (eliminando tanto el salvado como el germen) se convierte en un grano refinado.

El objetivo principal de eliminar el salvado y el germen es tecnológico, para garantizar texturas más finas en los productos alimenticios finales y mejorar su vida útil. El proceso de refinación elimina la variedad de nutrientes que se encuentran en el salvado y el germen, por lo que muchas harinas refinadas terminan siendo enriquecidas o fortificadas con nutrientes adicionales, en su mayoría sintéticos. Sin embargo, algunos componentes como los fitoquímicos no pueden ser reemplazados.

A hand holds grains of wheat. (Photo: Thomas Lumpkin/CIMMYT)
Una mano sostiene granos de trigo. (Foto: Thomas Lumpkin/CIMMYT)

¿Son los productos de granos enteros más saludables que los refinados?

Cada vez hay más investigaciones que indican que los granos enteros ofrecen una serie de beneficios para la salud que los granos refinados no ofrecen.

El salvado y la fibra retrasan la descomposición del almidón en glucosa, lo que permite que el cuerpo mantenga un nivel constante de azúcar en la sangre. Las fibras afectan positivamente el movimiento intestinal y también ayudan a reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares, la incidencia de diabetes tipo II, el riesgo de accidente cerebrovascular y mantener una mejor salud general colorrectal y digestiva.  También hay evidencia que sugiere que los fitoquímicos y minerales esenciales, como el cobre y el magnesio, que se encuentran en el salvado y el germen también pueden ayudar a proteger contra algunos tipos de cáncer.

A pesar de los supuestos beneficios, el consumo de algunos alimentos a base de granos enteros puede estar limitado por la percepción del consumidor de los sabores y texturas. El salvado en particular contiene compuestos de sabor intenso que reducen la suavidad del producto final y se puede percibir que afecta negativamente el sabor y la textura en general. Sin embargo, estas preferencias varían mucho entre regiones. Por ejemplo, mientras que los fideos de trigo en China están hechos de harina refinada, en el sur de Asia la mayoría del trigo se consume en forma de chapatis.

Las palomitas de maíz son otro ejemplo de grano entero altamente popular. Este grano es una fuente de carbohidratos de alta calidad que, consumido naturalmente, no solo es baja en calorías y colesterol, sino que también es una buena fuente de fibra y vitaminas esenciales que incluyen ácido fólico, niacina, riboflavina, tiamina, ácido pantoténico y vitaminas B6, A, E y K. Una porción de palomitas de maíz contiene aproximadamente el 8% del requerimiento diario de hierro, con cantidades menores de calcio, cobre, magnesio, manganeso, fósforo, potasio y zinc.

El maíz hervido y tostado que se consume comúnmente en África, Asia y América Latina son otras fuentes de maíz entero, como es el maíz que se ha remojado en una solución de cal (nixtamalización).  Dependiendo del tiempo de remojo y el método de lavado de los granos nixtamalizados, una porción de los granos utilizados para la molienda aún podría clasificarse como granos enteros.

Cómo identificar productos de granos enteros

Los granos enteros son relativamente fáciles de identificar cuando se trata de alimentos no procesados como el arroz integral o la avena. Sin embargo, se vuelve más complicado cuando un producto está compuesto de granos enteros y refinados o enriquecidos, especialmente porque el color no es un indicador. El pan integral hecho con granos enteros puede aparecer de color blanco, por ejemplo, mientras que el pan integral de granos múltiples se puede hacer principalmente con harina refinada.

En un intento por abordar este problema, el grupo de defensa del consumidor sin fines de lucro con sede en los Estados Unidos, el Consejo de Granos Enteros creó un sello diseñado para ayudar a los consumidores a identificar y seleccionar productos integrales de manera más fácil. A partir de 2019, este sello se utiliza en más de 13 000 productos en 61 países diferentes.

Sin embargo, si un producto se considera integral o no, varía ampliamente entre países y agencias individuales, con la falta de estandarización de la industria, lo que significa que los productos están etiquetados de manera inconsistente. Las palabras como «fibra», «multigrano» e incluso «integral» a menudo se usan en los envases para productos que no son 100% integrales.  La forma más fácil de verificar el contenido de granos integrales de un producto es mirar la lista de ingredientes y ver si las harinas utilizadas se designan explícitamente como granos enteros. Estos se ordenan por peso, por lo que los primeros elementos enumerados son los que están más contenidos en el producto.

Como siguiente paso, un comité dirigido por la Iniciativa de Granos Enteros debe proponer restricciones específicas de cantidad de granos enteros para ayudar a establecer un conjunto de criterios comunes para el etiquetado de alimentos. Es probable que se apliquen en todo el mundo en caso de que las definiciones y regulaciones nacionales no estén estandarizadas.

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¿Compartir o conservar tierra?

Cualquier estudiante de quinto grado está familiarizado con la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno que llevó a los dinosaurios y tres cuartos de todas las especies vivas en ese momento a desaparecer de la Tierra, probablemente después de ser golpeados por un asteroide muy grande. Sin embargo, pocas personas son conscientes de que el planeta está pasando por un evento de igual magnitud: un informe reciente del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) destacó una disminución del 60% en las poblaciones de más de 4 000 especies de vertebrados monitoreadas a nivel mundial desde 1970. Esta vez, el culpable no es un asteroide, sino los seres humanos. La mayor amenaza que representamos para otras especies es también la forma en que satisfacemos una de nuestras necesidades más fundamentales: la producción de alimentos.

Como respuesta, los científicos, particularmente los ecologistas, han buscado estrategias para minimizar las compensaciones entre la agricultura y la biodiversidad. Una de esas estrategias es la «preservación de la tierra», también conocida como el «efecto Borlaug». Esta estrategia busca segregar la producción y la conservación y maximizar el rendimiento en áreas tan pequeñas como sea posible, conservando tierras para la naturaleza. Otra estrategia es «conservar la tierra» o una «agricultura amigable con la vida silvestre», que busca integrar la producción y la conservación en las mismas unidades de tierra y hacer que la agricultura sea lo más benigna posible para la biodiversidad.

El debate entre los defensores de la conservación de la tierra y los defensores del intercambio de tierras ha tenido lugar en los últimos 15 años. Sin embargo, la mayoría de los estudios han encontrado que la conservación de la tierra conduce a mejores resultados a diferencia de la distribución de la tierra en una variedad de contextos. Con colaboradores de CIFOR, UBC y otras organizaciones, planteé la hipótesis de que esta creencia era parcial porque los investigadores evaluaron la agricultura a través de una lente estrecha, solo observando las calorías o el rendimiento de los cultivos.

En la actualidad, muchas más personas padecen hambre oculta o falta de vitaminas y minerales en sus dietas. Varios estudios han encontrado dietas más diversas y nutritivas consumidas por personas que viven en o cerca de áreas con mayor cobertura arbórea, ya que los árboles son un componente clave de la biodiversidad. Sin embargo, la mayoría de estos estudios no han analizado los mecanismos que explican esta asociación positiva.

Bosques para la alimentación

Al estudiar siete paisajes tropicales en Bangladesh, Burkina Faso, Camerún, Etiopía, Indonesia, Nicaragua y Zambia, encontramos evidencia de que la cubierta arbórea apoya directamente las dietas en cuatro paisajes de siete. Esto puede ser a través de la carne de animales, frutas y vegetales silvestres, y otros alimentos de origen forestal. Además, el estudio encontró evidencia de una vía agroecológica, en la cual los bosques y los árboles apoyan la producción de diversos cultivos y ganado a través de una variedad de servicios de los ecosistemas, lo que en última instancia conduce a dietas mejoradas, en cinco paisajes de siete. Estos resultados demuestran claramente que, aunque la conservación de la tierra puede tener los mejores resultados para la biodiversidad, se reducirían los productos forestales para los hogares rurales, como, por ejemplo, los alimentos forestales, la leña y la alimentación del ganado. También eliminaría a las pequeñas explotaciones agrícolas de los servicios ecosistémicos proporcionados por la biodiversidad, y los pequeños productores en los trópicos tienden a depender más de los servicios ecosistémicos que de los insumos externos.

En Etiopía, investigaciones previas realizadas por algunos de los mismos autores han demostrado que los paisajes multifuncionales que no califican como ahorradores de tierra ni como reparto de la tierra pueden albergar una gran biodiversidad y ser más productivos que los paisajes más simples. Son más sostenibles y resistentes, proporcionan dietas más diversas y producen cereales con mayor contenido nutricional.

El debate sobre la conservación de la tierra versus el intercambio se ha limitado en gran medida a los círculos de ecologistas de la conservación y rara vez ha involucrado a científicos agrícolas. Como resultado, la mayoría de los estudios sobre la conservación de la tierra versus el intercambio se han centrado en minimizar el impacto negativo de la agricultura en la biodiversidad, en lugar de buscar los mejores compromisos entre la producción agrícola y la conservación de la biodiversidad.

Para diseñar paisajes que realmente equilibren las necesidades de las personas y la naturaleza, es urgente que los agrónomos, los economistas agrícolas, los sociólogos rurales y los mejoradores de cultivos participen en el debate de la conservación de la tierra.

Lea más en:
Testing the Various Pathways Linking Forest Cover to Dietary Diversity in Tropical Landscapes

Este estudio fue posible gracias a la financiación del Ministerio de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) a través del proyecto Cambio Agrario en Paisajes Tropicales, y por los Programas de Investigación del CGIAR sobre maíz y trigo.

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El CIMMYT promueve la agrobiodiversidad en la Feria de Chiantla a través de Buena Milpa

Desde tempranas horas, cientos de agricultores provenientes de los municipios de Todos Santos Cuchumatán, Concepción Huista, Petatán, Chiantla y otros municipios circunvecinos, acudieron a la XXII Feria Rural del Cordero y la IX Feria de Agrobiodiversidad en La Capellanía, Chiantla.

En este espacio, los agricultores expusieron la diversidad de la milpa, semillas de maíz, frijol, ayote, habas, papa, hierbas comestibles, árboles frutales y plantas ornamentales que existen en sus comunidades; estos productos fueron intercambiados entre agricultores e invitados asistentes al final de la actividad.

También se premió al agricultor que poseía la mejor oveja, para ello se contó con varios jurados que analizaron las características de los ovinos que competían.

Además, hubo varios estands informativos con productos procesados y semillas de diversas variedades de hortalizas de organizaciones que trabajan en el tema agrícola, como Buena Milpa, CRIA, SHARE, MAS FRIJOL, SENACRI, entre otros.

Debido a que es una de las ferias más importantes para los agricultores de la Meseta de los Cuchumatanes, los participantes mostraron mucho interés y entusiasmo en las diversas actividades que se realizaron, las cuales motivan a los agricultores a seguir manteniendo la agrobiodiversidad de sus comunidades como una apuesta al futuro y como contribución a mejorar la salud y nutrición de sus familias.

Esta actividad fue organizada y realizada por la Asociación de los Cuchumatanes en coordinación con organizaciones y cooperantes, entre ellos USAID y el CIMMYT.