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Una cosecha muy saludable

Cultivo de maíz con prácticas promovidas por el proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México. (Foto: CIMMYT)
Cultivo de maíz con prácticas promovidas por el proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México. (Foto: CIMMYT)

“Anteriormente a los 40 días ya tenía afectaciones por gusano cogollero y tenía que hacer aplicaciones (de plaguicidas), a diferencia de este año que el cultivo se fue más limpio hasta la cosecha. Se fue muy sano, no hubo ningún problema”, comenta Abelino, productor del Valle del Évora, en Sinaloa, México.

Siembro maíz amarillo para un proyecto de Kellogg con acompañamiento técnico del CIMMYT. Este año utilicé feromonas. Esta tecnología me ayudó y, con respecto a la anterior forma de trabajar, bajé el costo en cuestión de agroquímicos. Fue más barato porque no hice aplicaciones. Fue el primer año que usé las feromonas y el cultivo fue un cultivo muy sano”.

Apoyo al Abastecimiento Responsable en México es un proyecto de la compañía Kellogg y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), cuyo objetivo principal es producir cereales de manera sustentable, por ello promueve sistemas como la agricultura de conservación y prácticas como el manejo agroecológico de plagas, enfoque que incluye el uso de feromonas de confusión sexual para controlar las poblaciones de gusano cogollero.

“Tenía miedo de usar esta nueva tecnología porque era algo que yo no conocía. Decidí usarla porque me apoyan los técnicos del proyecto, por eso me animé. Como ya estamos acostumbrados a utilizar agroquímicos, dije «no pasa nada si me cae el gusano, lo único que tendría que hacer sería el mismo sistema de antes»”, comenta Abelino.

A diferencia de los agroquímicos que eliminan tanto a insectos plaga como a insectos benéficos —muchos de ellos polinizadores, como las abejas—, las feromonas de confusión sexual solo actúan sobre la plaga específica (el gusano cogollero en este caso), inhibiendo su reproducción y, por tanto, disminuyendo significativamente el número de su población.

Ahora que aquí en el predio veo cómo funciona la tecnología, la pienso adoptar como productor porque nos está bajando los costos, que es lo que uno anda buscando. Ya con la experiencia que viví este año voy a compartir con otros productores que sí funciona. Yo ya lo comprobé”.

Para el proyecto, el acompañamiento técnico es fundamental para que los productores adopten las prácticas sustentables que se les recomiendan: “Con el acompañamiento que tuve durante este ciclo me encantaría seguir siendo productor de este proyecto, en primer lugar porque el maíz amarillo sí ha sido rentable y, en segundo lugar, porque estoy satisfecho con la atención que me brindan, en facilitarme el conocimiento y aparte la comercialización que está garantizada y que es lo más importante”, finaliza el productor.

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Buenas cosechas con menos agua

El productor Raúl Sotelo durante un monitoreo de humedad para establecer maíz amarillo sin aplicar riego de asiento. (Foto: Tomás López Montoya/CIMMYT)

El productor Raúl Sotelo durante un monitoreo de humedad para establecer maíz amarillo sin aplicar riego de asiento. (Foto: Tomás López Montoya/CIMMYT)

El contenido de humedad del suelo es un factor muy importante para que los cultivos crezcan adecuadamente. Además de las condiciones atmosféricas y las características propias de los cultivos —como su capacidad de absorción y transpiración—, la cantidad de agua que fluye a través de las plantas, desde el suelo hasta la atmósfera, depende en gran medida de la oferta de agua del suelo, de su estructura que influye en la capacidad de absorción, y de si tiene o no una cubierta que le ayude a retener humedad. 

Una de las razones por las que optamos por trabajar la tierra de esta manera es la escasez de agua que se está presentando en la zona”, comenta Raúl Sotelo, agricultor de Navolato, en Sinaloa, México, quien desde hace tres ciclos agrícolas participa en el proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, de la compañía Kellogg y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Este proyecto tiene entre sus objetivos producir maíz amarillo de manera sustentable. Por ello promueve un sistema de producción que permite aprovechar todas las precipitaciones que caen en la temporada de lluvias y conservar la humedad en el suelo para así poder establecer el cultivo de maíz en fechas óptimas.

Estas prácticas sustentables permiten además sembrar sin tener que regar. Para los productores, esto significa que pueden ahorrarse el llamado riego de asiento que representa más del 30 % del total de agua usada para producir el maíz.

El proyecto, en el que la empresa sinaloense SACSA funge como acopiadora y transformadora, brinda a los productores participantes acompañamiento técnico permanente. A través de este, se les apoya para que tomen las mejores decisiones desde antes de la siembra. En el caso del señor Raúl, por ejemplo, se le apoyó para monitorear la humedad del suelo y establecer así las fechas más idóneas para la siembra del maíz.   

“En general este ciclo se observaron condiciones buenas para el cultivo, la incidencia de plagas fue baja, las malezas se tuvieron controladas y las humedades aprovechables en el suelo fueron óptimas, ya que se sacó adelante el cultivo de buena manera con solo tres riegos de auxilio”, puntualiza el equipo técnico que le brinda acompañamiento al productor.  

Los resultados son excelentes, el rendimiento fue bueno, de 13 toneladas por hectárea y el precio estuvo mejor. Estoy muy contento con esta forma de producir, más económica y que respeta el medioambiente, cuidando también la escasa agua que tenemos, por eso pienso seguir produciendo maíz amarillo para este proyecto, y sin trabajar de manera excesiva la tierra, ya que eso cuesta mucho y no es necesario para levantar buenas cosechas”, concluye el productor. 

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El potencial del maíz amarillo en el Valle de Culiacán

Trituración de residuos de cosecha previo a siembra de materiales híbridos de maíz amarillo en camas permanentes, en el ciclo otoño-invierno 2017-18, en la plataforma de investigación Culiacán, en Sinaloa, México. (Foto: Jesús Ignacio Madueño/UAS)
Trituración de residuos de cosecha previo a siembra de materiales híbridos de maíz amarillo en camas permanentes, en el ciclo otoño-invierno 2017-18, en la plataforma de investigación Culiacán, en Sinaloa, México. (Foto: Jesús Ignacio Madueño/UAS)

Con una superficie aproximada de 500 mil hectáreas de maíz, Sinaloa es el principal productor de esta gramínea en México. La mayoría de esta superficie se siembra con maíz blanco, variedad que llega a ocupar hasta el 99 % del área sembrada con maíz, mientras que solo el 1 % se siembra con maíz amarillo. 

El maíz blanco se usa principalmente para el consumo humano, mientras que el maíz amarillo está destinado a la alimentación de animales o usos industriales. La preferencia de sembrar maíz blanco provoca que en algunos años los productores tengan problemas para asegurar la venta de su cosecha. En contraste, la industria local prefiere el maíz amarillo, principalmente para satisfacer sus necesidades de materia prima para la elaboración de alimento forrajero. 

La agricultura que se practica en la región donde se encuentra la plataforma de investigación Culiacán —donde colaboran la Universidad Autónoma de Sinaloa y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— es intensiva, con uso de semillas mejoradas, un alto consumo de insumos —lo que provoca altos costos de producción y afectaciones al medioambiente— y con sistema de riego, pero con un abastecimiento de las presas de riego inseguro.

Por lo anterior, es necesario buscar cultivos que usen menos agua. Si se pueden encontrar materiales amarillos con un buen rendimiento, entonces se tendría una opción para ciclos con menos disponibilidad de agua.

Así, en la plataforma de investigación se han establecido diferentes ensayos, entre ellos, la evaluación de híbridos de maíz amarillo con alto potencial de rendimiento —en camas permanentes y dejando el rastrojo en la superficie—, o el ensayo de la validación del sensor GreenSeeker® para el diagnóstico de una fertilización más eficiente y sustentable, principalmente con relación al uso de los fertilizantes nitrogenados.

Aunque aún es necesario seguir evaluando materiales por más tiempo para determinar los más rendidores, derivado de estos ensayos se ha observado que el rendimiento de los híbridos de maíz amarillo demuestra que sí existen materiales en el mercado capaces de competir con los híbridos de maíz blanco. Además, dado que los materiales de maíz amarillo de la región suelen ser hasta 25 días más precoces que los blancos, es posible disminuir un riego. 

Con respecto a los costos de producción, en la plataforma de investigación se lograron buenos rendimientos en camas permanentes, comparables a la media regional. La utilidad promedio de todos los materiales de maíz amarillo en camas permanentes fue de un poco más de 16 mil pesos (16 413 MXN) por hectárea. Además, el mayor rendimiento se logró en el tratamiento de más baja densidad de semilla (93 100 semillas por hectárea), mientras que el costo por este concepto fue el más bajo en este tratamiento. 

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La Agricultura Sustentable, una prioridad para Sinaloa

El pasado 5 de noviembre la sede global del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en Texcoco, Estado de México, recibió la visita del diputado Serapio Vargas Ramírez, Presidente de la Comisión de Asuntos Agropecuarios del Congreso de Sinaloa, y del ingeniero Jesús Vega Acuña, asesor y político sinaloense con una amplia experiencia en asuntos agropecuarios. 

El objetivo de la visita fue conocer las diversas prácticas y acciones que desarrolla el CIMMYT, susceptibles de impulsarse o replicarse en Sinaloa a fin de acelerar la transición de ese estado hacia una Agricultura Sustentable, partiendo además de una visión de suma de esfuerzos para potenciar el trabajo que ambas partes desarrollan ya en la entidad. 

De acuerdo con el diputado Serapio Vargas, en Sinaloa hay interés para desarrollar políticas públicas que impulsen el desarrollo de los productores, en particular de los pequeños productores de las zonas de temporal. Por otro lado, también hay interés, manifestó el diputado, de impulsar la producción sustentable de maíz amarillo y de hacer simbiosis con instituciones como el CIMMYT para crear y consolidar una productora estatal de semillas. 

El CIMMYT, a través de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México, ha impulsado el desarrollo de una red de semilleros y de nuevas variedades de semillas de alto rendimiento y con capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático, las cuales comercializan más de 70 pequeñas y medianas empresas semilleras que participan en la iniciativa que se desarrolla junto con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS) y otras organizaciones.

En Sinaloa se cuenta ya un laboratorio de genética que podría contribuir al propósito de formar una semillera estatal que ofrezca y garantice semillas con el mismo nivel de competencia y productividad que las ofertadas por las grandes semilleras, comentó el diputado Vargas, quien se reunió con científicos del Banco de Germoplasma que alberga el CIMMYT, donde más del 80% de la colección que se tiene resguardada corresponde a maíz nativo. De Sinaloa, en particular, la colección es de alrededor de 300 accesiones —lotes de semillas que se recogieron en un lugar determinado y en un momento específico—, siendo muchas de estas de razas puras.

Por su parte, la maestra Tania Casaya, gerente del Hub Valles Altos del CIMMYT, comentó que a través de la red de semilleros de MasAgro-Cultivos para México se impulsan también mejores prácticas agrícolas pues los buenos resultados no se obtienen solamente de semillas mejoradas, sino también de prácticas adecuadas y sustentables, comentó, añadiendo que el CIMMYT está en la mejor disposición de colaborar en el desarrollo de acciones que favorezcan a los productores mexicanos y de contar con alianzas y colaboraciones de todos los sectores para mantener la investigación, impulsar el recambio varietal de semillas y otros temas pendientes para consolidar una industria semillera nacional. 

Finalmente, el diputado Serapio Vargas y el ingeniero Jesús Vega coincidieron en la importancia de promover mejores prácticas agrícolas que permitan a la vez conservar los recursos naturales y mitigar los efectos del cambio climático. En ese sentido, manifestaron su interés por continuar y mantener la vinculación con el CIMMYT a fin de impulsar la Agricultura Sustentable en Sinaloa. 

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Maíz amarillo, productividad y sustentabilidad

No podemos volver el tiempo atrás, ese es uno de los hechos que tenemos presentes a la hora de hablar sobre el impacto del ser humano en el ecosistema. Hoy es sumamente relevante hacer conciencia de nuestros actos para erradicar todos aquellos que dañan el medioambiente y crear mejores prácticas para ser cada vez más sustentables y éticos con el entorno.

Kellogg es consciente de que, para ello, es necesario mirar hacia afuera y sumar fuerzas con otras organizaciones que forman parte de su cadena de valor; tal es el caso del Centro Internacional para el Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con quienes, a través del proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, la compañía contribuye a que los agricultores produzcan maíz amarillo sustentable en Sinaloa, Guanajuato y Querétaro.

“Tenemos que cuidar el medioambiente y hacer que la agricultura sustentable sea la solución al cambio climático mientras aumenta los rendimientos e ingresos de los productores, pues entre todos podemos construir una cadena de valor en sintonía con el medioambiente. Para el CIMMYT es un orgullo impulsar proyectos como éste, trabajando en los sistemas de trazabilidad para que el producto, desde el campo hasta la mesa, cuente con la información para que el consumidor pueda tomar decisiones adecuadas. Por un lado, tenemos el esfuerzo de agricultores que producen más y mejor y, por otro, compañías interesadas en producir sustentablemente para satisfacer mejor las necesidades del consumidor”, dijo el doctor Bram Govaerts, director de operaciones, director general adjunto de Investigación, y director de Desarrollo Estratégico del CIMMYT.

Este proyecto ha logrado implicar a casi 400 productores, la mayor parte de los cuales han implementado prácticas de Agricultura Sustentable en una superficie de más de 6 mil hectáreas, lo equivalente a 10 Bosques de Chapultepec en la Ciudad de México.

La agricultura es responsable del 24% de los gases de efecto invernadero que favorecen el cambio climático y de alrededor del 70% de las extracciones de agua de los ríos, lagos y acuíferos; por ello, Apoyo al Abastecimiento Responsable en México consiste en promover una agricultura diferente a la convencional: la Agricultura de Conservación, que ha logrado notables avances en la mitigación y, sobre todo, adaptación a la crisis ambiental por la que atraviesa el planeta.

Uno de los logros más destacables con este programa ha sido el uso eficiente de agua: los productores participantes han incrementado un 10% la eficiencia en el consumo de agua requerido para la producción de una tonelada de maíz. 

En Sinaloa, principal región de abasto para Kellogg, se realizó un óptimo manejo de agroquímicos en el 100% de las parcelas; esto significa que se han usado productos idóneos tanto en el tratamiento de semillas, como en el manejo de plagas y malezas, además de incorporar técnicas como el Manejo Agroecológico de Plagas. 

También se ha logrado reducir en un 23% la emisión de CO2 a la atmósfera como consecuencia del empleo de menos combustible para la producción en comparación con prácticas convencionales. Esto ha sido posible gracias a la Agricultura de Conservación, pues al hacer mínimo movimiento del suelo, no solo hay ahorros significativos en los costos de producción, sino que también se favorece la estructura y calidad del suelo.

“A lo largo de la historia de Kellogg, el compromiso con el medioambiente siempre ha estado presente; en 1906 empezamos a fabricar nuestras cajas de cereales con contenido reciclado y desde entonces, nuestro camino ha sido seguir innovando y buscando oportunidades dentro y fuera de la compañía para impulsar acciones en favor del medio ambiente. Es así como también buscamos introducir envases más eficientes en cuanto a recursos que incluyan más contenido reciclado, que sean más reciclables y/o reduzcan las proporciones de alimentos a paquetes; gracias a ello, hoy continuamos avanzando para lograr el objetivo de Kellogg de trabajar hacia envases 100 % reutilizables, reciclables o compostables para finales de 2025 y llegar también a las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible impuestos por la ONU para 2030”, comentó Víctor Marroquín, presidente y director de Kellogg México.

Todas las acciones que Kellogg lleva a cabo dentro y fuera de la compañía también forman parte de su compromiso global para crear Mejores Días para 3 mil millones de personas en todo el mundo, abordando los problemas interrelacionados con la seguridad alimentaria, la resiliencia climática y el bienestar.

 

Acerca de Kellogg Company:

En Kellogg Company (NYSE: K) nuestra visión es un mundo bueno y justo en el que las personas no solo sean alimentadas sino realizadas. Estamos creando mejores días y un lugar en la mesa para todos a través de nuestras marcas de alimentos de confianza. Nuestras queridas marcas incluyen Pringles®, Cheez-It®, Special K®, Kellogg’s Frosted Flakes®, Pop-Tarts®, Kellogg’s Corn Flakes®, Rice Krispies®, Eggo®, Mini-Wheats®, Kashi®, RXBAR®, MorningStar Farms®, entre otras. Las ventas netas en 2020 fueron de aproximadamente $13.8 mil millones, compuestas principalmente por bocadillos y alimentos preparados como cereales, alimentos congelados y fideos. Como parte de nuestra plataforma de propósitos de Kellogg’s® Mejores Días, estamos ayudando a terminar con el hambre y estamos comprometidos a crear Mejores Días para 3 mil millones de personas para fines de 2030. Visite www.KelloggCompany.com o www.OpenforBreakfast.com  

Para más información visita: https://www.hablandoconkelloggs.com/es_MX/home.html

FB: KelloggsMexico / TW: @KelloggsLATAM / IG: kelloggslatam_

Acerca del CIMMYT: 

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es una institución de investigación científica internacional sin fines de lucro con sede en México. Cuenta con casi seis décadas de quehacer científico para el desarrollo de sistemas agroalimentarios sustentables y resilientes en beneficio de los productores, particularmente los más vulnerables. Desarrolla ciencia colaborativa con instituciones públicas, universidades, organizaciones de agricultores, agroindustria y sociedad civil. En conjunto, actualmente operan alrededor de 40 plataformas de investigación en todo el país. Los programas, proyectos e iniciativas que impulsa junto con los sectores público, privado, social y académico han impactado positivamente a más de 300 mil productores y en más de 1 millón de hectáreas en todo el país.

Contacto de prensa:

Isa Flores | Porter Novelli Tel: + 55 5010 3324 | isa.flores@porternovelli.com

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Sensores ópticos, aliados del medioambiente y del bolsillo

Sinaloa es el principal productor de maíz a nivel nacional; sin embargo, bajo condiciones intensivas, la agricultura del estado demanda una gran cantidad de insumos agrícolas (agroquímicos), predominantemente fertilizantes nitrogenados que contribuyen a la degradación ambiental por su uso excesivo, aumentan los costos de producción y ocasionan una disminución significativa de la rentabilidad. 

Las pérdidas de nutrientes de las plantas hacia el ambiente son preocupantes. Estas se originan a través de la lixiviación —proceso por el cual los nutrientes y minerales son arrastrados por el agua— hacia aguas subterráneas y las emisiones a la atmósfera. Además, los nutrientes aplicados a los cultivos y no utilizados constituyen una pérdida financiera para el agricultor y una considerable pérdida económica en el ámbito nacional.

Una de las alternativas para hacer más eficientes las adiciones de nitrógeno es el uso de sensores ópticos. Con ellos, se puede calcular el índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI, por sus siglas en inglés) —que es una estimación del “verdor” de las plantas, es decir, de su actividad fotosintética y su estado de nutrición— y así determinar el requerimiento de fertilizante nitrogenado más adecuado.

Si bien esta tecnología ya se trabaja en algunas zonas de Sinaloa, no hay referencia de la calibración de sensores específicamente para el Valle de Culiacán, de tal manera que mediante la colaboración de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en la plataforma de investigación de Culiacán —ubicada en los terrenos de la Facultad de Agronomía de la UAS— se trabaja para lograr este propósito. 

Recientemente en parcelas con distintas dosis de nitrógeno —de 0 hasta 350 kg por hectárea— e híbridos de maíz amarillo (DK 1050 y P3201) y blanco (DK 4050 y P 3289) —ocho tratamientos con tres repeticiones cada uno—, se tomaron lecturas con el sensor GreenSeeker® en distintas etapas de crecimiento de las plantas —desde V4 hasta la etapa reproductiva VT, o espigamiento—, se observó su población y su rendimiento.

El objetivo de este estudio es analizar todos los datos que surjan y elaborar un modelo matemático que permita generar recomendaciones de fertilización nitrogenada adecuadas y específicas para los agricultores del Valle de Culiacán. Aunque actualmente se plantea continuar con los ensayos para acumular más datos y desarrollar una mejor calibración del sensor óptico, el estudio ha arrojado datos de utilidad para los productores de la zona. 

Estadísticamente las dosis que oscilan entre los 250, 300 y 350 kilogramos de  nitrógeno por hectárea (kg N/ha) no presentaron diferencias significativas en el rendimiento de grano, aunque el tratamiento con 300 kg N/ha registró el mayor rendimiento en general para los cuatro híbridos evaluados —para el resto de los tratamientos se observaron diferencias significativas conforme disminuyó la dosis de nitrógeno—. 

Con relación al rendimiento de grano se observó que el maíz amarillo DK 1050 obtuvo el mayor rendimiento. Su comportanmiento fue estadísticamente significativo en la mayoría de los tratamientos con diferentes niveles de nitrógeno —incluso en los tratamientos con 0 y 50 Kg N/ha su rendimiento fue aceptable y superior al resto de los materiales (figura 1)—. No obstante, en términos generales, los híbridos amarillos y blancos presentaron comportamientos muy similares, esto significa que se pueden usar los sensores ópticos para lograr una mejor eficiencia en el uso del nitrógeno en ambos maíces sin necesidad de realizar un modelo matemático específico para cada uno.

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Figura 1. Rendimiento de grano obtenido en los diferentes tratamientos e híbridos evaluados

 

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La calidad de los alimentos, fundamental para reducir riesgos sanitarios

Sinaloa.- De acuerdo con las cifras emitidas por las autoridades sanitarias en México, siete de cada 10 muertes por COVID-19 en el país corresponden a personas que padecían diabetes, hipertensión u obesidad. Estos datos han puesto a la nutrición y a los hábitos alimenticios de los mexicanos en el centro de atención de medios y especialistas.

A medida que la pandemia y sus efectos secundarios evolucionan, el tema de la alimentación cobra cada vez más importancia, ya no solo en lo que respecta a la capacidad del sistema agroalimentario de garantizar el abasto de alimentos en los próximos meses, sino también en la ponderación de dietas más sanas y nutritivas.

Benjamín López, analista de agronegocios del Hub Pacífico Norte —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, explica que “es muy importante producir los alimentos para las mesas de los hogares, pero ya no solo debemos hablar de cantidad, sino también de calidad”.

Refiriéndose al proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, que impulsan la Compañía Kellogg y el CIMMYT en diversos puntos del país, comenta: “con proyectos como este, que fomentan la Agricultura Sustentable, los consumidores reciben productos más nutritivos, libres de agroquímicos de uso restringido y —además— con el valor agregado de que en su producción se usó solo la cantidad de agua necesaria y los suelos no fueron degradados.

Este proyecto de la Compañía Kellogg y el CIMMYT tiene la finalidad de cubrir los requerimientos de maíz amarillo de la empresa con producción local —hecho relevante en el contexto de la emergencia sanitaria actual, que ha subrayado la necesidad de que los países cuenten con diversas fuentes de abasto para contribuir a la seguridad alimentaria nacional—, haciendo énfasis en la calidad de la producción y el desarrollo de modelos de negocio redituables para todos.

Con respecto al valor nutricional, el maíz amarillo —además de contener las vitaminas y los minerales que todas las variedades de maíz aportan en general— contiene diversos carotenoides provitamínicos-A (como el beta-caroteno, antioxidante que reduce el riesgo de cáncer), los cuales aportan beneficios adicionales a la salud.

A medida que las sociedades se encaminan a una fase de recuperación, se hace énfasis en que los productores, la agroindustria y los consumidores fomenten la Agricultura Sustentable como una actividad fundamental para disponer de las dietas adecuadas que se requieren para minimizar los riesgos sanitarios, como los que hoy expone el COVID-19.

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La importancia del abasto local

Acercar a los productores del grano directamente a la industria representa un beneficio real para estos, afirmó José Ramírez Arredondo —presidente del módulo de riego de Valle de Santiago, Guanajuato— durante un taller dirigido a productores y técnicos que participan en el proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, impulsado por la Compañía Kellogg y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

El proyecto tiene la finalidad de cubrir los requerimientos de maíz amarillo de la empresa con producción local, de una manera sustentable con los recursos productivos y justa en las condiciones de contratación. A través de este, la Compañía Kellogg y el CIMMYT trabajan de la mano con pequeños y medianos productores agrícolas para brindarles un acompañamiento técnico que les permita tomar las mejores decisiones sobre su sistema de producción. El proyecto se desarrolla en diversas partes del país, y en el caso de Guanajuato, son 33 los productores participantes.

La asesoría técnico-científica que brinda el CIMMYT en este proyecto permite elevar la productividad de las tierras y hacer un uso eficiente de los recursos naturales disponibles —obteniendo mejores cultivos y favoreciendo su rentabilidad—, con la finalidad de responder a los retos globales desde el ámbito local. De acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es necesario duplicar la productividad agrícola (con los mismos o menos recursos) para satisfacer los requerimientos de alimentación de la creciente población mundial, que —adicionalmente— enfrenta retos como el cambio climático.

Para lograr una producción local sustentable que contribuya a reducir las importaciones de maíz y se adapte a las condiciones climáticas variables, durante el taller —realizado en las instalaciones del módulo de riego de Valle de Santiago— se desarrollaron tres mesas de trabajo para tratar los siguientes temas: variedades de semilla adaptadas a la zona, ciclo agrícola y manejo agronómico.

El abasto local y las prácticas agronómicas sustentables son importantes para la sociedad, ya que incentivan la economía local y regional, contribuyen a la autosuficiencia nacional y permiten avanzar en el cumplimiento de diversas metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (tanto las relacionadas con la seguridad alimentaria y la nutrición como las que buscan garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles).

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Agricultura de Conservación: un camino hacia el abastecimiento responsable

Valle de Santiago, Gto.- Ante la creciente demanda de maíz producido mediante prácticas sustentables, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) brindó una capacitación a productores de Valle de Santiago para que desarrollen los conocimientos necesarios para implementar la Agricultura de Conservación y otras prácticas afines —como las herramientas para la captura y el análisis de datos— para que puedan aumentar su competitividad en la producción de maíz amarillo de manera responsable con el medioambiente y participar en proyectos de sustentabilidad como el que implementan Kellogg y el CIMMYT en varias regiones del país.

El proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México tiene la finalidad de cubrir los requerimientos de maíz amarillo de la empresa Kellogg con producción local, de una manera sustentable con los recursos productivos y justa en lo que se refiere a las condiciones de contratación. Kellogg asegura márgenes de ganancia determinados para el productor, aplicados sobre los costos de producción proyectados.

La capacitación se realizó en la parcela de la productora María Eugenia Rico González, quien adoptó la Agricultura de Conservación hace cinco años, lo que le permitió reducir significativamente sus costos de producción, conservar la fertilidad de sus suelos y disminuir el consumo de agua. Allí se instaló una vitrina de maíces amarillos —instrumento para la observación y comparación de tecnologías— con la finalidad de incentivar su siembra en esa región, pues se trata de una categoría de alta demanda en la industria, pero de la que actualmente hay un déficit importante en el país.

Entre los temas expuestos estuvieron la calibración de sembradoras para semilla y fertilizante, por parte del ingeniero Fernando Sierra; la inoculación de semilla para el tratamiento de Fusarium —un género de hongos capaces de producir toxinas que afectan la salud humana y animal—, por parte de los ingenieros Loseba Zorión y Juan Manuel García; y la propuesta de fertilidad integral diseñada específicamente para los suelos agrícolas de Valle de Santiago, a cargo del ingeniero Francisco Romo, técnico de MasAgro Guanajuato.

A la actividad asistieron directivos del módulo de riego de Valle de Santiago y el doctor Fernando Tamayo, director de Sanidad Vegetal de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) —del Gobierno de Guanajuato—, quienes coincidieron en que la implementación de la Agricultura de Conservación representa para los productores una oportunidad para incrementar su productividad, cuidar los recursos naturales y garantizar la calidad de su producción, lo cual les permitirá incorporarse al mercado de manera más efectiva y vincularse a proyectos que fomentan la sustentabilidad, como el que impulsan Kellogg y el CIMMYT.

Actividades formativas como esta se realizan en varios estados del país, adaptándose a cada contexto pero siempre con la visión de aumentar la competitividad y la sustentabilidad de la producción nacional; de forma que en torno a un mismo objetivo, los diversos recursos disponibles contribuyan a aumentar la oferta de granos sustentables para ofrecer productos alimentarios de calidad y responsables desde su origen.

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¿Por qué los productores de Sinaloa deberían apostar por el maíz amarillo?

Con la finalidad de incentivar la siembra de maíz amarillo y brindar opciones para su comercialización en la entidad, Manuel Tarriba Urtuzuástegui, titular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería de Sinaloa, se reunió con representantes de la Compañía Kellogg, la empresa Servicios Agropecuarios de la Costa SA (SACSA) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). El acuerdo al que llegaron para incentivar el cultivo de maíz amarillo beneficia directamente a los productores a través de esquemas de capacitación, extensionismo y garantías para la adquisición del grano.

Para el Gobierno de Sinaloa, señaló el secretario Manuel Tarriba —quien estuvo acompañado por Rigoberto Mejía Samaniego, subsecretario de Agricultura—, la siembra de maíz amarillo es una opción de reconversión productiva, ya que al hacer atractivo el cultivo de esta variedad de maíz se busca adicionalmente reducir la superficie de siembra de maíz blanco y, en consecuencia, disminuir el déficit de maíz amarillo y evitar los problemas de comercialización derivados de la sobreoferta de maíz blanco.

Por su parte, los representantes de Kellogg señalaron que la compañía tiene interés en adquirir la cosecha de maíz amarillo de 5,000 hectáreas, ofreciendo la garantía de comprar la totalidad del grano. Mencionaron que con la empresa SACSA —representada en el acto por Daniel Godoy, su director general, y Víctor H. Gómez, del área de Comercialización— se han coordinado esfuerzos para el procesamiento industrial del grano, y con el CIMMYT —representado por Víctor López, gerente de Relaciones Público-Privadas para América Latina, y José Luis Velasco, gerente del Hub Pacífico Norte— se fomenta la producción sustentable de maíz amarillo a través del proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable y Agricultura Sustentable de Maíz en México.

El proyecto que impulsan de manera conjunta Kellogg y el CIMMYT está orientado a la adopción de prácticas e innovaciones agrícolas sustentables que les permiten a los productores reducir costos de producción y hacer un manejo responsable de los recursos naturales. En este sentido, el CIMMYT se comprometió a continuar con el proceso de capacitación y extensionismo para que los productores adopten, paulatinamente, prácticas sustentables que le agreguen valor a la producción de maíz amarillo.

Los compromisos que estas organizaciones adquirieron refuerzan las acciones en favor de la producción de maíz amarillo en México, siendo una vía para reducir las importaciones de ese grano. Además, permiten que los productores tengan la certeza de que la apuesta por sembrar maíz amarillo les brinda amplios beneficios y está respaldada por el sector gubernamental de su estado, empresas de nivel internacional con responsabilidad social e instituciones de investigación que ponen la ciencia al servicio del productor.