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Agricultura de conservación, opción viable para reducir las malezas

Maíz y leguminosas en la plataforma de investigación de San Juan Cotzocón. (Foto: Jonatán Villa)
Maíz y leguminosas en la plataforma de investigación de San Juan Cotzocón. (Foto: Jonatán Villa)

Las arvenses son plantas silvestres que crecen en los campos de cultivo, se les considera una forma de vegetación altamente exitosa, a la vez que problemática, porque crecen sin haber sido sembradas y compiten por luz, espacio, agua y nutrientes con los cultivos. Estas plantas, conocidas comúnmente como malezas o “malas hierbas”, prosperan sobre todo en ambientes que han perdido su biodiversidad, como los monocultivos.

Ya que el manejo de arvenses suele ser una problemática considerable para los agricultores, sobre todo los de pequeña escala —porque implica muchas veces un trabajo manual exhaustivo para controlarlas—, en la plataforma de investigación San Juan Cotzocón (Oaxaca, México) se desarrolló un ensayo para evaluar el comportamiento de las arvenses en diferentes sistemas de labranza.

“Esta plataforma de investigación es un espacio para identificar prácticas que les permitan a los agricultores del trópico húmedo ser resilientes ante los retos del cambio climático”, señalan los responsables de la plataforma quienes explican que el experimento incluyó el establecimiento de cuatro tratamientos con agricultura de conservación —donde se hizo labranza mínima, se establecieron rotaciones y relevos de maíz con leguminosas (canavalia y frijol), y se mantuvo el rastrojo como cobertura del suelo— que fueron comparados con un quinto tratamiento con labranza convencional, es decir, con monocultivo de maíz, movimiento del suelo y remoción de los rastrojos.

“A los 56 días después de la siembra, el número de arvenses en los diferentes sistemas de labranza confirmaron que la agricultura de conservación es una alternativa viable para mejorar la gestión de malezas en el trópico húmedo —los sistemas con agricultura de conservación reportaron entre 162 y 311 arvenses por metro cuadrado, mientras que la labranza convencional reportó 1 185 arvenses—”, señala el equipo técnico de las plataformas.

Adicionalmente, en este ensayo se observó que la agricultura de conservación mejoró los rendimientos de manera sustancial y por lo tanto la rentabilidad del cultivo del maíz —los sistemas con agricultura de conservación reportaron entre 3,8 y 4,5 toneladas de maíz por hectárea (t/ha), mientras que la labranza convencional reportó 3,5 t/ha—.

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

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Parcelas más diversas, comunidades más resilientes

Productor de maguey espadín en Oaxaca, México. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)
Productor de maguey espadín en Oaxaca, México. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)

“Soy productor de maguey espadín y actualmente estamos implementando la siembra de garbanzo entre las líneas de maguey, así estamos aprovechando todo el espacio de la parcela”, comenta Claudio Salas Vázquez, productor de San Pedro Guegorexe, localidad del municipio de Ocotlán de Morelos, en Oaxaca, México. 

Aunque pareciera algo simple, esta innovación les permite a familias productoras, como la de Claudio, mejorar su nutrición y sus ingresos: “Aquí tenemos maguey ya de tres años, de dos años y un año, porque el maguey lleva sus años, pero la ventaja es que el terreno sigue produciendo, los espacios que quedan se siguen aprovechando. Este garbanzo ya pronto lo estaremos sacando y eso nos deja un reembolso económico mientras el maguey sigue creciendo”, comenta Claudio. 

Antes del maguey Claudio trabajaba la milpa, pero, como él dice, “actualmente la siembra de temporal no es tan segura como otros años. Anteriormente era segura la cosecha, pero ahora nos está perjudicando mucho mucha la falta de agua. Este año, por ejemplo, no llovió. Y muchos vecinos que sembraron maíz de la forma que siempre lo han hecho, pues se fueron a la quiebra”. 

Así, buscando alternativas para que su parcela siguiera produciendo aún ante el embate del cambio climático, Claudio decidió dedicarse de lleno al cultivo del maguey en 2019. Lamentablemente, las cosas no empezaron del todo bien. 

“Estoy trabajando con este grupo de productores desde hace un año. El señor Claudio tenía magueyes muy enfermos, con problemas para la producción de hojas y penca. Parte del problema es que los productores aquí siembran maguey porque lo aprendieron de sus papás, sus abuelos, pero no le dan un manejo como se le tiene que dar ahora por la evolución de plagas y enfermedades y también por el mercado que ahora exige piñas con características muy específicas”, apunta Yashim Reyes Castañón, quien le brinda acompañamiento técnico al señor Claudio. 

Yashim forma parte del equipo técnico que impulsa el proyecto ´Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche´, de Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

“Este proyecto busca hacer que los productores y sus comunidades sean más resilientes ante los cambios sociales, económicos y ambientales que se van presentado. Los apoyamos para que diversifiquen sus cultivos, para que se asocien, para que tengan más opciones de nutrición para ellos y sus familias, y cuidando los recursos naturales para que tengan algo que heredarle a las futuras generaciones y no les entreguen tierras erosionadas, sino suelos productivos”, menciona Yashim.

Así, para Claudio y su familia el cultivo de maguey intercalado con garbanzo ha sido una innovación favorable porque el garbanzo “controla la maleza y apoya al maguey en su crecimiento, le deja nutrientes al terreno. Ya son dos años que yo le estoy metiendo garbanzo y un poco de frijol delgado y sí me ha dejado un poco más de ganancia. Ahora que el garbanzo ya tenga la semilla, que esté verde, en la familia tomamos la determinación de tostarlo en el comal y venderlo, y es así como le sacamos un poquito más de ganancia”. 

“En la zona normalmente ven al garbanzo como un cultivo que no necesita nada porque crece con la humedad residual y se va manteniendo con rocío, pero si aumentamos el rendimiento aumentamos sus ingresos y por eso, a partir de los diagnósticos que hicimos, vimos que era viable aprovechar más el terreno y darle un manejo diferente al cultivo para incrementar el rendimiento”, puntualiza Yashim. 

Para Claudio lo más importante es que su tierra sigue siendo productiva porque “sí hay muchos compañeros que optan por irse a Estados Unidos o buscar otros trabajos porque piensan que el campo ya no es opción”, comenta el productor, resaltando uno de los aspectos más relevantes del proyecto que, en voz de Yashim, es que “todas estas opciones para hacer más productivas las parcelas ayudan a una mayor resiliencia y, como en el caso de esta localidad, pueden ayudar a disminuir los índices de migración”.

Además de la diversificación de cultivos, el proyecto promueve soluciones poscosecha, capacitación en materia de asociatividad y fomento al liderazgo comunitario. La idea central es que las comunidades se apropien del conocimiento y lo usen a su favor: “Yo me he dado cuenta de que, con el apoyo de la ciencia a través de este proyecto, hemos encontrado soluciones. Hemos tenido éxito. Sí hay dificultades, pero con el apoyo de los especialistas yo en lo personal he encontrado un poco de alivio a mis preocupaciones”, finaliza Claudio. 

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Reducir la presencia de malezas ayuda a un mejor manejo del gusano cogollero

El técnico Edgar Cabrera en evento de capacitación para el uso de dispensadores de feromonas de confusión sexual en Chiapas, México. (Foto: Fernando Morales/CIMMYT)
El técnico Edgar Cabrera en evento de capacitación para el uso de dispensadores de feromonas de confusión sexual en Chiapas, México. (Foto: Fernando Morales/CIMMYT)

“Hoy en día es muy preocupante la situación del gusano cogollero. Esta plaga es capaz de ocasionar pérdidas de más de 60% de rendimiento en maíz, así que los agricultores están preocupados porque la plaga ataca fuerte este cultivo, impactando su economía. Además, la constante y a menudo desmedida aplicación de plaguicidas ha derivado en la resistencia de la plaga a estos productos. Esto conlleva a un incremento constante de la plaga sin que los productores noten resultados positivos en su control”, menciona Edgar Cabrera Cruz, representante técnico de PROVIVI® en Chiapas.

PROVIVI® es una startup de innovación agroecológica cofundada por la ganadora del Nobel de Química 2018, la profesora Frances Arnold. Junto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —institución de investigación científica que continúa con el legado de otro Premio Nobel, el doctor Norman Borlaug— ha estado evaluando y promoviendo prácticas y tecnologías, como los dispensadores de feromonas de confusión sexual, que son amigables con el medioambiente y permiten controlar la plaga del gusano cogollero del maíz. 

“Los dispensadores ayudan a disminuir la presión de la plaga, así se puede reducir el daño en las plantas y, por ende, obtener una mejor calidad de grano. Esto impacta positivamente en la economía de los agricultores y en la fauna benéfica. En las parcelas donde se han instalado se puede observar un incremento de crisopas, catarinitas y algunas tijerillas, que ayudan en el control del gusano cogollero”, puntualiza Edgar. 

“PROVIVI FAW® genera una nube alrededor del cultivo en la que la palomilla macho se confunde y no encuentra a la hembra. Esto nos ayuda a evitar el encuentro entre macho y hembra, así no se reproducen y disminuimos la población de gusano cogollero. Como es una feromona específica para esta especie, no se afecta a insectos benéficos, como abejas, avispas, moscas y algunos otros polinizadores que ayudan en los cultivos”, comenta el técnico. 

Mediante talleres, días de campo y otras actividades, los equipos de PROVIVI® y el Hub Chiapas del CIMMYT han difundido esta alternativa en diversos lugares de la entidad, como la Frailesca, Villaflores, Cintalapa, Jiquipilas, La Concordia, Ocozocuatla, entre otros. 

“La respuesta de los productores ha sido muy positiva porque ellos han visto los resultados, han comprobado que estamos disminuyendo la presión de la plaga y, en muchos casos, disminuyendo las aplicaciones químicas, y esto conlleva a un ahorro de dinero y de trabajo”, menciona Edgar, quien además enfatiza en que para maximizar el impacto positivo de los dispensadores es recomendable implementar otras prácticas de agricultura sustentable. 

“Entre las prácticas recomendables para incrementar el efecto de los dispensadores está mantener una parcela limpia de malezas. Realizar un manejo adecuado de malezas es fundamental porque ahí es donde suelen esconderse las palomillas de gusano cogollero. Si se hace alguna aplicación arriba se esconden abajo, esperan a que pase el efecto del producto que se haya aplicado y vuelven a salir”, comenta el técnico. 

La combinación de mínima labranza, diversificación de cultivos y cobertura del suelo —componentes básicos de la agricultura de conservación— permite reducir la presencia de malezas y “contribuyen a hacer un manejo agroecológico de la plaga porque disminuyen el impacto ambiental y ayudan a la conservación de los suelos. Hoy en día estamos quitando, pero no regresamos nada a nuestros suelos, así no se pueden obtener buenos resultados y por eso las prácticas de agricultura sustentable ayudan a regenerar los suelos y a hacer un mejor manejo de las plagas”, finaliza Edgar. 

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El rastrojo y la conservación de los suelos en Oaxaca

Plataforma de investigación de San Francisco Lachigoló, Oaxaca, en la que se observa el desarrollo de maíz en el sistema de labranza mínima con cobertura, durante el periodo de sequía de 2021. (Foto: Samuel Randy Aracen)
Plataforma de investigación de San Francisco Lachigoló, Oaxaca, en la que se observa el desarrollo de maíz en el sistema de labranza mínima con cobertura, durante el periodo de sequía de 2021. (Foto: Samuel Randy Aracen)

El estado de Oaxaca, en México, presenta amplias regiones con altos niveles de degradación y pérdida de suelo. La erosión hídrica y eólica son las principales causas de esa degradación que, a su vez, está vinculada a prácticas como el sobrepastoreo, el retiro total de rastrojo, las quemas agrícolas y el uso excesivo de maquinaria. En conjunto, esto ocasiona pérdida de fertilidad agrícola, reflejada en un raquítico desarrollo de los cultivos y en rendimientos que, en muchas ocasiones, no superan una tonelada por hectárea. 

En la región Mixteca Alta, específicamente en los municipios de San Antonino Monteverde y Villa Chilapa de Díaz, los suelos son pobres en nutrientes, deficientes en materia orgánica y, en general, presentan condiciones que limitan la producción agrícola. Por esta razón en estos municipios se han desarrollados trabajos de concientización enmarcados en la iniciativa Cultivos para México, que impulsa la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

El simple hecho de ya no quemar las parcelas y dejar una mínima parte de los residuos de cosecha sobre las áreas de cultivos, son sinónimos de logros, de resultados y, sobre todo, de impactos y cambios de perspectivas de los agricultores de la región”, comenta el equipo técnico de Fondo para La Paz, organización que colabora con el CIMMYT en esta región para promover sistemas sustentables como la agricultura de conservación. 

“La cubierta vegetal es importante en la agricultura de conservación para proteger el suelo del impacto de las gotas de lluvia, así como para mantener el suelo bajo sombra y con el más alto porcentaje de humedad posible. Hemos visto su importancia para el reciclaje de nutrientes, pero también tienen un efecto físico y, probablemente, alelopático sobre las malezas, bajando su incidencia y conduciendo a la reducción del uso de agroquímicos y, con ello, de los costos de producción”, mencionan los técnicos de Fondo para La Paz.

Los rastrojos actúan como una capa protectora que amortigua la presión ejercida sobre el suelo por las ruedas de la maquinaria y las pisadas de los animales, y por lo tanto desempeñan un papel importante en la reducción de la compactación del suelo. Además,  tienen un papel muy importante en la conservación de humedad, ya que actúan como una “esponja” absorbiendo el agua y reteniéndola por mayor tiempo, de manera que ayudan a que el líquido esté disponible en periodos de sequía prolongada.

En los Valles Centrales, otra de las regiones de Oaxaca donde los suelos están severamente degradados, está la plataforma de investigación de San Francisco Lachigoló, donde se evalúa el componente de cobertura de suelo desde el año 2017.

“Durante estos cinco años se ha podido observar el efecto de la cobertura del suelo con rastrojo. En las parcelas donde se ha hecho labranza mínima y se ha mantenido el rastrojo como cobertura se han obtenido rendimientos de hasta 3,3 toneladas por hectárea, mientras que con el sistema convencional solo se obtiene la media local que es de una tonelada por hectárea. Además, este no es el único beneficio de la cobertura, ya que también es posible disminuir la incidencia de malezas y mejorar las características, físicas, químicas y biológicas del suelo”, comenta el equipo responsable de la plataforma de investigación.  

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El manejo integrado de malezas no es una receta

Productor retirando malezas en su parcela. (Foto: Fernando Morales/CIMMYT)
Productor retirando malezas en su parcela. (Foto: Fernando Morales/CIMMYT)

El manejo integrado de malezas no es una receta, sino es un reto que implica entender lo que está pasando con el ecosistema, lo que pasa una vez que lo hemos transformado a través de la agricultura y posteriormente cuál es la respuesta de las malezas ante el uso constante de uno o varios herbicidas, o de uno o varios métodos de control”, mencionó Fernando Urzúa Soria, científico responsable del Curso de Especialización en Manejo Integrado de Malezas, impartido recientemente a un grupo de técnicos vinculados al Hub Bajío del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). 

El curso se enmarca en la creciente necesidad en la región de El Bajío, en México, de contar con asesoría técnica especializada debido a los retos que han impuesto los efectos del cambio climático. En este caso particular, el incremento de la incidencia de malezas.

Con la finalidad de que los técnicos participantes obtuvieran herramientas para diseñar estrategias de manejo en función del sistema agrícola, integrando prácticas —como la agricultura de conservación— que ayudan a reducir malas hierbas, el curso abordó temas como la biología de las malezas, el manejo de sus poblaciones, el control químico adecuado, el manejo de herbicidas y su debida selección, la tecnología de aplicación de plaguicidas, entre otros. 

Debido a las restricciones derivadas de la pandemia, el curso se desarrolló de manera híbrida. De las 10 sesiones realizadas en los cinco meses que duró, seis fueron a distancia mediante plataformas digitales y el resto en las instalaciones del Campo Experimental Bajío del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) en Celaya, Guanajuato, gracias al apoyo de Sarahyt Santamaría González Figueroa, investigadora de dicha institución. 

“La adaptación de este curso a una modalidad híbrida nos permitió realizar varios recorridos de campo, a pesar de la pandemia por COVID-19. El curso nos permitió adquirir experiencia sobre los momentos adecuados para el control de malezas, la correcta elección de herbicidas de acuerdo a cada cultivo y etapa de desarrollo, entre otros aprendizajes para generar una intervención técnica adecuada para los diversos escenarios que se pueden presentar en el campo”, comentó Luis Ángel Meléndez Martínez, uno de los técnicos que recibieron su constancia aprobatoria.

Además de Luis Ángel, acreditaron el curso Leonardo García Torres y Juan Pablo Paredes Laguna, de Guanajuato; Norma Roldan Peña, de Hidalgo; y Manuel Almanza Ojeda y Lorenzo Guadalupe Abelino, de Querétaro, quienes, en sus actividades presenciales, desarrollaron prácticas en las plataformas y áreas de extensión en los municipios de Irapuato y Salamanca, en Guanajuato, que forman parte de la infraestructura del Hub Bajío del CIMMYT. 

Con esta capacitación, el CIMMYT busca formar técnicos capacitados en la elaboración e implementación de estrategias de manejo integral de malezas que contemplen los aspectos ecológicos, económicos y sociales para impulsar una agricultura sustentable que ayude a los productores de manera acertada, mediante una asesoría técnica especializada que brinde respuestas a problemáticas específicas. 

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Malezas, labranza y rendimiento de maíz

Las malezas son la limitación biológica número uno en los rendimientos de maíz en todo el mundo. Se estima que en Norte América pueden causar pérdidas de más del 50% y, de hecho, de acuerdo con un estudio reciente de un grupo de investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en lugares como Oaxaca, donde hay agroecologías tan diversas, las malezas pueden reducir el rendimiento del maíz hasta en 63% en la región cálida y húmeda del Papaloapan; hasta en 65% en la región semiárida de Valles Centrales y hasta en 92% en región templada de la Mixteca. 

Aunque existe evidencia sólida de que es posible reducir la presión de malezas con Agricultura de Conservación, aún se desconoce mucho sobre los mejores métodos de manejo de malezas, particularmente si se considera que los cambios en la labranza podrían requerir cambios en el manejo de malezas. 

En este sentido, el estudio en mención evaluó la dinámica de las malezas y el rendimiento del maíz en temporal bajo cinco tratamientos de manejo de malezas ―herbicida de preemergencia, herbicida de postemergencia, herbicida de preemergencia más postemergencia, control manual de malezas y sin control― y tres métodos de labranza —convencional, mínima y labranza cero— en tres regiones agroecológicamente distintas de Oaxaca ―la Mixteca, Valles Centrales y el Papaloapan―.

El estudio, que se desarrolló en el marco de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT, señala que en la zona templada de la Mixteca las aplicaciones de herbicidas de postemergencia fueron muy importantes, en el cálido y húmedo Papaloapan las aplicaciones de preemergencia fueron cruciales y en los Valles Centrales semiáridos no hubo diferencia entre los métodos de manejo de malezas, ya que todos tuvieron efectos menores en el rendimiento del maíz. 

Si bien los resultados no son concluyentes y muestran que no hay una única o mejor opción para el manejo de malezas en los sitios o sistemas de labranza evaluados, sí señalan que el beneficio económico del manejo de malezas fue mayor con labranza reducida ―labranza mínima o cero―. Así, para obtener los beneficios a largo plazo de la Agricultura de Conservación, señala el estudio, es clave un manejo adecuado de malezas en los primeros años. 

Los científicos concluyen que se necesita más investigación para determinar el nivel óptimo de labranza en cada región ya que, dependiendo de las condiciones locales, la labranza cero o una forma de labranza mínima ―como la labranza vertical o camas elevadas permanentes― podría funcionar mejor, o podría ser necesario practicar labranza mínima en las primeras temporadas de crecimiento para preparar el terreno para la implementación exitosa de la Agricultura de Conservación. 

En Oaxaca, donde los agricultores con frecuencia manifiestan una falta de conocimiento sobre el manejo de malezas, especialmente bajo labranza reducida, se debe usar un enfoque flexible, aplicando herbicidas antes y después de la emergencia y controles manuales según sea más adecuado para cada caso porque las poblaciones de malezas y su dinámica cambian con sistemas como la Agricultura de Conservación ―a mediano y largo plazo, con un manejo adecuado, las poblaciones de malezas pueden disminuir con este sistema― y por eso los métodos de control deben ajustarse, concluye el estudio. 

Te invitamos a leer este estudio en el siguiente enlace:

Verhulst, N., Fonteyne, S., Leal González, A. J., Osorio Alcalá, L., Villa Alcántara, J., Santos Rodríguez, C., … & Singh, R. G. (2022). Weed management and tillage effect on rainfed maize production in three agro‐ecologies in Mexico. Weed Research. https://doi.org/10.1111/wre.12530

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Un científico del CIMMYT recibe un premio por sus investigaciones sobre las malezas

Ram Kanwar Malik (centro) con su equipo en Bihar, India, durante una visita de campo.
Ram Kanwar Malik (centro) con su equipo en Bihar, India, durante una visita de campo.

La Sociedad Americana de Ciencias de las Malezas (WSSA, en inglés) ha anunciado hoy la concesión del premio de Miembro Honorario a Ram Kanwar Malik, científico principal del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Este premio se concede cada año a una persona que haya realizado contribuciones destacadas a la ciencia de las malezas «a través de su investigación, enseñanza, publicación y divulgación».

El temprano compromiso de Malik con la sostenibilidad agrícola dio lugar a iniciativas que exploran la evolución y la gestión de la resistencia a los herbicidas, la labranza cero y otras tecnologías de conservación de recursos. En la Iniciativa de Sistemas de Producción de Cereales en el Sur de Asia (CSISA, en inglés) —un proyecto regional dirigido por el CIMMYT— Malik y sus colegas ayudaron a promover la práctica de la siembra temprana del trigo para vencer el estrés térmico terminal, lo que permitió aumentar el rendimiento del trigo en las llanuras indogangéticas orientales de la India.

«El premio de Miembro Honorario de la WSSA es uno de los más altos reconocimientos otorgados por la WSSA», dijo Krishna Reddy, Presidente del Comité de Premios 2022. «[El] Miembro Honorario es seleccionado por su servicio meritorio a la ciencia de las malezas, entre los no miembros de América del Norte o cualquier científico de las malas hierbas de otros países. Sólo se otorga esta membresía a una persona por año. La importante investigación del Dr. Malik en la ciencia de las malezas y su esfuerzo de colaboración para ofrecer soluciones a los agricultores de países en desarrollo como la India es inspiradora.»

El premio se presentó virtualmente en la reunión anual de 2022 de la WSSA, celebrada en Vancouver (Canadá).

Transformación de los sistemas de arroz-trigo

Phalaris minor es una maleza perniciosa que afecta a cultivos como el trigo y reduce sustancialmente su potencial de rendimiento.
Phalaris minor es una maleza perniciosa que afecta a cultivos como el trigo y reduce sustancialmente su potencial de rendimiento.

Malik ha trabajado mucho en las llanuras indogangéticas, liderando muchas iniciativas e innovaciones a lo largo de los años, en colaboración con socios nacionales e internacionales. El premio de la WSSA destaca la inspiradora labor de Malik en la lucha contra los problemas de resistencia a los herbicidas, de los que su equipo informó por primera vez en la India en 1993. Malik desempeñó un papel decisivo en el desarrollo de una solución de gestión para la Phalaris minor resistente a los herbicidas, una maleza perniciosa en los cultivos de trigo. El sistema de gestión integrada de las malezas que ayudó a desarrollar aumentó considerablemente la capacidad de rendimiento del trigo para los agricultores de las llanuras indogangéticas.

«El premio de Miembro Honorario de la WSSA reitera la importancia de la gestión agronómica para las estrategias de control sostenido de las malezas en todos los sistemas de cultivo», dijo Malik. «El CIMMYT y sus socios, incluido el Centro Australiano de Investigación Agrícola Internacional (ACIAR, en inglés), fueron los primeros en introducir la labranza cero en el trigo como parte de una estrategia para gestionar los problemas de resistencia de las malas hierbas en la India. Es un honor que la WSSA haya reconocido este trabajo colectivo nuestro», reconoció.

Malik ha dedicado más de treinta años a transformar los sistemas agrícolas de las llanuras indogangéticas, colaborando estrechamente con los agricultores y socios, y creando la capacidad de los sistemas nacionales de extensión agrícola y de investigación. es un firme creyente en la participación de los agricultores: «La adopción a gran escala de prácticas agrícolas sostenibles es posible cuando trabajamos juntos para aprovechar las tecnologías acordadas por los socios y que satisfacen las necesidades de los agricultores.”

Malik es miembro de la Sociedad India de Agronomía y de la Sociedad India de Ciencias de las Malezas (ISWS, en inglés), que le concedió el premio Lifetime Achievement Award. También ha recibido el Premio a la Excelencia de la Sociedad Internacional de Ciencias de las Malezas (IWSS, en inglés) y el Premio Derek Tribe 2015 del Fondo Crawford.

Sigue apasionado e invirtiendo en cambiar la vida de los agricultores a través de una agronomía mejorada y liderando una investigación innovadora en el CIMMYT.

Acerca de la Sociedad Americana de Ciencias de las Malezas (WSSA, en inglés)

Fundada en 1956, la WSSA es una sociedad científica sin ánimo de lucro que fomenta y promueve el desarrollo del conocimiento sobre las malezas y su impacto en el medio ambiente.

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La importancia de conocer las malezas

Texcoco, Edo. Méx.- Las malezas son aquellas plantas que, en un momento, lugar y en un número determinado, resultan perjudiciales o indeseables en los cultivos. Las afectaciones por malezas son muy variables según el tipo de cultivo y la zona agroclimática —además, varias de ellas han desarrollado resistencia a los herbicidas—. Así, mientras se estima que las malezas ocasionan una pérdida directa aproximada de 10% de la producción agrícola global (FAO, 1996), en México el surgimiento de malezas o especies invasoras afecta, en promedio, el 30% del rendimiento de algunos cultivos (Asociación Mexicana de la Ciencia de la Maleza, 2010). 

Para hacer un manejo adecuado de las malezas es importante conocerlas, identificarlas adecuadamente —te recomendamos revisar esta infografía sobre clasificación de malezas: https://repository.cimmyt.org/bitstream/handle/10883/20925/62340.pdf— y comprender que, como todas las plantas, compiten por luz, agua, nutrientes y espacio, por lo que es importante realizar el deshierbe en el momento preciso, es decir, en el periodo crítico de competencia que se centra sobre todo en la etapa inicial de desarrollo del cultivo —pasado este periodo la aparición de malezas no representa un riesgo de atención prioritaria—.

Desde luego, también es importante identificarlas adecuadamente porque, algunas, tienen propiedades que pueden ser aprovechadas —como el diente de león (Taraxacum officinale) que tiene propiedades nutricionales, o el chicalote (Argemone munita), que puede ayudar a descompactar el suelo—.

La cobertura del suelo con rastrojo, la diversificación de cultivos y el Manejo Agroecológico de Plagas son algunas de las prácticas que ayudan a reducir la incidencia de las llamadas “malas hierbas”, aunque, cuando aparecen, existen algunos consejos que pueden ayudar a que el trabajo para eliminarlas de las parcelas sea menor. 

El doctor Ravi Gopal, científico del CIMMYT, aconseja por ejemplo que en los casos en que el deshierbe se haga de forma manual —como ocurre en muchos estados del país— se usen deshierbadores, que son más ligeros y eficaces en comparación con los azadones —por supuesto, los productores pueden hacer sus propias evaluaciones de la herramienta y optar por la que consideren mejor—. 

Este ligero cambio en la herramienta podría hacer una gran diferencia pues, dependiendo de la extensión de la parcela, los 2 kg que suele pesar un azadón pueden influir significativamente en la eficiencia y el tiempo de realización del deshierbe y, por supuesto, en el desgaste físico que implica.

Los deshierbadores tienen un peso considerablemente menor (a penas 900 gramos) que los azadones. Por su diseño permiten reducir notablemente el tiempo del deshierbe y también hacerlo más eficiente. Además, esta herramienta va dejando prácticamente en el mismo lugar las malezas que va arrancando —a diferencia del azadón, que va acumulando y arrastrando las hierbas extraídas—, lo cual no solo hace que el trabajo se aligere, sino que permite aprovechar determinadas malezas —dejándolas ahí mismo— para que nutran al suelo. 

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Opciones para sustituir plaguicidas altamente peligrosos

Guerrero.- En México hay alrededor de 200 plaguicidas catalogados como altamente peligrosos que se encuentran prohibidos en muchos países, pero que están autorizados para ser aplicados en diversos cultivos. Se ha señalado que algunos son potencialmente cancerígenos, disruptores hormonales y que afectan la reproducción. Actualmente existen en el mercado más de seis mil ingredientes activos que, adicionados con otras sustancias dan unos 100 mil productos comerciales. 

Ante este amplio abanico de productos y debido a los recientes cambios en la normatividad para el control de sustancias altamente peligrosas, muchos productores han manifestado que su principal preocupación sobre este tema radica en el desconocimiento de opciones para hacer un adecuado control de plagas y malezas.

Para brindar información sobre las alternativas existentes, el pasado 22 de abril la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del estado de Guerrero, la Confederación Nacional Agronómica y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) a través de su Hub Pacífico Centro, organizaron una capacitación sobre Manejo Agroecológico de Plagas, impartida por el doctor Fernando Bahena Juárez, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). 

El Manejo Agroecológico de Plagas es un enfoque integral que apuesta por restaurar la biodiversidad funcional de las parcelas y busca atender las causas que originan las plagas. En este sentido, no busca exterminarlas, sino regular sus poblaciones para que no causen daños económicos significativos. A través de este conjunto de prácticas sustentables (como el monitoreo y el uso de trampas con feromonas) también se busca minimizar el uso de plaguicidas químicos mediante el control biológico, el cual tiene amplias ventajas para la salud humana y del medioambiente.

En la capacitación participaron más de 200 personas de diversos puntos de México y otros países quienes conocieron cuatro alternativas generales para hacer la sustitución de plaguicidas altamente peligrosos: 

1.- Productos de extractos vegetales

Tradicionalmente para el manejo de plagas se han utilizado plantas que pueden tener algún efecto como insecticidas, fungicidas, repelentes, inhibidores, atrayentes y disuasivos. Existen muchas especies, dentro de las que se encuentran el nim, chirimoya, chile, eucalipto, tabaco, higuerilla, chicalote, ruda, cempasúchil, u otras especies aromáticas utilizadas en la cocina mexicana, como el ajo, cebolla , clavo, pimienta, por citar solamente algunas.

2.- Biorracionales (productos minerales, jabones, etc.)

Son productos de origen mineral como el Silicio, el Caolín, o de productos preparados a partir de algunos materiales como la cal, el azufre o las cenizas, como podría ser el caldo sulfocalcico o el caldo ceniza. Dentro de esta categoría se incluyen las múltiples formas o presentaciones como jabones que pueden tener efecto en el cuerpo de los insectos.

3.- Bioplaguicidas (bacterias, hongos, virus, etc.)

En este caso el ejemplo más importante al nivel internacional es el uso de la bacteria Bacillus thuringiensis. Entre las cualidades de esta bacteria usada como insecticida, destaca una alta especificidad hacia larvas de lepidópteros (variedades como la kurstaki y aizawai).

En esta categoría también se encuentran algunos hongos, particularmente de las especies Metarhizium anisopleae y Beauveria bassiana. Otros serían Enthomophtora spp., Paecilomyces fumosoroseus y Lecanicillium (=Verticillium) lecanii. La eficiencia de estos productos se ha demostrado ampliamente contra varios grupos de insectos plaga.

4.- Plaguicidas sintéticos de bajo impacto ambiental 

En general, para México muchos de estos productos se pueden reconocer por mostrar una banda o línea verde en la parte inferior del envase.

El doctor Bahena aseguró que las alternativas presentadas están orientadas a poder implementar el Manejo Agroecológico de Plagas con mayor probabilidad de éxito. La selección de la alternativa a usar dependerá del tipo de plaga y cultivo y en la mayoría de los casos se trata de alternativas complementarias entre ellas. Lograr sustituir plaguicidas altamente peligrosos por otros de bajo impacto, así como reducir gradualmente el número de aplicaciones por ciclo agrícola deben ser considerados como avances muy importantes hacia la sostenibilidad y a una agricultura más agroecológica, concluyó el investigador. 

Si quieres conocer mayor detalle y más opciones para la sustitución de plaguicidas altamente peligrosos, no te pierdas el siguiente número de la Revista EnlACe. Puedes consultar los números anteriores aquí: https://idp.cimmyt.org/divulgacion/revista-enlace/

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Mexicali, con potencial para ser modelo de producción de trigo cristalino

Mexicali, B.C.- En el Valle de Mexicali se cultiva más de la mitad del trigo de Baja California, uno de los cuatro estados más importantes en la producción de este grano a nivel nacional. Sin embargo, la rentabilidad de la producción de trigo en el Valle de Mexicali ha disminuido en los últimos años por diferentes razones, entre ellas, por una reducción de los rendimientos (que puede ser atribuida al desgaste de las tierras de cultivo) y los altos costos de producción bajo el sistema de labranza convencional que predomina en la zona. 

De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2019 el rendimiento promedio de trigo en Mexicali fue de 6.3 toneladas por hectárea (t/ha) y en 2020 fue de 6.1 t/ha. Aun con las variaciones entre cada año, se trata de uno de los rendimientos más altos a nivel nacional (el rendimiento promedio nacional en 2019 fue de 5.4 t/ha, y el mayor rendimiento lo obtuvo Hermosillo, Sonora, con 7.8 t/ha).

Aunque la producción de trigo del Valle de Mexicali se mantiene por arriba del promedio nacional, esta podría incrementarse notablemente si se adoptaran con mayor amplitud sistemas de producción sustentable como la Agricultura de Conservación. Así lo mostraron los resultados presentados por la representación en Baja California de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), instituciones que colaboran en la región para fomentar la producción sustentable de diversos cultivos. 

Mediante un evento demostrativo de la producción de trigos cristalinos bajo el sistema de Agricultura de Conservación (sistema de producción sustentable cuyos componentes básicos son la cobertura del suelo, la mínima labranza y la diversificación de cultivos), representantes de estas organizaciones presentaron este 13 de mayo los resultados de las investigaciones que en materia de producción sustentable y control de malezas se han obtenido en el Valle de Mexicali.

Con las debidas medidas sanitarias, productores, técnicos y representantes de instituciones se dieron cita en el Lote número 3, en el Ejido Piedras Negras del Valle de Mexicali para escuchar de la de voz de los especialistas, y de productores como Edgardo Alonso García Tapia quien ya implementó Agricultura de Conservación, los beneficios de este sistema de producción sustentable.

Entre los beneficios de implementar las tecnologías sustentables que la SADER, el INIFAP y el CIMMYT promueven en la región (entre ellas la Agricultura de Conservación, el Manejo Agroecológico de Plagas y la Fertilidad Integral) destacan la conservación de los recursos naturales, el incremento de la biodiversidad, la reducción de la mano de obra, la optimización del uso de agua, la reducción del estrés por el calor y la sequía, y el incremento de la salud del suelo. En conjunto, todo esto permite reducir costos de producción y mejorar la rentabilidad de las unidades de producción.  

José Luis Velasco, gerente del Hub Pacífico Norte del CIMMYT, comento que “actualmente los consumidores están exigiendo alimentos más saludables y nutritivos, por lo que muchas empresas están pidiendo y promoviendo el cultivo sustentable de granos. Y esto se logra con tecnologías como las que promovemos, por eso es importante fomentar alianzas entre los sectores público y privado para proveer de maquinaria adecuada a los productores y para fomentar el desarrollo de capacidades porque la Agricultura Sustentable requiere de la guía de técnicos capacitados, productores experimentados e instituciones que apoyen con políticas públicas el desarrollo de la agricultura”. 

“Uno de los problemas fuertes que se tiene en Mexicali es la infestación de malezas, principalmente la resistencia a herbicidas. Una infestación de malezas puede reducir los rendimientos entre una y 1.5 toneladas, y lo que se ha observado es que con Agricultura de Conservación se ha bajado esa incidencia de malezas en las parcelas. Por lo tanto, este sistema ha permitido un mejor desarrollo del cultivo y un mejor rendimiento”, comentó el gerente haciendo énfasis en la necesidad de difundir más ampliamente estas prácticas con ayuda de un acompañamiento técnico adecuado. 

Al respecto, José Luis Velasco mencionó que actualmente cuatro de técnicos originarios del Valle de Mexicali están tomando el curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, con lo que se busca potenciar la implementación de prácticas sustentables en la región. Señaló también que en los estados donde trabaja el equipo del Hub Pacífico Norte se sigue trabajando para promover la adopción de tecnologías sostenibles: “en Sinaloa tenemos identificadas 15 mil hectáreas de maíz que se siembran con Agricultura de Conservación, en Sonora 9,700, en Chihuahua cinco mil y en Mexicali mil hectáreas con este sistema, más otras mil con otras tecnologías, haciendo que, en total, en el Valle de Mexicali sean dos mil las hectáreas que se cultivan con prácticas sustentables”, dijo. 

Finalmente, el representante del CIMMYT comentó que los registros históricos muestran que la Agricultura de Conservación permite mantener y, en varios casos, incrementar los rendimientos, pero disminuyendo los costos de producción y conservando los recursos naturales. Con un promedio de 6.2 t/ha de rendimiento en el Valle de Mexicali, y casos donde se alcanzan hasta las 8 t/ha (este ciclo productivo, por ejemplo, se proyecta tener rendimientos de hasta 9.2 t/ha), la Agricultura de Conservación permite ampliar las expectativas de producción de trigo cristalino en el Valle de Mexicali, brindando amplios beneficios a la economía de los productores, pero también con notables aspectos positivos para los suelos y el medioambiente.