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Contribuciones de México a la inocuidad de los alimentos global

El maíz es un alimento básico en México, pero también en distintos países de África y América Central donde el consumo por persona es alrededor de 103 kilogramos por año, aportando el 31% de las calorías y el 28% del suministro de proteínas. 

El maíz fue introducido en África por los marineros portugueses en el siglo XVI. Debido a su amplia adaptación a diversos ambientes, la baja incidencia de daños por pájaros (a diferencia del sorgo y el mijo), y su relativa facilidad de cultivo, almacenamiento y procesamiento, el maíz de grano blanco reemplazó rápidamente a otros cereales locales en los campos y en la dieta. 

Por distintas circunstancias sociohistóricas, México exportó semilla de maíz a África pero no las tecnologías para su aprovechamiento (mientras que los mexicanos tienen más de 600 productos del maíz, los países africanos tienen menos de cincuenta), como la nixtamalización, de la cual se derivan más de 300 productos alimenticios de consumo común en México.

La nixtamalización brinda beneficios nutricionales que incluyen la reducción del riesgo de pelagra —enfermedad causada por la deficiencia de la vitamina B3 (niacina) y caracterizada por diarreas, dermatitis e incluso demencia—; el aumento de la ingesta de calcio; el suministro de fibra dietética y la reducción significativa de micotoxinas —te recomendamos leer Buenas prácticas poscosecha, aliadas en la prevención del cáncer―.

Actualmente, científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) colaboran con instituciones nacionales y africanas para impulsar la transferencia de la técnica de la nixtamalización en África como una herramienta fundamental para la nutrición, la salud y la seguridad alimentaria de las familias de ese continente. 

Desde México, también se impulsan prácticas poscosecha adecuadas para asegurar la calidad del grano de maíz, la cual no solo depende de las características propias del maíz, sino de las condiciones ambientales en las que se produce el grano, su manejo agronómico ―fecha de siembra, fertilización, disponibilidad de agua, densidad de siembra, control de plagas y enfermedades, etc.— y, particularmente, el manejo del grano durante el almacenamiento —te recomendamos leer El efecto de las tecnologías de almacenamiento en la calidad del grano―.

Constantemente, en México y países de África y Asia, el CIMMYT imparte capacitaciones sobre calidad e inocuidad de grano y poscosecha, abordando temas como las condiciones óptimas para el almacenamiento de grano o la construcción de silos metálicos herméticos. Esto es la suma de diferentes acciones desde el campo hasta el procesamiento, que contribuye a asegurar grano inocuo y de calidad para comercialización, procesamiento y consumo. Como recomienda la Organización Mundial de la Salud en el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos: si no es inocuo, no es alimento.

Con información del manual Lime cooking process: nixtamalization from Mexico to the world, del CIMMYT.

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Buenas prácticas poscosecha, aliadas en la prevención del cáncer

El técnico Omar Sánchez verificando el contenido de humedad del maíz, en Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)
El técnico Omar Sánchez verificando el contenido de humedad del maíz, en Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)

El hepatocarcinoma, el tipo más frecuente de cáncer de hígado, representa la tercera causa de muerte por cáncer en México (Revista Médica del IMSS, 2018), donde se ha observado un incremento en la incidencia de esta patología desde hace varias décadas. 

Si bien este tipo de cáncer comúnmente está asociado a la cirrosis y la hepatitis, otros factores de riesgo incluyen toxicidad por hierro, algunos trastornos metabólicos y exposición a aflatoxinas, que son un tipo de sustancias producidas por ciertos hongos en cultivos como el maíz, el cacahuate, la semilla de algodón y los frutos secos.

La Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, de hecho, considera que uno de los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer primario de hígado es la exposición a aflatoxinas, mismas que describe como venenos producidos por mohos que crecen en cultivos mal almacenados. 

De acuerdo con un estudio reciente del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), las estrategias previas y posteriores a la cosecha pueden ayudar a mitigar la contaminación de los granos. Las alternativas que este Centro brinda para un adecuado almacenamiento son particularmente relevantes porque se ha encontrado que el maíz cultivado en México y Centroamérica presenta niveles de micotoxinas hasta 380 veces más altos que los niveles máximos establecidos.

En México, refiere el estudio, el maíz está contaminado principalmente por micotoxinas pertenecientes a los grupos de aflatoxinas y fumonisinas, producidos por los hongos Aspergillus y Fusarium, respectivamente, las cuales son motivo de preocupación para la salud pública. 

El estudio revisa las distintas estrategias de gestión de aflatoxinas y fumonisinas, desde el uso de variedades tolerantes de maíz, buenas prácticas de cultivo, control biológico de plagas y enfermedades, estrategias posteriores a la cosecha y los efectos del procesamiento de granos en la reducción de micotoxinas (incluida la cocción, el tostado, la elaboración de palomitas de maíz y la nixtamalización). 

La información presentada por los investigadores hace evidente la importancia de buenas prácticas poscosecha, tales como el secado óptimo; la clasificación de granos (práctica que tiene el potencial de reducir los niveles de aflatoxinas y fumonisinas en un 40-95%); el uso de agentes acondicionadores, la gestión de la calidad de los granos, las tecnologías de almacenamiento hermético y la optimización de las condiciones de almacenamiento.

En un contexto donde el riesgo de exposición a las micotoxinas es alto y donde la aplicación de métodos para tratar los granos contaminados es limitada, es importante difundir tecnologías como la nixtamalización, prácticas simples como la limpieza de granos y el uso de tecnologías herméticas como parte de una salud pública integral. 

Desde el CIMMYT se promueven campañas como #ConservaTuCosecha que brinda a la sociedad recomendaciones sencillas y prácticas para el adecuado almacenamiento de granos. Además, se continua con investigaciones como la descrita en beneficio de toda la sociedad. Te invitamos a leer el artículo completo en:

Odjo, S., Alakonya, A. E., Rosales-Nolasco, A., Molina, A. L., Muñoz, C., & Palacios-Rojas, N. (2022). Occurrence and postharvest strategies to help mitigate aflatoxins and fumonisins in maize and their co-exposure to consumers in Mexico and Central America. Food Control, 108968. https://doi.org/10.1016/j.foodcont.2022.108968

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Agricultura para la Paz, un mecanismo de cooperación internacional surgido en México

Agricultura para la Paz puede convertirse en un importante mecanismo de cooperación y con ello lograr una verdadera transformación de los sistemas de producción y consumo de alimentos a nivel global”, afirmó Martha Delgado, Subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México mediante un mensaje emitido durante la XXXIII Reunión de Embajadores y Cónsules (REC 2022). 

Agricultura para la Paz es una iniciativa del Centro Nobel de la Paz, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Embajada de México en Noruega, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversos colaboradores, surgida a raíz de la conmemoración del 50 Aniversario del Premio Nobel de la Paz otorgado en 1970 al doctor Norman Borlaug —uno de los fundadores del CIMMYT— por su trabajos de mejoramiento de trigo con agricultores e investigadores mexicanos, hecho que permitió salvar a millones de personas de la hambruna alrededor del mundo.

Se trata de un llamado a la acción y al impacto para evitar nuevas crisis alimentarias, una propuesta para transformar la agricultura en un instrumento de paz y desarrollo en todo el mundo en un momento en el que los conflictos, el cambio climático y la pandemia han hecho que el número de personas en riesgo de inanición aumente a más de 45 millones y el desplazamiento forzado global haya superado los 82 millones de personas”, expresó el doctor Bram Govaerts, Director General del CIMMYT, en el mensaje que incluyó intervenciones de representantes de las diversas organizaciones que impulsan la iniciativa. 

“El momento de trabajar juntos y de dar prioridad a la agricultura para construir una paz duradera es ahora. Hemos diseñado, ejecutado y afinado, a través de la colaboración entre Agricultura y el CIMMYT, estrategias de desarrollo sostenible con un enfoque sistémico que facilita la participación de los productores en cadenas de valor más integradas y eficientes. El CIMMYT, su vez, ha comenzado a aplicar y adaptar estas experiencias mexicanas en proyectos de desarrollo en otros países de África, Asia y América Latina. México se siente muy orgulloso de contribuir al codesarrollo de esta plataforma de innovación”, comentó el doctor Víctor Villalobos Arámbula, titular de Agricultura. 

Un ejemplo del impacto internacional de Agricultura para la Paz son las colaboraciones con la Embajada de México en Kenia ―que fomenta la nixtamalización para reducir de 30 a 60% los niveles de contaminación por aflatoxinas, un problema de consideración en aquel país―, la Embajada de México en Etiopía ―donde el 87% de sus trigos vienen de germoplasma del CIMMYT y donde ahora se aprecian los beneficios del Maíz de Alta Calidad Proteica, desarrollado en México― y diversos proyectos en Malawi, Etiopía y Mozambique, donde se ha incrementado hasta 20% el rendimiento del maíz y hasta 135% el ingreso de los productores gracias a estos rendimientos. 

Destaca también el impacto positivo de Agricultura para la Paz en la relación bilateral México-Estados Unidos, donde el 70% de todas las variedades de trigo proviene del CIMMYT ―considerándose uno de los esfuerzos bilaterales más exitosos entre ambos países―. Además, el modelo de cooperación que se ha construido desde México, estrechamente ligado a la iniciativa, constituye una propuesta viable y pertinente para combatir la migración forzada y los efectos del cambio climático en la región.

Los voceros de Agricultura para la Paz recalcaron que México cuenta con la experiencia y con la excelencia científica de instituciones como el CIMMYT para promover y encabezar en el mundo un movimiento que contribuya a lograr una paz duradera desde la agricultura. Exhortaron a los embajadores y cónsules a convertirse en voceros que pueden compartir y hacer llegar el mensaje de la iniciativa a tomadores de decisión para contribuir invirtiendo en ciencia, conocimiento y acciones colaborativas.

La iniciativa Agricultura para la Paz es valiosa por su mirada transversal, apoyada en las capacidades de todas las personas que pueden y deben actuar con urgencia: desde los pequeños agricultores, mujeres y hombres en el ámbito de la ciencia y la tecnología, hasta los gobiernos en el mundo. México es una voz indispensable en esta lucha. La Agricultura para la Paz cuenta con nosotros, cónsules, embajadoras y embajadores de México, para promover esta visión y generar las condiciones adecuadas para lograr su plena instrumentación y el logro de sus objetivos”, concluyó Ulises Canchola, Embajador de México en Noruega. 

Te invitamos a ver el mensaje completo que Agricultura para la Paz presentó durante la XXXIII Reunión de Embajadores y Cónsules, 2022.

 

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Reportajes

Abriendo Camino: Natalia Palacios saca el máximo partido al maíz

Se suele bromear con que los especialistas aprenden cada vez más sobre menos y menos hasta que lo saben todo sobre nada, mientras que para los generalistas es justo lo contrario.

En el caso de Natalia Palacios, no se aplica ninguna de las dos cosas. Es posible que tenga la palabra especialista en su título —es especialista en calidad de maíz en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— pero a lo largo de su carrera ha tenido que aprender más y más sobre una gama cada vez mayor de temas.

Como líder del Capítulo de Nutrición del Programa de Desarrollo Integrado y jefa del Laboratorio de Calidad del Maíz, el trabajo de Palacios es coordinar los esfuerzos del CIMMYT para asegurar que los sistemas agroalimentarios basados ​​en maíz en los países de ingresos bajos y medianos sean tan saludables y nutritivos. El alcance de este trabajo abarca la amplitud de los sistemas agroalimentarios basados ​​en el maíz, desde la semilla hasta la cena.

“Lo que en última instancia importa para la salud y la nutrición humana es la calidad nutricional del producto final”, comenta Palacios. «El grano nutritivo y de alta calidad es una parte importante del rompecabezas, pero también lo son los efectos nutricionales de varias técnicas de almacenamiento, procesamiento y cocción posteriores a la cosecha».

Natalia Palacios (al frente, en el centro) con colegas del equipo de Calidad del Maíz del CIMMYT durante un evento de Puertas Abiertas en la sede del CIMMYT. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)
Natalia Palacios (al frente, en el centro) con colegas del equipo de Calidad del Maíz del CIMMYT durante un evento de Puertas Abiertas en la sede del CIMMYT. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)

Viendo más allá de lo evidente

Originaria de Bogotá, Colombia, Palacios estudió microbiología en la Universidad de los Andes antes de realizar un doctorado en biología vegetal en la Universidad de East Anglia y el Centro John Innes en el Reino Unido.

“Tuve la oportunidad de trabajar como asistente de investigación en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Cali, Colombia”, explica. “La exposición a equipos interdisciplinarios e internacionales que trabajan para el desarrollo agrícola y el liderazgo de mi jefe en ese momento, Joe Tohme, no solo me ayudaron a convencerme de realizar estudios de posgrado en biología vegetal, sino que fomentaron el entusiasmo en torno a las aplicaciones del mundo real de investigación científica.”

Cuando se incorporó al CIMMYT en 2005, Palacios trabajó en la biofortificación del maíz, apoyando los esfuerzos para obtener variedades de maíz ricas en provitamina A y zinc. Con el tiempo, descubrió que su atención se dirigía al efecto del procesamiento de alimentos en la calidad nutricional de los productos alimenticios a base de maíz, así como a la importancia de la inocuidad del maíz. Por ejemplo, para un proyecto reciente, Palacios y su equipo han estado analizando el efecto de un tratamiento tradicional térmico alcalino de maíz conocido como nixtamalización sobre la composición física del grano y la calidad nutricional de los productos finales. Por sus importantes beneficios, están promoviendo esta técnica milenaria en otras geografías.

Para Palacios, este tipo de cambios están totalmente en consonancia con el objetivo general de su trabajo. “El principal desafío al que nos enfrentamos como investigadores agrícolas es contribuir a una dieta nutritiva y asequible producida dentro de los límites planetarios”, dice. «Abordar cualquier parte de este desafío requiere que nos comuniquemos entre disciplinas, que consideremos los sistemas agroalimentarios en su conjunto y que vinculemos la producción y el consumo».

Al mismo tiempo, para Palacios, la belleza de su trabajo radica en profundizar en una pregunta de investigación específica antes de volver a centrarse en el panorama general. Este movimiento entre lo específico y lo general la mantiene motivada, genera nuevas preguntas y rutas de investigación y evita que caiga en el pensamiento milagroso.

Por ejemplo, su trabajo con el maíz biofortificado con provitamina A la llevó a hacer preguntas sobre la cantidad de vitamina que llegaba a los consumidores en función de cómo se almacenaba y manipulaba el grano. La vitamina es propensa a degradarse por oxidación. Esto llevó a recomendaciones de almacenamiento y procesamiento destinadas a maximizar el valor nutricional del cultivo, incluido el almacenamiento de maíz con provitamina A como grano y molerlo lo más tarde posible antes de su consumo. Los investigadores también trabajaron para identificar germoplasma con carotenoides provitamina A más estables para su uso en el programa de mejoramiento.

En un estudio, Palacios y sus coautores encontraron que alimentar a las gallinas con maíz biofortificado aumentaba el valor de provitamina A de sus huevos, lo que sugiere que para los hogares rurales los beneficios nutricionales del grano mejorado podrían extenderse a diferentes alimentos.

Natalia Palacios extrae carotenoides de granos de maíz en un laboratorio del CIMMYT en México. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)

Reuniéndolo todo

En un artículo publicado la primavera pasada, Palacios y sus coautores reúnen los conocimientos de estas diversas vías de investigación en una revisión integral. El punto, explica Palacios, “era identificar oportunidades para aprovechar los beneficios nutricionales del maíz, un grano que se consume en gran parte en África, América Latina y algunas partes de Asia como parte importante de una dieta, desde comprender cómo aprovechar su diversidad genética para el desarrollo de variedades más nutritivas para mapear todas las diferentes partes del sistema alimentario donde se pueden obtener ganancias nutricionales».

El documento abarca secciones sobre la bioquímica del maíz, el mejoramiento del maíz, las formas de alimentación y el cultivo del maíz, y las prácticas agronómicas tradicionales como el cultivo intercalado de milpa. Ejemplifica el enfoque interdisciplinario de Palacios y su compromiso de explorar múltiples vías interconectadas hacia sistemas agroalimentarios de maíz más nutritivos.

Como deja en claro la Estrategia de Investigación e Innovación 2030 del CGIAR con énfasis en la necesidad de una transformación a nivel de sistemas de los sistemas de alimentos, tierra y agua, este enfoque es oportuno y muy necesario.

En palabras de Palacios: «La seguridad alimentaria, la nutrición y la inocuidad de los alimentos están inextricablemente unidas, y debemos abordarlas desde el campo hasta el plato y de forma sostenible».

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Explicativos

¿Qué es la nixtamalización?

Durante siglos, personas en México y América Central han utilizado un método tradicional, conocido como nixtamalización, para procesar su maíz.

En la actualidad, que se lleva a cabo tanto a nivel doméstico como industrial, esta técnica ofrece una variedad de beneficios nutricionales y de procesamiento. Los agricultores y consumidores de otras partes del mundo podrían adoptarlo fácilmente.

¿Qué es la nixtamalización?

La nixtamalización es un proceso tradicional de preparación del maíz en el que los granos secos se cuecen y se sumergen en una solución alcalina, generalmente de agua y cal alimentaria (hidróxido de calcio).

Después de eso, el maíz se escurre y se enjuaga para quitar la cubierta exterior del grano (pericarpio) y se muele para producir una masa que forma la base de numerosos productos alimenticios, incluidas las tortillas y los tamales.

¿Cómo funciona?

Pasos clave del proceso de nixtamalización tradicional. (Imagen: Nancy Valtierra/CIMMYT)

¿Qué sucede cuando se nixtamalizan los granos de maíz?

La cocción (tratamiento térmico) y el remojo en la solución alcalina inducen cambios en la estructura del grano, la composición química, las propiedades funcionales y el valor nutricional.

Por ejemplo, la eliminación del pericarpio conduce a una reducción de la fibra soluble, mientras que el proceso de cocción con cal conduce a un aumento del contenido de calcio. El proceso también conduce a la gelatinización parcial del almidón, la desnaturalización parcial de las proteínas, en la que las proteínas presentes en el grano se vuelven insolubles, y una disminución parcial del ácido fítico.

¿Cuáles son los beneficios de procesar el maíz de esta manera?

Además de alterar el olor, el sabor y el color de los productos de maíz, la nixtamalización proporciona varios beneficios nutricionales que incluyen:

  • Mayor biodisponibilidad de la vitamina B3 niacina, que reduce el riesgo de pelagra
  • Mayor aporte de calcio, debido a la absorción por los granos durante el proceso de remojo
  • Mayor contenido de almidón resistente en los productos alimenticios, que sirve como fuente de fibra dietética
  • Presencia significativamente reducida de micotoxinas como fumonisinas y aflatoxinas
  • Mayor biodisponibilidad del hierro, que disminuye el riesgo de anemia

Estos beneficios nutricionales y para la salud son especialmente importantes en áreas donde el maíz es el alimento básico y el riesgo de aflatoxinas es alto, ya que se cree que la eliminación del pericarpio ayuda a reducir los niveles de contaminación por aflatoxinas en los granos de maíz hasta en un 60% cuando la carga no está muy contaminada.

Además, la nixtamalización ayuda a controlar la actividad microbiológica y, por lo tanto, aumenta la vida útil de los productos alimenticios de maíz procesados, lo que genera ingresos y oportunidades de mercado para las comunidades agrícolas en áreas no industrializadas.

¿Dónde se originó la práctica?

La palabra en sí proviene del náhuatl, de la palabra nextli que significa cenizas y tamali que significa masa de maíz sin formar.

Las poblaciones de México y América Central han utilizado este método tradicional de procesamiento de maíz durante siglos. Aunque los tratamientos térmicos y los períodos de remojo pueden variar entre las comunidades, el proceso general permanece prácticamente sin cambios.

Hoy en día, la harina nixtamalizada también se produce industrialmente y se estima que más de 300 productos alimenticios que se consumen comúnmente solo en México se derivan del maíz nixtamalizado.

¿Pueden los agricultores y consumidores de otras regiones beneficiarse de la nixtamalización?

La nixtamalización ciertamente puede ser adaptada y adoptada por todos los consumidores de maíz, brindando beneficios nutricionales, particularmente a quienes viven en áreas con baja diversidad dietética.

Además, la eliminación parcial del pericarpio puede contribuir a reducir la ingesta de micotoxinas. La contaminación por aflatoxinas es un problema en las regiones productoras de maíz de todo el mundo y, como resultado, países tan diversos como China, Guatemala y Kenia sufren grandes pérdidas de producción de maíz. Si bien capacitar a los agricultores en técnicas de secado y almacenamiento de granos tiene un impacto significativo en la reducción de las pérdidas poscosecha, la tecnología de la nixtamalización también podría tener el potencial de prevenir la contaminación por toxinas y aumentar significativamente la seguridad alimentaria cuando se usa adecuadamente.

Si se adapta, la tecnología moderna de la nixtamalización también podría ayudar a aumentar la diversidad de usos del maíz en productos alimenticios que combinan otras fuentes alimenticias como las verduras.

Foto de portada: Tortillas de maíz guatemaltecas. (Foto: Marco Verch, CC BY 2.0 DE)

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Nixtamalización: una solución ingeniosa para dietas a base de maíz más saludables

Hace unos 500 años —a raíz del encuentro cataclísmico entre las potencias europeas y las culturas indígenas de América— personas, ideas, bienes y enormes cantidades de material biológico fueron absorbidos por una red planetaria de circuitos comerciales sin precedentes y arrojados por todo el mundo. Pero el proceso fue caótico y a menudo violento. Las personas, las ideas y otros seres vivos que se habían mezclado y coevolucionado durante mucho tiempo fueron destrozados y, a menudo, enviados a toda velocidad por trayectorias muy diferentes.

Entre las muchas formas de vida vegetal atrapadas en este evento de dispersión global se encontraba un grano curioso desarrollado durante miles de años en Mesoamérica: el maíz. En la actualidad, es el grano más plantado del mundo: una piedra angular del sistema alimentario industrial mundial, por un lado, y de muchos sistemas agroalimentarios locales y regionales, por el otro.

La cuestión es que para comprender verdaderamente un cultivo, posiblemente se deba mirar más allá de la planta en sí y verla en relación con una variedad de prácticas agrícolas, culinarias y socioeconómicas humanas. Sin embargo, el maíz se movió por todo el mundo desprovisto de su complemento de conocimientos y prácticas indígenas. Como argumenta el arqueólogo de alimentos Bill Schindler en un nuevo video para Wired, esta ruptura ha tenido enormes consecuencias para la salud y el bienestar de las comunidades consumidoras de maíz hasta el día de hoy.

El video, que toma prestado de un explicativo producido por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), señala que durante siglos los productores y consumidores de maíz en América han procesado el maíz utilizando una técnica llamada nixtamalización. Este tratamiento (cocinar y remojar granos de maíz secos en una solución alcalina hecha con agua y cal o ceniza de madera) proporciona varios beneficios nutricionales y sanitarios, que incluyen: mayor biodisponibilidad de niacina y hierro, mayor contenido de calcio y almidón resistente y menor contaminación por micotoxinas.

Las dietas dependientes del maíz que no incorporan la nixtamalización han contribuido a los brotes de pelagra y otros problemas de salud provocados por la deficiencia de nutrientes. En la actualidad, el maíz no nixtamalizado se utiliza como base nutricionalmente pobre pero químicamente maleable para muchos alimentos hiperprocesados ​​que se cree que han contribuido al aumento meteórico de las enfermedades relacionadas con las dietas desde la década de 1980.

Ante esto, Schindler pregunta: ¿qué pasaría si una mayor parte del mundo finalmente reuniera el maíz con sus técnicas de procesamiento autóctonas? El calor, el agua y la cal podrían ser una solución a algunos problemas bastante importantes.

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Promueven la nixtamalización para mejorar la nutrición y la salud

México.- El calcio es uno de los micronutrientes más importantes (ayuda principalmente a la formación y al mantenimiento de huesos y dientes), pero el cuerpo humano no produce calcio, lo obtiene a través de los alimentos, como los lácteos y las hortalizas de hoja verde. Además de estos, los productos de maíz que han sido procesados mediante la nixtamalización también son una fuente importante de calcio.

De acuerdo con la evidencia arqueológica, la técnica de la nixtamalización fue desarrollada por las civilizaciones mesoamericanas entre el año 400 A.C. y el 800 A.C. para ablandar los granos de maíz y poderlos moler. Originalmente estas civilizaciones cocían los granos junto con ceniza volcánica o conchas molidas y actualmente se usa cal.

Hoy se sabe que la nixtamalización implica cambios bioquímicos importantes en el maíz que favorecen la salud humana: el maíz se enriquece con calcio y otros minerales, se liberan precursores de la niacina (un tipo de vitamina que ayuda a transformar los alimentos en energía y cuya deficiencia ocasiona pelagra, una enfermedad que puede ser mortal), mejora la biodisponibilidad de las proteínas e inhibe un alto porcentaje de aflatoxinas (sustancias tóxicas naturales) presentes en el maíz.

Para compartir con la sociedad los conocimientos que actualmente se han generado sobre la nixtamalización en el ámbito científico, la primera sesión de los conversatorios Platiquemos de Maíz —organizados por la Fundación Tortilla de Maíz y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— reunió a tres especialistas en el tema: la doctora Gricelda Vázquez Carrillo, investigadora del INIFAP; la doctora Anayansi Escalante Aburto, de la Universidad de Monterrey (ambas del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt); y la doctora Natalia Palacios, científica del CIMMYT.

¿Por qué es importante compartir el conocimiento científico sobre la nixtamalización con la sociedad? Porque a través de este proceso se puede mejorar la nutrición y la salud de la población. Si se considera que de las 24 millones de toneladas de maíz que se cosechan anualmente en México, alrededor de 50% se destina a la elaboración de tortillas, entonces la elaboración de tortillas y otros productos nixtamalizados es un potencial vehículo para que la población acceda a una dieta más nutritiva.

En este sentido, las especialistas compartieron con los asistentes al conversatorio el contexto y las particularidades de la nixtamalización, desde el tipo de maíces que son más adecuados para este procedimiento (aunque todos son susceptibles de nixtamalizarse, los maíces dentados son los que normalmente se nixtamalizan debido a su dureza, tamaño y usos), la importancia de características como la dureza del grano (que se puede determinar midiendo su índice de flotación utilizando una solución de nitrato de sodio), hasta detalles muy particulares, como el tiempo de reposo y la retención de provitamina A.

Debido a la gran participación del público quedaron algunas preguntas sin responder. A través de este medio compartimos las respuestas a las preguntas pendientes:

¿La harina comercial pasa por un proceso de nixtamalización?, ¿cuál es la calidad nutricional de las tortillas hechas industrialmente en comparación con las elaboradas con maíces nativos?

En México existen básicamente tres procedimientos mediante los cuales se elaboran tortillas: el doméstico (principalmente en las áreas rurales), el de la industria de la masa fresca-tortilla (representada por aproximadamente 60 mil molinos y muchas más tortillerías), y el correspondiente a la elaboración de harinas nixtamalizadas (que se realiza en cerca de 25 plantas procesadoras en el país).

En general las harinas nixtamalizadas sí pasan por un proceso de nixtamalización igual o muy similar al tradicional. En ese proceso la masa esta se deshidrata y se vuelve a moler. Sin embargo, existen nuevos procedimientos, como la extrusión, donde se usan los mismos tres ingredientes de la nixtamalización, pero el proceso es diferente.

¿Cómo se puede aprovechar el nejayote? Si este se tiene que desechar forzosamente, ¿cuál es la forma adecuada para hacerlo de forma ambientalmente responsable?

El nejayote es el agua residual del proceso de nixtamalización del maíz y se considera un desecho altamente contaminante, sin embargo, algunos estudios sugieren que puede ser tratado para reutilizarse y, de hecho, algunas industrias lo hacen, deshidratándolo y usándolo para aplicaciones agrícolas. Otros recuperan los sólidos, pues es rico en celulosa y otros compuestos de interés industrial. Sin embargo, es importante mencionar que es un área de oportunidad para la investigación.

¿Cómo se puede saber qué maíces tienen más almidón y cómo el almidón está relacionado con la dureza del grano?

En general, el contenido de almidón entre los maíces no varía mucho, siendo alrededor de 70% para la mayoría (aunque se pueden encontrar entre 65 y 75%). Lo que sí varía más es su composición (es decir, la cantidad de amilos o amilopectina que pueda tener el almidón).

También es importante considerar que el grano de maíz tiene dos tipos endospermos, uno vítreo y otro harinoso. La diferencia entre estos dos es el grado de compactación de los gránulos de almidón. Comparado con el endospermo vítreo, la compactación en el harinoso es menor. Cuando un grano de maíz tiene mayor proporción de endospermo harinoso es mas suave y si tiene mayor proporción de endospermo vítreo, será mas duro.

Para hacer una nixtamalización adecuada, ¿cuánto tiempo se deja secar el grano, cuántos litros de agua por kilo de maíz se tienen que agregar? ¿Existe la posibilidad de que al no hacer bien la nixtamalización se pierdan nutrientes?

Normalmente se utiliza un grano con 14% de humedad. Un procedimiento estándar usa aproximadamente dos litros de agua y 10 gramos de cal por kilo de maíz. En el proceso de nixtamalización se pierden algunos compuestos nutricionales, se retienen otros y se absorben otros. Si hablamos del calcio (principal nutriente que aportan los productos derivados del maíz nixtamalizado), por ejemplo, su absorción es mayor entre más tiempo queden en reposo los granos de maíz. O si hablamos de las antocianinas (los pigmentos que le dan el color azul al maíz azul y que tienen propiedades antioxidantes), estas se pierden en la nixtamalización y su pérdida es mayor entre más largo sea el proceso de reposo.

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MasAgro eleva la productividad y reduce la disparidad entre productores de maíz: El Colegio de México

Texcoco, Edo. Méx.- Existen formas de aumentar la producción de maíz en las zonas de bajo rendimiento mediante semilla mejorada, prácticas de Agricultura de Conservación y tecnologías de bajo costo como las que promueve el programa Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (MasAgro), señala un estudio presentado el 10 de enero pasado por investigadores de El Colegio de México en el II Foro de Competencia y Regulación “En búsqueda de la eficiencia de los mercados” organizado por la Secretaría de Economía (SE), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

De acuerdo con el reporte titulado “Estudio del mercado de producción, procesamiento, distribución y comercialización de la cadena de maíz–harina/nixtamal–tortilla en México”, los agricultores del país necesitan alcanzar niveles mínimos de productividad y rentabilidad para cubrir sus costos y satisfacer la demanda de maíz que aumentará en forma sostenida en los próximos años. El estudio analizó la estructura, las barreas de entrada, las relaciones comerciales y el desempeño de los participantes que forman las cadenas de valor del maíz, la harina de maíz, la masa de nixtamal y la tortilla en México, para recomendar políticas públicas que aumenten la eficiencia y mejoren su desempeño.

“MasAgro ha sido muy exitoso”, señaló David López, director general adjunto de la Unidad de Competencia y Políticas Públicas para la Eficiencia de Mercados de la SE, durante la presentación del reporte elaborado conforme a los lineamientos del documento Exámenes de mercado en México: un manual del secretariado de la OCDE. “Hay indicadores importantes que nos muestran que sí ha tenido un efecto importante en el rendimiento por hectárea en maíz y creemos que este programa tendría que seguir y que, además, tendría que ser más extensivo; tendría que haber mucho más información y difusión sobre él”, agregó el funcionario federal.

El equipo de investigadores concluyó que MasAgro es una alternativa para elevar la productividad, particularmente en las zonas de bajo rendimiento del país. El programa fue reconocido como un ejemplo de política pública enfocada a productores de granos básicos mediante la colaboración entre la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

“En términos generales, el éxito de este programa se basa en el acompañamiento del productor para su asesoramiento, en la difusión de los beneficios de las mejores prácticas agrícolas y en el otorgamiento de semilla mejorada para su reproducción y comercialización por semilleros locales”, concluyó el estudio. “El impacto de este programa podría ser mayor con una difusión más extensa de su funcionamiento y potenciales beneficios entre sus posibles usuarios (productores de maíz y de semillas, así como inversionistas potenciales)”.

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MasAgro Maíz ofrece tortillas de maíz híbrido en un taller de producción y evaluación de semillas para Valles Altos

Al evento asistieron semilleros de la Red MasAgro Maíz, un representante de la industria molinera y miembros del equipo técnico de MasAgro Productor. Fueron recibidos por los anfitriones Arturo Silva, líder de MasAgro Maíz, y Alberto Chassaigne, responsable de Sistemas de Semillas en el CIMMYT.

El mejorador José Torres y su colaboradora, Carmen Bretón, guiaron el recorrido por las parcelas demostrativas, donde se mostraron los diferentes híbridos del CIMMYT para los Valles Altos. Los expertos en mejoramiento explicaron los orígenes de cada material mientras los participantes apreciaban el aspecto de las mazorcas.

Posteriormente, Ubaldo Marcos, gerente de Producción de Semillas de Maíz, explicó la tecnología de producción de semilla de seis híbridos, así como las diferencias en el tamaño de las mazorcas y las semillas de los parentales femeninos que se desarrollan en densidades de 65 mil y 75 mil plantas por hectárea.

Enseguida, se siguió el proceso artesanal de nixtamalización para producir masa con el grano de dos híbridos desarrollados en el CIMMYT. Natalia Palacios, investigadora en Calidad Nutricional del Maíz, explicó el procedimiento para determinar la calidad del grano y los requerimientos de los industriales de la masa y la tortilla mientras se elaboraban tortillas con la harina nixtamalizada. Todos los participantes constataron la calidad de las tortillas, pero destacó la opinión favorable del representante de la industria de la masa.

Después, los asistentes estimaron el rendimiento de los híbridos blancos y amarillos que se evalúan en la red MasAgro Valles Altos en condiciones de bajo nitrógeno, temporal y riego. Las estimaciones se compararon con los valores reales de rendimiento y se reconoció a los participantes con más aciertos. Al final del día de campo, coincidieron en que MasAgro Maíz aprovecha el potencial genético que permitirá detonar el rendimiento en Valles Altos.

En este evento se mostró, en suma, la oferta de híbridos MasAgro, la tecnología de producción de semilla híbrida, el rendimiento potencial del grano y la calidad de las tortillas.