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Pueblos indígenas, impulsores de la seguridad alimentaria mundial

Maíces nativos de la comunidad maya en Yucatán. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Maíces nativos de la comunidad maya en Yucatán. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

De acuerdo con las Naciones Unidas, en 90 países existen alrededor de 476 millones de personas que pertenecen a algún grupo indígena. Ellos representan un poco más del 5 % de la población mundial y, sin embargo, se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables, representando el 15 % de los más pobres en el mundo.

El 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas, es una oportunidad para reconocer a estas comunidades, sus aportes y su voz. Para el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) las comunidades indígenas son esenciales para impulsar la sustentabilidad agrícola. Siendo herederos de tradiciones de cultivo tan fundamentales, como la milpa, sus conocimientos son pilares del desarrollo y la seguridad alimentaria de toda la humanidad.

El año pasado, por ejemplo, la milpa maya de la Península de Yucatán fue incorporada al Sistema de Patrimonio Agrícola de Importancia Mundial (SIPAM), el cual busca dar visibilidad y preservar las prácticas agrícolas que generan medios de vida en áreas rurales al tiempo que combinan biodiversidad, ecosistemas resilientes y tradición e innovación de una manera única.

En el marco de esta distinción, destaca la participación de agricultores mayas en el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —esfuerzo conjunto de la Fundación Haciendas del Mundo Maya, Fomento Social Banamex, el CIMMYT y las familias productoras de la región—, el cual benefició de manera directa a más de 2 mil productores con innovaciones tecnológicas en sus sistemas de producción, haciendo de la innovación un impulsor de la tradición.

Actualmente, a través de la red de plataformas de investigación que impulsa el CIMMYT y sus colaboradores en todo el territorio nacional, sobresale la generación de soluciones agronómicas y técnicas adaptativas basadas en la combinación de agricultura de conservación y milpa intercalada con arboles frutales (MIAF), mediante la cual se promueve la diversificación de cultivos como un medio para enriquecer la nutrición de las comunidades y ampliar las posibilidades de acceso a mercados.

El sistema MIAF, cabe señalar, es una práctica estructurada por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y optimizada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT. En la base de este sistema están los saberes tradicionales de agricultores indígenas de Huejotzingo, Puebla, donde ha sido muy útil para la agricultura en laderas de ese estado y de varios más del sur-sureste mexicano.

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Milpa, frutales y cultivos diversificados en las zonas de ladera de Oaxaca

Sistema milpa intercalada con árboles frutales con cultivos de rotación en el ciclo otoño-invierno 2022 en la plataforma de investigación San Jerónimo Tecóatl, Oaxaca, México. (Foto: AMDSL)
Sistema milpa intercalada con árboles frutales con cultivos de rotación en el ciclo otoño-invierno 2022 en la plataforma de investigación San Jerónimo Tecóatl, Oaxaca, México. (Foto: AMDSL)

La Sierra de Flores Magón, en el estado mexicano de Oaxaca, se caracteriza por su accidentado relieve. Allí se encuentra la plataforma de investigación San Jerónimo Tecóatl, en la cual colaboran la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para identificar y validar las mejores prácticas para los agricultores de la región.

En la plataforma se están generando técnicas adaptativas bajo el sistema de milpa intercalada con arboles frutales (MIAF) y con prácticas agronómicas sustentables mediante la rotación de cultivos de invierno y diversificación de cultivos”, comentan los investigadores responsables de la plataforma.

El sistema MIAF es una práctica estructurada por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y optimizada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT. En la base de este sistema están los saberes tradicionales de agricultores indígenas de Huejotzingo, Puebla, donde ha sido muy útil para la agricultura en laderas de ese estado y de varios más del sur-sureste mexicano, como en el caso de las zonas de ladera de Oaxaca.

“La parcela MIAF consiste en dos subparcelas: una, aguas arriba —para reducir la velocidad de los escurrimientos del agua de lluvia— y, otra, debajo de la línea de árboles. La preparación de suelo se realizó con el sistema roza, tumba y pica, que es una opción a la roza, tumba y quema y la cual consiste en incorporar materia orgánica al suelo en lugar de quemarla”, puntualizan los investigadores.

“Al ser una parcela en rehabilitación después de 10 años de producción, se tiene alto contenido de materia orgánica (5,54%) y muy baja fertilidad del suelo. En estas condiciones se produjeron 680 kilogramos por hectárea (kg/ha) de haba y 590 kg/ha de trigo con un costo de producción de $16 726 (MXN) y $15 150 (MXN), respectivamente”.

Con respecto a la validación de la canola como un cultivo melífero favorable para la producción de miel, los investigadores señalan que “El néctar abundante de la canola tiene un buen perfil de azúcar para la producción de miel, con una producción de 670 kg/ha a un costo de $12 560 (MXN)”.

Así, en la plataforma de investigación San Jerónimo Tecóatl se está generando conocimiento útil que es compartido con las comunidades a través de los distintos proyectos y acciones que impulsa el Hub Pacífico Sur del CIMMYT y sus distintos colaboradores en el estado.

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.