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Controlan la erosión con árboles frutales

Epitacio Huerta, Mich.- En el oriente del estado de Michoacán se cultiva principalmente maíz en temporal. En la zona predominan los lomeríos con pendiente y prevalece un sistema de producción basado en remociones excesivas del suelo. En conjunto, las pendientes, el excesivo movimiento del suelo y las condiciones agroecológicas, hacen que el suelo sea muy vulnerable a la erosión por viento y lluvias.

El equipo técnico de SPIIGA —colaborador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Michoacán— ha evaluado, junto con productores locales, el sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) como una alternativa para este conjunto de problemáticas al que se suma la dificultad para el manejo de malezas debido a los ciclos de producción largos.

El sistema MIAF es una práctica estructurada por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y optimizada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT (el sistema retoma saberes tradicionales de agricultores indígenas de Huejotzingo, Puebla).

Los principales objetivos del sistema son contribuir a la seguridad alimentaria de las familias rurales, incrementar el ingreso neto familiar (principalmente por la producción de fruta), incrementar el contenido de materia orgánica, controlar la erosión hídrica y eólica del suelo y favorecer un uso más eficiente del agua de lluvia en el corto, mediano y largo plazo.

En localidades como Tejocote Polvillas, del municipio Epitacio Huerta, Michoacán, donde el equipo técnico de SPIIGA ha promovido el sistema MIAF con variedades frutales de valor económico en el mercado (como el durazno y la manzana), se ha visto que la diversificación de cultivos permite un mayor aprovechamiento de los terrenos, una disminución de la pérdida de suelo (los árboles actúan como una barrera viva), y la generación de un ingreso económico adicional por la cosecha de frutas (estas se comercializan generalmente en la misma localidad).

Los sistemas convencionales que aún prevalecen en la zona (como el monocultivo) no generan estos beneficios económicos y ambientales, por lo que promover el sistema MIAF entre productores que trabajan en laderas es una opción rentable (en el caso de los frutales se ha obtenido un promedio de 18 kg de fruta por árbol) y, sobre todo, sustentable.

 

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Mejoran sus ingresos familiares con un enfoque medioambiental

Poner fin a la pobreza en todas sus formas es el primero de los 17 objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de la ONU. Este año, el tema del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza aborda el desafío de lograr la justicia social y medioambiental para todas las personas.

¿Cuál es la relación entre la pobreza y el medioambiente? La pobreza va más allá de la falta de ingresos, desencadena impactos sobre el ambiente. Las poblaciones empobrecidas son las que más dependen de los recursos de los que les proveen los ecosistemas, pero también son las más vulnerables ante los impactos negativos derivados de los problemas ambientales.

Las poblaciones vulnerables también tienen una gran capacidad para contribuir positivamente en las soluciones ambientales y para la superación de las condiciones económicas adversas. Por esta razón, la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) promueven prácticas agrícolas que permiten a productores de la Región Mixe, en el estado de Oaxaca, mejorar sus ingresos familiares con un enfoque medioambiental.

El centro de difusión de las prácticas sustentables es la plataforma de investigación localizada en el paraje Puente Ardilla, en el municipio de Tamazulápam del Espíritu Santo. En la zona donde se ubica la plataforma predomina el sistema de producción milpa-jornaleo-servicios, con rendimientos insuficientes incluso para el autoconsumo (de apenas 1.1 toneladas por hectárea). Adicionalmente, los terrenos en laderas que caracterizan a la zona presentan baja fertilidad y están erosionados por la lluvia.

En la plataforma de investigación se han implementado y evaluado diversas innovaciones, comparándolas siempre con la labranza convencional de la zona a fin de que las ventajas de innovar sean visibles para todos. También se han realizado estudios para generar técnicas adaptativas para el mejoramiento productivo de la milpa, reducir la erosión del suelo y mejorar la fertilidad en laderas.

Entre los estudios destaca uno realizado por un periodo de cinco años (iniciando en 2015) donde se estableció un módulo con Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) —sistema que integra saberes tradicionales, investigación de científicos del INIFAP y mejoras continuas de los técnicos y productores que han participado en el programa MasAgro, de la SADER y el CIMMYT—.

El módulo consiste en tres franjas contiguas. En la parte media de la primera franja se ubica una hilera de árboles de durazno sembrados siguiendo el contorno de la pendiente. En cada franja lateral a la de los árboles se sembraron tres surcos de maíz y frijol (paralelos a la hilera de los árboles frutales). De esta forma, el maíz y el frijol ocupan el 57% de la superficie y los árboles frutales el 43% restante.

En ese módulo con milpa y árboles frutales se evaluó tanto la labranza convencional de la región (con continuo movimiento del suelo y sin dejar rastrojo) como Agricultura de Conservación (cuyos componentes básicos son el mínimo movimiento del suelo, la diversificación de cultivos y la cobertura del suelo con rastrojos), así como diversos tratamientos de fertilización, descanso del suelo, etc.

Después de cinco años de observar el desarrollo de los cultivos en el módulo con MIAF la labranza convencional fue la que menor rendimiento tuvo, mientras que la Agricultura de Conservación aportó los mejores resultados (particularmente el tratamiento con la combinación milpa-leguminosa, cero labranza y remoción parcial de rastrojo), permitiendo que hubiera suficiente maíz para la alimentación de la familia más un excedente para venta.

Con respecto a los frutales, estos registraron ganancias positivas y utilidades. La suma de los ingresos por el cultivo del maíz y frijol, otros productos de la milpa más los frutales, permite comprobar que el sistema MIAF es de gran utilidad para los terrenos en ladera. Particularmente el frutal juega un papel muy importante en el aspecto económico, pero también en el cuidado del suelo, ya que actúan como barreras vivas disminuyendo la erosión hídrica.

Por: Columba Silva Avendaño, Zenaida López Martínez, Juan Pablo Torres Zambrano, AMDSL.

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Milpa con un toque de limón

Además de maíz nativo, calabazas, camotes, cacahuates y frijoles, en la milpa del señor Claudio Canul Canul también hay naranjas, toronjas, mandarinas y limones. Esta diversidad y asociación de cultivos no es algo común en su zona, pues la mayoría de los productores trabajan la milpa con menor número de especies vegetales, y en caso de tener cítricos, estos son monocultivos. El señor Claudio Canul, sin embargo, es un productor que optó por innovar en su milpa y hacerla más productiva y rentable para ya no tener que arrebatarle al bosque nuevos espacios que después de un tiempo se vuelven improductivos (haciendo que esta práctica se repita).

Claudio participa en el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —de la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y, a través de él y gracias a su dedicación y ánimos de aprender, ha logrado establecer una milpa ejemplar (que funciona como un módulo demostrativo de las prácticas sustentables que promueve el proyecto). A ella acuden con regularidad otros productores a quienes les llaman la atención las prácticas innovadoras, el arreglo de la parcela y el manejo agronómico que hace Claudio.

Recientemente, en su parcela —ubicada en la localidad de Cuch holoch, del municipio de Halachó, Yucatán— se realizó un recorrido al que acudieron productores de comunidades vecinas y en el que estuvo presente el técnico especializado en Agricultura Sustentable que lo asesora. Los asistentes escucharon de voz del productor cómo adaptaron a su milpa el sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) —práctica estructurada por investigadores del INIFAP y mejorada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT— para hacer un uso más intensivo, a la vez que sustentable, del terreno.

Los visitantes pudieron observar los árboles frutales intercalados, los cultivos hortícolas asociados y el cultivo de maíz establecido, que ―como se comentó durante el recorrido― es producto de un esfuerzo de reinserción de semillas nativas (que se han perdido por diversas circunstancias) que el CIMMYT apoya, proporcionando material que tiene bajo resguardo para que los productores lo reproduzcan y obtengan así semillas para el siguiente ciclo agrícola. Asimismo, se les explicó cómo los cultivos rastreros protegen el suelo y reducen la evaporación (ayudando a mantener la humedad para los cultivos), y también observaron detalles como el espacio entre cultivos para que estos no compitan por luz o nutrientes.

Finalmente, los visitantes conocieron las prácticas agroecológicas con las que Claudio Canul está manejando las plagas (como las trampas con feromonas para el gusano cogollero). En conjunto, todas estas prácticas sustentables resultaron ser del interés de los productores, los cuales declararon: “así ya no tenemos que tumbar más monte, porque se tiene producción todo el tiempo”.

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Cómo hacer más rentable la milpa con árboles frutales

Huautla, Hgo.- Por las características del relieve, la agricultura de las regiones Sierra y Huasteca de Hidalgo se realiza mayormente en zonas de ladera. Estas unidades de producción se caracterizan —de manera general— por poseer una superficie de hasta 1 hectárea, con baja productividad y una preocupante pérdida de suelo por problemas de la erosión hídrica que se acentúa por las pronunciadas pendientes.

En la región Huasteca, además de la problemática productiva, se encuentran algunos de los municipios con mayor índice de rezago social. Por esto, a través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se promueven alternativas para mejorar la productividad de las parcelas en laderas y apoyar el ingreso familiar.

Una de esas alternativas es el sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) —una práctica estructurada desde hace alrededor de treinta años por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y mejorada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional—, que se fomenta a través de la red de innovación impulsada por el CIMMYT con programas como MasAgro.

El MIAF es un sistema agroforestal de cultivo intercalado, constituido por tres especies: el árbol frutal, el maíz y el frijol (u otra especie comestible, de preferencia leguminosa). Además de la producción de granos básicos y frutas —elementos estratégicos para la seguridad alimentaria de las familias rurales—, el sistema tiene como propósito incrementar el ingreso familiar, aumentar el contenido de materia orgánica del suelo agrícola, controlar la erosión hídrica y —consecuentemente— hacer un uso más eficiente del agua de lluvia.

Don Ricardo García Vera es un productor originario de Tamoyón —municipio de Huautla— que desde 2018 ha trabajado con el sistema MIAF para diversificar sus cultivos e incrementar su rentabilidad. Anteriormente, cultivaba maíz hojero y melina —un árbol maderable—, pero con el sistema MIAF incorporó también cítricos (naranja valenciana), lo cual le ha permitido tener un sistema más sustentable y rentable que, a su vez, hace posible conservar y mejorar la calidad de los suelos.

Actualmente, su parcela es un área de extensión de MasAgro —es decir, una unidad productiva en la que se han adoptado prácticas sustentables— y funciona también como una parcela demostrativa a la que otros productores acuden para ver el funcionamiento de sistemas integrados como el MIAF o el Manejo Agroecológico de Plagas (MAP) (la diversificación de cultivos, además, reduce la incidencia de plagas), que —junto con la Agricultura de Conservación— permiten a los productores incrementar sus rendimientos y conservar los recursos naturales.

Para este productor, los beneficios de realizar una Agricultura Sustentable son claros. Por ejemplo, durante el ciclo primavera-verano 2019, pese a que la sequía en la zona fue intensa, en maíz obtuvo rendimientos de 3 toneladas por hectárea. Este resultado es destacable, ya que el promedio en la región fue de 500 kilos, y varias parcelas presentaron incluso pérdidas totales debido a la sequía.

Adicionalmente, con el sistema MIAF ha diversificado también sus ingresos, y comenta: “ese era un terreno en el que nosotros hacíamos milpa desde hace años, pero después ya no se daba igual y por eso empezamos a sembrar maíz hojero, para siquiera vender las hojas. Luego los malos temporales nos orillaron a ver otras maneras de ir pasándola, y por eso decidí meter naranja. Ahora, con una misma parcela vamos a tener maíz para la familia y hoja para vender, y después tendremos fruta”.

La asociación de milpa con árboles frutales genera beneficios ambientales y económicos. Para don Ricardo, por ejemplo, mientras el maíz y el frijol garantizan la seguridad alimentaria de su familia, la naranja brindará ganancias económicas por la venta de los excedentes en el mercado local.

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Maíz, frutas y sustentabilidad: los vínculos entre MasAgro y Sembrando Vida

Las labores agrícolas en los terrenos con pendientes pronunciadas suelen complicarse debido a la inclinación y a que los suelos, normalmente superficiales, son muy susceptibles a la erosión y al desprendimiento de tierras. Chiapas tiene grandes extensiones con relieves de este tipo, y la población que vive en ellas con frecuencia tiene dificultades para lograr cosechas que cubran sus necesidades de alimentación.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), junto con sus colaboradores, promueve diversas prácticas y sistemas orientados a elevar la productividad y conservar los suelos en terrenos de ladera. Uno de estos es la Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), desarrollado por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y mejorado por productores que deciden innovar —mediante un proceso de integración de la ciencia y el conocimiento tradicional— a través de programas como MasAgro.

El programa MasAgro, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT, brinda soporte técnico y metodológico a diversas estrategias y proyectos en el país. En Chiapas su vinculación con el programa Sembrando Vida (del Gobierno federal) ha permitido desarrollar diversas acciones de capacitación, como el taller ‘El sistema MIAF: manejo agronómico y sustentabilidad’, que recientemente se impartió a técnicos, facilitadores y otros operadores de Sembrando Vida.

La sinergia entre ambos programas es producto de los objetivos que tienen en común, entre los cuales están conservar los suelos, producir sustentablemente y —sobre todo— cuidar el medioambiente. Durante los dos días del taller, se abordaron temas como las alternativas para el manejo de pequeñas unidades de producción en laderas; el sistema MIAF, su diversificación y las experiencias de su adopción en los municipios de Ocosingo y Rayón; el manejo del muro vivo en el sistema MIAF; la dinámica de la formación y las podas del árbol frutal; y los cultivos del sistema MIAF, entre otros.

El taller, realizado en la plataforma Larráinzar, da continuidad al diagnóstico de necesidades de capacitación con facilitadores de Sembrando Vida y se suma a otras capacitaciones impartidas en el marco de la vinculación con MasAgro. Próximamente, se impartirán nuevas capacitaciones en temas como Manejo Agroecológico de Plagas, fitomejoramiento participativo de maíces nativos, Agricultura de Conservación y soluciones herméticas poscosecha.

De acuerdo con los técnicos participantes, este taller les permitirá brindar un mejor acompañamiento a los productores de la región, emitir recomendaciones puntuales a los grupos que tienen a su cargo, alcanzar los objetivos del programa Sembrando Vida y —a través de la implementación de innovaciones agrícolas sustentables derivadas de la investigación científica— mitigar los efectos del cambio climático que tanto han afectado a los productores de Chiapas.

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Milpa y árboles frutales: una gran opción para terrenos de ladera

Cultivar en terrenos de ladera es un verdadero reto para la agricultura, ya que sus suelos superficiales son muy susceptibles a la erosión y el desprendimiento de tierras. Las pendientes dificultan el trabajo y el acceso de maquinaria a las parcelas, y las prácticas convencionales basadas en las quemas agrícolas no favorecen la conservación de los recursos naturales.

Al respecto, Columba Silva Avendaño, representante legal de la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL), comentó que “la baja producción de maíz en las regiones de laderas en el estado de Oaxaca se agrava con las prácticas tradicionales de roza, tumba y quema, así como con el descanso por mucho tiempo de los terrenos. Los productores los ocupan por uno o dos años para establecer la milpa; luego los dejan descansar dos o tres años y vuelven a producir”.

Aunque “dejar descansar el monte” para que se regenere solo parece una buena idea inicialmente, trae como consecuencia la apertura de nuevas parcelas. Columba Silva explicó que “el sistema de Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) está diseñado principalmente para laderas y es una alternativa que hace posible sedentarizar la milpa. Junto con la Agricultura de Conservación (AC) permite que el mismo terreno se pueda ocupar ciclo con ciclo, y esto evita la apertura de nuevas parcelas (que nuevos lugares sean quemados), pues el mismo lugar se hace eficiente con diversos cultivos”.

Elevar la productividad, sedentarizar la milpa, disminuir la erosión —ya que los árboles actúan como barrera viva que reduce los escurrimientos de suelo— y reducir la contaminación ambiental no son los únicos beneficios del sistema MIAF, pues también incrementa la variedad y la disponibilidad de alimentos para las familias e incide positivamente en su tejido y su economía. “Se fortalecen las interacciones de la familia y se generan ingresos adicionales a la producción de maíz. Obtienen alimento para sus familias, excedente para vender e ingresos por el frutal”, mencionó Columba Silva.

Maíz, frijol, calabaza, durazno, pera, manzana y aguacate son algunos de los alimentos que se siembran en el sistema MIAF. Y aunque fue pensado para lograr la seguridad alimentaria, en la práctica ha permitido afianzar vínculos tradicionales en las comunidades, además de “ayudar a mejorar el medioambiente y conservar el suelo y el agua, porque el productor ya no quema, ya no rotura el suelo frecuentemente; entonces, reduce los jornales y los costos de producción”, puntualizó la representante de la AMDSL.

Sobre la colaboración entre el CIMMYT y la organización que representa, Columba Silva mencionó que “esta vinculación nos ayuda a impulsar el sistema MIAF en las laderas con productores con poco espacio en sus terrenos. Nos está auxiliando a aumentar su producción. Juntos generamos estrategias para utilizar el rastrojo en el terreno, y así no quemamos y hacemos más eficientes los terrenos. En el mismo lugar donde ellos producen su maíz —la milpa— con el sistema MIAF y la AC estamos consiguiendo que vuelvan a sembrar año con año, ciclo con ciclo, sin quemar y utilizando su rastrojo”.

Si te interesó esta información sobre el sistema MIAF, no te pierdas el siguiente número de la revista EnlACe. En él encontrarás información detallada sobre los aspectos técnicos, las investigaciones que permitieron generar el sistema y las personas e instituciones que han aportado para su diseño e implementación en las regiones Mazateca, Cuicateca y Mixe, del estado de Oaxaca.

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60 aniversario del Colpos, trabajando juntos por la seguridad alimentaria en México

El CIMMYT celebra el 60 aniversario del Colegio de Posgraduados y su papel crucial en la formación de especialistas que benefician y contribuyen a fortalecer la seguridad alimentaria del país. 
Por: Hugo F. Castellano y Francisco Alarcón, Divulgación CIMMYT.

Texcoco, Edo. Méx.- Lograr la seguridad alimentaria y el bienestar de los productores en México demanda alianzas estratégicas entre instituciones que compartan el compromiso de servir a la sociedad con ciencia, tecnología e innovación. En una relación histórica, el Colegio de Postgraduados (Colpos) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han compartido objetivos, enfoques y metas para impulsar la investigación en torno a la sustentabilidad de los sistemas agroalimentarios, el desarrollo rural y otros temas que hoy siguen siendo prioritarios y que nos permiten hacer frente a los retos del entorno global.

El 60 aniversario del Colegio de Posgraduados es una oportunidad para reconocer el importante papel que ha desempeñado esta institución en la formación de agentes de cambio que atienden las necesidades de los entornos rurales y agrícolas. Desde 1967, el CIMMYT y el Colpos suman esfuerzos y conocimiento para transformar las realidades del campo mexicano. En 2002 se fortalecieron estos vínculos y convenios con la firma de acuerdos para la realización conjunta de proyectos de investigación y generación de capacidades, la difusión de información sobre temas agrícolas y de sustentabilidad y la promoción del intercambio de estudiantes y personal científico y académico para aprovechar la infraestructura del CIMMYT, como el Banco de Germoplasma, que resguarda un invaluable potencial genético que puede brindar soluciones a los retos de la agenda 2030.

En abril de 2016, en el campus Montecillo se reunieron autoridades de ambas instituciones para fortalecer dicha relación a través de una colaboración para elaborar tesis de maestría y doctorado entre los estudiantes del Colpos y científicos del CIMMYT y trabajos de laboratorio y campo en instalaciones de ambas instituciones, así como para crear alianzas estratégicas de investigación que beneficien y contribuyan al fortalecimiento de la seguridad alimentaria en México.

Por ello, y ante los retos que afrontan el campo mexicano y sus productores, celebramos y recordamos los esfuerzos que dieron origen a muchas de las estrategias de innovación agrícola que hoy favorecen el bienestar de los pequeños productores con acompañamiento técnico e información para favorecer la toma de mejores decisiones que deriven en la innovación. El primero de estos esfuerzos en común fue el proyecto Plan Puebla, desarrollado a fines de la década de 1960 en los municipios de San Martín Texmelucan, Cholula, Puebla y Amozoc en una superficie total de 116,000 hectáreas, con apoyo financiero y técnico del CIMMYT, en coordinación con el Colpos.

Años más tarde (1990) hubo un trabajo integrado de promoción de la labranza de conservación con estrategias y numerosos actores involucrados en la iniciativa (el Colpos; el CIMMYT; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias [INIFAP]; y el Instituto Tecnológico de la Chontalpa [Itech]). La colaboración dio nuevos frutos en ese mismo año, y el Colpos y el CIMMYT avanzaron con el Proyecto Manejo Sustentable de Laderas, el manejo del suelo y la labranza cero como alternativa válida y de innovación para el campo.

La actividad avanzó hacia otra estrategia de considerable impacto, el subproyecto del sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), resultado de la colaboración de más de 30 años entre el Colpos y el INIFAP. Está basado en una tecnología para intensificar el paradigma de la agricultura convencional e incrementar significativamente el ingreso neto y el empleo familiar sin dejar de producir alimentos básicos y protegiendo el suelo contra la erosión sin eliminar su roturación, excepto en condiciones especiales, con interacción entre los cultivos componentes para lograr una mayor economía en el uso de los recursos naturales e incrementar la captura del carbono atmosférico.

A lo largo de esta rica historia de vinculación, hay testimonios que dan cuenta de su importancia y trascendencia. Joaquín Alfonso Macías Laylle, profesor e investigador del Colpos, tuvo en el CIMMYT su primera experiencia de trabajo en 1973 al finalizar sus estudios de Ingeniería Agronómica. Según su propio relato, Macías Laylle se incorporó al Proyecto Puebla, más tarde renombrado como Plan Puebla, desarrollado en conjunto entre el Colpos y el CIMMYT y orientado a trabajar sobre dos grandes temas: la escasez de alimentos y la necesidad de mejorar rendimientos. El gran logro de esta tarea fue llevar la investigación de los campos experimentales a las parcelas de los pequeños productores. Fue una iniciativa, una innovación y un logro que dio resultados positivos a los productores de escala más pequeña, mejorando sus condiciones de vida y de labor agrícola.

Otro testimonio es el de Enrique Becerril Román, secretario académico del Colpos, que enfatiza la importancia de la vinculación en el desarrollo rural y de los avances en la productividad. Y destaca la característica convergente de esta colaboración interinstitucional: ser una tarea que logre —según las palabras de Becerril Román— mejores resultados, con una mejora continua para los productores y para los sistemas agroalimentarios en México.

Ya es más de medio siglo de colaboración entre el CIMMYT y el Colpos, de enormes esfuerzos y testimonios que reflejan el éxito de unir empeños desde la investigación y la ciencia, que evoluciona constantemente, integrando innovaciones que permiten estar a la vanguardia en tecnología, ciencia, acompañamiento técnico, sistemas de datos para la innovación y estrategias que se configuran siempre con el objetivo central de impulsar el desarrollo de una agricultura diferente de México para el mundo, que sea capaz de brindar alternativas para contrarrestar los fenómenos sociales de la migración, la inseguridad y la desintegración social.

El CIMMYT celebra el aniversario de uno de sus grandes aliados en la tarea de lograr la autosuficiencia alimentaria y de abrir caminos para lograr mejores rendimientos, enfrentando retos como el cambio climático. Poder producir no sólo la cantidad, sino la calidad, y agregar valor nutricional son metas posibles cuando hay desarrollo del conocimiento práctico, académico y científico, y cuando existe la voluntad de integración y una visión conjunta.

Los grandes objetivos no se enfrentan de manera aislada. El ejemplo de cinco décadas de la vinculación Colpos-CIMMYT es la respuesta sólida y reconocible a los desafíos agroalimentarios del presente y de las décadas futuras.

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Con tecnología y acompañamiento, productores de bajos recursos diversifican cultivos e incrementan su producción en Guatemala

Gracias a la implementación de las parcelas modelo, los beneficiarios pudieron conocer cómo funcionan las tecnologías agrícolas, favoreciendo la diversificación de fincas y dietas.
Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.
20 de enero de 2019.

Guatemala.- Por medio de la colaboración entre el Proyecto Buena Milpa Guatemala y la Asociación CDRO, se implementaron varias tecnologías agrícolas en parcelas de comunidades de Totonicapán, las cuales beneficiaron a familias agricultoras de bajos recursos.

Con estas tecnologías se busca que los productores puedan diversificar sus cultivos e incrementar su producción para disponer de alimentos y tener una dieta variada.

Olivia Ixchop Chun es una productora de 63 años que enviudó hace 38 y ahora vive con su nieto y una hija. Ella habita en la aldea Chinimabe, Momostenango, y ha sido beneficiada por esta colaboración desde 2016. “Lo que cosecho en el huerto y las minigranjas me ha servido para consumo familiar, así ya no dependo del mercado, y también vendo una parte para contar con un ingreso económico”, comparte Ixchop.

Algunos productores de comunidades de Totonicapán cuentan con parcelas ubicadas en pendientes pronunciadas, por lo que también se les dio acompañamiento para trabajar con terrazas.

“En esta ladera no podíamos sembrar, pero aprendimos sobre la conservación del suelo, hicimos aproximadamente ocho terrazas y ahora sembramos verduras que usamos para alimentarnos, y el excedente lo vendemos en mercados cercanos o con vecinos. De esa manera podemos comprar otras cosas”, cuenta Ricardo Chacaj, productor de Xecajá, Santa María Chiquimula.

Don Ricardo y su esposa, Julia Batz Álvarez, también recibieron un cosechador de agua de lluvia, que les permite regar sus siembras en el verano. Además, les entregaron aves de raza criolla y una abonera que les permite fertilizar su parcela.

Gracias a la implementación de las parcelas modelo, los vecinos de los beneficiarios pudieron conocer cómo funcionan las tecnologías agrícolas y replicarlas. Con esto se favorece la diversificación de las fincas y las dietas, lo que permite avanzar en la erradicación de la malnutrición que tanto afecta al área rural del occidente de Guatemala.

Tecnologías escaladas:

  • Cosechadores de agua de lluvia
  • Conservación de suelos
  • Minigranjas de aves criollas
  • Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF)
  • Sistemas agroforestales
  • Diversificación de cultivos (recuperando la siembra de frijol)
  • Parcelas de fitomejoramiento
  • Manejo poscosecha
  • Huertos de hortalizas y medicinales
  • Sistemas de miniriego
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Evaluaron la rotación de maíz con leguminosas dentro de la plataforma Tamazulapam del Espíritu Santo

La plataforma de investigación propone generar tecnologías enfocadas a la conservación y el mejoramiento de suelos para garantizar la producción de alimentos y la contribución a la seguridad alimentaria.
Por: Columba Silva Avendaño, responsable científico, y Zenaida Pérez Martínez, técnica de la plataforma de investigación.
7 de octubre de 2018.

Tamazulapam del Espíritu Santo, Oax.- En la plataforma de investigación Tamazulapam del Espíritu Santo, en el ciclo PV 2018 la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas SC (AMDSL) evaluó el cultivo de maíz después de la rotación de cultivo con leguminosas con la finalidad de medir el efecto del tercer principio de la Agricultura de Conservación (AC) dentro de la serie de tratamientos de fertilidad y manejo en este agrosistema. Los cultivos dentro de la milpa son desarrollados en condiciones de laderas, donde las pendientes son superiores a 30%. Ante esta situación, se promueven tecnologías enfocadas a la conservación de los recursos naturales mediante el uso del sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) y la AC para minimizar el impacto de los factores erosivos, aumentar la producción de los cultivos básicos y reducir los costos de producción.

La parcela de la plataforma de investigación ha sido cultivada durante 11 años con el sistema MIAF en un ecosistema de pino-encino de la sierra norte alta. Se caracteriza por tener una pendiente promedio de 28%, es de temporal y tiene una precipitación media de 1,300 mm y suelos con pH moderadamente ácido, reducida acidez intercambiable (con aluminio) y textura franca. Además, presenta bastante porosidad (58%), y para obtener buenas cosechas, los productores de la región practican el descanso del terreno (sin cultivo), que va desde uno a tres años.

Se evaluaron cinco tratamientos con factores como labranza convencional y labranza con azadón, rotación de cultivos y descanso y manejo de residuos y fertilidad del suelo. Los tratamientos 1 (testigo) y 3 descansaron de cultivo el ciclo anterior, y el 2, 4 y 5 fueron cultivados con una leguminosa (Vicia faba L.). En mayo de 2018 en todos los tratamientos se cultivó maíz, adicionando cal dolomita al tratamiento 5 como segunda aplicación.

A pesar de que hubo sequía a los dos meses, se notan diferencias cualitativas entre tratamientos: el testigo muestra poco desarrollo vegetal en comparación con los demás tratamientos y el tratamiento con cal dolomita muestra mayor grosor de la planta. Se espera poder dar una mayor información cuantitativa al momento de la cosecha, que indique las posibles alternativas innovadoras de producción del maíz en condiciones de laderas pronunciadas.

La plataforma de investigación propone generar tecnologías enfocadas a la conservación y el mejoramiento de suelos para garantizar la producción de alimentos y contribuir a la seguridad alimentaria, la conservación de los recursos naturales y la generación de ingresos para un mejor nivel de vida familiar.

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Alternativas sustentables para la producción de milpa en laderas ante el cambio climático en Oaxaca

Santa María Teopoxco, Oax.- El 20 de octubre de 2018 en la comunidad de San Nicolás, Santa María Teopoxco, Oaxaca, el personal de la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas SC (AMDSL), en colaboración con el Hub Pacífico Sur y las autoridades de la comunidad, realizó el evento denominado ‘Innovaciones tecnológicas frente al cambio climático’, con la finalidad de mostrar innovaciones tecnológicas como alternativas ante diversos problemas de los productores de la región. Entre los asistentes estuvieron productores, técnicos, estudiantes y profesores, quienes fueron partícipes de las diferentes exposiciones.

Los diagnósticos realizados por la AMDSL muestran que la producción de las milpas en laderas se enfrenta a una serie de factores desfavorables, como los altos costos de producción, los problemas de erosión de suelos, el cambio en la distribución de la lluvia, los bajos rendimientos y las pérdidas poscosecha, entre otros. Con base en lo anterior, las innovaciones tecnológicas mostradas fueron fertilidad de los suelos, manejo agronómico de la parcela, Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) con Agricultura de Conservación (AC) y tecnologías poscosecha.

En el tema manejo agronómico se explicaron los tratamientos que se han realizado en la plataforma de investigación, como el ajuste de densidad de población (de 1 x 1 m con cinco semillas por golpe a 0.5 x 0.8 m con 2 semillas), con la finalidad de incrementar el rendimiento de grano en menor superficie; el uso de la fertilización fraccionada (en la siembra y en V5); y el control de plagas con alternativas agroecológicas.

Es posible mejorar la producción de la milpa en terrenos de laderas, siempre y cuando esté blindada con sistemas que busquen la disminución de la erosión hídrica y el incremento de la infiltración de agua y de la materia orgánica en el suelo. Por lo tanto, los sistemas MIAF y AC han demostrado ser tecnologías pertinentes para una producción sustentable de alimentos en laderas; además, sus componentes permiten generar mayores ingresos para la unidad familiar, promueven la resiliencia de la unidad de producción y propician el arraigo social.

Por otro lado, se mostró el almacenamiento de grano y semilla en silos metálicos, bolsas y botes plásticos herméticos, así como su uso y funcionamiento, el cual se basa en guardar el grano sin oxígeno para que las plagas mueran.

En el tema de fertilidad, con base en la información geológica y el análisis de suelo, se explicaron las características del suelo de la región y la degradación que ha mostrado, así como la necesidad de incorporarle nutrientes con fuentes orgánicas y minerales para mejorar su calidad y producir mejores alimentos. También se abordó la pertinencia de los tratamientos en estudio en relación con neutralizar el catión aluminio (Al+3), que en condiciones de pH <5 es sumamente activo y tóxico para especies como el maíz; por desgracia, este suelo tiene el catión en concentraciones significativas. Afortunadamente, los últimos análisis de suelo de la parcela de investigación (efecto de cuatro años con los tratamientos en estudio) en algunos tratamientos mostraron baja concentración de Al+3, y en campo las plantas de maíz lo mostraron respecto a otros donde tienen el manejo convencional.