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Presentación de resultados de la Red Colaborativa de Evaluación 2019

Conscientes de que el sector agrícola es prioritario para México, la Red de Semilleros MasAgro no aminora el paso. Representantes de distintas compañías semilleras mexicanas, sector agroindustrial, instituciones públicas de investigación y del Programa Global de Maíz del CIMMYT se reunieron virtualmente el pasado 30 de junio para presentar los resultados de la Red de Evaluación 2019, en donde lograron sembrarse más de 130 localidades en México y 18 en América Central.

Bajo la coordinación del CIMMYT, la red colaborativa de más de 70 empresas semilleras mexicanas, instituciones públicas nacionales y colaboradores de América Central, evalúan en diferentes mega ambientes de México y del trópico centroamericano, variedades e híbridos de maíz de alto rendimiento, resistentes a enfermedades y tolerantes a los efectos del ambiente.

El desarrollo de semillas mejoradas de este grano es prioritario para el incremento de la producción, mismo que se logra principalmente por la selección de híbridos competitivos, con semillas de alta calidad y el manejo agronómico adecuado que permita la expresión de su potencial genético. Es de resaltar que los colaboradores de la red cubren los costos de los ensayos que conducen y se benefician de la información que se genera en todas las localidades.

“En México, se cultiva semilla de maíz mejorado en 4.4 millones de hectáreas del total de 7.6 millones de hectáreas destinadas al maíz. Como resultado de las iniciativas públicas y privadas, el Consorcio ocupa el 21% del valor en dinero del mercado de semilla mejorada”, comentó Arturo Silva, líder de Sistemas de Semillas de Maíz para América Latina.

Los datos colectados por la red permitieron al Comité de Avance de Productos seleccionar cinco nuevos híbridos del CIMMYT que pasan a Sistemas de Semillas para incrementar la semilla básica y hacer investigación de la producción de sus semillas. Sin embargo, los participantes de la red disponen también de los datos y pueden hacer su propia selección de híbridos con adaptación específica a ambientes de su interés comercial, así mismo, los colaboradores que incluyeron sus propios productos tienen información de su competitividad versus testigos comerciales y los híbridos del CIMMYT.

Por otro lado, la información de 24 localidades de ensayos agronómicos, en donde se evalúan híbridos comerciales bajo distintas densidades y fechas de siembra, es clave para la toma de decisiones sobre la continuidad en el mercado, recomendaciones de manejo y/o zonas de producción de híbridos del CIMMYT y propios de las empresas participantes.

Entre los éxitos del programa MasAgro, la Red Colaborativa de Evaluación es uno de los más destacados, ya que logró coordinar empresas con tamaños y experiencia en la conducción de ensayos muy diferentes, pero con el mismo propósito de generar datos confiables que puedan ser de utilidad para todos, poniendo a un lado que son competidores en el mercado de semilla y trabajando como aliados en la obtención de datos de excelente calidad.

Ahora que se presentan nuevos retos, en el CIMMYT tenemos la certeza que, con base en lo aprendido en estos años, saldremos fortalecidos y esta red vital tendrá continuidad para la sostenibilidad de empresas mexicanas y del resto de América Latina.

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Joven innovador impulsa la producción y el consumo de maíz nativo mexicano

José Esteban Sotelo Mariche es originario de la costa de Oaxaca, México. Es ingeniero agrónomo de la Universidad Autónoma Chapingo y está certificado en seguridad alimentaria y desarrollo rural. Actualmente, trabaja con pequeños productores de maíz nativo, a quienes ayuda a producir de una manera sostenible para comercializar en los mercados locales e internaciones. José Esteban recibió recientemente el Premio de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina en la categoría de Agente de Cambio por su participación en este trabajo.

Los premios, son una iniciativa del Programa de Investigación de Maíz del CGIAR (MAIZE), que busca reconocer las contribuciones de mujeres y hombres jóvenes que están implementando innovaciones en los sistemas agroalimentarios en maíz de América Latina. Esta es la tercera entrega de los premios, después de Asia en octubre de 2018 y en África en mayo de 2019. La ceremonia de entrega de los premios tuvo lugar en la XXIII Reunión Latinoamericana de Maíz en Montería, Colombia, el 9 de octubre de 2019.

José Esteban Sotelo Mariche (al centro), recibe el Premio de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina de parte de los científicos del CIMMYT Luis Narro (a la izquierda) y Félix San Vicente (a la derecha). (Foto: Carlos Alfonso Cortes Arredondo/CIMMYT)

P: ¿Cual fue tu inspiración para dedicarte a la agricultura?

R: Me inspiró el ser parte de una familia dedicada al campo en mi estado natal, Oaxaca, donde me han inculcado el amor a la tierra y las plantas.

La agronomía me pareció importante por ser la encargada de garantizar la producción de alimentos que se sirven en la mesa de los mexicanos, además de proyectar la mejora y eficiencia de los procesos productivos.

P: Describe tu innovación.

R: Mi innovación se fundamenta en el fortalecimiento de la cadena productiva de maíz nativo en el estado de Oaxaca y la integración del Centro de Validación y Transferencia de Tecnología Rural como un espacio donde se brinda asistencia técnica y capacitación a los pequeños productores, además de validar cultivos resistentes a la sequía que harán un mejor frente al cambio climático.

Jose Esteban Sotelo Mariche trabaja para ayudar a los pequeños agricultores en la producción de maíz nativo en México. (Foto: Aportación)

En 2014, constituí la sociedad Integradora Agroempresarial del Rio Verde S.P.R. de R.I. con la finalidad de impulsar la producción, generación de valor agregado y comercialización de productos agropecuarios, la cual, actualmente, agrupa a más de 80 productores indígenas mixtecos, chatinos y afromexicanos.

A finales de 2016, firmé un convenio comercial con la empresa Masienda para distribuir micro lotes de maíces nativos a restaurantes de alta especialidad y gourmets ubicados en ciudades norteamericanas.

Actualmente, trabajo en impulsar el fortalecimiento del consumo a nivel local, a través de la venta de tortillas, tostadas, chips u otros derivados en los principales sitios turísticos de la región y la apertura de un espacio gastronómico y comercial dedicado al maíz nativo y la diversidad del sistema milpa.

La actividad más reciente en la que me he desempeñado es la integración del Centro de Validación y Transferencia de Tecnología Rural en colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, la Universidad Autónoma Chapingo, el Instituto Tecnológico de Pinotepa, la Universidad de la Costa y otras organizaciones de productores, con quienes evaluamos sistemas de agricultura de conservación, uso eficiente del agua y agroforestería. Así mismo, este espacio sirve para actividades de capacitación y asistencia técnica para integrantes de la sociedad y agricultores de la región.

P: ¿Cómo te sientes al haber sido nombrado uno de los ganadores de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina?

R: Es un honor ser parte de este espacio y poder conocer a diferentes investigadores, productores, y especialistas en maíz de América Latina y a su vez, poder contribuir con las futuras generaciones en el tema del cambio climático y una agricultura responsable.

P: ¿Qué consejo le darías a otros jóvenes interesados en la agricultura?

R: La agricultura es la base de nuestro futuro. Creo que los jóvenes de Latinoamérica tienen la oportunidad para ayudar a sus países a combatir la falta de alimentos y el cambio climático. Un joven que hoy tiene entre 15 o 20 años, en 2050 será un adulto mayor que no se encontrará en las mismas circunstancias de disponibilidad de alimentos, agua, clima y oportunidades si no hace algo ahora. En los jóvenes esta la responsabilidad del futuro que le vamos a dejar a las siguientes generaciones y, por lo tanto, la energía de la juventud se debe concentrar en un mundo que tenga alimentos, agua, biodiversidad, una agricultura eficiente y con responsabilidad ambiental, y una economía equitativa y de impacto social.

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El joven innovador Carlos Barragan García implementa sistemas sustentables de maíz para pequeños productores

Carlos Barragan García trabaja en la fertilidad del suelo y el desarrollo de modelos de negocio incluyentes de pequeños productores que atiendan cadenas cortas agroalimentarias. Estudió la ingeniería en agroecología en la Universidad Autónoma Chapingo y es colaborador del proyecto MasAgro en el estado de Oaxaca, México, donde trabaja adaptando sistemas de producción a pequeña escala al cambio climático. Carlos recibió recientemente el Premio de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina en la categoría de Agente de Cambio por su participación en este trabajo.

Los premios, una iniciativa del Programa de Investigación de Maíz del CGIAR (MAIZE), buscan reconocer las contribuciones de mujeres y hombres jóvenes que están implementando innovaciones en los sistemas agroalimentarios basados en maíz de América Latina. Esta es la tercera entrega de los premios, después de la entrega en Asia en octubre de 2018 y la entrega en África en mayo de 2019. La ceremonia de entrega de los premios tuvo lugar en la XXIII Reunión Latinoamericana de Maíz en Montería, Colombia, el 9 de octubre de 2019.

Carlos Barragan García (al centro), recibe el Premio de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina de parte de los científicos del CIMMYT Luis Narro (a la izquierda) y Félix San Vicente (a la derecha). (Foto: Carlos Alfonso Cortes Arredondo/CIMMYT)

P: ¿Cual fue tu inspiración para dedicarte a la agricultura?

R: Mi bisabuelo era campesino, el sembraba en un pueblo que se llama Zapotitlán Salinas, en el estado de Puebla, México, que es un pueblo semiárido. Recuerdo que en los últimos años de su vida su producción se veía afectada de alguna manera y no lograba cosechar nada a diferencia de cuando yo era niño e íbamos al campo a desgranar maíz y comer elotes, en esos tiempos había mayor producción.

Yo siempre he creído que se puede mejorar y pensé que no era justo que mi abuelo —que toda su vida se había dedicado a la agricultura— al final no tuviera la felicidad de cosechar como lo hacía antes.

Varios de mis compañeros de secundaria y yo entramos a la Universidad Autónoma Chapingo, y yo elegí estudiar agroecología con la esperanza de poder ayudarle a mi abuelo a mejorar sus sistemas de producción.

Cuando ya tenía conocimientos en agronomía, visitaba a mi abuelo y le hacía recomendaciones para mejorar su producción. En ocasiones, no las aceptaba porque no le parecían viables, le parecían costosas. Fue por eso que decidí cambiar mi enfoque por uno que ayudara a los agricultores a trabajar con alternativas menos costosas y con las que pudieran obtener algún otro beneficio en el proceso.

Carlos Barragan García en el campo. (Foto: Aportación)

P: Háblanos de tu innovación.

R: Mi innovación se debe al trabajo que he desarrollado desde hace un par de años con el Hub Pacifico Sur en México. La innovación consiste en adaptar sistemas de producción de pequeña escala al cambio climático fortaleciendo la fertilidad de los suelos con la diversificación y rotación de cultivos para lograr un incremento sostenible en la producción de maíz a mediano plazo.

En 2016 empezamos a trabajar con maíces nativos en los Valles Centrales de Oaxaca, en donde la mayoría de la agricultura es tradicional, hay bajo uso de insumos y se ha ido perdiendo la fertilidad del suelo, así que a partir del 2017 comenzamos a promover rotaciones con leguminosas a través del establecimiento de vitrinas de cultivos, en las cuales se sembraron franjas de leguminosas y gramíneas y se llevó a cabo un evento demostrativo con productores en la etapa de llenado de grano para que evaluaran el desempeño de cada cultivo. En 2018 buscamos otras alternativas de cultivos que nos ayudaran a aportar fosforo del suelo y probamos soya, girasol y canola.

Hay productores con los que hemos colaborado desde 2016 y han logrado pasar de los 600 kg de maíz criollo blanco raza bolita hasta 4 ton/ha. y 2.5 ton/ha. de maíz amarillo o negro raza bolita. Además de obtener un segundo cultivo como garbanzo, girasol, canola, frijol, calabaza, amaranto, veza, tritricale, trigo y alverja, cada productor hace un manejo diferente.

En Oaxaca, una de las principales producciones es la del maíz blanco, pero los maíces pigmentados tienen antioxidantes como la antocianina. Comenzamos a trabajar con maíces pigmentados para mejorar la alimentación de las familias con las que colaboramos. Sin embargo, no había posibilidad de colocar los excedentes de producción de maíces de colores en el mercado y al buscar compradores nos ofrecían condiciones de compra que no eran atractivas al productor. Posteriormente, nos vinculamos con la Unión de Productores de Traspatio Oaxaqueño SPR de RL que tenía la intención de hacer un modelo de negocio incluyente de pequeños productores de maíces nativos. En 2019, establecieron la primera tortillería de maíces nativos Xúb Maíz en la ciudad de Oaxaca de Juárez. Cinco productores con lo que trabajamos tienen excedentes de producción y comenzaron a venderle a la tortillería su maíces blancos y pigmentados. Eso ha motivado a que más productores se animen a innovar para mejorar de manera sostenible sus rendimientos.

P: ¿Cómo te sientes al haber sido nombrado uno de los ganadores de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina?

R: Me siento muy agradecido con la vida. He reflexionando el hecho de estar aquí en Colombia, en la Reunión Latinoamericana del Maíz y el IV Congreso de Semillas y ser considerado uno de los ganadores de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz – América Latina y sé que soy muy afortunado. Muchas personas con las que estudie la primaria no terminaron una carrera universitaria y los que sí lo hicieron, algunos no tienen la dicha de trabajar haciendo lo que les gusta; yo tengo la posibilidad de trabajar haciendo lo que me gusta con el apoyo de mi familia, amigos y colegas que me han hecho crecer profesionalmente para poder ofrecerle mejores alternativas a los agricultores. Me siento contento de estar aquí y escuchar a científicos con bastantes años de experiencia en la producción de maíz hablar sobre su trabajo en América Latina. Me llevo muchos aprendizajes y ganas de probar lo que se ha presentado a lo largo de estos días.

Carlos Barragan García presenta su innovación en la ceremonia de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina en la XXIII Reunión Latinoamericana de Maíz en Montería, Colombia. (Foto: Carlos Alfonso Cortes Arredondo/CIMMYT)

P: ¿Qué consejo le darías a otros jóvenes interesados en la agricultura?

R: Existe una gran demanda de alimentos y es necesario que los jóvenes se involucren para que sean ellos los científicos, los ingenieros y los productores que a mediano plazo alimenten al mundo.

Por otro lado, me parece importante mencionar que, si se tratan de jóvenes mujeres, deben saber que en México ha habido demasiada migración de hombres, y cada vez son más las mujeres que trabajan el campo. Es necesario que las mujeres participen cada vez más en los sistemas de producción. Las mujeres necesitan empoderarse más para que juntos trabajemos por mejores sistemas e innovaciones que nos ayuden a alcanzar la meta de alimentar al mundo en 2050.

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El joven innovador Eduardo Cruz Rojo usa métodos de control biológicos para mitigar el gusano cogollero

Eduardo Cruz Rojo no provenía de una familia de agricultores y nunca esperó trabajar en la agricultura. Sin embargo, este joven de 26 años, con un título en logística y originario de Alfajayucan, Hidalgo, México, ha podido ganar suficiente dinero de la agricultura para dejar su trabajo de oficina al emplear soluciones ecológicas innovadoras y sostenibles en su campo de maíz para reducir las plagas y aumentar los rendimientos —y está ayudando a otros agricultores de su comunidad a hacer lo mismo. Eduardo recibió recientemente el Premio de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina en la categoría de Agricultor por su participación en este trabajo.

Los premios, una iniciativa del Programa de Investigación de Maíz del CGIAR (MAIZE), buscan reconocer las contribuciones de mujeres y hombres jóvenes que están implementando innovaciones en los sistemas agroalimentarios basados en maíz de América Latina. Esta es la tercera entrega de los premios, después de la entrega en Asia en octubre de 2018 y la entrega en África en mayo de 2019. La ceremonia de entrega de los premios tuvo lugar en la XXIII Reunión Latinoamericana de Maíz en Montería, Colombia, el 9 de octubre de 2019.

Eduardo Cruz Rojo (al centro), recibe el Premio de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina de parte de los científicos del CIMMYT Luis Narro (a la izquierda) y Félix San Vicente (a la derecha). (Foto: Carlos Alfonso Cortes Arredondo/CIMMYT)

P: Cuéntanos sobre tu innovación.

R: La innovación en la que estoy trabajando involucra el uso de métodos de control biológico, como trampas de feromonas para controlar al gusano cogollero y el uso de lombricomposta para mejorar el suelo.

El gusano cogollero es una plaga que afecta en gran medida al maíz en todo el mundo: es nativo de América y se extendió a África en 2016 y Asia en 2018. Es una de las peores plagas que afectan al maíz en mi estado natal, Hidalgo, y puede afectar hasta el 50% de la cosecha. Solíamos aplicar productos químicos en los campos dos veces al año para controlarlo, lo cual era muy costoso y puede ser dañino para el medio ambiente. Solicitamos asesoramiento a los técnicos del Hub Valles Altos del proyecto MasAgro, una iniciativa conjunta entre el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México (SADER). Nos recomendaron a los agricultores locales que usáramos trampas de feromonas como métodos de control biológico para las plagas, y tres de nosotros decidimos probarlo para reducir costos, depender menos de los químicos y proteger el medio ambiente.

Hice las trampas de feromonas solo cortando agujeros en tres lados de una vieja jarra de agua. Colocas la jarra en un poste, cuelgas el cebo de feromona en medio y llenas el fondo con agua jabonosa. Las polillas adultas de gusano cogollero son atraídas por el cebo de feromonas, entran en las trampas y posteriormente, se ahogan en el agua jabonosa.

En el primer año, en 2015, usamos las trampas principalmente para monitorear de dónde venían las plagas. Instalamos las trampas cuando el maíz ya había crecido y fue demasiado tarde para obtener un mejor resultado. El segundo año instalamos las trampas de feromonas solo cinco días después de la siembra, ¡y pudimos controlar el daño causado por el gusano cogollero hasta en un 90-95%! Desde entonces, hemos usado las trampas todos los años y no hemos tenido más problemas con el gusano cogollero en nuestros campos de maíz, además, nos pudimos liberar de comprar y usar productos químicos cada año. Por el mismo precio de una sola aplicación de químicos, puedes crear tus propias trampas que durarán al menos dos años.

Ahora, cada vez que los agricultores vecinos caminan por nuestros campos siempre nos preguntan «¿qué es eso?» o «¿qué estás haciendo?» Les explicamos qué son las trampas de feromonas y cómo funcionan, y al menos 10 agricultores locales han comenzado a usarlas en sus propios campos con buenos resultados.

Eduardo presenta su innovación en la ceremonia de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina en la XXIII Reunión Latinoamericana de Maíz en Montería, Colombia. (Foto: Carlos Alfonso Cortes Arredondo/CIMMYT)

P: Tu experiencia rompe el estereotipo en el que los jóvenes no están interesados en la agricultura como carrera — de hecho, tú la persigues de manera seria. ¿Cuál fue tu inspiración?

R: Nadie más en mi familia se dedica a la agricultura, yo soy el primero en hacer esto. Comencé criando ovejas, y cuando vi cuánto necesitaban comer me sentí inspirado a cultivar mi propio maíz y alfalfa para alimentarlos.

Soy el más joven de seis hermanos. Todos mis hermanos mayores se vieron obligados a emigrar a los Estados Unidos para trabajar debido a las presiones económicas y yo me quedé para cuidar a mis padres. Sin embargo, al usar mejores métodos de producción, la agricultura ha sido rentable para mí, y es la razón por la que seré el primero en mi familia que no tendrá que migrar.

Cuando terminé la universidad, comencé a trabajar en una oficina en la ciudad de Querétaro, México, pero siempre había soñado con tener algo propio. Empecé a ahorrar y por casualidad me encontré con un amigo que es agrónomo. Me invitó a trabajar con él, y el resto es historia.

Realmente disfruto ser agricultor. Me emociona mucho la época de la cosecha y ver todo lo que ha crecido, todo lo que pude lograr. Además del maíz, también cultivamos alfalfa, chiles y avena, pero realmente ha sido el maíz el que ha sido rentable. Incluso tenemos nuestro propio campo experimental. Realmente me gusta implementar innovaciones en mi campo porque eso es lo que me ha permitido ganarme la vida con la agricultura.

P: ¿Cómo te sientes al haber sido nombrado uno de los ganadores de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina?

R: Me siento orgulloso de mi trabajo y el de mi equipo, también me siento orgulloso de que sea reconocido. Ha sido una experiencia increíble poder visitar otro país y ver el mundo desde otra perspectiva.

P: ¿Qué consejo le darías a otros jóvenes interesados en la agricultura?

R: Me gustaría que más jóvenes vean que pueden ganarse la vida con la agricultura si realmente se dedican a ello. La parte más importante es adoptar buenas prácticas agrícolas y abandonar las malas, como la quema de residuos de cultivos o el uso excesivo de productos químicos, que pueden dañar el suelo y contaminar el agua.

Si implementan buenas prácticas y cambian la forma en que hacen las cosas, pueden lograr mejores rendimientos. Esta es una oportunidad para que jóvenes como yo obtengan mejores ingresos, echen raíces y no se vean obligados a emigrar.

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Comunicados de prensa

Con la vinculación de todos los productores, México tendrá rol protagónico en agricultura: Víctor Villalobos Arámbula

Texcoco, Estado de México.- México seguirá destacando en la agricultura y lo hará mejor en la medida en que acerquemos a todos los productores del norte, centro y sur, atendiendo sus diferentes necesidades; esto representará una mejor oportunidad de aprovechar la diversidad y los recursos naturales con los que cuenta el país.

El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene muy claro que todos los agricultores son importantes, que abonan y aportan a lo que es y será México en materia agroalimentaria, sin embargo, hoy tenemos que saldar esa deuda que se ha postergado y atender a los productores más necesitados del país, afirmó el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula.

Esto será sin menoscabo, sin sacrificar ni mucho menos dejar de lado todo lo que se ha generado como país, lo estamos haciendo reconociendo el esfuerzo de los agricultores en la producción de alimentos.

Durante su participación en la presentación de resultados del Programa MasAgro y su alineación con el Plan Nacional de Desarrollo (PND), el funcionario federal apuntó que hay una amplia diversidad de agricultores, por lo que se requieren políticas diferenciadas con esquemas y alternativas para atender sus necesidades.

“Reconocemos que todos los agricultores y agriculturas del país son importantes, todos los productores forman parte de este potencial de lo que ahora es México en términos de la agricultura, no podemos pensar en el futuro si no reconocemos a los agricultores de todo el territorio nacional que transforman los recursos (agua y suelo) en alimentos y aportan a la seguridad alimentaria del país y de otros países”, indicó.

Precisó que los tres pilares principales y las bases fundamentales en la agricultura en esta nueva administración son: incremento a la producción, con la aplicación de la innovación y las tecnologías; la sustentabilidad, a través del manejo responsable de los recursos naturales, y la inclusión de todos los productores, “lo que embona perfectamente con el trabajo desarrollado con MasAgro para una agricultura productiva y de conservación.

En el evento, realizado en las instalaciones del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el secretario Víctor Villalobos aseguró que la visión de la Secretaría, al igual que MasAgro, es incorporar todas estos conocimientos, tecnologías y prácticas, así como administrar el recurso suelo y agua, con el objetivo de superar el reto que representa la adaptación de la agricultura al cambio climático.

“México abonó, aportó y lo seguirá haciendo, uno de los tres fundamentales fuentes de energía para toda la humanidad, el maíz, junto con el trigo y arroz, eso es México y su aportación al mundo”, aseveró.

Subrayó que es momento de grandes cambios, de tiempos de la innovación y de la construcción de una agricultura de este siglo; “lo peor que puede pasar es quedar estáticos, por lo que seremos promotores del cambio y lo vamos a hacer por el bien del sector, del país y de nuestros hijos”, acotó.

El director general del CIMMYT, Martin Kropff, aseguró que el Programa MasAgro reúne a todos los eslabones de las cadenas de valor en México, con el propósito de hacer que los sistemas de producción de granos básicos del país sean más productivos y sustentables, con lo que se mejora la calidad de vida de los productores y se fortalece la soberanía alimentaria.

En la presentación de los principales resultados de MasAgro, el director global de Desarrollo Estratégico y representante regional para las Américas del organismo internacional, Bram Govaerts, se refirió al Atlas Molecular del Maíz que México presentó al mundo en un evento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Describió esta aportación como “un verdadero bien público internacional que da acceso a usuarios de todo el mundo a los datos que facilitan el uso y aprovechamiento de la biodiversidad del maíz”.

Govaerts dijo que MasAgro protege y conserva la biodiversidad del maíz nativo mediante el desarrollo de decenas de ensayos de manejo agronómico y mejoramiento participativo en los que productores de comunidades marginadas del Estado de México, Michoacán y Oaxaca colaboran activamente en la selección de los maíces que desean cultivar.

En México, agregó, la caracterización de la diversidad genética del maíz ha dado origen a más de 60 nuevas variedades de alto rendimiento y capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático que comercializan más de 70 pequeñas y medianas empresas semilleras que participan en MasAgro.

MasAgro también ha entregado nuevas líneas de trigo al Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), organismo que ha liberado 18 nuevas variedades de este cereal en los últimos tres años. De éstas, los productores colaboradores del programa han obtenido 250 toneladas de semilla para sembrar en 2019 y contribuir al plan de autosuficiencia alimentaria y rescate del campo.

Por su parte, el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Bosco de la Vega Valladolid, informó que miembros de la asociación de productores que impulsan la Nueva Visión para el Desarrollo Agroalimentario de México (VIDA) participan en MasAgro.

“MasAgro también está alineado a la Visión 2030 del CNA, que promueve políticas públicas e intervenciones sociales viables, medibles y de alto impacto para promover el crecimiento del sector agroalimentario”, puntualizó

El CIMMYT informó que, en 2019, MasAgro ya cuenta con 43 plataformas de investigación, 92 módulos demostrativos establecidos con productores innovadores y más de tres mil áreas de extensión donde se producen maíz, trigo y cultivos asociados con prácticas intensivas sustentables.

Además, el Programa ha organizado 184 eventos de capacitación en los que han participado más de mil 700 asistentes y ofrecido entrenamiento a 249 técnicos para brindar asesoría a los productores y así aprovechar mejor los estímulos que ofrece el programa Producción para el Bienestar en todo el país.

En evento participaron la presidenta de la Fundación Borlaug, Julie Borlaug – nieta del promotor de la Revolución Verde, Norman Borlaug-; el subsecretario de Agricultura de la SADER, Miguel García Winder; el representante de Semilleras Novasen, Rafael Ochoa, y la productora Soledad Chávez Pineda, entre otros.