Categorías
Noticias

Cuatro historias de producción sustentable de alimentos 

Texcoco, Edo. Méx.- Agricultura de subsistencia y con variedades nativas abriéndose paso al mercado gourmet, mapas de fertilidad que contribuyen a reducir el uso de fertilizantes hasta en 40%, un bionsecticida con potencial de aumentar la seguridad alimentaria de las familias campesinas de bajos recursos y la difusión de prácticas sustentables que han permitido incrementar 54% la productividad en maíz y ahorrar 24 millones de metros cúbicos de agua anuales son —a grandes rasgos— las acciones que impulsan los proyectos ganadores de la sexta edición del Premio Cargill-CIMMYT a la Seguridad Alimentaria y la Sustentabilidad. 

El pasado 17 de noviembre Cargill México, en coordinación con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), reconoció con 30 mil dólares a los proyectos más innovadores que han desarrollado soluciones para aumentar la producción sostenible de alimentos en México. Helios Escobedo Cruz, José Francisco Romo López, Ángel Lagunes Tejeda y Alma Delia Ruíz Mendoza fueron los galardonados en esta edición, pero ¿quiénes son ellos y cuáles son las historias que dan forma a sus proyectos? 

Helios y la promoción de Agricultura de Conservación para mejorar los medios de vida

Helios, quien ganó en la categoría Líder de opinión, es ingeniero agrónomo fitotecnista y lleva 15 años promoviendo la Agricultura Sustentable; trabaja en el despacho Red_InnovAC, cuya conformación impulsó y desde donde “Hemos articulado esfuerzos con cerca de 8,700 actores clave, principalmente agricultores, estudiantes, técnicos e investigadores. Asimismo, hemos tenido la oportunidad de incrementar la productividad (del maíz en temporal) de 5.5 toneladas (línea base) a 8.5 toneladas, lo cual ha sido un incremento del 54%”, comenta el también técnico certificado en Agricultura Sustentable —programa formativo en el marco de MasAgro-Cultivos para México, iniciativa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT en la que también ha colaborado Helios—.

El proyecto que impulsa Helios ha logrado un crecimiento en la escala nacional llegando a más de 20 estados del país con capacitaciones en temas diversos. En la parte de rentabilidad, comenta el técnico, los productores que han implementado las innovaciones sustentables promovidas ahora tienen un ingreso adicional de hasta 35%. Esto es una contribución al mejoramiento de la calidad de vida de esos productores, pero también una contribución notable al medioambiente porque, apunta Helios, con las acciones implementadas en 20 mil hectáreas “hemos logrado ahorrar alrededor de 24 millones de metros cúbicos de agua anuales y también hemos reducido las quemas agropecuarias evitando que se liberen hasta 948 kg por hectárea de gases de efecto invernadero”. 

José Francisco y los mapas de fertilidad que están mejorando la agricultura de Guanajuato

José Francisco, el ganador en la categoría Jóvenes, es parte del equipo técnico de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el CIMMYT—. Desde allí promueve una innovadora estrategia de fertilidad integral: “Esto surgió porque como técnicos de la zona ubicamos que uno de los principales problemas de los productores es la sobrefertilización o su aplicación en momentos inadecuados. Primero nos dirigimos con las sociedades de producción rural y luego se sumaron gobiernos municipales, empresas de venta de fertilizantes y otros colaboradores con los que se desarrolló el proyecto de fertilidad integral que actualmente ha impactado en 150 mil hectáreas de nueve municipios de Guanajuato”, comenta José Francisco.  

Además de optimizar el fertilizante, el proyecto que impulsa José Francisco les ha permitido a los productores participantes reducir costos de producción, aumentar su productividad y minimizar los impactos negativos al medioambiente: “se han generado mapas de fertilidad, mezclas de fertilizantes acordes a las características de los suelos de la zona, así como recomendaciones de fertilización muy puntuales para los productores. Los resultados han sido el aumento en 15% de los rendimientos en promedio; y también se logró detectar que es posible reducir hasta 40% el uso de fertilizantes, lo cual es un gran apoyo a la economía de los productores”.

El doctor Ángel y el bioinsecticida de alta efectividad y bajo costo

Ángel, el ganador en la categoría Investigador, cuenta con un posgrado en fitosanidad-entomología y acarología, es especialista en control químico y profesor-investigador titular en el Colegio de Posgraduados (COLPOS) —institución que impulsa, junto con el CIMMYT, una Agricultura Sustentable en el marco de proyectos como MasAgro-Cultivos para México— desde donde ha impulsado la investigación que llevó al desarrollo del Granim, un insecticida ecológico hecho a partir del árbol de Nim (o Neem), el cual es el eje del proyecto que lo hizo merecedor del Premio Cargill-CIMMYT.

“Con los frutos del Nim elaboramos un bioinsecticida que protege significativamente al maíz almacenado del daño producido por los gorgojos. Se fabrica despulpando los frutos y secando las semillas, las cuales se muelen y se agrega polvo abrasivo, polvo higroscópico y cal para obtener un insecticida ecológico que se ha evaluado exitosamente en el campo para combatir a los gorgojos. 5 kg del bioinsecticida protegen 500 kg de maíz, cantidad suficiente para el consumo anual de una familia campesina promedio. Esto se realiza una sola vez en el año y es de bajo costo. Esperamos que su uso contribuya a la seguridad alimentaria de familias campesinas de bajos recursos”, comenta el doctor Ángel. 

Alma Delia, las productoras de la comunidad Mixe y el potencial de la milpa 

Finalmente —pero no menos relevante—, la ganadora en la categoría Productor, Alma Delia, cuenta su inspiradora historia gestada en el seno de la comunidad Mixe: “Represento a un grupo de mujeres productoras del sistema milpa con frutales criollos denominada ‘Los frutos del Kamptunp’. Esta propuesta —que inició con recursos propios del grupo— nació en El Portillo Matagallina, en el municipio de San Pedro y San Pablo Ayutla, Oaxaca, con el objetivo de fomentar la economía local, el arraigo de los y las jóvenes a nuestras comunidades y principalmente de valorar la participación fundamental de las mujeres en el sistema milpa, como guardianas de las semillas nativas, gastronomía y medioambiente”, comenta la galardonada. 

“Esta agricultura denominada de subsistencia, a pesar de los grandes desafíos, ha permitido obtener algunos excedentes que estamos aprovechando de manera eficiente y que ha permitido desarrollar productos para el mercado gourmet y orgánico. Nuestra misión como grupo es valorar esta agricultura desde una perspectiva humanitaria, ambiental y cultural para fomentar la diversidad, la gastronomía y principalmente la seguridad alimentaria para nuestras comunidades”, comenta Alma Delia, quien también ha brindado acompañamiento técnico en diversas comunidades, impulsando el sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales, como parte de la red de innovación impulsada por MasAgro-Cultivos para México.  

Categorías
Noticias

Milpa, una cuna para el maíz y para la seguridad alimentaria

Texcoco, Edo. Méx.- El 29 de septiembre se celebra en México el Día Nacional del Maíz. No es extraño que se haya elegido este mes para dicha conmemoración ya que la historia de México, condensada en el llamado mes patrio, conecta inevitablemente con el paladar que exige, a su vez, alguna de las 700 formas de comer maíz que existen en México.  

En la actualidad el maíz es uno de los cultivos más importantes del mundo. Su principal uso a nivel global es la alimentación animal, pero en México, Guatemala —donde el Día del Maíz se celebra el 13 de agosto—, otros países latinoamericanos y algunas regiones de África, el maíz es la principal fuente de alimentación de la población —uno de los aspectos que históricamente influyó para esta situación es que durante el proceso de dispersión del maíz en el mundo, este no fue acompañado en todos los casos por una tecnología clave para su consumo por los humanos: la nixtamalización. Para saber más al respecto, te invitamos a leer Promueven la nixtamalización para mejorar la nutrición y la salud—.

En México y otros países de Latinoamérica, el maíz, además de ser un alimento fundamental, forma parte de un entramado cultural rico y diverso. De hecho, el maíz se desarrolló en un sistema agrícola y cultural único en el mundo: la milpa, o más precisamente las milpas, ya que, desde el punto de vista cultural, este sistema de policultivo está encarnado en la cosmovisión propia de cada comunidad, por lo que al sistema de maíz-frijol-calabaza —las llamadas tres hermanas— se le agregan otros cultivos —como chile, maguey, chilacayote, café, etcétera— además de sus respectivas tradiciones, mitos y ritos.  

La milpa surgió en Mesoamérica y, por diversos procesos históricos y socioeconómicos, en los países que comprendía esta antigua zona cultural —gran parte de México y hasta Costa Rica— se ha ido perdiendo para dar paso a los monocultivos. Para contrarrestar esta situación, actualmente diversas organizaciones y gobiernos impulsan la revitalización de la milpa porque este sistema es, potencialmente, una de las mejores vías para lograr la seguridad alimentaria y nutricional en la región. 

El sistema milpa es un ejemplo de un sistema eficiente de cultivos múltiples/mixtos que tiende a ser más productivo y eficiente en el uso de luz, nutrientes y agua que los sistemas de monocultivo, dada su dinámica interna de complementariedad, competencia y facilitación”, refiere un estudio desarrollado y publicado este año por un grupo de investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El estudio refiere que, en condiciones específicas, la milpa de maíz-frijol-calabaza puede ser entre 60 y 90% más productiva que un monocultivo de maíz. Para el caso de análisis del estudio —desarrollado en milpas de Guatemala—, detallan, los sistemas de milpa produjeron significativamente más otros nutrientes esenciales, de manera que las asociaciones maíz-frijol-faba, maíz-papa y maíz-frijol-papa proporcionaron la mayor cantidad de carbohidratos, proteínas, zinc, hierro, calcio, potasio, ácido fólico, tiamina, riboflavina, vitamina B6, niacina y vitamina C.

“Nuestros resultados muestran que una hectárea de las diferentes combinaciones de cultivos puede proporcionar suficiente proteína para satisfacer las necesidades de entre 5.5 y 9.8 varones adultos durante un año, mientras que para el hierro estos valores oscilan entre 11.7 y 21.1”, señala el artículo que es producto del trabajo del proyecto BuenaMilpa —que se desarrolló en Guatemala impulsado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y el CIMMYT— y describe la importancia y la gran diversidad de los sistemas de cultivos intercalados de maíz.

En este mes en que en nuestro país se celebra al maíz es importante reconocer cómo este cultivo, originario de México, se inserta en la historia, en la cultura, la cocina y la economía de las diversas sociedades donde se ha arraigado. Al ser cultivado en más de un centenar de países —y en aumento—, probablemente en algún punto de la historia de la humanidad el Día del Maíz llegue a ser una celebración que trascienda el ámbito nacional. 

Fuente: 

López-Ridaura, S., Barba-Escoto, L., Reyna-Ramírez, CA et al. Cultivo intercalado de maíz en el sistema de milpa. Diversidad, extensión e importancia para la seguridad nutricional en el Altiplano Occidental de Guatemala. Sci Rep 11, 3696 (2021). https://doi.org/10.1038/s41598-021-82784-2 

Categorías
Noticias

Diversificar para heredar un campo innovador

San Juan Guichicovi, Oax.- “Me estoy dando cuenta de la diferencia que hay en cuanto a cómo sembrábamos antes y los resultados que tenemos ahora. Vemos la diferencia y quiero pensar que a futuro será mejor. Mi familia ve la diferencia y les está gustando esta nueva forma de sembrar. Tengo ahí un nietecito y pues también estoy ahí inculcándole el campo a ver si más adelante le quiere entrar. Hacemos la lucha porque esto es un patrimonio que queda para que ellos sigan a futuro”, comenta don José Luis Velázquez Ahuet, productor de el Ejido Revolución, en el municipio de San Juan Guichicovi, Oaxaca.

Como muchos otros productores en el país, don José Luis aprendió, desde muy joven, a trabajar el campo removiendo constantemente el suelo y eliminando los residuos de la cosecha anterior mediante el fuego. A pesar de que esta práctica estaba tan arraigada en él, don José Luis ha hecho un cambio radical en su sistema de producción y ahora su innovación es un ejemplo para las presentes y futuras generaciones en su comunidad: “antes quemábamos el terreno, ahora dejamos todo el residuo picado abajo y eso nos guarda humedad y abona la milpa”, comenta el productor. 

Como en la mayor parte de la zona del Bajo Mixe, en la comunidad del señor José Luis la ganadería es la actividad principal. La producción de maíz ocupa un segundo lugar y básicamente es para el autoconsumo. En los terrenos de ladera que ahí predominan, susceptibles a la erosión, los rendimientos son bajos —de alrededor de 700 u 800 kilos de maíz por hectárea—. Además, la diversidad de cultivos se ha ido perdiendo poco a poco y, en medio de ese contexto, la milpa del señor José Luis destaca por su buen desarrollo y porque ha incorporado nuevos cultivos, como el girasol, el ajonjolí y el chícharo gandul. 

“Cuando pasan por la milpa o mandamos alguna fotografía al grupo de productores en el que estamos quedan admirados, les gusta. Incluso ya hay otros productores que quieren hacer lo mismo y eso es bueno. Yo el girasol lo sembré en el mes diciembre y ya vine a cosechar las flores en febrero, 13 y 14 de febrero y las fuimos a vender aquí a un poblado como a unos 17 kilómetros, Palomares, ahí pudimos vender. Vi que sí me dio resultado y ya estamos viendo sembrar nuevamente a finales de este mes de agosto para que el día 1 y 2 de noviembre volvamos a cosechar”, comenta don José Luis, quien ha encontrado en la diversificación de cultivos una forma de obtener ingresos complementarios. 

La diversificación de cultivos, la mínima labranza y la cobertura del suelo con rastrojos son componentes de la Agricultura de Conservación que el señor José Luis ha implementado en su parcela y con lo que la calidad de su suelo ha mejorado. De hecho, ya ha sembrado tres veces de manera consecutiva y el maíz se sigue dando bastante bien ahí donde ha dejado el rastrojo. Para mejorar aún más su sistema de producción el técnico que lo está asesorando en la implementación de este sistema le ha recomendado que para el siguiente ciclo introduzca otro cultivo para que haga rotación y le ayude a enriquecer más su suelo. 

Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) impulsan el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, a través del cual se fomenta la diversificación de cultivos. En el marco de esta iniciativa, “el Hub Pacífico Sur del CIMMYT nos facilitó algunas semillas que distribuimos con los productores. En el caso del señor José Luis fue semilla de girasol, ajonjolí y chícharo gandul”, comenta Jonatan Villa Alcántara, el técnico que ha estado asesorando a don José Luis para diversificar cultivos.

“Como don José Luis siembra Milpa Intercalada con Árboles Frutales con curvas a nivel, entonces le recomendamos que lo sembrara en el contorno para cerrar un poco más el espacio entre los frutales. Él lo ha hecho así y ha visto buenos resultados, y como el chícharo gandul es una leguminosa, también ha observado que el maíz se desarrolla mejor”, señala Jonatan. 

“Tengo cuatro tipos de maíz: blanco, amarillo, rojo y morado. Estos los siembro para consumo del hogar y la verdad desde que he estado trabajando así (con Agricultura de Conservación) ya no compro maíz, me ha servido bastante porque he visto que el girasol y el chícharo me están dando resultado sobre la planta de maíz y los frutales”, comenta el productor, refiriéndose a cómo la diversificación de cultivos y los otros componentes de la Agricultura de Conservación le han permitido mejorar la calidad y fertilidad de su suelo.

La vinculación con otros programas que operan en la región ha sido muy útil para difundir los beneficios de la diversificación de cultivos que se promueven en el proyecto con Walmart Foundation: “el año pasado iniciamos acciones de colaboración con algunos técnicos del programa Sembrando Vida, con ellos empezamos a hacer algunas capacitaciones en sus comunidades. De hecho, en la parcela de don José Luis estuvimos haciendo algunas visitas, capacitaciones y prácticas. A su parcela la visitó un coordinador regional de ese programa y le pareció muy bien lo que se está implementando ahí. Incluso recomendaba que se masificara y se extendiera a otras localidades”, comenta Jonatan Villa. 

Para el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT la diversificación de cultivos es el inicio de un proceso de transformación social que trasciende a las parcelas. Don José Luis, quien ya se apropió de la diversificación de cultivos y la ha hecho una parte de su sistema de producción y medios de vida, es el ejemplo de cómo se pueden nutrir liderazgos comunitarios y propiciar cambios sociales positivos y duraderos: 

“A partir de la semilla que le dimos, él generó más semilla y se comprometió a facilitarla a otros productores. La influencia que él ha tenido en su comunidad ha sido alta porque su parcela es punto de reunión de otros productores y muchos ya lo han tomado como un modelo a seguir, porque además don José Luis les insiste mucho en que hacer las cosas diferente sí da buenos resultados. Con él, por ejemplo, estamos haciendo unas prácticas de selección de semillas nativas que es algo de su interés”, menciona Jonatan Villa. 

“Mi idea es mejorar la semilla de siembra porque antes sembrábamos rústicamente y ahorita ya viendo esto queremos tener, aunque sea en poco terreno, más maíz, más abundante. Ahorita estamos empezando a marcar las plantas para que cuando ya se sequen veamos cuál es la que resistió, la que salió mejor y podamos sacar de ahí la semilla mejorada. También pensamos seguir con el girasol y los otros cultivos. Yo veo esto bastante útil todo para mi casa, mi hogar. Y pues, ojalá se enamoren más las personas en querer participar. Poco a poquito vamos a tratar de irlos involucrando”, finaliza don José Luis. 

Categorías
Noticias

Maíz nativo de Yucatán regresa a su localidad de origen

Kantunil, Yuc.- El año pasado, el grupo de Productores de Maíz Criollo Kantunil, del municipio Kantunil, Yucatán, solicitó muestras de ocho accesiones —lotes de semillas que se recogieron en un lugar determinado y en un momento específico— de maíz al Banco de Germoplasma que resguarda el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Texcoco, Estado de México —donde se cuenta con 28,000 colecciones únicas de semillas de maíz y más de 150,000 de trigo—.

La razón por la que los agricultures de Kantunil solicitaron muestras de esas semillas fue porque se trataba de dos colectas originarias de Kantunil (recolectadas en ese municipio hace más de 80 años), dos del municipio de Dzitás, dos más de Tizimín y una de Hunucmá (y una más generada por el CIMMYT de interés para el grupo de productores). Así, la idea de ver nuevamente esas variedades creciendo en sus localidades de origen motivó a este grupo de productores. 

Las 250 semillas de cada accesión enviadas por el Banco de Germoplasma del CIMMYT fueron cultivadas en el ciclo primavera-verano 2020 en el sistema milpa tradicional, con la finalidad de evaluar su adaptación y reproducirlas. Cabe mencionar que el manejo agronómico fue similar para todas las variedades y adicionalmente se hizo selección masal (metodología con la que se selecciona semilla de plantas individuales con características deseables la cual se mezcla y utiliza para producir la siguiente generación), procurando seleccionar las mejores características de cada variedad con base en su adaptación y producción, considerando además tanto la mazorca, el grano y la planta.

El resultado de la labor de reproducción se complementó con el Primer Intercambio Cultural y de Semillas Criollas entre los municipios de Dzitás y Kantunil, el cual se realizó el 16 de mayo pasado en Kantunil, Yucatán, bajo la organización conjunta del Colectivo Juvenil Chuk Je’el de Dzitás y el grupo de Productores de Maíz Criollo Kantunil. En esta actividad se congregaron productores de Dzitás, Kantunil y Sotuta; se expusieron distintas variedades de maíz, frijol, chile y calabaza; y se realizaron actividades culturales, entre ellas bailes tradicionales de la región.

Durante el intercambio se realizó la entrega de las dos variedades de maíz originarias de Dzitás al colectivo juvenil de ese municipio y a su Consejo de Sabiduría —esencial para su organización sociocultural—. El representante del grupo de Productores Maíz Criollo Kantunil comentó al respecto: “Estamos muy contentos y emocionados por hacer entrega de estas variedades de maíz a su pueblo de origen, esperamos que a través del trabajo en sus milpas se pueda reproducir en mayor cantidad para dispersarlo a muchos más productores de Dzitás. Estuvimos trabajando durante un año y medio para que podamos compartirlo con ustedes”.

Categorías
Noticias

La salud también crece en la milpa

Texcoco, Edo. Méx.- “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento”, reza un aforismo atribuido a Hipócrates, padre de la Medicina, el cual hace referencia a cómo los habitos alimenticios inciden en el estado de salud de los individuos. Esta máxima, además, viene muy bien en la época actual en que México atraviesa por dos problemas de salud asociados con la alimentación y la nutrición: la obesidad y la desnutrición. 

Por tomar el caso de la infancia por ejemplo, actualmente las mayores cifras de desnutrición (manifestada como retraso en el crecimiento infantil) se concentran el sur del país —Chiapas (31%), Guerrero (24%), Oaxaca (21%) y Puebla (20%)—, mientras que los estados del norte y la costa atlántica concentran la mayor población infantil con sobrepeso —Nuevo León (15,5%), Sonora (13,5%), Yucatán (13,5%), Baja California Sur (13,2%) y Chihuahua (13,1%)—. También hay estados donde ambos fenómenos coexisten, como Chihuahua, Zacatecas, Tamaulipas y Yucatán (FAO,2020).

Ante esta situación es fundamental seguir impulsando la revalorización de la producción de alimentos sanos y nutritivos en el campo y la adopción amplia de dietas más variadas y saludables. La dieta de la milpa, por ejemplo, ofrece amplios beneficios tanto en el nivel de su producción en el campo, como en la salud de los consumidores. El reto, sin embargo, es preservar el sistema milpa, su biodiversidad y herencia de cultivo para garantizar la seguridad alimentaria y bienestar de las comunidades.

Lamentablemente, las milpas se han ido perdiendo con la urbanización y la migración. Con frecuencia, muchos pequeños productores que trabajan la milpa deciden dejar de hacerlo debido a que no la encuentran rentable. El desgaste de las tierras de cultivo y la consecuente baja productividad —que en ocasiones no cubren las necesidades de autoconsumo— son parte del desafío de la preservación de este sistema de policultivos que, potencialmente, puede brindarle a los mexicanos mejores dietas y mejor salud.

A través de la colaboración con diversas instituciones, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ha impulsado e impulsa diversas iniciativas para rescatar y fortalecer el sistema milpa —entre ellas Buena Milpa en Guatemala y Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, la cual fue reconocida por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como ejemplo de sustentabilidad en favor del desarrollo de las comunidades indígenas—. 

Actualmente el CIMMYT, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y otras organizaciones impulsan la producción sustentable de maíz. El plan estratégico de este esfuerzo conjunto tiene un componente sobre la biodiversidad de la milpa con el que se busca proteger al sistema milpa como patrimonio biocultural y preservar su biodiversidad y recursos genéticos —particularmente el maíz nativo que ha sufrido un importante proceso de erosión genética—.

De la milpa proceden alrededor de 60 productos distintos que varían de región en región. El maíz, el frijol, el chile y la calabaza son, en la mayoría de los casos, los cultivos comunes de este sistema milenario que brinda sus mayores beneficios en asociación. El maíz y el frijol, por ejemplo, no solo son cultivos que a nivel agronómico se complementan, sino que también en la mesa actúan mejor cuando son consumidos juntos. 

El consumo del maíz y el frijol, por separado, no estimula la síntesis de proteínas como lo hacen de forma conjunta. Su consumo combinado da como resultado una ganancia adecuada de peso semejante a la de consumir una proteína de origen animal. Hay evidencia, además, de que esta combinación entre cereal y leguminosa disminuye el riesgo de diabetes. Por si fuera poco, cuando se agrega chile (en salsa o crudo), este favorece la asimilación de los aminoácidos del maíz y del frijol. 

Categorías
Noticias

La milpa, tradición que impulsa el futuro

México.- La milpa es un ecosistema creado por las sociedades mesoamericanas que ha persistido, muy probablemente, por cerca de 5 mil años. Se trata de un fenómeno cultural y tecnológico dinámico, basado en el cultivo de maíz en conjunto con otras especies (policultivo). Su flexibilidad y eficiencia han inspirado el diseño de sistemas agrícolas más sustentables en todo el mundo.

Para hablar de este tema, la tercera sesión de la jornada de conversatorios Platiquemos de Maíz —organizada por Fundación Tortilla y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— convocó al doctor Santiago López Ridaura, científico del CIMMYT que se ha enfocado al análisis de sistemas agrícolas para orientar el diseño y selección de las intervenciones tecnológicas y de políticas apropiadas en el ámbito agrícola.

El doctor López Ridaura habló de los tres cultivos que tradicionalmente están asociados al sistema milpa: maíz, frijol y calabaza (conocidos como las tres hermanas). No obstante, el especialista enfatizó en que la flexibilidad y la diversidad del sistema son tales que el policultivo puede integrarse con una gran variedad de leguminosas, tubérculos, flores y otras especies vegetales, incluidos los árboles frutales —sistema conocido como Milpa Intercalada con Árboles Frutales, que es muy útil para la agricultura en laderas—.

El científico del CIMMYT hizo referencia a diversos estudios que muestran los amplios beneficios de la milpa. Uno de ellos es que se puede obtener un mayor rendimiento en un área sembrada como milpa que de un área equivalente, sembrada en monocultivo (Tasa de Tierra Equivalente). En condiciones experimentales en Tlaxcala, México, —por ejemplo— se ha encontrado que la asociación de maíz-frijol-calabaza puede producir entre 60% y 90% más que sus monocultivos.

Lo anterior, explicó el doctor López Ridaura, se debe a que la milpa favorece al menos dos grandes mecanismos en los cultivos: uno de facilitación (que se expresa de diversas maneras, una de ellas cuando el maíz brinda soporte físico para el crecimiento del frijol) y otro de competencia (este, por ejemplo, permite que las raíces de los cultivos exploren más ampliamente el suelo, favoreciéndose así su nutrición).



Además de estos, durante el conversatorio se abordaron temas como los beneficios ambientales y agronómicos de la milpa, la contribución del sistema para la generación de dietas nutritivas y variadas, los distintos experimentos y prácticas de asociación de cultivos basados en la milpa —como el sistema de “atracción-expulsión”, desarrollado y ampliamente aplicado en África—, así como algunos proyectos relevantes para el fortalecimiento del sistema, como Buena Milpa en Guatemala, Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, entre otros.  

La jornada de conversatorios Platiquemos de Maíz es un esfuerzo conjunto de la Fundación Tortilla y el CIMMYT para acercar el conocimiento científico con la sociedad. Las sesiones se transmiten todos los martes (hasta el 1 de diciembre) a las 6 pm a través de la página de Facebook de Fundación Tortilla y el canal de YouTube de ACCIMMYT.

Categorías
Noticias

Para todo mal, milpa y maguey-mezcal

Mediante el proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ —que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, el pasado 7 de febrero se realizó un taller de asociatividad para pequeños productores de milpa asociada con maguey “espadín” en Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca.

Con la colaboración de la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) y el CIMMYT, el taller abordó temas enfocados al fortalecimiento de la organización entre productores y al análisis de la cadena de valor del maguey-mezcal que ―por las condiciones climáticas de esa zona― se desarrolla favorablemente y es la fuente de ingreso de la mayoría de los habitantes, tanto de los productores de maguey asociado con milpa como de los que transforman el producto en mezcal y lo destinan para venta en el mercado local (comúnmente llamados palenqueros).

En la fase diagnóstica del taller se identificó que es común que los productores de milpa asociada con maguey trabajen de manera independiente. Parte del desinterés por la organización se debe a malas experiencias previas que han generado falta de confianza en el trabajo en conjunto. No obstante, también se identificaron casos de productores que gracias al trabajo en equipo han establecido viveros de maguey y se han organizado para elaborar abonos orgánicos, cultivar hongos, gestionar apoyos con instituciones y asistir a ferias de mezcal o giras de intercambio.

Durante el taller se explicó cómo una adecuada asociatividad ofrece ventajas a los pequeños productores con poca superficie de siembra, quienes ―debido a esto y a la lejanía de sus ubicaciones― muchas veces tienen dificultades para adquirir insumos, obtener asesoría técnica, acceder a créditos y programas y —sobre todo— comercializar el mezcal (se hace de manera aislada y en mercados locales debido a que son producciones de baja escala y no se ha aprovechado el potencial del cultivo).

Con respecto al análisis de la cadena de valor del maguey-mezcal, se identificó que la mayoría de los participantes se encuentra en el primer eslabón de la cadena (la producción), y pocos, en los dos restantes (transformación y comercialización). De hecho, se identificó que en la zona existen alrededor de nueve destiladoras artesanales de mezcal, pero dentro del grupo de productores solo tres se dedican a la transformación.

Finalmente, el taller se enfocó en las áreas de mejora para los productores de maguey, como incrementar la densidad de población de plantas; mejorar la nutrición del cultivo; controlar plagas y enfermedades; reducir el ciclo de producción; y —especialmente— diversificar cultivos, incluso con otras especies de maguey (en varias zonas mezcaleras es común que se cultiven pocas variedades y, en ocasiones, hay una tendencia al monocultivo; considerando los diversos tipos de suelos presentes en la región y la escasez de lluvia, el maguey puede ser intercalado con algunas leguminosas, como las lentejas).

Para las condiciones de Santa María Tlahuitoltepec (municipio ubicado en la Sierra Mixe), donde predominan los terrenos con pendientes pronunciadas, el maguey-mezcal puede cultivarse en curvas a nivel para formar una barrera viva y evitar que el suelo se erosione. La asociación con maíz o frijol permite que las parcelas sean productivas mientras madura el maguey (su ciclo es de 10 años y, normalmente, la asociación con otras especies se debe establecer hasta el sexto año). Por lo anterior, expresamos —como dice el refrán— “para todo mal, mezcal”, y para que el maguey sea mejor, con milpa la asociación.

Categorías
Noticias

Vínculos comunitarios para fortalecer la milpa

Felipe Carrillo Puerto, Q. Roo.- En la Península de Yucatán la milpa es el sistema de producción predominante, el medio de sustento de miles de familias y una fuente de identidad comunitaria. Sin embargo, la pérdida de la biodiversidad, la disminución de la cobertura forestal y el cambio climático son fenómenos asociados a ese sistema productivo y representan importantes desafíos para cualquier iniciativa que busque fortalecerlo.

El proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— ha asumido esos desafíos, obteniendo en pocos años logros importantes que han impactado positivamente en más de 11,000 personas y de 16,000 hectáreas.

Milpa Sustentable en la Península de Yucatán es un proyecto fundamentado en procesos participativos a través de los cuales las comunidades han definido los indicadores de sustentabilidad que consideran adecuados para el sistema milpa, entre ellos la materia orgánica del suelo. Para las comunidades mayas, el suelo no es simplemente un recurso, sino un elemento asociado a una cosmovisión particular, y por eso consideran fundamental disminuir el uso de fertilizantes químicos.

Para lograr este y otros objetivos, el Hub Península de Yucatán —del CIMMYT— ha brindado diversas capacitaciones, varias de ellas directamente en las parcelas de los productores. Recientemente, por ejemplo, en la parcela de don Paulino Poot Chulim —uno de los productores que participan en el proyecto— se realizó un taller para la elaboración de abono orgánico (composta) para fertilizar maíz y cultivos asociados, en el cual además se habló de los beneficios de este tipo de fertilizantes, la forma de aplicación y los momentos y las dosis adecuados.

El uso de abonos orgánicos permite reducir la dependencia de insumos externos, en este caso, de fertilizantes sintéticos. Se trata de una alternativa —económica y sin impactos negativos al medioambiente— que ayuda a mejorar la estructura y la fertilidad del suelo, favoreciendo así el incremento de los rendimientos.

Además de productores de Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, en el taller participaron productores del programa Sembrando Vida y becarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, ambos del Gobierno federal. En conjunto, los participantes aprendieron a elaborar una composta que aprovecha los recursos locales. Adicionalmente, el taller permitió formar nuevos vínculos comunitarios: los asistentes se organizaron para ir a mover la composta hasta que esté lista (proceso que toma de mes a mes y medio) y se comprometieron a replicar con otros productores lo aprendido.

El compostaje es uno de los aprendizajes del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán y también una de las acciones que a mediano y largo plazo permitirán a las comunidades hacer más rentable la milpa y afianzar prácticas sustentables que aseguren la preservación funcional de la biodiversidad. Por esta razón, es importante apoyar y dar continuidad a los esfuerzos de todos los que hacen posible este proyecto.

¿Quieres elaborar esta composta especial para la milpa? Toma nota.

Se fabrica con restos de hojas de plátano; hojas de huaxim, jabin y tzalam —leguminosas de la región—; hojas de ox —árbol ramón—; hojarasca enriquecida con ceniza; estiércol de vaca; y tierra negra (color que indica que el suelo es rico en materia orgánica).

La composta se hace por capas, en el siguiente orden:

  • Primera: materia seca
  • Segunda: materia verde
  • Tercera: estiércol
  • Cuarta: tierra negra
  • Quinta: hojarasca enriquecida con ceniza

Se debe humedecer cada capa y repetir el orden hasta alcanzar una altura aproximada de un metro. Luego se cubre con bolsas de plástico negras, a las que se hacen orificios para permitir una aireación adecuada durante el periodo de compostaje.

Categorías
Noticias

Ecotecnologías para la agricultura en la milpa

Mérida, Yuc.- El uso excesivo de pesticidas es muy peligroso para la salud humana y el medioambiente. De acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas (Elver y Tunkak, 2017), cada año mueren aproximadamente 200,000 personas por envenenamiento agudo debido a la exposición crónica a los pesticidas (algunos pueden persistir en el ambiente por décadas).

El uso excesivo o incorrecto de pesticidas contribuye a la contaminación del suelo y el agua, favorece la pérdida de biodiversidad —pues eliminan tanto plagas como insectos benéficos— y reduce el valor nutricional de los alimentos. Además, elevan considerablemente los costos de producción en la agricultura.

Para evitar el uso de plaguicidas en el sistema milpa, el Hub Península de Yucatán —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— impartió un taller de Manejo Agroecológico de Plagas dirigido a productores de Xkobenjaltun, Oxkutzcab y localidades vecinas.

La actividad se realizó en el Centro de Capacitación Kaxil Kiwik y forma parte de las acciones que se desarrollan con el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el CIMMYT.

En el taller, los participantes aprendieron a elaborar o instalar diferentes ecotecnologías para el manejo de plagas (en particular para el gusano cogollero, una de las plagas que más afecta al cultivo del maíz), como las trampas con feromonas, la melaza con piña o el extracto del árbol de neem. También les enseñaron a elaborar bocashi, un abono orgánico que ayuda a reducir la presencia de agentes que causan enfermedades en los cultivos.

Es importante señalar que estas opciones agroecológicas no afectan a la población de insectos benéficos presentes en el área de cultivo y tampoco representan una amenaza para la salud humana. Los productores que ya las han implementado han obtenido resultados satisfactorios.

Categorías
Noticias

Milpa con un toque de limón

Además de maíz nativo, calabazas, camotes, cacahuates y frijoles, en la milpa del señor Claudio Canul Canul también hay naranjas, toronjas, mandarinas y limones. Esta diversidad y asociación de cultivos no es algo común en su zona, pues la mayoría de los productores trabajan la milpa con menor número de especies vegetales, y en caso de tener cítricos, estos son monocultivos. El señor Claudio Canul, sin embargo, es un productor que optó por innovar en su milpa y hacerla más productiva y rentable para ya no tener que arrebatarle al bosque nuevos espacios que después de un tiempo se vuelven improductivos (haciendo que esta práctica se repita).

Claudio participa en el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y, a través de él y gracias a su dedicación y ánimos de aprender, ha logrado establecer una milpa ejemplar (que funciona como un módulo demostrativo de las prácticas sustentables que promueve el proyecto). A ella acuden con regularidad otros productores a quienes les llaman la atención las prácticas innovadoras, el arreglo de la parcela y el manejo agronómico que hace Claudio.

Recientemente, en su parcela —ubicada en la localidad de Cuch holoch, del municipio de Halachó, Yucatán— se realizó un recorrido al que acudieron productores de comunidades vecinas y en el que estuvo presente el técnico especializado en Agricultura Sustentable que lo asesora. Los asistentes escucharon de voz del productor cómo adaptaron a su milpa el sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) —práctica estructurada por investigadores del INIFAP y mejorada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT— para hacer un uso más intensivo, a la vez que sustentable, del terreno.

Los visitantes pudieron observar los árboles frutales intercalados, los cultivos hortícolas asociados y el cultivo de maíz establecido, que ―como se comentó durante el recorrido― es producto de un esfuerzo de reinserción de semillas nativas (que se han perdido por diversas circunstancias) que el CIMMYT apoya, proporcionando material que tiene bajo resguardo para que los productores lo reproduzcan y obtengan así semillas para el siguiente ciclo agrícola. Asimismo, se les explicó cómo los cultivos rastreros protegen el suelo y reducen la evaporación (ayudando a mantener la humedad para los cultivos), y también observaron detalles como el espacio entre cultivos para que estos no compitan por luz o nutrientes.

Finalmente, los visitantes conocieron las prácticas agroecológicas con las que Claudio Canul está manejando las plagas (como las trampas con feromonas para el gusano cogollero). En conjunto, todas estas prácticas sustentables resultaron ser del interés de los productores, los cuales declararon: “así ya no tenemos que tumbar más monte, porque se tiene producción todo el tiempo”.