Categorías
Noticias

El cempasúchil más allá de las ofrendas

Parcela con cultivos diversificados en la que destaca el cultivo de cempasúchil, en Oaxaca, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Parcela con cultivos diversificados en la que destaca el cultivo de cempasúchil, en Oaxaca, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Aunque en México está estrechamente relacionada con su uso ritual el Día de Muertos, la flor de cempasúchil (Tagetes erecta y Tagetes patula) tiene usos muy variados y es una planta de gran interés a nivel internacional. De hecho, en India, China y Perú se concentra la producción mundial de cempasúchil, básicamente para la extracción de sus pigmentos —sus flores son ricas en carotenoides que proveen el característico color anaranjado vibrante—, siendo utilizada para dotar de color a la yema de huevo, pastas y otros productos.

Esta llamativa y comestible flor mexicana, destaca también por su uso para elaborar saborizantes y aromatizantes, tiene diversas aplicaciones médicas —además de su uso en medicina tradicional— e industriales y es apreciada como flor de ornato en Estados Unidos, Europa e India, donde se le cultiva extensamente para decorar festivales religiosos y eventos festivos, especialmente en la festividad hindú de Diwali.

Otro importante uso del cempasúchil es en la agricultura, donde su cultivo constituye una opción viable para contextos donde hay poca disponibilidad de agua debido a que su requerimiento hídrico es menor que otros cultivos. También es un abono verde notable. Es decir, que su cultivo ayuda a mejorar las condiciones físicas, químicas y biológicas del suelo; brinda refugio a insectos benéficos; ayuda a controlar malezas y protege al suelo de la erosión, ya que funciona como cubierta vegetal.

El cempasúchil es una planta anual que crece mejor en climas cálidos y soleados, requiriendo suelos bien drenados y tolerando condiciones de sequía moderada, de manera que su introducción, y la de otras especies de plantas cultivables con menor requerimiento hídrico, tiene la intención de que los productores se adapten y sean resilientes ante los efectos del cambio climático.

El cempasúchil brinda beneficios más allá de lo agronómico: la venta de flores para la temporada de Día de Muertos puede representar un ingreso adicional para las familias productoras, así como una forma de hacer más rentables sus parcelas gracias a la diversificación de cultivos; también se fortalecen las tradiciones e incluso se promueve el turismo porque las parcelas de cempasúchil se convierten en auténticos jardines de color naranja que florecen en un contexto de clima cambiante.

Adicionalmente, por sus propiedades insecticidas, larvicidas y nematicidas —los nematodos son un tipo de gusanos redondos o cilíndricos que en su mayoría se alimentan de la materia orgánica en descomposición, pero algunos basan su modo de vida en el parasitismo—, la planta es  considerada una alternativa potencial en el manejo de plagas y enfermedades, ya sea a través de la asociación de cultivos —se ha documentado que en rotación con maíz en tierras templadas con antecedentes de gallina ciega, reduce notablemente las poblaciones de ese insecto— o mediante el uso de bioplaguicidas y repelentes hechos a partir de esta emblemática planta.

Con respecto a sus propiedades para el control de plagas, la parte con más propiedades es la raíz. La planta se puede utilizar de diferentes maneras: abonos orgánicos para control de nematodos, extractos acuosos y polvos de diferentes partes de la planta —raíces, tallos, hojas, inflorescencias o toda la planta— para repeler o matar insectos tanto en cultivos en pie como en granos almacenados (si quieres conocer más sobre este enfoque, te recomendamos descargar la edición especial de Manejo Agroecológico de Plagas de la Revista EnlACe, en él encontrarás dos métodos simplificados para elaborar extracto de cempasúchil).

Categorías
Noticias

Biodiversidad funcional, plagas y cebada

Ejemplar de Harmonia axyridis (izquierda) y crisopa (derecha). (Foto: Antonio Gallardo)
Ejemplar de Harmonia axyridis (izquierda) y crisopa (derecha). (Foto: Antonio Gallardo)

El pulgón es una de las principales plagas para el cultivo de trigo y cebada en el Bajío mexicano, ya que pueden provocar un desarrollo deficiente del cultivo y una reducción del rendimiento de entre el 30 y el 50 % si no son manejados adecuadamente.

Los pulgones son insectos que se alimentan de la savia del trigo y la cebada. Varían en color y existen diferentes especies, como el pulgón verde del follaje (Schizaphis graminum), el pulgón de la espiga (Sitobion avenae), el pulgón ruso (Diuraphis noxia), el pulgón amarillo del follaje (Metopolophium dirhodum) y el pulgón negro del follaje (Rhopalosiphum padi).

Cuando hay grandes poblaciones de ninfas y adultos de pulgones durante las etapas vegetativa y reproductiva de los cereales la plaga puede causar severos daños, como la inyección de toxinas y transmisión de virus —como el del enanismo amarillo de la cebada (BYDV, por sus siglas en inglés) que transmite el pulgón verde del follaje y el pulgón ruso—, estrés en las plantas y la falta de nutrimentos suficientes, inhibición del llenado del grano y reducción del rendimiento.

Cuando la población de pulgones es mayor a 60 por tallo durante la etapa de floración pueden ocurrir pérdidas significativas, ya que mientras se alimentan secretan una “mielecilla” sobre el follaje y las espigas, lo cual favorece un ambiente adecuado para el desarrollo del hongo conocido como fumagina que afecta la fotosíntesis y, en consecuencia, el crecimiento de las plantas. Además, al combinarse con el polvo y la paja aumenta el contenido de impurezas en el grano durante la cosecha.

Ya que los pulgones aumentan su población cuando hay altas temperaturas es necesario realizar el muestreo del cultivo a partir de la etapa de encañe y determinar qué tanta población existe tanto de pulgones como de insectos benéficos.

Los insectos benéficos son importantes para el manejo de los pulgones pues entre ellos existen enemigos naturales de la plaga —existen depredadores como ácaros, escarabajos, chinches, crisopas, moscas y avispas—. Por esta razón es conveniente evitar el uso de insecticidas de alto impacto ambiental y propiciar la implementación de sistemas sustentables, como la agricultura de conservación y el manejo agroecológico de plagas, que ayudan a tener una biodiversidad funcional, es decir, una dinámica en donde los elementos presentes en las parcelas son manejados para obtener un beneficio o para un fin específico.

En muestreos realizados en parcelas de productores del Bajío que participan en Cultivando un México Mejor —proyecto de sustentabilidad agrícola de HEINEKEN México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y que son trabajadas con agricultura de conservación, por ejemplo, se encontraron ejemplares que indican que este sistema de producción sustentable genera condiciones favorables para la proliferación de fauna y microbiota benéfica.

En los muestreos se encontraron pulgones con signos de haber sido parasitados por avispas y crisopas; y también se encontró una presencia considerable de las popularmente conocidas catarinas o mariquitas —específicamente ejemplares de Hippodamia convergens, Cycloneda sp. y Harmonia axyridis—, que son conocidas por ser voraces depredadoras de varias especies de pulgones, especialmente en estado larvario.

Otros depredadores o insectos benéficos que han sido observados son escarabajos (Collops sp.), catarina rayada (Paranaemia vittigera), así como el león de los afidos o crisopa (Chrysoperla sp.), el cual también es muy voraz en estado larvario, alcanzando a devorar poblaciones de más de 200 presas y contribuyendo así a reducir la población de pulgones.

La diversidad funcional que propicia la agricultura de conservación contribuye a mantener al límite las poblaciones de insectos plaga para evitar aplicaciones de insecticidas. Además, este control biológico de plagas es posible sin la necesidad de hacer liberaciones, reduciendo así los costos de producción y mejorando el agroecosistema.

Categorías
Noticias

Iguala y el CIMMYT firman convenio para impulsar una agricultura sustentable

Firma del convenio de colaboración entre los representantes del Gobierno de Iguala y del CIMMYT. (Foto: Gobierno de Iguala)
Firma del convenio de colaboración entre los representantes del Gobierno de Iguala y del CIMMYT. (Foto: Gobierno de Iguala)

El presidente municipal de Iguala, David Gama Pérez, y el coordinador nacional de Hubs del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), José Guadalupe Flores, firmaron un convenio de colaboración para potencializar la agricultura del municipio igualteco y hacerla más resiliente ante los desafíos derivados de los cambios climáticos.

Esto, como resultado de un esfuerzo conjunto, busca fomentar el acompañamiento técnico para la implementación de prácticas sostenibles y la adopción de tecnologías innovadoras que permitan mejorar la producción agrícola y garantizar la seguridad alimentaria de Iguala y la región, y hacerles frente a los retos para lograr alimentos nutritivos e inocuos en un contexto donde el cambio climático ha acentuado la incidencia de plagas y enfermedades en los cultivos.

En su mensaje, el presidente municipal, David Gama Pérez, —quien estuvo acompañado de la síndica administradora Nayeli Salmerón y el secretario de Desarrollo Rural y Sustentabilidad, Cristóbal Torreblanca —, dijo que “el cambio climático plantea nuevos retos para la agricultura, afectando tanto la productividad como la calidad de los cultivos. Conscientes de esta realidad, el Gobierno de Iguala ha buscado aliados estratégicos para desarrollar soluciones eficaces y sustentables. En este sentido, este convenio es un paso significativo para que los productores de Iguala sean resilientes ante la variabilidad climática”.

“La relevancia del convenio, que posiciona a Iguala como un municipio innovador en la adopción y difusión de medidas para la mitigación y adaptación al cambio climático, radica en que el fenómeno climático puede afectar el tamaño de la población, la tasa de supervivencia y la distribución geográfica de las plagas, ya que la temperatura y las precipitaciones son los principales impulsores de los cambios en cómo y dónde se propagan, afectando particularmente zonas tropicales y subtropicales, como Iguala”.

“En 2022, cuando el proyecto arrancó, me comprometí a que si había aceptación por parte de los productores y los testimonios después de su uso eran favorables, el compromiso sería aumentar la superficie de apoyo para el ciclo primavera-verano 2023, por esta razón, en esta temporada la cantidad entregada está permitiendo extender los alcances del ciclo previo, pasando de mil 200 a mil 500 hectáreas”, afirmó David Gama.

“Para la temporada primavera-verano 2023 también se aumentó la cantidad de sacos de semilla y, además, se ha adquirido un dron que permitirá aplicar productos de bajo impacto ambiental y apoyar así los esfuerzos de fertilización orgánica y manejo agroecológico de plagas, continuando también con eventos demostrativos en los dos módulos de innovación que se tienen en el municipio y donde el CIMMYT brinda el soporte científico para llevar al productor tecnologías adecuadas y pertinentes”, subrayó el munícipe.

Con estas acciones, dijo Gama Pérez,  Iguala se convierte en un ejemplo regional de cómo la apuesta por el campo y la colaboración con organismos de investigación científica permiten definir estrategias más robustas para que los productores locales conozcan y adopten prácticas sustentables que les den oportunidad de seguir siendo productivos y rentables en un entorno adverso marcado por el cambio climático y la incertidumbre ante los cambios sociales globales que cada vez más impactan a nivel regional y local.

En este sentido, el coordinador nacional de Hubs del CIMMYT, José Guadalupe Flores, aseguró que prácticas como el manejo agroecológico de plagas son particularmente útiles para reducir el uso de insecticidas de alto impacto ambiental y potencial efecto negativo en la salud humana, por lo que “la firma de este convenio representa un ejemplo importante de cómo la colaboración entre el sector público y los organismos internacionales, como el CIMMYT, permite avanzar en la búsqueda de soluciones innovadoras y sostenibles para enfrentar los desafíos del campo”.

“La colaboración entre el gobierno de Iguala y el CIMMYT, que se formalizó con la firma del convenio, deriva del trabajo conjunto que previamente han desarrollado ambas instituciones. Durante el ciclo primavera-verano 2022, por ejemplo, se trabajó con manejo agroecológico de plagas en el cultivo de maíz y el gobierno de Iguala subsidió al cien por ciento la adquisición de feromonas de confusión sexual para atender a las 16 localidades del municipio”, indicó.

Categorías
Noticias

Cómo cuidar a las abejas desde las parcelas

Abeja transportando polen en una parcela diversificada con girasol en Guanajuato, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Abeja transportando polen en una parcela diversificada con girasol en Guanajuato, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

La  principal función de las abejas en los ecosistemas es la polinización, por lo que se considera que la reducción de las colonias de abejas es un problema de particular importancia para la agricultura porque se afecta la polinización de plantas cultivadas y la producción de miel, lo que no representa necesariamente un problema de conservación, ya que las principales especies productoras de miel no están en riesgo de extinción, e incluso su presencia en altas densidades puede tener efectos negativos en las abejas nativas. 

Las abejas adultas se alimentan principalmente de néctar y algo de polen. En este proceso, las flores de ciertas especies de plantas ofrecen como recompensas aceites o fragancias que recolectan algunos grupos de abejas. La diversidad de flores y fragancias se refleja también en la diversidad de aromas y sabores de la miel.

Por lo anterior, son dos las principales acciones que los agricultores pueden realizar para no afectar a este insecto benéfico y, por el contrario, aumentar su población y beneficiarse de su presencia y su acción polinizadora: la primera está referida a un manejo de plagas con enfoque agroecológico; y la segunda a la diversificación de cultivos, particularmente con especies atrayentes de las abejas. 

Una de las alternativas al control convencional de plagas que tienen alto efecto tóxico en humanos, animales e insectos benéficos, como las abejas, es el manejo agroecológico de plagas, una alternativa sustentable que permite regular la población de insectos plaga sin necesidad de exterminarla. 

La diversificación de cultivos, por su parte, representa una gran oportunidad para que los agricultores mejoren su producción; disminuyan el uso de plaguicidas; reduzcan la degradación de sus suelos; obtengan alimentos más variados; y —adicionalmente— comercialicen los excedentes, apoyando así a la economía de sus familias.

La rotación de cultivos, una de las formas de diversificación de cultivos que existen, mejora el balance de nutrientes y permite aumentar la materia orgánica en los suelos; ayuda a aprovechar mejor el agua; y tiene un efecto regulatorio sobre las poblaciones de plagas, malezas y enfermedades.

Hay especies, como el girasol (Helianthus annuus), que representan una buena opción para diversificar cultivos. Además de ser un cultivo con beneficios agronómicos —sobre todo por su buena respuesta a condiciones de lluvia limitada—, las flores del girasol proveen de néctar a cientos de insectos. Esto es particularmente útil en un contexto de cambio climático porque, en tiempos de sequía —cuando no hay flores disponibles en el entorno natural—, los girasoles cultivados se convierten en auténticos oasis para las abejas.

Por supuesto, existen otras alternativas: muchas especies de leguminosas también presentan floración atrayente para las abejas y, con su diversidad de flores y fragancias, aportan diversidad de olores, sabores y colores en la miel. 

Categorías
Noticias

Un recorrido por parcela dice más que mil palabras

Recorrido por parcelas de productores participantes en el proyecto Agriba Sustentable en el Bajío (México) (Foto: Agriba Sustentable)
Recorrido por parcelas de productores participantes en el proyecto Agriba Sustentable en el Bajío (México) (Foto: Agriba Sustentable)

“Agricultores, representantes de la agroindustria, técnicos e investigadores nos dimos cita para recorrer parcelas de trigo donde se ha implementado agricultura de conservación como base para una agricultura sustentable”, comenta Arturo Ortiz, quien brinda acompañamiento técnico a productores del Bajío en el marco del proyecto Agriba Sustentable. 

Agriba Sustentable es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Su propósito es impactar positivamente y de manera directa a los productores de trigo del Bajío mexicano que abastecen con su grano a Grupo Trimex, acercándoles tecnologías pertinentes y sostenibles para minimizar el impacto ambiental y reducir sus costos de producción.

“En la parcela del señor Jesús Porras, por ejemplo, lo interesante es que se trata del primer ciclo bajo el sistema de agricultura de conservación, pero en comparación con el resto de sus parcelas con manejo convencional —donde se extraen los residuos de la cosecha del ciclo anterior para venta de forraje y hay un mayor trabajo de suelo — en esa parcela se nota un desarrollo óptimo y podría igualar o mejorar la rentabilidad y el rendimiento con respecto a las otras”.

La agricultura de conservación es un sistema de producción sustentable cuyos componentes básicos son la mínima labranza —que mejora la estructura del suelo—, la cobertura del suelo con rastrojo —para protegerlo de la erosión y conservar humedad— y la diversificación de cultivos. Sus beneficios son notables sobre todo después de varios años de practicarse, pero, como en el caso del señor Jesús, esos beneficios pudieron ser  visibles desde el primer ciclo de haberse implementado. 

“La parcela del señor Marcelino Vázquez tiene más de 10 ciclos ininterrumpidos en el sistema de agricultura de conservación. En los tres recientes, además, se ha incluido la siembra de veza (Vicia sativa) como cultivo de servicio, dando como resultado una tonelada más de grano en la zona del cultivo de servicio”, precisa Arturo Ortiz.

“El señor Juan Solís ya tiene varios ciclos trabajando con agricultura de conservación, él incluso ha adaptado su maquinaria y ha tenido rendimientos en trigo superiores al promedio regional. Y señor Ignacio Guillen, él ha mejorado sus suelos significativamente con agricultura de conservación ya que en su zona hay problemas de sodicidad, suelos delgados y degradados. Incluso había zonas de sus parcelas donde no se desarrollaban los cultivos y ahora ni se notan”. 

Arturo Ortiz explica que este tipo de recorridos permite a otros agricultores observar de forma directa los beneficios de la agricultura de conservación y escucharlos en voz de los productores que participan en Agriba Sustentable. Además, durante los recorridos los datos sobre rendimientos, costos de producción y rentabilidad adquieren otro sentido, al igual que las tecnologías que se promueven en el proyecto y entonces la agricultura de conservación, las curvas a nivel, la fertilidad integral, el manejo agroecológico de plagas, entre otras, dejan de ser conceptos abstractos para reflejarse en resultados concretos. 

Con los agricultores como protagonistas, estos recorridos en el marco de Agriba Sustentable se replican por todo el Bajío mexicano y dan testimonio de la asesoría de calidad que brinda el proyecto. Así, con resultados visibles, otros agricultores pueden darse cuenta de la importancia de realizar una agricultura sustentable que, además de ser amigable con el medioambiente, es más rentable para ellos y mejora significativamente la fertilidad y calidad de sus suelos para la producción agrícola, finaliza Arturo Ortiz.

Categorías
Noticias

Cultivos diversos, grandes beneficios

Cultivos de girasol y frijol mungo en la parcela del productor Germán Cruz Ibarra, en Oaxaca, México. (Foto: Desarrollo Agropecuario Integral Camino Real)
Cultivos de girasol y frijol mungo en la parcela del productor Germán Cruz Ibarra, en Oaxaca, México. (Foto: Desarrollo Agropecuario Integral Camino Real)

Oaxaca es uno de los estados más vulnerables al cambio climático en México. De acuerdo con el Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático, de los 83 municipios más afectados por este fenómeno a nivel nacional, 30 se encuentran en Oaxaca. Sequías, inundaciones, deslaves, aumento de la temperatura y del nivel del mar son algunos de los efectos que ya se registran en este estado. 

“El cambio climático ya nos alcanzó y sus efectos son evidentes en algunas variables como la distribución de la lluvia y la temperatura. Esto trae como consecuencia movimientos en las fechas de siembras y condiciones más favorables para la propagación de plagas y enfermedades”, comentan técnicos de Desarrollo Agropecuario Integral Camino Real (DAICR), organización que colabora con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para difundir prácticas sustentables en Oaxaca. 

Recientemente, el equipo técnico de DAICR realizó muestreos en cultivos de maíz para determinar la presencia de insectos plaga en el cultivo. “Monitorear es muy importante para el manejo agroecológico de plagas, ya que al hacerlo no solamente determinamos cómo se están comportando las poblaciones de plagas, sino también el comportamiento de poblaciones de insectos benéficos”, menciona Clara Santos Rodríguez, de DAICR. 

El muestreo es determinante para tomar decisiones de manejo o de control, “por eso se recomienda realizarlos cada semana, porque los ciclos de las plagas son cortos y no son las mismas condiciones de la plaga en la primera semana que en la segunda o tercera. Las condiciones cambian y por lo tanto su manejo también”, comenta Clara. 

“Hay un método que consiste en muestrear al azar 10 sitios de 10 plantas, o bien, cinco sitios de 20 plantas, de tal forma que se tomen 100 muestras por hectárea. Esto se puede hacer caminando sobre un surco y elegir al azar plantas. Una vez tomada la muestra, se cambia de sitio o de dirección. Será el grado de daño o infestación lo que determine el tipo de control más conveniente, por ejemplo, si es menor a 5 %,  es injustificado querer controlar la plaga; si es de entre 5 y 10 %, se pueden usar extractos vegetales; y si hay un 15 % de daño o infestación se pueden usar productos de bajo impacto”. 

Resultado de los monitoreos, el equipo técnico de DAICR y los agricultores del municipio Ciénega de Zimatlán han instalado trampas con feromonas para el control del gusano cogollero (Spodoptera frugiperda), una de las plagas que más afecta al maíz y que más se ha propagado debido a la variabilidad climática. 

El uso de trampas con feromonas ha disminuido las aplicaciones de insecticidas químicos que impactan negativamente al ambiente y aumentan los costos de producción. “Si antes el productor realizaba de dos a tres aplicaciones, en los ciclos recientes ya no se ha realizado ninguna aplicación con insecticidas químicos. Esto contribuye a hacer más sustentable el control de la plaga, pero también se evita matar a los insectos benéficos o enemigos naturales de las plagas que pudiera haber en la parcela”, menciona Clara. 

Otra de las prácticas que se han promovido —en el marco de Cultivos para México, iniciativa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT— para ayudar a controlar las plagas ha sido la diversificación de cultivos, la cual “promueve una mayor diversidad biológica, mejora el uso de los recursos naturales, disminuye el riesgo de pérdida total de la cosecha y proporciona protección contra daños por plagas y enfermedades”. 

En los municipios oaxaqueños de Trinidad Zaachila y San Juan Cotzocón, por ejemplo, se ha promovido el cultivo de girasol, soya, canavalia, frijol mungo, chícharo gandul, canola, crotalaria, jamaica, entre otros. Allí, se ha observado que, en comparación con los monocultivos, en las parcelas diversificadas “las producciones son siempre mayores y los problemas de plagas y enfermedades son menos, en gran medida porque los insectos benéficos que controlan las plagas son más abundantes cuando hay diversidad de cultivos que les brindan refugio para su reproducción o su alimentación”, puntualiza Clara. 

En las parcelas donde se diversifican los cultivos es posible hacer un mejor uso del agua y del espacio. En estos espacios diversificados “se regulan mejor las malezas y algunas especies en rotación o asociación se benefician mutuamente. En general, las parcelas son más rentables, pues tienen dos cultivos en un mismo terreno, por lo tanto, las familias productoras no solo diversifican sus ingresos, sino también aprovechan los beneficios que los cultivos como las leguminosas le aportan al suelo y a la restauración de la diversidad funcional para el manejo agroecológico de las plagas”, concluye Clara. 

Categorías
Noticias

Una alianza basada en la innovación

Bienvenida al Taller Intercambio de experiencias entre productores de AGRIBA Sustentable. (Foto: Amador Aguillón/CIMMYT)
Bienvenida al Taller Intercambio de experiencias entre productores de AGRIBA Sustentable. (Foto: Amador Aguillón/CIMMYT)

En el marco del proyecto AGRIBA Sustentable, impulsado por PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el pasado 28 de julio se desarrolló un taller de intercambio de experiencias entre productores que participan en dicho proyecto. 

AGRIBA Sustentable promueve un conjunto de buenas prácticas y tecnologías agrícolas entre las que se encuentran la agricultura de conservación, el manejo agroecológico de plagas, entre otras que les ha permitido a los productores participantes tener ahorros en sus costos de producción y un uso más eficiente de los recursos (particularmente suelo y agua). 

El menú tecnológico promovido por Agriba Sustentable está integrado por prácticas o tecnologías que previamente ya han sido validadas en plataformas de investigación y módulos de innovación que forman parte de una amplia red impulsada por el CIMMYT en alianza con diversos colaboradores.

“A través de los hubs o nodos de innovación, y en alianza con colaboradores de las regiones, el CIMMYT promueve la implementación de sistemas agrícolas integrales a partir de un menú tecnológico que busca mitigar o eliminar los efectos negativos de las prácticas inadecuadas para mejorar la rentabilidad de los cultivos”, mencionó José Guadalupe Flores, coordinador de Hubs del CIMMYT durante la apertura del taller, realizado en el Módulo de Riego Valle de Santiago. 

Durante su intervención, José Ramírez Arredondo, presidente del módulo de riego en mención, resaltó la importancia de la colaboración entre la agroindustria, los centros de investigación científica como el CIMMYT, y los productores de la región.

“Tuvimos buenos resultados para ser el primer ciclo”, “la maquinaria facilitada y la asesoría para la siembra sobre rastrojo nos ayudó mucho”, “me he dado cuenta de que —la agricultura de conservación— es un buen sistema para cuidar mi suelo”, fueron algunas de las expresiones de los productores participantes quienes, provenientes de diversos municipios de Guanajuato y Michoacán, compartieron sus experiencias con el proyecto a través de un panel. 

Mediante alianzas como esta se busca impulsar la investigación, el desarrollo, la validación, la transferencia y la difusión de tecnologías y prácticas agrícolas innovadoras que promuevan mejoras en los eslabones de la cadena agroalimentaria. 

“El interés inicial de un proyecto de agricultura sustentable para trigo se platicó con Grupo Trimex,  proveedor de harina de trigo de PepsiCo en el país. Esta sinergia a través de Agriba Sustentable tiene como objetivo aumentar el número de agricultores que adoptan prácticas de agricultura de conservación en los campos de cultivo en hilera de la región de El Bajío”, mencionó Amador Aguillón, coordinador técnico del Hub Bajío del CIMMYT. 

Durante su intervención, los representantes de Grupo Trimex agradecieron “a cada uno de los presentes por ser parte de nuestra cadena de suministro. Lo que buscamos con Agriba es pedirles la oportunidad de apoyarlos para disminuir sus costos de producción, para que la agricultura siga siendo negocio para ustedes, las tierras tengan salud y así esta actividad siga siendo viable para las futuras generaciones.” 

Este intercambio de experiencias permitió escuchar las inquietudes y necesidades de los productores participantes quienes, mediante esta iniciativa conjunta, han adoptado prácticas que han sido validadas y han demostrado mejorar de la productividad en la región puesto que cuentan con un respaldo basado en los resultados obtenidos por el Hub Bajío del CIMMYT y la red de innovación que impulsa para brindar soluciones a las problemáticas o áreas de oportunidad de los productores. 

Categorías
Noticias

Alternativas para el control de la catarina azul que afecta el frijol

Daño causado por el coquito azul en frijol, en Santa María Teopoxco, Oaxaca, México. (Foto: AMDSL)
Daño causado por el coquito azul en frijol, en Santa María Teopoxco, Oaxaca, México. (Foto: AMDSL)

En la región mazateca de Oaxaca, México, la presencia de un insecto conocido como coquito azul o catarina azul (Diphaulaca aulica) ha ocasionado en años recientes graves afectaciones a las plantas de frijol, impactando significativamente en su producción.

Las personas que trabajan el sistema milpa —donde se asocia maíz, frijol y calabaza— en esta región relatan que este insecto afecta a las plantas de frijol cuando están en pleno desarrollo, ocasionando daño principalmente al follaje y con ello la disminución de los rendimientos del cultivo. 

La rápida reproducción de este insecto favorece que se disemine a áreas que no habían sido afectadas y, para su control, los productores regularmente utilizan productos químicos, específicamente insecticidas de amplio espectro que afectan a otros organismos diferentes de los que buscan controlar, incluyendo organismos benéficos, como parasitoides y depredadores naturales de las plagas. 

La dependencia de tratamientos químicos para el control de este insecto ha generado otros problemas, entre ellos, la resistencia a insecticidas comunes. Por esta razón, la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) ha colaborado con los productores de la zona en la búsqueda de métodos alternativos que minimicen los daños y los impactos indeseables por el uso y abuso de plaguicidas. 

Así, y en el marco de la iniciativa Cultivos para México —impulsada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se ha promovido el manejo agroecológico de plagas, sistema que se sustenta en una restauración de la biodiversidad funcional con la finalidad de reactivar el control biológico natural. 

El manejo agroecológico de plagas se complementa con otras prácticas, como las asociaciones y rotaciones de cultivos, el manejo de arvenses, las trampas con feromonas de confusión sexual, el uso de semioquíomicos —sustancias químicas naturales utilizadas en la comunicación entre organismos vivos—, extractos de plantas con propiedades plaguicidas, insecticidas biológicos, entre otras alternativas. 

A partir de estas alternativas, en la región mazateca se han hecho rotaciones de cultivos con girasol y canola; se ha difundido información sobre el ciclo biológico del insecto —con la finalidad de hacer el control en el momento oportuno—; se ha empleado cal micronizada y tierra de diatomeas —que por su acción abrasiva dañan al insecto que eventualmente muere—; y también se han empleado extractos de plantas como el orégano, el tabaco, el cempasúchil y el ajo, cuya mezcla tiene propiedades insecticidas. 

En los módulos y áreas de extensión —parcelas de productores que deciden implementar las innovaciones— donde se han probado las distintas alternativas se han observado resultados positivos; sin embargo, aún falta que las propuestas sean adoptadas con mayor amplitud y constancia; así mismo, es necesario difundir más la información con la finalidad de que las alternativas para controlar a la catarina azul sean replicadas por más personas.

Categorías
Noticias

Universitarios y técnicos se forman en Manejo Agroecológico de Plagas

Por los daños económicos que causan y la dificultad de controlarlas de manera integral, las plagas se han convertido gradualmente en un problema para los productores de granos básicos y cultivos asociados en Puebla y Tlaxcala. Una de las opciones viables y accesibles para estos productores son los enfoques agroecológicos, que se ayudan de organismos vivos, e incluso de extractos vegetales, para manejar a los insectos nocivos que afectan a los cultivos.

Ya que este tipo de enfoques agroecológicos son nuevos para varios técnicos y productores, en el marco del programa MasAgro, el Hub Valles Altos —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— promueve acciones de capacitación para difundir el Manejo Agroecológico de Plagas (MAP), una práctica sustentable que permite reducir el uso de plaguicidas potencialmente nocivos para la salud humana y el equilibrio biológico de los ecosistemas.

Una de estas acciones de capacitación fue el curso sobre MAP impartido en las instalaciones de la Universidad Tecnológica de Oriental (UTO), en Puebla, al cual asistieron extensionistas (técnicos que brindan asesoría y acompañamiento a los productores para que se haga extensivo el uso de nuevas prácticas agrícolas) de Puebla y Tlaxcala y alumnos de las carreras de técnico superior e ingeniería en Agricultura Sustentable y Protegida de la UTO.

Con el apoyo logístico de los ingenieros Pedro Moratilla y María de los Ángeles Aguayo —ambos docentes de la UTO—, los colaboradores del CIMMYT expusieron las acciones a implementar ante las plagas del maíz que más afectaciones económicas causan, resolvieron dudas sobre la implementación del MAP y hablaron sobre el uso adecuado de los materiales.

El curso contempla además un futuro recorrido (durante el cual se prevé visitar las parcelas de diversos productores de la entidad) con el acompañamiento del doctor Fernando Baena Juárez, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), quien es experto en el tema y —junto con el CIMMYT— promueve la implementación del MAP como una opción viable y accesible para los productores.

A los técnicos y alumnos participantes, este curso introductorio —además de complementar su formación académica— les permitió tomar conciencia de la necesidad de transitar del enfoque convencional de combatir plagas al de manejarlas desde la comprensión de sus complejas dinámicas con los cultivos.