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Milpa, frutales y cultivos diversificados en las zonas de ladera de Oaxaca

Sistema milpa intercalada con árboles frutales con cultivos de rotación en el ciclo otoño-invierno 2022 en la plataforma de investigación San Jerónimo Tecóatl, Oaxaca, México. (Foto: AMDSL)
Sistema milpa intercalada con árboles frutales con cultivos de rotación en el ciclo otoño-invierno 2022 en la plataforma de investigación San Jerónimo Tecóatl, Oaxaca, México. (Foto: AMDSL)

La Sierra de Flores Magón, en el estado mexicano de Oaxaca, se caracteriza por su accidentado relieve. Allí se encuentra la plataforma de investigación San Jerónimo Tecóatl, en la cual colaboran la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para identificar y validar las mejores prácticas para los agricultores de la región.

En la plataforma se están generando técnicas adaptativas bajo el sistema de milpa intercalada con arboles frutales (MIAF) y con prácticas agronómicas sustentables mediante la rotación de cultivos de invierno y diversificación de cultivos”, comentan los investigadores responsables de la plataforma.

El sistema MIAF es una práctica estructurada por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y optimizada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT. En la base de este sistema están los saberes tradicionales de agricultores indígenas de Huejotzingo, Puebla, donde ha sido muy útil para la agricultura en laderas de ese estado y de varios más del sur-sureste mexicano, como en el caso de las zonas de ladera de Oaxaca.

“La parcela MIAF consiste en dos subparcelas: una, aguas arriba —para reducir la velocidad de los escurrimientos del agua de lluvia— y, otra, debajo de la línea de árboles. La preparación de suelo se realizó con el sistema roza, tumba y pica, que es una opción a la roza, tumba y quema y la cual consiste en incorporar materia orgánica al suelo en lugar de quemarla”, puntualizan los investigadores.

“Al ser una parcela en rehabilitación después de 10 años de producción, se tiene alto contenido de materia orgánica (5,54%) y muy baja fertilidad del suelo. En estas condiciones se produjeron 680 kilogramos por hectárea (kg/ha) de haba y 590 kg/ha de trigo con un costo de producción de $16 726 (MXN) y $15 150 (MXN), respectivamente”.

Con respecto a la validación de la canola como un cultivo melífero favorable para la producción de miel, los investigadores señalan que “El néctar abundante de la canola tiene un buen perfil de azúcar para la producción de miel, con una producción de 670 kg/ha a un costo de $12 560 (MXN)”.

Así, en la plataforma de investigación San Jerónimo Tecóatl se está generando conocimiento útil que es compartido con las comunidades a través de los distintos proyectos y acciones que impulsa el Hub Pacífico Sur del CIMMYT y sus distintos colaboradores en el estado.

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

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Fortaleciendo el sistema milpa

Estimación de rendimiento de maíz en la plataforma Ocosingo, tras cuatro años de intervención. (Foto: Hub Chiapas-CIMMYT)
Estimación de rendimiento de maíz en la plataforma Ocosingo, tras cuatro años de intervención. (Foto: Hub Chiapas-CIMMYT)

La región de Ocosingo juega un papel importante para el estado mexicano de Chiapas y, en general, para el sur de México. Ahí se encuentra la Reserva de la Biosfera Montes Azules, la reserva ecológica de selva alta perennifolia —que se caracteriza por tener el tipo de vegetación más exuberante de todos los ecosistemas existentes— que constituye el principal pulmón para la producción de oxígeno de la región.

En el plano cultural la región es rica y diversa: habitan diferentes grupos étnicos, como lacandones, tzeltales, tzotziles, choles y tojolabales, principalmente. Para estos grupos el maíz y la milpa son fundamentales para su alimentación, sin embargo, prevalece la práctica de la roza, tumba y quema con notables efectos, como la degradación de los suelos y la contaminación ambiental.

Un reto adicional para la agricultura en Ocosingo es que el 90 % de los terrenos se ubican en laderas con pendientes mayores a 20 % —es decir que por cada 100 metros que se avanza horizontalmente, se suben 20 metros—, ocasionando erosión por las fuertes lluvias y dejando suelos con baja fertilidad que resultan en bajos rendimientos que, en muchas ocasiones, no cubren las necesidades de alimento para las familias productoras.

Para incrementar la sustentabilidad y contribuir a la seguridad alimentaria de estas familias, en la plataforma de investigación Ocosingo —ubicada en el rancho San José, comunidad de San Miguel El Grande del municipio en mención— se buscan alternativas para fortalecer el sistema milpa. Así, en 2022, y luego de cuatro años de intervención, se evaluó la respuesta de diversos sistemas de producción a través de agricultura de conservación y otras prácticas sustentables.

“La plataforma se diseñó con el enfoque de la milpa biodiversificada —con asociaciones de maíz y leguminosas como dolichos y chícharo gandul de ciclo corto y ciclo largo— bajo el esquema de agricultura de conservación y milpa intercalada con árboles frutales. El diseño experimental incluyó la siembra de monocultivo de maíz, que es la práctica convencional en la región y que funcionó como testigo para ser contrastado con las innovaciones sustentables en donde no se quema, sino que se deja la totalidad del rastrojo”, señalan los investigadores responsables de la plataforma.

Al comparar los rendimientos de cuatro años de ser implementadas, la agricultura de conservación y la milpa intercalada con árboles frutales confirmaron ser “una buena alternativa para fortalecer el sistema milpa, sobre todo para las familias de escasos recursos económicos”, señalan los investigadores quienes puntualizan que el tratamiento con monocultivo de maíz con quema de rastrojos reportó un rendimiento de 1,18 toneladas por hectárea (t/ha), mientras que el tratamiento de maíz en rotación con chícharo gandul de ciclo corto en franjas de doble hilera reportó 3,38 t/ha.

“Los ensayos que se están evaluando nos indican que sí es posible mejorar la producción de alimentos con el sistema milpa, beneficiar la biodiversidad tanto superficial como la del subsuelo, generar ingresos, capturar de carbono y, sobre todo, practicar una agricultura amigable con el medioambiente”, concluyen los investigadores.

La red de plataformas de investigación del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

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Sistemas agroalimentarios productivos contribuyen a consolidar la paz social

Sistema de milpa intercalada con árboles frutales en terrenos de ladera. (Foto: CIMMYT)
Sistema de milpa intercalada con árboles frutales en terrenos de ladera. (Foto: CIMMYT)

Las perturbaciones y tensiones ambientales, demográficas, socioeconómicas, biológicas, e incluso sociopolíticas y jurídicas, afectan los sistemas agroalimentarios. Las perturbaciones —como la pandemia— tienen una repercusión inmediata. Las tensiones —como la migración forzada—, que son procesos más lentos, alteran gradualmente a los sistemas agroalimentarios y disminuyen su capacidad de afrontar los cambios, haciéndolos más vulnerables paulatinamente (Estado Mundial de la Alimentación, 2021). 

Cuando las personas del medio rural, particularmente los más jóvenes, no encuentran rentable dedicarse a la agricultura, entonces buscan otras opciones y la dinámica social se trastoca. Tensiones sociales como la migración, e incluso el conflicto o la violencia, se convierten en riesgos latentes y síntomas de sistemas agroalimentarios disfuncionales.

Considérese por ejemplo la región de Los Tuxtlas, en Veracruz —uno de los principales estados expulsores de migrantes hacia otras partes del país o del extranjero—, donde se han estimado pérdidas de suelo de hasta 199 toneladas por hectárea al año que han afectado la producción e ingresos de los pequeños agricultores de granos básicos, principalmente de maíz y frijol (SADER, 2020).

Mientras en los terrenos de ladera de la región, manejados de manera convencional —donde la quema de rastrojos es una práctica común—, se pierden alrededor de 35.5 kg de suelo por cada kilogramo de grano de maíz producido, con la tecnología de terrazas de muro vivo —que fue base para el diseño del sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales, o MIAF, en laderas— solamente se pierden 0.40 kg de suelo. 

El sistema MIAF consiste en establecer hileras de árboles frutales en la milpa y consta de tres componentes: el primero son los árboles que se establecen en sentido perpendicular a la pendiente; posteriormente la instalación de los cultivos anuales en franjas y, finalmente, el maíz, sembrado en franjas cada dos surcos arriba y debajo de los árboles frutales.

El sistema MIAF también integra componentes tecnológicos de lo que se denomina terraza de muro vivo, tales como la roturación unidireccional del suelo —con tracción animal o mecánica al contorno de la ladera— para favorecer la formación paulatina de una terraza; y el filtro de escurrimientos que se adapta a este sistema, y que consiste en colocar un cordón o camellón con residuos de cosecha de maíz, frijol, o ramas eliminadas en la poda de frutales, en la parte alta de la hilera de frutales.

A pesar de sus amplios beneficios para controlar la erosión del suelo y apoyar la economía de las familias productoras, el sistema MIAF aún es considerado por muchos productores de la región como una tecnología compleja. Se ha observado, además, que demanda acompañamiento técnico constante —al menos los dos primeros años— para que el productor tenga una comprensión adecuada del funcionamiento del sistema. 

Para identificar los elementos que permitan hacer más fácilmente adoptable el sistema —y evaluar específicamente su capacidad para disminuir el escurrimiento superficial, controlar la erosión hídrica e incrementar la infiltración de agua— el Consejo de Colonias Populares de Veracruz, en colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) estableció una plataforma de investigación del sistema MIAF en el Ejido Ahuacapan, en San Andrés Tuxtla, Veracruz. 

La plataforma, instalada en el marco de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México —impulsada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT— fue establecida en la parcela de un productor que estableció el sistema MIAF desde 2017 y desde donde se busca atender los componentes de mayor dificultad para la adopción del sistema, como es la colocación del filtro de escurrimientos. 

Antes del establecimiento del MIAF y de la plataforma de investigación, en la parcela del productor se roturaba el suelo con rastra después de la quema de rastrojos; se sembraba yuca, maíz, frijol y jícama, aunque con bajos rendimientos; y, durante 10 años, antes de establecer el MIAF, se mantuvo el terreno con praderas de pasto, donde el tránsito de maquinaria, el efecto de la lluvia y el pisoteo de los animales compactaron el suelo.

Actualmente en la parcela, que ahora funciona como plataforma de investigación de MasAgro-Cultivos para México, se ha observado la capacidad del sistema MIAF para disminuir el escurrimiento superficial, controlar la erosión hídrica e incrementar la infiltración de agua, lo que ha redundado en un mayor rendimiento del cultivo de maíz.

Con las podas realizadas al limón que se introdujo y su acomodo dentro de la parcela se ha observado también un aumento de la calidad y, con respecto a la adopción del filtro de escurrimiento con rastrojo, este ha favorecido un incremento en la productividad del cultivo. 

Los estudios sobre MIAF en esta plataforma aún siguen su curso, pero a la fecha la experiencia ha sido considerada exitosa tanto para el productor, como para los investigadores y técnicos a quienes los datos generados les están ayudando a la adopción de componentes específicos del MIAF entre otros productores, sobre todo porque los avances de esta plataforma se están compartiendo con diversos productores de la región y técnicos de Sembrando Vida, quienes han expresado sorpresa por la productividad que se presenta en esta parcela.

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Agricultura de Conservación y Milpa Intercalada con Árboles Frutales, una buena combinación

En Oaxaca, más del 60% de los suelos están erosionados y los cambios en el uso del suelo han favorecido ciclos de barbecho más cortos, empeorando la degradación. En el caso de los agricultores en laderas, la Agricultura de Conservación y la Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) pueden combinarse exitosamente para reducir la erosión y mejorar la seguridad alimentaria, refiere un nuevo estudio de un grupo de investigadores de la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), publicado recientemente.

El estudio es relevante en muchos sentidos. Primero, porque son pocos los estudios científicos orientados a identificar y/o evaluar prácticas adecuadas y viables para los pequeños productores en laderas. Segundo, porque se llegó a considerar que la Agricultura de Conservación y la agrosilvicultura ―la combinación de árboles y cultivos agrícolas, como en el sistema MIAF― no eran compatibles. 

Gracias a este estudio se confirma que la Agricultura de Conservación ―sistema que tiene por componentes básicos la mínima labranza, la cobertura del suelo y la diversificación de cultivos― y el MIAF no solo son prácticas complementarias como algunos autores ya habían sugerido, sino que constituyen una vía para la intensificación sostenible y adaptada localmente del sistema de producción tradicional a través de cambios de bajo costo que se encuentran dentro de las posibilidades de los agricultores. 

Los investigadores establecieron, desde 2014, el mismo diseño experimental en dos lugares de Oaxaca ―en los municipios de Santa María Teopoxco y Tamazulápam del Espíritu Santo― para evaluar la Agricultura de Conservación con MIAF junto con agricultores locales. La diversificación de cultivos ―a través de la rotación de cultivos, cultivos múltiples, cultivos de relevo o agrosilvicultura― fue lo que más incrementó los rendimientos del sistema, hasta 1.4 toneladas por hectárea (t/ha) en Teopoxco y 1.7 t/ha en Tamazulápam. 

El estudio señala que el mayor uso de insumos a través de una mayor fertilización o encalado no incrementó la rentabilidad lo suficiente como para justificar su uso. En cambio, la labranza cero y la retención de residuos aumentaron los rendimientos y redujeron los costos de producción. En suma, la Agricultura de Conservación con MIAF resultó un sistema rentable y de alto rendimiento que también redujo el riesgo de los agricultores al proporcionar varias cosechas al año. 

En este sentido, el estudio destaca que en los ciclos en que la cosecha principal fracasó, los árboles frutales pudieron producir debido a su diferente estación de crecimiento en comparación con el maíz. Ya que el cambio climático aumentará la frecuencia de tales temporadas de cultivo, la diversificación de cultivos mejoraría la resiliencia de la producción de los pequeños agricultores, reduciendo el riesgo de fracaso general de los cultivos. En el caso de este estudio, la inclusión de un cultivo de relevo de chícharos en Teopoxco y el multicultivo de maíz-hoja de higuera-calabaza-frijol en Tamazulápam permitieron que los sistemas fueran más productivos.

Los investigadores concluyen que la rotación de cultivos y la labranza cero fueron las prácticas que más aumentaron los rendimientos del maíz, y señalan que los rendimientos de las variedades de maíz autóctonas se pueden aumentar de forma sostenible en los sistemas de cultivo de laderas de pequeños agricultores sin necesidad de insumos costosos. Por supuesto, las investigaciones para identificar y/o validar las mejores prácticas agrícolas para los sistemas en laderas aún debe continuar, pero este estudio sin duda representa un gran avance en la materia.

El estudio completo puede ser consultado gratuitamente en la revista Frontiers in Agronomy, la cual publica investigaciones rigurosamente revisadas por pares sobre temas relacionados con la agronomía: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fagro.2021.787507/full

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Recuperan suelos al diversificar sus cultivos

Ocosingo, Chis.- La Agricultura de Conservación y el sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) ayudan a reducir los problemas de degradación de suelos y, gracias a la diversificación de cultivos que implican, mejora la nutrición y las oportunidades de los productores de pequeña escala que lo implementan. 

En la ranchería San Miguel, en Ocosingo, Chiapas, un grupo de productores innovadores están recuperando suelos con la diversificación de cultivos. Se trata de productores que participan en el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, impulsado por Walmart Foundation con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). 

La diversificación de cultivos es una forma de mejorar el suelo y de tener mejores oportunidades de alimentación para los productores. “Con la diversificación de cultivos empezamos hacer curvas a nivel, donde intercalamos cítricos, naranja, limón, plátano; empezamos con leguminosas como el frijol, la calabaza, todo eso intercalamos en la parcela”, comenta Felipe Sánchez, uno de los productores que participan en el proyecto. 

Nos enseñaron a trabajar con curvas a nivel —que permiten retener el agua de lluvia y facilitan la infiltración— para que el abono se quede en la tierra y no se lo lleve el agua porque ya queda atrancado, antes porque sembraba así, recto, y venía el agua y llevaba la corriente”, comenta don Manuel Vázquez Méndez, otro de los productores participantes.

Además, desde que llegó el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT ya no queman la milpa: “Manejábamos mucho la quema, pero con esto de la Agricultura de Conservación con el ingeniero Moisés trabajamos la no quema”, dice el productor Felipe Sánchez y, al respecto, José Moisés Rodríguez Castellanos, quien colabora en el proyecto, comenta: “los invitamos a que no quemen y que dejen el rastrojo para que se recupere el suelo, al final la materia orgánica mineralizada se regresa al suelo y se convierte en abono”.

Cuando este grupo de productores empezó a practicar la diversificación de cultivos mediante el sistema MIAF —que es una práctica estructurada por investigadores del INIFAP y optimizada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT— nadie más lo había hecho en Ocosingo. Hoy cultivan alrededor de 20 especies diferentes con este sistema y esto los ha ayudado a mejorar su economía, así como sus rendimientos y suelos.

 Además de la diversificación de cultivos y el fomento de la asociatividad el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT promueve otras tecnologías y prácticas: “Tenemos varias tecnologías, una  de ella es la bolsa plástica hermética que es capaz de conservar granos un año entero sin que le dañen gorgojos”, comenta José Moisés Rodríguez Castellanos. 

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Diversificar para heredar un campo innovador

San Juan Guichicovi, Oax.- “Me estoy dando cuenta de la diferencia que hay en cuanto a cómo sembrábamos antes y los resultados que tenemos ahora. Vemos la diferencia y quiero pensar que a futuro será mejor. Mi familia ve la diferencia y les está gustando esta nueva forma de sembrar. Tengo ahí un nietecito y pues también estoy ahí inculcándole el campo a ver si más adelante le quiere entrar. Hacemos la lucha porque esto es un patrimonio que queda para que ellos sigan a futuro”, comenta don José Luis Velázquez Ahuet, productor de el Ejido Revolución, en el municipio de San Juan Guichicovi, Oaxaca.

Como muchos otros productores en el país, don José Luis aprendió, desde muy joven, a trabajar el campo removiendo constantemente el suelo y eliminando los residuos de la cosecha anterior mediante el fuego. A pesar de que esta práctica estaba tan arraigada en él, don José Luis ha hecho un cambio radical en su sistema de producción y ahora su innovación es un ejemplo para las presentes y futuras generaciones en su comunidad: “antes quemábamos el terreno, ahora dejamos todo el residuo picado abajo y eso nos guarda humedad y abona la milpa”, comenta el productor. 

Como en la mayor parte de la zona del Bajo Mixe, en la comunidad del señor José Luis la ganadería es la actividad principal. La producción de maíz ocupa un segundo lugar y básicamente es para el autoconsumo. En los terrenos de ladera que ahí predominan, susceptibles a la erosión, los rendimientos son bajos —de alrededor de 700 u 800 kilos de maíz por hectárea—. Además, la diversidad de cultivos se ha ido perdiendo poco a poco y, en medio de ese contexto, la milpa del señor José Luis destaca por su buen desarrollo y porque ha incorporado nuevos cultivos, como el girasol, el ajonjolí y el chícharo gandul. 

“Cuando pasan por la milpa o mandamos alguna fotografía al grupo de productores en el que estamos quedan admirados, les gusta. Incluso ya hay otros productores que quieren hacer lo mismo y eso es bueno. Yo el girasol lo sembré en el mes diciembre y ya vine a cosechar las flores en febrero, 13 y 14 de febrero y las fuimos a vender aquí a un poblado como a unos 17 kilómetros, Palomares, ahí pudimos vender. Vi que sí me dio resultado y ya estamos viendo sembrar nuevamente a finales de este mes de agosto para que el día 1 y 2 de noviembre volvamos a cosechar”, comenta don José Luis, quien ha encontrado en la diversificación de cultivos una forma de obtener ingresos complementarios. 

La diversificación de cultivos, la mínima labranza y la cobertura del suelo con rastrojos son componentes de la Agricultura de Conservación que el señor José Luis ha implementado en su parcela y con lo que la calidad de su suelo ha mejorado. De hecho, ya ha sembrado tres veces de manera consecutiva y el maíz se sigue dando bastante bien ahí donde ha dejado el rastrojo. Para mejorar aún más su sistema de producción el técnico que lo está asesorando en la implementación de este sistema le ha recomendado que para el siguiente ciclo introduzca otro cultivo para que haga rotación y le ayude a enriquecer más su suelo. 

Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) impulsan el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, a través del cual se fomenta la diversificación de cultivos. En el marco de esta iniciativa, “el Hub Pacífico Sur del CIMMYT nos facilitó algunas semillas que distribuimos con los productores. En el caso del señor José Luis fue semilla de girasol, ajonjolí y chícharo gandul”, comenta Jonatan Villa Alcántara, el técnico que ha estado asesorando a don José Luis para diversificar cultivos.

“Como don José Luis siembra Milpa Intercalada con Árboles Frutales con curvas a nivel, entonces le recomendamos que lo sembrara en el contorno para cerrar un poco más el espacio entre los frutales. Él lo ha hecho así y ha visto buenos resultados, y como el chícharo gandul es una leguminosa, también ha observado que el maíz se desarrolla mejor”, señala Jonatan. 

“Tengo cuatro tipos de maíz: blanco, amarillo, rojo y morado. Estos los siembro para consumo del hogar y la verdad desde que he estado trabajando así (con Agricultura de Conservación) ya no compro maíz, me ha servido bastante porque he visto que el girasol y el chícharo me están dando resultado sobre la planta de maíz y los frutales”, comenta el productor, refiriéndose a cómo la diversificación de cultivos y los otros componentes de la Agricultura de Conservación le han permitido mejorar la calidad y fertilidad de su suelo.

La vinculación con otros programas que operan en la región ha sido muy útil para difundir los beneficios de la diversificación de cultivos que se promueven en el proyecto con Walmart Foundation: “el año pasado iniciamos acciones de colaboración con algunos técnicos del programa Sembrando Vida, con ellos empezamos a hacer algunas capacitaciones en sus comunidades. De hecho, en la parcela de don José Luis estuvimos haciendo algunas visitas, capacitaciones y prácticas. A su parcela la visitó un coordinador regional de ese programa y le pareció muy bien lo que se está implementando ahí. Incluso recomendaba que se masificara y se extendiera a otras localidades”, comenta Jonatan Villa. 

Para el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT la diversificación de cultivos es el inicio de un proceso de transformación social que trasciende a las parcelas. Don José Luis, quien ya se apropió de la diversificación de cultivos y la ha hecho una parte de su sistema de producción y medios de vida, es el ejemplo de cómo se pueden nutrir liderazgos comunitarios y propiciar cambios sociales positivos y duraderos: 

“A partir de la semilla que le dimos, él generó más semilla y se comprometió a facilitarla a otros productores. La influencia que él ha tenido en su comunidad ha sido alta porque su parcela es punto de reunión de otros productores y muchos ya lo han tomado como un modelo a seguir, porque además don José Luis les insiste mucho en que hacer las cosas diferente sí da buenos resultados. Con él, por ejemplo, estamos haciendo unas prácticas de selección de semillas nativas que es algo de su interés”, menciona Jonatan Villa. 

“Mi idea es mejorar la semilla de siembra porque antes sembrábamos rústicamente y ahorita ya viendo esto queremos tener, aunque sea en poco terreno, más maíz, más abundante. Ahorita estamos empezando a marcar las plantas para que cuando ya se sequen veamos cuál es la que resistió, la que salió mejor y podamos sacar de ahí la semilla mejorada. También pensamos seguir con el girasol y los otros cultivos. Yo veo esto bastante útil todo para mi casa, mi hogar. Y pues, ojalá se enamoren más las personas en querer participar. Poco a poquito vamos a tratar de irlos involucrando”, finaliza don José Luis. 

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La Milpa Intercalada con Árboles Frutales y el legado de los pueblos indígenas

Oaxaca.- En el mundo hay más de 476 millones de indígenas —lo que representa el 6.2% de la población mundial— que son poseedores de la mayor diversidad cultural de la humanidad. Por sus vínculos ancestrales con la tierra y con los recursos naturales de donde viven, son fundamentales en la comprensión y el cuidado del medioambiente. 

Lamentablemente, la desigualdad, la pobreza, la enfermedad, la discriminación y la inseguridad alimentaria y financiera siguen siendo parte de la cotidianidad de muchos pueblos indígenas, lo cual pone en riesgo la herencia cultural de la especie humana porque, además, los pueblos indígenas cuentan con un sistema de conocimientos único que se transmite, muchas veces, solo en el marco de la comunidad y mediante la tradición oral. 

El Día Internacional de los Pueblos Indígenas (9 de agosto) es una oportunidad para revalorizar la herencia cultural indígena y para preservar su legado que, en el caso de México, incluye importantes aportaciones a los sistemas agrícolas. El sistema de Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), por ejemplo, es una práctica sustentable sustentada en los conocimientos de los pueblos originarios mexicanos. 

El sistema MIAF es una práctica estructurada por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y optimizada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT. En la base de este sistema están los saberes tradicionales de agricultores indígenas de Huejotzingo, Puebla, donde ha sido muy útil para la agricultura en laderas de ese estado y de varios más del sur-sureste mexicano. 

En Oaxaca, por ejemplo, el MIAF ha sido adoptado por muchas comunidades indígenas en las regiones Mixe y Mazateca donde ha sido promovido por la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) —colaborador del Hub Pacífico Sur del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en ese estado—. 

El territorio donde la AMDSL y el CIMMYT promueven el MIAF se caracteriza por tener pendientes pronunciadas —son terrenos de laderas de más del 30 % de pendiente—, de manera que las tierras de cultivo son susceptibles a distintos tipos de erosión y además la mecanización se torna compleja. Gracias al MIAF, sin embargo, se han registrado notables mejorías en los sistemas de producción locales.

En pequeñas parcelas de los municipios de Tamazulapam del Espíritu Santo y Santa María Teopoxco, por ejemplo, se ha manejado el sistema MIAF —con durazno y aguacate— por más de 10 años y a partir de 2014 se incorporó la Agricultura de Conservación. En conjunto, la sinergia de estos dos sistemas ha sido positiva para los agricultores debido a que han disminuido los costos de producción de la milpa, se ha garantizado la seguridad alimentaria, además de incrementar paulatinamente la fertilidad del suelo y generar ingresos extras por la venta de fruta.

Aunque parecería un proceso lineal y simple, detrás de estos logros hay un trabajo intensivo en las plataformas de investigación Teopoxco y Tamazulapam del Espíritu Santo, cuyos datos permiten confirmar la pertinencia de implementar MIAF y Agricultura de Conservación: en la plataforma de Teopoxco el rendimiento del maíz (calculado con datos de cuatro años y considerando 60% de la superficie, debido a que es el área efectiva que ocupan los granos básicos en el sistema MIAF) ha sido superior al consumo anual por familia (que es de 1.2 toneladas al año), siendo los tratamientos con cero labranza los que arrojan mejores resultados, a diferencia de los tratamientos de labranza convencional donde el rastrojo es removido, los cuales no alcanzan a cubrir las necesidades del consumo familiar. 

En cuanto a la plataforma en Tamazulapam del Espíritu Santo, el rendimiento de maíz blanco en los cuatro años considerados para el análisis fue superiores en los tratamientos con cero labranza, destacando además que en los dos últimos años de estudio, el efecto de la rotación con leguminosas impactó positivamente en el rendimiento de maíz en ambos tipos de labranza (convencional y cero labranza) (figura 1). 

Figura 1. Rendimiento de grano en Tamazulapam del Espíritu Santo, Oax. MD= Milpa Descanso, ML= Milpa Leguminosa, LC= Labranza Convencional, CL= Cero Labranza, R= remover rastrojo, P= parcial rastrojo, F1= 80-00-00, F2= 120-90-00, Ca= Cal dolomita 4 t ha-1. El año 2017 no hubo registro de información debido a problemas comunales.

 

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Fallece importante investigador y promotor del sistema MIAF

Veracruz.- La presente misiva es un sencillo, pero sincero reconocimiento a la gran labor del maestro Andrés Zambada Martínez quien, como investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), contribuyó al extensionismo en México y a la gestión de las innovaciones en la región de Los Tuxtlas, Veracruz. 

En Los Tuxtlas, difundió y fomentó la adopción de la tecnología agroecológica denominada Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) entre pequeños productores de ladera. Estos productores le siguieron para aprender de él y adoptaron la tecnología que les permitió conservar sus suelos e incidir positivamente en sus familias y comunidades. Hoy, parte del legado del maestro Zambada vive en estos productores. 

Ingeniero en Ciencias Agrícolas y maestro en Desarrollo Económico y Social, el maestro Zambada tuvo un interés constante por  la investigación y el apoyo a los pequeños productores. En 2019, a través de la Organización para el Desarrollo Comunitario (ODECO), se vinculó con el CIMMYT para fungir como responsable científico de la plataforma de investigación en San Andrés Tuxtla, desde donde siguió promoviendo el sistema MIAF y también la Agricultura de Conservación.

El equipo del Hub Pacífico Sur y Golfo Centro despedimos al maestro Andrés Zambada Martínez, valioso integrante de la red de plataformas de investigación y expresamos a su familia y amigos nuestro más sentido pésame, esperando que reciban pronta paz: «La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos», Cicerón.


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Con milpa y frutales disminuyen hasta 80% la erosión del suelo

La región de Los Tuxtlas, Veracruz, se caracteriza por la producción agrícola de temporal y por una ganadería extensiva, destinada mayormente a la alimentación familiar y de la comunidad. Esto ha contribuido significativamente a la deforestación y al deterioro de los suelos. Además, la topografía accidentada, el manejo inadecuado del suelo y el efecto de la lluvia propician la  degradación de los recursos naturales en los ecosistemas ubicados en laderas de esa región. 

El manejo convencional de los productores de la región de Los Tuxtlas (que consiste principalmente en el uso intensivo del suelo, la quema de residuos, el control químico de plagas y malezas, y el monocultivo) ha favorecido que haya rendimientos menores de dos toneladas por hectárea de maíz por ciclo de cultivo; disminución de la fertilidad del suelo; pérdidas de suelo por erosión de hasta 200 toneladas por hectárea al año; y producción de altas cantidades de sedimentos en los escurrimientos (los cuales azolvan cuerpos de agua y afectan la pesca). 

El sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) es una alternativa para los productores de Los Tuxtlas. El sistema fue desarrollado en terrenos planos de la zona templada del país para hacer un uso óptimo del suelo en tiempo y espacio —la práctica fue estructurada desde hace alrededor de treinta años por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y mejorada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional—; en terrenos de ladera del trópico húmedo de México funciona como un sistema agroforestal que integra cultivos básicos, árboles frutales tropicales y forestales, los cuales proporcionan beneficios en el corto, mediano y largo plazos. 

El sistema MIAF también integra componentes tecnológicos de la terraza de muro vivo, como la roturación unidireccional del suelo (con tracción animal o mecánica al contorno de la ladera para favorecer la formación paulatina de una terraza) y el filtro de escurrimientos que consiste en colocar en la parte alta de la hilera de frutales un cordón o camellón con residuos de cosecha de maíz, frijol, o ramas eliminadas en la poda de los árboles.

Gracias a los trabajos realizados en la plataforma de investigación de Los Tuxtlas —en el marco del programa MasAgro de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —, se encontró que en terrenos de ladera manejados de manera convencional se pierden 35.5 kg de suelo por cada kilogramo de grano de maíz producido. En cambio, con la tecnología de terrazas de muro vivo  (base para el diseño del sistema MIAF en laderas) solamente se pierden 0.40 kg de suelo. 

Resultados de investigaciones recientes en la plataforma también aportan nuevas evidencias de los beneficios del sistema MIAF como tecnología agroecológica particularmente útil para la agricultura de temporal en laderas. Entre estos beneficios están la reducción de hasta 46% de los escurrimientos; la disminución de la erosión hasta en 80%; la reducción de la fuga de nitrógeno en 73.4%, la de fósforo en 49.2%, la de potasio en 49.33%, la de calcio en 82.35% y la magnesio en 76.2% (en comparación con el manejo convencional).

Las experiencias de difusión y promoción del sistema MIAF en Los Tuxtlas indican que se trata de una tecnología con amplios beneficios, pero que puede resultar compleja para algunos productores, por lo que  se requiere de un constante acompañamiento técnico al menos los primeros dos años. Actualmente, en la plataforma de investigación se estudian mecanismos más especializados del sistema, tales como  la colocación de filtros de escurrimiento y la roturación del suelo. 

Por: Andrés Zambada Martínez, Víctor Manuel Mejía Rodríguez y Sofonías Domínguez Azamar, Odeco

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La milpa, tradición que impulsa el futuro

México.- La milpa es un ecosistema creado por las sociedades mesoamericanas que ha persistido, muy probablemente, por cerca de 5 mil años. Se trata de un fenómeno cultural y tecnológico dinámico, basado en el cultivo de maíz en conjunto con otras especies (policultivo). Su flexibilidad y eficiencia han inspirado el diseño de sistemas agrícolas más sustentables en todo el mundo.

Para hablar de este tema, la tercera sesión de la jornada de conversatorios Platiquemos de Maíz —organizada por Fundación Tortilla y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— convocó al doctor Santiago López Ridaura, científico del CIMMYT que se ha enfocado al análisis de sistemas agrícolas para orientar el diseño y selección de las intervenciones tecnológicas y de políticas apropiadas en el ámbito agrícola.

El doctor López Ridaura habló de los tres cultivos que tradicionalmente están asociados al sistema milpa: maíz, frijol y calabaza (conocidos como las tres hermanas). No obstante, el especialista enfatizó en que la flexibilidad y la diversidad del sistema son tales que el policultivo puede integrarse con una gran variedad de leguminosas, tubérculos, flores y otras especies vegetales, incluidos los árboles frutales —sistema conocido como Milpa Intercalada con Árboles Frutales, que es muy útil para la agricultura en laderas—.

El científico del CIMMYT hizo referencia a diversos estudios que muestran los amplios beneficios de la milpa. Uno de ellos es que se puede obtener un mayor rendimiento en un área sembrada como milpa que de un área equivalente, sembrada en monocultivo (Tasa de Tierra Equivalente). En condiciones experimentales en Tlaxcala, México, —por ejemplo— se ha encontrado que la asociación de maíz-frijol-calabaza puede producir entre 60% y 90% más que sus monocultivos.

Lo anterior, explicó el doctor López Ridaura, se debe a que la milpa favorece al menos dos grandes mecanismos en los cultivos: uno de facilitación (que se expresa de diversas maneras, una de ellas cuando el maíz brinda soporte físico para el crecimiento del frijol) y otro de competencia (este, por ejemplo, permite que las raíces de los cultivos exploren más ampliamente el suelo, favoreciéndose así su nutrición).



Además de estos, durante el conversatorio se abordaron temas como los beneficios ambientales y agronómicos de la milpa, la contribución del sistema para la generación de dietas nutritivas y variadas, los distintos experimentos y prácticas de asociación de cultivos basados en la milpa —como el sistema de “atracción-expulsión”, desarrollado y ampliamente aplicado en África—, así como algunos proyectos relevantes para el fortalecimiento del sistema, como Buena Milpa en Guatemala, Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, entre otros.  

La jornada de conversatorios Platiquemos de Maíz es un esfuerzo conjunto de la Fundación Tortilla y el CIMMYT para acercar el conocimiento científico con la sociedad. Las sesiones se transmiten todos los martes (hasta el 1 de diciembre) a las 6 pm a través de la página de Facebook de Fundación Tortilla y el canal de YouTube de ACCIMMYT.