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Con valentía, ellas son un ejemplo de innovación en el campo

Mujeres y milpa en Chiapas, México. (Ilustración: FMG/OpenAI, 2024)
Mujeres y milpa en Chiapas, México. (Ilustración: FMG/OpenAI, 2024)

Con su enfoque transversal en género e inclusión social, la iniciativa regional latinoamericana AgriLac Resiliente, del CGIAR, muestra cómo a través de la agricultura sustentable las mujeres del campo latinoamericano son pieza fundamental para construir sistemas resilientes e incluyentes.

Uno de los ejemplos más inspiradores proviene del grupo de mujeres indígenas Tzotziles de Tzabaló, en Larráinzar, Chiapas. Estas mujeres han encontrado en el Hub Chiapas una plataforma que les ha permitido contribuir significativamente al desarrollo de sus hogares y entornos.

“Somos un grupo de mujeres que ya tenemos algunos años trabajado con la cría de puercos y de pollos. Desde el 2022 empezamos a trabajar con CIMMYT y con DAI (Desarrollo Alternativo e Investigación AC). Nos ha gustado mucho porque vemos que se interesan por las mujeres, antes no lo hacían y ahora nos dan la oportunidad de aprender, eso nos despierta el interés de trabajar en el campo porque queremos ayudar a nuestros esposos, pero con conocimientos”, relatan.

De acuerdo con sus testimonios, la oportunidad de capacitarse en agricultura sustentable ha sido transformadora. Antes, su participación en actividades agrícolas era limitada. Ahora, con nuevos conocimientos adquiridos, están produciendo alimentos sanos y nutritivos.

“Si solo nos quedamos en la casa no hacemos mucho, pero cuando salimos al campo nos sentimos en libertad, nos despejamos de tantas tareas que hay en la casa y traemos frijol tierno y verduras frescas para la olla. Ahora podemos producir nuestros alimentos libres de tóxicos y guardar nuestro maíz en recipientes herméticos sin productos químicos”, puntualizan.

La experiencia les ha brindado no solo autonomía en la toma de decisiones sobre sus alimentos, sino también un sentido de libertad y propósito al trabajar en el campo donde el poder del trabajo en grupo también ha sido un factor importante en su éxito.

“Siempre es mejor trabajar en grupo que individual, pero es necesario buscar a un buen dirigente o líder que te guie y te enseñé a trabajar. Como grupo hemos obtenido conocimientos que nos compartimos entre nosotras, aprendimos a podar los frutales, ya no quemamos el rastrojo para reciclar los nutrientes, hay más producción y el producto es más grande, y también esperamos una buena producción de frutas”.

Parcela en Chiapas donde se han implementado prácticas sustentables. (Foto: García, Ramírez y Meentzen / CIMMYT)
Parcela en Chiapas donde se han implementado prácticas sustentables. (Foto: García, Ramírez y Meentzen / CIMMYT)

Sin embargo, el camino no ha estado exento de desafíos. La comunidad enfrenta un contexto sociopolítico que dificulta la colaboración entre grupos, aunque estas mujeres persisten y demuestran con sus logros que la participación femenina en la agricultura es fundamental para el progreso comunitario.

“Lo que hacemos, la gente lo ve mal y nos preguntan que por qué nos vamos al campo a aprender algo que no es para nosotras, que nos vamos porque no tenemos quehacer en la casa, pero no nos desanimamos. Cuando ven los resultados del trabajo nos preguntan cómo le hicimos, y les decimos que es lo que aprendimos al no quedarnos solo en la casa y las invitamos a que se unan al grupo”, mencionan, enfatizando en que en el grupo no importa si se pertenece a uno u otro grupo político porque ahí solo importa el conocimiento y las ganas de superarse.

Así, su valentía y determinación no solo ha transformado sus propias vidas, sino que también está inspirando a otras mujeres a unirse y seguir este camino de empoderamiento a través de la agricultura sustentable.

Estos casos de éxito son testimonio del impacto positivo que puede tener la inclusión de las mujeres en el campo. Su voz y experiencia son fundamentales para construir sistemas alimentarios más resilientes y sostenibles, donde la equidad de género y la participación activa de todos los actores sean pilares para un futuro próspero en las zonas rurales de América Latina.

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Plataforma de investigación en Puebla, referente en agricultura sustentable con perspectiva de género

Grupo de mujeres conversando sobre su participación en las actividades y toma de decisiones agrícolas del sistema de producción de maíz en Cuautempan, Puebla el 20 de marzo de 2024. (Foto: CIMMYT)
Grupo de mujeres conversando sobre su participación en las actividades y toma de decisiones agrícolas del sistema de producción de maíz en Cuautempan, Puebla el 20 de marzo de 2024. (Foto: CIMMYT)

Del 19 al 21 de marzo de 2024 en el CIMMYT se desarrolló el taller regional sobre género y sanidad vegetal: El poder de la investigación interdisciplinaria, en el marco de la iniciativa Plant Health —iniciativa del CGIAR para reducir las pérdidas de cultivos causadas por plagas y enfermedades utilizando enfoques ecológicos— con el objetivo de compartir experiencias y planes de trabajo que consideren intervenciones con enfoque de género que deriven en soluciones científicas y técnicas más equitativas e inclusivas.

El taller, que contó con la participación de científicos de Perú, México, Ecuador, Colombia, Vietnam y China, incluyó una visita a la plataforma de investigación de Cuautempan, Puebla, para implementar una herramienta que visibiliza la participación de las mujeres en el sistema de producción y conservación de maíz, particularmente en el control de las plagas. Además de un recorrido por la plataforma para mostrar los avances del proceso de investigación participativa que el CIMMYT desarrolla en conjunto con actores locales.

“Se visitó esta plataforma porque ahí se ha trabajado integrando la opinión de agricultoras y agricultores en los temas investigados.  Este proceso de inclusión participativa de actores clave fue detonado porque en la región norte de Puebla el objetivo principal de la agricultura es cubrir las necesidades de autoconsumo de las familias, donde las mujeres son actores clave para la producción agrícola y el desarrollo de las comunidades”, mencionaron los responsables de la plataforma.

Cuautempan, donde se encuentra la plataforma, está la Sierra Norte de Puebla, en una región con un relieve abrupto y una población conformada, mayoritariamente, por indígenas nahuas, siendo la agricultura su principal actividad económica (misma que se realiza de forma manual, con la participación familiar y contrato de jornales para actividades específicas) y el maíz nativo su cultivo más importante. No obstante, y aunque se le suele asociar con una gran diversidad de cultivos, los rendimientos del maíz son bajos (de alrededor de una tonelada por hectárea).

Entre las principales problemáticas que limitan la producción en Cuatempan están el efecto de sequía, las plagas (gallina ciega, gusano cogollero) y la falta de una mecanización adecuada que ayude a bajar los costos por jornales. Estas problemáticas son el principal objeto de la investigación de la plataforma de Cuautempan, donde el CIMMYT ha planeado y diseñado la investigación en la plataforma con perspectiva de género, pues esto influye en el potencial de impacto en el sistema agroalimentario local.

“Tengo la impresión de que las mujeres que forman parte de esta plataforma participan en las labores del maíz, quizá más que en el caso de la papa. Por ello tener tecnologías que incrementen el rendimiento puede ayudar para su consumo, pero también ingresos por la comercialización y por ello se debe incluir otros actores de la cadena de valor”, señaló uno de los participantes provenientes de Perú luego de conocer el trabajo de la plataforma.

“Aprendí que es necesario cambiar el foco hacia los agricultores porque es para ellos que nosotros trabajamos. La forma en que nosotros nos acercamos a los agricultores también es determinante”, comentó otro investigador peruano, seguido de otro compatriota suyo quien enfatizó: “Coincido en el sentido que la plataforma se haya instalado con base a la priorización de problemas que los propios agricultores definieron, tanto hombres como mujeres. Eso es importante para nosotros los investigadores porque obliga a tener una visión de lo que quieren los agricultores y no decidir con base en lo que quiere el investigador”.

“Estoy sorprendido de cómo la plataforma está abordando el tema de género para atender las necesidades tanto de hombres como de mujeres. Estoy sorprendido porque varias prácticas que se han implementado en la plataforma han surgido de esta forma de atender las necesidades, de ser inclusivos y tomar en cuenta las opiniones de todos”, comentó un investigador mexicano.

A pesar de los avances, en América Latina hay una amplia diversidad cultural y los contextos conllevan retos específicos, de manera que aún falta revisar cómo se puede implementar el enfoque de género en algunas regiones donde aún se considera que las mujeres no tienen roles en el sistema de producción de cultivos. En este sentido, señaló un investigador colombiano, es que “necesitamos el soporte de los científicos sociales para integrar en los proyectos el componente de género, porque demanda más tiempo y recursos económicos y de personas”.

El enfoque sobre género, coincidieron todos los participantes, debe ser considerado en todos los proyectos porque forma parte de una visión integral de mejorar los sistemas agroalimentarios más allá de solo incrementar la producción y la rentabilidad. En este sentido, la plataforma de Cuautempan, Puebla, lidereada por Fidelia González, responsable científica local, se ha convertido en un referente de los procesos para implementar acciones de investigación con enfoque sobre perspectiva de género.

Por supuesto, aún se requiere más investigación para evidenciar los impactos en el empoderamiento de las mujeres y asegurar que se contribuye en la mejora del sistema agroalimentario local. Es por ello por lo que el CIMMYT sigue colaborando en esta plataforma a través de los recursos de la iniciativa Excelencia en Agronomía donde el impacto y beneficios tienen énfasis en la participación de mujeres y jóvenes agricultores.

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Enfoque de género, fundamental para el campo

Grupo focal con mujeres en Cuatempan, Puebla. (Foto: Galilea Vicuña / CIMMYT)
Grupo focal con mujeres en Cuatempan, Puebla. (Foto: Galilea Vicuña / CIMMYT)

De acuerdo con el censo agropecuario de 2022, en México hay un poco más de cinco millones de unidades de producción agropecuaria, donde las unidades activas reportan 20.5 millones de superficie sembrada y 5.6 millones de hectáreas no sembradas. De acuerdo con el INEGI, cerca de 3 millones de hectáreas no se siembran “por mal temporal, por falta de crédito, por enfermedad, por falta de dinero o apoyos o porque no hubo quien sembrara” (INEGI, 2022).

“Ya casi no hay trabajadores hombres, se van a trabajar a la ciudad, a veces, si no hay hombres nos organizamos entre nosotras y vamos deshierbando las parcelas entre nosotras. Si le metemos frijol es cuando se requiere más trabajo manual, en cambio sí metemos sólo maíz para matar las hierbas ya hay químicos que venden”, comenta una de las agricultoras que participaron en los grupos focales organizados por la plataforma de investigación Cuautempan.

Aunque las causas son variadas y están relacionadas con situaciones socioeconómicas complejas, el papel de las mujeres y los jóvenes es crucial en lo referente a la situación del campo, donde es fundamental “comprender que la complejidad del manejo de los sistemas agroalimentarios locales se asocia a las dinámicas del contexto social, lo cual incluye los roles de género, la migración y la participación de las mujeres en la conservación, manejo y uso de la agrobiodiversidad local”, comentan los responsables de la plataforma de investigación Cuautempan, Puebla.

En esta plataforma de investigación, que forma parte de la red de plataformas de CIMMYT y sus colaboradores, se están incluyendo metodologías con perspectiva de género en el diseño de la investigación. Esto, porque a pesar de que las estadísticas suelen subrepresentar la participación de las mujeres en el campo —la mano de obra de mujeres en actividades agropecuarias en 2022 fue de 16.2 % (4.4 millones), pero se estima que podría ser de hasta 43% (ONU Mujeres)—, son ellas quienes están trazando nuevos caminos para el campo mexicano.

“Aquí vemos que las matas de chícharo ya están floreando. A mí me gustaría que otras personas también vean estos cultivos y los siembren para que tengamos una mejor producción. Yo en este pueblo de Paraíso Nuevo le he dicho a muchas mujeres; hemos hecho reuniones con las mujeres porque nosotros hemos ido a capacitación a otros lados para impulsar a que las mujeres también participen, a que no nada más se queden en la casa, a que los maridos tomen conciencia y las mujeres salgan al campo a sembrar y a cosechar lo que se siembra”, comenta Miriam del Carmen Piña, productora de Candelaria, Campeche, quien ha participado en iniciativas de CIMMYT y sus colaboradores en el estado.

Las contribuciones de la mujer al campo son enormes —cultivan la tierra, crían animales de traspatio, procesan y distribuyen diversos productos en el mercado— y, sin embargo, suelen pasar desapercibidas porque gran parte de este trabajo es considerado como ayuda familiar que no siempre es remunerada. Además, realizan trabajo doméstico del hogar, cuidan a niños y personas mayores o enfermas, entre otras labores.

Por lo anterior, es fundamental identificar, desde la investigación científica y hasta la operación en campo, aquellas prácticas y tecnologías que respondan a las necesidades de quienes trabajan la tierra; así mismo, impulsar estrategias que contribuyan al empoderamiento económico de las mujeres porque, como lo señalan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres, la cantidad de personas con hambre en el mundo se reduciría hasta en 150 millones.

Así, además de la inclusión de la perspectiva de género en el diseño de los objetivos de investigación de sus plataformas, CIMMYT y sus colaboradores impulsan diversas iniciativas para fomentar el acceso de las mujeres a la financiación, donde prácticas sustentables como la diversificación de cultivos está contribuyendo significativamente a avanzar hacia esa meta, aumentando la inclusión de la mujer en los sistemas agrícolas, brindando beneficios ecológicos, y proporcionando cultivos que representan alimentos altamente nutritivos para las personas y/o la ganadería.

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Agricultura sustentable para empoderar a las comunidades

Miriam Torres en actividades en campo en el Oriente de Honduras. (Foto: Miriam Torres)
Mirian Torres en actividades en campo en el Oriente de Honduras. (Foto: Mirian Torres)

En la región de Oriente de Honduras, Mirian Lizeth Torres, ingeniera agroindustrial graduada de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, está marcando la diferencia. Su compromiso con la sostenibilidad agrícola y el empoderamiento de las comunidades locales a través de la agricultura sustentable es evidente en su trabajo con la Asociación Regional de Servicios Agropecuarios de Oriente (ARSAGRO) y con su participación en el InnovaHub Oriente, instalado en el marco de la iniciativa AgriLAC Resiliente.

«En 2023, hice un voluntariado en ARSAGRO, abordando temas cruciales con los productores, desde eventos y extensión hasta proyectos con CIAT que se centraron en el diagnóstico de parcelas, agua, suelo, bosque, plagas y enfermedades, nutrición del frijol, calidad del grano, entre otros», comparte Mirian, resaltando la amplitud de su experiencia.

Su participación en el InnovaHub Oriente ha sido clave para integrar teoría y práctica en el campo. «Soy estudiante del curso de agricultura de conservación, donde he explorado prácticas agronómicas que mejoran la sostenibilidad de los cultivos, creando sistemas más resilientes», destaca. «Estas prácticas se comparten con los productores a través de módulos de innovación, que son parcelas donde se implementan las innovaciones de la agricultura de conservación y se comparan, lado a lado, con métodos convencionales».

Mirian sabe de la importancia de comunicar estos conocimientos a las comunidades. «En eventos realizados en estas parcelas, compartimos prácticas y conocimientos, llegando a productores que no estaban familiarizados con estas tecnologías», explica. «Gracias a AgriLAC en 2023, hemos contribuido significativamente al empoderamiento de los productores y grupos organizados en la región de Oriente de Honduras«.

Además, Mirian se enorgullece de su papel como inspiradora para la inclusión de jóvenes y mujeres en la agricultura. «En cada evento que organizamos, observamos una creciente participación de jóvenes y mujeres», señala. «El empoderamiento de las mujeres en las actividades agrícolas ha sido notable, con muchas retomando actividades en el campo a través de la transferencia de conocimientos».

Mirando hacia el futuro, Mirian espera fomentar aún más la participación de la juventud. «Mi invitación a los jóvenes es que no abandonen el campo; que se involucren en temas agrícolas para contribuir al sustento de sus familias y, al mismo tiempo, reducir la migración», afirma con determinación.

En un mundo donde la agricultura sustentable es esencial, Mirian Lizeth Torres ha asumido un liderazgo sólido desde el campo, contribuyendo a que su comunidad se encamine hacia un futuro agrícola más sostenible y equitativo.

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Construyendo sistemas agroalimentarios con perspectiva de género

Fidelia González facilitando la actividad de entretenimiento para niños mientras sus madres participaban en el taller de diagnóstico para el diseño de investigación agrícola en Cuautempan Puebla, México. (Foto: CIMMYT)
Fidelia González facilitando la actividad de entretenimiento para niños mientras sus madres participaban en el taller de diagnóstico para el diseño de investigación agrícola en Cuautempan Puebla, México. (Foto: CIMMYT)

En las plataformas de investigación del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores la cocreación de la investigación se promueve desde el diagnóstico del sistema de producción agrícola que se realiza antes de empezar la investigación, donde se reconoce que la opinión de los actores locales es relevante para entender los problemas de los sistemas de producción y las posibilidades de solucionarlos.

En el año 2016, por ejemplo, con un grupo pequeño de técnicos y productores —principalmente hombres— la plataforma de Cuautempan, Puebla inició su investigación donde los temas a evaluar estaban relacionados en incrementar la productividad del cultivo de maíz —principal cultivo del sistema de producción local— y por ello se evaluaban aspectos como el uso de semilla nativa e híbrida, dosis de fertilización y arreglo topológico con base en agricultura de conservación.

“Después de siete años se concluyó esa primera fase de investigación, dando oportunidad para implementar una nueva investigación enfocada a promover sistemas agroalimentarios resilientes. Además, en el transcurso de este periodo hubo una sensibilización del equipo de investigación para comprender que la complejidad del manejo de los sistemas locales se asocia a las dinámicas del contexto social, lo cual incluye los roles de género, la migración y la participación de las mujeres en la conservación, manejo y uso de la agrobiodiversidad local”, comentan los responsables de la plataforma.

Así, durante los años 2022 y 2023 el equipo de investigación del CIMMYT se fortaleció con conocimientos para incluir metodologías con perspectiva de género en el diseño de investigación —cursos del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés) y de la iniciativa Excellence in Agronomy (EiA), del CGIAR, e investigadores de la Universidad de Makerere, de Uganda—.

Derivado de lo anterior, en la plataforma se decidió desarrollar un nuevo diagnóstico para obtener una mejor comprensión de los factores limitantes del sistema de producción de la zona e identificar los temas de investigación con perspectiva de género a corto, mediano y largo plazo, de acuerdo con las productoras, productores y otros actores clave de la región para.

“Entonces se hicieron grupos focales separando a hombres de mujeres a fin de explorar si las necesidades de investigación podrían ser diferentes entre ellos. Y, efectivamente, los resultados fueron diferentes. Por ejemplo, los hombres solo mencionaron las siembras de monocultivo entre ciclos usando varios cultivos de relevo, e hicieron únicamente referencia a las variedades locales de maíz, pero no de otros cultivos. Las mujeres resaltaron los sistemas diversificados en los ciclos, e hicieron mención del sistema milpa y los árboles frutales”, comenta el equipo técnico de la plataforma.

Sobre las prácticas agrícolas también se observaron diferencias: los hombres mencionaron el manejo químico para control de plagas y fertilización. Las mujeres también lo mencionaron, pero hicieron énfasis en el manejo manual y prácticas alternativas.

Ya casi no hay trabajadores hombres, se van a trabajar a la ciudad, a veces, si no hay hombres nos organizamos entre nosotras y vamos deshierbando las parcelas entre nosotras. Si le metimos frijol es cuando se requiere más trabajo manual, en cambio sí metemos sólo maíz para matar las hierbas ya hay químicos que venden”, comento al respecto una de las agricultoras.

Sobre la jerarquización e identificación de las principales problemáticas que limitan la producción local fueron similares, pero la percepción del impacto de los problemas fue diferente: los hombres atribuían los problemas a poco apoyo del gobierno para los campesinos y, por el contrario, las mujeres discutían sobre el efecto de los problemas en la falta de alimentos y salud para sus familias.

Como resultado de este taller, señalan los responsables de la plataforma, se resolverán problemas que afectan la producción al tiempo que se implementaran prácticas y tecnologías que faciliten las labores agrícolas como la evaluación de bioinsumos en el desarrollo y rendimiento de maíz nativo, densidad de siembra en el sistema milpa —maíz, frijol y calabaza— y equipos de mecanización para deshierbe, siembra y cosecha adecuados para mujeres.

Entre otras experiencias positivas del taller, destaca la implementación de actividades de entretenimiento dirigidas a los pequeños, donde el personal del CIMMYT diseñó juegos tradicionales —memorama, loterías y serpientes y escaleras— con temática agrícola. “Esto facilitó el entretenimiento de niñas y niños mientras sus madres participaban en el taller. Estos juegos didácticos son una buena estrategia para que las mujeres de la comunidad participen activamente”, concluye Fidelia González, responsable de la plataforma.

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Demuestra que puedes prosperar y sobresalir en cualquier entorno

El 29 de agosto, el CIMMYT llevó a cabo la última sesión de su serie de seminarios sobre el liderazgo de mujeres, titulada Catalysts of Change: Women Leaders in Science (Catalizadoras del cambio: mujeres líderes en la ciencia). El evento en línea incluyó una presentación de Lindiwe Majele Sibanda, una científica animal de formación, que ha trabajado anteriormente como asesora de políticas  para numerosos gobiernos africanos e instituciones globales, y que actualmente se desempeña como presidenta de la Junta del Sistema CGIAR.

En su discurso de apertura, Sibanda describió los numerosos y variados papeles que ha desempeñado a lo largo de su carrera, entre los cuales están el de profesora, agricultora y dueña de un negocio. Al hablar de su educación temprana en la segregada Zimbabue colonial (entonces Rodesia), su época de estudiante universitaria en Egipto o el reto de formar una familia mientras estudiaba su carrera, Sibanda destacó con entusiasmo las lecciones que aprendió en cada etapa de su vida y enfatizó la importancia de crear amistades interculturales, establecer prioridades y promover el aprendizaje continuo.

Espíritu de aprendizaje

Sibanda tiene más de 15 años de experiencia como gobernadora a nivel nacional, regional e internacional, aunque al principio le llevó tiempo construir su confianza en el cargo. Recuerda haberse sentido abrumada en sus primeras reuniones porque no había sido capacitada, pero su espíritu de aprendizaje le ayudó a superar eso. »Siempre miraba alrededor de la sala y elegía a mis mentores—comentó—basándome en algo que me gustaba de sus valores, algo que me gustaba de cómo formulaban preguntas o algo que me gustaba de su comportamiento o cómo interactuaban con otros, y comencé a aprender.»

Este enfoque le ha merecido un gran círculo de mentores y amigos, y tras servir en más de 12 juntas diferentes, ahora siente que este es un espacio que disfruta, sobre todo porque todavía existen oportunidades de aprendizaje. »Creo que es el espíritu una constante sed de conocimiento de nueva información lo que me ha mantenido en marcha.»

»Y todo se trata de integridad,» añadió. »Lo que la gente ve en mi es lo que hay. Nunca he tenido que ser falsa. Lo que sé me aseguro de saberlo bien. Lo que no, no tengo reparos en decir que no lo sé.»

Convencernos mutuamente de que se puede

Tras explorar una vida como académica, madre, profesional y gobernadora, Sibanda explicó que su enfoque actual se centra en devolver. Para ella, apoyar a la siguiente generación de mujeres en su lugar de trabajo es una parte fundamental del liderazgo. Mencionó a Graça Machel y a Mama Mary Robinson como sus inspiraciones, tanto por su ética de trabajo como por su capacidad para conectarse con personas a diferentes niveles. »Pero lo más importante es que lo transmiten a otras mujeres,» dijo. »Aman dar orientación a niñas y a otras mujeres.»

En su propia experiencia, algunos de los principales obstáculos que enfrenta como mujer, agricultora y africana con los sesgos específicos asociados con cada una de esas tres cosas. »Las mujeres deben ser ayudadas, están en desventaja; los agricultores son pobres, sobre todo si vienen de África; y las madres deben pasar más tiempo en casa y no viajar constantemente a reuniones.» Para contrarrestar estos prejuicios, explicó que es importante demostrar que se puede prosperar y sobresalir en cualquier entorno. »No se trata de elegir entre uno y otro, sino de mostrar que podemos hacerlo, más allá de las circunstancias.»

»Las mujeres son agentes naturales de cambio y lo único que necesitan es un entorno propicio. Como mujeres, deberíamos pasar más tiempo con otras mujeres, asegurándonos de compartir nuestras historias, nuestros éxitos y nuestras luchas. La idea es convencernos mutuamente de que se puede.»

La presentación de Sibanda fue seguida de una sesión de preguntas y respuestas dirigida por Ana Luisa Garcia Rivera, coordinadora regional de genotipificación en CIMMYT.

Vea a continuación la sesión grabada. También disponible con audio en español y en francés.

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Mujeres líderes en la ciencia: tendiendo la mano para abrirse camino

Catalizadoras del cambio: mujeres líderes en la ciencia

El 15 de agosto de 2023, el CIMMYT organizó la tercera serie del seminario virtual Catalizadores del Cambio: Mujeres líderes en la ciencia para realizar un conversatorio sobre el avance del liderazgo de las mujeres en el campo de la ciencia, mostrando una gran cantidad de ideas poderosas e historias de éxito.

Se contó con la participación de Catherine Bertini, líder en la reforma de organizaciones internacionales y una poderosa defensora de las mujeres y las niñas. La charla TED combinada con un seminario estilo charla informal comenzó con un mensaje pregrabado de Catherine destacando la manera en que las mujeres como catalizadoras del cambio pueden desempeñar un papel esencial en romper las barreras de género en las posiciones de liderazgo. “Cada uno de nosotros debe definir por sí mismo lo que es importante para nosotros. Debemos asumir oportunidades para liderar y mejorar. Necesitamos tomar el riesgo, mirar hacia adelante y decir: voy a marcar la diferencia. Todos podemos ser un catalizador del cambio”, afirmó Catherine, ganadora del Premio Mundial de la Alimentación 2003.

El Director General del CIMMYT, Bram Govaerts, destacó la importancia de reconocer las ilimitadas contribuciones de las mujeres líderes en el campo de la ciencia. “Queremos más mujeres líderes en organizaciones como el CIMMYT. A través de la Estrategia CIMMYT 2030 que se lanzó recientemente, estamos dando un paso más para garantizar que la igualdad de género no sea sólo un concepto sino una realidad. La Estrategia CIMMYT 2030 toma un enfoque sistémico para superar las barreras para lograr la equidad de género al brindar más oportunidades para escuchar y aprender de las mujeres líderes actuales en los distintos campos.”

Catherine expresó que “Las niñas pueden hacer cualquier cosa”, y preparó así el escenario para su presentación, mostrando historias personales basadas en su notable carrera y trayectoria de liderazgo. Detalló su distinguida carrera en la mejora de la eficiencia y las operaciones de organizaciones que atienden a personas de escasos recursos y que sufren de hambre alrededor del mundo. Al compartir ideas detrás de escena y conclusiones prácticas, Catherine buscaba que los participantes se quedaran con la siguiente idea en sus mentes: “Estas son algunas de las cosas que he aprendido y que me gustaría compartir con ustedes hoy: participar en oportunidades significativas para establecer contactos; ser intencional respecto de los impactos que desea crear; comprender su propio nivel de tolerancia; ser firme en sus principios y apoyar el liderazgo inclusivo asesorando a otros”.

Natalia Palacios, miembro del Grupo Mujer y Ciencia del CIMMYT, entrevistó a Catherine. “Las contribuciones de Catherine han sido fundamentales para mejorar la seguridad alimentaria, la nutrición y la igualdad de género. Su labor en la promoción ha sido una luz sobre los roles cruciales que desempeñan las mujeres en la producción de alimentos, la nutrición familiar y la resiliencia comunitaria, áreas que están alineadas con la misión del CIMMYT”, expresó Natalia. En respuesta a la pregunta de Natalia sobre los momentos de los que se siente orgullosa, Catherine habló sobre el Fondo que creó con el Premio Mundial de la Alimentación que recibió para apoyar programas que contribuyen a aumentar las oportunidades de que niñas y mujeres asistan a la escuela. Además, añadió: “Creé el Fondo Fiduciario Catherine Bertini para la Educación de las Niñas. Hay algunas historias maravillosas de apoyo que hemos brindado. Aprendí que nadie debe subestimar su potencial para ser un modelo a seguir.”

Catherine también respondió preguntas de los participantes de la sesión sobre cómo construir organizaciones inclusivas a través de una cultura de aprendizaje; brindó consejos para ayudar a los empleados a adaptarse a las nuevas tecnologías en la era de la inteligencia artificial (IA) y enfoques para gestionar el cambio cultural: cómo encontrar el equilibrio y abordar las tensiones y las compensaciones.

La tercera sesión terminó con las palabras de cierre de Bram, quien expresó su gratitud a Catherine por brindarle una oportunidad a la Serie de Seminarios Catalizadores del Cambio para resaltar su increíble viaje de liderazgo y su inquebrantable pasión por promover el avance de las mujeres en el liderazgo. “Esta fue una conversación muy inspiradora. Hay dos mensajes principales para mí: apreciemos las contribuciones de quienes nos precedieron, y necesitamos más diálogo y escucharnos mucho más unos a otros”, concluyó, subrayando el compromiso del CIMMYT de cambiar la ecuación del liderazgo a través de una mayor representación de mujeres líderes como Catherine.

Para obtener más información sobre Catalizadores del Cambio: Mujeres líderes en la ciencia, haga clic aquí para ver el video del seminario en nuestro canal de YouTube o visite nuestro sitio web.

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Dar un ejemplo de cómo prosperar

Catalizadoras del cambio: mujeres líderes en la ciencia

En julio de 2023, el CIMMYT inició una nueva serie de seminarios sobre el liderazgo de las mujeres — Catalizadoras del Cambio: Líderes Femeninas en la Ciencia. Introducida como una “Charla TED se vuelve una charla junto a la chimenea”, la serie dirige su foco a mujeres exitosas que son líderes en sus campos y les provee una plataforma para que compartan percepciones de sus vidas y sus carreras. Tomando en cuenta el hecho de que el liderazgo puede tomar muchas formas diferentes, las charlas destacarán a mujeres que son líderes en todo tipo de disciplinas y capacidades.

Altagracia subrayó que los cambios sociales y políticos en todo el mundo presentan nuevas oportunidades para que las mujeres avancen en funciones de liderazgo. (Foto: CIMMYT)

“Queremos que haya más mujeres líderes en organizaciones e instituciones científicas como la nuestra,” explica Bram Govaerts, Director General del CIMMYT.  “Para lograr esto, necesitamos tener una buena representación, y también modelos a seguir que balanceen las ciencias, sus percepciones de los negocios y su toma de decisiones para tener la oportunidad de escuchar a mujeres líderes hablar de sus vidas, lecciones y conocimientos.”

Interrupción sin destrucción

En el segundo evento de la serie, celebrado en línea el 18 de julio, hubo una presentación por Altagracia Gómez Sierra, líder de negocios sustentables y Presidenta del Consejo Promotor de Negocios en el Occidente de México, y una de las mujeres más influyentes en los agro-negocios y la energía dentro de esa región. Durante su charla, la Sra. Gómez enfatizó que, si bien todavía existen muchos retos, los cambios sociales y políticos en todo el mundo están proporcionando nuevas oportunidades para que las mujeres avancen y ocupen puestos de liderazgo.

“En este nuevo decenio estamos entrando en un tiempo de cambios absolutos, y yo pienso que las mujeres tienen una excelente oportunidad de detener la reproducción de la pobreza y de asumir puestos de liderazgo que antes se les negaban,” dijo. “Y al asumirlos, debemos aprender a ser perturbadoras sin ser destructivas. Debemos construir sobre lo que ya existe y seguir empujando hacia adelante.”

Gómez señaló la ventaja de ser entrenadas para desarrollar destrezas suaves que las empresas y los reclutadores consideran tan valiosas como las técnicas. “Pienso que las mujeres desde que son niñas son entrenadas para ser comunicadoras muy eficaces. Se les enseña a formar parte de equipos o comunidades más grandes y a avanzar sin dejar atrás a la gente,” dijo a los presentes. “Yo pienso que este es un atributo que las mujeres — y que ustedes, como mujeres científicas — pueden traer a la mesa y comunicar. Y esto es algo que pienso que, ya sea a corto o largo plazo, finalmente se les reconocerá.”

Ayudar a las jovencitas a aspirar a ser líderes

Asimismo, Gómez destacó la importancia de apoyar el liderazgo de mujeres de todas las edades, y lo más crucial, aun antes de que se unan a la planta laboral. “De lo que a veces no nos damos cuenta es que la verdadera innovación surge de empresas pequeñas que ofrecen hasta el 76% de los nuevos trabajos a nivel mundial, y de que el 90% de las empresas son dirigidas por familias. Por esa razón, cuando estemos pensando en cambiar las empresas, tenemos que considerar cómo cambiar a las familias y cómo funcionan éstas,” explicó. “Porque si de verdad queremos darles oportunidades a las mujeres, tenemos que darles oportunidades a las jovencitas.”

Altagracia y María Itria hablaron sobre la importancia de la representación y de tener modelos a seguir. (Foto: CIMMYT)

“Yo invito a cada uno de ustedes, que, si tienen niñas en casa, las animen no sólo a que estén preparadas para asumir cargos de liderazgo, sino también a que aspiren a ellos,” añadió Gómez. “Esto lo pueden hacer dándoles un ejemplo de cómo prosperar.”

“Estoy convencida de que, en la década de 2020, a pesar de todas las dificultades, se les está proporcionando una oportunidad maravillosa a las niñas y mujeres de todo el mundo — especialmente en las ciencias.”  Gómez concluyó su charla animando a los asistentes a hacer todo lo que puedan para incrementar la inclusión — y en particular, mejorar la accesibilidad de la infraestructura, la tecnología y la educación para las comunidades rurales — a fin de avanzar los objetivos empresariales junto con la rentabilidad social, así como la económica.

Al final de la ponencia de Gómez, hubo una sesión de preguntas y respuestas liderada por Maria Itria Ibba, jefa del Laboratorio de Calidad de Trigo y química de cereales del CIMMYT. Toda la sesión en inglés, así como también en español y francés, puede verse en línea aquí.

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Catalizadoras del cambio

Catalizadoras del cambio: mujeres líderes en la ciencia
Catalizadoras del cambio: mujeres líderes en la ciencia

“Alguna vez me dijeron que si usaba falda quizá sería más exitosa. También me han dicho «por qué no mejor te vas a tu casa y cuidas a los niños». Persisten estas ideas, estos estereotipos de lo que las mujeres deben hacer”, comentó Yvonne Ochoa Rosellini durante su participación en la apertura del ciclo “Catalizadoras del cambio: mujeres líderes en la ciencia”, una serie de seminarios organizada por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para visibilizar a mujeres líderes.

De acuerdo con las Naciones Unidas, las mujeres representan un 33,3 % de las plantillas de investigadores existentes en el mundo; sin embargo, persisten los estereotipos de género y muchas niñas siguen sin sentirse alentadas en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Por esta razón, para el CIMMYT es importante brindar más oportunidades para visibilizar modelos a seguir porque, socialmente, estos representan y amplían lo que es posible, y demuestran las mentalidades y los comportamientos sobre cómo crecer.

En la organizaciones científicas actualmente hay modelos limitados de mujeres líderes. Esto es parte del círculo vicioso que instituciones como el CIMMYT busca romper desde el laboratorio y hasta la parcela. Así, esta serie de conversatorios busca “resaltar a mujeres líderes en todo tipo de actividades, pueden ser líderes de familia, de un negocio, de su comunidad, de un club… hay líderes en todo tipo de capacidades, campos y disciplinas y es importante escuchar sus trayectorias, lecciones e ideas”, sostuvo Bram Govaerts, director general del CIMMYT durante la inauguración del ciclo.

Yvonne Ochoa, la primera líder invitada a participar en el ciclo, es experta en estrategia empresarial y finanzas, cuenta con más de una década de experiencia en gestión empresarial en Convixión, una firma de consultoría que fundó en 2007 y que ha asesorado a directores generales de empresas públicas y privadas en México, Estados Unidos, Argentina y España en una amplia gama de sectores que van desde las finanzas hasta la biotecnología y la agricultura.

“Cuando dicen «necesitamos capacitar a las mujeres para que trabajen», yo digo no, lo que necesitamos es ir a casa e incluir a los hombres en las actividades del hogar, de las familias. La sociedad no se construye en los trabajos, la sociedad se construye en la casa”, mencionó Yvonne, para quien la inclusión es ese valor de respeto a todos que, en cualquier lugar u organización, puede transformarse en un auténtico catalizador del cambio.

Yvonne ha sido Directora Financiera (CFO) de Grupo Coppel, de Finanzia —la división de crédito al consumo de BBVA México—, es miembro del Consejo de Uniken —dedicada a la ciberseguridad—, del Consejo de Administración de Keat —empresa de salud de la cual es cofundadora— y de diversas organizaciones y proyectos; no obstante, para ella el proceso para lograr cambios “nunca provino desde lo que yo hacía, sino desde quién soy, donde las personas han podido confiar no en los negocios, en las finanzas, sino en mí, porque solo se puede ser catalizadores del cambio siendo personas completas, íntegras, felices, que llegamos a trabajar y traemos ideas de innovación y de cambio que provienen desde lo que somos”, concluyó Yvonne.

“Catalizadoras del cambio: mujeres líderes en la ciencia”, es una serie de seminarios que inició el 4 de julio y periódicamente  presentará nuevas invitadas para dialogar con la comunidad del CIMMYT y de todos quienes se sumen a las transmisiones —la programación se estará compartiendo en las redes sociales institucionales—. Este primer diálogo se puede ver completo a través de nuestro canal de YouTube.

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¿Qué es Excellence in Agronomy?

Investigadores de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica durante el Simposio Internacional de Plataformas de Investigación 2023. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Investigadores de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica durante el Simposio Internacional de Plataformas de Investigación 2023. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Con 500 millones de pequeñas parcelas en todo el mundo —la mayoría de temporal—proporcionando hasta el 80 % de los alimentos que se consumen en gran parte de los países en desarrollo, es necesario ofrecer alternativas que permitan aumentar la productividad y la calidad de los alimentos generados en estos espacios para millones de hogares de agricultores de pequeña escala. La ciencia aplicada al campo es, en este sentido, fundamental para lograrlo.

“Buscamos que la investigación agronómica realmente sirva a las necesidades de los productores en diferentes zonas del mundo, por eso es que, más que estudiar lo que nos interesa como investigadores, realmente nos enfocamos en las necesidades de los agricultores y qué requieren los sistemas de producción ante fenómenos como el cambio climático”, comenta Nele Verhulst —líder de investigación en sistemas de cultivos para América Latina del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— sobre Excellence in Agronomy.

Excellence in Agronomy es una iniciativa del CGIAR —una alianza global de investigación para un futuro con seguridad alimentaria, la cual está conformada por centros de investigación internacionales— que precisamente busca transformar la ciencia en impacto real en el campo, poniendo énfasis en las mujeres y los jóvenes agricultores, y mostrando un impacto medible en la seguridad alimentaria y nutricional, los ingresos, el uso de los recursos, la salud del suelo y la resiliencia climática.

“Todos vamos a tener que adaptarnos constantemente a este cambio cuyos impactos ya vemos en el campo, por ejemplo, con sequías más prolongadas o heladas que aparecen en tiempos distintos a los que solían ocurrir. Por eso nos corresponde, desde la ciencia, contribuir a la transformación sustentable de los sistemas de producción”, puntualiza Nele Verhulst, señalando que la conexión entre agricultores y científicos regularmente es limitada debido a estrategias convencionales para promover la innovación, por lo que esta nueva iniciativa del CGIAR centra sus esfuerzos en fomentar una comunidad de investigación y desarrollo agronómico ágil y orientada a la demanda.

La iniciativa en mención tiene presencia en tres contenientes: “Nosotros formamos parte de Excellence in Agronomypara América Latina, pero estamos vinculados con los otros dos continentes que son Asia y África. De hecho, la institución que la lidera la iniciativa a nivel global es el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA, por sus siglas en inglés) que tiene su base en Nigeria”, señala Nele Verhulst.

Específicamente en América Latina estamos trabajando en México, Colombia y Perú. Estamos trabajando con diferentes cultivos como maíz, frijol y papa. Por esto en la región colaboramos tres centros de investigación del CGIAR: el Centro Internacional de la Papa (CIP) de Perú, el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) de Colombia, y el CIMMYT, de México”, puntualiza la investigadora.

El reciente lanzamiento de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica (RedAgAL) pone a la región “a la vanguardia dentro de Excellence in Agronomy  porque esta es la primera red regional establecida formalmente. Recientemente hicimos un análisis de adaptación al cambio climático. Este es el piloto que tenemos hoy en América Latina y que consecutivamente se va a hacer en otras regiones en África y en Asia para integrar los datos globales y hacerlos disponibles para todo el mundo”, menciona Nele Verhulst, poniendo de relieve la importancia de la iniciativa.