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Resiliencia y sustentabilidad de la agricultura en el Occidente de Guatemala

Fotografía grupal del Hub Meeting del InnovaHub Occidente de Honduras. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Fotografía grupal del Hub Meeting del InnovaHub Occidente de Honduras. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

El Hub Meeting del Innovahub Occidente de Guatemala, reunió a actores clave del sector agroalimentario, incluidas asociaciones de productores, investigadores y representantes del gobierno y de la sociedad civil, para discutir cómo fortalecer la resiliencia de los sistemas productivos locales y crear nuevas oportunidades para las comunidades rurales. Realizado en el marco de la iniciativa AgriLAC Resiliente, la reunión anual se centró en potenciar la colaboración entre los diferentes actores para avanzar en la sostenibilidad agrícola y mejorar el bienestar de las familias productoras en la región.

Andrea Castellano, Oficial Científica y de Implementación de AgriLAC Resiliente, comentó sobre el objetivo del evento: “Nos hemos reunido con diferentes socios, entre los agricultores, técnicos e instituciones del gobierno como el MAGA y el ICTA, además de nuestros principales aliados, incluyendo a la Alianza Bioversity-CIAT (ABC), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el Centro Internacional de la Papa (CIP) y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés) hablando sobre cómo podríamos cooperar mucho más en torno al InnovaHub Occidente de Guatemala”.

El Innovahub es un modelo de gestión de la innovación probado e implementado con éxito en México por el CIMMYT y sus colaboradores, como un enfoque integral que busca fortalecer la productividad y la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios a través del trabajo colaborativo en el territorio. Este modelo ha demostrado que el esfuerzo coordinado de instituciones como ABC, CIP, IFPRI y CIMMYT permite escalar innovaciones de manera más efectiva y llegar a más productores, señaló Castellano, destacando el potencial del Innovahub para replicarse en otras regiones de Latinoamérica.

Jorge García, gerente del Hub Chiapas de México, explicó el impacto del modelo en el territorio: El InnovaHub no es solo un espacio geográfico, es una red de redes con una visión compartida. Cada uno de los actores se suma y contribuye a una agricultura más sostenible, donde buscamos la productividad y la generación de ingresos sin impactar negativamente al medioambiente. Este enfoque permite anticipar y resolver los problemas del presente y del futuro”. García también mencionó que el modelo se basa en la cooperación, donde cada socio aporta su experiencia y recursos para enfrentar desafíos comunes como el cambio climático y la seguridad alimentaria. “El InnovaHub es resiliencia, es adaptación y es el futuro”, enfatizó.

Mesa de trabajo durante el Hub Meeting. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Mesa de trabajo durante el Hub Meeting. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Durante el evento, Lisandro Hidalgo, coordinador del InnovaHub Occidente de Guatemala, resaltó el papel fundamental de las alianzas estratégicas en el éxito del Innovahub y la necesidad de involucrar a más actores para crear un impacto transformador en el territorio. “En esta actividad tenemos la presencia de la iniciativa regional AgriLAC. Resiliente, pero también están nuestros socios y actores clave con los que estamos desarrollando muchas actividades: Agropecuaria Popoyan, el Ministerio de Agricultura, Global Communities, el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícola, el Centro Universitario de Occidente y las Mesas Técnicas Agroclimáticas que funcionan a nivel nacional y que aglutinan a diversos actores”, señaló. “Las alianzas y la colaboración permiten compartir resultados, compromisos y buenas prácticas, todo en beneficio de los agricultores, que al final son las personas clave para garantizar la seguridad alimentaria”, concluyó.

El Hub Meeting en el Occidente de Guatemala se enfocó en definir un plan de acción que integre a diversos socios en el territorio para seguir escalando las innovaciones y fortalecer la sostenibilidad de las cadenas de valor locales. “El trabajo en red es la base de este modelo, y el objetivo es fortalecer las capacidades de los productores, técnicos y líderes locales para que puedan seguir replicando estas buenas prácticas, mencionó Castellano, subrayando el compromiso del proyecto AgriLAC Resiliente con la transformación de los sistemas productivos rurales.

El evento culminó con la reafirmación de que el InnovaHub es más que una iniciativa territorial; es una plataforma que articula el conocimiento, la experiencia y la voluntad de múltiples actores que comparten la visión de un sistema agroalimentario más resiliente y competitivo. “El InnovaHub es resiliencia, es adaptación, es el futuro. Y lo más importante, es un esfuerzo colectivo que va más allá de las fronteras, uniendo a instituciones de investigacion científica y a las comunidades locales para lograr un cambio real en la vida de las personas”, concluyó García.

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Avances y desafíos de la agricultura resiliente en el Occidente de Honduras

Mesa de análisis durante el Hub Meeting del InnovaHub Occidente de Honduras. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Mesa de análisis durante el Hub Meeting del InnovaHub Occidente de Honduras. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

El reciente Hub Meeting del InnovaHub Occidente de Honduras, celebrado en Santa Rosa de Copán, reunió a un grupo diverso de actores comprometidos con la innovación agrícola y el desarrollo sostenible en la región. Este evento, organizado por la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (ABC) en conjunto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), fue un espacio clave para evaluar los avances, compartir experiencias y planificar los próximos pasos de la iniciativa AgriLAC Resiliente en ese país.

El Hub Meeting es un encuentro anual que ejemplifica la metodología participativa y colaborativa de los InnovaHubs, instalados en Honduras a partir de la iniciativa AgriLAC Resiliente del CGIAR. Este espacio permite a los diversos colaboradores, tanto del sector público como privado, revisar el trabajo realizado, analizar los desafíos y planificar acciones futuras. Los InnovaHubs, que operan en las regiones de Oriente y Occidente de Honduras, han adoptado una metodología innovadora para la gestión de la agricultura sustentable, basada en experiencias exitosas previas en países como México, adaptables a necesidades y contextos variados.

Presentación de carteles con resultados de la investigación en plataformas y módulos del InnovaHub Occidente de Honduras. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Presentación de carteles con resultados de la investigación en plataformas y módulos del InnovaHub Occidente de Honduras. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

El evento contó con la participación de diversas organizaciones locales, como la ODECO, OCDIH, MAPANCE, CASM, la Escuela de Agricultura Pompilio Ortega, entre otras. Estas organizaciones han sido fundamentales en la conformación de los InnovaHubs y en la implementación de prácticas agrícolas resilientes al clima, adaptadas a las diferentes zonas agroecológicas del país. A través de módulos de innovación y áreas de extensión, los socios han validado y promovido tecnologías como la fertilización integral, el arreglo topológico y densidades de siembra adecuadas, los análisis de suelo, el uso de redes de pluviómetros, entre otras.

Durante el Hub Meeting, se llevaron a cabo mesas de análisis sobre cinco grandes temas clave: Innovación, Herramientas digitales, Políticas públicas, Inclusión social y género, e Información agroclimática. Estas mesas fueron facilitadas por el equipo técnico de CIMMYT y ABC, quienes resumieron los aspectos más relevantes discutidos:

  1. Innovación: Los participantes identificaron innovaciones claras que ya están generando beneficios tangibles en sus comunidades y parcelas. Se destacó la importancia de contar con infraestructura adecuada, como módulos de innovación, que permitan a otros agricultores observar y aprender sobre las nuevas tecnologías. La asistencia técnica fue identificada como una necesidad clave para continuar avanzando en la innovación.
  2. Herramientas digitales: Aunque el acceso a la tecnología es generalizado, en varias comunidades persisten barreras significativas, como la falta de electricidad y equipos. Se reconoció la necesidad de fortalecer las capacidades locales para asegurar un acceso sostenible a herramientas digitales, destacando el papel crucial de las redes colaborativas de innovación.
  3. Políticas públicas: Los participantes enfatizaron la conexión entre las innovaciones promovidas y la seguridad alimentaria, reconociendo el impacto positivo de la ciencia en otros aspectos, como la migración y la juventud. Las políticas públicas fueron vistas como un medio crucial para escalar las innovaciones y asegurar su sostenibilidad.
  4. Inclusión social y género: Se subrayó el papel fundamental de las mujeres en la agricultura y la necesidad de promover cambios en los roles de género para lograr una participación más equitativa. Se destacó la importancia de un enfoque familiar en la formación y capacitación, y se identificaron las escuelas como puntos estratégicos para vincular a las nuevas generaciones con la agricultura.
  5. Información agroclimática: Se reconoció la importancia crítica de la información agroclimática para la toma de decisiones en el ámbito productivo. Los participantes expresaron su disposición a contribuir a la diseminación de esta información, proponiendo la creación de mesas técnicas agroclimáticas a nivel municipal y la capacitación de otras fincas aledañas.

El Hub Meeting incluyó una muestra fotográfica que capturó el proceso de innovación y difusión del conocimiento dentro del InnovaHub, mostrando el impacto real y humano de estas iniciativas. Además, se presentaron carteles con información técnica detallada de los módulos y plataformas de investigación, lo que permitió a los asistentes conocer los resultados de las prácticas y tecnologías implementadas.

Fotografía grupal de los participantes en el Hub Meeting del InnovaHub Occidente de Honduras. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Fotografía grupal de los participantes en el Hub Meeting del InnovaHub Occidente de Honduras. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

El Hub Meeting del InnovaHub Occidente de Honduras reafirmó el compromiso de CIMMYT, ABC y los socios locales en la promoción de una agricultura más sostenible y resiliente en Honduras. Los avances discutidos y las propuestas surgidas durante el evento son un testimonio del poder de la colaboración y la innovación en la transformación de los sistemas agroalimentarios en la región. Con un enfoque en la resiliencia climática, la inclusión social y el fortalecimiento de capacidades, los InnovaHubs continúan siendo un modelo para la gestión de la innovación agrícola en América Latina y el Caribe.

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El papel de las leguminosas en la agricultura sustentable de Honduras

Capacitación en manejo poscosecha de granos en el InnovaHub Oriente de Honduras. (Foto: InnovaHub Honduras)
Capacitación en manejo poscosecha de granos en el InnovaHub Oriente de Honduras. (Foto: InnovaHub Honduras)

Las leguminosas son plantas pertenecientes a la familia Fabaceae o Leguminosae, una de las más grandes y diversificadas del reino vegetal. Esta familia incluye una amplia gama de plantas, desde árboles y arbustos hasta hierbas. Las leguminosas se caracterizan principalmente por su capacidad de fijar nitrógeno atmosférico y producir frutos en forma de vainas que contienen semillas. Entre las más conocidas están los frijoles, los chícharos, las lentejas y las habas, pero también son leguminosas árboles como las jacarandas o las acacias.

En la agricultura, las leguminosas son fundamentales por varias razones, “ya sea que las utilicemos como cobertura de suelo, fijadoras de nitrógeno, forraje para ganado o algunas para consumo humano, las leguminosas se adaptan bien a suelos pobres y funcionan como elemento esencial de la diversificación de cultivos, o bien, para hacer barbechos mejorados”, comenta José Francisco Guillén Álvarez, quien forma parte del equipo técnico del InnovaHub Oriente de Honduras.

Proyecto para producción de semilla con productores de ARSAGRO. (Foto: Edy Rafael López / InnovaHub Oriente de Honduras)
Proyecto para producción de semilla con productores de ARSAGRO. (Foto: Edy Rafael López / InnovaHub Oriente de Honduras)

El InnovaHub Oriente de Honduras articula los esfuerzos de un conjunto de organizaciones y actores relacionados con los sistemas agroalimentarios a fin de impulsar la innovación y la sustentabilidad del campo hondureño en el marco de AgriLAC Resiliente, iniciativa impulsada por CGIAR a través de centros de investigación científica internacionales como la Alianza Bioversity-CIAT (ABC), con sede en Colombia, y CIMMYT, con sede en México.

Las leguminosas, particularmente ciertas variedades de frijoles, forman parte sustancial de la dieta de los hondureños, ya que son una fuente rica en proteínas, fibra, vitaminas y minerales esenciales. No obstante, uno de los desafíos de los productores es la conservación del grano, ya que las condiciones climáticas favorecen la aparición de plagas de almacén.

Para brindar alternativas que no requieren plaguicidas, recientemente especialistas de CIMMYT impartieron la capacitación Manejo poscosecha de granos básicos en las oficinas de ARSAGRO —una de las organizaciones que colabora en el InnovaHub Oriente—, en Danlí, El Paraíso.

“El objetivo de esta capacitación fue desarrollar capacidades y habilidades en los técnicos para implementar y difundir prácticas y tecnologías poscosecha sustentables en su región. Abordamos el sistema poscosecha, plagas y daños causados, así como métodos de control en campo y almacén. También realizamos prácticas de acondicionamiento de grano, clasificación de daños y humedad y el uso de tecnologías herméticas”, detalla Rodolfo Vilchis, especialista en poscosecha del Hub Chiapas de CIMMYT.

Especialista en poscosecha de CIMMYT durante capacitación en manejo poscosecha de grano. (Foto: InnovaHub Oriente Honduras)
Especialista en poscosecha de CIMMYT durante capacitación en manejo poscosecha de grano. (Foto: InnovaHub Oriente Honduras)

Además del manejo poscosecha, a través de AgriLAC Resiliente se impulsan otras acciones clave donde las leguminosas tienen un rol protagónico: desde la producción de semilla y fertilización adecuada hasta la implementación de camas permanentes —una forma de minimizar la labranza para favorecer la estructura del suelo— y pruebas de calidad en frijol, destaca Edy Rafael López, del equipo técnico del InnovaHub Oriente, quien además destaca el papel de variedades de frijol que se adaptan a condiciones climáticas difíciles, como el frijol Rojo Chortí, desarrollado y validado por instituciones de investigación hondureñas como una respuesta ante la intensificación de fenómenos climatológicos extremos.

El potencial de las leguminosas es amplio. Orson Hernández, también del equipo técnico del InnovaHub Oriente, por ejemplo, las ha incorporado en sus trabajos con agricultores para retener el suelo y retomar su función como cultivos de cobertura porque además las leguminosas mejoran la estructura del suelo y reducen la necesidad de fertilizantes químicos.

 

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Un cambio cultural desde el campo hondureño

Judith Pineda en actividades de asesoría agrícola en campo. (Foto: Judith Pineda)
Judith Pineda en actividades de asesoría agrícola en campo. (Foto: Judith Pineda)

“La importancia de compartir el conocimiento científico con las mujeres en comunidades como Copán Ruinas radica en la necesidad de superar las barreras que enfrentan en el acceso a la formación universitaria y al conocimiento diversificado, especialmente en sectores históricamente liderados por hombres. Estas mujeres, debido a limitaciones en oportunidades educativas, a menudo se ven excluidas de ámbitos donde la presencia masculina ha sido dominante”, comenta Judith Pineda.

Judith es ingeniera agrónoma, se ha desempeñado en diferentes proyectos del área agrícola enfocados en temas de cambio climático, agricultura de conservación, agricultura orgánica, así como el enfoque de género y la promoción de los derechos humanos. Actualmente colabora con la Comisión de Acción Social Menonita (CASM) que, en el marco de la iniciativa AgriLAC Resiliente, promueve la agricultura sustentable como parte del InnovaHub Occidente de Honduras.

Como parte del equipo técnico de esta iniciativa del CGIAR —que es puesta en marcha por centros de investigación internacional como CIMMYT y la Alianza Bioversity y CIAT— Judith considera que el conocimiento científico, “transmitido mediante el modelo de los InnovaHubs, permite generar nuevas o mejores alternativas de producción para un desarrollo sostenible de la comunidades y familias del Occidente de Honduras”.

Para AgriLAC Resiliente el papel del equipo técnico, del cual forma parte Judith, es esencial para transmitir el conocimiento científico en comunidades donde, en general, prevalecen circunstancias que limitan el acceso a la educación superior. En este sentido, los InnovaHubs —cuya metodología fue desarrollada por CIMMYT y sus colaboradores mediante diversas iniciativas en México— facilitan esta transmisión y diálogo de conocimientos.

Yo decidí estudiar esta carrera (ingeniería agronómica) para aportar al trabajo que realizaba mi papá en campo. Mi familia estaba compuesta por cinco hermanas, mi mamá y mi papá. En ese momento consideré que estudiando esta carrera podría compensarle a mi papá la ayuda que necesitaba. Yo era la única que me involucraba en temas de la agricultura y la ganadería. Esto fue lo que me impulsó porque sí hubo detractores, entre ellos se podría mencionar los chistes o comentarios despectivos e incómodos por el hecho de ser mujer”, relata Judith sobre su formación universitaria.

Así, para Judith, iniciativas como AgriLAC Resiliente “no solo se abren oportunidades individuales, sino que se sientan las bases para un cambio cultural y comunitario más amplio, que a su vez fortalece el sector agrícola y aprovecha todo el potencial de cada miembro, independientemente de su género”.

“Así que, puedo concluir, que al compartir el conocimiento científico con las mujeres de estas comunidades no solo es un acto de justicia social, sino también una inversión en el desarrollo sostenible y la prosperidad de la comunidad en su conjunto”, menciona Judith quien, dirigiéndose a las niñas y a las jóvenes de Honduras, enfatiza en que estas deben “confiar en su potencial y no temer a desafiar las expectativas de género. Creo fielmente que las mujeres contamos con habilidades y capacidades que nos permiten lograr cosas increíbles si nos lo proponemos, por eso, las invitaría a cultivar una red de apoyo, para enfrentar desafíos y avanzar en sus metas profesionales”.

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Un mensaje a las niñas y mujeres del campo hondureño

Raquel Herrera en actividades en campo. (Foto: Raquel Herrera)
Raquel Ferrera en actividades en campo. (Foto: Raquel Ferrera)

Hay distintos sistemas que influyen en el estado del mundo, pero la ciencia es actualmente uno de los agentes de cambio más universal y dominante. La ciencia ha transformado el paisaje social, político, económico, estético e intelectual de las sociedades; está cambiando nuestra forma de entender quiénes somos y de dónde venimos, nuestro sistema de valores, la forma en que producimos nuestros alimentos, el modo en que consideramos al planeta y la forma en que nos consideramos unos a otros.

A pesar de los avances, aún hay mucho trabajo por hacer para que el conocimiento científico y sus beneficios lleguen a toda la sociedad. La desigualdad de género, por ejemplo, representa un freno a la ciencia y esto tiene implicaciones para toda la sociedad porque los beneficios del quehacer científico también quedan limitados.

De acuerdo con la ONU, en promedio las mujeres representan un 33,3 % de las plantillas de investigadores existentes en el mundo y la brecha se amplía cuanto mayor es el nivel alcanzado en el escalafón. Como ejemplo, solo el 3 % de los Premios Nobel en ciencias ha sido otorgado a mujeres y en el campo de las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas solo el 35 % de los estudiantes de carreras y programas de este campo son mujeres.

La igualdad de género en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas es clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, no solo por la necesidad de robustecer la búsqueda de soluciones científicas a los desafíos más apremiantes de la humanidad, sino para difundir el conocimiento científico ya existente entre la sociedad.

“Con el proyecto de AgriLAC, con el grupo de mujeres con el que trabajo, instalamos un módulo de extensión. Con este proyecto hay muchas prácticas que realmente ayudan al productor, ya sea mujer u hombre. Entonces este proyecto tiene un buen enfoque y le ayuda bastante al productor”, comenta Raquel Ferrera, quien actualmente forma parte del equipo técnico del InnovaHub Occidente de Honduras, integrado a partir de la iniciativa AgriLAC Resiliente.

Los InnovaHubs son un modelo de gestión de la innovación basado en una metodología desarrollada en México a partir de iniciativas impulsadas por CIMMYT y sus colaboradores. Para este enfoque, el acompañamiento técnico es fundamental para que el conocimiento científico generado y validado en plataformas de investigación llegue efectivamente, y de una manera socialmente pertinente, a los agricultores.

“Estudié ingeniería agronómica en la Universidad Nacional de Agricultura. Solo éramos 10 mujeres de 50 que nos graduamos en 2011”, comenta Raquel, quien a partir de su participación con el CIAT se vinculó a AgriLAC Resiliente y recibió capacitación para impulsar la innovación a través del modelo del Hub: “parte del curso era montar módulos o áreas de extensión, entonces yo, que soy parte de una caja rural —financiada con fondos de un proyecto que ejecutaba el CIAT— en donde trabajamos 21 mujeres y un hombre, fundamos el módulo de extensión donde sembramos maíz y luego frijol”.

“Realmente es muy importante ayudar a los grupos de las áreas rurales con conocimiento porque ellos, ya sea en caja rural o grupo, ellos van formándose, entonces ahí resalta el tema de la mujer, la importancia que tiene la mujer porque en muchos lugares rurales el machismo sigue presente, no las dejan salir, no les dan el derecho cuando las mujeres tenemos un alto potencial que a veces no es descubierto, pero mediante estos proyectos la mujer desempeña ese papel importante”.

En Honduras, donde el porcentaje de mujeres en el número total de investigadores se estimaba en 36,4 % hacia 2018, de acuerdo con el más reciente Informe sobre Ciencia de la UNESCO, iniciativas como AgriLAC Resiliente están contribuyendo a cambiar el panorama para decenas de niñas y mujeres que hoy por hoy ven en profesionistas como Raquel una figura que las anima a ir más allá de los roles tradicionalmente asignados.

A las mujeres, a las niñas, yo siempre que tengo oportunidad de conversar con ellas mi consejo es estudien, para que mañana usted no dependa de nadie, usted pueda trabajar, usted pueda generar ingresos que le van a ayudar cuando forme un hogar, una familia. Le va a permitir salir adelante, tener visión, que es lo que se necesita para ayudar a su comunidad, para ayudar a su familia”, concluye Raquel.

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Sinergias sustentables en Honduras

Reuniones para el establecimiento de InnovaHubs en Honduras. (Foto: Marlon Duron / Alliance Biodiversity-CIAT)
Reuniones para el establecimiento de InnovaHubs en Honduras. (Foto: Marlon Duron / Alliance Bioversity-CIAT)

Al impulsar la generación de tecnologías, los sistemas de innovación en la agricultura tienen un papel importante en la transformación de las sociedades. La adopción de estas tecnologías por parte de los agricultores es un ejemplo de esto, donde la motivación ha surgido, generalmente, de procesos lineales que surgen desde las instituciones hacia los distintos usuarios.

Los diversos retos asociados al clima, la degradación de los servicios medioambientales, los altos costos de producción, las dificultades de acceso a mercados, entre otros, han sido factores desencadenantes para el desarrollo de nuevos abordajes como respuesta a las necesidades y oportunidades en el sector agroalimentario. Así, la incorporación de enfoques participativos surge como una alternativa para la evolución de los sistemas de innovación.

Un ejemplo de estos enfoques participativos son los servicios agroclimáticos en Honduras que, desde el 2016 —como parte de una iniciativa liderada por la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) y con el apoyo de la Alianza Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT)—, incluyen las Mesas Agroclimáticas Participativas (MAPs), cuyo objetivo es fortalecer el acceso y uso de información agroclimática para que los agricultores tomen las mejores decisiones en sus parcelas y reduzcan así los riesgos asociados al clima.

Como parte del proceso fueron conformadas 10 MAPs regionales, 16 Mesas Municipales, y también fueron elaborados y compartidos boletines agroclimáticos correspondientes a los ciclos anuales productivos específicos para cada una de las regiones de Honduras. También se han establecido redes comunitarias de pluviómetros en manos de agricultores, quienes a su vez validan y retroalimentan la información generada por las instituciones.

Dentro de esta misma lógica de necesidades y oportunidades, durante 2022 se inició la conformación de dos redes de innovación agrícola, o “InnovaHubs”, para las regiones del oriente y occidente de Honduras, con el objetivo de promover la innovación participativa e investigación aplicada a los contextos locales, vinculando a múltiples actores y colaboradores como ejecutores de los procesos de innovación mediante una base conceptual y metodológica en gestión del conocimiento y agricultura sustentable adaptada al clima, la cual ha sido desarrollada por CIMMYT y sus colaboradores y facilitada por la Iniciativa Regional AgriLAC Resiliente de CGIAR.

Durante el proceso han sido fortalecidas las capacidades técnicas de las organizaciones miembros de los InnovaHubs, con quienes ha sido dirigida la construcción de su propia infraestructura física, actualmente constituida por dos plataformas de investigación, 16 módulos de innovación y 49 áreas de extensión en donde a la fecha se han establecido decenas de ensayos agronómicos y cerca de un centenar de eventos de capacitación impartidos a más de 750 agricultores cabezas de hogar.

Estos, son fuerzos colectivos que, de manera inicial, han permitido consolidar ambos InnovaHubs, encaminando sinergias con las MAPs que, en su conjunto, se constituyen como nodos territoriales que facilitan la integración de los servicios agroclimáticos a procesos de investigación aplicada, innovación participativa y desarrollo de soluciones digitales que impulsan la transformación de los sistemas agroalimentarios en Honduras.

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Prácticas agrícolas sustentables, pilar de la paz y el desarrollo

Capacitación en manejo agroecológico de plagas en el marco de los primeros trabajos del InnovaHub Oriente de Honduras. Foto: (InnovaHub Oriente)
Capacitación en manejo agroecológico de plagas en el marco de los primeros trabajos del InnovaHub Oriente de Honduras. (Foto: InnovaHub Oriente)

La paz no es simplemente la ausencia de guerra. La paz es un proceso social complejo y un concepto construido históricamente. La paz tiene que ver con la superación, con reducir o evitar todo tipo de violencias: físicas, culturales o estructurales. También con la capacidad de las sociedades para transformar los contextos adversos, siempre que sea posible, en oportunidades de creación colectiva y de diálogo, de cambio e innovación, de adaptación e intercambio.

Lograr la paz, y mantenerla, es tan fundamental para la seguridad alimentaria, como la seguridad alimentaria lo es para una convivencia en paz. Donde hay conflicto los medios de vida se ven amenazados y la hambruna es una posibilidad siempre latente. También se han documentado situaciones a la inversa, donde la escasez de alimentos contribuye a crear ambientes hostiles y, eventualmente, conflictos.

Todas las sociedades tienen en su historia algún antecedente de conflicto. Algunas, lamentablemente, experimentan actualmente alguno. Esto reafirma la urgencia de transitar a una cultura de paz donde, además de aprender a vivir juntos y construir soluciones juntos, se aprenda a reconstruir el tejido social justo desde sus cimientos. Esto es, cultivar la paz.

Cultivar la paz no es simplemente una metáfora, implica girar los reflectores hacia uno de los espacios con mayor potencial para consolidar la paz social: el campo, el lugar donde el conflicto, la migración y el cambio climático erosionan los medios de vida de la población y, en consecuencia, su tejido social.

Siguiendo el legado del doctor Norman Borlaug, quien recibió el Premio Nobel de la Paz por salvar millones de vidas de la hambruna gracias a sus trabajos de mejoramiento en trigo, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) impulsa actualmente diversos proyectos alrededor del mundo para consolidar sistemas agroalimentarios sustentables que contribuyan a afinzar comunidades resilientes y pacíficas.

Entre estos proyectos destaca AgriLAC Resiliente, una iniciativa del CGIAR —consorcio de centros de investigación internacionales del cual forman parte el CIAT, el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés), el Instituto Internacional de la Papa (CIP), de Perú, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), de México, entre otros— para transformar los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe. Su objetivo es aumentar la resiliencia, los servicios ecosistémicos y la competitividad de estos sistemas de la región.

A través de esta iniciativa, recientemente se han instalado plataformas de investigación agronómica en Guatemala y Honduras, países clave dentro del complejo fenómeno de la migración regional. En esta plataformas, hoy se evalúan e identifican las mejores prácticas y tecnologías agrícolas para implementarse en los campos de cultivo de dichos países, impulsando así sistemas productivos, sostenibles, resilientes y capaces de contribuir a reestablecer y fortalecer el tejido social.

En el marco del Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo (10 de noviembre) te invitamos a conocer y a sumarte a los trabajos del CIMMYT y sus colaboradores para impulsar iniciativas como AgriLAC Resiliente.

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Conocer las propiedades del suelo, el inicio de una agricultura sustentable

Análisis de parcela en el InnovaHub Oriente de Honduras. (Foto: Olvine Amador)
Análisis de parcela en el InnovaHub Oriente de Honduras. (Foto: Olvine Amador)

La conductividad eléctrica es un parámetro importante que brinda información para determinar el estado de los suelos y la calidad de los cultivos. Esta medida cuantifica la capacidad de un suelo para conducir corriente eléctrica, y se expresa en decisiemens por metro (ds/m). La relación entre la conductividad eléctrica y el contenido de sales en el suelo es de gran relevancia en la agricultura.

Todas las tierras agrícolas contienen ciertas cantidades de sales, las cuales son esenciales para el desarrollo de las plantas. Sin embargo, un exceso de sales puede resultar perjudicial, inhibiendo el crecimiento de los cultivos.

Siendo la conductividad eléctrica un indicador químico de calidad del suelo, esta medida es de vital importancia en el contexto agronómico y puede proporcionar información valiosa sobre la fertilidad y la capacidad de un suelo para soportar el crecimiento de los cultivos.

Medición del contenido de sales y la conductividad eléctrica en parcelas con y sin cobertura vegetal. El Paraíso, Honduras. (Foto: Olvine Amador)
Medición del contenido de sales y la conductividad eléctrica en parcelas con y sin cobertura vegetal. El Paraíso, Honduras. (Foto: Olvine Amador)

Así, la medición de la conductividad eléctrica es esencial porque revela la capacidad del suelo para conducir corriente eléctrica, lo que refleja directamente la cantidad de sales solubles presentes en la solución del suelo. Valores más altos de conductividad eléctrica indican una mayor concentración de sales, lo que puede ser perjudicial para los cultivos.

Los valores de conductividad eléctrica se interpretan de la siguiente manera:

  • Menos de 2 ds/m: Suelo ideal para la producción de diversos cultivos.
  • Entre 2 y 4 ds/m: Suelo ligeramente salino, lo que puede afectar el rendimiento de ciertos cultivos sensibles.
  • Entre 4 y 6 ds/m: Suelo moderadamente salino, con efectos adversos en la mayoría de los cultivos.
  • Entre 6 y 8 ds/m: Suelo salino, donde el rendimiento de la mayoría de los cultivos se ve afectado.
  • Entre 8 y 12 ds/m: Suelo muy salino, difícil de explotar en estas condiciones y requiere un tratamiento de lavado.
  • 12 ds/m o más: Suelo extremadamente salino, donde el crecimiento de cultivos es prácticamente imposible sin un lavado utilizando agua baja en sales.

En el marco de la iniciativa AgriLAC Resiliente, la Asociación Regional de Servicios Agropecuarios de Oriente (Arsagro) ha implementado diagnósticos de parcela en el departamento de El Paraíso, Honduras. Estos diagnósticos incluyen la medición de la conductividad eléctrica de los suelos, y son parte de la capacitación brindada a técnicos que trabajan en la iniciativa. Cada técnico atiende a 20 productores en 25 comunidades de cuatro municipios. Esta medición es esencial para definir estrategias agrícolas efectivas y sostenibles.

Edy Rafael López, técnico del InnovaHub Oriente de Honduras, establecido en el marco de AgriLAC Resiliente, destaca la importancia de esta capacitación: “Los técnicos hemos sido entrenados en el uso de equipos esenciales para la realización de diagnósticos de parcela, incluyendo el medidor de pH, el penetrómetro, equipo para medir la infiltración de agua, la medición de porcentaje de cobertura y el medidor de conductividad eléctrica”.

La medición precisa de la conductividad eléctrica es un paso crucial para promover una agricultura más sostenible y resistente, y gracias a estas iniciativas, Honduras avanza hacia un futuro agrícola más saludable y productivo.

AgriLAC Resiliente es una iniciativa del CGIAR —consorcio de centros de investigación internacionales del cual forman parte el CIAT, el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés), el Instituto Internacional de la Papa (CIP), de Perú, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), de México, entre otros— para transformar los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe. Su objetivo es aumentar la resiliencia, los servicios ecosistémicos y la competitividad de estos sistemas de la región.