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Innovaciones en el fitomejoramiento

¿Qué es el fitomejoramiento?

Surgido en los últimos 120 años, el fitomejoramiento basado en la ciencia comienza por crear una nueva diversidad a partir de la cual se pueden identificar o formar nuevas variedades útiles. El enfoque más común consiste en realizar cruces dirigidos entre progenitores con rasgos complementarios y deseables. Después, se realiza una selección entre las plantas resultantes para obtener tipos mejorados que combinen los rasgos y el rendimiento deseados. Un enfoque menos común consiste en exponer los tejidos de las plantas a sustancias químicas o a radiaciones que estimulan mutaciones aleatorias del tipo que se producen en la naturaleza, creando diversidad e impulsando la selección natural y la evolución.

Determinados por los agricultores y los mercados de consumo, los rasgos objetivo del fitomejoramiento pueden incluir la mejora del rendimiento de los granos y los frutos, la resistencia a las principales enfermedades y plagas, la mejora de la calidad nutricional, la facilidad de procesamiento y la tolerancia a estreses ambientales como la sequía, el calor, los suelos ácidos, los campos inundados y los suelos infértiles. La mayoría de los rasgos son genéticamente complejos, es decir, están controlados por muchos genes e interacciones génicas, por lo que los mejoradores deben cruzar y seleccionar entre cientos de miles de plantas a lo largo de generaciones para desarrollar y elegir las mejores.

El fitomejoramiento en los últimos 100 años ha fomentado la seguridad alimentaria y nutricional de poblaciones en expansión, ha adaptado los cultivos a los cambios climáticos y ha contribuido a aliviar la pobreza. Junto con mejores prácticas agrícolas, las variedades de cultivos mejoradas pueden ayudar a reducir la degradación del medio ambiente y a mitigar el cambio climático derivado de la agricultura.

¿El fitomejoramiento es una técnica moderna?

El fitomejoramiento comenzó hace unos 10.000 años, cuando los humanos emprendieron la domesticación de especies ancestrales de cultivos alimentarios. Durante los milenios siguientes, los agricultores seleccionaron y volvieron a sembrar semillas de los mejores granos, frutos o plantas que cosecharon, modificando genéticamente las especies para su uso humano.

El mejoramiento moderno, basado en la ciencia, es una versión centrada, sistemática y más rápida de ese proceso. Se ha aplicado a todos los cultivos, entre ellos el maíz, el trigo, el arroz, las papas, los frijoles, la yuca y los cultivos hortícolas, así como a los árboles frutales, la caña de azúcar, la palma aceitera, el algodón, los animales de granja y otras especies.

Con el fitomejoramiento moderno, los especialistas empezaron a recopilar y preservar la diversidad de los cultivos, incluidas las variedades autóctonas seleccionadas por los agricultores, las variedades mejoradas y los parientes no domesticados de los cultivos. En la actualidad, cientos de miles de muestras únicas de diversos tipos de cultivos, en forma de semillas y esquejes, se conservan meticulosamente como catálogos vivos en docenas de «bancos» administrados públicamente.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) gestiona un banco de germoplasma que contiene más de 180.000 muestras únicas de semillas relacionadas con el maíz y el trigo, y la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, en la isla Spitsbergen en Noruega, conserva copias de seguridad de casi un millón de colecciones del CIMMYT y otros bancos.

Mediante análisis genéticos o el cultivo de muestras de semillas, los científicos rastrean estas colecciones para encontrar rasgos útiles. Los datos y las muestras de semillas de este tipo de iniciativas financiadas con fondos públicos se comparten entre los fitomejoradores y otros investigadores de todo el mundo. Las secuencias completas de ADN de varios cultivos alimentarios, como el arroz, el maíz y el trigo, están disponibles y ayudan mucho a los científicos a identificar diversidad novedosa y útil.

Gran parte de la mejora de los cultivos es internacional. A partir de sus propios programas de mejoramiento, el CIMMYT envía cada año medio millón de paquetes de semillas a unos 800 socios, entre los que se encuentran instituciones públicas de investigación y empresas privadas de 100 países, para el mejoramiento, los análisis genéticos y otras investigaciones.

Un trabajador del campo retira la flor masculina de una espiga de trigo, como parte de la polinización controlada en el mejoramiento. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)
Un trabajador del campo retira la flor masculina de una espiga de trigo, como parte de la polinización controlada en el mejoramiento. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)

Un siglo de innovaciones de mejoramiento genético

A principios del siglo XX, los fitomejoradores empezaron a aplicar los descubrimientos de Gregor Mendel, matemático y biólogo del siglo XIX, sobre la variación genética y la herencia. También empezaron a aprovechar la heterosis, comúnmente conocida como vigor híbrido, por la que la progenie de los cruces entre líneas genéticamente diferentes resultará más fuerte o productiva que sus parentales.

Los métodos estadísticos modernos para analizar los datos experimentales han ayudado a los fitomejoradores a comprender las diferencias en el rendimiento del mejoramiento; en particular, a distinguir la variación genética, que es heredable, de las influencias ambientales en la forma en que se expresan los rasgos parentales en las sucesivas generaciones de plantas.

Desde la década de 1990, los genetistas y fitomejoradores han utilizado marcadores moleculares (basados en el ADN). Se trata de regiones específicas del genoma vegetal que están vinculadas a un gen que influye en un rasgo deseado. Los marcadores también pueden utilizarse para obtener una «huella» de ADN de una variedad, para desarrollar mapas genéticos detallados y para secuenciar los genomas de las plantas de cultivo. Muchas aplicaciones de los marcadores moleculares se utilizan en el fitomejoramiento para seleccionar las progenies de los cruces de mejora que presentan el mayor número de rasgos deseados de sus parentales.

Los fitomejoradores normalmente prefieren trabajar con poblaciones «de élite» que ya han sido objeto de mejora y, por tanto, presentan altas concentraciones de genes útiles y menos indeseables, pero los científicos también introducen diversidad no de élite en las poblaciones de mejora para aumentar su resistencia y hacer frente a amenazas como nuevos hongos o virus que atacan a los cultivos.

Los transgénicos son productos de una tecnología de ingeniería genética, en la que se inserta un gen de una especie en otra. Una gran ventaja de esta tecnología para la mejora de los cultivos es que introduce únicamente el gen deseado, a diferencia de los cruces convencionales, en los que muchos genes no deseados acompañan al gen objetivo y pueden reducir el rendimiento u otros rasgos valiosos. Los transgénicos se utilizan desde los años 90 para implantar rasgos como la resistencia a las plagas, la tolerancia a los herbicidas o la mejora del valor nutricional. Las variedades de cultivos transgénicos se cultivan en más de 190 millones de hectáreas en todo el mundo y han aumentado las cosechas, incrementado los ingresos de los agricultores y reducido el uso de pesticidas. Los complejos requisitos normativos para gestionar sus posibles riesgos para la salud o el medio ambiente, así como la preocupación de los consumidores por dichos riesgos y el reparto equitativo de los beneficios, hacen que las variedades de cultivos transgénicos sean difíciles y caras de implantar.

Las técnicas de edición del genoma o de genes permiten modificar con precisión secuencias específicas de ADN, lo que hace posible aumentar, disminuir o desactivar la expresión de los genes y convertirlos en versiones más favorables. La edición de genes se utiliza principalmente para producir plantas no transgénicas, como las que surgen por mutaciones naturales. Este método puede utilizarse para mejorar los rasgos de las plantas controlados por un solo gen o por un pequeño número de ellos, como la resistencia a las enfermedades y la mejora de la calidad del grano o la nutrición. En muchos países aún se está definiendo si se deben regular los cultivos editados por genes y cómo hacerlo.

La tienda móvil de semillas de Victoria Seeds Company facilita el acceso a variedades mejoradas de maíz a los agricultores de aldeas remotas de Uganda. (Foto: Kipenz Films for CIMMYT)
La tienda móvil de semillas de Victoria Seeds Company facilita el acceso a variedades mejoradas de maíz a los agricultores de aldeas remotas de Uganda. (Foto: Kipenz Films for CIMMYT)

Algunos efectos del mejoramiento del maíz y el trigo

A principios de la década de 1990, una metodología del CIMMYT dio lugar a variedades de maíz mejoradas que toleran condiciones de sequía moderada en torno a la floración en entornos tropicales de secano, además de presentar otros valiosos rasgos agronómicos y de resiliencia. En 2015, casi la mitad de la superficie productora de maíz en 18 países del África subsahariana —una región en la que el cultivo proporciona casi un tercio de las calorías humanas, pero en la que el 65% de las tierras de maíz se enfrentan a sequías al menos ocasionales— se sembró con variedades procedentes de esta investigación de mejora, en colaboración con el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA, en inglés). Los beneficios anuales se estiman en 1.000 millones de dólares.

El mejoramiento intensivo para la resistencia a la necrosis letal del maíz (MLN), una enfermedad viral que apareció en África oriental en 2011 y se extendió rápidamente para atacar los cultivos de maíz en todo el continente, permitió la liberación en 2017 de 18 híbridos de maíz resistentes a la MLN.

Las variedades mejoradas de trigo desarrolladas con líneas de mejora del CIMMYT o del Centro Internacional de Investigación Agrícola en Zonas Áridas (ICARDA, en inglés) cubren más de 100 millones de hectáreas, casi dos tercios de la superficie sembrada con trigo mejorado en todo el mundo, con unos beneficios en grano añadido que oscilan entre 2.800 y 3.800 millones de dólares cada año.

La mejora de la resistencia a las devastadoras enfermedades y plagas de los cultivos ha ahorrado miles de millones de dólares en pérdidas de cosechas y ha reducido el uso de plaguicidas costosos y potencialmente dañinos. Un estudio de 2004 demostró que las inversiones realizadas desde principios de la década de 1970 en la mejora de la resistencia del trigo a la enfermedad fúngica de la roya de la hoja habían proporcionado beneficios en grano añadido por valor de 5.360 millones de dólares estadounidenses de 1990. La investigación mundial para controlar la enfermedad de la roya del tallo del trigo ahorra a los productores de trigo el equivalente de al menos 1.120 millones de dólares cada año.

Los cruces de trigo con cultivos afines (centeno) o incluso con hierbas silvestres —estos últimos conocidos como cruces amplios— han mejorado mucho la resistencia y la productividad del trigo. Por ejemplo, se calcula que una quinta parte de las líneas de mejora de trigo de élite en los ensayos internacionales de rendimiento del CIMMYT presentan genes de Aegilops tauschii, que aumentan su resistencia y proporcionan otros rasgos valiosos para proteger el rendimiento.

La biofortificación, es decir, el desarrollo de cultivos enriquecidos desde el punto de vista nutricional, ha dado lugar a más de 60 variedades de maíz y trigo cuyo grano ofrece una mejor calidad de proteínas o niveles más altos de micronutrientes como el zinc y la provitamina A. Las variedades de maíz y trigo biofortificadas han beneficiado a las familias de pequeños agricultores y a los consumidores de más de 20 países del África subsahariana, Asia y América Latina. Se ha demostrado que el consumo de maíz o camote enriquecidos con provitamina A reduce las deficiencias crónicas de vitamina A en los niños de África oriental y meridional. En India, los agricultores han cultivado una variedad de sorgo de alto rendimiento con niveles mejorados de hierro y zinc en el grano desde 2018 y el uso de mijo perla biofortificado con hierro ha mejorado la nutrición entre las comunidades vulnerables.

Las innovaciones en la medición de las respuestas de las plantas incluyen sistemas de teledetección, como cámaras multiespectrales y térmicas que vuelan sobre los campos de cultivo. En esta imagen de la estación experimental del CIMMYT en Obregón, México, las parcelas con estrés hídrico aparecen en verde y rojo. (Foto: CIMMYT y el Instituto de Agricultura Sostenible)
Las innovaciones en la medición de las respuestas de las plantas incluyen sistemas de teledetección, como cámaras multiespectrales y térmicas que vuelan sobre los campos de cultivo. En esta imagen de la estación experimental del CIMMYT en Obregón, México, las parcelas con estrés hídrico aparecen en verde y rojo. (Foto: CIMMYT y el Instituto de Agricultura Sostenible)

El futuro

Los mejoradores de cultivos han sentado las bases para llevar a cabo la selección genómica. Este enfoque aprovecha los marcadores moleculares de bajo costo que abarcan todo el genoma para analizar grandes poblaciones y permitir a los científicos predecir el valor de determinadas líneas de mejoramiento y cruces para acelerar las ganancias, especialmente para mejorar los rasgos genéticamente complejos.

El mejoramiento acelerado utiliza la duración del día prolongada artificialmente, las temperaturas controladas, la selección genómica, la ciencia de los datos, las herramientas de inteligencia artificial y la tecnología avanzada para registrar la información de las plantas —también llamada fenotipificación— para hacer el mejoramiento más rápido y eficiente. Una instalación de mejoramiento acelerado del trigo del CIMMYT cuenta con un invernadero con iluminación especializada, temperaturas controladas y otros elementos especiales que permitirán cultivar cuatro ciclos —o generaciones— al año, en lugar de sólo dos ciclos con los ensayos de campo normales. Las instalaciones de mejoramiento acelerado apresuran el desarrollo de variedades productivas y robustas por parte de los programas de investigación de cultivos en todo el mundo.

Análisis y gestión de datos: El cultivo y la evaluación de cientos de miles de plantas en diversos ensayos a través de múltiples sitios cada temporada genera enormes volúmenes de datos que los mejoradores deben examinar, integrar y analizar para informar las decisiones, especialmente sobre qué líneas cruzar y qué poblaciones descartar o avanzar. Las nuevas herramientas informáticas, como el Enterprise Breeding System, ayudarán a los científicos a gestionar, analizar y aplicar los grandes datos procedentes de los estudios genómicos, de campo y de laboratorio.

Seguir a los líderes: Impulsadas por la competencia y la búsqueda de beneficios, las empresas privadas que comercializan semillas y otros productos agrícolas suelen estar a la vanguardia de las innovaciones en materia de mejora genética. La iniciativa Excelencia en el Mejoramiento (EiB, en inglés) del CGIAR está ayudando a los programas de mejoramiento que atienden a los agricultores de los países de ingresos bajos y medios a adoptar las mejores prácticas adecuadas de las empresas privadas, incluidos los enfoques basados en marcadores moleculares, la mecanización estratégica, la digitalización y el uso de grandes datos para impulsar la toma de decisiones. El fitomejoramiento moderno comienza por garantizar que las nuevas variedades producidas se ajusten a lo que los agricultores y los consumidores quieren y necesitan.

Foto de portada: Estación experimental del CIMMYT en Toluca, México. Situada en un valle a 2.630 metros sobre el nivel del mar, con un clima fresco y húmedo, es el lugar ideal para seleccionar materiales de trigo resistentes a enfermedades foliares, como la roya del trigo. El fitomejoramiento convencional implica la selección entre cientos de miles de plantas procedentes de cruces a lo largo de muchas generaciones, y requiere amplias y costosas instalaciones de campo, de selección y de laboratorio. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)

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El cambio climático ralentiza el progreso del mejoramiento del trigo en cuanto a rendimiento y adaptación amplia

Casi cuatro décadas de cruces y selecciones repetidas para la tolerancia al calor y la sequía han mejorado enormemente la resistencia al clima de las variedades modernas de trigo, según una nueva investigación surgida de una colaboración científica intercontinental.

Al mismo tiempo, es probable que el cambio climático haya ralentizado los avances en la obtención de trigo de alto rendimiento y adaptación amplia, según el nuevo estudio, publicado recientemente en Nature Plants.

«Los mejoradores suelen ser optimistas y pasan por alto muchos factores del cambio climático a la hora de seleccionar», afirma Matthew Reynolds, fisiólogo de trigo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y coautor de la publicación. «Nuestros hallazgos socavan este optimismo y muestran que la interacción amplificada de las líneas de trigo con el medio ambiente debido al cambio climático ha dificultado a los mejoradores la identificación de líneas destacadas y ampliamente adaptadas.»

¿Qué dicen 10 millones de datos a los científicos?

Cada año, durante casi medio siglo, los mejoradores de trigo que participan en la Red Internacional de Mejoramiento de Trigo (IWIN), dirigida por el CIMMYT, han probado aproximadamente 1.000 nuevas líneas y variedades experimentales de trigo en unos 700 campos de más de 90 países.

Las líneas prometedoras son adoptadas por los programas de mejora del trigo en todo el mundo, mientras que los datos de los ensayos se utilizan para guiar la mejora global y otras investigaciones críticas sobre el trigo, explicó Wei Xiong, modelador/fisiólogo de cultivos del CIMMYT con sede en China y autor principal del nuevo artículo.

«Hasta la fecha, esta red mundial de ensayos ha recogido más de 10 millones de puntos de datos, al tiempo que ha proporcionado germoplasma de trigo cuyo valor se estima en varios miles de millones de dólares anuales en productividad adicional a cientos de millones de agricultores de los países menos desarrollados», dijo Xiong.

Xiong y sus colegas analizaron las «interacciones cruzadas» —cambios en las clasificaciones relativas de los pares de líneas de trigo— en 38 años de datos de cuatro tipos de ensayos de cultivo de trigo, buscando hasta qué punto el cambio climático o los avances en el cultivo han cambiado esas clasificaciones. Dos de los ensayos cuyos datos examinaron se centraron en el rendimiento del trigo harinero y del trigo duro, mientras que los otros dos evaluaron el rendimiento de las líneas de trigo bajo altas temperaturas y en entornos semiáridos, respectivamente.

Además de aumentar el rendimiento, los mejoradores de trigo están dotando al cultivo de una mayor resistencia al aumento de las temperaturas.

«Descubrimos que los climas más cálidos y erráticos desde la década de 1980 han incrementado los cambios de clasificación en el mejoramiento de trigo a nivel mundial hasta en un 15%», dijo Xiong. «Esto ha dificultado a los mejoradores la identificación de líneas superiores, ampliamente adaptadas, e incluso ha llevado a los científicos a descartar líneas potencialmente útiles».

Por el contrario, los cultivares de trigo que surgen del mejoramiento para la tolerancia al estrés ambiental, en particular el calor, están mostrando rendimientos sustancialmente más estables a través de una serie de entornos y fomentando la adaptación del trigo a los climas actuales, más cálidos, al tiempo que abren oportunidades para ganancias genéticas mayores y más rápidas en el futuro, según el estudio.

Investigaciones anteriores han demostrado que las variedades modernas de trigo no sólo aumentan los rendimientos máximos, sino que también garantizan rendimientos más fiables, un beneficio que añade millones de dólares cada año a los ingresos agrícolas en los países en desarrollo y reduce en gran medida el riesgo de los agricultores.

«Entre otras cosas, nuestras conclusiones abogan por una mejora y pruebas del trigo más específicas para hacer frente a unas condiciones agrícolas rápidamente cambiantes e imprevisibles», añadió Reynolds.

Lea el estudio completo:
Aumento de la clasificación en el mejoramiento de trigo bajo el cambio climático

Foto de portada: Campos de trigo en la estación experimental del CIMMYT en Ciudad Obregón, Sonora, México. Foto: M. Ellis/CIMMYT.

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Mejor, más rápido, equitativo, sostenible

Campos de trigo en el Campo Experimental Norman E. Borlaug (CENEB) cerca de Ciudad Obregón, Sonora, México. (Foto: M. Ellis/CIMMYT)

Más de 100 científicos, mejoradores de cultivos, investigadores y representantes de agencias de financiación y del gobierno nacional se reunieron virtualmente para iniciar el componente de trigo de un innovador y ambicioso proyecto nuevo de mejoramiento de cultivos colaborativo liderado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

El nuevo proyecto, Aceleración de Ganancias Genéticas en Maíz y Trigo para Mejorar los Medios de Vida (AGG, en inglés) reúne a socios en la comunidad científica mundial y en los sistemas nacionales de investigación y extensión agrícola para acelerar el desarrollo de variedades de maíz y trigo de alto rendimiento, dos de los cultivos básicos más importantes del mundo.

Financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates, el Ministerio de Desarrollo Internacional (DFID) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el proyecto se centra específicamente en apoyar a los pequeños agricultores en países de bajos y medianos ingresos. El equipo internacional utiliza métodos innovadores que mejoran la eficiencia y la precisión del mejoramiento para producir variedades altamente nutritivas y resistentes al clima, plagas y enfermedades, dirigidas a las necesidades específicas de los agricultores.

El componente de trigo de AGG se basa en el trabajo de mejoramiento y adopción de variedades que tiene sus raíces en el trabajo de Norman Borlaug, Premio Nobel de la Paz, quien desarrolló trigo enano de alto rendimiento y con resistencia a enfermedades hace más de 50 años. Recientemente, AGG se basa en el proyecto DGGW, el cual es dirigido por la Universidad de Cornell y que finaliza este año.

«AGG nos reta a construir sobre esta base y hacerla mejor, más rápida, equitativa y sostenible,» dijo el subdirector interino de investigación del CIMMYT, Kevin Pixley.

En la reunión virtual del 17 de julio, los donantes y representantes asociados de los países objetivo en el sur de Asia se unieron a los científicos del CIMMYT para describir tanto los objetivos técnicos del proyecto como su importancia general.

“Este programa es probablemente el programa de mejoramiento de plantas más impactante del mundo. Sus productos se utilizan a nivel global en millones de hectáreas,” dijo Gary Atlin de la Fundación Bill & Melinda Gates. «El proyecto AGG lleva este trabajo aún más lejos, con énfasis en la mejora tecnológica constante y un enfoque explícito en la mejora de la capacidad y el alivio de la pobreza.»

Alan Tollervey del DFID habló sobre la importancia del proyecto para demostrar la relevancia y el impacto de la investigación del trigo.

«El proyecto AGG ayuda a construir un caso para la financiación de la investigación del trigo basada en el futuro de este cultivo.»

Nora Lapitan, de la Oficina de Resiliencia y Seguridad Alimentaria de la USAID, enumeró las altas expectativas que AGG trae consigo: mayores ganancias genéticas, reemplazo de variedades, enfoques óptimos de mejoramiento y una fuerte colaboración con los sistemas nacionales de investigación agrícola en los países socios.

Los agricultores de la India alimentan a millones de personas. (Foto: Dakshinamurthy Vedachalam)

Reconectando con socios confiables

La reunión virtual permitió a científicos agrícolas y expertos en mejoramiento de trigo de los países objetivo del proyecto AGG en el sur de Asia, muchos de los cuales han estado trabajando en colaboración con el CIMMYT durante años, para volver a conectarse y aprender cómo el proyecto AGG los desafía a un nuevo nivel de colaboración y apoya sus ambiciones nacionales de producción de trigo.

«Con el brusone de trigo y los problemas de la roya del trigo en Bangladesh, damos la bienvenida a la asociación con socios internacionales, especialmente el CIMMYT y los financiadores para ayudarnos a superar estos desafíos,» dijo el Director General del Instituto de Investigación de Trigo y Maíz de Bangladesh, Israil Hossain.

El director del Instituto Indio para la Investigación del Trigo y la Cebada, Gyanendra P. Singh, elogió el papel del CIMMYT en el desarrollo de mejores variedades de trigo para los agricultores de la India.

“La mayoría de las variedades recientemente desarrolladas y lanzadas en India se recomiendan para el cultivo en más de 20 millones de hectáreas. No solo son tolerantes al estrés y de alto rendimiento, sino que también están fortificadas con cualidades nutricionales. Agradezco el apoyo del CIMMYT en esto,» comentó.

El Director Ejecutivo del Consejo Nacional de Investigación Agrícola de Nepal, Deepak K. Bhandari, dijo que estaba impresionado con la variedad de actividades del proyecto, que podrian ser parte integral del desarrollo del programa de trigo de Nepal.

“Nepal prevé un aumento en la productividad del trigo de 2.84 a 3.5 toneladas por hectárea en cinco años. Espero que este proyecto nos ayude a lograr este objetivo. El seguimiento rápido de la sustitución de semillas por variedades más recientes sin duda mejorará la productividad y la capacidad de recuperación del sector del trigo,» dijo.

El Coordinador Nacional de Trigo en el Centro Nacional de Investigación Agrícola de Pakistán, Atiq Ur-Rehman, dijo a los asistentes que su gobierno había lanzado recientemente un «megaproyecto» para reducir la pobreza y el hambre y responder al cambio climático a través de una intensificación sostenible. Señaló que el apoyo de AGG ayudaría al país a aumentar su capacidad de producción de trigo a través del mejoramiento genético. «AGG nos ayudará a ahorrar de 3 a 4 años en tiempo de mejoramiento,» mencionó.

Para el Director del Programa Global de Trigo del CIMMYT, Hans Braun, la reunión fue personal y profesional.

«He conocido a muchos de ustedes en las últimas décadas,” dijo a los asistentes, mencionando su primer viaje del CIMMYT para conocer los programas de trigo en India en 1985. «Juntos hemos logrado mucho — la autosuficiencia de trigo para el sur de Asia se ha asegurado ahora por 50 años. Esto no sería posible sin su estrecha colaboración, su confianza y su disposición a compartir germoplasma e información, y espero que esto se mantenga.»

Braun señaló que, en este proyecto, muchos socios nacionales obtendrán las herramientas y la capacidad para implementar sus propias estrategias de mejoramiento de última generación, como la selección genómica.

«Estamos al comienzo de una nueva era en el mejoramiento,» señaló Braun. «También estamos iniciando una nueva era de colaboración.»

El componente de trigo de AGG sirve a más de 30 millones de hogares productores de trigo en Bangladesh, Etiopía, India, Kenia, Nepal y Pakistán. Se planea una reunión de inicio separada para los actores interesados en el África subsahariana para el próximo mes.